AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. QUEJOSA: RAQUEL PÉREZ MARTÍNEZ POR SU PROPIO DERECHO Y EN REPRESENTACIÓN DE LOS MENORES NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL Y JOSÉ JESÚS O JOSÉ DE JESÚS, TODOS DE APELLIDOS PARRA PÉREZ. PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS. SECRETARIO: JORGE ROBERTO ORDOÑEZ ESCOBAR. SÍNTESIS AUTORIDADES RESPONSABLES: Congreso de la Unión y otras. ACTOS RECLAMADOS: En el ámbito de sus respectivas competencias, se reclama, la aprobación, expedición, promulgación, publicación y refrendo de la Ley del Seguro social, concretamente el artículo 300, fracción I, vigente para el dos mil seis. De la autoridad marcada en el punto cuarto, se reclama el primer acto de aplicación del precepto que se tilda de inconstitucional, consistente en la resolución emitida por el Consejo Consultivo Delegacional del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Morelos, respecto del Recurso de Inconformidad de fecha quince de abril de dos mil seis, en el que se confirma en sus términos el oficio 18 01 03 3310/376 2004, emitido por el titular de la Subdelegación Cuernavaca, del citado Instituto, mediante el cual se informa que prescribió el derecho al pago de las mensualidades de abril del dos mil uno a diciembre del dos mil dos, por concepto de la pensión de viudez y orfandad. De las autoridades señaladas en los puntos cinco a siete, se reclama, en el ámbito de sus respectivas competencias, la confirmación del citado oficio. SENTIDO DE LA SENTENCIA RECURRIDA: El Juez de Distrito resolvió negar el amparo y protección a la quejosa, respecto de los actos atribuidos a las autoridades responsables. AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. RECURRENTE: La quejosa. SENTIDO DE LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL COLEGIADO: El Tribunal Colegiado ordenó remitir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los autos del presente recurso de revisión, interpuesto por Raquel Pérez Martínez, por sí y en representación de Natali, Noemí Abigail, Israel y José de Jesús, de apellidos Parra Pérez, en contra de la sentencia dictada por el Juez Primero de Distrito en el Estado de Morelos, en el juicio de amparo 697/2006-D, por no existir precedentes al especto, y ser de su competencia originaria. SENTIDO DEL PROYECTO: En las consideraciones: Es fundado lo alegado por la disconforme, en el sentido de que el Juez Federal al estudiar el concepto de violación aludido, se refirió a los artículos 3º, 5º, 6º, y 7º constitucionales, no obstante que en el concepto de violación relativo la quejosa invocó el artículo 4º constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo; sin embargo, ello sólo constituyó una confusión en la cita del precepto constitucional invocado, con sus párrafos, pero no en el pronunciamiento correspondiente, puesto que tal como se advierte de la sentencia recurrida, cuya síntesis ya se hizo en este fallo, no se refirió a las garantías que consagran los preceptos constitucionales referidos, las cuales detalla la propia recurrente en su agravio —3º: la obligación del Estado de proporcionar educación; 5º: libertad de trabajo; 6º: libertad de expresión; 7º: libertad de imprenta—, sino a las que, al decir de la quejosa en su demanda, consagran los párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo del artículo 4º constitucional, esto es, las garantías de vivienda, alimentación, salud, educación y esparcimiento; declarando inoperante el argumento relativo, por considerar que no se refería a un problema de inconstitucionalidad, sino de aplicación de la norma impugnada, ya que a través de la misma, se deja de proporcionar a los beneficiarios de la pensión alimenticia las mensualidades correspondientes a un período determinado, pero no en virtud de la propia ley, sino por la circunstancia de no haberse ejercido en tiempo el derecho al cobro de las citadas mensualidades —lo cual no se controvierte en los agravios—-. II AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. No obstante lo anterior, esta Primera Sala considera procedente suplir la deficiencia de la queja, en virtud de que la parte quejosa es beneficiaria de un trabajador protegido por la seguridad social, y se encuentra integrada en parte por menores de edad. En primer lugar, porque ante la duda de que aquélla tenga o no derecho a los beneficios que establece dicho régimen, la no aplicación de la suplencia equivaldría a prejuzgar que no lo tiene, con lo que se renunciaría de antemano a la posibilidad de descubrir la verdad jurídica y, en segundo, porque un beneficiario del trabajador se asimila a éste. Tiene razón la quejosa cuando afirma que, la prescriptibilidad en un año del derecho para reclamar la pensión por orfandad de sus menores hijos vulnera la garantía establecida a favor de estos en el artículo 4º constitucional. Ello en razón de que esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera necesario conceder el amparo solicitado, para proteger el derecho a la pensión por orfandad de los menores para este caso concreto, en la medida en que resulta tan directa su relación con otros derechos fundamentales (la alimentación, salud, educación y sano esparcimiento), cuya garantía no sería posible, por vía del amparo, sin la protección de aquél. En efecto, es mandato constitucional dirigido a los ascendientes, tutores, custodios y, más importante aún, al propio Estado, coadyuvar a la finalidad esencial de tutelar los derechos de ciertos grupos (en este caso los niños y niñas). Lo cual requiere de un Estado facilitador, de un Estado que colabore con los particulares en la tarea de proteger los derechos de la familia. Por tanto, ni el Estado ni la sociedad civil pueden permitir que uno de sus miembros se abandone a la fatalidad de vivir sin las condiciones mínimas de apoyo que se le deben brindar a un ser humano, sobre todo cuando se encuentra en estado de extrema necesidad por su edad. Cuando una persona padece ese estado de extrema necesidad, no se le puede excluir de la protección eficaz a la dignidad personal a que tiene derecho, sino extenderle toda la ayuda posible. Con todo lo anterior, al privar a un menor de los mencionados derechos se desvirtúa el mandato constitucional, III AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. imponiéndose al punto la necesidad de conceder la protección impetrada con el fin de garantizar las condiciones mínimas de subsistencia de los susodichos menores. Por lo que procede ahora hacer el estudio relativo a la prescripción de la acción para demandar el pago de las mensualidades. Debe entenderse, por tanto, que la norma impugnada es constitucional, bajo el entendido de que el término de prescripción es aplicable en relación con las prestaciones unitarias de contenido patrimonial y las mensualidades derivadas de la pensión previstas por la ley; pero no lo es respecto de todas, pues, como se ha venido exponiendo, el mandato contenido en el artículo 4º constitucional respecto de los derechos de los niños y niñas, no puede ceder ante la norma que establece la prescripción del derecho a reclamar la pensión por orfandad en lo que se refiere a los alimentos. De la misma manera ocurre con prestaciones similares (por ejemplo los servicios médicos asistenciales); pero en relación con el tipo de prestaciones que se reclaman, las normas que se refieren a la prescripción pueden tener dos interpretaciones. Así, algunos asumirían que si la pensión no es solicitada por el beneficiario en el término de un año, entonces el derecho a gozar de ella se extingue, lo cual no sucede en el caso. Pero de otro lado, puede interpretarse que la prescripción se predica de las mensualidades no reclamadas en el término de un año. Es claro que la primera interpretación es contraria a la Carta Magna, pues el derecho a la pensión es imprescriptible, mientras que la segunda es constitucional, ya que las mensualidades de la pensión pueden extinguirse si no son reclamadas en los plazos señalados por la ley; pero no por cuanto hace al derecho de los menores de percibirlas. En ese orden de ideas, el término de prescripción es constitucional en relación con las prestaciones unitarias de contenido patrimonial, como las indemnizaciones y, por ende, la norma es exequible respecto de esas prestaciones; pero no lo es respecto de las que se refieren a los derechos de los menores para percibirlas, pues es contrario, como ya se indicó, al mandato constitucional del artículo 4º y a los derechos fundamentales consagrados a favor de la infancia por el citado precepto. IV AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. Bajo esas premisas, debe hacerse extensiva esta protección constitucional a la viuda, atendiendo al principio de protección a la organización y desarrollo de la familia, también tutelado por el mismo artículo 4º. En efecto, tal principio, correlativo también de otros derechos fundamentales, entre los que se encuentran, precisamente, los de protección a la infancia, se encuentra establecido a efecto de proteger la organización y el desarrollo de la familia, lo cual se traduce en una garantía social que se tutela con el establecimiento de un régimen completo de seguridad social, a través del cual se proteja a los trabajadores y que, a través de este, los beneficios derivados de la seguridad social se hagan extensivos a sus familiares, entendidos éstos como los integrantes del núcleo familiar. La protección constitucional otorgada debe ser acotada por la autoridad jurisdiccional considerando las circunstancias de cada caso concreto, pues tampoco puede suceder que transcurra un término irracional en el reclamo de las mensualidades no reclamadas. Ese término no deberá exceder nunca de diez años, considerando que, al declararse la existencia de un derecho a favor de los recurrentes, en el acto reclamado en este juicio (oficio número 18 01 03 3310/378/2004, sin fecha, emitido por el Titular de la Subdelegación Cuernavaca del Instituto Mexicano del Seguro Social en Morelos) se determinó y estableció el derecho del acreedor alimentario y la correlativa obligación del deudor alimentista, habiendo quedado determinados el monto y la periodicidad de la obligación. Por tanto, ya no está a discusión ni puede ser materia de prueba la eventual circunstancia relativa a si el acreedor alimentario pudo subsistir sin la pensión alimenticia durante el tiempo que demoró en solicitarla. En los puntos resolutivos: PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se revoca la sentencia recurrida. V AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a RAQUEL PÉREZ MARTÍNEZ, por su propio derecho y en representación de los menores NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL Y JOSÉ JESÚS o JOSÉ DE JESÚS, todos de apellidos PARRA PÉREZ, en contra del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, vigente en dos mil seis, para los efectos precisados en el considerando Cuarto de esta ejecutoria. TESIS INVOCADAS EN EL ESTUDIO DEL ASUNTO: “ALIMENTOS. LA PARTE QUE OBTUVO SENTENCIA FAVORABLE EN EL JUICIO PUEDE RECLAMAR SU EJECUCIÓN Y EL PAGO DE LAS PENSIONES ATRASADAS, VENCIDAS Y NO COBRADAS DENTRO DEL PLAZO DE DIEZ AÑOS, SIN QUE LA DEMORA EN DICHA SOLICITUD IMPLIQUE QUE EL ACREEDOR ALIMENTARIO NO LOS NECESITÓ (LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES”) (Página 39) “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN AMPARO DIRECTO. EL ESTUDIO DE LOS QUE DETERMINEN SU CONCESIÓN DEBE ATENDER AL PRINCIPIO DE MAYOR BENEFICIO, PUDIÉNDOSE OMITIR EL DE AQUELLOS QUE AUNQUE RESULTEN FUNDADOS, NO MEJOREN LO YA ALCANZADO POR EL QUEJOSO, INCLUSIVE LOS QUE SE REFIEREN A CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES”. (Página 44) VI AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. QUEJOSA: RAQUEL PÉREZ MARTÍNEZ POR SU PROPIO DERECHO Y EN REPRESENTACIÓN DE LOS MENORES NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL Y JOSÉ JESÚS O JOSÉ DE JESÚS, TODOS DE APELLIDOS PARRA PÉREZ. PONENTE: MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS. SECRETARIO: JORGE ROBERTO ORDOÑEZ ESCOBAR. México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día tres de octubre de dos mil siete. V I S T O S para resolver los autos del amparo en revisión número 332/2007, y R E S U L T A N D O: PRIMERO. Interposición de la demanda de amparo. Por escrito presentado el cinco de junio de dos mil seis, en la Oficialía de de Partes Común de los Juzgados de Distrito en Cuernavaca, Morelos, RAQUEL PÉREZ MARTÍNEZ por su propio derecho y en representación de los menores NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL y JOSÉ JESÚS o JOSÉ DE JESÚS, todos de apellidos PARRA PÉREZ, solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal en contra de las autoridades y por los actos que a continuación se precisan: AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. AUTORIDADES RESPONSABLES: 1. Congreso de la Unión. 2. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. 3. Secretario de Gobernación. 4. Subdelegado de la Zona Metropolitana del Instituto Mexicano del Seguro Social en el Estado de Morelos. 5. Consejo Consultivo Delegacional del Instituto Mexicano del Seguro Social, Delegación en Cuernavaca, Morelos. 6. Subdelegado Metropolitano del Departamento de Pensiones de la Dirección Región Centro, Delegación Estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social en el Estado de Morelos. 7. Director de Prestaciones Económicas y Sociales del Instituto Mexicano del Seguro Social en el Estado. ACTOS RECLAMADOS: De las autoridades marcadas en los puntos uno a tres, se reclama, en el ámbito de sus respectivas competencias, la aprobación, expedición, promulgación, publicación y refrendo de la Ley del Seguro Social, concretamente el artículo 300, fracción I, vigente en dos mil seis. De la autoridad marcada en el punto cuatro, se reclama el primer acto de aplicación del precepto que se tilda de inconstitucional, consistente en la resolución emitida por el Consejo Consultivo Delegacional del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Morelos, respecto del Recurso de Inconformidad de fecha quince (sic) de abril de dos mil seis, en el que se confirma en sus términos el oficio 18 01 03 3310/376 2004, emitido por la titular de la Subdelegación Cuernavaca, del citado Instituto, mediante el cual se informa que prescribió el derecho al pago de las mensualidades de abril del dos mil uno a diciembre del dos mil dos, por concepto de la pensión de viudez y orfandad. 