amparo en revisión 332/2007 - Suprema Corte de Justicia de la

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AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
QUEJOSA: RAQUEL PÉREZ MARTÍNEZ POR
SU PROPIO DERECHO Y EN REPRESENTACIÓN
DE LOS MENORES NATALI, NOEMÍ ABIGAIL,
ISRAEL Y JOSÉ JESÚS O JOSÉ DE JESÚS,
TODOS DE APELLIDOS PARRA PÉREZ.
PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO
DE GARCÍA VILLEGAS.
SECRETARIO: JORGE ROBERTO ORDOÑEZ ESCOBAR.
SÍNTESIS
AUTORIDADES RESPONSABLES: Congreso de la Unión y otras.
ACTOS RECLAMADOS: En el ámbito de sus respectivas
competencias, se reclama, la aprobación, expedición, promulgación,
publicación y refrendo de la Ley del Seguro social, concretamente el
artículo 300, fracción I, vigente para el dos mil seis.
De la autoridad marcada en el punto cuarto, se reclama el primer acto
de aplicación del precepto que se tilda de inconstitucional, consistente
en la resolución emitida por el Consejo Consultivo Delegacional del
Instituto Mexicano del Seguro Social, en Morelos, respecto del
Recurso de Inconformidad de fecha quince de abril de dos mil seis, en
el que se confirma en sus términos el oficio 18 01 03 3310/376 2004,
emitido por el titular de la Subdelegación Cuernavaca, del citado
Instituto, mediante el cual se informa que prescribió el derecho al pago
de las mensualidades de abril del dos mil uno a diciembre del dos mil
dos, por concepto de la pensión de viudez y orfandad.
De las autoridades señaladas en los puntos cinco a siete, se reclama,
en el ámbito de sus respectivas competencias, la confirmación del
citado oficio.
SENTIDO DE LA SENTENCIA RECURRIDA: El Juez de Distrito
resolvió negar el amparo y protección a la quejosa, respecto de los
actos atribuidos a las autoridades responsables.
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
RECURRENTE: La quejosa.
SENTIDO DE LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL COLEGIADO: El
Tribunal Colegiado ordenó remitir a la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, los autos del presente recurso de revisión, interpuesto por
Raquel Pérez Martínez, por sí y en representación de Natali, Noemí
Abigail, Israel y José de Jesús, de apellidos Parra Pérez, en contra de
la sentencia dictada por el Juez Primero de Distrito en el Estado de
Morelos, en el juicio de amparo 697/2006-D, por no existir precedentes
al especto, y ser de su competencia originaria.
SENTIDO DEL PROYECTO:
En las consideraciones:
Es fundado lo alegado por la disconforme, en el sentido de que
el Juez Federal al estudiar el concepto de violación aludido, se refirió a
los artículos 3º, 5º, 6º, y 7º constitucionales, no obstante que en el
concepto de violación relativo la quejosa invocó el artículo 4º
constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo; sin
embargo, ello sólo constituyó una confusión en la cita del precepto
constitucional invocado, con sus párrafos, pero no en el
pronunciamiento correspondiente, puesto que tal como se advierte de
la sentencia recurrida, cuya síntesis ya se hizo en este fallo, no se
refirió a las garantías que consagran los preceptos constitucionales
referidos, las cuales detalla la propia recurrente en su agravio —3º: la
obligación del Estado de proporcionar educación; 5º: libertad de
trabajo; 6º: libertad de expresión; 7º: libertad de imprenta—, sino a las
que, al decir de la quejosa en su demanda, consagran los párrafos
tercero, quinto, sexto y séptimo del artículo 4º constitucional, esto es,
las garantías de vivienda, alimentación, salud, educación y
esparcimiento; declarando inoperante el argumento relativo, por
considerar que no se refería a un problema de inconstitucionalidad,
sino de aplicación de la norma impugnada, ya que a través de la
misma, se deja de proporcionar a los beneficiarios de la pensión
alimenticia las mensualidades correspondientes a un período
determinado, pero no en virtud de la propia ley, sino por la
circunstancia de no haberse ejercido en tiempo el derecho al cobro de
las citadas mensualidades —lo cual no se controvierte en los
agravios—-.
II
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
No obstante lo anterior, esta Primera Sala considera procedente
suplir la deficiencia de la queja, en virtud de que la parte quejosa es
beneficiaria de un trabajador protegido por la seguridad social, y se
encuentra integrada en parte por menores de edad. En primer lugar,
porque ante la duda de que aquélla tenga o no derecho a los
beneficios que establece dicho régimen, la no aplicación de la
suplencia equivaldría a prejuzgar que no lo tiene, con lo que se
renunciaría de antemano a la posibilidad de descubrir la verdad
jurídica y, en segundo, porque un beneficiario del trabajador se asimila
a éste.
Tiene razón la quejosa cuando afirma que, la
prescriptibilidad en un año del derecho para reclamar la pensión
por orfandad de sus menores hijos vulnera la garantía establecida
a favor de estos en el artículo 4º constitucional. Ello en razón de
que esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación considera necesario conceder el amparo solicitado, para
proteger el derecho a la pensión por orfandad de los menores
para este caso concreto, en la medida en que resulta tan directa
su relación con otros derechos fundamentales (la alimentación,
salud, educación y sano esparcimiento), cuya garantía no sería
posible, por vía del amparo, sin la protección de aquél.
En efecto, es mandato constitucional dirigido a los
ascendientes, tutores, custodios y, más importante aún, al propio
Estado, coadyuvar a la finalidad esencial de tutelar los derechos
de ciertos grupos (en este caso los niños y niñas). Lo cual
requiere de un Estado facilitador, de un Estado que colabore con
los particulares en la tarea de proteger los derechos de la familia.
Por tanto, ni el Estado ni la sociedad civil pueden permitir
que uno de sus miembros se abandone a la fatalidad de vivir sin
las condiciones mínimas de apoyo que se le deben brindar a un
ser humano, sobre todo cuando se encuentra en estado de
extrema necesidad por su edad. Cuando una persona padece ese
estado de extrema necesidad, no se le puede excluir de la
protección eficaz a la dignidad personal a que tiene derecho, sino
extenderle toda la ayuda posible.
Con todo lo anterior, al privar a un menor de los
mencionados derechos se desvirtúa el mandato constitucional,
III
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
imponiéndose al punto la necesidad de conceder la protección
impetrada con el fin de garantizar las condiciones mínimas de
subsistencia de los susodichos menores. Por lo que procede
ahora hacer el estudio relativo a la prescripción de la acción para
demandar el pago de las mensualidades.
Debe entenderse, por tanto, que la norma impugnada es
constitucional, bajo el entendido de que el término de prescripción
es aplicable en relación con las prestaciones unitarias de
contenido patrimonial y las mensualidades derivadas de la
pensión previstas por la ley; pero no lo es respecto de todas,
pues, como se ha venido exponiendo, el mandato contenido en el
artículo 4º constitucional respecto de los derechos de los niños y
niñas, no puede ceder ante la norma que establece la
prescripción del derecho a reclamar la pensión por orfandad en lo
que se refiere a los alimentos.
De la misma manera ocurre con prestaciones similares (por
ejemplo los servicios médicos asistenciales); pero en relación con
el tipo de prestaciones que se reclaman, las normas que se
refieren a la prescripción pueden tener dos interpretaciones. Así,
algunos asumirían que si la pensión no es solicitada por el
beneficiario en el término de un año, entonces el derecho a gozar
de ella se extingue, lo cual no sucede en el caso. Pero de otro
lado, puede interpretarse que la prescripción se predica de las
mensualidades no reclamadas en el término de un año.
Es claro que la primera interpretación es contraria a la Carta
Magna, pues el derecho a la pensión es imprescriptible, mientras
que la segunda es constitucional, ya que las mensualidades de la
pensión pueden extinguirse si no son reclamadas en los plazos
señalados por la ley; pero no por cuanto hace al derecho de los
menores de percibirlas. En ese orden de ideas, el término de
prescripción es constitucional en relación con las prestaciones
unitarias de contenido patrimonial, como las indemnizaciones y,
por ende, la norma es exequible respecto de esas prestaciones;
pero no lo es respecto de las que se refieren a los derechos de
los menores para percibirlas, pues es contrario, como ya se
indicó, al mandato constitucional del artículo 4º y a los derechos
fundamentales consagrados a favor de la infancia por el citado
precepto.
IV
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
Bajo esas premisas, debe hacerse extensiva esta protección
constitucional a la viuda, atendiendo al principio de protección a la
organización y desarrollo de la familia, también tutelado por el
mismo artículo 4º.
En efecto, tal principio, correlativo también de otros
derechos fundamentales, entre los que se encuentran,
precisamente, los de protección a la infancia, se encuentra
establecido a efecto de proteger la organización y el desarrollo de
la familia, lo cual se traduce en una garantía social que se tutela
con el establecimiento de un régimen completo de seguridad
social, a través del cual se proteja a los trabajadores y que, a
través de este, los beneficios derivados de la seguridad social se
hagan extensivos a sus familiares, entendidos éstos como los
integrantes del núcleo familiar.
La protección constitucional otorgada debe ser acotada por
la autoridad jurisdiccional considerando las circunstancias de
cada caso concreto, pues tampoco puede suceder que transcurra
un término irracional en el reclamo de las mensualidades no
reclamadas. Ese término no deberá exceder nunca de diez años,
considerando que, al declararse la existencia de un derecho a
favor de los recurrentes, en el acto reclamado en este juicio (oficio
número 18 01 03 3310/378/2004, sin fecha, emitido por el Titular
de la Subdelegación Cuernavaca del Instituto Mexicano del
Seguro Social en Morelos) se determinó y estableció el derecho
del acreedor alimentario y la correlativa obligación del deudor
alimentista, habiendo quedado determinados el monto y la
periodicidad de la obligación. Por tanto, ya no está a discusión ni
puede ser materia de prueba la eventual circunstancia relativa a si
el acreedor alimentario pudo subsistir sin la pensión alimenticia
durante el tiempo que demoró en solicitarla.
En los puntos resolutivos:
PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se revoca
la sentencia recurrida.
V
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a
RAQUEL PÉREZ MARTÍNEZ, por su propio derecho y en
representación de los menores NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL Y
JOSÉ JESÚS o JOSÉ DE JESÚS, todos de apellidos PARRA
PÉREZ, en contra del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro
Social, vigente en dos mil seis, para los efectos precisados en el
considerando Cuarto de esta ejecutoria.
TESIS INVOCADAS EN EL ESTUDIO DEL ASUNTO:
“ALIMENTOS. LA PARTE QUE OBTUVO SENTENCIA
FAVORABLE EN EL JUICIO PUEDE RECLAMAR SU
EJECUCIÓN Y EL PAGO DE LAS PENSIONES
ATRASADAS, VENCIDAS Y NO COBRADAS DENTRO DEL
PLAZO DE DIEZ AÑOS, SIN QUE LA DEMORA EN DICHA
SOLICITUD
IMPLIQUE
QUE
EL
ACREEDOR
ALIMENTARIO NO LOS NECESITÓ (LEGISLACIONES DEL
DISTRITO
FEDERAL
Y
DEL
ESTADO
DE
AGUASCALIENTES”) (Página 39)
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN AMPARO DIRECTO. EL
ESTUDIO DE LOS QUE DETERMINEN SU CONCESIÓN
DEBE ATENDER AL PRINCIPIO DE MAYOR BENEFICIO,
PUDIÉNDOSE OMITIR EL DE AQUELLOS QUE AUNQUE
RESULTEN FUNDADOS, NO MEJOREN LO YA
ALCANZADO POR EL QUEJOSO, INCLUSIVE LOS QUE
SE REFIEREN A CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES”.
(Página 44)
VI
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
QUEJOSA: RAQUEL PÉREZ MARTÍNEZ POR
SU PROPIO DERECHO Y EN REPRESENTACIÓN
DE LOS MENORES NATALI, NOEMÍ ABIGAIL,
ISRAEL Y JOSÉ JESÚS O JOSÉ DE JESÚS,
TODOS DE APELLIDOS PARRA PÉREZ.
PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO
DE GARCÍA VILLEGAS.
SECRETARIO: JORGE ROBERTO ORDOÑEZ ESCOBAR.
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día tres de
octubre de dos mil siete.
V I S T O S para resolver los autos del amparo en revisión
número 332/2007, y
R E S U L T A N D O:
PRIMERO. Interposición de la demanda de amparo. Por
escrito presentado el cinco de junio de dos mil seis, en la Oficialía de
de Partes Común de los Juzgados de Distrito en Cuernavaca, Morelos,
RAQUEL
PÉREZ
MARTÍNEZ
por
su
propio
derecho
y
en
representación de los menores NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL y
JOSÉ JESÚS o JOSÉ DE JESÚS, todos de apellidos PARRA PÉREZ,
solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal en contra de las
autoridades y por los actos que a continuación se precisan:
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
AUTORIDADES RESPONSABLES:
1. Congreso de la Unión.
2. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
3. Secretario de Gobernación.
4. Subdelegado de la Zona Metropolitana del Instituto
Mexicano del Seguro Social en el Estado de Morelos.
5. Consejo Consultivo Delegacional del Instituto Mexicano
del Seguro Social, Delegación en Cuernavaca, Morelos.
6. Subdelegado Metropolitano del Departamento de
Pensiones de la Dirección Región Centro, Delegación
Estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social en el
Estado de Morelos.
7. Director de Prestaciones Económicas y Sociales del
Instituto Mexicano del Seguro Social en el Estado.
ACTOS RECLAMADOS:
De las autoridades marcadas en los puntos uno a tres, se
reclama, en el ámbito de sus respectivas competencias, la
aprobación, expedición, promulgación, publicación y
refrendo de la Ley del Seguro Social, concretamente el
artículo 300, fracción I, vigente en dos mil seis.
