Robert Koch y la tuberculosis

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Robert Koch y la tuberculosis
Después de leer el texto, realiza un comentario sobre

los rasgos característicos de una investigación científica que aparecen en el mismo

aspectos que muestren que la ciencia es una manifestación social que está condicionada en cada
momento histórico por los problemas, valores y creencias vigentes y que es capaz de modificar los
conocimientos, valores y creencias que estructuran el tejido social
La tuberculosis es una enfermedad muy antigua; se han
encontrado trazas de lesiones tuberculosas en momias egipcias de
3000 años. El primero en describir la enfermedad fue el griego
Hipócrates (470-370 a.C.) considerado "el padre de la medicina".
En 1868 Jean-Antoine Villemin, cirujano francés, gracias a
experimentos realizados con animales, prueba que la tuberculosis
es una enfermedad contagiosa. Es, sin embargo Robert Koch (18431910) el que lleva a cabo las investigaciones que abren una nueva
etapa en los intentos de dar solución a un grave problema médico.
Robert Koch nació en Hannover y estudió en Gottingen donde
tuvo por maestro a Jacob Henle, quien le enseña que los requisitos
más importantes para aislar plenamente el germen de una
enfermedad infecciosa son:
 Identificar el germen del organismo afectado
 Una vez que el germen es aislado del organismo afectado, debe
desarrollarse en cultivos puros para poder estudiar sus
propiedades (morfológicas y funcionales)
 A partir del cultivo, la enfermedad puede producirse en animales
en experimentación, de la que después se recuperará el germen.
Robert Koch había trabajado durante más de 16 años como
médico general y había sido testigo de cómo ciertas enfermedades
infecciosas, como el cólera y el ántrax, se manifestaban de forma
epidémica y causaban la muerte de un gran número de seres
humanos y de animales. La tuberculosis era entonces una
enfermedad muy extendida en todos los países de Europa y
producía miles y miles de víctimas, tanto entre los niños como entre
los adultos.
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Las teorías acerca de la naturaleza de la tuberculosis (también
llamada tisis) eran en esos momentos contradictorias. Mientras
unos consideraban que se trataba de una enfermedad hereditaria
no infecciosa, otros consideraban que la causa de la enfermedad
era interna y que se debía a un crecimiento nuevo y anormal en el
organismo. Aunque varios investigadores habían probado con
animales que la enfermedad era contagiosa, esto no había sido
suficiente para desechar las teorías rivales del carácter
hereditario y del crecimiento anormal de tejidos. La situación
cambió por completo cuando Koch hizo públicos sus
descubrimientos:
"Sobre la base de mis múltiples observaciones doy por probado
que las bacterias que yo denomino bacilos tuberculosos, están
presentes en todos los casos de tuberculosis de hombres y
animales, y que pueden ser distinguidos de los demás
microorganismos por sus propias características.
Para demostrar que la tuberculosis es una enfermedad causada
por la invasión de los bacilos, había que aislar del cuerpo los bacilos
y cultivarlos en un medio de cultivo puro y, por último, mediante la
transferencia a animales de los bacilos aislados, producir el mismo
cuadro clínico que se obtiene mediante la inyección del material
tuberculosos desarrollado de forma natural.
He vertido suero de ganado o sangre de oveja en tubos de
ensayo rellenos de algodón y, diariamente, durante seis días
consecutivos, lo calenté a la temperatura de 58ºC durante una
hora. De esta forma, en la mayor parte de los casos, es posible
esterilizar el suero completamente. Después se calienta a 65ºC
durante varias horas.
Sobre este suero sanguíneo solidificado que forma un medio de
cultivo firme y transparente a temperatura de la incubadora, se
coloca el material tuberculoso mediante un alambre de platino
recién flameado y fundido en una varilla de cristal. Naturalmente,
la pella de algodón se saca sólo el menor tiempo posible.
