Una sensación creciente de haberse convertido en nación Capítulo 13 13.1 Introducción Aquella noche lluviosa del 13 de septiembre de 1814, desde lejos, se hubiera podido tomar el bombardeo por truenos, porque los fusibles se quemaron demasiado rápido y las bombas se explotaron mientras volaban por el aire. Pero Francis Scott Key, un abogado de Maryland sabía de qué se trataba. Desde un barco en el puerto de Baltimore en el que se encontraba apiñado, veía cómo los barcos de guerra británicos bombardeaban el Fuerte McHenry. La bandera del Fuerte McHenry era tan grande “que los británicos no tendrían ninguna dificultad en distinguirla a la distancia”, se jactó el comandante del fuerte. Medía 30 pies de alto y 42 pies de largo. Key sabía que si la bandera se bajara, signficara que tanto el fuerte como la ciudad de Baltimore se habían rendido. Pero cuando salió el sol, la bandera seguía en su lugar y los británicos estaban en retirada. Key celebró estos sucesos al escribir un poema titulado “La defensa del Fuerte McHenry”. Seis días después, lo publicó el Baltimore Patriot. No pasó mucho tiempo para que el poema de Key se publicara en toda la nación. En octubre de 1814, se le puso la múscia y se lo cantaba como “La Bandera de Estrellas Centelleantes” (“The StarSpangled Banner”). Durante generaciones, a los americanos esta canción les conmovió y les sirvió de motivo de orgullo. En 1931, fue proclamado el himno nacional. Los momentos inspiracionales como éstos de la Guerra de 1812 ayudaron a darles a los americanos una sensación de identidad nacional. Pero, ¿qué significa ser americano? ¿Cómo era diferente de ser europeo? Alexis de Tocqueville, un noble francés que viajó por los Estados Unidos en 1831 y 1832, tuvo una respuesta. “No conozco un país en el que el amor al dinero ocupe un lugar más grande en el corazón del ser humano”, él escribió en su libro La Democracia en América. La búsqueda de la riqueza era un elemento importante en la identidad americana emergente. Pero también existían otros elementos. Y no todos los americanos deseaban lo mismo. En este capítulo aprenderás cómo a principios del siglo diecinueve se desarrolló una sensación creciente de haberse convertido en nación, a pesar de diferencias regionales importantes. © Teachers’ Curriculum Institute Arte ¿Cómo es diferente la bandera de arriba de la que usamos hoy día? ¿Cuántos años crees que podría tener esta bandera? ¿Puedes conjeturar (tratar de explicar) por qué esta bandera es tan famosa? Capítulo 13 175 Usarás una iustración de la bandera americana para organizar información acerca de la sensación creciente de los americanos de haberse convertido en nación. Organizador gráfico: Ilustración 13.2 El Desarollo de una nación en una tierra de diferencias Mapa: América en 1820 Los Estados Unidos de los comienzos de los 1800 era un país muy joven. Los adultos de más edad todavía podían recordar haber sido súbditos británicos—y este recuerdo les infundía orgullo. (En un momento, George Washington anheló ser oficial británico.) Aún después de la Guerra Revolucionaria, América parecía más una colección de estados que un solo país. Un aumento de patriotismo después de la Guerra de 1812 ayudó a forjar (crear) una nueva identidad nacional. La oposición a la guerra de muchos Federalistas—una posición que sus oponentes denunciaron por deslealtad—casi dio por muerto el partido Federalista. Los líderes como James Monroe esperaban que los conflictos políticos (luchas amargadas entre los partidos) fueran una cosa del pasado. La mayoría de los americanos veían con orgullo un país que estaba en vías de crecer rápidamente, un país, creían, cuyos días más brillantes quedaron por venir. El Paisaje americano a comienzos de los años 1800 La imagen que tenían los americanos de su país en 1800 era muy diferente que la de hoy día. De cada tres americanos, dos aún vivían a menos de 50 millas de la costa atlántica. Menos de uno de cada diez vivían al oeste de los Montes Apalaches. Estos