De la autoridad marcada en el punto cuatro, se reclama el
primer acto de aplicación del precepto que se tilda de
inconstitucional, consistente en la resolución emitida por el
Consejo Consultivo Delegacional del Instituto Mexicano del
Seguro Social, en Morelos, respecto del Recurso de
Inconformidad de fecha quince (sic) de abril de dos mil
seis, en el que se confirma en sus términos el oficio 18 01
03 3310/376 2004, emitido por la titular de la
Subdelegación Cuernavaca, del citado Instituto, mediante
el cual se informa que prescribió el derecho al pago de las
mensualidades de abril del dos mil uno a diciembre del dos
mil dos, por concepto de la pensión de viudez y orfandad.
2
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
De las autoridades señaladas en los puntos cinco a siete,
se reclama, en el ámbito de sus respectivas competencias,
la confirmación del oficio arriba referido.
SEGUNDO. Garantías constitucionales violadas. La parte
quejosa señaló como garantías individuales violadas las que
consagran los artículos 14, 16, 17, 123 y 133 la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; narró los antecedentes del caso; y
expresó los conceptos de violación que estimó pertinentes.
TERCERO. Trámite del amparo. Tocó conocer de la demanda
de amparo al Juzgado Primero de Distrito en el Estado de Morelos,
quien por auto de catorce de junio de dos mil seis, previo desahogo
del proveído de siete de junio de dos mil seis, admitió a trámite la
demanda de amparo, registrándola con el número 697/2006; dio la
intervención que legalmente corresponde al Agente del Ministerio
Público de la Federación, adscrito a dicho juzgado; y pidió a las
autoridades responsables sus respectivos informes justificados.
Por escrito presentado el veintidós de junio del mismo año1, ante
el juzgado del conocimiento, la parte quejosa amplió la demanda de
amparo, por cuanto hace a los conceptos de violación, solicitando la
suplencia de la deficiencia de la queja por las razones que se
mencionan.
Por auto de veintitrés de junio de dos mil seis, el Juez de Distrito
tuvo por ampliada la demanda en los términos señalados.
1
Fojas 156 a 167 del cuaderno de amparo.
3
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
Seguidos los trámites de ley, el titular del citado órgano
jurisdiccional dictó sentencia el catorce de agosto de dos mil seis2,
terminada de engrosar el día treinta y uno de octubre del mismo año,
en el sentido de negar el amparo solicitado3.
CUARTO. Interposición del recurso. Inconforme con la anterior
resolución, Luis Cuitláhuac Ortega Avilés, autorizado legal de la
parte quejosa en términos del artículo 27 de la Ley de Amparo,
interpuso recurso de revisión, presentado el veinticuatro de noviembre
de dos mil seis, ante la Oficialía de Partes Común de los Juzgados de
Distrito en Cuernavaca, Morelos, remitido el día veintisiete siguiente al
juzgado del conocimiento, y del que correspondió conocer, por razón
de turno, al Primer Tribunal Colegiado del Decimoctavo Circuito, cuyo
Presidente lo admitió, por acuerdo de nueve de enero de dos mil siete,
registrándose con el número R.A. 27/2007.
Seguidos los trámites de ley, el doce de abril de dos mil siete, el
citado órgano colegiado dictó sentencia4, en la que ordeno remitir el
presente recurso de revisión a esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, por no existir precedentes al respecto, y ser de su
competencia originaria”.
En cumplimiento de la anterior determinación, la Secretaria de
Acuerdos adscrita al Primer Tribunal Colegiado del conocimiento,
remitió a este Alto Tribunal los autos correspondientes, mediante oficio
número 2694, de diecinueve de abril de dos mil siete.
2
Fojas 261 a 282 del cuaderno de amparo
Fojas 1725 a 1755 del cuaderno del juicio de amparo.
4
Fojas 2 a 31 del cuaderno del Tribunal Colegiado.
3
4
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
QUINTO. Trámite del recurso. Por auto de Presidencia de
veintisiete de abril de dos mil siete, esta Suprema Corte asumió su
competencia originaria para conocer del recurso de revisión, por
subsistir el problema de inconstitucionalidad planteado, respecto del
artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, publicada en el
Diario Oficial de la Federación el veintiuno de diciembre de mil
novecientos noventa y cinco; se ordenó formar y registrar el toca con
el número 332/2007; dar vista al Procurador General de la República
para que formulara el pedimento respectivo; y turnar el asunto al
Ministro José Ramón Cossío Díaz para la elaboración del proyecto de
resolución y, posteriormente mediante acuerdo del Presidente de la
Primera Sala, de veintiocho de junio de dos mil siete, se returnó el
asunto a la Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas, para la
elaboración del proyecto.
El Agente del Ministerio Público se abstuvo de formular
pedimento5.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer del
presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en los
artículos 107, fracción VIII, inciso a) de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos; 84, fracción I, inciso a) de la Ley de
Amparo; y 21, fracción XI de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, en relación con el punto Cuarto del Acuerdo General
Plenario 5/2001, publicado el veintinueve de junio de dos mil uno en el
Diario Oficial de la Federación; en virtud de que se reclama la
5
Foja 58 del Toca.
5
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
inconstitucionalidad del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro
Social, publicada en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de
diciembre de mil novecientos noventa y cinco; y si bien subsiste en
esta instancia el problema de constitucionalidad planteado, resulta
innecesaria la intervención del Tribunal Pleno para su resolución.
SEGUNDO. Oportunidad del recurso. Toda vez que el Tribunal
Colegiado que en principio conoció del presente recurso de revisión no
se ocupó de su oportunidad, esta Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación se ocupa de ello. Así, dicho recurso de
revisión se interpuso en tiempo, toda vez que la sentencia recurrida se
notificó por lista a la parte quejosa el miércoles ocho de noviembre de
dos mil seis, según se advierte de la constancia que obra a foja 290
del expediente de amparo, surtiendo efectos dicha notificación el
jueves siguiente, por lo que el cómputo del plazo de diez días hábiles
que señala el artículo 86 de la Ley de Amparo, para ese efecto, inició
el viernes diez del mismo mes y año, y culminó el veinticuatro del
propio mes y año, descontándose los días once, doce, dieciocho,
diecinueve y veinte de noviembre de dos mil seis, por tratarse de días
inhábiles de acuerdo con el artículo 23 de la Ley de Amparo y 163 de
la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
Por tanto, si el escrito mediante el cual se interpuso el recurso de
revisión se presentó el veinticuatro de noviembre de dos mil seis, ante
el juzgado del conocimiento, según se advierte del sello fechador que
obra en la foja 33 del toca en que se actúa, es inconcuso que fue
oportuna su presentación.
TERCERO. Cuestiones necesarias para resolver el asunto.
6
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
I. Los conceptos de violación en los que la parte quejosa hizo
valer cuestiones de inconstitucionalidad, tanto en su escrito inicial de
demanda como en su ampliación, en síntesis, son los siguientes:
a) El artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, viola las
garantías de legalidad y seguridad jurídicas, previstas en los artículos
14, 16 y 17 constitucionales, en virtud de que al establecer la figura
jurídica de prescripción, priva a los pensionados por viudez y orfandad,
como lo son la quejosa y sus menores hijos, del derecho a alimentos
y, por ende, de supervivencia, es decir, de un derecho social
irrenunciable e imprescriptible, tal como lo prevé el artículo 112 del
Código Civil, vigente en el Estado de Morelos. De ahí que concluya la
parte quejosa en el sentido de que la figura de la prescripción no
debiera preverse en el precepto impugnado.
b) Que el precepto antes referido también es violatorio del
artículo 123, fracción XI, apartado B, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, el cual no sólo ampara los derechos de
los trabajadores, sino igualmente los de sus beneficiarios, esto es, sus
derechos de seguridad social, los cuales son irrenunciables,
imprescriptibles e inembargables. Luego, si el precepto reclamado
prevé la prescripción del cobro de las mensualidades respecto de las
pensiones a que tienen derecho los beneficiarios, como son la quejosa
y sus menores hijos, es evidente que, como ya se dijo, dicho precepto
viola el artículo constitucional citado.
c) Así también, la quejosa estima que el artículo 300, fracción I
de la Ley del Seguro Social, es contrario a lo dispuesto por la fracción
XIV del citado artículo 123, apartado A de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, el cual es claro al mencionar que el
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AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
patrón subsumirá la responsabilidad que tenía el padre de familia, es
decir, la obligación de proporcionar alimentos a los menores hijos y a
su cónyuge, cuando se trate de la muerte del trabajador; pero si como
en el caso, el patrón aseguró al trabajador contra riesgos de trabajo
afiliándolo al Instituto Mexicano del Seguro Social, este último asume
la responsabilidad de proporcionar una pensión por conceptos de
viudez y orfandad a su esposa y a sus hijos, esto es, proporcionar
alimentos, toda vez que sufrió un accidente de trabajo que le causó la
muerte.
d) Que de igual forma el precepto reclamado viola lo dispuesto
por la fracción XXVII, del artículo 123, apartado A, constitucional, la
cual establece la irrenunciabilidad de las prestaciones que en vida
correspondieron al esposo de la quejosa y que una vez fallecido,
dichas prestaciones le corresponden tanto a ella como a sus menores
hijos, en virtud de la pensión por viudez y orfandad. Así, alega que al
ser irrenunciables dichas prestaciones, contrariamente a lo que prevé
el precepto reclamado, son imprescriptibles, por tratarse de una
cuestión de alimentos.
e) Que dicha inconstitucionalidad también se da con relación a
las fracciones XXVIII y XXIX del citado artículo 123 constitucional, ya
que de acuerdo con la primera de las citadas fracciones, los alimentos
son inalienables, imprescriptibles e inembargables, en tanto que en la
segunda de ellas, se establece que la Ley del Seguro Social es de
utilidad pública, por lo que debe velar por los intereses de los sectores
desprotegidos, como lo son los trabajadores, lo que en el caso a
estudio no ocurre, en virtud de que se le niegan las prestaciones que
por derecho le corresponden.
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AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
f) Que el multirreferido artículo 300, fracción I de la Ley del
Seguro Social, es contrario a lo dispuesto por el artículo 4º
constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo, que
establecen las garantías de vivienda, alimentación, salud, educación y
esparcimiento, puesto que al establecer que las pensiones y demás
prestaciones de seguridad social que no sean reclamadas en su
momento, prescribirán en un año, se estaría privando de ellas.
g) Que la ley impugnada viola lo dispuesto por el artículo 133
constitucional, en razón de que es contraria a los tratados
internacionales celebrados por el Estado mexicano, como lo es el de la
Convención de la Haya, Holanda, en materia de alimentos y derechos
de seguridad social; el de la Convención Interamericana Sobre
Obligaciones Alimentarias, de quince de julio de mil novecientos
ochenta y nueve, el cual estableció el derecho de percibir alimentos y
la imprescriptibilidad de la obligación para otorgarlos; así como la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, de diez de diciembre
de mil novecientos cuarenta y ocho, particularmente en relación con lo
dispuesto en sus artículos 22 y 25, en virtud de que dichos tratados,
en términos de lo dispuesto por el artículo 133 constitucional, están
por encima de la norma impugnada, al haber sido reconocidos por el
Estado mexicano.
II. El Juez de Distrito apoyó su sentencia en las siguientes
consideraciones:
a) Precisó la certeza de los actos reclamados.
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AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
b) Desestimó la causal de improcedencia prevista en el artículo
73, fracción XV de la Ley de Amparo, que hicieron valer la
Subdelegada y el Jefe de Departamento de Pensiones, ambos de la
Zona de Cuernavaca, Delegación Estatal de Morelos del Instituto
Mexicano del Seguro Social, en virtud de que el Juez de Distrito
consideró que, contrariamente a lo aducido por las responsables, el
acto reclamado también se hace consistir en la inconstitucionalidad de
la Ley del Seguro Social, que sirve de fundamento a la resolución
impugnada, lo cual actualiza la excepción prevista por el tercer párrafo
del mismo precepto legal en su fracción XII, que consiste en que
cuando se reclame una ley que se estima inconstitucional y en contra
del primer acto de aplicación, procede algún recurso o medio de
defensa legal, resulta optativo para el agraviado hacerlo valer o
impugnarlo a través del juicio de amparo.
El juzgador determinó que tampoco se actualizaba la causal de
improcedencia que invocaron el titular de la Jefatura de Prestaciones
Económicas y Sociales, el Jefe Delegacional de los Servicios
Jurídicos y el Secretario del H. Consejo Consultivo Delegacional, esto
es, la prevista en la fracción XII del artículo 73 de la Ley de Amparo,
considerando que era optativo para la quejosa hacer valer el medio
de defensa legal previsto por la Ley del Seguro Social en contra del
acto de aplicación del precepto reclamado, o bien, impugnarlo a
través del juicio de garantías, por lo que si prefirió agotar el recurso
de inconformidad, resulta inconcuso que es procedente el amparo en
contra de la determinación que recayó a dicho recurso ordinario; por
lo cual, no se está ante el consentimiento de la ley por
extemporaneidad de la demanda, ni aún respecto del oficio número
18 01 03 3310/530/2003, en el que se le aplicó por primera vez a la
quejosa el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, en
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AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
virtud de que el mismo quedó sin efectos a través de la determinación
de veintiséis de julio de dos mil cuatro, con motivo del diverso recurso
de inconformidad hecho valer por la parte quejosa.
Asimismo, las autoridades señaladas en el párrafo anterior
invocaron la causal de improcedencia prevista en la fracción XIII del
artículo 73, la cual igualmente fue desestimada por el Juez Federal,
en virtud de que el acto reclamado no proviene de ninguna resolución
judicial, lo que impide que se actualice la causa de improcedencia
invocada.
c) El Juez de Distrito analizó de manera conjunta los conceptos de
violación en los que la quejosa aduce que el artículo 300, fracción I de
la Ley del Seguro Social, es contraria al artículo 123, fracciones XXVII,
incisos g) y h); XVIII; XXIX, apartado A; XI, inciso a); y XIV, apartado B
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
declarándolos infundados.