2 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. De las autoridades señaladas en los puntos cinco a siete, se reclama, en el ámbito de sus respectivas competencias, la confirmación del oficio arriba referido. SEGUNDO. Garantías constitucionales violadas. La parte quejosa señaló como garantías individuales violadas las que consagran los artículos 14, 16, 17, 123 y 133 la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; narró los antecedentes del caso; y expresó los conceptos de violación que estimó pertinentes. TERCERO. Trámite del amparo. Tocó conocer de la demanda de amparo al Juzgado Primero de Distrito en el Estado de Morelos, quien por auto de catorce de junio de dos mil seis, previo desahogo del proveído de siete de junio de dos mil seis, admitió a trámite la demanda de amparo, registrándola con el número 697/2006; dio la intervención que legalmente corresponde al Agente del Ministerio Público de la Federación, adscrito a dicho juzgado; y pidió a las autoridades responsables sus respectivos informes justificados. Por escrito presentado el veintidós de junio del mismo año1, ante el juzgado del conocimiento, la parte quejosa amplió la demanda de amparo, por cuanto hace a los conceptos de violación, solicitando la suplencia de la deficiencia de la queja por las razones que se mencionan. Por auto de veintitrés de junio de dos mil seis, el Juez de Distrito tuvo por ampliada la demanda en los términos señalados. 1 Fojas 156 a 167 del cuaderno de amparo. 3 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. Seguidos los trámites de ley, el titular del citado órgano jurisdiccional dictó sentencia el catorce de agosto de dos mil seis2, terminada de engrosar el día treinta y uno de octubre del mismo año, en el sentido de negar el amparo solicitado3. CUARTO. Interposición del recurso. Inconforme con la anterior resolución, Luis Cuitláhuac Ortega Avilés, autorizado legal de la parte quejosa en términos del artículo 27 de la Ley de Amparo, interpuso recurso de revisión, presentado el veinticuatro de noviembre de dos mil seis, ante la Oficialía de Partes Común de los Juzgados de Distrito en Cuernavaca, Morelos, remitido el día veintisiete siguiente al juzgado del conocimiento, y del que correspondió conocer, por razón de turno, al Primer Tribunal Colegiado del Decimoctavo Circuito, cuyo Presidente lo admitió, por acuerdo de nueve de enero de dos mil siete, registrándose con el número R.A. 27/2007. Seguidos los trámites de ley, el doce de abril de dos mil siete, el citado órgano colegiado dictó sentencia4, en la que ordeno remitir el presente recurso de revisión a esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, por no existir precedentes al respecto, y ser de su competencia originaria”. En cumplimiento de la anterior determinación, la Secretaria de Acuerdos adscrita al Primer Tribunal Colegiado del conocimiento, remitió a este Alto Tribunal los autos correspondientes, mediante oficio número 2694, de diecinueve de abril de dos mil siete. 2 Fojas 261 a 282 del cuaderno de amparo Fojas 1725 a 1755 del cuaderno del juicio de amparo. 4 Fojas 2 a 31 del cuaderno del Tribunal Colegiado. 3 4 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. QUINTO. Trámite del recurso. Por auto de Presidencia de veintisiete de abril de dos mil siete, esta Suprema Corte asumió su competencia originaria para conocer del recurso de revisión, por subsistir el problema de inconstitucionalidad planteado, respecto del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, publicada en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de diciembre de mil novecientos noventa y cinco; se ordenó formar y registrar el toca con el número 332/2007; dar vista al Procurador General de la República para que formulara el pedimento respectivo; y turnar el asunto al Ministro José Ramón Cossío Díaz para la elaboración del proyecto de resolución y, posteriormente mediante acuerdo del Presidente de la Primera Sala, de veintiocho de junio de dos mil siete, se returnó el asunto a la Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas, para la elaboración del proyecto. El Agente del Ministerio Público se abstuvo de formular pedimento5. C O N S I D E R A N D O: PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer del presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto en los artículos 107, fracción VIII, inciso a) de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 84, fracción I, inciso a) de la Ley de Amparo; y 21, fracción XI de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con el punto Cuarto del Acuerdo General Plenario 5/2001, publicado el veintinueve de junio de dos mil uno en el Diario Oficial de la Federación; en virtud de que se reclama la 5 Foja 58 del Toca. 5 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. inconstitucionalidad del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, publicada en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de diciembre de mil novecientos noventa y cinco; y si bien subsiste en esta instancia el problema de constitucionalidad planteado, resulta innecesaria la intervención del Tribunal Pleno para su resolución. SEGUNDO. Oportunidad del recurso. Toda vez que el Tribunal Colegiado que en principio conoció del presente recurso de revisión no se ocupó de su oportunidad, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se ocupa de ello. Así, dicho recurso de revisión se interpuso en tiempo, toda vez que la sentencia recurrida se notificó por lista a la parte quejosa el miércoles ocho de noviembre de dos mil seis, según se advierte de la constancia que obra a foja 290 del expediente de amparo, surtiendo efectos dicha notificación el jueves siguiente, por lo que el cómputo del plazo de diez días hábiles que señala el artículo 86 de la Ley de Amparo, para ese efecto, inició el viernes diez del mismo mes y año, y culminó el veinticuatro del propio mes y año, descontándose los días once, doce, dieciocho, diecinueve y veinte de noviembre de dos mil seis, por tratarse de días inhábiles de acuerdo con el artículo 23 de la Ley de Amparo y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Por tanto, si el escrito mediante el cual se interpuso el recurso de revisión se presentó el veinticuatro de noviembre de dos mil seis, ante el juzgado del conocimiento, según se advierte del sello fechador que obra en la foja 33 del toca en que se actúa, es inconcuso que fue oportuna su presentación. TERCERO. Cuestiones necesarias para resolver el asunto. 6 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. I. Los conceptos de violación en los que la parte quejosa hizo valer cuestiones de inconstitucionalidad, tanto en su escrito inicial de demanda como en su ampliación, en síntesis, son los siguientes: a) El artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, viola las garantías de legalidad y seguridad jurídicas, previstas en los artículos 14, 16 y 17 constitucionales, en virtud de que al establecer la figura jurídica de prescripción, priva a los pensionados por viudez y orfandad, como lo son la quejosa y sus menores hijos, del derecho a alimentos y, por ende, de supervivencia, es decir, de un derecho social irrenunciable e imprescriptible, tal como lo prevé el artículo 112 del Código Civil, vigente en el Estado de Morelos. De ahí que concluya la parte quejosa en el sentido de que la figura de la prescripción no debiera preverse en el precepto impugnado. b) Que el precepto antes referido también es violatorio del artículo 123, fracción XI, apartado B, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual no sólo ampara los derechos de los trabajadores, sino igualmente los de sus beneficiarios, esto es, sus derechos de seguridad social, los cuales son irrenunciables, imprescriptibles e inembargables. Luego, si el precepto reclamado prevé la prescripción del cobro de las mensualidades respecto de las pensiones a que tienen derecho los beneficiarios, como son la quejosa y sus menores hijos, es evidente que, como ya se dijo, dicho precepto viola el artículo constitucional citado. c) Así también, la quejosa estima que el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, es contrario a lo dispuesto por la fracción XIV del citado artículo 123, apartado A de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual es claro al mencionar que el 7 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. patrón subsumirá la responsabilidad que tenía el padre de familia, es decir, la obligación de proporcionar alimentos a los menores hijos y a su cónyuge, cuando se trate de la muerte del trabajador; pero si como en el caso, el patrón aseguró al trabajador contra riesgos de trabajo afiliándolo al Instituto Mexicano del Seguro Social, este último asume la responsabilidad de proporcionar una pensión por conceptos de viudez y orfandad a su esposa y a sus hijos, esto es, proporcionar alimentos, toda vez que sufrió un accidente de trabajo que le causó la muerte. d) Que de igual forma el precepto reclamado viola lo dispuesto por la fracción XXVII, del artículo 123, apartado A, constitucional, la cual establece la irrenunciabilidad de las prestaciones que en vida correspondieron al esposo de la quejosa y que una vez fallecido, dichas prestaciones le corresponden tanto a ella como a sus menores hijos, en virtud de la pensión por viudez y orfandad. Así, alega que al ser irrenunciables dichas prestaciones, contrariamente a lo que prevé el precepto reclamado, son imprescriptibles, por tratarse de una cuestión de alimentos. e) Que dicha inconstitucionalidad también se da con relación a las fracciones XXVIII y XXIX del citado artículo 123 constitucional, ya que de acuerdo con la primera de las citadas fracciones, los alimentos son inalienables, imprescriptibles e inembargables, en tanto que en la segunda de ellas, se establece que la Ley del Seguro Social es de utilidad pública, por lo que debe velar por los intereses de los sectores desprotegidos, como lo son los trabajadores, lo que en el caso a estudio no ocurre, en virtud de que se le niegan las prestaciones que por derecho le corresponden. 8 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. f) Que el multirreferido artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, es contrario a lo dispuesto por el artículo 4º constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo, que establecen las garantías de vivienda, alimentación, salud, educación y esparcimiento, puesto que al establecer que las pensiones y demás prestaciones de seguridad social que no sean reclamadas en su momento, prescribirán en un año, se estaría privando de ellas. g) Que la ley impugnada viola lo dispuesto por el artículo 133 constitucional, en razón de que es contraria a los tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano, como lo es el de la Convención de la Haya, Holanda, en materia de alimentos y derechos de seguridad social; el de la Convención Interamericana Sobre Obligaciones Alimentarias, de quince de julio de mil novecientos ochenta y nueve, el cual estableció el derecho de percibir alimentos y la imprescriptibilidad de la obligación para otorgarlos; así como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de diez de diciembre de mil novecientos cuarenta y ocho, particularmente en relación con lo dispuesto en sus artículos 22 y 25, en virtud de que dichos tratados, en términos de lo dispuesto por el artículo 133 constitucional, están por encima de la norma impugnada, al haber sido reconocidos por el Estado mexicano. II. El Juez de Distrito apoyó su sentencia en las siguientes consideraciones: a) Precisó la certeza de los actos reclamados. 9 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. b) Desestimó la causal de improcedencia prevista en el artículo 73, fracción XV de la Ley de Amparo, que hicieron valer la Subdelegada y el Jefe de Departamento de Pensiones, ambos de la Zona de Cuernavaca, Delegación Estatal de Morelos del Instituto Mexicano del Seguro Social, en virtud de que el Juez de Distrito consideró que, contrariamente a lo aducido por las responsables, el acto reclamado también se hace consistir en la inconstitucionalidad de la Ley del Seguro Social, que sirve de fundamento a la resolución impugnada, lo cual actualiza la excepción prevista por el tercer párrafo del mismo precepto legal en su fracción XII, que consiste en que cuando se reclame una ley que se estima inconstitucional y en contra del primer acto de aplicación, procede algún recurso o medio de defensa legal, resulta optativo para el agraviado hacerlo valer o impugnarlo a través del juicio de amparo. El juzgador determinó que tampoco se actualizaba la causal de improcedencia que invocaron el titular de la Jefatura de Prestaciones Económicas y Sociales, el Jefe Delegacional de los Servicios Jurídicos y el Secretario del H. Consejo Consultivo Delegacional, esto es, la prevista en la fracción XII del artículo 73 de la Ley de Amparo, considerando que era optativo para la quejosa hacer valer el medio de defensa legal previsto por la Ley del Seguro Social en contra del acto de aplicación del precepto reclamado, o bien, impugnarlo a través del juicio de garantías, por lo que si prefirió agotar el recurso de inconformidad, resulta inconcuso que es procedente el amparo en contra de la determinación que recayó a dicho recurso ordinario; por lo cual, no se está ante el consentimiento de la ley por extemporaneidad de la demanda, ni aún respecto del oficio número 18 01 03 3310/530/2003, en el que se le aplicó por primera vez a la quejosa el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, en 10 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. virtud de que el mismo quedó sin efectos a través de la determinación de veintiséis de julio de dos mil cuatro, con motivo del diverso recurso de inconformidad hecho valer por la parte quejosa. Asimismo, las autoridades señaladas en el párrafo anterior invocaron la causal de improcedencia prevista en la fracción XIII del artículo 73, la cual igualmente fue desestimada por el Juez Federal, en virtud de que el acto reclamado no proviene de ninguna resolución judicial, lo que impide que se actualice la causa de improcedencia invocada. c) El Juez de Distrito analizó de manera conjunta los conceptos de violación en los que la quejosa aduce que el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, es contraria al artículo 123, fracciones XXVII, incisos g) y h); XVIII; XXIX, apartado A; XI, inciso a); y XIV, apartado B de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, declarándolos infundados. Para ello, transcribió el precepto reclamado, así como las diversas fracciones del artículo 123 de la Constitución Federal a que se refiere la quejosa, de lo cual sostuvo que el referido precepto constitucional establece las condiciones mínimas en que el trabajador debe prestar sus servicios, así como la relación de trabajo entre los empleados y los patrones; por otro lado, impone al patrón la obligación de responder por los accidentes, riesgos de trabajo, enfermedades que sufra el trabajador con motivo de la prestación del servicio y pagar al trabajador o a sus beneficiarios la indemnización correspondiente que haya traído como consecuencia la muerte o por incapacidad temporal o permanente para trabajar. Por lo que si bien es cierto que el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, establece que prescribirá 11 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. en un año el pago de las prestaciones en dinero, como lo son cualquier mensualidad de una pensión, asignación familiar, ayuda asistencial, así como el aguinaldo, tal circunstancia de ninguna forma contradice las prerrogativas de seguridad social, estatuidas en los citados preceptos de la Carta Magna a favor de los trabajadores o sus beneficiarios, sino que únicamente establece la condición de que las citadas prestaciones se cobren en determinado tiempo, a fin de que no se prolongue indefinidamente la obligación a cargo del Instituto Mexicano del Seguro Social de cubrir las citadas prestaciones, quedando a cargo de los asegurados la obligación de exigirlas dentro de los plazos que marca la propia ley, bajo pena de no poder cobrarlas posteriormente, con motivo de la figura de la prescripción que se traduce en la sanción aplicable a quien no ejerce oportunamente la acción relativa a la prestación que pretende. Añadió el juzgador que dicho precepto legal no debe interpretarse en forma aislada, sino armónicamente con el diverso artículo 301, de la propia Ley del Seguro Social, el cual establece que es inextinguible el otorgamiento de una pensión, ayuda asistencial o asignación familiar, siempre y cuando el asegurado satisfaga todos y cada uno de los requisitos establecidos en dicha ley, para gozar de las prestaciones correspondientes. Que ello debe entenderse en el sentido de que aun cuando el derecho al otorgamiento de una pensión, ayuda asistencial o asignación familiar es inextinguible, en términos del citado artículo, no puede pasarse por alto que la acción para demandar el pago de las mensualidades correspondientes a dicha pensión, prescribe en un año, de acuerdo con el artículo cuya inconstitucionalidad se reclama; luego entonces, resulta que dicho artículo no es contrario a la Constitución, por el sólo hecho de establecer las condiciones de tiempo en que se podrán reclamar las mensualidades. 