(SASBE) nº 92, Los fondos de garantía de depósitos en España

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Los fondos de garantía de
depósitos en España
Análisis Bancario
Nota Técnica nº 92
Análisis y Consultoría Bancaria
Servicio de Asesoramiento sobre el
Sistema Bancario Español (SASBE)
6 de octubre de 2008
Nº Pág: 13
© Afi
S.A.S.B.E.
1.- Introducción
Esta nota pretende reflexionar sobre el papel que pueden jugar los fondos de garantía
de depósitos (FGD) españoles, a la luz de su propia experiencia histórica, ante la
posible crisis de una entidad de depósito española en el contexto de la situación actual
por la que pasan los sistemas financieros más desarrollados, y concretamente los
europeos, donde en algunos casos se han adoptado iniciativas en relación con
instituciones con una función similar a nuestros FGD.
En nuestro país existe un FGD distinto para cada uno de los grandes grupos de
entidades de depósito, aunque su funcionamiento sea muy similar y se encuentre
actualmente coordinado en lo que se refiere a su gestión1:
•
•
•
El Fondo de Garantía de Depósitos en Establecimientos Bancarios
(FGDEB)
El Fondo de Garantía de Depósitos en Cajas de Ahorros (FGDCA)
El Fondo de Garantía de Depósitos en Cooperativas de Crédito (FGDCC)
La adhesión a los respectivos FGD es de obligado cumplimiento para todas las
entidades de depósito inscritas en los correspondientes Registros Especiales del Banco
de España. Dicho de otra forma, actualmente no puede operar en España una
entidad de depósito que no pertenezca a un FGD o sistema equivalente2.
En la actualidad, los FGD españoles recogen al mismo tiempo dos sistemas de garantía
que se encuentran armonizados en el ámbito de la Unión Europea (UE), cada uno de
los cuales funciona con su propio límite de cobertura, independientemente de que sea el
mismo en cada caso, 20.000€:
1) Depósitos: Directiva 94/19/CE, de 30 de mayo de 1994, relativa a los sistemas
de garantía de depósitos.
2) Inversiones en valores: Directiva 97/9/CE, de 3 de marzo de 1997, relativa a
los sistemas de indemnización de los inversores3.
En esta nota centraremos la atención en el primero de estos sistemas, que es el que
requiere mayor financiación por parte de las entidades de depósito españolas. A este
respecto, conviene destacar desde un principio que la mencionada armonización
europea se refiere a las coberturas de la garantía, no a su financiación, lo cual debe
tenerse muy en cuenta a la hora de efectuar cualquier comparación internacional.
En este sentido, los FGD españoles cuentan con una importante característica
diferencial frente a muchos otros países, cual es su patrimonio acumulado, que a 31-1207 asciende a un total de 6.502,7 millones de €, cifra que es meramente ilustrativa, ya
que cada FGD atiende exclusivamente a sus entidades asociadas. Por otro lado, no se
puede olvidar que este patrimonio no ha mostrado siempre un saldo positivo. No ha sido
así durante 12 años en el caso de la banca y de 9 años para las cooperativas de crédito.
1
La cual se apoya en una agrupación de interés económico común a todos ellos: Sociedad Gestora de los
Fondos de Garantía de Depósitos en Entidades de Crédito, AIE, constituida a mediados del año 2000, que
no debe confundirse con las comisiones gestoras de cada FGD, a las que da soporte, prestando los
servicios auxiliares que requieran, en particular en la gestión y administración de los respectivos
patrimonios.
2
En esta nota dejamos de lado el régimen de las sucursales de entidades extranjeras en este ámbito.
3
En este supuesto la garantía cubre las mismas situaciones de la entidad de crédito que más adelante se
mencionan para los depósitos. En ningún caso se cubren pérdidas del valor de la inversión o cualquier
riesgo de crédito.
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2
S.A.S.B.E.
Con objeto de apoyar el desarrollo de esta nota, el cuadro 1 recoge la normativa básica
y el régimen de aportaciones de cada uno de estos fondos, mientras que el cuadro 2
hace lo propio con su situación actual y su actuación histórica.