Para ello, transcribió el precepto reclamado, así como las diversas
fracciones del artículo 123 de la Constitución Federal a que se refiere
la quejosa, de lo cual sostuvo que el referido precepto constitucional
establece las condiciones mínimas en que el trabajador debe prestar
sus servicios, así como la relación de trabajo entre los empleados y los
patrones; por otro lado, impone al patrón la obligación de responder
por los accidentes, riesgos de trabajo, enfermedades que sufra el
trabajador con motivo de la prestación del servicio y pagar al
trabajador o a sus beneficiarios la indemnización correspondiente que
haya traído como consecuencia la muerte o por incapacidad temporal
o permanente para trabajar. Por lo que si bien es cierto que el artículo
300, fracción I de la Ley del Seguro Social, establece que prescribirá
11
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
en un año el pago de las prestaciones en dinero, como lo son
cualquier mensualidad de una pensión, asignación familiar, ayuda
asistencial, así como el aguinaldo, tal circunstancia de ninguna forma
contradice las prerrogativas de seguridad social, estatuidas en los
citados preceptos de la Carta Magna a favor de los trabajadores o sus
beneficiarios, sino que únicamente establece la condición de que las
citadas prestaciones se cobren en determinado tiempo, a fin de que no
se prolongue indefinidamente la obligación a cargo del Instituto
Mexicano del Seguro Social de cubrir las citadas prestaciones,
quedando a cargo de los asegurados la obligación de exigirlas dentro
de los plazos que marca la propia ley, bajo pena de no poder cobrarlas
posteriormente, con motivo de la figura de la prescripción que se
traduce en la sanción aplicable a quien no ejerce oportunamente la
acción relativa a la prestación que pretende.
Añadió el juzgador que dicho precepto legal no debe interpretarse
en forma aislada, sino armónicamente con el diverso artículo 301, de
la propia Ley del Seguro Social, el cual establece que es inextinguible
el otorgamiento de una pensión, ayuda asistencial o asignación
familiar, siempre y cuando el asegurado satisfaga todos y cada uno de
los requisitos establecidos en dicha ley, para gozar de las prestaciones
correspondientes. Que ello debe entenderse en el sentido de que aun
cuando el derecho al otorgamiento de una pensión, ayuda asistencial
o asignación familiar es inextinguible, en términos del citado artículo,
no puede pasarse por alto que la acción para demandar el pago de las
mensualidades correspondientes a dicha pensión, prescribe en un
año, de acuerdo con el artículo cuya inconstitucionalidad se reclama;
luego entonces, resulta que dicho artículo no es contrario a la
Constitución, por el sólo hecho de establecer las condiciones de
tiempo en que se podrán reclamar las mensualidades.
12
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
d) Asimismo, el Juez Federal señaló que resultan igualmente
infundados los argumentos de la quejosa en los que considera que la
pensión de viudez y orfandad a que tienen derecho ella y sus hijos, se
traduce en una obligación a cargo del Instituto Mexicano del Seguro
Social, a proporcionar alimentos y que, por tanto, dicha obligación es
imprescriptible.
Para ello, sostuvo que las prestaciones a que tiene derecho la
parte quejosa no pueden equipararse a una pensión alimenticia, pues
éstas se traducen en un subsidio que recibe con motivo del
fallecimiento de su cónyuge, en tanto que la obligación de
proporcionar alimentos, se origina entre el acreedor alimentista y el
obligado a proporcionar alimentos, derivado del vínculo familiar que
une a unos y otros, por lo que ambas prestaciones, es decir, la de
otorgar una pensión por viudez y la pensión alimenticia tienen origen
en circunstancias de hecho y de derecho distintas, esto es, la primera
es de naturaleza laboral, mientras que la segunda es de carácter civil.
e) Por otra parte, el juzgador determinó la inoperancia de los
conceptos de violación, en los que, a su juicio, la quejosa aduce que el
precepto reclamado es contrario a lo dispuesto por los artículos 3º, 5º,
6º y 7º constitucionales, al decir de ésta, porque se contrapone al
derecho que tienen sus hijos a las garantías sociales de vivienda,
alimentación, salud, educación y esparcimiento.
Llegó a esa decisión considerando que las cuestiones hechas
valer al respecto no se refieren a un problema de inconstitucionalidad,
sino de aplicación de la norma impugnada, ya que efectivamente a
13
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
través de la misma se deja de proporcionar a los beneficiarios de la
pensión alimenticia las mensualidades correspondientes a un período
determinado, pero no en virtud de la propia ley, sino por la
circunstancia de no haberse ejercido en tiempo el derecho al cobro de
las citadas mensualidades.
f) También, el juzgador de primer grado declaró inoperantes los
conceptos de violación en los que se afirma que el precepto reclamado
viola el artículo 133 constitucional, en virtud de que es contrario a los
tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano, como lo
son el de la Convención de la Haya, Holanda, en materia de alimentos
y derechos de seguridad social; el de la Convención Interamericana
Sobre Obligaciones Alimentarias, de quince de julio de mil novecientos
ochenta y nueve, el cual estableció el derecho de percibir alimentos y
la imprescriptibilidad de la obligación para otorgarlos; así como la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, de diez de diciembre
de mil novecientos cuarenta y ocho, particularmente en relación con lo
dispuesto en sus artículos 22 y 25, en virtud de que dichos tratados,
en términos de lo dispuesto por el artículo 133 constitucional, están
por encima de la norma impugnada, al haber sido reconocidos por el
Estado mexicano.
Sostuvo lo anterior en virtud de que, al haber quedado
establecido en ese fallo que la norma impugnada no era contraria a la
Constitución, resultaba suficiente para estimar que puede ser aplicada
en perjuicio de la quejosa, independientemente de lo que dispongan
los acuerdos o tratados internacionales por ser de jerarquía menor que
la propia Constitución.
14
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
Además,
el
juzgador
argumentó
que,
respecto
de
la
constitucionalidad de una norma, era necesario que ésta se impugnara
en confrontación expresa con una disposición específica de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo cual no se
actualizaba en el caso, puesto que dicha inconstitucionalidad se hacía
depender de tratados o acuerdos internacionales que, reitera, son
jerárquicamente inferiores a la Constitución Federal.
g) Por lo que se refiere a los conceptos de violación de forma y
fondo, de la resolución reclamada, los cuales no son competencia de
este Alto Tribunal, el Juez de Distrito los declaró infundados.
En este orden de ideas, el Juez de Distrito consideró que al
resultar los conceptos de violación por una parte infundados y por otra
inoperantes, lo procedente era negar el amparo y la protección de la
Justicia de la Unión.
III. La parte recurrente, en síntesis, manifestó lo siguiente:
a) Primer agravio: Que la sentencia recurrida no cumple con los
requisitos de precisión, claridad, exhaustividad y congruencia, en
razón de que no se atendió a todos los conceptos de violación hechos
valer por la parte quejosa. De igual manera advierte que el Juez del
conocimiento, en repetidos argumentos, menciona diversos preceptos
constitucionales que en ningún momento fueron señalados como base
de la imputación de inconstitucionalidad, por lo que la resolución que
emitió fue en forma dogmática y no analítica.
b) Segundo agravio: La falta de exhaustividad que debiera
revestir la resolución recurrida, por no atender a cada uno de los
conceptos de violación hechos por la parte quejosa, en específico los
15
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
marcados en su escrito inicial de demanda con los numerales Primero
y Tercero, así como los que hizo valer en su escrito de ampliación de
demanda con los numerales Quinto, Sexto y Octavo. De igual forma, la
parte quejosa advierte que en el estudio del Juez del conocimiento, no
se pronunció sobre la legalidad de los actos de aplicación, así como
tampoco sobre su debida fundamentación y motivación, y respecto de
la jerarquía de los tratados internacionales solamente hace un estudio
superficial.
c) Tercer agravio: Se manifiesta que el Juez Federal omitió el
estudio del sexto concepto de violación, en los términos en que se
planteó, puesto que en él se dijo que el precepto reclamado al
establecer la prescripción para el cobro de las pensiones, viola el
artículo 4º constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y
séptimo, que establecen diversas garantías relacionadas con los
alimentos, salud, vivienda, educación y debido esparcimiento, las
cuales se verían vulneradas, en tanto que se limita el cumplimiento de
la obligación del pago de la pensión, lo que también es contrario a lo
dispuesto por la fracción XXVII, apartado A del artículo 123
constitucional; sin embargo, el juzgador se refirió a los artículo 3º, 5º,
6º, y 7º de la Constitución Política, lo cual es completamente
incorrecto, ya que ni en el escrito inicial de demanda, ni en el escrito
de ampliación, se aludió a dichos preceptos constitucionales.
De ahí que diga la disconforme que el Juez Federal no fue
congruente al dictar su sentencia.
d) Cuarto agravio: Manifiesta que el Juez Federal viola el
principio de exhaustividad y congruencia que rige toda sentencia, dado
16
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
que omitió el estudio del octavo concepto de violación, en el cual la
parte quejosa expresó la imprescriptibilidad de alimentos en las
disposiciones civiles, esto es, la relación jurídica de coordinación
existente entre la Ley del Seguro Social con el Código Civil Federal,
manifestando que esta última legislación debería ser superior a la
primera, ya que reglamenta la totalidad de las personas, mientras que
la citada ley sólo a un grupo reducido, es decir a los derechohabientes;
siendo así la materia civil lo general.
Por otra parte, la recurrente atribuye al Juez de Distrito la falta de
estudio del séptimo concepto de violación, puesto que de manera
dogmática sólo se pronunció en el sentido de que era inoperante, sin
hacer un estudio claro y exhaustivo al respecto.
e) Quinto agravio: Se argumenta una incorrecta interpretación
por parte del Juez de Distrito, al confrontar las fracciones XIV, XVII
incisos g) y h); XXVIII; XXIX, apartado A; y XI, inciso a) del apartado
B, todas del artículo 123 de la Constitución Política, con el artículo
300, fracción I de la Ley del Seguro Social, reclamado. La disconforme
alega que es deficiente la interpretación porque concretamente la
fracción XIV, apartado A del artículo 123 constitucional, establece la
obligación patronal de proporcionar una indemnización al trabajador
por muerte o incapacidad, de la cual se libera al inscribirlo como
derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social, puesto que
dicha Institución asume esa obligación, quedando comprometida a
cubrir las pensiones por muerte o incapacidad, como en el caso la
pensión por viudez y orfandad.
f) Sexto agravio: Se dice que la sentencia recurrida es
dogmática en la parte en que se determina que el artículo reclamado
17
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
no es violatorio del artículo 123, apartado A, fracción XXVII de la
Constitución Federal, en virtud de que sólo establece un término para
reclamar las pensiones, mas no implica la renuncia a los derechos del
trabajador; lo cual, a juicio de la recurrente, es equivocado, puesto que
asegura que al establecer el artículo 300, fracción I de la Ley del
Seguro Social, un término excesivamente breve, conlleva a que
tácitamente se renuncien a los derechos de pensión al no permitir su
cobro posterior al año en que debieron ser cobrados.
g)
Séptimo
agravio:
Argumenta
la
recurrente
que
indebidamente el Juez Federal diferenció la pensión otorgada por el
Instituto Mexicano de Seguro Social, de la pensión alimenticia
otorgada por una persona física llamada acreedor alimentario,
argumentando que la primera es de carácter laboral y la segunda de
carácter civil. Que tal decisión es equivocada toda vez que el patrón
asume la responsabilidad del trabajador como jefe de familia, estando
obligado a proporcionar una pensión por incapacidad o muerte del
trabajador en ejercicio de sus labores; liberándose de dicha obligación
una vez que inscribe al trabajador como derechohabiente del Instituto
Mexicano del Seguro Social, realizando aportaciones periódicas a
dicha Institución, por lo que la responsabilidad es asumida por el
citado Instituto
.
Que, en el presente caso, a la muerte del trabajador, el Instituto
debería absorber la responsabilidad de deudor alimentario frente a los
acreedores del mismo que serían la quejosa y sus menores hijos, ya
que su esposo se encontraba inscrito en el Instituto y el patrón había
cumplido con todas sus obligaciones.
18
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
Sigue manifestando la recurrente que si bien la pensión por
viudez y orfandad son de naturaleza laboral, y la pensión alimenticia
es de carácter civil, ambas van encaminadas a cubrir necesidades de
los acreedores alimentarios y beneficiarios del trabajador, por cuanto
hace a la satisfacción de necesidades inminentemente alimenticias,
razón por la cual se asimilan. En apoyo a sus razonamientos, la
quejosa cita la tesis jurisprudencial de rubro: “RIESGOS DE
TRABAJO, INDEMNIZACIÓN EN CASO DE. SUBROGACIÓN POR
EL SEGURO SOCIAL”.
h) Octavo agravio: La quejosa manifiesta que, contrariamente a
lo manifestado por el Juez Federal, el multirreferido artículo 300,
fracción I de la Ley del Seguro Social, se contrapone a los preceptos
constitucionales que protegen los derechos de los trabajadores y de
sus derechohabientes, expresando que será nula toda disposición que
implique la renuncia de los derechos laborales, por lo cual, si el
artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, establece la
prescripción en un año de las prestaciones en dinero respecto a la
pensión de viudez y orfandad, es contrario a la Carta Magna.
Que el artículo 123, fracción XXVII constitucional, establece la
nulidad de la renuncia de la prestación de recibir las pensiones de
orfandad y viudez, por tanto, es inconstitucional el precepto
reclamado, en tanto prevé la figura de la prescripción respecto de esa
prestación, la cual es irrenunciable y, por ende, imprescriptible.
Agrega la disconforme que la fracción XXVIII del, tantas veces
citado, artículo 123 constitucional, establece la constitución del
patrimonio familiar y sus características, de lo cual se advierten las
características esenciales de los alimentos, esto es, que son
19
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
inalienables, inembargables e imprescriptibles. Luego, a su juicio,
contrariamente a lo determinado por el juzgador, el precepto
reclamado viola dicha disposición al establecer la prescripción de
recibir alimentos, consistentes en una pensión por viudez y orfandad.
