CLASES SOCIALES Y ESTRUCTURA SOCIAL ESTUDIO CIS nº 2.634 Jorge Rodríguez Menés 1. Objetivos El objetivo principal del estudio es recabar información sobre las experiencias, condiciones de trabajo y de vida de la población adulta residente en España, con la que poder estudiar la estructura socioeconómica y de clases española. En contra de lo habitual en las encuestas del CIS, el estudio incluye a residentes no nacionales que se encuentran en España por motivos de trabajo. La encuesta recoge la información necesaria para elaborar y reproducir varios indicadores nacionales e internacionales de estatus ocupacional, socio-económico y de clase social, con la ayuda de clasificaciones actualizadas de ocupación. Se pretendía contrastar la utilidad de estos indicadores para entender fenómenos importantes de la vida cotidiana de los entrevistados y proporcionar una rica visión de la estructura de clases española. Entre los aspectos estudiados figuran: el nivel de autonomía y decisión en el trabajo de los entrevistados, las cualificaciones y titulaciones que poseen, las oportunidades de las que se benefician, las ventajas materiales de que disfrutan y su procedencia, sus puntos de vista sobre la justicia social, las desigualdades y los derechos fundamentales de las personas, sus preferencias y prácticas políticas, las redes sociales en las que operan, y sus costumbres y gustos culturales. 2. Metodología La encuesta consta de dos versiones, una para ocupados y otra para no ocupados. La versión para ocupados recoge información detallada sobre sus condiciones laborales, la complejidad técnica de sus actividades ocupacionales, los recursos con los que acceden al trabajo y las recompensas materiales devengadas por el trabajo. El resto de la encuesta se aplica tanto a los ocupados como a los no ocupados y versa sobre sus estilos, condiciones y preferencias de vida. Para analizar los resultados de la encuesta se elaboraron previamente varios indicadores socio-económicos y de clase mediante técnicas estadísticas multivariadas aplicadas a la agrupación y ordenación de las ocupaciones. Éstas últimas se codificaron con dos clasificaciones, la Clasificación Nacional de Ocupaciones de 1968, CNO-68, y la CNO-94, lo que permitió elaborar indicadores característicos de ambas. La complejidad de la información requerida para construir los indicadores obligó a diseñar la encuesta con un tamaño grande de muestra (8.265 individuos), 4.256 ocupados y 4.009 no ocupados. Los indicadores de clase se elaboraron con la muestra de ocupados pero se aplicaron también a los no ocupados, clasificándolos por su ocupación, si habían trabajado antes, o por la del cabeza de familia si nunca habían trabajado. 1 3. Resultados Los resultados más relevantes del estudio se presentan en relación con tres temas: la complejidad de las tareas ocupacionales de los entrevistados, sus condiciones socio-económicas y sus ideologías y costumbres. Se presentan para cinco clases sociales: clase obrera subalterna (peones, jornaleros y otros trabajadores manuales no cualificados), aristocracia obrera (operadores, conductores y asalariados manuales cualificados), trabajadores por cuenta ajena en los servicios (camareros, dependientes, conserjes), nuevas clases medias (cuadros medios, administrativos, profesionales subordinados) y viejas clases medias (autónomos, propietarios y empresarios, directivos y profesionales tradicionales). 3.1. Actividades ocupacionales La encuesta muestra que las actividades de los ocupados en España pueden agruparse y ordenarse en una escala según su complejidad, de acuerdo al número y variedad de las tareas realizadas y al número e importancia de las decisiones que requieren ser tomadas. Estas dos dimensiones están asociadas, a su vez, al grado de interacción en el trabajo con objetos, personas y datos, y a los riesgos y responsabilidades que deben asumirse. Cuanto mayor es el grado de interacción con personas y datos (y menor con objetos), y mayores las responsabilidades y riesgos asumidos, mayor es la complejidad de las tareas asociadas a cada ocupación. La complejidad del trabajo realizado por la clase obrera subalterna está por debajo de la media de la de las viejas y nuevas clases medias, los trabajadores de los servicios, y la “aristocracia obrera” (1,5, 1,2, 0,34 y 0,3 unidades de desviación típica por debajo, respectivamente). Las diferencias están acompañadas de pautas distintas de interacción con objetos, datos, y personas. Si la proporción de las clases obreras que interactúan predominantemente en su trabajo con objetos se acerca al doble del promedio para todos los trabajadores, esa proporción es cuatro veces menor que el promedio entre las nuevas clases medias, donde por el contrario predomina la interacción con datos (dobla al promedio). Los trabajadores de los servicios interactúan con personas tres veces más que la media, mientras que las viejas clases medias interactúan con objetos, personas y datos de forma similar a como lo hace la sociedad en su conjunto. En definitiva, la clase obrera realiza fundamentalmente trabajo manual; los trabajadores de los servicios, interpersonal; las nuevas clases medias, trabajo intelectual; y las viejas clases medias, un poco de todo. El análisis comparado de las principales obligaciones y cualidades requeridas en los trabajos realizados por cada clase social complementa los resultados anteriores. En el cuadro 1 aparecen las obligaciones, cualidades y valoraciones del trabajo más características de cada clase, entendiendo por éstas las respuestas que más difieren del promedio o porcentaje general correspondiente al conjunto de los ocupados. Estas respuestas son citadas 2 por un porcentaje de individuos tantas veces superior al promedio como se señala en negrita en el cuadro, e igual en términos absolutos al que aparece en el cuadro en cursiva. Por ejemplo, el seguir fielmente reglas e instrucciones constituye la característica u obligación más característica del trabajo de los obreros subalternos. El porcentaje de éstos que piensan que esta obligación es esencial en su trabajo es 1,7 veces superior al porcentaje correspondiente a todos trabajadores, o más exactamente, un 52%. Cuadro 1. Resumen de las características atribuidas a la ocupación por cada clase social Clase Obreros subalternos Aristocracia obrera Trabajadores de los servicios Nuevas clases medias Viajes clases medias Obligaciones Seguir fielmente reglas e instrucciones (1,7; 52%) Trabajar con precisión (1,7; 23%) Interpretar instrucciones y pedidos (2,1; 9%) Cualidades Fuerza física (2,5; 31%) Destreza y precisión de movimientos (2,4; 13%) Comprensión y tolerancia hacia los demás (2,0; 18%) Buenas capacidades lógicas (1,7; 7%) Creatividad e imaginación (2,0; 3%) Valoraciones Desagradable (2; 5%) y duro (1,7; 22%) Peligroso (2; 13%) y desagradable (1,3; 3%) Entretenido (1,3; 25%) y estresante (1,2; 18%) Captar las necesidades de Emotivo (1,4; 8%) e otros trabajadores (1,5; 19%) interesante (1,3; 21%) Conocer las características Competitivo (1,4; 10%) técnicas de los productos o y bonito (1,2; 13%). servicios ofertados (1,6; 22%) Elaboración propia a partir del estudio 2634. *Las cifras entre paréntesis indican cuán por encima (en negrita) del promedio para todas las clases está el porcentaje de entrevistados que menciona una determinada obligación, cualidad o calificación en una clase en particular. Este porcentaje se expresa a continuación en términos absolutos en cursiva. Los resultados sugieren que las clases obreras realizan trabajos manuales duros, desagradables y peligrosos, que en el caso de los obreros subalternos requieren el uso rutinario de la fuerza, mientras que en la aristocracia obrera requieren destreza y precisión. Los trabajadores de los servicios dedican gran parte de su tiempo al trabajo interpersonal, lo que requiere interpretar instrucciones y pedidos de clientes y jefes, así como mostrar comprensión y tolerancia. Si bien este tipo de trabajo entretiene, también genera estrés. Las nuevas clases medias también hacen trabajo interpersonal, pero más de equipo, lo que requiere captar y sentir las necesidades de otros. Su trabajo también es más intelectual, lo que lo hace más interesante. Las viejas clases medias deben conocer bien los productos o servicios que ofertan pero también imaginar y crear otros nuevos. Los desafíos del trabajo lo hacen competitivo pero también más bonito. El nivel de decisión en el trabajo varía en función de la clase social. En respuesta a cómo se autorizan las decisiones más importantes que deben tomarse en su trabajo, los ocupados en cada clase social señalan procedimientos distintos que muestran diferencias importantes en sus niveles de responsabilidad. Si las decisiones automatizadas son 2 veces más frecuentes en la aristocracia obrera que en el conjunto de trabajadores, la obligación de seguir normas preestablecidas lo es 1,7 veces más entre los obreros subalternos, y las autorizaciones verbales, 1,4 veces más entre los 3 trabajadores de los servicios. En las nuevas clases medias la deliberación y las autorizaciones por escrito predominan (se las cita 1,5 y 1,8 veces por encima del promedio, respectivamente), mientras que en las viejas clases medias lo más característico es elegir personalmente la solución considerada como más adecuada (2,1) o asumir legal o personalmente la responsabilidad de que algo salga mal (2,0). A las diferencias entre las clases sociales en las características de sus trabajos las acompañan otras similares en la fiscalización del esfuerzo