montes de cimas rondeadas y llenos de bosques se extendían, como una espina dorsal de superficie desigual, desde su punto de origen en Maine hasta su fin después de atravesar Georgia. Hicieron imposible que se viajara entre el este y el oeste del país. Más allá de los montes, la tierra se hacía más plana, pero la cubría bosques densos. A principios de los años 1800 cada vez había más colonos que cruzaban los Apalaches, cortando árboles y fundando granjeros y molinos. Para los americanos de esta época, la tierra que se encontraba entre las montañas al este y el Río Misisipí era “el Oeste”. Al otro lado del Río Misisipí estaba un área vasta y despoblada aún por explorarse. En todas partes, viajar resultaba díficil y lento. No se podía avanzar nada a más velocidad que la de un trote de caballo—ni la gente, ni 176 Capítulo 13 © Teachers’ Curriculum Institute los bienes, ni los mensajes. Las noticias podían tardarse semanas enteras en llegar de una ciudad a otra, ya que el sistema de correos se esforzaba por entregar cartas y periódicos a través de caminos lodosos y llenos de baches. Debido en parte a las diferencias geográficas, se desarrollaron distintos estilos de vida. Esto produjo estereotipos, o imágenes exageradas y a veces desdeñosas (que hacían burla) de los diferentes grupos de gente. Los “yanquis” del Noreste, con sus ciudades crecientes y su comercio activo, se consideraban emprendedores, ahorrativos y (a los ojos de los sureños) siempre, a todo dar, detrás de otro dólar. Los dueños ricos de plantaciones del Sur se consideraban corteses, cultos y (a los ojos de los yanquis) holgazanes. Los hombres de la frontera que buscaban su fortuna en el Oeste se juzgaban por fuertes, resistentes y (a los ojos de los habitantes del Este) rudos. Muchos líderes americanos reconocían que tendrían que superar los obstáculos geográficos para unir verdaderamente al país. Entre otras ideas, favorecían un programa ambicioso de construir caminos y canales para hacer que el transporte fuera más fácil y más rápido. Arte Junto con la Casa Blanca, el Capitolio reconstruido, que se muestra en esta pintura que data de 1814, llegó a ser un símbolo poderoso de la unidad nacional. Símbolos y valores Para unir a América se requería más de caminos y canales. Requería que sus ciudadanos se sintieran americanos. Una manera de lograr este sentimiento era aumentar el orgullo de los americanos por su gobierno. Después de que, durante la Guerra de 1812, los británicos incendiaron Washington, D.C., el Congreso contrató a arquitectos para volver a construir la Casa Blanca y el Capitolio en un estilo que pudiera rivalizar los grandes y majestuosos edificios de Europa. El Congreso se quejó del costo, pero no del resultado. Estos edificios magníficos se admiran hasta hoy día como símbolos nacionales. Nació otro símbolo nacional durante esta misma época—el del Tío Sam (Uncle Sam). Cuenta la leyenda que el nombre originó con Sam Wilcox, un carnicero de Nueva York. Se dice que el “Tío Sam” le había proporcionado carne al ejército durante la Guerra de 1812. Lo más probable es que el nombre fue inventado para repetir los iniciales de los Estados Unidos (en inglés: United States y Uncle Sam). Después de la guerra, el Tío Sam llegó a ser un apodo popular por el gobierno federal. (La figura de caricatura del Tío Sam llegó después.) Una identidad nacional necesitaba más que símbolos. Había de existir valores compartidos también. Los hombres blancos americanos se consideraban a sí mismos dedicados al individualismo y a la igualdad. Es muy probable que su compromiso con estos valores no se extendiera a los esclavos, a los nativos americanos o a las mujeres. © Teachers’ Curriculum Institute Capítulo 13 177 Aún así, los unía la sensación de que eran diferentes de los europeos— y mejores que ellos. Alexis de Tocqueville notó esta sensación apenas el cuarto día de su visita al país. Algo irritado, él observó que “los americanos extienden su orgullo nacional a un grado totalmente excesivo”. Sin embargo, para el final de su viaje, ya se había acabado por admirar este espíritu distintamente americano. Ese mismo espíritu se reflejaba en cada aspecto de la vida, desde la polítca hasta el arte, la música y la literatura. 