Que la fracción XXIX, del apartado A, del artículo 123
constitucional, establece que la Ley del Seguro Social es de utilidad
pública; sin embargo, el artículo 300, fracción I, prevé la figura de la
prescripción, desconociendo la citada disposición al dejar así de velar
por los intereses de los trabajadores y sus beneficiarios, contrariando
su utilidad pública.
i) Noveno agravio: La parte recurrente alega la falta de
fundamentación y motivación de la negativa del Juez Federal, de suplir
la deficiencia de la queja, toda vez que solamente se pronunció en ese
sentido sin explicar la causa.
IV. El Tribunal Colegiado de Circuito, que en principio conoció
del recurso de revisión, se declaró incompetente para conocer de los
agravios hechos valer por la recurrente; en consecuencia, remitió los
autos correspondientes a este Alto Tribunal para su estudio, a fin de
que se resuelva lo relacionado con la constitucionalidad del artículo
300, fracción I de la Ley del Seguro Social.
CUARTO. Estudio de fondo del asunto.
1. Previamente al fondo del asunto, es importante destacar los
antecedentes del caso, según se advierten de autos:
20
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
a)
Por resolución número 00/122689, de treinta de mayo de
dos mil, se otorgó a la hoy quejosa la pensión de viudez y orfandad
que solicitó con motivo del fallecimiento de Gabriel Parra Lino,
prestaciones que se empezaron a cubrir a la propia quejosa desde el
ocho de abril del mismo año, fecha de fallecimiento del extinto
asegurado, y hasta marzo de dos mil uno6.
b) Con fecha diecinueve de diciembre de dos mil tres, la hoy
quejosa solicitó a la Subdelegación Metropolitana de la Delegación,
del Instituto Mexicano del Seguro Social, que se le liquidaran los años
correspondientes a la pensión antes referida, que le fueron negadas
por la encargada de la ventanilla ante la cual se presentó a cobrarlas,
esto es, las mensualidades vencidas con más de un año de la citada
pensión7.
c)
El veintitrés de diciembre de dos mil tres, mediante oficio 18
01 03 3310/530/2003, la autoridad responsable, Subdelegado en
Cuernavaca, del Instituto Mexicano del Seguro Social, dio contestación
al escrito antes referido, en el sentido de que no era posible efectuar el
pago solicitado, en virtud de que el derecho de los asegurados o sus
beneficiarios para reclamar el pago de prestaciones en dinero,
respecto de seguros, prescribe en un año8.
d)
Inconforme con lo anterior, la quejosa interpuso recurso de
inconformidad, mismo que se admitió a trámite el treinta de enero de
dos mil cuatro9.
6
Fojas 15 y 16 del expediente de amparo.
Foja 102 ídem.
8
Foja 101 ídem.
9
Foja 100 ídem.
7
21
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
e)
Mediante acuerdo de fecha veintiséis de julio de dos mil
cuatro, el Secretario del H. Consejo Consultivo, del Instituto Mexicano
del Seguro Social, dejó sin efectos el oficio antes referido, por falta de
fundamentación y motivación10.
f)
Mediante oficio 18 01 03 3310/378/2004, de fecha veintisiete
de septiembre de dos mil cuatro, en cumplimiento a la decisión
anterior, la autoridad responsable procedió a dictar una nueva
resolución, en la que niega nuevamente a la quejosa el pago de las
cantidades solicitadas correspondientes a partir del mes de abril de
dos mil uno, por considerar que ha prescrito su derecho por lo que
respecta al período comprendido entre abril de dos mil uno al dieciséis
de diciembre de dos mil dos, en términos de lo dispuesto por el
artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social11.
g)
La hoy quejosa se inconformó en contra del oficio antes
referido, recurso que fue resuelto el doce de abril de dos mil seis, en el
sentido de declararlo infundado y confirmar en sus términos el oficio
número 18 01 03 3310/378/2004, sin fecha, emitido por la Titular de la
Subdelegación Cuernavaca, del Instituto Mexicano del Seguro Social,
en Morelos, mediante el cual se le informa que prescribió su derecho
al pago de las mensualidades de abril de dos mil uno a diciembre de
dos mil dos, de la pensión de viudez y orfandad que tiene otorgada12.
Resolución que constituye el acto reclamado, así como la
inconstitucionalidad del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro
Social, en el juicio de garantías, cuya sentencia se revisa.
10
Foja 99 ídem.
Foja 69 ídem.
12
Fojas 52 a 59 ídem.
11
22
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
2. En una parte de los agravios primero y segundo, así como en
el tercero, los cuales se estudiarán de manera conjunta dada su
estrecha vinculación, la recurrente, sustancialmente, aduce que la
sentencia recurrida es incongruente, en virtud de que el Juez de
Distrito no estudió el sexto concepto de violación en los términos en
que se planteó, puesto que en él se dijo que el precepto reclamado al
establecer la prescripción para el cobro de las pensiones, viola el
artículo 4º constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y
séptimo, que establecen diversas garantías relacionadas con los
alimentos, salud, vivienda, educación y debido esparcimiento, las
cuales se verían vulneradas, en tanto que se limita el cumplimiento de
la obligación del pago de la pensión; sin embargo, el juzgador se refirió
a los artículos 3º, 5º, 6º, y 7º de la Constitución Política, lo cual es
incorrecto, ya que ni en el escrito inicial de demanda, ni en el escrito
de ampliación, se aludió a dichos preceptos constitucionales.
Es fundado lo alegado por la disconforme, en el sentido de que
el Juez Federal al estudiar el concepto de violación aludido, se refirió a
los artículos 3º, 5º, 6º, y 7º constitucionales, no obstante que en el
concepto de violación relativo la quejosa invocó el artículo 4º
constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo; sin
embargo, ello sólo constituyó una confusión en la cita del precepto
constitucional
invocado,
con
sus
párrafos,
pero
no
en
el
pronunciamiento correspondiente, puesto que tal como se advierte de
la sentencia recurrida, cuya síntesis ya se hizo en este fallo, no se
refirió a las garantías que consagran los preceptos constitucionales
referidos, las cuales detalla la propia recurrente en su agravio —3º: la
obligación del Estado de proporcionar educación; 5º: libertad de
trabajo; 6º: libertad de expresión; 7º: libertad de imprenta—, sino a las
23
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
que, al decir de la quejosa en su demanda, consagran los párrafos
tercero, quinto, sexto y séptimo del artículo 4º constitucional, esto es,
las
garantías
de
vivienda,
alimentación,
salud,
educación
y
esparcimiento; declarando inoperante el argumento relativo, por
considerar que no se refería a un problema de inconstitucionalidad,
sino de aplicación de la norma impugnada, ya que a través de la
misma, se deja de proporcionar a los beneficiarios de la pensión
alimenticia
las
mensualidades
correspondientes
a
un
período
determinado, pero no en virtud de la propia ley, sino por la
circunstancia de no haberse ejercido en tiempo el derecho al cobro de
las citadas mensualidades —lo cual no se controvierte en los
agravios—-.
No obstante lo anterior, esta Primera Sala considera procedente
suplir la deficiencia de la queja, en virtud de que la parte quejosa es
beneficiaria de un trabajador protegido por la seguridad social, y se
encuentra integrada en parte por menores de edad. En primer lugar,
porque ante la duda de que aquélla tenga o no derecho a los
beneficios que establece dicho régimen, la no aplicación de la
suplencia equivaldría a prejuzgar que no lo tiene, con lo que se
renunciaría de antemano a la posibilidad de descubrir la verdad
jurídica y, en segundo, porque un beneficiario del trabajador se asimila
a éste.
Apoya lo anterior, la tesis de la Segunda Sala de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación, cuyo criterio comparte esta Primera
Sala, de rubro: “SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. PARA QUE
PROCEDA BASTA CON QUE EL PROMOVENTE DEL AMPARO SE
24
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
OSTENTE
COMO
BENEFICIARIO
DE
UN
TRABAJADOR
PROTEGIDO POR LA SEGURIDAD SOCIAL”13.
En adición, la fracción V del artículo 76 de la Ley de Amparo
obliga a suplir esa deficiencia a favor de los menores. Lo cual se
apoya, además, en el criterio jurisprudencial de esta Sala cuyo rubro
es:
“MENORES
DE
EDAD
O
INCAPACES.
PROCEDE
LA
SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA SU AMPLITUD, SIN QUE
OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI
EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE.”14
En este contexto, advirtiendo esta Sala que lo aducido por el
Juez Federal no dio cabal cumplimiento a la petición de la quejosa,
porque, contrariamente a lo que sostuvo, ésta no planteó un tema de
aplicación del precepto reclamado, sino de su inconstitucionalidad por
violar los párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo del artículo 4º
constitucional, en virtud de que al establecer que las prestaciones de
seguridad social, entre ellas las pensiones, que no sean cobradas en
su momento prescribirán en un año, se estaría privando de los
derechos que consagra dicho precepto, se procede al estudio
correspondiente. Lo cual se hará de manera conjunta, por su estrecha
relación, con lo alegado por la recurrente en otra parte de su segundo
13
Tesis 2a. CXI/2002, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena
época, Septiembre de 2002, página 351.--- “Si el juicio de amparo es promovido por una persona
que se ostenta como beneficiaria de un trabajador protegido por la seguridad social, resulta
procedente suplir la queja deficiente con base en lo dispuesto por la fracción IV del artículo 76 bis
de la Ley de Amparo, en primer lugar, porque ante la duda de que aquélla tenga o no derecho a
alguno de los beneficios que establece dicho régimen, el rechazo de la suplencia equivaldría a
prejuzgar que no lo tiene, con lo que se renuncia de antemano a la posibilidad de descubrir la
verdad jurídica y, en segundo, porque un beneficiario del trabajador se asimila a éste para efectos
de la mencionada disposición”.--- Amparo directo en revisión 976/2002. María Teresa Montesinos
Cancino. 9 de agosto de 2002. Cinco votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario: Óscar
Rodríguez Álvarez.
14
No. Registro: 175,053. Jurisprudencia. Materia(s): Civil. Novena Época. Instancia: Primera Sala. Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXIII, Mayo de 2006,Tesis: 1a./J. 191/2005,Página: 167.
25
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
agravio, pues manifiesta que el Juez Federal omitió el estudio de su
primer concepto de violación, lo cual resulta fundado.
En efecto, en el concepto de violación a que se refiere la
disconforme, argumentó que el artículo 300, fracción I de la Ley del
Seguro Social, viola las garantías de legalidad y seguridad jurídicas,
previstas en los artículos 14, 16 y 17 constitucionales, en virtud de que
al establecer la figura jurídica de prescripción, priva a los pensionados
por viudez y orfandad, como lo son la quejosa y sus menores hijos, del
derecho a alimentos y, por ende, de supervivencia, es decir, de un
derecho social irrenunciable e imprescriptible, tal como lo prevé el
artículo 112 del Código Civil, vigente en el Estado de Morelos. De ahí
que concluya la quejosa en el sentido de que el precepto impugnado
no debiera prever la figura de la prescripción. Sin embargo, de la
sentencia recurrida, cuya síntesis ya se hizo en este fallo, no se
advierte que el Juez Federal se haya pronunciado al respecto.
Así pues, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, de conformidad con el artículo 91, fracción I de Ley de
Amparo,
se
hace
cargo
y
procede
a
realizar
el
estudio
correspondiente.
El artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social establece
lo siguiente:
“Artículo 300. El derecho de los asegurados o sus
beneficiarios para reclamar el pago de las prestaciones en
dinero, respecto a los seguros de riesgos de trabajo,
enfermedades y maternidad, invalidez y vida y guarderías
y prestaciones sociales prescribe en un año de acuerdo
con las reglas siguientes:
26
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
I.
Cualquier mensualidad de una pensión, asignación
familiar o ayuda asistencial, así como el aguinaldo;
[…]”.
Se advierte, pues, que el precepto reclamado prevé la figura de
la prescripción —en un año— del cobro de las mensualidades
respecto de las pensiones a que tienen derecho los beneficiarios.
Por su parte, el artículo 4º constitucional en sus párrafos tercero,
quinto, sexto y séptimo15, establece que toda persona tiene derecho a
la salud, a una vivienda digna y decorosa, que los niños y las niñas
tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación,
salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral, así
como que los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de
preservar estos derechos y el Estado proveerá lo necesario para
propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus
derechos.
Ahora bien, el Estado, por medio de sus instituciones, ha
establecido las medidas, instrumentos y apoyos necesarios para
preservar esos derechos, como en el caso, garantizar a quien cumpla
con los requisitos establecidos en ley, el acceso a las pensiones de
viudez y orfandad, y con esto, la posibilidad de contar con los medios y
apoyos necesarios para la satisfacción de sus necesidades, ya que
dichas pensiones son un derecho con el que se cuenta desde el
15
“Art. 4o.- […] Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y
modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación
y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción
XVI del artículo 73 de esta Constitución […].---Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda
digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal
objetivo.---Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de
alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.---Los
ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar estos derechos. El Estado proveerá
lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus
derechos”.
27
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
momento en que se coloca el beneficiario en el supuesto jurídico para
recibirlas.
La doctrina define el concepto de pensión por viudez y orfandad
como el pago periódico de una cantidad en efectivo que se hace a la
viuda y a los hijos menores de edad de los trabajadores, cuando éstos
fallecen y aquéllos reúnen las condiciones fijadas en las leyes,
convenios colectivos o estatutos especiales, por tener derecho a tales
percepciones, como una prestación social tendente a garantizar su
bienestar y tranquilidad. Pero la doctrina también señala que una
pensión es la suma de dinero que percibe una persona para su
alimentación y subsistencia.16
Trasladando este último concepto a la pensión por viudez y
orfandad, se puede decir que es la cantidad de dinero que se asigna al
cónyuge supérstite (en el caso la viuda) y menores hijos del trabajador
para su alimentación y subsistencia.
Así, se tiene que, no obstante la primera definición propuesta
alude a que la finalidad de la pensión es tendente a garantizar el
bienestar y tranquilidad de los beneficiarios, ineludiblemente ello
radica en que el dinero otorgado es para su alimentación y
subsistencia.
