PERMANENT COUNCIL: 2012 IICA ANNUAL REPORT 2012 Víctor M. Villalobos Director General 1 de mayo 1 Estimados Representantes de los Estados Miembros de la OEA: Al término de este año concluirá mi periodo como Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA); como en la mayoría de los organismos internacionales, existe la posibilidad de repetir en el cargo por otro periodo igual, si los Estados Miembros consideran que la gestión realizada ha cumplido a su satisfacción. Con el equipo del Instituto hemos llamado a este 2013 el año de los resultados, de dar cuenta a los países de lo logrado en esta administración. Y con esa idea en mente hemos entregado a ustedes el Informe Anual de 2012, anexando un pequeño informe individual. 2 Para el IICA el año anterior fue de celebración, por la labor que en setenta años ha realizado en pro de la agricultura del hemisferio. Siete décadas se dice fácil, pero en realidad se necesita un gran esfuerzo para mantener vigente a un organismo de cooperación técnica, y más cuando en este tiempo han ocurrido cambios de todo tipo. También 2012 fue muy importante para la agricultura hemisférica en el ámbito del sistema interamericano. La VI Cumbre de las Américas, en Cartagena, expresó en sus documentos finales un compromiso fehaciente con la innovación agrícola; reconociéndola como una fuente de progreso en el sector rural, para lograr mayor productividad y competitividad, y así reducir los niveles de pobreza y mejorar la seguridad alimentaria. 3 Justamente fue la Seguridad Alimentaria, el centro del dialogo en la Cuadragésima Segunda Asamblea General de la OEA. Para el IICA fue muy satisfactorio haber realizado el documento que sirvió de base a las apasionadas discusiones que se dieron en Cochabamba. A pesar de la diversidad política propia de la Asamblea, prevaleció el convencimiento de los Estados Miembros de la Organización sobre el derecho de todas las personas a la alimentación y sobre la obligación de realizar acciones, individuales y colectivas, para 4 cumplirlo. La agricultura es el primer eslabón de una cadena que permite proveer de alimentos a las poblaciones, de ahí su importancia social como actividad económica. Algo que hemos podido constatar en el Instituto es la gran capacidad transformadora de la agricultura y su enorme potencial para generar desarrollo. Por ejemplo, la producción de granos, que ha convertido en potencias exportadoras al Cono Sur. La fortaleza Norteamérica del que comercio avanza regional para agrícola en consolidar la integración económica. La gran diversidad genética de la agricultura andina y la positiva actitud de sus pueblos para compartirla con el resto de la 5 humanidad; La riqueza que generan los productos agrícolas en Centroamérica, vía ingresos y empleos. El enorme esfuerzo del Caribe por lograr la seguridad alimentaria, que concita el apoyo de la comunidad internacional. En general, la enorme contribución que siempre han hecho los pueblos de las Américas a la alimentación mundial. En el IICA reconocemos la voluntad política de nuestros estados miembros para posicionar al sector agropecuario como factor clave del desarrollo, pero al transitar del encontramos reconocimiento con a retos 6 la acción nos formidables. La agricultura del Siglo XXI tiene que ser más productiva. Para todos los países del hemisferio debe ser una prioridad encontrar la manera de producir más, de manera más eficiente y con menor impacto ambiental; se trata de responder a la creciente demanda de alimentos, pero también de proveer de los insumos necesarios a otras actividades económicas. El reto de la productividad está directamente vinculado a la capacidad de aprovechar todas las tecnologías disponibles; desde las más tradicionales, hasta aquellas que son de vanguardia. Por supuesto que cada pueblo y su gobierno tiene el derecho decidir la manera en que lo hará, conforme a su particular idiosincrasia, cultura y marco normativo, pero el imperativo de la productividad es, debe ser, común a todos nuestros 7 países. Una agricultura productiva y moderna será más competitiva, pero además será capaz de transformarse en una actividad económica con un enorme potencial para contribuir al desarrollo. La capacidad transformadora de la agricultura se debe expresar también en el ámbito social. Las actividades agrícolas pueden mejorar las condiciones de vida de millones de familias que viven en los territorios rurales de nuestro hemisferio; su integración a las cadenas de valor permitirá que ellas sean protagonistas de su propio desarrollo, contribuyendo productos a mejorando satisfacer agrícolas las en 8 su ingreso y necesidades de sus países. Para el IICA ha sido muy grato apoyar los diferentes esfuerzos que cada uno de sus gobiernos realizan para combatir la pobreza en el ámbito rural; también varios de ustedes han podido constatar cómo el apoyo a los