al que se ven sometidas y las consecuencias de sus errores. Si la fiscalización del esfuerzo de la clase obrera subalterna se produce especialmente por vigilancia directa (1,7 veces por encima del promedio), la de la aristocracia obrera está regulada automáticamente por el ritmo de trabajo (1,8 veces), la de los trabajadores de los servicios, por el tiempo trabajado (1,3), y la de las nuevas y viejas clases medias, por la satisfacción de los “clientes” (1,2 y 1,8). Privados de la capacidad de decisión, no es de extrañar que los obreros subalternos cometan errores sin consecuencias 1,4 veces más a menudo que el conjunto, o que los de los asalariados de los servicios resulten en multas y sanciones personales leves 2,4 veces por encima del promedio. Si bien los errores de la aristocracia obrera pueden poner en peligro la seguridad propia o de otros 1,7 veces más frecuentemente que los de las otras clases, las consecuencias de los errores sólo son percibidas como potencialmente graves en las clases medias, sin duda por la mayor importancia de sus decisiones. Pero mientras que en las nuevas clases medias las consecuencias suelen ser personales, aunque puedan derivar en sanciones graves (1,9 veces por encima del promedio), en las viejas pueden resultar en el cierre de las empresas/actividades que dirigen o en pérdidas económicas importantes para éstas (2,8 veces por encima el promedio). 3.2. Condiciones socio-económicas La encuesta también recoge una amplia información sobre las condiciones socio-económicas de los entrevistados que, como en el caso de las condiciones y aptitudes para el trabajo, también parecen variar en función de la clase social. Las condiciones socio-económicas pueden dividirse en dos grandes tipos: las que otorgan ventajas o desventajas para acceder a un estatus ocupacional y las que se derivan de la explotación del estatus. Entre las primeras figuran la educación y, en general, cualquier recurso económico, social o político que pueda utilizarse para conseguir una ocupación. Entre las consecuencias derivadas de la explotación del estatus se encuentran los ingresos y la seguridad/precariedad laboral. Empezando por los recursos de acceso al trabajo, la clase obrera subalterna presenta el promedio más bajo de años estudiados (8,3), mientras que las nuevas y las viejas clases medias presentan los más altos (11,3 y 14,4 respectivamente). Conviene señalar que hay diferencias importantes dentro de estas últimas entre los propietarios agrícolas, con promedios muy bajos, y las élites socioeconómicas (profesionales tradicionales y grandes y 4 medianos empresarios y directivos) con promedios similares a los de las nuevas clases medias. Años cursados Gráfico 1: Media de años de estudio cursados, en total y en instituciones públicas, por clase Años de estudio sin contar repeticiones 16 15 14 13 12 11 10 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0 Años de estudios en instituciones públicas Clase obrera subalterna Aristocracia obrera Trabajadores Nuevas clases Viejas clases de los medias medias servicios Total Elaboración propia a partir del estudio 2634. Las diferencias educativas entre las grandes clases están acompañadas de otras similares relativas a la proporción de años cursados en instituciones públicas, un 82% en el caso de la clase obrera subalterna, mientras que entre las nuevas y viejas clases medias es un 67 y 70% respectivamente, aquí también con diferencias marcadas entre los autónomos y propietarios agrícolas y las élites socio-económicas (más y menos inclinados, respectivamente, hacia la enseñanza pública). Los logros educativos de los entrevistados están fuertemente vinculados a las calificaciones que obtenían cuando tenían 16 años: los que entonces sacaban buenas o muy buenas notas acabaron luego cursando 3 años más, en término medio, que los que sacaban notas regulares, malas o muy malas. Estas diferencias dependen en gran medida del grado en que los padres alentaron a los hijos a estudiar: la diferencia en años cursados entre quienes contaron o no con padres que los animaron a estudiar es de 4,2 años. Tanto las notas de los hijos como las ambiciones de los padres están asociadas a la clase social: más de un 50% de las clases obreras y de los trabajadores de los servicios sacaban notas regulares, malas o muy malas, en comparación con menos de un 40% de las nuevas y viejas clases medias (menos de un 30% de estas últimas si se excluye a los autónomos y pequeños propietarios de estas últimas). El porcentaje de quienes, en las clases obreras, tenían padres que les animaran a estudiar es de un 62-65%, en comparación con un 86% en las nuevas clases medias y con un 73-76 en las otras dos. En definitiva, la clase social tiene un impacto importante sobre las aspiraciones y los logros educativos de los entrevistados, que es especialmente positivo para las nuevas clases medias. 