Los tubos de ensayo se meten en la incubadora, donde deben
permanecer a una temperatura constante entre 37 y 38 ºC. Los
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cultivos resultantes del desarrollo de los bacilos tuberculosos
aparecen por primera vez a simple vista en la segunda semana
después de la inoculación, por lo general pasado el décimo día, como
puntitos y escamas secas muy pequeñas. El crecimiento
señaladamente lento, que sólo se alcanza a temperatura de
incubadora, la condición peculiarmente seca y escamosa de estas
colonias de bacilos, no ocurren en ningún otro tipo conocido de
bacterias, de tal manera que la confusión de los cultivos de bacilos
tuberculosos con los de otras bacterias es imposible.
Todos los animales a los que se inyectó de diferentes formas
(en el abdomen, bajo la piel, en la sangre, etc...) el cultivo de los
bacilos, se volvieron tuberculosos sin una sola excepción".
Tras los estudios de Koch, la enfermedad se reconocía con
ayuda del microscopio observando la presencia del bacilo de la
tuberculosis en los excrementos de los pacientes, y podía
confirmarse mediante cultivos y experimentos en animales. Además
se observó que muchas enfermedades que hasta entonces no se
habían relacionado con la tuberculosis eran lesiones producidas por
esta enfermedad.
Koch publicó sus conclusiones en una monografía aparecida en
1884 titulada "Sobre la etiología de la tuberculosis". Koch declaró
"He efectuado mis investigaciones en pro de los interese de la
salud pública y con la esperanza de que aporten a ésta los mayores
beneficios"
En 1890 Koch anunció que había encontrado un remedio "para
detener por completo el proceso de la enfermedad sin daño alguno
para los órgano". Sin embargo, la tuberculina, extracto de bacilos
muertos, permite diagnosticar la enfermedad pero no curarla.
Koch dio ciertas recomendaciones acerca de los medios para
combatir la enfermedad, así en la conferencia pronunciada al
recibir el Premio Nobel en 1905 aconsejó:
"La infección se puede prevenir:
 por aislamiento de los enfermos en hospitales o detrás de
biombos en el hogar.
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 mediante la desinfección de las excreciones de los pacientes
 mediante la información y educación sanitaria de la población, en
particular de los enfermos y su familia
 mediante el registro obligatorio de todos los casos como base
para el acopio de datos estadísticos."
El descubrimiento del bacilo de la tuberculosis coincidió con los
esfuerzos desplegados por las clases trabajadoras para mejorar
sus condiciones socioeconómicas y con los primeros pasos hacia el
establecimiento de una medicina social en los últimos decenios del
siglo XIX. La organización de sanatorios especiales para
tuberculosos empezó a recibir ayudas económicas de benefactores,
asociaciones de la comunidad, sistemas de seguridad social (que
estaban en los comienzos de su existencia) e incluso de los
gobiernos.
En 1898 y 1899 se celebraron en París y Berlín congresos en
los que participaron especialistas en tuberculosis de numerosos
países.
Así, el trabajo de investigación de Koch sirvió de base a
Calmette y a Guérin para preparar la vacuna antituberculosa BCG
en 1921. En 1943 Selman A Walksman y sus colaboradores
descubren en Estados Unidos la estreptomicina, el primer
antibiótico eficaz contra la tuberculosis. Walksman recibió el
Premio Nobel en Medicina en 1952.
Hoy en día, según la Organización Mundial de la Salud, la
tuberculosis sigue siendo una de las grandes plagas que azotan a la
Humanidad. Cada segundo una persona muere en el mundo por esta
enfermedad. Un tercio de la población mundial está infectada por
el bacilo, aunque sólo un 10% lo desarrolla y puede llegar a fallecer
en menos de cinco años si no recibe tratamiento adecuado pero
estos tratamientos son muy caros para los países pobres donde la
mayoría de los casos de tuberculosis no son ni diagnosticados ni
correctamente tratados.
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