SACRAMENTOS: ¿ POR QUÉ Y PARA QUÉ

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LECTURAS COMPLEMENTARIAS UNIDAD OCHO
LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA
Sacramentos por qué, para qué. Signo, materia y forma.
LOS
SIETE
SACRAMENTOS
1210 Los sacramentos de la Nueva Ley fueron instituidos por
Cristo y son siete, a saber, Bautismo, Confirmación, Eucaristía,
Penitencia, Unción de los enfermos, Orden sacerdotal y
Matrimonio. Los siete sacramentos corresponden a todas las
etapas y todos los momentos importantes de la vida del cristiano:
dan nacimiento y crecimiento, curación y misión a la vida de fe de
los cristianos. Hay aquí una cierta semejanza entre las etapas de
la vida natural y las etapas de la vida espiritual (cf S. Tomás de
A.,s.th. 3, 65,1).
1211 Siguiendo esta analogía se explicarán en primer lugar los tres
sacramentos de la iniciación cristiana (capítulo primero), luego los sacramentos
de la curación (capítulo segundo), finalmente, los sacramentos que están al
servicio de la comunión y misión de los fieles (capítulo tercero). Ciertamente
este orden no es el único posible, pero permite ver que los sacramentos forman
un organismo en el cual cada sacramento particular tiene su lugar vital. En este
organismo, la Eucaristía ocupa un lugar único, en cuanto "sacramento de los
sacramentos": "todos los otros sacramentos están ordenados a éste como a su
fin" (S. Tomás de
SACRAMENTOS: ¿ POR QUÉ Y PARA QUÉ?
"Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la
edificación del Cuerpo de Cristo, y en definitiva, a dar culto a Dios; pero en
cuando signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino
que a la vez la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y
cosas; por esto se llaman sacramentos de la fe. Confieren ciertamente la
gracia, pero también su celebración prepara perfectamente a los fieles para
recibir con fruto la misma gracia, rendir culto a Dios y practicar la caridad"
(Conc. Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, 59)
Sacramento
Si buscamos en la Biblia la palabra "sacramento" no la encontraremos, por lo
menos en el sentido que hoy le damos. Pero esto no quiere decir que no
tengan fundamento bíblico. De hecho todos ellos fueron instituidos por Nuestro
Señor Jesucristo.
La palabra sacramento es de origen latino, los cristianos la usaron desde los
primeros años para significar lo que se refería a los signos litúrgicos,
celebraciones eclesiales y a los hechos sacros. Es decir, a los actos de culto.
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Pero con el correr del tiempo, esta palabra se dejó para referirse
exclusivamente a los signos sagrados instituidos por Jesucristo. San Agustín,
que vivió en el siglo IV, fue quien más contribuyó a la clarificación del concepto
de "sacramento" y no fue hasta el siglo XII, que se fijó el número de
sacramentos como siete.
Los sacramentos, como hoy los presenta la Iglesia son: Actos salvadores de
Cristo, que la Iglesia comunica al hombre mediante signos sensibles.
¿ Y qué quiere decir "signo sensible"?. Un signo sensible es un símbolo. Y un
símbolo es una expresión figurada y visible o representación sensible, de una
realidad invisible. El valor de un símbolo no está en lo que él es de por sí, sino
en lo que indica, en lo que representa.
No son simples ceremonias. Ordenados a la santificación de los hombres, a la
edificación del cuerpo de Cristo y a dar culto a Dios, los sacramentos no solo
suponen la fe, sino que también la fortalecen, la alimentan y la expresan con
palabras y acciones; por eso se llaman sacramentos de la fe. Los sacramentos
nos dan o aumentan la Gracia Divina.
a) Decimos que son actos salvadores, porque son acciones que salvan al
hombre de situaciones concretas, llenándolo de la fuerza del amor, fruto de la
muerte y resurrección de Cristo. Abarcan toda la vida del hombre en sus puntos
más significativos.
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En su nacimiento: Bautismo
En su crecimiento: Confirmación
En las heridas del pecado: Reconciliación
En su alimentación: Eucaristía
En la formación de un hogar: Matrimonio
En la consagración al servicio de la comunidad: Orden Sacerdotal
En la enfermedad: Unción de los enfermos
b) Son actos salvadores de Cristo porque Él es el verdadero autor, he aquí el
valor del sacramento. Es Cristo quien bautiza, perdona los pecados o comunica
el Espíritu Santo. Recibir un sacramento es encontrarse personalmente con
Cristo que salva.
c). Son actos que la Iglesia comunica porque fueron entregados a la Iglesia
por Cristo para que los administrara a los hombres. Por lo que el sacramento
debe administrarse conforme a lo establecido por la Iglesia y según sus
intenciones.
d) Son signos sensibles, porque el hombre necesita algo material para
convencerse, darse cuenta, sentir la presencia de Dios. San Pablo nos lo
recuerda " Si bien no se puede ver a Dios, podemos, sin embargo desde que él
hizo el mundo, contemplarlo a través de sus obras y entender por ellas que él
es eterno, poderoso y que es Dios" (Rm 1,20) Jesucristo al instituir los
sacramentos, tuvo presente esta necesidad que tiene el hombre de llegar a lo
invisible a través de lo sensible.
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Naturaleza de los Sacramentos Son signos eficaces de la gracia, instituidos
por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida
divina.
