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REVISTA DEL CENTRO DE LECTURA
gía, d e inenys ialent: d e n?enys respeciabilitat qu'
el1 pujarcn als lloclis siipi-enis als qiials iiiay pog u é arribar Mata, mereisentlos iiiduptablenient
mes q u e aqiiells.
Pero ipoiiia durar niolt una vida tan treballada
moral y n~ateriiiliiieiit? Sos disgiiitos, los incessants estudis, los perills q u e havía arrostrar, sa
malmesa naturslesn ... tot va contribuir Q q u e Mata e n 1873 patís uii atacli apopléticb terrible, q u e
deixá abciiiit a son esperit, é iniitilisat son cos.
N o obsiaiit, eii i i i i i j iie tanta pena, d e tanta aniargura, li quedava u n últiin consol: In poesia. Keculli'ls versos q u ' h i ~ v í aescrit durant SU joveiitut
y '1s piiblicá en u n tonio tita!at: Eotogi-difias iiltiiilas. E n ellas descartadas sis 6 set porsias d e
verdader ri~érit,bi h a molta difusió, niolta anipulositat y poch sentiment artistich. Entenga 'S
q u e en l o cirat tonio sols hi ha las poesías castellanas, niolr inferiors en gerieral á sas poesías catalaiias de la iiiateixa época. Mata volía reunir en
u n aitre tomo-aixis h o diii e n lo prblecli del citat-las poesías q u e havia escrit dusani sa eilat
madura, pero la m o r t l i va impedir. Va ésseigran Ilástiina pesque '1 segón tomo hauria valgut
moltissini nies q u e ' l primer, pus hauria contiiig u t poesías com la L a Resliri-ecrió efrt.ila y La
vida, q u e son dignes deis lirichs de mes forsa.
Mata va morir als derrers a e maig d e l a r ~ y1877
deisant u n g r a n vuyt entre sos a m i c h s y en la catedra.
Pochs honies han escrit tanr y e n rants diferens
assumptos com Mata; pocas vidas con1 la seva
ha sigut tan laboriosas, tan agitadas, tan plenas
de perills y d e penaiitats. Avuy al menys son cos
y son esperit descansan pera sempre, y sa personalirat científica brilla en las mes altas esferas d e
la gloria reposada y serena. Esperem q u e la imatge d' eixa personalitat encara 'S destacara mes
q u a n hajan passar algúns anys.
Mentrestant recordeninosdels fills de Catalunya
q u e 1' han honrat y enaltit y procurem imitar son
exemple, sinó e11 lo rnérit, al menys e n la bona
voluntat y en la perseverancia.
NOMEN.
..
CANCIÓN DE LA LUZ
P
on ti soy el rey del m u n d o ,
Por tí conozco la dicha,
Y hasta creo q u e los cielos
P o r ti encendieron el dia.
I
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~
Hermosa, te quiero tanto
Q u e es ya tu vida mi vida;
Pues si yo padezco ó gozo
E s segiin como palpitas.
Eres ti1 la flor ufana
E n t r e rosas purpurinas,
Y entre las pintadas aves
T ú eres la paraiiisíaca.
D e la noche eres la l u n a ,
Del dia, la antorcha viva;
De la fuente, fresca náyade,
Y del iiias; la bella ondina.
Al mirar tu tez ebúrnea
Y el carmín q u e la niaiiza,
M e sorprende el q u e la nieve
E n t r e ascuas n o se derrita;
Mas no, los lirios n o nacen
De algiin volcán en la cima,
Y si las grandes niontañas
Hasta el cielo se encastillan
Con sus nevadas preseas,
E s q u e se elevan altísimas
P o r la fuerza del incendio
Q u e e n sus entraóas germina.
Tú y yo, fuimos dos sonidos,
Dos relámpagos, dos brisas,
Dos suspiros, dos palabras,
Dos aycs, dos perlas líquidas,
Dos aromas q u e fundirse
Para siempre pretendían
E n el sngrario del alma
Que a b r e el Dios q u e a m o r inspira.
E l corazon m e inflaniaste
Coi1 la l ~ i zd e tiis pupilas,
Al eco d e tus palabras
Vibraron todas mis fibras,
A l estrecharme eii tus brazos
Dos almas viéronse unidas,
Y á los encendidos besos
Que, cual raiidas golondrinas,
S e salieron d e tus labios
Q u e para nii se entreabrían,
Cerró mis ojos u n siieíio,
E n t r e arrullos y caricias,
Q u e si a u n vivo diera muerte,
Volviera a u n muerto la vida.
T o d a s las gracias del orbe
Penden d e mis manos, niña,
C o m o d e t u cuello penden
M i l sartas d e perlas finas.