13.3 La Política: La Era de los Buenos Sentimientos Después de que fue electo a la presidencia en 1816, James Monroe hizo un “viaje de buena voluntad”. Grandes multitudes de espectadores lo saludaron con tanto entusiasmo que en un periódico se proclamó una Era de los Buenos Sentimientos. Hasta hoy día los ocho años que duraron la presidencia de Monroe se conocen por este nombre. Para muchos americanos de esa época, parecía que había amanecido un nuevo período de unidad nacional. Nacionalismo económico El aumento del espíritu nacionalista se reflejaba en propuestas de que el gobierno federal asumiera un papel más activo en construir la economía nacional. Uno de los partidarios de estos tipos de medidas más influyentes en el Congreso era Henry Clay de Kentucky. Clay era un hombre alto y delgado y un orador elocuente, de mucha personalidad y mucho muy inteligente. Motivado por su ambición, Clay anhelaba la presidencia. Hizo su campaña presidencial en cinco ocasiones, pero nunca tuvo éxito. Un hombre de principios, una vez declaró orgullosamente, “Prefiero tener la razón que tener la presidencia”. Clay creía que el futuro de América era el capitalismo, un sistema económico en el que los individuos y las compañías producen y distribuyen los bienes, vendiéndolos con ganancia. Pero también creía que el gobierno nacional tenía un papel que hacer para fomentar el crecimiento económico. Su “Sistema americano” requería de aranceles elevados para proteger la industria, además del gasto de dinero de parte del gobierno federal en proyectos de transporte, incluyendo caminos y canales. La tercera parte del plan de Clay era un nuevo banco nacional para estandarizar la moneda y proveer créditos. El Congreso adoptó 178 Capítulo 13 Arte James Monroe fue el último presidente que luchó en la Guerra Revolucionaria y el último que se vestía al estilo del siglo dieciocho. Cuando fue candidato para las reelecciones, nadie lo opuso. El ganó el voto del Colegio Electoral, con 231 votos a su favor y un solo voto en su contra. capitalismo: un sistema económico basado en la posesión privada de granjeros y negocios © Teachers’ Curriculum Institute esta idea en 1816, el año en el que creó el segundo Banco de los Estados Unidos. (Se había permitido que el primer banco nacional dejara de existir a partir de 1811.) El banco era un negocio privado, pero el gobierno federal era el dueño de la quinta parte del banco y depositaba fondos del gobierno en el banco. Otro entre los primeros campeones del nacionalismo económico fue John C. Calhoun, de Carolina del Sur. Con su estatura de seis pies con dos pulgadas, para la época en el que vivió, Calhoun era un hombre mucho muy alto. Parecía aún más alto porque siempre estaba parado su pelo denso y negro, como si hubiera acabado de ver un fantasma. En el Congreso, Calhoun apoyó el banco nacional, un sistema permanente de caminos y un arancel protector. Sin embargo, en otros aspectos resistía el poder federal. Para los 1830, llegaría a ser el vocero más importante de los derechos de los estados, principalmente para proteger la esclavitud en el Sur. Su carrera ilustra las tensiones entre el nacionalismo y la atracción de las diferencias regionales. Un tercer proponente del nacionalismo era Daniel Webster, de Massachusetts. Lo apodaron “el Negro Dan” por su pelo y cejas oscuras. Webster sirvió varios términos en ambos la Cámara de Representantes y el Senado. A diferencia de Clay, quien era un Halcón de Guerra, Webster se opuso amargamente a la Guerra de 1812. No obstante, después de la guerra, expresó su fuerte apoyo por el Sistema Americano de Clay. Webster argumentó en 1825, “Actuemos de acuerdo a un convenio de convicción y un sentimiento habitual, de que estos 24 estados