Cuadro 1
FONDOS DE GARANTÍA DE DEPÓSITOS DE LAS ENTIDADES DE CRÉDITO ESPAÑOLAS
NORMATIVA BÁSICA Y FINANCIACIÓN
ESTABLECIMIENTOS
BANCARIOS
CAJAS
DE AHORROS
COOPERATIVAS
DE CREDITO
CREACIÓN
Norma
Feha
RD 3048/1977
11 noviembre
RD 2860/1980
4 diciembre
RD-Ley 18/1982
24 septiembre
PERSONALIDAD
JURÍDICA
Norma
Fecha
RD-Ley 4/1980
28 de marzo
RD-Ley 18/1982
24 septiembre
TRANSPOSICIÓN
DIRECTIVA 94/19/CE
Norma
Fecha
RD-Ley 12/1995
28 de diciembre
REGLAMENTO DE
FUNCIONAMIENTO
Norma
Fecha
RD 2606/1996
20 de diciembre
20.000 euros
RD 2606/1996
20 diciembre
LÍMITE GARANTIZADO
Norma
Fecha
FINANCIACIÓN
(Tanto por mil
sobre depósitos)
Aportaciones
de entidades
Pro-memoria:
histórico
Norma
Fecha
0,4
0,8
2,5
1
1
0
0
0
1,25
1
1
Orden
ECO/318/2002
14 de febrero de 2002
Orden ECO/317/2002
14 de febrero de 2002
Orden ECO/2801/2003
3 de octubre de 2003
máximo
Aportaciones del Banco
de España
Pro-memoria:
histórico
0,6
máximo
Fuente: Elaboración propia e Informes Anuales 2007 FGD
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3
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Cuadro 2
FONDOS DE GARANTÍA DE DEPÓSITOS DE LAS ENTIDADES DE CRÉDITO ESPAÑOLAS
SITUACIÓN A 31-12-2007 Y ACTUACIÓN HISTÓRICA
Importes monetarios en millones €
ESTABLECIMIENTOS
BANCARIOS
CAJAS
DE
AHORROS
COOPERATIVAS
DE
CRÉDITO
78
46
85
566.778,5
572.396,8
71.161,4
144.122,5
25,4
241.452,5
42,2
34,885,1
49,0
2.360,2
3.630,1
512,4
0,80
0,78
0,76
12
0
9
4.201,3
1.307,7
481,3
1,948,9
2.985,5
425,0
270.7
108,2
301,8
256
14
28
- 1.175,6
371,1
168,1
134,3
ND
ND
NA
NA
ND
ND
NA
NA
7
NA
NA
ENTIDADES
INTEGRADAS
COBERTURA
Depósitos y
garantizados
Depósitos y
cubiertos
% Garantizado
valores
valores
FONDO PATRIMONIAL
Importe
% Cobertura de la base
de cálculo4
Pro-memoria:
Número de años con
patrimonio negativo
ACTUACIÓN
HISTÓRICA5
Aportaciones entidades
Aportaciones Banco de
España
Coste de saneamientos
Número de entidades
implicadas
Resultados financieros
(neto)
Ingresos de gestión
Pagos a depositantes
Recuperado
Número de entidades
implicadas
Fuente: Informes Anuales 2007 FGD
4
Si esta cobertura alcanza el 1%, se suspenderán las aportaciones. La base de cálculo comprende los
depósitos más el 5% de los valores e instrumentos financieros.
5
Los importes totales no tienen en cuenta el valor temporal del dinero.
6
No se contabilizan tres bancos filiales de dos de estas entidades.
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4
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2.- Objetivos y cumplimiento real
Conviene recordar que los FGD españoles fueron creados en la época de las crisis
bancarias de 1975-1985, con una doble finalidad que ha pervivido hasta nuestros días:
1) Garantizar la recuperación, al menos hasta el límite de cobertura, de los
depósitos efectuados en las entidades de depósito en el caso de
emergencia de una crisis en alguna de ellas.
2) El saneamiento y reflotamiento de las entidades de depósito en
dificultades.
La propia normativa española de FGD contempla un “trade-off” entre ambos objetivos,
ya que establece expresamente que, al adoptar medidas de saneamiento, el FGD
tendrá en cuenta el coste financiero de las mismas a su cargo, que comparará con los
desembolsos que hubiese tenido que realizar de optar, en el momento de su adopción,
por efectuar en lugar de éstas el pago de los importes garantizados previstos.
Históricamente, en nuestro país la segunda finalidad ha sido mucho más
importante que la primera, especialmente en el caso de los bancos, que es donde se
han registrado las más y mayores crisis de entidades de depósito. El coste histórico
agregado de los saneamientos del FGDEB asciende a 2.985,5 millones de euros a
31/12/2007, afectando a un total de 25 bancos, al que habría que sumar los costes de
funcionamiento del propio fondo, cuyo resultado financiero neto acumulado ha sido
negativo por un importe de 1.175,6 millones de euros. En cambio, los pagos efectuados
a los depositantes de bancos, en concreto 7 entidades, sólo suman históricamente
168,1 millones de euros, de los que se recuperó el 80%.