Cabe destacar que, aún cuando el concepto de alimentos, o más
precisamente de pensión alimenticia, es de orden público (por lo que
16
Cobra aplicación la tesis cuyo rubro ,texto y datos de identificación se citan a continuación: Tesis 1a.
XCVII/2007. Novena Época. Primera Sala. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXV,
correspondiente al me de Mayo de 2007. Página 793.
28
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
no opera el principio de autonomía de la voluntad, ya que tanto para el
acreedor como para el deudor, es un derecho y una obligación con
características especiales), es necesario distinguirlo de otro tipo de
pensiones (como en el caso de las de viudez y orfandad), pues la
obligación de dar alimentos reviste características especiales, como
son:
la
reciprocidad,
la
alternatividad,
la
irrenunciabilidad,
la
inembargabilidad, entre otras. La obligación de dar alimentos es
imprescriptible.
En ese orden de ideas, es de señalarse que la principal
diferencia entre la pensión alimenticia y la pensión por viudez y
orfandad, es la naturaleza de las mismas. La primera es de carácter
civil y la segunda laboral, sobre esta última es importante destacar que
constituye una prestación de seguridad social que establece la Ley del
Seguro Social a los familiares del trabajador fallecido, conforme a la
cual únicamente tienen derecho la viuda y los hijos menores de edad,
siempre que se justifique que el trabajador cubrió al Instituto sus
aportaciones.
En cambio, la primera es una obligación recíproca que se tiene
entre familiares y en la cual no interviene en ningún momento el
Estado. La pensión alimenticia es la cantidad en dinero que los
deudores alimentarios deben entregar en forma periódica a los
acreedores alimenticios y que el fundamento de la obligación
alimentaria es el estado de necesidad de una persona que no puede
cubrir por sí misma los gastos necesarios para su subsistencia.
Otra diferencia entre estos dos tipos de pensiones es que en las
pensiones alimenticias se da la reciprocidad entre acreedores y
deudores, lo que implica que el que da los alimentos tiene a su vez el
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AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
derecho para recibirlos. Esto es que el que pagó para cumplir con su
obligación alimentaria, podrá exigir que ahora a él se le pague cuando
lo necesite para su subsistencia, de manera que se cumpla con la
misma obligación. Lo anterior, en ningún momento se podría exigir en
una pensión por viudez y orfandad, toda vez que bajo ningún supuesto
se podría exigir que los beneficiarios del trabajador aportaran dinero
para la manutención del Instituto Mexicano del Seguro Social por el
principio de reciprocidad.
En el mismo sentido, podemos destacar como diferencia que, la
característica de alternatividad de la pensión alimenticia, permite
reclamar subsidiariamente los alimentos a otros parientes cuando el
obligado principal está imposibilitado para cumplir con su carga;
característica que no existe en las pensiones por viudez y orfandad, ya
que, en estas últimas, el acreedor únicamente es el Instituto Mexicano
del Seguro Social y no es posible reclamar la pensión a otro
organismo público.
De todo lo anterior se desprende que la pensión por viudez y
orfandad otorgada por el patrón del trabajador a sus familiares no
debe verse como una concesión gratuita o generosa del Estado o del
patrón. El derecho a ésta lo adquiere el trabajador con las
aportaciones que hace por determinado número de años de trabajo
productivo, aportaciones que se ven aumentadas con las que han sido
aportadas por los patrones o por las que se les ha obligado por
disposición legal, las cuales integran un capital del que se toman, en
un momento dado, las cantidades individuales que se conceden y que
incrementa el Estado. En cambio, la pensión alimenticia es un deber
derivado del derecho a la vida que tiene el acreedor alimentario y
gravita sobre el grupo familiar. En ningún momento se hace un fondo,
30
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
por aportaciones mensuales, del cual se tome la pensión alimenticia,
sino que surge del deber que se tiene al sostenimiento de la familia.
Bajo esa perspectiva, se considera que la pensión por viudez y
orfandad es una prestación social que tiende a proteger la
subsistencia económica del núcleo familiar del fallecido trabajador, en
los aspectos fundamentales para su sostenimiento.
En ese sentido, tiene razón la quejosa cuando afirma que, la
prescriptibilidad en un año del derecho para reclamar la pensión por
orfandad de sus menores hijos vulnera la garantía establecida a favor
de estos en el artículo 4º constitucional. Ello en razón de que esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera
necesario conceder el amparo solicitado, para proteger el derecho a la
pensión por orfandad de los menores para este caso concreto, en la
medida en que resulta tan directa su relación con otros derechos
fundamentales
(la
alimentación,
salud,
educación
y
sano
esparcimiento), cuya garantía no sería posible, por vía del amparo, sin
la protección de aquél.
En
efecto,
es
mandato
constitucional17
dirigido
a
los
ascendientes, tutores, custodios y, más importante aún, al propio
Estado, coadyuvar a la finalidad esencial de tutelar los derechos de
ciertos grupos (en este caso los niños y niñas). Lo cual requiere de un
Estado facilitador, de un Estado que colabore con los particulares en la
tarea de proteger los derechos de la familia.
17
Contenido en los párrafos finales del artículo 4º de la Carta Magna.
31
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
Por tanto, ni el Estado ni la sociedad civil pueden permitir que
uno de sus miembros se abandone a la fatalidad de vivir sin las
condiciones mínimas de apoyo que se le deben brindar a un ser
humano, sobre todo cuando se encuentra en estado de extrema
necesidad por su edad. Cuando una persona padece ese estado de
extrema necesidad, no se le puede excluir de la protección eficaz a la
dignidad personal a que tiene derecho, sino extenderle toda la ayuda
posible.
El sistema de seguridad social va íntimamente ligado al derecho
a mejorar la calidad de vida de las personas. Por tanto, este derecho a
la seguridad social, que puede hacerse efectivo a través del pago
oportuno de las pensión mensual por orfandad, adquiere el rango
de fundamental cuando su incumplimiento vulnera o amenaza los
derechos a la vida, a la alimentación o a la salud del pensionado,
pues estos derechos están en íntima conexión con la efectividad de la
seguridad social, ya que todo ser
humano tiene derecho a una
existencia digna.
No otorgar las mensualidades que se reclaman derivadas de la
pensión por orfandad está en contravención con los principios que
rigen el artículo 4º de nuestra Constitución, pues la familia, la sociedad
y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para
garantizarle su desarrollo integral y el ejercicio pleno de sus derechos.
La definición que en el artículo 4º se adopta de los derechos de
los menores como de naturaleza fundamental, debe entenderse como
el resultado de la incorporación del principio del interés supremo del
menor en el orden constitucional. Principio que no sólo configura un
énfasis materializado para garantizar su eficacia; sino también como
32
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
parte de la estructura del sistema normativo, pues se incluye como un
precepto en el punto más alto de la escala axiológica contenida en el
texto constitucional, que guía la interpretación y definición de otros
derechos.
Se trata de un principio de naturaleza constitucional que
reconoce a los menores con una caracterización jurídica específica
fundada en sus derechos prevalentes y en darles un trato equivalente
a esa prelación, por cuya virtud se exige de los obligados por la norma
constitucional que se les proteja de manera especial, se les defienda
ante abusos y se les garantice su desarrollo integral y sano, amén de
la correcta evolución de su personalidad.
El artículo constitucional que consagra los derechos de los niños
y las niñas posee una especial fuerza normativa en relación con los
demás derechos económicos sociales y culturales. Lo cual se
evidencia en el énfasis especial que ha puesto el constituyente en la
manera como este derecho vincula a todos los poderes del Estado.
Ello se refleja en la redacción de los párrafos del artículo 4º que han
sido recurridos y, en especial, en las expresiones que reflejan que el
Estado debe proveer lo necesario para propiciar el respeto a la
dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos y otorgar
facilidades a los particulares para que coadyuven al cumplimiento de
los derechos de la niñez.
A esta altura del análisis, conviene relacionar estos principios
con el reclamo concreto de violación del derecho fundamental del
menor a recibir alimentos.
33
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
Como ya se señaló, ésta Sala considera que el derecho de
alimentos es aquel que le asiste a una persona para reclamar, de la
persona obligada legalmente a darlos, lo necesario para asegurar la
satisfacción de sus necesidades vitales cuando no se esté en
capacidad de procurarse su propia subsistencia. Así, la
obligación
alimentaria está en cabeza de quien, por ley, debe afectar parte de su
propiedad con el fin de garantizar la supervivencia y desarrollo del
acreedor de los alimentos. Para el caso que nos ocupa, los acreedores
de este derecho son cuatro menores que ven lesionado su derecho
por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social, lo cual hace
imperiosa la intervención tuitiva de la jurisdicción constitucional para
protegerlos.
El reconocimiento y concreción de las obligaciones alimentarias
y su realización material, se vincula con la necesaria protección que el
Estado debe dispensar a la familia como institución básica o núcleo
fundamental de la sociedad, y con la efectividad y vigencia de
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, en la medida
en que el cumplimiento de aquéllas sea necesario para asegurar, en
ciertos casos, la vigencia de los derechos fundamentales de las
personas al mínimo vital o los derechos de la misma estirpe en favor
de los niños.
Esta Sala ha definido a los alimentos como “todo lo necesario
para vivir, como son comida, vestido, habitación y, en su caso, para
enfrentar las enfermedades… y todavía más, tratándose de menores,
comprenden también su educación e instrucción”.18 De modo que,
según esta interpretación y de acuerdo con la Constitución en su
artículo 4º, debe entenderse que la prestación de alimentos no sólo
18
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, T IX, Mayo de 1999, Tesis: 1a./J. 21/99, Página: 339.
34
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
comprende el suministro de lo estrictamente necesario para vivir; sino,
además, todo aquello que se requiere para llevar una vida digna.
Con todo lo anterior, al privar a un menor de los mencionados
derechos se desvirtúa el mandato constitucional, imponiéndose al
punto la necesidad de conceder la protección impetrada con el fin de
garantizar las condiciones mínimas de subsistencia de los susodichos
menores. Por lo que procede ahora hacer el estudio relativo a la
prescripción
de
la
acción
para
demandar
el
pago
de
las
mensualidades.
Como ya se precisó, el precepto reclamado prevé la figura de la
prescripción —en un año—, del cobro de las mensualidades respecto
de las pensiones por viudez y orfandad a que tienen derecho los
beneficiarios.
Pues bien, la prescripción es la institución jurídica a través de la
cual se adquieren derechos ó el medio para liberarse de obligaciones
mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones
establecidas por la ley. En un sistema jurídico, es conveniente y
necesario para el orden social que exista la figura de la prescripción,
por los fines que realiza, en cuanto a la certeza y seguridad que a la
propiedad y al cumplimiento de las obligaciones presta, por el mero
hecho del transcurso del tiempo; o los litigios que evita; la paz pública
que produce y el bienestar económico que origina.
La doctrina señala que el fundamento de la prescripción de
acciones se encuentra en la presunción de abandono o renuncia del
derecho que el acreedor podría hacer valer, compeliendo al deudor al
cumplimiento de la obligación recíproca; y nada más justo que aquel a
35
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
quien corresponda un derecho pueda renunciarlo, así como que esta
renuncia sea expresa, constituyendo entonces el modo de extinguir
obligaciones mediante el transcurso de un plazo.
La prescripción, por ser un mecanismo a través del cual el
Estado impide que los gobernados afecten intereses fundamentales de
la sociedad, como la seguridad jurídica, no puede ser pactada por las
partes al momento de expresar su consentimiento para obligarse, sino
que es una cuestión en la que forzosamente se debe atender al
contenido de la ley.
Nuestra legislación distingue entre dos tipos de prescripción: la
positiva y la negativa. La primera es aplicable a la adquisición de
bienes, en virtud de la posesión; y la segunda, a la cual también se le
llama prescripción de acciones, es un medio para librarse de
obligaciones mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las
condiciones establecidas por la ley, que tiene como razón de ser la
presunción del abandono o renuncia del derecho que el acreedor
podría hacer valer, compeliendo al deudor al cumplimiento de la
obligación recíproca. Debido a que las acciones son potestativas, el
acreedor puede decidir si las ejerce o no, pero si elige esta última
opción, se entiende que no desea hacer valer su derecho a accionar
contra el deudor y esa actitud releva a este último del cumplimiento de
la obligación que contrajo.
Así, la prescripción radica en una presunción de que el acreedor
no tuvo el deseo de accionar contra el deudor exigiéndole el
cumplimiento de las obligaciones que éste estaba obligado a cumplir,
es decir, constituye una sanción para aquellas personas que a
sabiendas abandonen un derecho.
36
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
El interés del Estado al crear la figura de la prescripción de las
acciones, es de interés público, para no dejar indefinido en el tiempo el
ejercicio de los derechos en contra un deudor, lo que lejos de violar la
garantía de seguridad jurídica de los gobernados, la garantiza, dado
que así están en aptitud de conocer hasta qué momento pueden hacer
valer los derechos que tienen y también hasta cuándo están sujetos a
que se les demande el cumplimiento de las obligaciones que hayan
contraído.
Sin embargo, esta Sala considera que, por las características
que revisten, los derechos que tutelan la satisfacción de los derechos
fundamentales de los menores y a la protección y desarrollo del núcleo
familiar deben ser excluidos de la aplicación de esta figura, bajo los
siguientes argumentos.
Los derechos constitucionales como tales, en general, no
prescriben, puesto que emanan del reconocimiento de la dignidad de
la persona humana y configuran valores superiores del ordenamiento
jurídico. Esto no significa que la prescripción extintiva vulnere el orden
constitucional, pues, como ya se dijo, ésta cumple funciones sociales y
jurídicas de gran importancia, ya que contribuye a la seguridad jurídica
y a la paz social al fijar límites temporales para plantear controversias
y
ejercer
acciones
judiciales.
Así,
reclamaciones
concretas
provenientes del ejercicio de un derecho constitucional pueden estar
sujetas a prescripciones legales, sin que ello vulnere el derecho
constitucional.