12 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. d) Asimismo, el Juez Federal señaló que resultan igualmente infundados los argumentos de la quejosa en los que considera que la pensión de viudez y orfandad a que tienen derecho ella y sus hijos, se traduce en una obligación a cargo del Instituto Mexicano del Seguro Social, a proporcionar alimentos y que, por tanto, dicha obligación es imprescriptible. Para ello, sostuvo que las prestaciones a que tiene derecho la parte quejosa no pueden equipararse a una pensión alimenticia, pues éstas se traducen en un subsidio que recibe con motivo del fallecimiento de su cónyuge, en tanto que la obligación de proporcionar alimentos, se origina entre el acreedor alimentista y el obligado a proporcionar alimentos, derivado del vínculo familiar que une a unos y otros, por lo que ambas prestaciones, es decir, la de otorgar una pensión por viudez y la pensión alimenticia tienen origen en circunstancias de hecho y de derecho distintas, esto es, la primera es de naturaleza laboral, mientras que la segunda es de carácter civil. e) Por otra parte, el juzgador determinó la inoperancia de los conceptos de violación, en los que, a su juicio, la quejosa aduce que el precepto reclamado es contrario a lo dispuesto por los artículos 3º, 5º, 6º y 7º constitucionales, al decir de ésta, porque se contrapone al derecho que tienen sus hijos a las garantías sociales de vivienda, alimentación, salud, educación y esparcimiento. Llegó a esa decisión considerando que las cuestiones hechas valer al respecto no se refieren a un problema de inconstitucionalidad, sino de aplicación de la norma impugnada, ya que efectivamente a 13 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. través de la misma se deja de proporcionar a los beneficiarios de la pensión alimenticia las mensualidades correspondientes a un período determinado, pero no en virtud de la propia ley, sino por la circunstancia de no haberse ejercido en tiempo el derecho al cobro de las citadas mensualidades. f) También, el juzgador de primer grado declaró inoperantes los conceptos de violación en los que se afirma que el precepto reclamado viola el artículo 133 constitucional, en virtud de que es contrario a los tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano, como lo son el de la Convención de la Haya, Holanda, en materia de alimentos y derechos de seguridad social; el de la Convención Interamericana Sobre Obligaciones Alimentarias, de quince de julio de mil novecientos ochenta y nueve, el cual estableció el derecho de percibir alimentos y la imprescriptibilidad de la obligación para otorgarlos; así como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de diez de diciembre de mil novecientos cuarenta y ocho, particularmente en relación con lo dispuesto en sus artículos 22 y 25, en virtud de que dichos tratados, en términos de lo dispuesto por el artículo 133 constitucional, están por encima de la norma impugnada, al haber sido reconocidos por el Estado mexicano. Sostuvo lo anterior en virtud de que, al haber quedado establecido en ese fallo que la norma impugnada no era contraria a la Constitución, resultaba suficiente para estimar que puede ser aplicada en perjuicio de la quejosa, independientemente de lo que dispongan los acuerdos o tratados internacionales por ser de jerarquía menor que la propia Constitución. 14 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. Además, el juzgador argumentó que, respecto de la constitucionalidad de una norma, era necesario que ésta se impugnara en confrontación expresa con una disposición específica de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo cual no se actualizaba en el caso, puesto que dicha inconstitucionalidad se hacía depender de tratados o acuerdos internacionales que, reitera, son jerárquicamente inferiores a la Constitución Federal. g) Por lo que se refiere a los conceptos de violación de forma y fondo, de la resolución reclamada, los cuales no son competencia de este Alto Tribunal, el Juez de Distrito los declaró infundados. En este orden de ideas, el Juez de Distrito consideró que al resultar los conceptos de violación por una parte infundados y por otra inoperantes, lo procedente era negar el amparo y la protección de la Justicia de la Unión. III. La parte recurrente, en síntesis, manifestó lo siguiente: a) Primer agravio: Que la sentencia recurrida no cumple con los requisitos de precisión, claridad, exhaustividad y congruencia, en razón de que no se atendió a todos los conceptos de violación hechos valer por la parte quejosa. De igual manera advierte que el Juez del conocimiento, en repetidos argumentos, menciona diversos preceptos constitucionales que en ningún momento fueron señalados como base de la imputación de inconstitucionalidad, por lo que la resolución que emitió fue en forma dogmática y no analítica. b) Segundo agravio: La falta de exhaustividad que debiera revestir la resolución recurrida, por no atender a cada uno de los conceptos de violación hechos por la parte quejosa, en específico los 15 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. marcados en su escrito inicial de demanda con los numerales Primero y Tercero, así como los que hizo valer en su escrito de ampliación de demanda con los numerales Quinto, Sexto y Octavo. De igual forma, la parte quejosa advierte que en el estudio del Juez del conocimiento, no se pronunció sobre la legalidad de los actos de aplicación, así como tampoco sobre su debida fundamentación y motivación, y respecto de la jerarquía de los tratados internacionales solamente hace un estudio superficial. c) Tercer agravio: Se manifiesta que el Juez Federal omitió el estudio del sexto concepto de violación, en los términos en que se planteó, puesto que en él se dijo que el precepto reclamado al establecer la prescripción para el cobro de las pensiones, viola el artículo 4º constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo, que establecen diversas garantías relacionadas con los alimentos, salud, vivienda, educación y debido esparcimiento, las cuales se verían vulneradas, en tanto que se limita el cumplimiento de la obligación del pago de la pensión, lo que también es contrario a lo dispuesto por la fracción XXVII, apartado A del artículo 123 constitucional; sin embargo, el juzgador se refirió a los artículo 3º, 5º, 6º, y 7º de la Constitución Política, lo cual es completamente incorrecto, ya que ni en el escrito inicial de demanda, ni en el escrito de ampliación, se aludió a dichos preceptos constitucionales. De ahí que diga la disconforme que el Juez Federal no fue congruente al dictar su sentencia. d) Cuarto agravio: Manifiesta que el Juez Federal viola el principio de exhaustividad y congruencia que rige toda sentencia, dado 16 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. que omitió el estudio del octavo concepto de violación, en el cual la parte quejosa expresó la imprescriptibilidad de alimentos en las disposiciones civiles, esto es, la relación jurídica de coordinación existente entre la Ley del Seguro Social con el Código Civil Federal, manifestando que esta última legislación debería ser superior a la primera, ya que reglamenta la totalidad de las personas, mientras que la citada ley sólo a un grupo reducido, es decir a los derechohabientes; siendo así la materia civil lo general. Por otra parte, la recurrente atribuye al Juez de Distrito la falta de estudio del séptimo concepto de violación, puesto que de manera dogmática sólo se pronunció en el sentido de que era inoperante, sin hacer un estudio claro y exhaustivo al respecto. e) Quinto agravio: Se argumenta una incorrecta interpretación por parte del Juez de Distrito, al confrontar las fracciones XIV, XVII incisos g) y h); XXVIII; XXIX, apartado A; y XI, inciso a) del apartado B, todas del artículo 123 de la Constitución Política, con el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, reclamado. La disconforme alega que es deficiente la interpretación porque concretamente la fracción XIV, apartado A del artículo 123 constitucional, establece la obligación patronal de proporcionar una indemnización al trabajador por muerte o incapacidad, de la cual se libera al inscribirlo como derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social, puesto que dicha Institución asume esa obligación, quedando comprometida a cubrir las pensiones por muerte o incapacidad, como en el caso la pensión por viudez y orfandad. f) Sexto agravio: Se dice que la sentencia recurrida es dogmática en la parte en que se determina que el artículo reclamado 17 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. no es violatorio del artículo 123, apartado A, fracción XXVII de la Constitución Federal, en virtud de que sólo establece un término para reclamar las pensiones, mas no implica la renuncia a los derechos del trabajador; lo cual, a juicio de la recurrente, es equivocado, puesto que asegura que al establecer el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, un término excesivamente breve, conlleva a que tácitamente se renuncien a los derechos de pensión al no permitir su cobro posterior al año en que debieron ser cobrados. g) Séptimo agravio: Argumenta la recurrente que indebidamente el Juez Federal diferenció la pensión otorgada por el Instituto Mexicano de Seguro Social, de la pensión alimenticia otorgada por una persona física llamada acreedor alimentario, argumentando que la primera es de carácter laboral y la segunda de carácter civil. Que tal decisión es equivocada toda vez que el patrón asume la responsabilidad del trabajador como jefe de familia, estando obligado a proporcionar una pensión por incapacidad o muerte del trabajador en ejercicio de sus labores; liberándose de dicha obligación una vez que inscribe al trabajador como derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social, realizando aportaciones periódicas a dicha Institución, por lo que la responsabilidad es asumida por el citado Instituto . Que, en el presente caso, a la muerte del trabajador, el Instituto debería absorber la responsabilidad de deudor alimentario frente a los acreedores del mismo que serían la quejosa y sus menores hijos, ya que su esposo se encontraba inscrito en el Instituto y el patrón había cumplido con todas sus obligaciones. 18 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. Sigue manifestando la recurrente que si bien la pensión por viudez y orfandad son de naturaleza laboral, y la pensión alimenticia es de carácter civil, ambas van encaminadas a cubrir necesidades de los acreedores alimentarios y beneficiarios del trabajador, por cuanto hace a la satisfacción de necesidades inminentemente alimenticias, razón por la cual se asimilan. En apoyo a sus razonamientos, la quejosa cita la tesis jurisprudencial de rubro: “RIESGOS DE TRABAJO, INDEMNIZACIÓN EN CASO DE. SUBROGACIÓN POR EL SEGURO SOCIAL”. h) Octavo agravio: La quejosa manifiesta que, contrariamente a lo manifestado por el Juez Federal, el multirreferido artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, se contrapone a los preceptos constitucionales que protegen los derechos de los trabajadores y de sus derechohabientes, expresando que será nula toda disposición que implique la renuncia de los derechos laborales, por lo cual, si el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, establece la prescripción en un año de las prestaciones en dinero respecto a la pensión de viudez y orfandad, es contrario a la Carta Magna. Que el artículo 123, fracción XXVII constitucional, establece la nulidad de la renuncia de la prestación de recibir las pensiones de orfandad y viudez, por tanto, es inconstitucional el precepto reclamado, en tanto prevé la figura de la prescripción respecto de esa prestación, la cual es irrenunciable y, por ende, imprescriptible. Agrega la disconforme que la fracción XXVIII del, tantas veces citado, artículo 123 constitucional, establece la constitución del patrimonio familiar y sus características, de lo cual se advierten las características esenciales de los alimentos, esto es, que son 19 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. inalienables, inembargables e imprescriptibles. Luego, a su juicio, contrariamente a lo determinado por el juzgador, el precepto reclamado viola dicha disposición al establecer la prescripción de recibir alimentos, consistentes en una pensión por viudez y orfandad. Que la fracción XXIX, del apartado A, del artículo 123 constitucional, establece que la Ley del Seguro Social es de utilidad pública; sin embargo, el artículo 300, fracción I, prevé la figura de la prescripción, desconociendo la citada disposición al dejar así de velar por los intereses de los trabajadores y sus beneficiarios, contrariando su utilidad pública. i) Noveno agravio: La parte recurrente alega la falta de fundamentación y motivación de la negativa del Juez Federal, de suplir la deficiencia de la queja, toda vez que solamente se pronunció en ese sentido sin explicar la causa. IV. El Tribunal Colegiado de Circuito, que en principio conoció del recurso de revisión, se declaró incompetente para conocer de los agravios hechos valer por la recurrente; en consecuencia, remitió los autos correspondientes a este Alto Tribunal para su estudio, a fin de que se resuelva lo relacionado con la constitucionalidad del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social. CUARTO. Estudio de fondo del asunto. 