EL PACTO SOCIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID CONTRA LOS TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO: LA ANOREXIA Y LA BULIMIA El pasado 2 de febrero de 2007 se presentó el Pacto Social Regional de lucha contra la anorexia y la bulimia. La diferencia entre ambas enfermedades es que el que sufre anorexia reduce a límites extremos la ingesta de comida, mientras que un bulímico come de forma descontrolada y luego el sentimiento de culpabilidad le lleva a provocarse el vómito. También es habitual que ambas dolencias se padezcan a la vez. Los síntomas para detectar la anorexia son claros. “El enfermo come poco, corta mucho la comida y suele dejar restos en el plato o en las servilletas”. Tiene mal humor, busca el aislamiento y, por lo general, está triste”. Más complicado es la bulimia, ya que la enfermedad se suele extender en el tiempo. “Sólo si convives con ellos sabes de sus cambios de humor. Físicamente parecen estar bien, ya que su aspecto es normal. Nadie lo sabe, excepto si se dejan pistas como que baje la despensa de forma alarmante”. La enfermedad se nutre de la baja ingesta de alimentos que deriva en problemas psicológicos Este Plan tiene como objeto la coordinación de actuaciones y la promoción de compromisos dirigidos a promover y difundir una imagen saludable. “Pretende concienciar y alarmar a la sociedad del efecto pernicioso que determinadas prácticas, especialmente alimentarias o dietéticas pueden provocar de cara sobre todo a los jóvenes”, las cuales en la mayoría de las veces, derivan en anorexia o bulimia. La iniciativa consiste fundamentalmente en medidas de información, concienciación y prevención, así como también se trata de “una oportunidad para reforzar” la atención sanitaria que se da desde el ámbito sanitario a estos trastornos alimentarios. Pionero mundial por las medidas que recoge, el Pacto incluye un protocolo para unificar las pautas de tratamiento de la enfermedad, para lo que se contará con la participación de los familiares de enfermos de anorexia. También aborda el problema de la unificación de las tallas e incluye la supervisión y seguimiento de la composición y tipo de alimentación servida tanto en escuelas públicas, concertadas y privadas, como en institutos y universidades. Para la elaboración del Pacto, el Gobierno Regional ha querido contar con la colaboración de más de cien organizaciones, entre ellas: los Colegios Profesionales (médicos, enfermería, psicólogos y farmacéuticos) agentes sociales, asociaciones de pacientes y familiares, organizaciones de consumidores, agencias de modelos, Feria de Madrid, el Defensor del Menor, Federación Madrileña de Municipios y Universidades Públicas. Las Consejerías implicadas en el desarrollo del Plan son las de Educación, Sanidad, Cultura y Deportes, Familia y Asuntos Sociales y Economía e Innovación Tecnológica. La participación en este plan no está cerrada, ya que el documento queda abierto a la libre adhesión de los organismos o asociaciones que lo consideren conveniente. El Pacto Social incluye 24 medidas concretas para combatir los citados trastornos alimentarios, entre ellas caben destacar las siguientes: Se establecen límites a la participación de modelos menores de edad en las pasarelas exhibiendo ropas de adultos. Este acuerdo pretende evitar que desfilen modelos con una relación entre peso y la talla -Índice de Masa Corporal (IMC)-, menor de 18, siguiendo las recomendaciones de los expertos. También se incidirá en los comercios para que ofrezcan una variedad de tallas acorde a la población y en el autocontrol en medios de comunicación, publicistas y anunciantes, así como en directores de programas y series televisivas. En el mes de enero Sanidad y empresarios creadores de moda españoles firmaron un acuerdo para homogeneizar tallas La Asociación de creadores de Moda de España, la Agrupación española de Género de Punto, la Federación Española de Empresas de Confección, El Corte Inglés, Cortefiel, Inditex y Mango han suscrito el convenio, que persigue “promover la extensión de cánones de belleza saludables desde el punto de vista de la moda”. Estos agentes se comprometen a adaptar la información sobre tallas a la norma europea de aplicación discrecional UNE-EN 13402. Además, ofrecerán información adicional en las etiquetas que reflejará las medidas corporales que corresponden a la talla de la prenda. Esta información adicional dependerá de los resultados que se obtengan del estudio antropométrico de la población femenina _la más afectada por la