5 Gráfico 2: Porcentaje de entrevistados que sacaba notas buenas o muy buenas a los 16 años y cuyos padres les animaban a estudiar, por clase 100 90 80 Sacaba notas buenas o muy buenas Sus padres le animaban a estudiar Porcentaje 70 60 50 40 30 20 10 0 Clase o brera subalterna A risto cracia Trabajado res o brera de lo s servicio s Nuevas clases medias Viejas clases medias To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. Si la educación constituye el recurso principal en manos de las nuevas clases medias y de las élites educadas para acceder a sus puestos de trabajo, el capital los es para las viejas clases medias. En promedio, las viejas clases medias realizaron más de una inversión en licencias, participaciones, inmuebles, equipamiento, personal o formación para acceder a su trabajo actual. Casi la mitad lo fueron por un importe superior a los ingresos totales percibidos en el primer año de trabajo y fueron costeadas en su mayoría por el propio entrevistado (33%) o familiares directos (12%) o por préstamos bancarios avalados personalmente (20%) o por familiares directos (14%). Los porcentajes son menores y decrecientes en las todas las otras clases. Estas oportunidades de inversión de las clases dependen de una distribución desigual del capital familiar. La renta mensual media disponible para cada miembro familiar (resultante de dividir los ingresos totales familiares por el número de personas en el hogar) es de 690 euros en las viejas clases medias, 766 en las nuevas clases medias, 533 en los asalariados de los servicios, 515 en la aristocracia obrera y 451 euros en la clase obrera subalterna. Gráfico 3: renta mensual disponible para cada miembro familiar, por clase 6 900 Ingresos familiares mensuales por miembro del hogar 800 700 Euros 600 500 400 300 200 100 0 Clase o brera A risto cracia Trabajado res subalterna o brera de lo s servicio s Nuevas clases medias Viejas clases medias To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. Las viejas clases medias perciben en promedio 0,4 tipos distintos de rentas mensuales por alquiler de inmuebles, dividendos o intereses; el promedio es similar en lo que respecta a tipos de rentas que devengan la mitad o más de los ingresos familiares mensuales totales. Por el contrario, aquél promedio es de 0,3 en las nuevas clases medias y la mitad o menos en las otras clases, y también es inferior respecto a las que devengan montantes importantes. Un 10% de las viejas clases medias tiene propiedades que rentan alquileres mensuales o por temporada, contra un 7, 4 y 3%, respectivamente, de las nuevas clases medias, los asalariados de los servicios y las clases obreras. Además, un 25% posee propiedades para explotación propia, en comparación con un 7% en el conjunto de las clases. Muchas de estas propiedades fueron recibidas en herencia: un 42% de los entrevistados en las viejas clases medias heredó inmuebles, terrenos, participaciones, negocios, dinero u otros bienes de valor en el pasado, teniendo un impacto importante o determinante en la vida del 36% de los que las recibieron. En comparación, sólo un 30% de las nuevas clases medias y un 26%, aproximadamente, de las otras clases heredó alguno de aquellos bienes, teniendo un impacto importante o determinante sólo para el 28% de los herederos. Estando en desventaja respecto a su capital educativo y material, las clases obreras echan mano más a menudo de sus redes sociales más cercanas para encontrar sus trabajos. Si un 55, 53 y 52% de los ocupados en, respectivamente, la aristocracia obrera, la clase obrera subalterna y los asalariados de los servicios encontró su trabajo actual mediante contactos personales o a través de familiares o amigos cercanos, ese porcentaje baja al 40 y 36% entre las nuevas y las viejas clases medias. Gráfico 4: Porcentaje de entrevistados que encontró el trabajo actual a través de contactos personales o por familiares y amigos cercanos, por clase 7 Encontró el trabajo por contactos personales o a través de familiares o amigos cercanos 60.00 50.00 Porcentaje 40.00 30.00 20.00 10.00 0.00 Clase o brera A risto cracia Trabajado res subalterna o brera de lo s servicio s Nuevas clases medias Viejas clases medias To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. Las diferencias en los recursos utilizados para acceder al trabajo se manifiestan en la explotación de estatus ocupacionales que devengan distintas recompensas materiales. Los ingresos mensuales netos por el rendimiento del trabajo personal tienen un corte de clase: los trabajadores de las viejas clases medias, las nuevas clases medias, los asalariados de los servicios, la aristocracia obrera, y la clase obrera