1. Previamente al fondo del asunto, es importante destacar los antecedentes del caso, según se advierten de autos: 20 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. a) Por resolución número 00/122689, de treinta de mayo de dos mil, se otorgó a la hoy quejosa la pensión de viudez y orfandad que solicitó con motivo del fallecimiento de Gabriel Parra Lino, prestaciones que se empezaron a cubrir a la propia quejosa desde el ocho de abril del mismo año, fecha de fallecimiento del extinto asegurado, y hasta marzo de dos mil uno6. b) Con fecha diecinueve de diciembre de dos mil tres, la hoy quejosa solicitó a la Subdelegación Metropolitana de la Delegación, del Instituto Mexicano del Seguro Social, que se le liquidaran los años correspondientes a la pensión antes referida, que le fueron negadas por la encargada de la ventanilla ante la cual se presentó a cobrarlas, esto es, las mensualidades vencidas con más de un año de la citada pensión7. c) El veintitrés de diciembre de dos mil tres, mediante oficio 18 01 03 3310/530/2003, la autoridad responsable, Subdelegado en Cuernavaca, del Instituto Mexicano del Seguro Social, dio contestación al escrito antes referido, en el sentido de que no era posible efectuar el pago solicitado, en virtud de que el derecho de los asegurados o sus beneficiarios para reclamar el pago de prestaciones en dinero, respecto de seguros, prescribe en un año8. d) Inconforme con lo anterior, la quejosa interpuso recurso de inconformidad, mismo que se admitió a trámite el treinta de enero de dos mil cuatro9. 6 Fojas 15 y 16 del expediente de amparo. Foja 102 ídem. 8 Foja 101 ídem. 9 Foja 100 ídem. 7 21 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. e) Mediante acuerdo de fecha veintiséis de julio de dos mil cuatro, el Secretario del H. Consejo Consultivo, del Instituto Mexicano del Seguro Social, dejó sin efectos el oficio antes referido, por falta de fundamentación y motivación10. f) Mediante oficio 18 01 03 3310/378/2004, de fecha veintisiete de septiembre de dos mil cuatro, en cumplimiento a la decisión anterior, la autoridad responsable procedió a dictar una nueva resolución, en la que niega nuevamente a la quejosa el pago de las cantidades solicitadas correspondientes a partir del mes de abril de dos mil uno, por considerar que ha prescrito su derecho por lo que respecta al período comprendido entre abril de dos mil uno al dieciséis de diciembre de dos mil dos, en términos de lo dispuesto por el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social11. g) La hoy quejosa se inconformó en contra del oficio antes referido, recurso que fue resuelto el doce de abril de dos mil seis, en el sentido de declararlo infundado y confirmar en sus términos el oficio número 18 01 03 3310/378/2004, sin fecha, emitido por la Titular de la Subdelegación Cuernavaca, del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Morelos, mediante el cual se le informa que prescribió su derecho al pago de las mensualidades de abril de dos mil uno a diciembre de dos mil dos, de la pensión de viudez y orfandad que tiene otorgada12. Resolución que constituye el acto reclamado, así como la inconstitucionalidad del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, en el juicio de garantías, cuya sentencia se revisa. 10 Foja 99 ídem. Foja 69 ídem. 12 Fojas 52 a 59 ídem. 11 22 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. 2. En una parte de los agravios primero y segundo, así como en el tercero, los cuales se estudiarán de manera conjunta dada su estrecha vinculación, la recurrente, sustancialmente, aduce que la sentencia recurrida es incongruente, en virtud de que el Juez de Distrito no estudió el sexto concepto de violación en los términos en que se planteó, puesto que en él se dijo que el precepto reclamado al establecer la prescripción para el cobro de las pensiones, viola el artículo 4º constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo, que establecen diversas garantías relacionadas con los alimentos, salud, vivienda, educación y debido esparcimiento, las cuales se verían vulneradas, en tanto que se limita el cumplimiento de la obligación del pago de la pensión; sin embargo, el juzgador se refirió a los artículos 3º, 5º, 6º, y 7º de la Constitución Política, lo cual es incorrecto, ya que ni en el escrito inicial de demanda, ni en el escrito de ampliación, se aludió a dichos preceptos constitucionales. Es fundado lo alegado por la disconforme, en el sentido de que el Juez Federal al estudiar el concepto de violación aludido, se refirió a los artículos 3º, 5º, 6º, y 7º constitucionales, no obstante que en el concepto de violación relativo la quejosa invocó el artículo 4º constitucional, en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo; sin embargo, ello sólo constituyó una confusión en la cita del precepto constitucional invocado, con sus párrafos, pero no en el pronunciamiento correspondiente, puesto que tal como se advierte de la sentencia recurrida, cuya síntesis ya se hizo en este fallo, no se refirió a las garantías que consagran los preceptos constitucionales referidos, las cuales detalla la propia recurrente en su agravio —3º: la obligación del Estado de proporcionar educación; 5º: libertad de trabajo; 6º: libertad de expresión; 7º: libertad de imprenta—, sino a las 23 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. que, al decir de la quejosa en su demanda, consagran los párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo del artículo 4º constitucional, esto es, las garantías de vivienda, alimentación, salud, educación y esparcimiento; declarando inoperante el argumento relativo, por considerar que no se refería a un problema de inconstitucionalidad, sino de aplicación de la norma impugnada, ya que a través de la misma, se deja de proporcionar a los beneficiarios de la pensión alimenticia las mensualidades correspondientes a un período determinado, pero no en virtud de la propia ley, sino por la circunstancia de no haberse ejercido en tiempo el derecho al cobro de las citadas mensualidades —lo cual no se controvierte en los agravios—-. No obstante lo anterior, esta Primera Sala considera procedente suplir la deficiencia de la queja, en virtud de que la parte quejosa es beneficiaria de un trabajador protegido por la seguridad social, y se encuentra integrada en parte por menores de edad. En primer lugar, porque ante la duda de que aquélla tenga o no derecho a los beneficios que establece dicho régimen, la no aplicación de la suplencia equivaldría a prejuzgar que no lo tiene, con lo que se renunciaría de antemano a la posibilidad de descubrir la verdad jurídica y, en segundo, porque un beneficiario del trabajador se asimila a éste. Apoya lo anterior, la tesis de la Segunda Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyo criterio comparte esta Primera Sala, de rubro: “SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. PARA QUE PROCEDA BASTA CON QUE EL PROMOVENTE DEL AMPARO SE 24 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. OSTENTE COMO BENEFICIARIO DE UN TRABAJADOR PROTEGIDO POR LA SEGURIDAD SOCIAL”13. En adición, la fracción V del artículo 76 de la Ley de Amparo obliga a suplir esa deficiencia a favor de los menores. Lo cual se apoya, además, en el criterio jurisprudencial de esta Sala cuyo rubro es: “MENORES DE EDAD O INCAPACES. PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA SU AMPLITUD, SIN QUE OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE.”14 En este contexto, advirtiendo esta Sala que lo aducido por el Juez Federal no dio cabal cumplimiento a la petición de la quejosa, porque, contrariamente a lo que sostuvo, ésta no planteó un tema de aplicación del precepto reclamado, sino de su inconstitucionalidad por violar los párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo del artículo 4º constitucional, en virtud de que al establecer que las prestaciones de seguridad social, entre ellas las pensiones, que no sean cobradas en su momento prescribirán en un año, se estaría privando de los derechos que consagra dicho precepto, se procede al estudio correspondiente. Lo cual se hará de manera conjunta, por su estrecha relación, con lo alegado por la recurrente en otra parte de su segundo 13 Tesis 2a. CXI/2002, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, Septiembre de 2002, página 351.--- “Si el juicio de amparo es promovido por una persona que se ostenta como beneficiaria de un trabajador protegido por la seguridad social, resulta procedente suplir la queja deficiente con base en lo dispuesto por la fracción IV del artículo 76 bis de la Ley de Amparo, en primer lugar, porque ante la duda de que aquélla tenga o no derecho a alguno de los beneficios que establece dicho régimen, el rechazo de la suplencia equivaldría a prejuzgar que no lo tiene, con lo que se renuncia de antemano a la posibilidad de descubrir la verdad jurídica y, en segundo, porque un beneficiario del trabajador se asimila a éste para efectos de la mencionada disposición”.--- Amparo directo en revisión 976/2002. María Teresa Montesinos Cancino. 9 de agosto de 2002. Cinco votos. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretario: Óscar Rodríguez Álvarez. 14 No. Registro: 175,053. Jurisprudencia. Materia(s): Civil. Novena Época. Instancia: Primera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXIII, Mayo de 2006,Tesis: 1a./J. 191/2005,Página: 167. 25 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. agravio, pues manifiesta que el Juez Federal omitió el estudio de su primer concepto de violación, lo cual resulta fundado. En efecto, en el concepto de violación a que se refiere la disconforme, argumentó que el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, viola las garantías de legalidad y seguridad jurídicas, previstas en los artículos 14, 16 y 17 constitucionales, en virtud de que al establecer la figura jurídica de prescripción, priva a los pensionados por viudez y orfandad, como lo son la quejosa y sus menores hijos, del derecho a alimentos y, por ende, de supervivencia, es decir, de un derecho social irrenunciable e imprescriptible, tal como lo prevé el artículo 112 del Código Civil, vigente en el Estado de Morelos. De ahí que concluya la quejosa en el sentido de que el precepto impugnado no debiera prever la figura de la prescripción. Sin embargo, de la sentencia recurrida, cuya síntesis ya se hizo en este fallo, no se advierte que el Juez Federal se haya pronunciado al respecto. Así pues, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de conformidad con el artículo 91, fracción I de Ley de Amparo, se hace cargo y procede a realizar el estudio correspondiente. El artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social establece lo siguiente: “Artículo 300. El derecho de los asegurados o sus beneficiarios para reclamar el pago de las prestaciones en dinero, respecto a los seguros de riesgos de trabajo, enfermedades y maternidad, invalidez y vida y guarderías y prestaciones sociales prescribe en un año de acuerdo con las reglas siguientes: 26 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. I. Cualquier mensualidad de una pensión, asignación familiar o ayuda asistencial, así como el aguinaldo; […]”. Se advierte, pues, que el precepto reclamado prevé la figura de la prescripción —en un año— del cobro de las mensualidades respecto de las pensiones a que tienen derecho los beneficiarios. Por su parte, el artículo 4º constitucional en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo15, establece que toda persona tiene derecho a la salud, a una vivienda digna y decorosa, que los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral, así como que los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar estos derechos y el Estado proveerá lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos. Ahora bien, el Estado, por medio de sus instituciones, ha establecido las medidas, instrumentos y apoyos necesarios para preservar esos derechos, como en el caso, garantizar a quien cumpla con los requisitos establecidos en ley, el acceso a las pensiones de viudez y orfandad, y con esto, la posibilidad de contar con los medios y apoyos necesarios para la satisfacción de sus necesidades, ya que dichas pensiones son un derecho con el que se cuenta desde el 15 “Art. 4o.- […] Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución […].---Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo.---Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.---Los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar estos derechos. El Estado proveerá lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos”. 27 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. momento en que se coloca el beneficiario en el supuesto jurídico para recibirlas. La doctrina define el concepto de pensión por viudez y orfandad como el pago periódico de una cantidad en efectivo que se hace a la viuda y a los hijos menores de edad de los trabajadores, cuando éstos fallecen y aquéllos reúnen las condiciones fijadas en las leyes, convenios colectivos o estatutos especiales, por tener derecho a tales percepciones, como una prestación social tendente a garantizar su bienestar y tranquilidad. Pero la doctrina también señala que una pensión es la suma de dinero que percibe una persona para su alimentación y subsistencia.16 Trasladando este último concepto a la pensión por viudez y orfandad, se puede decir que es la cantidad de dinero que se asigna al cónyuge supérstite (en el caso la viuda) y menores hijos del trabajador para su alimentación y subsistencia. Así, se tiene que, no obstante la primera definición propuesta alude a que la finalidad de la pensión es tendente a garantizar el bienestar y tranquilidad de los beneficiarios, ineludiblemente ello radica en que el dinero otorgado es para su alimentación y subsistencia. Cabe destacar que, aún cuando el concepto de alimentos, o más precisamente de pensión alimenticia, es de orden público (por lo que 16 Cobra aplicación la tesis cuyo rubro ,texto y datos de identificación se citan a continuación: Tesis 1a. XCVII/2007. Novena Época. Primera Sala. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXV, correspondiente al me de Mayo de 2007. Página 793. 