forman una nación”. Después, Webster debatiría en contra de la afirmación de Calhoun de que los estados tenían el derecho de desafiar al gobierno federal. Nacionalismo judicial Ambos el nacionalismo y el comercio tenían un amigo en presidente de la Corte Supremo (el Juez en Jefe), John Marshall. Nominado por John Adams en 1801, Marshall escribió algunas de las decisiones judiciales más importantes de la historia de los Estados Unidos. Las decisiones de Marshall produjeron dos efectos de mayor importancia. Primero, reforzaron el papel de la Corte en sí misma, además del poder federal sobre los estados. Segundo, sus decisiones alentaron el crecimiento del capitalismo. Algunos casos en particular ilustran cómo se produjeron estos efectos. En McCulloch vs Maryland (1819), la Corte confirmó el poder del Congreso de crear un banco nacional libre de la interferencia de los estados. Esta decisión reforzó la posición del gobierno federal. En otro caso, la Corte bajo Marshall dictó que los contratos respecto a los negocios eran inviolables—eso © Teachers’ Curriculum Institute Capítulo 13 179 es, no se podían violar, aún de parte de las legislaturas estatales. Esta decisión les otorgó a los contratos un lugar fundamental en el derecho constitucional. Y en Gibbons vs Ogden (1824), la Corte redujo aún más los poderes estatales. Este caso derribó un monopolio que el estado de Nueva York le había otorgado a una compañía de barcos a vapor que se operaba entre Nueva York y Nueva Jersey. Solamente el Congreso, dictó la Corte, tenía la autoridad de regular el comercio interestatal. Además de reforzar el poder del gobierno federal, esta decisión promovió el crecimiento del comercio al limitar la capacidad de los estados de regular el transporte. Arte Los americanos se iban de un lado para el otro en los años 1800, muchos entre ellos rumbo a la frontera. Henry Clay se imaginó un sistema construido por el gobierno de caminos y canales que entrelazaran las regiones más lejanas Fin de la Era de los Buenos Sentimientos En 1824, cuatro can- de la nación. 13.4 Arte de los comienzos de la república artes folklóricos (arte- didatos (incluyendo Clay) compitieron para seguir a Monroe en la presidencia. Como aprenderás en el capítulo siguiente, ningún candidato ganó una mayoría de los votos del Colegio Electoral. Es por eso que las elecciones acabó en la Cámara de Representantes. La Cámara eligió a John Quincy Adams, hijo de John Adams. La acción de la Cámara de Representantes enfureció al candidato que había recibido la mayor parte de los votos el día de las elecciones, el héroe de la guerra y el combatiente contra los indios, Andrew Jackson de Tennessee. Jackson juró que renovaría la lucha en las próximas elecciones. Los votantes que lo apoyarían en 1828 llegarían a ser el corazón de un nuevo partido, los Demócratas. La Era de los Buenos Sentimientos ya se acabó. Los conflictos políticos habían pasado a ser un problema permanente. Los americanos habían llevado las tradiciones europeas de los artes a las colonias, pero para los años1800 desarrollaban estilos totalmente propios. No todos los artistas eran profesionales. Personas ordinarias, o artesanos, producían muchos tipos de artesanías, o artes folklóricos. Los hombres taladraban veletas y señuelos de caza. Las mujeres cosían trozos extras para hacer colchas. Artistas sin entrenamiento profesional creaban letreros, murales e imágenes de símbolos nacionales como la bandera. Este tipo de arte folklórico era sencillo, directo y, en muchas ocasiones, muy colorido. La mayoría de los artistas profesionales se ganaban la vida al pintar retratos. El mejor conocido de los pintores retratistas era Gilbert Stuart. El retrato de George Washington que está en el billete de un dólar se adoptó de una pintura de Stuart. Cuando los británicos atacaron Washington, D.C., durante la Guerra de 1812, la esposa del 180 Capítulo 13 sanías): ejemplos de arte creado por artesanos (personas ordinarias) que usan materiales