subalterna ganan, en promedio, 1.614, 1.352, 911, 1.203, y 906 euros netos al mes. Euros Gráfico 5: Ingresos netos mensuales por el trabajo personal, por clase 1700 1600 1500 1400 1300 1200 1100 1000 900 800 700 600 500 400 300 200 100 0 Ingresos netos mensuales por trabajo personal Clase o brera A risto cracia Trabajado res subalterna o brera de lo s servicio s Nuevas clases medias Viejas clases medias To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. Las probabilidades de mejora en sus retribuciones son también distintas: el 53, 55, 42, 47 y 40% respectivamente, de los ocupados en cada una de aquellas clases ganan actualmente más que cuando empezaron a hacer el trabajo actual (descontando el aumento en el coste de la vida). Estas 8 diferencias pueden explicarse en parte por el distinto grado de precariedad laboral. En promedio, las viejas clases medias llevan 14 años ejerciendo el mismo trabajo; las nuevas clases medias, 10 años; los asalariados en los servicios, 8; la aristocracia obrera, 13; y la clase obrera subalterna, 9. Las clases obreras (50%), junto con los trabajadores de los servicios (35%), presentan los porcentajes mayores de ocupados con contratos temporales, así como de trabajos estacionales o intermitentes (16 y 10%) y de desempleados que buscan trabajo activamente (12 y 13%). Gráfico 6: Porcentajes de trabajadores desempleados, con trabajos estacionales/intermitentes y contratos temporales, por clase 55 Desempleado (base: población activa) 50 Trabajo intermitente u ocasional (base: ocupados) 45 Contrato temporal (base: ocupados) Porcentaje 40 35 30 25 20 15 10 5 0 Clase o brera subalterna A risto cracia o brera Trabajado res Nuevas Viejas clases de lo s clases medias medias servicio s To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. El cuadro 2 resume los factores más característicos que cada clase cree que han contribuido más a explicar sus ingresos actuales, así como aquéllos que opina que deberían haberlo hecho. El cuadro identifica el factor que más distingue a cada clase de las otras, o sea, el que más por encima está del porcentaje promedio de respuestas para todas las clases: 2, si el porcentaje en esa clase dobla al promedio, 3 si lo triplica, etc. Por ejemplo, el factor que los obreros subalternos citan más veces por encima del promedio es la condición de hombre/mujer. Lo hacen 1,5 veces más que el conjunto de los trabajadores. Puesto que estos últimos lo hacen en un 14,3% de los casos, el porcentaje de obreros subalternos que cita ese factor como el más importante para fijar sus ingresos es de un 22%. Cuadro 2: Factores que mejor explican los ingresos actuales y factores que mejor deberían explicarlos, por clase Clase Obreros subalternos Aristocracia obrera Factor que mejor explica los ingresos actuales La condición de hombre/ mujer (1,5; 22%)* Las condiciones de peligro, ruido, etc. del trabajo (1,6; 9 Factor que debería regular los ingresos Las necesidades de su familia (1,3 - 12%) Las condiciones de peligro, ruido, etc. del trabajo (1,4; Trabajadores de los servicios 35%) No destacan ningún factor en especial 10%) La condición de hombre/mujer (1,6; 0,1%) y la experiencia en el trabajo (1,2; 15%) Años de educación (1,2; 7%) Nuevas clases Años de educación (1,5; 60%) medias Viajes clases Riesgos asumidos al trabajar Riesgos asumidos al trabajar medias (2,6; 64%) (1,5; 4%) Elaboración propia a partir del estudio 2634. *Las cifras entre paréntesis indican cuán por encima (en negrita) del promedio para todas las clases está el porcentaje de entrevistados que menciona un factor determinado en una clase en particular. Este porcentaje se expresa a continuación en términos absolutos en cursiva. Los resultados confirman la importancia que las nuevas y las viejas clases medias dan a los recursos como la educación y el capital (riesgos asumidos) como fuentes de ingresos, en comparación a la importancia que las otras clases dan a las condiciones que les afectan, como el ser hombre o mujer, sus necesidades personales o las características del trabajo. 3.3. Ideologías, costumbres y estilos de vida. Las diferencias entre clases en los recursos que poseen, en sus actividades ocupacionales y en las recompensas que reciben están asociadas a maneras distintas de entender el mundo. Para empezar, las clases tienen nociones distintas sobre la justicia social. El porcentaje de los que opinan que las desigualdades de ingresos son moralmente inaceptables en cualquier circunstancia es mayor en la clase obrera, subalterna o no (25 y 23% respectivamente) que en las viejas clases medias (17%). Por el contrario, el porcentaje de los que piensan que las desigualdades son aceptables si ayudan a que los mejores ocupen los puestos más importantes, contribuyendo así al bienestar general, es