En la misma dirección de poner de manifiesto la mucha mayor relevancia de la segunda
finalidad mencionada, debemos recordar la que ha sido hasta ahora la mayor crisis
bancaria de nuestra historia, Banesto, declarada a finales de 1993. La intervención del
FGDEB se orientó desde un principio a garantizar de hecho la totalidad de los depósitos
de la entidad y a lograr minimizar, a través de la adjudicación de la misma en una
subasta abierta, a la que acudieron tres de los grandes bancos españoles de la época,
el coste para el sector público de su recuperación. En ningún momento se procedió a
activar el mecanismo de garantía de los depósitos hasta el límite entonces establecido,
1.500.000 pesetas.
Evidentemente, esta circunstancia se debe a la clara voluntad por parte de las
autoridades económicas y bancarias españolas de reducir en lo posible los efectos de
las crisis de las entidades en la economía y en el sistema financiero. Las acusaciones
de que con este tipo de actitud se fomenta el denominado “riesgo moral” por parte de
los responsables de las entidades deben contraponerse al hecho de que, en ningún
momento, se garantiza la identidad o la independencia de las entidades afectadas.
Como el caso de Banesto y muchos otros ponen claramente de manifiesto, las
intervenciones de saneamiento de un FGD sobre una entidad en crisis han sido el
preludio de su adquisición o absorción por otra entidad, a veces de otro sector, como les
ha sucedido a algunas cooperativas de crédito que fueron absorbidas por cajas de
ahorros. En este sentido, las crisis de algunas entidades han originado oportunidades
excepcionales de ganar cuota de mercado en el sistema bancario español, o, incluso,
de posicionarse en el mismo, en el caso de algunos bancos extranjeros.
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5
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Estas consideraciones limitan la validez de las comparaciones internacionales
acerca de la cobertura formal que prestan los sistemas equivalentes a los FGD en
diversos países, pues si, como hemos dicho antes, su financiación no está en absoluto
armonizada, tampoco lo están las operaciones de salvamento de entidades, que, en
principio, siguen siendo competencia nacional.
Es verdad que para el caso de crisis transfronterizas, y sólo para este tipo de
situaciones, se dispone de distintos mecanismos de coordinación como los que se
mencionan a continuación7, pero, aparte de que todavía debe comprobarse su
funcionamiento y eficacia en la práctica en un número suficiente de casos, ninguno de
ellos garantiza una actuación de salvamento de nivel realmente europeo8:
1) Foros de coordinación entre reguladores y supervisores, como el Comité
Bancario Europeo o Comité de Supervisores Bancarios Europeos9, por
mencionar sólo los específicos de este sector en los niveles 2 y 3,
respectivamente, del denominado enfoque Lamfalussy para la regulación y
supervisión financieras en la UE.
2) Memorandos de entendimiento, que no son legalmente vinculantes, no anulan
las responsabilidades institucionales de las autoridades implicadas ni restringen
su capacidad para adoptar decisiones independientes y oportunas en sus
respectivos ámbitos de competencia. El último de ellos se firmó a primeros de
abril de 2008 entre las autoridades financieras supervisoras, los bancos
centrales y los ministros de finanzas de la UE, extendiendo los previamente
firmados en mayo de 2005 y marzo de 2003 en dos direcciones:
a)
Incluir los siguientes elementos comunes, además de los principios que se
citan en el punto 3:
1. Un marco para valorar las implicaciones sistémicas de una crisis
financiera.
2. Orientaciones prácticas para la gestión de crisis.
b)
Abarcar a los supervisores de los mercados de valores, los seguros y los
fondos de pensiones, reconociendo las crecientes interrelaciones entre los
sectores financieros y la necesidad de implicar a un rango más amplio de
autoridades.
3) Principios comunes para la gestión de crisis financieras transfronterizas,
como los establecidos y publicados por el Consejo ECOFIN en octubre de 2007.
Esto no quiere decir que el nivel de cobertura formal de depósitos por los FGD no sea
relevante, especialmente en casos como el de España, donde dicho nivel se sitúa en el
mínimo importe posible según la normativa de la UE, los mencionados 20.000€. Y esto
tanto para lo positivo como para lo negativo:
7
Véase Banco Central Europeo (2008): “Evolución de los mecanismos de estabilidad financiera de la UE”.
Boletín Mensual, abril, págs. 81-94.
8
La reciente crisis del grupo bancario y asegurador Fortis, que opera en 50 países, difícilmente puede
considerarse un contraejemplo a esta afirmación, ya que la solución adoptada pasa por la renacionalización
del grupo, en el doble sentido de la adquisición del 49% de su capital por los tres principales países donde
opera, los que forman el Benelux, pero también de la división de sus negocios entre las entidades
nacionales de cada uno de ellos.