naturales (en contraste con el arte creado por artistas profesionales entrenados) © Teachers’ Curriculum Institute presidente Madison, Dolly, salvó el retrato de Washington, sacándolo de la Casa Blanca que estaba en llamas. Aunque pareciera mentira, fue la obra de un inglés que la llevó a una forma especialmente americana de arte fino. Cuando Thomas Cole emigró de Inglaterra en 1818, se enamoró del paisaje inmenso y variado de América. Sus obras más famosas se enfocan en nubes tormentosas y cielos soleados sobre extensiones grandes de tierras sin que las hubieran invadido los hombres. La luz que brillaba contrastaba de manera impresionante con la oscuridad de las tormentas. Artistas contemporáneos (de la misma época) de Cole siguieron su ejemplo y fundaron un grupo que después llegó a conocerse en la historia de la pintura como la Escuela del Rio Hudson. Estos pintores se enfocaban en el mundo natural en vez de las personas, y a menudo optaban por pintar paisajes extendidos y escénicos. La luz extraordinariamente bella de sus pinturas tenía una cualidad casi religiosa, como si Dios sonriera sobre América. Otros artistas retrataban aspectos más particulares de la naturaleza. John James Audubon pintó 435 retratos de pájaros delineados detalladamente. En algunos aspectos Audubon era más naturalista que artista. Creaba estudios precisos y realistas de las especies que observaba en los campos y bosques. Como ninguna editorial americana quiso publicar su libro de cuatro volúmenes, encontró una editorial de Inglaterra. Los Pájaros de América lo convirtió en el primer artista famoso de alcance internacional de América. George Catlin de Filadelfia puso su atención en los nativos del Oeste americano. Se dio cuenta de que las costumbres tradicionales de los nativos americanos estaban en vías de desaparecer. Durante años Catlin cruzó una y otra vez las tierras del Oeste y se dedicó a dibujar a los pueblos nativos. Capturó con colores vívidos sus aldeas, sus expediciones de caza y sus ritos. Al escoger las características maravillosas de su nueva nación para formar los temas de su obra, los americanos le dieron a su arte una identidad distinta. A veces puede que hayan presentado paisajes peligrosos con tonalidades aparentemente cálidas. Aún así, la calidad vívida y el optimismo de su obra reflejaban con precisión la actitud nacional. © Teachers’ Curriculum Institute Arte En su pintura Bajan las Aguas de la Inundación (1829), el pintor Thomas Cole banó el escenario de una luz tenue pero brillante. Como otros pintores de la Escuela del Río Hudson, Cole prefería paisajes en grande que celebraban la belleza natural de América. Capítulo 13 181 13.5 Música de los comienzos de la república Hasta el siglo diecinueve, la música en América se presentaba y se escuchaba principalmente en las iglesias. Había canciones populares, también, pero estas canciones por lo común consistían en melodías viejas con letras nuevas. La melodía de “La Bandera de Estrellas Centellantes”, por ejemplo, era de una canción inglesa de taberna. Una explosión de actividad musical acompañó a la prosperidad creciente. En el Norte, las orquestas tocaban música clásica de Europa. Ofrecían también la música que acompañaba el cotillón, en el que grupos de cuatro parejas cada uno bailaban juntos a base de movimentos coordinados de forma elegante. Los bailarines flotaban a través de salones elegantes, ejecutando de manera animada minués, gavotas, mazurcas y valses. A veces las mujeres alzaban sus enaguas largas (fondos largos) que rozaban el suelo para revelar el movimiento de sus pies. Mostrar los tobillos se consideraba un acto muy atrevido. En el Sur, los esclavos combinaban los himnos de las iglesias de la gente blanca con estilos musicales africanos para crear alabanzas. También se divertían entre ellos mismos y a veces para sus amos, con canciones animadas acompañados por la música de violín, tambor y banjo (un invento de los afro-americanos). En el Sur y el Oeste, la cuadrilla