28 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. no opera el principio de autonomía de la voluntad, ya que tanto para el acreedor como para el deudor, es un derecho y una obligación con características especiales), es necesario distinguirlo de otro tipo de pensiones (como en el caso de las de viudez y orfandad), pues la obligación de dar alimentos reviste características especiales, como son: la reciprocidad, la alternatividad, la irrenunciabilidad, la inembargabilidad, entre otras. La obligación de dar alimentos es imprescriptible. En ese orden de ideas, es de señalarse que la principal diferencia entre la pensión alimenticia y la pensión por viudez y orfandad, es la naturaleza de las mismas. La primera es de carácter civil y la segunda laboral, sobre esta última es importante destacar que constituye una prestación de seguridad social que establece la Ley del Seguro Social a los familiares del trabajador fallecido, conforme a la cual únicamente tienen derecho la viuda y los hijos menores de edad, siempre que se justifique que el trabajador cubrió al Instituto sus aportaciones. En cambio, la primera es una obligación recíproca que se tiene entre familiares y en la cual no interviene en ningún momento el Estado. La pensión alimenticia es la cantidad en dinero que los deudores alimentarios deben entregar en forma periódica a los acreedores alimenticios y que el fundamento de la obligación alimentaria es el estado de necesidad de una persona que no puede cubrir por sí misma los gastos necesarios para su subsistencia. Otra diferencia entre estos dos tipos de pensiones es que en las pensiones alimenticias se da la reciprocidad entre acreedores y deudores, lo que implica que el que da los alimentos tiene a su vez el 29 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. derecho para recibirlos. Esto es que el que pagó para cumplir con su obligación alimentaria, podrá exigir que ahora a él se le pague cuando lo necesite para su subsistencia, de manera que se cumpla con la misma obligación. Lo anterior, en ningún momento se podría exigir en una pensión por viudez y orfandad, toda vez que bajo ningún supuesto se podría exigir que los beneficiarios del trabajador aportaran dinero para la manutención del Instituto Mexicano del Seguro Social por el principio de reciprocidad. En el mismo sentido, podemos destacar como diferencia que, la característica de alternatividad de la pensión alimenticia, permite reclamar subsidiariamente los alimentos a otros parientes cuando el obligado principal está imposibilitado para cumplir con su carga; característica que no existe en las pensiones por viudez y orfandad, ya que, en estas últimas, el acreedor únicamente es el Instituto Mexicano del Seguro Social y no es posible reclamar la pensión a otro organismo público. De todo lo anterior se desprende que la pensión por viudez y orfandad otorgada por el patrón del trabajador a sus familiares no debe verse como una concesión gratuita o generosa del Estado o del patrón. El derecho a ésta lo adquiere el trabajador con las aportaciones que hace por determinado número de años de trabajo productivo, aportaciones que se ven aumentadas con las que han sido aportadas por los patrones o por las que se les ha obligado por disposición legal, las cuales integran un capital del que se toman, en un momento dado, las cantidades individuales que se conceden y que incrementa el Estado. En cambio, la pensión alimenticia es un deber derivado del derecho a la vida que tiene el acreedor alimentario y gravita sobre el grupo familiar. En ningún momento se hace un fondo, 30 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. por aportaciones mensuales, del cual se tome la pensión alimenticia, sino que surge del deber que se tiene al sostenimiento de la familia. Bajo esa perspectiva, se considera que la pensión por viudez y orfandad es una prestación social que tiende a proteger la subsistencia económica del núcleo familiar del fallecido trabajador, en los aspectos fundamentales para su sostenimiento. En ese sentido, tiene razón la quejosa cuando afirma que, la prescriptibilidad en un año del derecho para reclamar la pensión por orfandad de sus menores hijos vulnera la garantía establecida a favor de estos en el artículo 4º constitucional. Ello en razón de que esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera necesario conceder el amparo solicitado, para proteger el derecho a la pensión por orfandad de los menores para este caso concreto, en la medida en que resulta tan directa su relación con otros derechos fundamentales (la alimentación, salud, educación y sano esparcimiento), cuya garantía no sería posible, por vía del amparo, sin la protección de aquél. En efecto, es mandato constitucional17 dirigido a los ascendientes, tutores, custodios y, más importante aún, al propio Estado, coadyuvar a la finalidad esencial de tutelar los derechos de ciertos grupos (en este caso los niños y niñas). Lo cual requiere de un Estado facilitador, de un Estado que colabore con los particulares en la tarea de proteger los derechos de la familia. 17 Contenido en los párrafos finales del artículo 4º de la Carta Magna. 31 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. Por tanto, ni el Estado ni la sociedad civil pueden permitir que uno de sus miembros se abandone a la fatalidad de vivir sin las condiciones mínimas de apoyo que se le deben brindar a un ser humano, sobre todo cuando se encuentra en estado de extrema necesidad por su edad. Cuando una persona padece ese estado de extrema necesidad, no se le puede excluir de la protección eficaz a la dignidad personal a que tiene derecho, sino extenderle toda la ayuda posible. El sistema de seguridad social va íntimamente ligado al derecho a mejorar la calidad de vida de las personas. Por tanto, este derecho a la seguridad social, que puede hacerse efectivo a través del pago oportuno de las pensión mensual por orfandad, adquiere el rango de fundamental cuando su incumplimiento vulnera o amenaza los derechos a la vida, a la alimentación o a la salud del pensionado, pues estos derechos están en íntima conexión con la efectividad de la seguridad social, ya que todo ser humano tiene derecho a una existencia digna. No otorgar las mensualidades que se reclaman derivadas de la pensión por orfandad está en contravención con los principios que rigen el artículo 4º de nuestra Constitución, pues la familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizarle su desarrollo integral y el ejercicio pleno de sus derechos. La definición que en el artículo 4º se adopta de los derechos de los menores como de naturaleza fundamental, debe entenderse como el resultado de la incorporación del principio del interés supremo del menor en el orden constitucional. Principio que no sólo configura un énfasis materializado para garantizar su eficacia; sino también como 32 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. parte de la estructura del sistema normativo, pues se incluye como un precepto en el punto más alto de la escala axiológica contenida en el texto constitucional, que guía la interpretación y definición de otros derechos. Se trata de un principio de naturaleza constitucional que reconoce a los menores con una caracterización jurídica específica fundada en sus derechos prevalentes y en darles un trato equivalente a esa prelación, por cuya virtud se exige de los obligados por la norma constitucional que se les proteja de manera especial, se les defienda ante abusos y se les garantice su desarrollo integral y sano, amén de la correcta evolución de su personalidad. El artículo constitucional que consagra los derechos de los niños y las niñas posee una especial fuerza normativa en relación con los demás derechos económicos sociales y culturales. Lo cual se evidencia en el énfasis especial que ha puesto el constituyente en la manera como este derecho vincula a todos los poderes del Estado. Ello se refleja en la redacción de los párrafos del artículo 4º que han sido recurridos y, en especial, en las expresiones que reflejan que el Estado debe proveer lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos y otorgar facilidades a los particulares para que coadyuven al cumplimiento de los derechos de la niñez. A esta altura del análisis, conviene relacionar estos principios con el reclamo concreto de violación del derecho fundamental del menor a recibir alimentos. 33 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. Como ya se señaló, ésta Sala considera que el derecho de alimentos es aquel que le asiste a una persona para reclamar, de la persona obligada legalmente a darlos, lo necesario para asegurar la satisfacción de sus necesidades vitales cuando no se esté en capacidad de procurarse su propia subsistencia. Así, la obligación alimentaria está en cabeza de quien, por ley, debe afectar parte de su propiedad con el fin de garantizar la supervivencia y desarrollo del acreedor de los alimentos. Para el caso que nos ocupa, los acreedores de este derecho son cuatro menores que ven lesionado su derecho por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social, lo cual hace imperiosa la intervención tuitiva de la jurisdicción constitucional para protegerlos. El reconocimiento y concreción de las obligaciones alimentarias y su realización material, se vincula con la necesaria protección que el Estado debe dispensar a la familia como institución básica o núcleo fundamental de la sociedad, y con la efectividad y vigencia de derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, en la medida en que el cumplimiento de aquéllas sea necesario para asegurar, en ciertos casos, la vigencia de los derechos fundamentales de las personas al mínimo vital o los derechos de la misma estirpe en favor de los niños. Esta Sala ha definido a los alimentos como “todo lo necesario para vivir, como son comida, vestido, habitación y, en su caso, para enfrentar las enfermedades… y todavía más, tratándose de menores, comprenden también su educación e instrucción”.18 De modo que, según esta interpretación y de acuerdo con la Constitución en su artículo 4º, debe entenderse que la prestación de alimentos no sólo 18 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, T IX, Mayo de 1999, Tesis: 1a./J. 21/99, Página: 339. 34 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. comprende el suministro de lo estrictamente necesario para vivir; sino, además, todo aquello que se requiere para llevar una vida digna. Con todo lo anterior, al privar a un menor de los mencionados derechos se desvirtúa el mandato constitucional, imponiéndose al punto la necesidad de conceder la protección impetrada con el fin de garantizar las condiciones mínimas de subsistencia de los susodichos menores. Por lo que procede ahora hacer el estudio relativo a la prescripción de la acción para demandar el pago de las mensualidades. Como ya se precisó, el precepto reclamado prevé la figura de la prescripción —en un año—, del cobro de las mensualidades respecto de las pensiones por viudez y orfandad a que tienen derecho los beneficiarios. Pues bien, la prescripción es la institución jurídica a través de la cual se adquieren derechos ó el medio para liberarse de obligaciones mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley. En un sistema jurídico, es conveniente y necesario para el orden social que exista la figura de la prescripción, por los fines que realiza, en cuanto a la certeza y seguridad que a la propiedad y al cumplimiento de las obligaciones presta, por el mero hecho del transcurso del tiempo; o los litigios que evita; la paz pública que produce y el bienestar económico que origina. La doctrina señala que el fundamento de la prescripción de acciones se encuentra en la presunción de abandono o renuncia del derecho que el acreedor podría hacer valer, compeliendo al deudor al cumplimiento de la obligación recíproca; y nada más justo que aquel a 35 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. quien corresponda un derecho pueda renunciarlo, así como que esta renuncia sea expresa, constituyendo entonces el modo de extinguir obligaciones mediante el transcurso de un plazo. La prescripción, por ser un mecanismo a través del cual el Estado impide que los gobernados afecten intereses fundamentales de la sociedad, como la seguridad jurídica, no puede ser pactada por las partes al momento de expresar su consentimiento para obligarse, sino que es una cuestión en la que forzosamente se debe atender al contenido de la ley. Nuestra legislación distingue entre dos tipos de prescripción: la positiva y la negativa. La primera es aplicable a la adquisición de bienes, en virtud de la posesión; y la segunda, a la cual también se le llama prescripción de acciones, es un medio para librarse de obligaciones mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley, que tiene como razón de ser la presunción del abandono o renuncia del derecho que el acreedor podría hacer valer, compeliendo al deudor al cumplimiento de la obligación recíproca. Debido a que las acciones son potestativas, el acreedor puede decidir si las ejerce o no, pero si elige esta última opción, se entiende que no desea hacer valer su derecho a accionar contra el deudor y esa actitud releva a este último del cumplimiento de la obligación que contrajo. Así, la prescripción radica en una presunción de que el acreedor no tuvo el deseo de accionar contra el deudor exigiéndole el cumplimiento de las obligaciones que éste estaba obligado a cumplir, es decir, constituye una sanción para aquellas personas que a sabiendas abandonen un derecho. 36 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. El interés del Estado al crear la figura de la prescripción de las acciones, es de interés público, para no dejar indefinido en el tiempo el ejercicio de los derechos en contra un deudor, lo que lejos de violar la garantía de seguridad jurídica de los gobernados, la garantiza, dado que así están en aptitud de conocer hasta qué momento pueden hacer valer los derechos que tienen y también hasta cuándo están sujetos a que se les demande el cumplimiento de las obligaciones que hayan contraído. Sin embargo, esta Sala considera que, por las características que revisten, los derechos que tutelan la satisfacción de los derechos fundamentales de los menores y a la protección y desarrollo del núcleo familiar deben ser excluidos de la aplicación de esta figura, bajo los siguientes argumentos. Los derechos constitucionales como tales, en general, no prescriben, puesto que emanan del reconocimiento de la dignidad de la persona humana y configuran valores superiores del ordenamiento jurídico. Esto no significa que la prescripción extintiva vulnere el orden constitucional, pues, como ya se dijo, ésta cumple funciones sociales y jurídicas de gran importancia, ya que contribuye a la seguridad jurídica y a la paz social al fijar límites temporales para plantear controversias y ejercer acciones judiciales. Así, reclamaciones concretas provenientes del ejercicio de un derecho constitucional pueden estar sujetas a prescripciones legales, sin que ello vulnere el derecho constitucional. El Legislador puede consagrar la prescripción extintiva de derechos patrimoniales que surgen del ejercicio de un derecho 37 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. constitucional, incluso si éste es fundamental, siempre y cuando el término sea proporcionado y no afecte el contenido esencial del derecho constitucional. Esta Sala concluye que la ley no puede consagrar la prescripción del derecho a la pensión como tal, aunque sí puede establecer un término temporal para la reclamación de las distintas mensualidades, pues las pensiones por vejez e invalidez, viudez y orfandad entre otras, no admiten una prescripción extintiva del derecho en sí mismo como cualquier otra clase de derechos, lo cual constituye la garantía de un pleno desarrollo de principios y valores constitucionales que