El Legislador puede consagrar la prescripción extintiva de
derechos patrimoniales que surgen del ejercicio de un derecho
37
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
constitucional, incluso si éste es fundamental, siempre y cuando el
término sea proporcionado y no afecte el contenido esencial del
derecho constitucional. Esta Sala concluye que la ley no puede
consagrar la prescripción del derecho a la pensión como tal, aunque sí
puede establecer un término temporal para la reclamación de las
distintas mensualidades, pues las pensiones por vejez e invalidez,
viudez y orfandad entre otras, no admiten una prescripción extintiva
del derecho en sí mismo como cualquier otra clase de derechos, lo
cual constituye la garantía de un pleno desarrollo de principios y
valores constitucionales que garantizan la solidaridad que debe regir
en la sociedad, la protección y asistencia especial a cierto grupo de
personas (en este caso los menores que acuden a la acción
constitucional) para mantener unas condiciones de vida digna, así
como el derecho irrenunciable a la seguridad social.
De acuerdo con lo anterior, el derecho a la pensión es
imprescriptible; y, en el caso concreto, la institución de la prescripción,
dada la naturaleza periódica, de tracto sucesivo o vitalicio de las
pensiones, resulta viable solamente respecto de mensualidades no
reclamadas, lo cual no significa que se extinga el derecho a la
pensión.
Es claro, entonces, que la prescripción establecida en el artículo
impugnado no es igualmente aplicable en todos los casos. Así, las
prestaciones por incapacidad psicofísica y las demás prestaciones de
tracto sucesivo o de contenido extrapatrimonial -como la protección de
la salud- no pueden prescribir.
Por tanto, para esta Sala, de acuerdo con los principios que
tutela
el
artículo
4º
de
nuestra
Constitución,
la
protección
38
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
constitucional del derecho a la alimentación de los menores
beneficiarios, no permite que la prescripción opere en relación con las
pensiones atrasadas, vencidas y no cobradas, sin que la demora en
dicha solicitud implique que los acreedores alimentarios no los
necesitaron. Debe citarse en apoyo de lo anterior el criterio cuyo texto
y datos de localización son los siguientes:
No. Registro: 177,087
Jurisprudencia
Materia(s): Civil
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
XXII, Octubre de 2005
Tesis: 1a./J. 125/2005
Página: 55
“ALIMENTOS. LA PARTE QUE OBTUVO SENTENCIA
FAVORABLE EN EL JUICIO PUEDE RECLAMAR SU
EJECUCIÓN
Y
EL
PAGO
DE
LAS
PENSIONES
ATRASADAS, VENCIDAS Y NO COBRADAS DENTRO
DEL PLAZO DE DIEZ AÑOS, SIN QUE LA DEMORA EN
DICHA SOLICITUD IMPLIQUE QUE EL ACREEDOR
ALIMENTARIO NO LOS NECESITÓ (LEGISLACIONES
DEL
DISTRITO
FEDERAL
Y
DEL
ESTADO
DE
AGUASCALIENTES).
Los artículos 529 del Código de Procedimientos Civiles
para
el
Distrito
Federal
y
428
del
Código
de
Procedimientos Civiles del Estado de Aguascalientes
39
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
establecen que la acción para solicitar la ejecución de
una sentencia durará diez años, contados desde el día
en que venció el término judicial para su cumplimiento
voluntario. Ahora bien, en virtud de que la institución
de los alimentos es de orden público, porque responde
al interés de la sociedad en que se respete la vida y
dignidad humanas, debe tomarse en cuenta que si el
reclamo de los alimentos fue objeto de estudio en un
juicio en el que se determinó, juzgó y estableció el
derecho del acreedor alimentario y la correlativa
obligación del deudor alimentista, habiendo quedado
determinados el monto y la periodicidad de la
obligación, ya no está a discusión ni puede ser materia
de prueba la eventual circunstancia relativa a si el
acreedor alimentario pudo subsistir sin la pensión
alimenticia durante el tiempo en que demoró en
solicitar la ejecución de la sentencia, pues en materia
de alimentos, contra la ejecución de una sentencia
definitiva no se admite más excepción que la de pago,
salvo las modalidades a que aluden los artículos 531 y
429 de los Códigos de Procedimientos Civiles para el
Distrito Federal y del Estado de Aguascalientes,
respectivamente.
En
consecuencia,
el
acreedor
alimentario, por sí o a través de su representante legal,
puede solicitar dentro del lapso mencionado la
ejecución de la sentencia que condenó a otorgarlos,
con el consiguiente reclamo de las pensiones no
cobradas”.
40
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
Contradicción de tesis 72/2005-PS. Entre las sustentadas
por el Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer
Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito. 17 de agosto de 2005. Cinco votos.
Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Pedro Arroyo
Soto.
Tesis de jurisprudencia 125/2005. Aprobada por la Primera
Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha diecisiete de
agosto de dos mil cinco.
Debe entenderse, por tanto, que la norma impugnada es
constitucional, bajo el entendido de que el término de prescripción es
aplicable en relación con las prestaciones unitarias de contenido
patrimonial y las mensualidades derivadas de la pensión previstas por
la ley; pero no lo es respecto de todas, pues, como se ha venido
exponiendo, el mandato contenido en el artículo 4º constitucional
respecto de los derechos de los niños y niñas, no puede ceder ante la
norma que establece la prescripción del derecho a reclamar la pensión
por orfandad en lo que se refiere a los alimentos.
De la misma manera ocurre con prestaciones similares (por
ejemplo los servicios médicos asistenciales); pero en relación con el
tipo de prestaciones que se reclaman, las normas que se refieren a la
prescripción
pueden
tener
dos
interpretaciones.
Así,
algunos
asumirían que si la pensión no es solicitada por el beneficiario en el
término de un año, entonces el derecho a gozar de ella se extingue, lo
cual no sucede en el caso. Pero de otro lado, puede interpretarse que
la prescripción se predica de las mensualidades no reclamadas en el
término de un año.
41
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
Es claro que la primera interpretación es contraria a la Carta
Magna, pues el derecho a la pensión es imprescriptible, mientras que
la segunda es constitucional, ya que las mensualidades de la pensión
pueden extinguirse si no son reclamadas en los plazos señalados por
la ley; pero no por cuanto hace al derecho de los menores de
percibirlas. En ese orden de ideas, el término de prescripción es
constitucional en relación con las prestaciones unitarias de contenido
patrimonial, como las indemnizaciones y, por ende, la norma es
exequible respecto de esas prestaciones; pero no lo es respecto de las
que se refieren a los derechos de los menores para percibirlas, pues
es contrario, como ya se indicó, al mandato constitucional del artículo
4º y a los derechos fundamentales consagrados a favor de la infancia
por el citado precepto.
Bajo esas premisas, debe hacerse extensiva esta protección
constitucional a la viuda, atendiendo al principio de protección a la
organización y desarrollo de la familia, también tutelado por el mismo
artículo 4º.
En efecto, tal principio, correlativo también de otros derechos
fundamentales, entre los que se encuentran, precisamente, los de
protección a la infancia, se encuentra establecido a efecto de proteger
la organización y el desarrollo de la familia, lo cual se traduce en una
garantía social que se tutela con el establecimiento de un régimen
completo de seguridad social, a través del cual se proteja a los
trabajadores y que, a través de este, los beneficios derivados de la
seguridad social se hagan extensivos a sus familiares, entendidos
éstos como los integrantes del núcleo familiar.
42
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
La protección constitucional otorgada debe ser acotada por la
autoridad jurisdiccional considerando las circunstancias de cada caso
concreto, pues tampoco puede suceder que transcurra un término
irracional en el reclamo de las mensualidades no reclamadas. Ese
término no deberá exceder nunca de diez años, considerando que, al
declararse la existencia de un derecho a favor de los recurrentes, en el
acto reclamado en este juicio (oficio número 18 01 03 3310/378/2004,
sin fecha, emitido por el Titular de la Subdelegación Cuernavaca del
Instituto Mexicano del Seguro Social en Morelos) se determinó y
estableció el derecho del acreedor alimentario y la correlativa
obligación del deudor alimentista, habiendo quedado determinados el
monto y la periodicidad de la obligación. Por tanto, ya no está a
discusión ni puede ser materia de prueba la eventual circunstancia
relativa a si el acreedor alimentario pudo subsistir sin la pensión
alimenticia durante el tiempo que demoró en solicitarla.
En este orden de ideas, procede, en la materia de la revisión,
competencia de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, revocar la sentencia recurrida y otorgar el amparo a
RAQUEL
PÉREZ
MARTÍNEZ,
por
su
propio
derecho
y
en
representación de los menores NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL Y
JOSÉ JESÚS O JOSÉ DE JESÚS, todos de apellidos Parra Pérez, en
contra del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social.
QUINTO. Se omite el estudio de los restantes conceptos de
violación, pues aun en el caso de resultar fundados, atendiendo al
principio de mayor beneficio jurídico, no mejoraría lo ya alcanzado por
la recurrente.
Sirve de apoyo a lo anterior, la siguiente tesis jurisprudencial:
43
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN AMPARO DIRECTO.
EL
ESTUDIO
CONCESIÓN
DE
DEBE
LOS
QUE
ATENDER
DETERMINEN
AL
PRINCIPIO
SU
DE
MAYOR BENEFICIO, PUDIÉNDOSE OMITIR EL DE
AQUELLOS QUE AUNQUE RESULTEN FUNDADOS, NO
MEJOREN LO YA ALCANZADO POR EL QUEJOSO,
INCLUSIVE
LOS
QUE
SE
REFIEREN
A
CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES19.
De acuerdo con la técnica para resolver los juicios de
amparo directo del conocimiento de los Tribunales
Colegiados de Circuito, con independencia de la
materia de que se trate, el estudio de los conceptos de
violación que determinen su concesión debe atender al
principio de mayor beneficio, pudiéndose omitir el de
aquellos que, aunque resulten fundados, no mejoren lo
ya alcanzado por el quejoso, inclusive los que se
refieren a constitucionalidad de leyes. Por tanto,
deberá quedar al prudente arbitrio del órgano de
control constitucional determinar la preeminencia en el
estudio de los conceptos de violación, atendiendo a la
consecuencia que para el quejoso tuviera el que se
declararan fundados. Con lo anterior se pretende
privilegiar el derecho contenido en el artículo 17,
segundo párrafo, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, consistente en garantizar a
los ciudadanos el acceso real, completo y efectivo a la
administración de justicia, esto es, que en los diversos
19
Tesis P./J. 3/2005, Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXI,
Febrero de 2005, Página 5.
44
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
asuntos sometidos al conocimiento de los tribunales
de amparo se diluciden de manera preferente aquellas
cuestiones que originen un mayor beneficio jurídico
para el gobernado, afectado con un acto de autoridad
que al final deberá ser declarado inconstitucional.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se revoca
la sentencia recurrida.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a
RAQUEL
PÉREZ
MARTÍNEZ,
por
su
propio
derecho
y
en
representación de los menores NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL Y
JOSÉ JESÚS o JOSÉ DE JESÚS, todos de apellidos PARRA
PÉREZ, en contra del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro
Social, vigente en dos mil seis, para los efectos precisados en el
considerando Cuarto de esta ejecutoria.
Notifíquese;
con
testimonio
de
la
presente
resolución,
devuélvanse los autos a su lugar de origen y, en su oportunidad,
archívese el asunto como concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por mayoría de cuatro votos de los señores
Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, Sergio A. Valls
Hernández, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García
45
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007.
Villegas (Ponente) en contra del voto del Presidente José Ramón
Cossío Díaz, quien formulará voto particular.
Firman el Ministro Presidente de la Sala y la Ministra
Ponente, con el Secretario de Acuerdos, quien autoriza y da fe.
PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA
MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ
MINISTRA PONENTE
MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA
VILLEGAS.
SECRETARIO DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA
LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.
46
VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL MINISTRO JOSÉ RAMÓN
COSSÍO DÍAZ EN EL AMPARO EN REVISIÓN 332/2007, FALLADO
POR LA PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA
DE LA NACIÓN EL 3 DE OCTUBRE DE 2007.
En el presente voto, me permito expresar mi disentimiento
con el sentido de la resolución aprobada por la mayoría de
mis compañeros Ministros de la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, toda vez que considero que el
artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social vigente en
el año dos mil seis, no es conculcatorio de los artículos 4º, 14,
16, 17, 123 y 133 de la Constitución Federal, ni tampoco del
orden jurídico Interamericano que invoca la quejosa, al
establecer un plazo de un año para el cobro de las pensiones
de viudez y orfandad.
Me parece conveniente precisar que el presente asunto, motivo
de la ejecutoria que antecede, fue presentado por mi Ponencia en
sesión de 27 de junio del año en curso, proponiendo la negativa del
amparo. En esa ocasión, la votación mayoritaria fue en contra del
proyecto, por lo que el asunto fue returnado a la Ponencia de la
Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien presentó el
proyecto en el sentido de amparar a la quejosa.
En la resolución que antecede aprobada por la mayoría, el tema
central es la inconstitucionalidad del artículo 300, fracción I de la Ley
del Seguro Social20, que establece el término de un año para la
20
“Artículo 300. El derecho de los asegurados o sus beneficiarios para reclamar el pago de las
prestaciones en dinero, respecto a los seguros de riesgos de trabajo, enfermedades y maternidad,
invalidez y vida y guarderías y prestaciones sociales prescribe en un año de acuerdo con las reglas
siguientes:--- Cualquier mensualidad de una pensión, asignación familiar o ayuda asistencial, así
como el aguinaldo;--- […]”.
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
prescriptibilidad del derecho de los asegurados o sus beneficiarios
para reclamar el pago de las prestaciones en dinero, entre las que se
encuentran las pensiones por viudez y orfandad.