mayor en las nuevas clases medias (40%) y los trabajadores de los servicios (38%) que en los obreros subalternos (32%). Las viejas clases medias opinan más que ninguna otra (37%) que las desigualdades son siempre aceptables, pues es justo que cada uno reciba según sus esfuerzos, riesgos y responsabilidades; la clase obrera subalterna es la que menos de acuerdo está con esta afirmación (31%). Gráfico 7: Juicios sobre la moralidad de las desigualdades, por clase 10 Son siempre moralmente inaceptables Son moralmente aceptables bajo determinadas condiciones 45 Son siempre moralmente aceptables 40 35 Porcentaje 30 25 20 15 10 5 0 Clase o brera subalterna A risto cracia o brera Trabajado res Nuevas Viejas clases de lo s clases medias medias servicio s To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. Estas preferencias conllevan la defensa preferente de derechos distintos. Aunque en todas las clases predomina la defensa de los derechos sociales, como el derecho a una vivienda y nivel de vida dignos, sobre la defensa de los civiles, como el derecho la propiedad privada, y políticos, como los derechos de expresión y asociación, las viejas clases medias optan en mayor proporción por defender los derechos civiles (19%) y políticos (12%), y las clases trabajadoras, los derechos sociales (81-79%). Gráfico 8: Preferencias por derechos civiles, políticos y sociales, por clase Civiles 90 Políticos Sociales 80 70 Porcentaje 60 50 40 30 20 10 0 Clase o brera subalterna A risto cracia o brera Trabajado res Nuevas Viejas clases de lo s clases medias medias servicio s To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. Existen también diferencias relevantes entre clases en el grado y modo en que siguen la actualidad política. Las clases medias (nuevas y viejas) se 11 informan más que las otras de la actualidad política por la prensa (un 25%, en comparación a un 21% en el conjunto de las clases), y también discuten más de política con familiares y amigos que las otras (16% contra un 14%); por el contrario, la clase obrera, especialmente la subalterna, se informa en mayor medida escuchando la radio y la televisión (un 78% contra un 65%). Gráfico 8: Fuentes de información política Lee las secciones políticas de los periódicos Escucha o ve las noticias en la radio o la televisión Discute de política con sus familiares y amigos 90 80 70 Porcentaje 60 50 40 30 20 10 0 Clase o brera subalterna A risto cracia o brera Trabajado res Nuevas clases Viejas clases medias medias de lo s servicio s To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. El nivel de participación política también varía por clases, si se mide por el número de grupos de presión, de 0 a 6, a los que pertenecen sus miembros: 0, si no pertenecen a ninguna organización política, sindical, patronal, no gubernamental, profesional o religiosa; 6, si pertenecen a por lo menos una organización en todos y cada uno de esos seis apartados. Las nuevas y viejas clases pertenecen a un mayor número de estos grupos de presión, aunque el promedio es menor de 1 (0,7 y 0,5, respectivamente), confirmando el ya conocido bajo nivel de participación política en España. Les siguen la aristocracia obrera, los asalariados de los servicios y la clase obrera subalterna, (0,42, 0,35 y 0,27 respectivamente). La participación política se manifiesta también de manera menos formal, participando en actos políticos y de protesta. Por término medio, las tres clases intermedias, la aristocracia obrera, los asalariados de los servicios y, especialmente, las nuevas clases medias, dicen haber participado en un número mayor (1,10, 1,03 y 1,44 respectivamente) de estos actos, entre los seis que les fueron mostrados y que iban desde llevar una pegatina a participar en una protesta ilegal. Los obreros subalternos presentan el número menor (0.72). Los partidos políticos tienen distintas raíces de clase. El Gráfico 9 muestra cómo el PSOE recibe 1,25 y 1,14 veces más simpatías, en porcentaje, de la clase obrera subalterna y la aristocracia obrera que de la sociedad en su conjunto; IU, 1,45 y 1,33 más de los asalariados en los servicios y de las nuevas clases medias; los grupos regionalistas/nacionalistas de izquierda, 1,33 más de las nuevas clases medias; los grupos regionalistas/nacionalistas 12 de derechas, 1,24 y 1,35 más de las nuevas y las viejas clases medias, y el PP 1,48 veces más de las viejas clases medias. En definitiva, el PSOE está más arraigado en las clases trabajadoras; IU y los nacionalistas de izquierda, en las clases intermedias, especialmente las nuevas clases medias; y los grupos nacionalistas de derecha y el PP, en las viejas clases medias. Gráfico 9: Preferencias partidistas, por clase 1.6 PSOE IU Nac. Drcha. PP Nac. Izda. 1.5 1.4 1.3 1.2 1.1 1 0.9 