diferencia de tallas-, y que comenzará este año el Instituto Nacional de Consumo en 8.500 mujeres entre 12 y 70 años. La información adicional se implantará en el mercado en el plazo de dieciocho meses desde su finalización. La autorregulación también obliga a que los maniquíes se correspondan con al menos una talla 38 y, además, se establece que la talla 46 no se considere talla especial. La Generalitat de Cataluña anuncia, también, que consensuará con el sector de la moda catalana una serie de medidas que pasan por la no utilización de modelos de delgadez severa en las pasarelas y la unificación de las tallas con el objetivo de reducir los trastornos de alimentación, especialmente entre las jóvenes. Propone evitar la aparición de dietas de adelgazamiento en publicaciones y programas destinados a menores de 18 años. En el caso de medios de difusión destinados a adultos, estos regímenes deberán aparecer en secciones de Salud bien especificadas y avalados por nutricionistas y expertos médicos, acompañados por su número de colegiado. Cada una de las cinco Consejerías implicadas intensificará los controles de venta y publicidad de productos dietéticos y complementos alimenticios, así como de las denominadas dietas milagro, para lo que se fijará una campaña de inspección -con carácter anual- sobre la información y publicidad de los “productos milagro”. Prevé la inmediata puesta en marcha del Instituto de Nutrición y Trastornos Alimentarios de la Comunidad, dedicado a la prevención de los trastornos del comportamiento alimentario y en el que el ciudadano podrá acceder -a través de una página web-, para cursar sus denuncias, recabar información e incluso adherirse al Pacto. A su vez, el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) pondrá en marcha un Registro de enfermos -en el marco del Plan del Trabajo sobre la Atención Sanitaria a pacientes con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)-, con el fin de conocer el numero de afectados y realizar el debido seguimiento. ADANER (Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia) cifra el número de afectados de la Comunidad de Madrid en 25.000. Según el SERMAS las personas atendidas en la Red de Salud Mental por este motivo, en 2004, fueron 1.836. Actualmente hay en la región cinco hospitales de Día con apoyo educativo, pero sólo uno, el del Hospital Niño Jesús, dispone de una Unidad específica para tratar trastornos alimentarios en niños y adolescentes, dispone, también, de una Unidad de Hospitalización Breve, que junto al Hospital Gregorio Marañón suman un total de 39 camas. Para los adultos no existen unidades específicas teniendo que ingresar los enfermos en las áreas de psiquiatría de sus hospitales de referencia. Los niveles asistenciales de primaria y especializada desarrollarán, en colaboración con las sociedades científicas y las asociaciones de pacientes, un protocolo marco para homogeneizar la atención sanitaria a los trastornos de la conducta alimentaria en todas las áreas de salud. El protocolo es una de las medidas contempladas en el Pacto. En Madrid la atención a los trastornos de la conducta alimentaria se presta en tres niveles. El primero, el ambulatorio, se desarrolla en los centros de salud mental de cada distrito (37 en la Comunidad), con el fin de que el enfermo no se desvincule de su entorno. En 2005 se creó la figura del responsable de trastornos alimentarios en cada área de salud mental. En el segundo nivel, el de los hospitales de día, los pacientes acuden durante media jornada, incluidas las comidas. Hay unidades para niños y adultos. El tercer nivel es el de la hospitalización breve, debido a que estas enfermedades son las que más ingresos originan de todos los trastornos mentales. -También se promoverán campañas de prevención e información de anorexia y bulimia, dirigidas a Asociaciones de Madres y Padres (AMPAS), Técnicos Deportivos, entrenadores, responsables de gimnasios, monitores deportivos o de campamentos, escuelas de danza, etc. Además, la Educación para la Salud será una prioridad en los Planes Anuales de Formación permanente del profesorado. Además de Madrid, Navarra pretende desarrollar un plan de actuación, para lo que ha formado un grupo de especialistas de salud mental, primaria y salud pública. La Consejería de Salud pretende mejorar la detección precoz y el tratamiento de estos trastornos a través de un programa que incluye formación a médicos y coordinación de las áreas implicadas (Endocrinología, Psicología y Psiquiatría, Nutrición, Epidemiología, etc.).