A mi juicio, el artículo impugnado no es violatorio de ninguna
garantía individual, ni tampoco del orden jurídico Interamericano a que
alude la quejosa; por lo que considero que, aun supliendo la
deficiencia de la queja, en virtud de que la parte quejosa es
beneficiaria de un trabajador protegido por la seguridad social, y se
encuentra integrada en parte por menores de edad, debió confirmarse
la sentencia recurrida y negarse el amparo. Ello de conformidad con
las consideraciones que, sustancialmente, sustenté en el proyecto
votado en contra por la mayoría, y que son las siguientes:
Como ya se precisó, el precepto reclamado prevé la figura de la
prescripción —en un año—, del cobro de las mensualidades respecto
de las pensiones a que tienen derecho los beneficiarios.
Ahora bien, considero que el precepto reclamado no viola el
artículo 4º constitucional en sus párrafos tercero, quinto, sexto y
séptimo21, los cuales establecen que toda persona tiene derecho a la
salud, a una vivienda digna y decorosa, que los niños y las niñas
tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación,
21
“Art. 4o.- […] Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y
modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación
y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción
XVI del artículo 73 de esta Constitución […].---Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda
digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal
objetivo.---Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de
alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.---Los
ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar estos derechos. El Estado proveerá
lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus
derechos”.
2
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral, así
como que los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de
preservar esos derechos y el Estado proveerá lo necesario para
propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus
derechos.
En efecto, el Estado por medio de sus instituciones, ha
establecido medidas, instrumentos y apoyos necesarios orientados a
preservar esos derechos, como en el caso, garantizar a quien cumpla
con los requisitos establecidos en ley, el acceso a las pensiones de
viudez y orfandad, y con esto, la posibilidad de contar con los medios y
apoyos necesarios para la satisfacción de sus necesidades. Dichas
pensiones son un derecho con el que se cuenta desde el momento en
que se coloca el beneficiario en el supuesto jurídico para recibirlas.
Sin embargo, el precepto reclamado no priva a los beneficiarios
al acceso a las pensiones de que se trata, puesto que sólo establece
el término en que prescribe el cobro de las mensualidades de las
pensiones, que tiene como fin satisfacer sus necesidades.
Que los ciudadanos tengan derechos de prestación que el
legislador está constitucionalmente obligado a regular implica que la
labor de éste no es totalmente libre y discrecional, pero ello no
significa que no se puedan imponer condiciones razonables al ejercicio
de los citados derechos. Los institutos de seguridad social son
organizaciones vastas, regidas por reglas orientadas a asegurar la
gestión racional, ordenada y transparente de los recursos. En ese
sentido, que la ley introduzca reglas que disponen el modo, tiempo y
lugar en que los ciudadanos podrán recibir las prestaciones públicas a
que tienen derecho, no es en principio reprochable, sino entendible y
3
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
de algún modo, casi imprescindible en las condiciones que
caracterizan la operación de los estados contemporáneos. Sólo si
estos condicionamientos legales son arbitrarios o innecesariamente
gravosos, de modo que pueda decirse que en lugar de facilitar el
ejercicio del derecho, en realidad lo hacen nugatorio, esta Suprema
Corte deberá declararlos inconstitucionales.
Sin embargo, la condición de que las mensualidades, en que se
concretan las prestaciones de seguridad social a que los quejosos y
ahora recurrentes tienen derecho, sean cobradas dentro del plazo de
un año, como máximo, no constituye, a juicio de esta Sala, una
condición irrazonable o desproporcionada, sino por el contrario,
justificada a la luz de intereses públicos constitucionalmente
amparados; dado que las prestaciones de la seguridad social
provienen de las aportaciones de los trabajadores, pero también el
Instituto Mexicano del Seguro Social es una administración pública
sometida a normas estrictas de gestión, entre las que destaca la
obligación de calcular y presupuestar las entradas y salidas de
recursos. Que el Instituto tenga una cierta previsibilidad acerca del
modo y tiempo en que los recursos que debe entregar a los
derechohabientes
saldrán
de
la
institución,
es
un
objetivo
constitucionalmente legítimo, y la regla de la exigibilidad en un año
está instrumentalmente ligada al mismo y a los principios de buena
administración con el que este objetivo se asocia.
Una regla como la contenida en la fracción I del artículo 300 de
la Ley del Seguro Social permite al Instituto calcular responsablemente
los recursos que necesita para un cierto ejercicio presupuestal a la luz
de los recursos “sobrantes” derivados de la renuncia tácita a ciertas
mensualidades no exigidas en los doce meses anteriores y abre la
4
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
puerta para que sean destinados a la cobertura de otras necesidades
sociales. Al mismo tiempo, fomenta la responsabilidad de los titulares
de los derechos involucrados, que en ningún caso están legitimados
para ver al Estado y a sus instituciones de seguridad social como
institución de ahorro a su servicio incondicional, sino como un
mecanismo que administra sus derechos y de los demás ciudadanos,
y que, por el bien de todos, debe estar sometido a reglas que
fomentan la responsabilidad de los funcionarios públicos pero también
la suya propia como beneficiarios.
Cuando los beneficiarios de una pensión de orfandad son
menores y son sus representantes legales los que no exigen
oportunamente la entrega de los recursos correspondientes, el
ordenamiento jurídico incluye herramientas que permiten afrontar el
problema y que deberán ser usadas de modo pronto y oportuno por
los que estén legitimados para ello (el derecho de familia incluye
reglas sobre conservación de la custodia, patria potestad, tutela y
curatela, orientadas a tratar este tipo de conflictos). Pero es evidente
que la circunstancia de que puedan producirse hipótesis de este tipo
no es razón suficiente para declarar inconstitucional el precepto legal
examinado. Las previsiones del artículo 4º de la Constitución, respecto
de los derechos de los menores, no obligan al legislador a excluir a los
niños del sistema general de la seguridad social para convertir sus
derechos prestacionales en derechos incondicionados e ilimitados,
exigibles en cualquier circunstancia.
En conexión con lo anterior, es muy importante percatarse de
que si los recursos cuyo cobro no se exige en un año son, en un caso
concreto, necesarios para la subsistencia y la alimentación de ciertas
5
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
personas (incluidos menores), no es una cuestión directamente
relevante para decidir acerca de la constitucionalidad del artículo legal
bajo examen. Esta Suprema Corte no puede decidir acerca de la
constitucionalidad de una regla general contenida en una ley sobre la
base de que en un caso concreto se dan estas o aquellas
circunstancias, a menos que el estudio de dicho caso ponga de
manifiesto o torne evidente un defecto que muestre que la ley
constituye una regulación inadecuada. En un caso, puede ser que los
recursos cuyo pago no se haya exigido estuvieran efectivamente
destinados a la cobertura de necesidades muy básicas de los titulares.
Pero en otro caso, puede ser que los beneficiarios de los mismos
hayan renunciado a ellos porque gozan de una situación económica
tan buena que les lleva a considerar moralmente correcto no cobrar
esas mensualidades y permitir su regreso al caudal de los recursos
públicos. Más allá de la calificación del valor o desvalor de la conducta
de las personas involucradas, es claro que lo que esta Corte debe
hacer en una instancia en la que su función se reduce al análisis de la
constitucionalidad de la ley aplicada, es un análisis de la razonabilidad
de la misma a la luz de la situación promedio, que ponga en relación
los fines de la norma con los medios empleados por el legislador en un
contexto evaluativo, en el que necesariamente debe hacerse
abstracción de todos y cada uno de los detalles que caracterizan la
narración personal con la que un ciudadano comparece ante los
tribunales federales.
En conclusión, declarar extinguido el derecho a exigir el pago de
unas mensualidades en particular no hace nugatorio el derecho a las
prestaciones sociales como tales, ni reduce o vulnera el carácter de
derechos irrenunciables o imprescriptibles que puedan tener, sino que
6
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
forma parte de un entramado de reglas de ejercicio de ese derecho
constitucionalmente razonable y necesario.
Por otra parte, la prescripción es la institución jurídica a través de
la cual se adquieren bienes o, como en el caso, se dejan de tener
derechos y obligaciones mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo
las condiciones establecidas por la ley. La prescripción es una técnica
conveniente en un sistema jurídico que cumple fines sociales valiosos,
relacionados principalmente con su aptitud para proporcionar certeza y
seguridad al disfrute de los derechos y al cumplimiento de las
obligaciones; es generalmente aceptado que evita litigios y contribuye
al bienestar económico.
La doctrina señala que el fundamento de la prescripción de las
acciones se encuentra en la presunción de abandono o renuncia del
derecho que el acreedor podría hacer valer (con la consiguiente
liberación del deudor respecto de la obligación recíproca). Se
considera que, al lado de las renuncias expresas que el ordenamiento
pueda permitir, el transcurso del tiempo se interprete como una
renuncia tácita y constituya un modo específico de extinción de
obligaciones.
Por ser un mecanismo a través del cual el Estado impide que los
gobernados afecten intereses fundamentales de la sociedad, como la
seguridad jurídica, la prescripción no puede ser pactada por las partes
al momento de expresar su consentimiento para obligarse, sino que es
una cuestión determinada por las autoridades públicas a través de la
ley.
7
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
Nuestra legislación distingue entre dos tipos de prescripción: la
positiva y la negativa. La primera es aplicable a la adquisición de
bienes, y se fundamenta en la posesión pacífica por un período de
tiempo y bajo ciertas circunstancias; y la segunda, a la cual también se
le llama prescripción de acciones, es un medio de extinción de
derechos y obligaciones debido al transcurso de un lapso de tiempo
determinado bajo las condiciones establecidas por la ley, que tiene
como razón de ser la presunción del abandono o renuncia del derecho
que el acreedor podría hacer valer, compeliendo al deudor al
cumplimiento de la obligación recíproca. Debido a que las acciones
son potestativas, el acreedor puede decidir si las ejerce o no, pero si
elige esta última opción, se entiende que no desea hacer valer su
derecho a accionar contra el deudor y esa actitud releva a este último
del cumplimiento de la obligación que contrajo.
Así, la prescripción radica en una presunción de que el acreedor
no tuvo el deseo de accionar contra el deudor exigiéndole el
cumplimiento de las obligaciones que éste estaba obligado a cumplir,
es decir, constituye una sanción para aquellas personas que
descuiden el ejercicio de un derecho.
La creación de la figura de la prescripción de las acciones
obedece a un interés público, porque permite no dejar indefinido en el
tiempo el ejercicio de los derechos en contra un deudor lo que, lejos
de violar la garantía de seguridad jurídica de los gobernados, la
garantiza, dado que así están en aptitud de conocer hasta qué
momento pueden hacer valer los derechos que tienen y también hasta
cuándo están sujetos a que se les demande el cumplimiento de las
obligaciones que hayan contraído.
8
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
Es necesario puntualizar, de nuevo, que lo que prescribe no es el
derecho a recibir una pensión, el cual es inextinguible, sino
únicamente el derecho a reclamar el pago de las mensualidades que
no se exigieron en el momento oportuno. De ahí que no pueda
alegarse que el artículo impugnado priva a los pensionados del
derecho a los medios de supervivencia, puesto que teniendo el
derecho para obtenerlos, el ordenamiento imputa a su pasividad
reiterada (reiterada durante doce meses, en concreto) la presunción
de que renuncian a ellos.
Tampoco considero que el artículo 300, fracción I de la Ley del
Seguro Social, sea violatorio del artículo 133 constitucional porque, al
decir de la quejosa, es contrario a los tratados internacionales
celebrados por el Estado mexicano, como lo es el de la Convención de
la Haya, Holanda, en materia de alimentos y derechos de seguridad
social; el de la Convención Interamericana Sobre Obligaciones
Alimentarias, de quince de julio de mil novecientos ochenta y nueve, el
cual estableció el derecho de percibir alimentos y la imprescriptibilidad
de la obligación para otorgarlos; así como la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, de diez de diciembre de mil novecientos
cuarenta y ocho, particularmente en relación con lo dispuesto en sus
artículos 22 y 25, en virtud de que —dice la quejosa— dichos tratados,
en términos de lo dispuesto por el artículo 133 constitucional, están
por encima de la norma impugnada, al haber sido reconocidos por el
Estado mexicano.
En principio, cabe puntualizar que no existe en la normativa
internacional ningún tratado con la denominación de “Convención de la
Haya en materia de alimentos y derechos de seguridad social” a que
alude la quejosa. Como consecuencia de ello, es infundada la
9
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
afirmación que hace en sus conceptos de violación al no existir
ninguna obligación internacional para el Estado mexicano, en el
sentido que se pretende dar. También, debe precisarse que de un
análisis de la normativa jurídica internacional, regional europea,
regional americana y regional africana, ninguna convención en materia
de alimentos contiene al mismo tiempo aspectos de seguridad social.
Ahora bien, si la quejosa pretendió referirse a los convenios
sobre alimentos, como son: el Convenio sobre la ley aplicable a las
obligaciones alimenticias, hecho en La Haya el dos de octubre de mil
novecientos setenta y tres; el Convenio referente al reconocimiento y a
la ejecución de las resoluciones relativas a las obligaciones
alimenticias aprobado de igual forma en el mismo año en La Haya; o al
Convenio de La Haya sobre la ley aplicable a las obligaciones
alimentarias con los hijos, de mil novecientos cincuenta y seis, cabe
precisar que ninguno es aplicable a las prestaciones de seguridad
social, como la que nos ocupa, por una parte, porque México no es
Parte a dichos convenios22, y por otra, porque éstos se aplican a
obligaciones o resoluciones en materia de alimentos, que se derivan
de las relaciones de familia, parentesco, afinidad o matrimonio,
comprendidas las obligaciones alimenticias respecto de un hijo no
legítimo.
La Convención Interamericana sobre obligaciones alimentarias
que México firmó en mil novecientos noventa y dos y ratificó en mil
novecientos noventa y cuatro, en su artículo 1º establece que “…tiene
22
En el ámbito de la Organización de las Naciones Unidas, México sólo es Parte de la Convención
sobre la Obtención de Alimentos en el Extranjero, adoptada en Nueva York, el 20 de junio de 1956,
misma que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de septiembre de 1992 y que
tiene la finalidad de facilitar a una persona, llamada demandante, que se encuentra en el territorio
de una de las Partes Contratantes, la obtención de los alimentos que pretende tener derecho a
recibir de otra persona, llamada demandado, que está sujeta a la jurisdicción de otra Parte
Contratante.