garantizan la solidaridad que debe regir en la sociedad, la protección y asistencia especial a cierto grupo de personas (en este caso los menores que acuden a la acción constitucional) para mantener unas condiciones de vida digna, así como el derecho irrenunciable a la seguridad social. De acuerdo con lo anterior, el derecho a la pensión es imprescriptible; y, en el caso concreto, la institución de la prescripción, dada la naturaleza periódica, de tracto sucesivo o vitalicio de las pensiones, resulta viable solamente respecto de mensualidades no reclamadas, lo cual no significa que se extinga el derecho a la pensión. Es claro, entonces, que la prescripción establecida en el artículo impugnado no es igualmente aplicable en todos los casos. Así, las prestaciones por incapacidad psicofísica y las demás prestaciones de tracto sucesivo o de contenido extrapatrimonial -como la protección de la salud- no pueden prescribir. Por tanto, para esta Sala, de acuerdo con los principios que tutela el artículo 4º de nuestra Constitución, la protección 38 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. constitucional del derecho a la alimentación de los menores beneficiarios, no permite que la prescripción opere en relación con las pensiones atrasadas, vencidas y no cobradas, sin que la demora en dicha solicitud implique que los acreedores alimentarios no los necesitaron. Debe citarse en apoyo de lo anterior el criterio cuyo texto y datos de localización son los siguientes: No. Registro: 177,087 Jurisprudencia Materia(s): Civil Novena Época Instancia: Primera Sala Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXII, Octubre de 2005 Tesis: 1a./J. 125/2005 Página: 55 “ALIMENTOS. LA PARTE QUE OBTUVO SENTENCIA FAVORABLE EN EL JUICIO PUEDE RECLAMAR SU EJECUCIÓN Y EL PAGO DE LAS PENSIONES ATRASADAS, VENCIDAS Y NO COBRADAS DENTRO DEL PLAZO DE DIEZ AÑOS, SIN QUE LA DEMORA EN DICHA SOLICITUD IMPLIQUE QUE EL ACREEDOR ALIMENTARIO NO LOS NECESITÓ (LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES). Los artículos 529 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal y 428 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Aguascalientes 39 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. establecen que la acción para solicitar la ejecución de una sentencia durará diez años, contados desde el día en que venció el término judicial para su cumplimiento voluntario. Ahora bien, en virtud de que la institución de los alimentos es de orden público, porque responde al interés de la sociedad en que se respete la vida y dignidad humanas, debe tomarse en cuenta que si el reclamo de los alimentos fue objeto de estudio en un juicio en el que se determinó, juzgó y estableció el derecho del acreedor alimentario y la correlativa obligación del deudor alimentista, habiendo quedado determinados el monto y la periodicidad de la obligación, ya no está a discusión ni puede ser materia de prueba la eventual circunstancia relativa a si el acreedor alimentario pudo subsistir sin la pensión alimenticia durante el tiempo en que demoró en solicitar la ejecución de la sentencia, pues en materia de alimentos, contra la ejecución de una sentencia definitiva no se admite más excepción que la de pago, salvo las modalidades a que aluden los artículos 531 y 429 de los Códigos de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal y del Estado de Aguascalientes, respectivamente. En consecuencia, el acreedor alimentario, por sí o a través de su representante legal, puede solicitar dentro del lapso mencionado la ejecución de la sentencia que condenó a otorgarlos, con el consiguiente reclamo de las pensiones no cobradas”. 40 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. Contradicción de tesis 72/2005-PS. Entre las sustentadas por el Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. 17 de agosto de 2005. Cinco votos. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Pedro Arroyo Soto. Tesis de jurisprudencia 125/2005. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha diecisiete de agosto de dos mil cinco. Debe entenderse, por tanto, que la norma impugnada es constitucional, bajo el entendido de que el término de prescripción es aplicable en relación con las prestaciones unitarias de contenido patrimonial y las mensualidades derivadas de la pensión previstas por la ley; pero no lo es respecto de todas, pues, como se ha venido exponiendo, el mandato contenido en el artículo 4º constitucional respecto de los derechos de los niños y niñas, no puede ceder ante la norma que establece la prescripción del derecho a reclamar la pensión por orfandad en lo que se refiere a los alimentos. De la misma manera ocurre con prestaciones similares (por ejemplo los servicios médicos asistenciales); pero en relación con el tipo de prestaciones que se reclaman, las normas que se refieren a la prescripción pueden tener dos interpretaciones. Así, algunos asumirían que si la pensión no es solicitada por el beneficiario en el término de un año, entonces el derecho a gozar de ella se extingue, lo cual no sucede en el caso. Pero de otro lado, puede interpretarse que la prescripción se predica de las mensualidades no reclamadas en el término de un año. 41 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. Es claro que la primera interpretación es contraria a la Carta Magna, pues el derecho a la pensión es imprescriptible, mientras que la segunda es constitucional, ya que las mensualidades de la pensión pueden extinguirse si no son reclamadas en los plazos señalados por la ley; pero no por cuanto hace al derecho de los menores de percibirlas. En ese orden de ideas, el término de prescripción es constitucional en relación con las prestaciones unitarias de contenido patrimonial, como las indemnizaciones y, por ende, la norma es exequible respecto de esas prestaciones; pero no lo es respecto de las que se refieren a los derechos de los menores para percibirlas, pues es contrario, como ya se indicó, al mandato constitucional del artículo 4º y a los derechos fundamentales consagrados a favor de la infancia por el citado precepto. Bajo esas premisas, debe hacerse extensiva esta protección constitucional a la viuda, atendiendo al principio de protección a la organización y desarrollo de la familia, también tutelado por el mismo artículo 4º. En efecto, tal principio, correlativo también de otros derechos fundamentales, entre los que se encuentran, precisamente, los de protección a la infancia, se encuentra establecido a efecto de proteger la organización y el desarrollo de la familia, lo cual se traduce en una garantía social que se tutela con el establecimiento de un régimen completo de seguridad social, a través del cual se proteja a los trabajadores y que, a través de este, los beneficios derivados de la seguridad social se hagan extensivos a sus familiares, entendidos éstos como los integrantes del núcleo familiar. 42 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. La protección constitucional otorgada debe ser acotada por la autoridad jurisdiccional considerando las circunstancias de cada caso concreto, pues tampoco puede suceder que transcurra un término irracional en el reclamo de las mensualidades no reclamadas. Ese término no deberá exceder nunca de diez años, considerando que, al declararse la existencia de un derecho a favor de los recurrentes, en el acto reclamado en este juicio (oficio número 18 01 03 3310/378/2004, sin fecha, emitido por el Titular de la Subdelegación Cuernavaca del Instituto Mexicano del Seguro Social en Morelos) se determinó y estableció el derecho del acreedor alimentario y la correlativa obligación del deudor alimentista, habiendo quedado determinados el monto y la periodicidad de la obligación. Por tanto, ya no está a discusión ni puede ser materia de prueba la eventual circunstancia relativa a si el acreedor alimentario pudo subsistir sin la pensión alimenticia durante el tiempo que demoró en solicitarla. En este orden de ideas, procede, en la materia de la revisión, competencia de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, revocar la sentencia recurrida y otorgar el amparo a RAQUEL PÉREZ MARTÍNEZ, por su propio derecho y en representación de los menores NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL Y JOSÉ JESÚS O JOSÉ DE JESÚS, todos de apellidos Parra Pérez, en contra del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social. QUINTO. Se omite el estudio de los restantes conceptos de violación, pues aun en el caso de resultar fundados, atendiendo al principio de mayor beneficio jurídico, no mejoraría lo ya alcanzado por la recurrente. Sirve de apoyo a lo anterior, la siguiente tesis jurisprudencial: 43 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN EN AMPARO DIRECTO. EL ESTUDIO CONCESIÓN DE DEBE LOS QUE ATENDER DETERMINEN AL PRINCIPIO SU DE MAYOR BENEFICIO, PUDIÉNDOSE OMITIR EL DE AQUELLOS QUE AUNQUE RESULTEN FUNDADOS, NO MEJOREN LO YA ALCANZADO POR EL QUEJOSO, INCLUSIVE LOS QUE SE REFIEREN A CONSTITUCIONALIDAD DE LEYES19. De acuerdo con la técnica para resolver los juicios de amparo directo del conocimiento de los Tribunales Colegiados de Circuito, con independencia de la materia de que se trate, el estudio de los conceptos de violación que determinen su concesión debe atender al principio de mayor beneficio, pudiéndose omitir el de aquellos que, aunque resulten fundados, no mejoren lo ya alcanzado por el quejoso, inclusive los que se refieren a constitucionalidad de leyes. Por tanto, deberá quedar al prudente arbitrio del órgano de control constitucional determinar la preeminencia en el estudio de los conceptos de violación, atendiendo a la consecuencia que para el quejoso tuviera el que se declararan fundados. Con lo anterior se pretende privilegiar el derecho contenido en el artículo 17, segundo párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consistente en garantizar a los ciudadanos el acceso real, completo y efectivo a la administración de justicia, esto es, que en los diversos 19 Tesis P./J. 3/2005, Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXI, Febrero de 2005, Página 5. 44 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. asuntos sometidos al conocimiento de los tribunales de amparo se diluciden de manera preferente aquellas cuestiones que originen un mayor beneficio jurídico para el gobernado, afectado con un acto de autoridad que al final deberá ser declarado inconstitucional. Por lo expuesto y fundado, se resuelve: PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se revoca la sentencia recurrida. SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a RAQUEL PÉREZ MARTÍNEZ, por su propio derecho y en representación de los menores NATALI, NOEMÍ ABIGAIL, ISRAEL Y JOSÉ JESÚS o JOSÉ DE JESÚS, todos de apellidos PARRA PÉREZ, en contra del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, vigente en dos mil seis, para los efectos precisados en el considerando Cuarto de esta ejecutoria. Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, devuélvanse los autos a su lugar de origen y, en su oportunidad, archívese el asunto como concluido. Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría de cuatro votos de los señores Ministros: José de Jesús Gudiño Pelayo, Sergio A. Valls Hernández, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de García 45 AMPARO EN REVISIÓN 332/2007. Villegas (Ponente) en contra del voto del Presidente José Ramón Cossío Díaz, quien formulará voto particular. Firman el Ministro Presidente de la Sala y la Ministra Ponente, con el Secretario de Acuerdos, quien autoriza y da fe. PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ MINISTRA PONENTE MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS. SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES. 46 VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ EN EL AMPARO EN REVISIÓN 332/2007, FALLADO POR LA PRIMERA SALA DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN EL 3 DE OCTUBRE DE 2007. En el presente voto, me permito expresar mi disentimiento con el sentido de la resolución aprobada por la mayoría de mis compañeros Ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, toda vez que considero que el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social vigente en el año dos mil seis, no es conculcatorio de los artículos 4º, 14, 16, 17, 123 y 133 de la Constitución Federal, ni tampoco del orden jurídico Interamericano que invoca la quejosa, al establecer un plazo de un año para el cobro de las pensiones de viudez y orfandad. Me parece conveniente precisar que el presente asunto, motivo de la ejecutoria que antecede, fue presentado por mi Ponencia en sesión de 27 de junio del año en curso, proponiendo la negativa del amparo. En esa ocasión, la votación mayoritaria fue en contra del proyecto, por lo que el asunto fue returnado a la Ponencia de la Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas, quien presentó el proyecto en el sentido de amparar a la quejosa. En la resolución que antecede aprobada por la mayoría, el tema central es la inconstitucionalidad del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social20, que establece el término de un año para la 20 “Artículo 300. El derecho de los asegurados o sus beneficiarios para reclamar el pago de las prestaciones en dinero, respecto a los seguros de riesgos de trabajo, enfermedades y maternidad, invalidez y vida y guarderías y prestaciones sociales prescribe en un año de acuerdo con las reglas siguientes:--- Cualquier mensualidad de una pensión, asignación familiar o ayuda asistencial, así como el aguinaldo;--- […]”. VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 prescriptibilidad del derecho de los asegurados o sus beneficiarios para reclamar el pago de las prestaciones en dinero, entre las que se encuentran las pensiones por viudez y orfandad. A mi juicio, el artículo impugnado no es violatorio de ninguna garantía individual, ni tampoco del orden jurídico Interamericano a que alude la quejosa; por lo que considero que, aun supliendo la deficiencia de la queja, en virtud de que la parte quejosa es beneficiaria de un trabajador protegido por la seguridad social, y se encuentra integrada en parte por menores de edad, debió confirmarse la sentencia recurrida y negarse el amparo. Ello de conformidad con las consideraciones que, sustancialmente, sustenté en el proyecto votado en contra por la mayoría, y que son las siguientes: Como ya se precisó, el precepto reclamado prevé la figura de la prescripción —en un año—, del cobro de las mensualidades respecto de las pensiones a que tienen derecho los beneficiarios. Ahora bien, considero que el precepto reclamado no viola el artículo 4º constitucional en sus párrafos tercero, quinto, sexto y séptimo21, los cuales establecen que toda persona tiene derecho a la salud, a una vivienda digna y decorosa, que los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, 21 “Art. 4o.- […] Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución […].---Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo.---Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.