0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 Clase o brera subalterna A risto cracia o brera Trabajado res de lo s servicio s Nuevas clases medias Viejas clases medias Elaboración propia a partir del estudio 2634. Estas diferencias en simpatías se explican en parte por la ubicación en promedio de cada clase social en distintas escalas de posicionamiento político incluidas en la encuesta. Así, en la escala izquierda derecha (0-10), hay diferencias entre las distintas clases, ubicándose la clase obrera subalterna en un promedio de 4,3, la aristocracia obrera y los asalariados de los servicios en el 4,1, las nuevas clases medias en el 4,2 y las viejas clases medias en el 4,9. Las viejas clases medias (4,4) y la clase obrera subalterna (4,3) también son las más conservadoras por auto-posicionamiento en una escala de progresismo-conservadurismo que va del 0 al 10. Las nuevas clases medias y los trabajadores de los servicios son las más liberales (medias de 3,7 y 4,0 respectivamente) y las que se ubican en posiciones más feministas en otra escala del 0 al 10 de feminismo-machismo (4,1 y 4,2, en comparación con una media de 4,4 para las viejas clases medias). Gráfico 9: Ubicación media de cada clase en escalas de ideología, conservadurismo, y feminismo 13 De derechas Conservador Feminista 7 6 Porcentaje 5 4 3 2 1 0 Clase o brera subalterna A risto cracia o brera Trabajado res de lo s servicio s Nuevas clases Viejas clases medias medias To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. Estas diferencias son congruentes con las preferencias religiosas de cada clase. Hay un porcentaje mayor de católicos practicantes en las viejas clases medias y en la clase obrera subalterna (un 46 y un 39%, respectivamente, de sus miembros acude con frecuencia semanal o menor a misa), mientras que tienen una menor presencia en las nuevas clases medias y en los asalariados de los servicios (33 y 32% respectivamente). De forma coherente, el porcentaje de agnósticos y no creyentes es mayor en las nuevas clases medias y en los asalariados de los servicios (22 y 7% respectivamente) que en las viejas clases medias y en la clase obrera, subalterna o no (14, 13 y 9%, respectivamente). Gráfico 10: Creencias religiosas, por clase social 14 Católico practicante Agnóstico o no creyente 50 45 40 Porcentaje 35 30 25 20 15 10 5 0 Clase o brera subalterna A risto cracia o brera Trabajado res Nuevas clases Viejas clases medias medias de lo s servicio s To tal Elaboración propia a partir del estudio 2634. En estas diferencias quizás tengan algo que ver las pautas de asentamiento características de las clases, pues las intermedias viven, en promedio, en hábitats más urbanos (medias por encima de los 300.000 habitantes), a los que identifican desproporcionadamente como “barrios”, mientras que las dos clases obreras viven en núcleos menos poblados (medias por debajo de 230.000 habitantes), a los que denominan como “pueblos” más frecuentemente que el promedio. Las viejas clases medias tienen pautas de asentamiento más heterogéneas. Las clases se ordenan más claramente según sus redes de solidaridad social. Las clases medias señalan en promedio un número de personas mayor que las clases obreras en las que podrían confiar para que: les cuidaran si cayeran enfermos (5,0 personas en comparación a 4,3), les prestaran una suma importante de dinero (2,7 comparado con 2,1), compartieran sus pesares (5,3 comparado con 4,6), o les ayudaran a encontrar un trabajo (6,4 comparado 5,7). Los asalariados de los servicios están entre medias de los dos grandes grupos. Los niveles de endogeneidad social, es decir, de interacción con individuos con características sociales similares, son altos y parecidos en todas las clases. Un 94% de los entrevistados dice que la mitad o más de las personas en su círculo de amistades son de su misma clase social; un 86%, de su mismo nivel educativo; un 87%, de sus mismos orígenes geográficos; un 62%, de su misma ideología política; y un 74%, con sus mismas creencias religiosas. Esta endogeneidad genera “gustos” distintos, ya sea en relación a programas de televisión, estilos de música, o tipos de ropa de vestir. En respuesta a qué tipo de programas de televisión les gustan más, los entrevistados en su conjunto eligen programas de información y noticias (22%) y películas (21%) como sus preferidos. Los dos estilos de música más populares son la música moderna como el pop, rock, etc. (35%) y la música 15 folclórica española (24%). Por último, los dos tipos de ropa de vestir preferidos por los entrevistados son la ropa cómoda y confortable (42%) y la de corte normal y a buen precio (32%). Aunque estos rangos se mantienen en todas las clases, ciertos programas, estilos de música y tipos de ropa son más característicos de