10
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
como objeto la determinación del derecho aplicable a las obligaciones
alimentarias, así como a la competencia y a la cooperación procesal
internacional, cuando el acreedor de alimentos tenga su domicilio o
residencia habitual en un Estado Parte y el deudor de alimentos tenga
su domicilio o residencia habitual, bienes o ingresos en otro Estado
Parte. […]”.
En ese sentido, resulta evidente que dicha Convención
Interamericana tampoco es aplicable a la situación planteada por la
quejosa y que, por ende, el precepto reclamado contravenga dicho
tratado.
El tratado internacional antes señalado, podría ser aplicable si se
tratara del supuesto en que los hijos de la quejosa como acreedores
alimentarios y ella como deudora —como lo son—, estuviesen
reclamando sus derechos ante su incumplimiento por encontrarse en
otro país, o bien, si tanto sus hijos como ella fuesen acreedores
alimentarios de alguna otra persona en razón de parentesco, afinidad
o matrimonio, hipótesis que en el caso no se actualiza.
Por otra parte, con relación a la Declaración Universal de los
Derechos Humanos a que hace referencia la quejosa, debemos
señalar que no es en estricto sentido un tratado como se define en el
artículo 2º de la Convención de Viena sobre Derecho de los
Tratados23, sino que su naturaleza jurídica es distinta, aunque la
comunidad internacional por su importancia y universalidad le ha
23
a) Se entiende por "tratado" un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y
regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más
instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular.--- b) Se entiende por
"ratificación", "aceptación", "aprobación" y "adhesión", según el caso, el acto internacional así
denominado por el cual un Estado hace constar en el ámbito internacional su consentimiento en
obligarse por un tratado.
11
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
otorgado un reconocimiento superior al de cualquier otra declaración
internacional, como ocurre también con la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre en el ámbito interamericano.
Ahora bien, si bien es cierto que el artículo 25 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos24, y a mayor abundamiento la
Convención sobre Derechos del Niño en sus artículos 24, punto 2, y
27, punto 325, hacen referencia al derecho a la alimentación, resulta
evidente que no se puede hablar de una afectación del derecho a ésta,
por la falta de pago de mensualidades de una pensión alimenticia,
pues el derecho a la alimentación se ejerce, según se ha establecido
en la Observación General número 12 del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, cuando todo
hombre, mujer o niño, ya sea solo o en común con otros, tiene acceso
físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a
medios para obtenerla26.
Y por las razones que se han explicitado con anterioridad, no
puede decirse que la norma examinada niegue el acceso a los medios
para obtener la alimentación por el hecho de que ponga algunas
condiciones al modo en que las mensualidades correspondientes a las
pensiones por viudez y orfandad pueden ser exigidas. No puede
afirmarse que la regulación haga nugatorio el derecho a la
alimentación que prevén los instrumentos internacionales antes
24
“Artículo 25. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como
a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación […]”.
25
“Artículo 24. […] 2. Los Estados Partes... adoptarán las medidas apropiadas para: […] c)
Combatir las enfermedades y la malnutrición... mediante, entre otras cosas, la aplicación de la
tecnología disponible y el suministro de alimentos nutritivos adecuados […]”.
“Artículo 27. Los Estados Partes […] 3… en caso necesario, proporcionarán asistencia material y
programas de apoyo, particularmente con respecto a la nutrición […]”.
26
Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales, Observación General No. 12, El derecho
a una alimentación adecuada, 20º período de sesiones, 1999, párrafo 6.
12
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
referidos, porque en ningún momento estos instrumentos truncan la
posibilidad de que exista una regulación nacional al respecto y porque
no se priva en lo sucesivo a los beneficiarios de dicha pensión, puesto
que tienen el derecho a seguir cobrando las mensualidades que se
van generando; como se demuestra en el caso sucede, puesto que la
parte quejosa de lo único que se duele es de la negativa de pago
respecto de las mensualidades que ya prescribieron.
Por otra parte, el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro
Social, tampoco viola las fracciones XIV; XVII, incisos g) y h); XXVIII;
XXIX, apartado A, y la fracción XI, inciso a) del apartado B, todas del
artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
En efecto, si bien el precepto constitucional citado establecen las
garantías de seguridad social para los trabajadores, así como la
relación de trabajo entre los empleados y los patrones, imponiendo al
patrón la obligación de responder por los accidentes, riesgos de
trabajo, enfermedades que sufra el trabajador con motivo de la
prestación del servicio y pagar al trabajador o a sus beneficiarios la
indemnización correspondiente que haya traído como consecuencia la
muerte, incapacidad temporal o permanente para trabajar, esto es,
prevén prestaciones que tienden a garantizar la supervivencia y
tranquilidad del trabajador o de sus beneficiarios; y el precepto
reclamado establece la prescripción en un año del pago de las
prestaciones en dinero, como en el caso es el pago de cualquiera de
las mensualidades de una pensión por viudez y orfandad, ello no
implica violación a esas garantías de seguridad social a favor de los
trabajadores y sus familiares, pues no impide que se genere el
derecho a obtener las pensiones de viudez y orfandad, sino que
13
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
únicamente establece la prescripción de las acciones para demandar
el pago de las pensiones ya otorgadas, pero vencidas y no reclamadas
dentro de un año.
Por otra parte, el argumento de la recurrente en el que insiste
respecto de la inconstitucionalidad del precepto reclamado, por violar
la fracción XXVII del artículo 123, en virtud de que establece un
término excesivamente breve para la prescripción, lo cual implica la
renuncia al derecho que prevé el precepto constitucional citado, es
infundado de conformidad con las siguientes consideraciones:
La fracción XXVII del artículo 123, apartado A de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos27 establece que serán
condiciones nulas y no obligarán a los contrayentes, aunque se
expresen en el contrato, entre otras, las que constituyan renuncia
hecha por el obrero de las indemnizaciones a que tenga derecho por
accidente de trabajo y enfermedades profesionales, perjuicios
ocasionados por el incumplimiento del contrato o despedírsele de la
obra, así como todas las demás estipulaciones que impliquen renuncia
de algún derecho consagrado a favor del obrero, en las leyes de
protección y auxilio a los trabajadores.
27
“Art. 123.- Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se
promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la Ley. […]
XXVII.- Serán condiciones nulas y no obligarán a los contrayentes, aunque se expresen en el
contrato:(a). Las que estipulen una jornada inhumana por lo notoriamente excesiva, dada la índole
del trabajo. (b). Las que fijen un salario que no sea remunerador a juicio de las Juntas de
Conciliación y Arbitraje. (c). Las que estipulen un plazo mayor de una semana para la percepción
del jornal. (d). Las que señalen un lugar de recreo, fonda, café, taberna, cantina o tienda para
efectuar el pago del salario, cuando no se trate de empleados en esos establecimientos. (e). Las
que entrañen obligación directa o indirecta de adquirir los artículos de consumo en tiendas o
lugares determinados. (f). Las que permitan retener el salario en concepto de multa. (g). Las que
constituyan renuncia hecha por el obrero de las indemnizaciones a que tenga derecho por
accidente del trabajo, y enfermedades profesionales, perjuicios ocasionados por el incumplimiento
del contrato o despedírsele de la obra. (h). Todas las demás estipulaciones que impliquen renuncia
de algún derecho consagrado a favor del obrero en las leyes de protección y auxilio a los
trabajadores”.
14
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
Como puede observarse, lo que el precepto citado establece es
la nulidad de las condiciones establecidas en los contratos que
impliquen renuncia a los derechos consagrados a favor del obrero,
disposición que no contradice el precepto reclamado, puesto que no
establece por virtud de un contrato, la renuncia de los beneficiarios de
un trabajador a recibir una pensión, como en el caso de viudez y
orfandad, sino como reiteradamente se ha dicho, el término en que
prescribe la acción de cobro de las mensualidades de una pensión, lo
cual hace presumir que el que renuncia a su pago por abandono es el
propio beneficiario al no cobrarlo dentro del término que señala la Ley
y no por virtud de un mandato de ésta. Menos aún el precepto
constitucional hace referencia al término, ni a parámetro alguno de
éste que pudiera estar en contraposición a lo que dispone el precepto
reclamado, por lo cual, cabe concluir que no es violatorio del artículo
123 constitucional en la fracción analizada.
La recurrente argumenta que el patrón asume la responsabilidad
del trabajador como jefe de familia, estando obligado a proporcionar
una pensión por incapacidad o muerte del trabajador en ejercicio de
sus labores. Que se libera de dicha obligación una vez que inscribe al
trabajador en el Instituto Mexicano del Seguro Social, realizando
aportaciones
periódicas
a
dicha
institución,
por
lo
que
la
responsabilidad es asumida por el citado Instituto. De ahí que diga que
a la muerte del trabajador, éste debería absorber la responsabilidad
del deudor alimentario frente a sus acreedores. Agrega que si bien la
pensión por viudez y orfandad son de naturaleza laboral y la pensión
alimenticia es de carácter civil, ambas van encaminadas a cubrir
necesidades de los acreedores alimentarios y beneficiarios del
trabajador, por cuanto hace a la satisfacción de necesidades
inminentemente alimenticias, razón por la cual se asimilan.
15
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
Pues bien, no asiste la razón a la recurrente. Con el fin de dar
mayor claridad al tema, es importante precisar de manera breve la
diversa naturaleza de la pensión alimenticia y de la pensión por viudez
y orfandad —respecto de lo cual no existe controversia, en tanto que
la disconforme reconoce esa diferencia—.
La doctrina define el concepto de pensión por viudez y orfandad
como el pago periódico de una cantidad en efectivo que se hace a la
viuda y a los hijos menores de edad de los trabajadores, cuando éstos
fallecen y aquéllos reúnen las condiciones fijadas en las leyes,
convenios colectivos o estatutos especiales, por tener derecho a tales
percepciones, como una prestación social tendente a garantizar su
bienestar y tranquilidad.
Por otro lado, se precisa que la pensión alimenticia es la
cantidad en dinero que los deudores alimentarios deben entregar en
forma periódica a los acreedores alimenticios. El fundamento de la
obligación alimentaria es el estado de necesidad de una persona que
no puede cubrir por sí misma los gastos necesarios para su
subsistencia.
Cabe destacar que el concepto de alimentos es de orden
público, por lo que no opera el principio de autonomía de la voluntad,
ya que tanto para el acreedor como para el deudor, es un derecho y
una obligación con características especiales que la distingue de otro
tipo de pensiones, como lo son: la reciprocidad, la alternatividad, la
irrenunciabilidad, la inembargabilidad, entre otras. La obligación de dar
alimentos es imprescriptible.
16
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
Como principal diferencia entre la pensión alimenticia y la
pensión por viudez y orfandad, es la naturaleza de las mismas. La
primera es de carácter civil y la segunda laboral, sobre esta última es
importante destacar que constituye una prestación de seguridad social
que establece la Ley del Seguro Social a los familiares del trabajador
fallecido, conforme a la cual únicamente tienen derecho la viuda y los
hijos menores de edad, siempre que se justifique que el trabajador
cubrió al Instituto sus aportaciones; en cambio la primera es una
obligación recíproca que se tiene entre familiares y en la cual no
interviene en ningún momento el Estado.
De lo anterior, se desprende que la pensión por viudez y
orfandad otorgada por el patrón del trabajador a sus familiares no
debe verse como una concesión gratuita o generosa del Estado o del
patrón. El derecho a ésta lo adquiere el trabajador con las
aportaciones que hace por determinado número de años de trabajo
productivo, aportaciones que se ven aumentadas con las que han sido
aportadas por los patrones o por las que se les ha obligado por
disposición legal, las cuales integran un capital del que se toman, en
un momento dado, las cantidades individuales que se conceden, las
cuales incrementa el Estado. En cambio, la pensión alimenticia es un
deber derivado del derecho a la vida que tiene el acreedor alimentario
y gravita sobre el grupo familiar. En ningún momento, se hace un
fondo, por aportaciones mensuales, del cual se tome la pensión
alimenticia, sino que surge del deber que se tiene al sostenimiento de
la familia.
Otra diferencia entre estos dos tipos de pensiones es que en las
pensiones alimenticias, se da la reciprocidad entre acreedores y
17
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
deudores, lo que implica que el que da los alimentos tiene a su vez el
derecho para recibirlos. Esto es que el que pagó para cumplir con su
obligación alimentaria, podrá exigir que ahora a él se le pague cuando
lo necesite para su subsistencia, de manera que se cumpla con la
misma obligación. Lo anterior, en ningún momento se podría exigir en
una pensión por viudez y orfandad, toda vez que bajo ningún supuesto
se podría exigir que los beneficiarios del trabajador aportaran dinero
para la manutención del Instituto Mexicano del Seguro Social por el
principio de reciprocidad.
En el mismo sentido, podemos destacar que la característica de
alternatividad de la pensión alimenticia, la cual permite reclamar
subsidiariamente los alimentos a otros parientes cuando el obligado
principal está imposibilitado para cumplir con su carga, no existe en las
pensiones por viudez y orfandad, ya que en estas últimas, el acreedor
únicamente es el Instituto Mexicano del Seguro Social y no es posible
reclamar la pensión a otro organismo público.
Las diferencias expuestas en los párrafos anteriores evidencian
que el patrón no asume la responsabilidad del trabajador como jefe de
familia y que, por lo tanto, debería absorber la responsabilidad de
deudor alimentario frente a los acreedores del mismo, por ende, al ser
de diversa naturaleza la prestación social de pensión de viudez y
orfandad y la pensión alimenticia, no pueden asimilarse o ser
equivalentes. Así, la primera no puede traducirse en una obligación del
Instituto Mexicano del Seguro Social de proporcionar alimentos, y que,
por tanto, sea imprescriptible.
18
VOTO PARTICULAR
AMPARO EN REVISIÓN 332/2007
Por
las
razones
anteriores,
reitero
mi
posición
por
la
constitucionalidad del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro
Social.
__________________________________
MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ.
SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA
____________________________
LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.
19
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