---Los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar estos derechos. El Estado proveerá lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos”. 2 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral, así como que los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar esos derechos y el Estado proveerá lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos. En efecto, el Estado por medio de sus instituciones, ha establecido medidas, instrumentos y apoyos necesarios orientados a preservar esos derechos, como en el caso, garantizar a quien cumpla con los requisitos establecidos en ley, el acceso a las pensiones de viudez y orfandad, y con esto, la posibilidad de contar con los medios y apoyos necesarios para la satisfacción de sus necesidades. Dichas pensiones son un derecho con el que se cuenta desde el momento en que se coloca el beneficiario en el supuesto jurídico para recibirlas. Sin embargo, el precepto reclamado no priva a los beneficiarios al acceso a las pensiones de que se trata, puesto que sólo establece el término en que prescribe el cobro de las mensualidades de las pensiones, que tiene como fin satisfacer sus necesidades. Que los ciudadanos tengan derechos de prestación que el legislador está constitucionalmente obligado a regular implica que la labor de éste no es totalmente libre y discrecional, pero ello no significa que no se puedan imponer condiciones razonables al ejercicio de los citados derechos. Los institutos de seguridad social son organizaciones vastas, regidas por reglas orientadas a asegurar la gestión racional, ordenada y transparente de los recursos. En ese sentido, que la ley introduzca reglas que disponen el modo, tiempo y lugar en que los ciudadanos podrán recibir las prestaciones públicas a que tienen derecho, no es en principio reprochable, sino entendible y 3 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 de algún modo, casi imprescindible en las condiciones que caracterizan la operación de los estados contemporáneos. Sólo si estos condicionamientos legales son arbitrarios o innecesariamente gravosos, de modo que pueda decirse que en lugar de facilitar el ejercicio del derecho, en realidad lo hacen nugatorio, esta Suprema Corte deberá declararlos inconstitucionales. Sin embargo, la condición de que las mensualidades, en que se concretan las prestaciones de seguridad social a que los quejosos y ahora recurrentes tienen derecho, sean cobradas dentro del plazo de un año, como máximo, no constituye, a juicio de esta Sala, una condición irrazonable o desproporcionada, sino por el contrario, justificada a la luz de intereses públicos constitucionalmente amparados; dado que las prestaciones de la seguridad social provienen de las aportaciones de los trabajadores, pero también el Instituto Mexicano del Seguro Social es una administración pública sometida a normas estrictas de gestión, entre las que destaca la obligación de calcular y presupuestar las entradas y salidas de recursos. Que el Instituto tenga una cierta previsibilidad acerca del modo y tiempo en que los recursos que debe entregar a los derechohabientes saldrán de la institución, es un objetivo constitucionalmente legítimo, y la regla de la exigibilidad en un año está instrumentalmente ligada al mismo y a los principios de buena administración con el que este objetivo se asocia. Una regla como la contenida en la fracción I del artículo 300 de la Ley del Seguro Social permite al Instituto calcular responsablemente los recursos que necesita para un cierto ejercicio presupuestal a la luz de los recursos “sobrantes” derivados de la renuncia tácita a ciertas mensualidades no exigidas en los doce meses anteriores y abre la 4 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 puerta para que sean destinados a la cobertura de otras necesidades sociales. Al mismo tiempo, fomenta la responsabilidad de los titulares de los derechos involucrados, que en ningún caso están legitimados para ver al Estado y a sus instituciones de seguridad social como institución de ahorro a su servicio incondicional, sino como un mecanismo que administra sus derechos y de los demás ciudadanos, y que, por el bien de todos, debe estar sometido a reglas que fomentan la responsabilidad de los funcionarios públicos pero también la suya propia como beneficiarios. Cuando los beneficiarios de una pensión de orfandad son menores y son sus representantes legales los que no exigen oportunamente la entrega de los recursos correspondientes, el ordenamiento jurídico incluye herramientas que permiten afrontar el problema y que deberán ser usadas de modo pronto y oportuno por los que estén legitimados para ello (el derecho de familia incluye reglas sobre conservación de la custodia, patria potestad, tutela y curatela, orientadas a tratar este tipo de conflictos). Pero es evidente que la circunstancia de que puedan producirse hipótesis de este tipo no es razón suficiente para declarar inconstitucional el precepto legal examinado. Las previsiones del artículo 4º de la Constitución, respecto de los derechos de los menores, no obligan al legislador a excluir a los niños del sistema general de la seguridad social para convertir sus derechos prestacionales en derechos incondicionados e ilimitados, exigibles en cualquier circunstancia. En conexión con lo anterior, es muy importante percatarse de que si los recursos cuyo cobro no se exige en un año son, en un caso concreto, necesarios para la subsistencia y la alimentación de ciertas 5 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 personas (incluidos menores), no es una cuestión directamente relevante para decidir acerca de la constitucionalidad del artículo legal bajo examen. Esta Suprema Corte no puede decidir acerca de la constitucionalidad de una regla general contenida en una ley sobre la base de que en un caso concreto se dan estas o aquellas circunstancias, a menos que el estudio de dicho caso ponga de manifiesto o torne evidente un defecto que muestre que la ley constituye una regulación inadecuada. En un caso, puede ser que los recursos cuyo pago no se haya exigido estuvieran efectivamente destinados a la cobertura de necesidades muy básicas de los titulares. Pero en otro caso, puede ser que los beneficiarios de los mismos hayan renunciado a ellos porque gozan de una situación económica tan buena que les lleva a considerar moralmente correcto no cobrar esas mensualidades y permitir su regreso al caudal de los recursos públicos. Más allá de la calificación del valor o desvalor de la conducta de las personas involucradas, es claro que lo que esta Corte debe hacer en una instancia en la que su función se reduce al análisis de la constitucionalidad de la ley aplicada, es un análisis de la razonabilidad de la misma a la luz de la situación promedio, que ponga en relación los fines de la norma con los medios empleados por el legislador en un contexto evaluativo, en el que necesariamente debe hacerse abstracción de todos y cada uno de los detalles que caracterizan la narración personal con la que un ciudadano comparece ante los tribunales federales. En conclusión, declarar extinguido el derecho a exigir el pago de unas mensualidades en particular no hace nugatorio el derecho a las prestaciones sociales como tales, ni reduce o vulnera el carácter de derechos irrenunciables o imprescriptibles que puedan tener, sino que 6 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 forma parte de un entramado de reglas de ejercicio de ese derecho constitucionalmente razonable y necesario. Por otra parte, la prescripción es la institución jurídica a través de la cual se adquieren bienes o, como en el caso, se dejan de tener derechos y obligaciones mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones establecidas por la ley. La prescripción es una técnica conveniente en un sistema jurídico que cumple fines sociales valiosos, relacionados principalmente con su aptitud para proporcionar certeza y seguridad al disfrute de los derechos y al cumplimiento de las obligaciones; es generalmente aceptado que evita litigios y contribuye al bienestar económico. La doctrina señala que el fundamento de la prescripción de las acciones se encuentra en la presunción de abandono o renuncia del derecho que el acreedor podría hacer valer (con la consiguiente liberación del deudor respecto de la obligación recíproca). Se considera que, al lado de las renuncias expresas que el ordenamiento pueda permitir, el transcurso del tiempo se interprete como una renuncia tácita y constituya un modo específico de extinción de obligaciones. Por ser un mecanismo a través del cual el Estado impide que los gobernados afecten intereses fundamentales de la sociedad, como la seguridad jurídica, la prescripción no puede ser pactada por las partes al momento de expresar su consentimiento para obligarse, sino que es una cuestión determinada por las autoridades públicas a través de la ley. 7 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 Nuestra legislación distingue entre dos tipos de prescripción: la positiva y la negativa. La primera es aplicable a la adquisición de bienes, y se fundamenta en la posesión pacífica por un período de tiempo y bajo ciertas circunstancias; y la segunda, a la cual también se le llama prescripción de acciones, es un medio de extinción de derechos y obligaciones debido al transcurso de un lapso de tiempo determinado bajo las condiciones establecidas por la ley, que tiene como razón de ser la presunción del abandono o renuncia del derecho que el acreedor podría hacer valer, compeliendo al deudor al cumplimiento de la obligación recíproca. Debido a que las acciones son potestativas, el acreedor puede decidir si las ejerce o no, pero si elige esta última opción, se entiende que no desea hacer valer su derecho a accionar contra el deudor y esa actitud releva a este último del cumplimiento de la obligación que contrajo. Así, la prescripción radica en una presunción de que el acreedor no tuvo el deseo de accionar contra el deudor exigiéndole el cumplimiento de las obligaciones que éste estaba obligado a cumplir, es decir, constituye una sanción para aquellas personas que descuiden el ejercicio de un derecho. La creación de la figura de la prescripción de las acciones obedece a un interés público, porque permite no dejar indefinido en el tiempo el ejercicio de los derechos en contra un deudor lo que, lejos de violar la garantía de seguridad jurídica de los gobernados, la garantiza, dado que así están en aptitud de conocer hasta qué momento pueden hacer valer los derechos que tienen y también hasta cuándo están sujetos a que se les demande el cumplimiento de las obligaciones que hayan contraído. 8 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 Es necesario puntualizar, de nuevo, que lo que prescribe no es el derecho a recibir una pensión, el cual es inextinguible, sino únicamente el derecho a reclamar el pago de las mensualidades que no se exigieron en el momento oportuno. De ahí que no pueda alegarse que el artículo impugnado priva a los pensionados del derecho a los medios de supervivencia, puesto que teniendo el derecho para obtenerlos, el ordenamiento imputa a su pasividad reiterada (reiterada durante doce meses, en concreto) la presunción de que renuncian a ellos. Tampoco considero que el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, sea violatorio del artículo 133 constitucional porque, al decir de la quejosa, es contrario a los tratados internacionales celebrados por el Estado mexicano, como lo es el de la Convención de la Haya, Holanda, en materia de alimentos y derechos de seguridad social; el de la Convención Interamericana Sobre Obligaciones Alimentarias, de quince de julio de mil novecientos ochenta y nueve, el cual estableció el derecho de percibir alimentos y la imprescriptibilidad de la obligación para otorgarlos; así como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de diez de diciembre de mil novecientos cuarenta y ocho, particularmente en relación con lo dispuesto en sus artículos 22 y 25, en virtud de que —dice la quejosa— dichos tratados, en términos de lo dispuesto por el artículo 133 constitucional, están por encima de la norma impugnada, al haber sido reconocidos por el Estado mexicano. En principio, cabe puntualizar que no existe en la normativa internacional ningún tratado con la denominación de “Convención de la Haya en materia de alimentos y derechos de seguridad social” a que alude la quejosa. Como consecuencia de ello, es infundada la 9 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 afirmación que hace en sus conceptos de violación al no existir ninguna obligación internacional para el Estado mexicano, en el sentido que se pretende dar. También, debe precisarse que de un análisis de la normativa jurídica internacional, regional europea, regional americana y regional africana, ninguna convención en materia de alimentos contiene al mismo tiempo aspectos de seguridad social. Ahora bien, si la quejosa pretendió referirse a los convenios sobre alimentos, como son: el Convenio sobre la ley aplicable a las obligaciones alimenticias, hecho en La Haya el dos de octubre de mil novecientos setenta y tres; el Convenio referente al reconocimiento y a la ejecución de las resoluciones relativas a las obligaciones alimenticias aprobado de igual forma en el mismo año en La Haya; o al Convenio de La Haya sobre la ley aplicable a las obligaciones alimentarias con los hijos, de mil novecientos cincuenta y seis, cabe precisar que ninguno es aplicable a las prestaciones de seguridad social, como la que nos ocupa, por una parte, porque México no es Parte a dichos convenios22, y por otra, porque éstos se aplican a obligaciones o resoluciones en materia de alimentos, que se derivan de las relaciones de familia, parentesco, afinidad o matrimonio, comprendidas las obligaciones alimenticias respecto de un hijo no legítimo. La Convención Interamericana sobre obligaciones alimentarias que México firmó en mil novecientos noventa y dos y ratificó en mil novecientos noventa y cuatro, en su artículo 1º establece que “…tiene 22 En el ámbito de la Organización de las Naciones Unidas, México sólo es Parte de la Convención sobre la Obtención de Alimentos en el Extranjero, adoptada en Nueva York, el 20 de junio de 1956, misma que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de septiembre de 1992 y que tiene la finalidad de facilitar a una persona, llamada demandante, que se encuentra en el territorio de una de las Partes Contratantes, la obtención de los alimentos que pretende tener derecho a recibir de otra persona, llamada demandado, que está sujeta a la jurisdicción de otra Parte Contratante. 