llegó a ser corriente. La cuadrilla era una versión menos formal del cotillón, el cual era popular. Mientras tocaban los violines, un “caller” les decía a los bailarines que paso había que ejecutar. Conforme aumentaba la demanda de canciones populares, los compositores le respondían con un sinfín de himnos patrióticos. El mejor conocido de todos es “América” de Samuel Francis Smith, escrito en 1832. Comienza con la estrofa “My country, ’tis of thee…” (“Tierra mía, es a ti…”) y se canta a la melodía de “Dios Salve al Rey”. Compositores blancos del Sur, inspirados por la música de los esclavos negros, crearon canciones tipo minstrel. Estas canciones honraban la música negra al imitarla. Pero al mismo tiempo los artistas se burlaban de los afro-americanos al pintarse la cara blanca de negro, ponerse ropa vieja y gastada y cantar en dialectos exagerados afro-americanos. En 1828 la canción “Jump Jim Crow” (Salto yo Jim Crow”) de Thomas Dartmouth Rice causó una sensación a través del país: Arte Algunos americanos se divertían al escuchar canciones folclóricas animadas y melodías de violín, mientras otros escuchaban la música de orquestas clásicas y ejecutaban bailes formales. Del Norte al Sur, la música era una forma popular de diversión. alabanza: una canción folclórica religiosa de origen afro-americano He vuelta allí y vuelta acullá y así, ay, oh Cada que he vuelta aquí salto yo Jim Crow La frase racista “Jim Crow”, que tuvo su origen en el protagonista negro de la canción “minstrel” de Rice, tuvo una larga vida. Muchos 182 Capítulo 13 © Teachers’ Curriculum Institute años después, las leyes que discriminaban en contra de los afroamericanos serían conocidas como “leyes tipo Jim Crow”. Los espectáculos “minstrel” llegaron a ser la forma más popular de diversión en América. Inspiraron a Stephen Foster a que escribiera canciones muy famosas como “Old Folks at Home” (Los viejos en casa”), “Camptown Races” (Corridas de Camptown) y “Oh, Susana”. Foster alcanzó una fama nacional, lo que comprobó que finalmente había llegado una tradición musical verdaderamente americana. 13.6 Literatura de los comienzos de la república En 1820, un escritor británico comentó desdeñosamente, “¿Quién leerá un libro americano o asistirá a un drama americano o admirará una pintura o estatua americana?” El parecer de los europeos, en cuanto a la cultura los Estados Unidos era el de un país subdesarrollado. Sin embargo, América estaba en vías de encontrar su voz cultural, sobretodo en la literatura. Como los pintores de la Escuela del Río Hudson, los escritores empezaron a usar temas y escenarios exclusivamente americanos. Uno de los primeros en alcanzar cierta fama literaria fue Washington Irving. Él buscó su inspiración en el folclore alemán para sus cuentos coloridos de “Rip Van Winkle” y “La Leyenda de Sleepy Hollow”, pero situó estos cuentos en los despoblados del norte del estado de Nueva York. Los cuentos encantados de Irving tuvieron éxito inmediatamente. El primer novelista del país fue James Fenimore Cooper. En sus libros como Los Pioneros y El Último Mohicano, Cooper escribió acerca de las aventuras de los hombres de la frontera fuertes y resistentes que se atrevían a entrar en los despoblados. Sus descripciones de la vida de la frontera y los nativos americanos atrajeron interés en todo el mundo. En Francia, 18 editoriales compitieron por los derechos de publicación de Los Pioneros. Davy Crockett fue un hombre de la frontera de la vida real que inventó cuentos exagerados de su vida de cazador, rastreador, soldado y explorador. Su elección de Congresista de Tennessee escandalizó a Alexis de Tocqueville. El francés describió a Crockett como un hombre “que no tiene ninguna educación, apenas puede leer, no tiene propiedad, ninguna residencia fija, pero pasa su vida cazando, vendiendo su caza para sobrevivir y viviendo continuamente en el bosque”. Pero esta misma imagen captivó a los americanos, quienes veían a Crockett como el héroe de la frontera