A y ! cuánto t e debo, hermosa! ...
por-ti, lucero del dia,
Mi invierno es eterno niayo,
M i mayor pena, delicia;
Mi caos, luz y concierto,
Mi amargor, miel esquisita,
Y hasta m i humilde persona,
REVISTA DEL CENTRO 013 LECTtíRA
Juguete d e la desdicha,
S e cotitempla hoy rey del mundo,
P o r q u e reina e n ti, Zulirna.
C u a n d o m e miro, orgulloso,
Debajo u n niundo q u e brilla,
S o b r e otro rnuncio q u e rueda
Y e n brazos d e esa odalisca
Q u e vale riias q u e los cielos,
L a tierra, el mar y sus islas;
Y al oir el dulce halago
De esa mujer tan divina,
Q u e si por diosa pasara
E n t r e las tribus gentílicas,
Virgen santa la creyerati
L o s q u e ante la cruz se humillan;
T a n fuerte y grande me siento,
Y d e tal modo me Iieshiza,
Q u e , á ser carnivora fiera,
H o y fuera la mas daiiina,
A ser árbol, fuera cedro
Q u e á las nubes desafía,
A ser rio, fuera el Ganges,
Y entre las peiias altivas
H o y fuera el cano Himalaya
Q u e a l sol carn á cara mira.
S i en mi cráneo no sintiera
Átomos d e luz purísima,
A ser tierra, fuera e! Ásia
P o r lo espléndida y antigua,
A ser agua, ftierit océano
Q u e apresa á la tierra misma;
A ser fuego, fuera rayo
Q u e desmoclia las encinas
Y á ser viento, fuera el Símoun,
Q u e á su aliento arretiiolina
Del Sahara la ariiiente arena
Para aventarla ensegitiiia
Y dejar la yertna sábana
C o m o u n lago, llana y lisa.
Mas la razón m e hace h u m a n o
Y tu a m o r m e diviniza,
Y así, mas q u e u n rey: iiie creo
U n sernidios q u e domina,
N o ya e n el iiiar, en la tierra
Y en la bóveda infinita,
S i n o en tí; mi prenda amado,
Cuya alma, d e puro altiva,
C o n su inmensidad supera
A cuanto la mente admira.
Hermosa, la m u y hermosa,
S i quieres q u e tc lo diga,
C o n la m a n o sobre el pecho
Déjame q u e te repita,
Que por ti soy rey del m u n d o ,
P o r tí conozco la dicha
Y hasta creo q u e los cielos
P o r tí encendieron el dia.
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Y así q u e nunca te estraíie
Si Iiasta t u madre te envidia,
Al ver q u e te quiero tanto
Q u e es ya t u vida mi vida,
i Pues si yo padezco ó gozo
E s según como palpitas!
E L JUEGO
H
inuchos más jugadores d e los q u e á primera vista parece: todos los liombres tenemos ambición y el juego n o reconoce otra causa.
Si antes d e empezar á jugar pudiéranios saber
la diferencia notabilísima entre el n ú m e r o d e los
q u e pierden y el d e los q u e ganan, es casi seguro
q u e n o etiipezóríamos á jugar nunca.
N o vacilainos e n aiirmar q u e hasta á los jugadot-es más afortunados lcs valilria mucho más
emplear el tiempo y el dinero en cualquier otra
cosa.
Solo pueden sacar partido del juego los q u e n o
fian su suerte al a z a r ; los q u e se valen de sus
trampas, es decir, los q u e roban.
T o d o el q u e juegadesciende á lo q u e á toda
costa evitaria, tratándosede c~talquieraotro asunt o ; el que acude i una casa d e jitego trata impresciniliblemente con mucliísinias personas sin
educacióii: bo12que1-osó jugaiiores de oficio, levanta i i ~ i i e ~ ~y fotros
o s desgraciados i~idirgeei~sables
e n todas las casas d e juego
*.
Muchos jugadores toman este vicio como u n
pasatiempo. h'ada más absurclo; e! juego n o es
una distracción, es un martirio. Véase sino el
semblante de la mayor parte de los que j u e p n .
Además d e las emociones consig~tientes,el juego
obliga á una vida dosordenada. E l jugador n o
come, ni duernie cuando quiere, solo cuando el
juego se lo permite.
A r
.-
E l jitego essiempre u u n i a l , nunca u n remedio.
E l q u e busca en el juego el pan para SLIS hijos,
solo encuentra sufrimientos horribles, aún en el
caso d e q u e la suerte le favorezca ; para jugar hay
q u e exponer algo.
E l hombre d e negocios, con el solo iiccho d e
entrar en una casa de juego, pierde niticito niás
d e lo q u e la suerte puede producirle. Estai pérdidas son seguras; las ganancias q u e confia obtener son problemáticas.
E l q u e acude al juego para satisfacer alguna
deuda, debe recordar q u e celqite solo tiene la niitad d e lo q u e ha d e satisfacer y jugando pierde
esta mitad, además d e n o satisfacer su deuda, se
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