unas que de otras. El cuadro 3 muestra los más característicos de cada clase. Indica cuantas veces por encima del promedio para todas las clases está el porcentaje de entrevistados que prefiere esos programas, músicas y ropas en una clase en particular. Cuadro 3. Preferencias culturales por clase social Clase Obreros subalternos Aristocracia obrera Trabajadores de los servicios Televisión Telenovelas (1,9; 7%)* Nuevas clases medias Coloquios, tertulias y debates (1,4; 7%) Programas deportivos (1,4; 14%) Programas de telerealidad (2,1; 2%) Música Música folclórica española (1,5; 34%) No les gusta la música (1,2; 7%) Urbana (heavy metal, punk, hip-hop, etc.) (1,4; 7%) Jazz (1,7; 7%) Ropa De corte normal y a buen precio (1,2; 39%) Cómoda y confortable (1,1; 47%) Ropa extravagante y rebuscada (1,7; 1%) Ropa sobria y correcta (1,3; 10%)/Ropa de moda y que refleje su personalidad (1,2; 17%) Ropa sobria y correcta (1,4; 11%) Viajes clases Programas de teleNo les gusta la música medias realidad 1,3; 1%) (1,3; 7%) Elaboración propia a partir del estudio 2634. *Las cifras entre paréntesis indican cuán por encima (en negrita) del promedio para todas las clases está el porcentaje de entrevistados que prefiere un programa de televisión, un estilo musical o un tipo de ropa de vestir determinados en una clase en particular. Este porcentaje se expresa a continuación en términos absolutos en cursiva. Los resultados muestran que los gustos varían por clase, siendo éstos más “populares”, “costumbristas” o cercanos a las vivencias concretas de la gente en la clase obrera, donde el trabajo manual impera; más sensibles a modas y cotilleos en los trabajadores de los servicios, donde predomina el trabajo interpersonal; más idealistas e intelectuales en las nuevas clases medias, donde es más frecuente el trabajo mental; y más ascetas y austeros en la burguesía, donde se enfatiza el esfuerzo/riesgo individual. En resumen, las clases sociales importan. El trabajo que realizan la clase obrera subalterna, la aristocracia obrera, los trabajadores de los servicios, las nuevas y las viejas clases medias es de naturaleza muy distinta: manual, técnico, interpersonal, intelectual o empresarial. El acceso a estos trabajos depende de recursos distintos: políticos o articulados en torno a redes de solidaridad social, en el caso de las clases obreras; sociales o basados en diferencias en tipos y niveles de socialización o educación, en el caso de los trabajadores de “cuello blanco” (trabajadores de los servicios y nuevas clases medias); y económicos o dependientes del control del “capital” (rentas y herencias familiares, etc.), en el caso de las viejas clases medias. El acceso desigual a los estatus ocupacionales proporciona oportunidades distintas de beneficiarse de su explotación, generando rentas más bajas 16 para las clases trabajadoras y más altas para las medias. También genera visiones distintas sobre la justicia social: más distributiva o que busca repartir de acuerdo a las necesidades de cada cual, entre las clases bajas; más meritocrática o enraizada en la creencia de que uno debe recibir de acuerdo a los requisitos cumplidos, entre las nuevas clases medias; y más retributiva o que defiende que se reciba a tenor de lo que se aporta, en las viejas clases medias. Estas diferencias coinciden con un énfasis mayor en la defensa de derechos sociales por parte de las clases trabajadoras, y de los políticos y civiles, respectivamente, por parte de las nuevas y viejas clases medias. Se acompañan de diferencias en las simpatías partidistas, más marcadas hacia el PSOE entre los obreros y hacia el PP en la burguesía o vieja clase media, y hacia IU y los nacionalismos en la nueva clase media. Por el contrario, las orientaciones ideológicas de las clases tienen más que ver con pautas de asentamiento urbano/rural que con su adscripción social y experiencias ocupacionales, siendo más conservadoras y religiosas las clases menos urbanas (las viejas clases medias y la clase obrera subalterna), y más de izquierdas y agnósticas las más urbanas (las nuevas clases medias y los trabajadores de los servicios). Donde sí se expresan las experiencias de clase es en los gustos culturales, más populares entre las clases trabajadoras, más idiosincrásicos o “diferenciales” entre las nuevas clases medias, y más sobrios y personales entre las viejas clases medias. En definitiva, la clase social guía al individuo hacia experiencias vitales distintas, dotándolas de un significado propio. Jorge Rodríguez Menés es doctor en sociología por la Universidad norteamericana de Northwestern. En la actualidad, es Senior Lecturer en la Universidad británica de Kent. Participó como experto en la elaboración del cuestionario del estudio y es autor del presente informe. 17