de la ficción hecha realidad. La autobiografía de Crockett, que estaba llena de su manera sencilla de © Teachers’ Curriculum Institute Arte Al estilo de una típica fanfarronada humorística, el hombre de la frontera Davy Crockett se describía como “mitad caballo, mitad caimán”. Crockett llegó a ser una celebridad nacional y los libros que tenían su nombre eran bestsellers (de superventas) en los años 1830. Capítulo 13 183 hablar de la frontera y su humor crudo, ayudó a infundirle a la literatura popular un nuevo acento, distintamente americano. Henry Wadsworth Longfellow, de Nueva Inglaterra, fue uno de los primeros grandes poetas americanos. Escribió el primer poema épico de América, La Canción de Hiawatha, basado en historias de los nativos americanos. Otros, como su poema famoso “La cabalgata de Paul Revere”, mencionó temas patrióticos. En “La construcción de la nave”, Longfellow celebró la importancia creciente de América para todo el mundo: …¡Siga navegando, Oh Barco del Estado! ¡Siga navegando, Oh Unión, grande y fuerte! ¡La humanidad con todos los temores, Con todas las esperanzas de los años de por venir, Aguarda, ansiosa, el desenlace de su destino! En cuanto a ambos su temario y su estilo, escritores como éstos ayudaban a cultivar una sensación creciente de identidad nacional. En especial, alentaban el mito del individualismo fuerte y resistente, lo que era para muchos—tanto aquí como en el extranjero—el aspecto que mejor caracterizaba a América. 13.7 Resumen del capítulo En este capítulo, leíste acerca de la sensación creciente de los Estados Unidos de haberse convertido en una nación a partir de la Guerra de 1812. Usaste una ilustración de la bandera americana para organizar información con respecto al arte, la música, la política y la literatura que ayudaron a definir la identidad americana. Los habitantes de los Estados Unidos de esa época tenían mucho orgullo de su país. A pesar de las diferencias regionales, parecía que los americanos construían una nación que era distinta a todas las otras que habían existido. Los gobernantes servián al pueblo, y no al revés. Hombres que empezaron sin nada llegaron a ser mercaderes ricos o hombres de estado poderosos. Eso sí que era lo que significaba ser americano. Era lo que le distinguía a uno a los europeos. Pero, ¿era verdad, en realidad? Sí, contestó el francés Alexis de Tocqueville—pero no se trataba por completo de la verdad. Los esclavos africanos y los nativos americanos, escribió de Tocqueville, “ambos ocupan un sitio igualmente inferior en el país que habitan; ambos experimentan los efectos de la tiranía”. Con todo, de Tocqueville se quedó impresionado con el 184 Capítulo 13 Arte Mientras un espíritu de orgullo nacional atravesaba la nación, el pintor George Caleb Bingham capturó la democracia en vivo en la frontera. En El Veredicto del Pueblo (1855) se muestra un grupo de votantes toscos y animados, ansiosos de oír los resultados de unas elecciones locales. © Teachers’ Curriculum Institute espíritu de igualdad y el orgullo nacional entre los hombres blancos de distintas clases sociales. La sensación creciente de una identidad nacional se reflejaba tanto en la política como en la cultura. El Congreso y la Corte Suprema llevaron a cabo acciones que reforzaron la economía nacional y el poder del gobierno federal. Se desarrollaban temas y estilos distintamente americanos en el arte, la música y la literatura. No obstante, bajo esta superficie, desigualdades en cuanto a la riqueza y diferencias regionales—en particular con respecto a la esclavitud—amenazaban la unidad nacional. ¿Durante cuánto tiempo más podría permanecer unida América? “Por mucho tiempo, no, concluyó de Tocqueville. “La esclavitud, en medio de la libertad democrática y la ilustración de nuestra época, no es una institución que puede sobrevivir… Habrá que esperar grandes desgracias”. Después, aprenderás cuánta razon tenían, y qué tan trágicamente. © Teachers’ Curriculum Institute Capítulo 13 185