10 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 como objeto la determinación del derecho aplicable a las obligaciones alimentarias, así como a la competencia y a la cooperación procesal internacional, cuando el acreedor de alimentos tenga su domicilio o residencia habitual en un Estado Parte y el deudor de alimentos tenga su domicilio o residencia habitual, bienes o ingresos en otro Estado Parte. […]”. En ese sentido, resulta evidente que dicha Convención Interamericana tampoco es aplicable a la situación planteada por la quejosa y que, por ende, el precepto reclamado contravenga dicho tratado. El tratado internacional antes señalado, podría ser aplicable si se tratara del supuesto en que los hijos de la quejosa como acreedores alimentarios y ella como deudora —como lo son—, estuviesen reclamando sus derechos ante su incumplimiento por encontrarse en otro país, o bien, si tanto sus hijos como ella fuesen acreedores alimentarios de alguna otra persona en razón de parentesco, afinidad o matrimonio, hipótesis que en el caso no se actualiza. Por otra parte, con relación a la Declaración Universal de los Derechos Humanos a que hace referencia la quejosa, debemos señalar que no es en estricto sentido un tratado como se define en el artículo 2º de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados23, sino que su naturaleza jurídica es distinta, aunque la comunidad internacional por su importancia y universalidad le ha 23 a) Se entiende por "tratado" un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular.--- b) Se entiende por "ratificación", "aceptación", "aprobación" y "adhesión", según el caso, el acto internacional así denominado por el cual un Estado hace constar en el ámbito internacional su consentimiento en obligarse por un tratado. 11 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 otorgado un reconocimiento superior al de cualquier otra declaración internacional, como ocurre también con la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre en el ámbito interamericano. Ahora bien, si bien es cierto que el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos24, y a mayor abundamiento la Convención sobre Derechos del Niño en sus artículos 24, punto 2, y 27, punto 325, hacen referencia al derecho a la alimentación, resulta evidente que no se puede hablar de una afectación del derecho a ésta, por la falta de pago de mensualidades de una pensión alimenticia, pues el derecho a la alimentación se ejerce, según se ha establecido en la Observación General número 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea solo o en común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla26. Y por las razones que se han explicitado con anterioridad, no puede decirse que la norma examinada niegue el acceso a los medios para obtener la alimentación por el hecho de que ponga algunas condiciones al modo en que las mensualidades correspondientes a las pensiones por viudez y orfandad pueden ser exigidas. No puede afirmarse que la regulación haga nugatorio el derecho a la alimentación que prevén los instrumentos internacionales antes 24 “Artículo 25. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación […]”. 25 “Artículo 24. […] 2. Los Estados Partes... adoptarán las medidas apropiadas para: […] c) Combatir las enfermedades y la malnutrición... mediante, entre otras cosas, la aplicación de la tecnología disponible y el suministro de alimentos nutritivos adecuados […]”. “Artículo 27. Los Estados Partes […] 3… en caso necesario, proporcionarán asistencia material y programas de apoyo, particularmente con respecto a la nutrición […]”. 26 Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales, Observación General No. 12, El derecho a una alimentación adecuada, 20º período de sesiones, 1999, párrafo 6. 12 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 referidos, porque en ningún momento estos instrumentos truncan la posibilidad de que exista una regulación nacional al respecto y porque no se priva en lo sucesivo a los beneficiarios de dicha pensión, puesto que tienen el derecho a seguir cobrando las mensualidades que se van generando; como se demuestra en el caso sucede, puesto que la parte quejosa de lo único que se duele es de la negativa de pago respecto de las mensualidades que ya prescribieron. Por otra parte, el artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social, tampoco viola las fracciones XIV; XVII, incisos g) y h); XXVIII; XXIX, apartado A, y la fracción XI, inciso a) del apartado B, todas del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En efecto, si bien el precepto constitucional citado establecen las garantías de seguridad social para los trabajadores, así como la relación de trabajo entre los empleados y los patrones, imponiendo al patrón la obligación de responder por los accidentes, riesgos de trabajo, enfermedades que sufra el trabajador con motivo de la prestación del servicio y pagar al trabajador o a sus beneficiarios la indemnización correspondiente que haya traído como consecuencia la muerte, incapacidad temporal o permanente para trabajar, esto es, prevén prestaciones que tienden a garantizar la supervivencia y tranquilidad del trabajador o de sus beneficiarios; y el precepto reclamado establece la prescripción en un año del pago de las prestaciones en dinero, como en el caso es el pago de cualquiera de las mensualidades de una pensión por viudez y orfandad, ello no implica violación a esas garantías de seguridad social a favor de los trabajadores y sus familiares, pues no impide que se genere el derecho a obtener las pensiones de viudez y orfandad, sino que 13 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 únicamente establece la prescripción de las acciones para demandar el pago de las pensiones ya otorgadas, pero vencidas y no reclamadas dentro de un año. Por otra parte, el argumento de la recurrente en el que insiste respecto de la inconstitucionalidad del precepto reclamado, por violar la fracción XXVII del artículo 123, en virtud de que establece un término excesivamente breve para la prescripción, lo cual implica la renuncia al derecho que prevé el precepto constitucional citado, es infundado de conformidad con las siguientes consideraciones: La fracción XXVII del artículo 123, apartado A de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos27 establece que serán condiciones nulas y no obligarán a los contrayentes, aunque se expresen en el contrato, entre otras, las que constituyan renuncia hecha por el obrero de las indemnizaciones a que tenga derecho por accidente de trabajo y enfermedades profesionales, perjuicios ocasionados por el incumplimiento del contrato o despedírsele de la obra, así como todas las demás estipulaciones que impliquen renuncia de algún derecho consagrado a favor del obrero, en las leyes de protección y auxilio a los trabajadores. 27 “Art. 123.- Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la Ley. […] XXVII.- Serán condiciones nulas y no obligarán a los contrayentes, aunque se expresen en el contrato:(a). Las que estipulen una jornada inhumana por lo notoriamente excesiva, dada la índole del trabajo. (b). Las que fijen un salario que no sea remunerador a juicio de las Juntas de Conciliación y Arbitraje. (c). Las que estipulen un plazo mayor de una semana para la percepción del jornal. (d). Las que señalen un lugar de recreo, fonda, café, taberna, cantina o tienda para efectuar el pago del salario, cuando no se trate de empleados en esos establecimientos. (e). Las que entrañen obligación directa o indirecta de adquirir los artículos de consumo en tiendas o lugares determinados. (f). Las que permitan retener el salario en concepto de multa. (g). Las que constituyan renuncia hecha por el obrero de las indemnizaciones a que tenga derecho por accidente del trabajo, y enfermedades profesionales, perjuicios ocasionados por el incumplimiento del contrato o despedírsele de la obra. (h). Todas las demás estipulaciones que impliquen renuncia de algún derecho consagrado a favor del obrero en las leyes de protección y auxilio a los trabajadores”. 14 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 Como puede observarse, lo que el precepto citado establece es la nulidad de las condiciones establecidas en los contratos que impliquen renuncia a los derechos consagrados a favor del obrero, disposición que no contradice el precepto reclamado, puesto que no establece por virtud de un contrato, la renuncia de los beneficiarios de un trabajador a recibir una pensión, como en el caso de viudez y orfandad, sino como reiteradamente se ha dicho, el término en que prescribe la acción de cobro de las mensualidades de una pensión, lo cual hace presumir que el que renuncia a su pago por abandono es el propio beneficiario al no cobrarlo dentro del término que señala la Ley y no por virtud de un mandato de ésta. Menos aún el precepto constitucional hace referencia al término, ni a parámetro alguno de éste que pudiera estar en contraposición a lo que dispone el precepto reclamado, por lo cual, cabe concluir que no es violatorio del artículo 123 constitucional en la fracción analizada. La recurrente argumenta que el patrón asume la responsabilidad del trabajador como jefe de familia, estando obligado a proporcionar una pensión por incapacidad o muerte del trabajador en ejercicio de sus labores. Que se libera de dicha obligación una vez que inscribe al trabajador en el Instituto Mexicano del Seguro Social, realizando aportaciones periódicas a dicha institución, por lo que la responsabilidad es asumida por el citado Instituto. De ahí que diga que a la muerte del trabajador, éste debería absorber la responsabilidad del deudor alimentario frente a sus acreedores. Agrega que si bien la pensión por viudez y orfandad son de naturaleza laboral y la pensión alimenticia es de carácter civil, ambas van encaminadas a cubrir necesidades de los acreedores alimentarios y beneficiarios del trabajador, por cuanto hace a la satisfacción de necesidades inminentemente alimenticias, razón por la cual se asimilan. 15 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 Pues bien, no asiste la razón a la recurrente. Con el fin de dar mayor claridad al tema, es importante precisar de manera breve la diversa naturaleza de la pensión alimenticia y de la pensión por viudez y orfandad —respecto de lo cual no existe controversia, en tanto que la disconforme reconoce esa diferencia—. La doctrina define el concepto de pensión por viudez y orfandad como el pago periódico de una cantidad en efectivo que se hace a la viuda y a los hijos menores de edad de los trabajadores, cuando éstos fallecen y aquéllos reúnen las condiciones fijadas en las leyes, convenios colectivos o estatutos especiales, por tener derecho a tales percepciones, como una prestación social tendente a garantizar su bienestar y tranquilidad. Por otro lado, se precisa que la pensión alimenticia es la cantidad en dinero que los deudores alimentarios deben entregar en forma periódica a los acreedores alimenticios. El fundamento de la obligación alimentaria es el estado de necesidad de una persona que no puede cubrir por sí misma los gastos necesarios para su subsistencia. Cabe destacar que el concepto de alimentos es de orden público, por lo que no opera el principio de autonomía de la voluntad, ya que tanto para el acreedor como para el deudor, es un derecho y una obligación con características especiales que la distingue de otro tipo de pensiones, como lo son: la reciprocidad, la alternatividad, la irrenunciabilidad, la inembargabilidad, entre otras. La obligación de dar alimentos es imprescriptible. 16 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 Como principal diferencia entre la pensión alimenticia y la pensión por viudez y orfandad, es la naturaleza de las mismas. La primera es de carácter civil y la segunda laboral, sobre esta última es importante destacar que constituye una prestación de seguridad social que establece la Ley del Seguro Social a los familiares del trabajador fallecido, conforme a la cual únicamente tienen derecho la viuda y los hijos menores de edad, siempre que se justifique que el trabajador cubrió al Instituto sus aportaciones; en cambio la primera es una obligación recíproca que se tiene entre familiares y en la cual no interviene en ningún momento el Estado. De lo anterior, se desprende que la pensión por viudez y orfandad otorgada por el patrón del trabajador a sus familiares no debe verse como una concesión gratuita o generosa del Estado o del patrón. El derecho a ésta lo adquiere el trabajador con las aportaciones que hace por determinado número de años de trabajo productivo, aportaciones que se ven aumentadas con las que han sido aportadas por los patrones o por las que se les ha obligado por disposición legal, las cuales integran un capital del que se toman, en un momento dado, las cantidades individuales que se conceden, las cuales incrementa el Estado. En cambio, la pensión alimenticia es un deber derivado del derecho a la vida que tiene el acreedor alimentario y gravita sobre el grupo familiar. En ningún momento, se hace un fondo, por aportaciones mensuales, del cual se tome la pensión alimenticia, sino que surge del deber que se tiene al sostenimiento de la familia. Otra diferencia entre estos dos tipos de pensiones es que en las pensiones alimenticias, se da la reciprocidad entre acreedores y 17 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 deudores, lo que implica que el que da los alimentos tiene a su vez el derecho para recibirlos. Esto es que el que pagó para cumplir con su obligación alimentaria, podrá exigir que ahora a él se le pague cuando lo necesite para su subsistencia, de manera que se cumpla con la misma obligación. Lo anterior, en ningún momento se podría exigir en una pensión por viudez y orfandad, toda vez que bajo ningún supuesto se podría exigir que los beneficiarios del trabajador aportaran dinero para la manutención del Instituto Mexicano del Seguro Social por el principio de reciprocidad. En el mismo sentido, podemos destacar que la característica de alternatividad de la pensión alimenticia, la cual permite reclamar subsidiariamente los alimentos a otros parientes cuando el obligado principal está imposibilitado para cumplir con su carga, no existe en las pensiones por viudez y orfandad, ya que en estas últimas, el acreedor únicamente es el Instituto Mexicano del Seguro Social y no es posible reclamar la pensión a otro organismo público. Las diferencias expuestas en los párrafos anteriores evidencian que el patrón no asume la responsabilidad del trabajador como jefe de familia y que, por lo tanto, debería absorber la responsabilidad de deudor alimentario frente a los acreedores del mismo, por ende, al ser de diversa naturaleza la prestación social de pensión de viudez y orfandad y la pensión alimenticia, no pueden asimilarse o ser equivalentes. Así, la primera no puede traducirse en una obligación del Instituto Mexicano del Seguro Social de proporcionar alimentos, y que, por tanto, sea imprescriptible. 18 VOTO PARTICULAR AMPARO EN REVISIÓN 332/2007 Por las razones anteriores, reitero mi posición por la constitucionalidad del artículo 300, fracción I de la Ley del Seguro Social. __________________________________ MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ. SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA ____________________________ LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES. 19