pequeños productores, a la agricultura familiar, mejora ostensiblemente el nivel de vida de estas personas. Una enorme virtud de este tipo de agricultura, como lo he mencionado en anteriores ocasiones, es la gran contribución que puede hacer para garantizar la seguridad alimentaria de las personas; empezando por la de los propios habitantes en los territorios rurales, pues es sabido que la mayoría de las pequeñas unidades productoras se dedican a los bienes alimentarios, así sea 9 para autoconsumo. Según datos de nuestros buenos amigos de la FAO, ochenta por ciento de la producción de víveres de América Latina y el Caribe está a cargo de ese segmento, que además genera el setenta por ciento del empleo en el medio rural del área. Como ustedes saben las Naciones Unidas han declarado al año 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar; y me parece que los países del hemisferio y el IICA tienen mucho que compartir con el resto del mundo en este tema. Quiero traer a su memoria la Declaración de “destacó la necesidad de Cochabamba que, cito, fortalecer la capacidad de los pequeños agricultores y las agricultoras como estrategia para mejorar el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria mediante la promoción del acceso equitativo a la tierra, el agua, 10 los recursos financieros y las tecnologías, de conformidad con la legislación nacional, así como de mejorar la participación y el acceso de los pequeños agricultores a cadenas de valor y mercados agrícolas sustentables”. Es decir, la productividad como vía para la inclusión social. La capacidad transformadora de la agricultura también tiene una expresión referida a la sustentabilidad. Seguirá siendo un reto la adaptación de las actividades agrícolas a las variaciones en los patrones climáticos; y al mismo tiempo manejar los riesgos causados por los desastres naturales cada vez más frecuentes y que se manifiestan con mayor fuerza en Centroamérica y en 11 el Caribe. También debemos encontrar la manera de reducir las consecuencias que tienen las actividades agropecuarias en el cambio climático, por la emisión de gases de efecto invernadero, por la erosión y degradación del suelo y por la contaminación del agua. Las limitaciones de la frontera agrícola sólo pueden ser superadas con nuestra capacidad para aprovechar mejor los recursos fundamentales: tierra y agua. Quiero anunciarles, e invitarlos, al Encuentro de Ministros de Agricultura de las Américas, a celebrarse en Buenos Aires, Argentina, en septiembre de este año, que precisamente abordará el tema del agua en la agricultura, bajo el lema: “Agua, alimento para la Tierra” 12 En Cochabamba ustedes expresaron “Su compromiso de promover programas dirigidos a la ampliación del acceso al agua potable y al saneamiento” y creo que a través del IICA y sus Estados Miembros podemos extender ese compromiso al sector agrícola. Honorables miembros del Consejo permanente de la OEA, Sin duda que temas como la seguridad alimentaria, el desarrollo rural y la agricultura productiva y sustentable dependen de factores muy complejos, y se requiere del concurso de sectores diferentes a la agricultura; también de la acción conjunta entre gobiernos y sociedades; de la acción nacional, pero también de la regional y de la hemisférica; creo que en tanto exista en ustedes la convicción de su importancia, habremos allanado el camino y la ruta será más 13 fácil. El IICA seguirá trabajando para acompañarlos en sus esfuerzos para ser más productivos; para incorporar a todo tipo de productores a las cadenas de valor; para adaptar la agricultura a las variaciones climáticas y utilizar de manera sustentable los recursos tierra y agua; y, sobre todo, lograr alimentar a una población siempre creciente Nuestro trabajo, que se origina en el diálogo y retroalimentación permanente con los Estados, se ve reflejado en una dinámica agenda a nivel hemisférico, promovida por nuestros programas técnicos para la innovación, los agronegocios, la sanidad agropecuaria, el desarrollo territorial, la gestión de los recursos naturales y la seguridad alimentaria. Mi compromiso hasta el último minuto 14 estará en ello. Si pudiera compartir con ustedes, en pocas palabras, la contribución de esta administración en estos últimos tres años, yo les diría que hoy el IICA ha fortalecido su reconocida solvencia técnica; es más eficiente y expedita en la entrega de resultados y la atención a las demandas de los países; y ha logrado establecer alianzas estratégicas más sólidas y duraderas con nuestros socios estratégicos. Atentamente los invito a seguir apoyando al Instituto; de manera que juntos hagamos lo necesario para detonar el gran poder transformador de la agricultura; a fin de lograr sociedades más justas y prósperas; de la misma manera que el agua alimenta a la tierra para transformar la semilla en alimento. Muchas gracias. 15