Naturaleza de los Sacramentos
Como el amor es algo que no es fácil de demostrar, ya que es invisible e
interior, como invisible es Dios, se necesita descubrirlo por medio de signos,
que son realidades que el hombre puede entender y ver. Por ejemplo, no basta
con sentir o pensar que se ama a alguien, hay que demostrarlo con palabras y
gestos para que el otro se sienta amado.
En el sentido etimológico, la palabra latina “sacramentum” es un sustantivo que
se deriva del adjetivo “sacer” – “sacra” – “sacrum” que significa algo que
santifica (“res sacrans”) y equivale en griego a la voz “misterio” (cosa oculta,
sacra, o secreta). En ellos se realiza la acción oculta de Dios que se revela en
cada acto donde existe un compromiso del hombre frente a Dios. En un
principio, el Plan de Dios para los hombres era algo oculto, es en Cristo donde
se logra su total manifestación. La obra de Cristo es sacramental porque el
misterio de salvación se hace presente bajo la acción del Espíritu Santo.
Por ello, Jesucristo instituye los sacramentos que “son signos eficaces de la
gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es
dispensada la vida divina” (Cat. n.1131). Ellos son un puente entre Dios y el
hombre, donde se obtiene plena comunicación. Son signos sensibles de una
realidad sagrada, espiritual, invisible – no se puede palpar la gracia – y
trascendente. Mediante ellos, los fieles se unen a Dios y participan – de
manera misteriosa y real – de la vida divina. Poseen una “eficacia” sobrenatural
que hace posible que la gracia se produzca, no son algo que significa la gracia,
sino que la producen.
Al haber sido confiados los sacramentos a la Iglesia, ellos son de la Iglesia Cat.
n.1118. La Iglesia es considerada como sacramento de la acción de Cristo –
que actúa en ella por medio del Espíritu Santo- y por ser signo e instrumento de
la unión con Dios y de la unidad de todo el género humano. (Cfr. Vaticano II,
Const. Lumen gentium, n.1). Por lo tanto, los sacramentos existen “por ella” y
“para ella” porque son los que constituyen la Iglesia.
Todo lo que Cristo hacía y decía en su vida oculta y en su vida pública –
aunque a veces resultara incomprensible - tenía un sentido de salvación. Era la
preparación que se necesitaba para cuando llegara el momento de entregar a
la Iglesia todos estos misterios.
Lo que Cristo da en los sacramentos, por medio de la Iglesia y sus ministros,
tiene su fundamento en los misterios de la vida de Cristo. Los sacramentos son
las obras maestras de Dios.
La Iglesia – sacramento universal de salvación – es el signo visible de la
presencia de Cristo presente entre los hombres. Cristo le da a su Iglesia los
sacramentos – “maravillas de Dios” – y estos hacen que Ella cumpla con la
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misión de santificar, distribuyéndolos a los fieles, como camino hacia la
santificación.
Autor: Cristina Cendoya de Danel
El signo de los Sacramentos
Dios quizo comunicar su gracia de manera sensible para que al hombre le
fuera más fácil entender.
Signo: Materia y Forma
Dios – que conoce la naturaleza humana – quizo comunicar su gracia de
manera sensible para que al hombre le fuera más fácil entender. También
Jesucristo quiso utilizar signos sensibles que demostraran la acción invisible
del Espíritu Santo, utilizando elementos materiales y comunes a la vida diaria
de los hombres.
Estos elementos materiales no fueron escogidos arbitrariamente, sino que
llevan el significado de lo que desean obtener sobrenaturalmente y que unidos
a unas palabras se lograra un efecto santificador. Ejemplo: el agua nos hace
pensar en limpieza. En el Bautismo se utiliza el agua como señal de toda
mancha de pecado que pudiera existir en el alma y que impide la santificación.
Estos signos son algo que implican un significado que demuestra otra cosa – la
gracia -, al ser sensibles, se perciben por los sentidos. Existe una diferencia
entre “signo” y “símbolo”. “Signo” es algo qué “está ocurriendo” en ese
momento, existe una relación natural. La sonrisa de una persona, es signo de
una alegría interior. El "símbolo” es algo que representa otra cosa. Aquí la
relación es convencional. La bandera es un símbolo de un país, pero no es el
país.
A estos elementos materiales los denominamos “materia” y las palabras que la
acompañan son la “forma”. La materia y la forma son elementos constitutivos
de los sacramentos y son la esencia misma de cada uno de ellos. Ambas son
inseparables, significan una sola acción. Si falta la forma, no hay sacramento,
si falta la materia, tampoco. La Iglesia, en su calidad de custodia de estos
medios de salvación, no puede variar la esencia misma, solamente puede
cambiar el rito . (Cfr. Ef. 5, 26; Hechos 6, 6; Sant. 5, 14).
La Materia es la “cosa sensible” ”lo que se realiza” que se emplea cuando se
administran y que se percibe a través de los sentidos. Por ejemplo el agua en
el Bautismo, el pan y el vino en la Eucaristía. Esa cosa sensible y unida a la
forma es “signo” de otra cosa, la “gracia”.
La Forma son las palabras que se pronuncian, guardan una relación con la
materia y ambas le dan sentido completo a la acción, que allí se está llevando a
cabo. Ejemplo de palabras: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y
del Espíritu Santo”, dichas mientras se derrama el agua sobre el bautizado.
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