9
EBC y CEBS, respectivamente, por sus siglas en inglés.
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6
S.A.S.B.E.
1) Un mayor nivel de cobertura proporciona mayor confianza al depositante
individual de una misma entidad, especialmente si ésta es la que le ha ofrecido
las mejores condiciones para atraer sus ahorros y éstos se sitúan al nivel de
cobertura actual.
2) La mayor cobertura de los depósitos en otros países de la UE podría incentivar
el desplazamiento del ahorro bancario hacia ellos, especialmente si la diferencia
en los niveles de cobertura es muy significativa10. Esta circunstancia aconseja,
desde luego, que las elevaciones de dicha cobertura se efectúen de forma
coordinada entre los países de la UE.
3) Sin embargo, desde el punto de vista sistémico, una elevación del nivel de
cobertura podría interpretarse como un reconocimiento de la mayor gravedad de
los problemas del sistema financiero, lo que podría tener efectos negativos para
la confianza en el mismo. Por otro lado, un mayor nivel de cobertura aumenta la
influencia del denominado “riesgo moral”. Dicho de otra forma, la elevación del
nivel de cobertura puede formar parte de la solución a la crisis actual, pero no
parece que deba ser la única solución.
4) La elevación del nivel de cobertura supondría un mayor coste para las entidades
de depósito, que tenderían a repercutirlo sobre los clientes, especialmente en
casos como los FGD españoles, cuyas aportaciones dependen directamente de
los depósitos cubiertos por éstos.
3.- Régimen económico
En nuestro país, aunque los FGD son entidades públicas, en su financiación
participaban inicialmente tanto el sector público, a través del Banco de España, como el
privado, mediante las aportaciones de las entidades del sector correspondiente al
ámbito de actuación de cada FGD. No obstante, desde el Real Decreto-Ley 12/1995, la
financiación de cada FGD es la procedente de sus propias entidades, aunque se prevé,
excepcionalmente, al efecto de salvaguardar la estabilidad del conjunto de las mismas,
la posibilidad de que un FGD pueda nutrirse con aportaciones del Banco de España,
cuya cuantía será fijada por Ley.
Las aportaciones de las entidades de depósito a su FGD están fijadas en el 2 por mil de
los depósitos garantizados, a los que se añade el 5% del valor de cotización del último
día de negociación del año, en el mercado secundario correspondiente, de los valores
garantizados al final del ejercicio11.
El diferente peso del negocio de valores, las exclusiones que se mencionan más
adelante, junto con el límite de garantía, explican que el peso de los depósitos y valores
cubiertos por los FGD en el total de los depósitos y valores garantizados sea muy
diferente en los bancos (25,4%), respecto a cajas de ahorros (42,2%) y las cooperativas
10
A este respecto, no está claro que la reciente decisión de cubrir todos los depósitos de sus bancos por
parte de Irlanda y posteriormente de Grecia termine siendo aceptada por la UE, aunque tenga un carácter
temporal. El problema no es el nivel total de cobertura, sino la discriminación que introduce entre las
entidades nacionales y las de otros países de la UE que también operen en uno u otro país, algo que choca
frontalmente con el espíritu y la letra de la normativa de la UE. En el caso de Alemana, país que se había
declarado en contra de la decisión irlandesa, resulta difícil pronunciarse en el momento de redactarse esta
nota, ya que no se ha concretado como se materializaría la cobertura total de depósitos de particulares.
11
Si los valores e instrumentos financieros garantizados no se negocian en un mercando secundario,
español o extranjero, se tomará su valor nominal o el de reembolso, el que resulte más propio del tipo de
valor o instrumento financiero de que se trate, salvo que se haya declarado o conste otro valor más
significativo a efectos de su depósito o registro.
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7
S.A.S.B.E.
de crédito (49%), teniendo en cuenta la distinta orientación hacia el negocio minorista en
cada caso12.
En todo caso, el Ministerio de Economía y Hacienda (MEH) puede reducir, a propuesta
del Banco de España, el importe de las aportaciones cuando el patrimonio de un FGD
alcance una cuantía suficiente para el cumplimiento de sus fines, como así ha hecho a
través de las Órdenes Ministeriales que figuran en el cuadro 1. Como consecuencia de
ello, dichas aportaciones no son actualmente las mismas para todo tipo de entidades de
depósito: los bancos aportan un 50% más que las cajas de ahorros y las cooperativas
de crédito un 100% más, porcentajes que, de alguna manera, expresan el diferente
grado de riesgo de crisis que ha exhibido históricamente cada tipo de entidad.
En todo caso, la norma contempla que las aportaciones se suspenderán cuando el
fondo patrimonial no comprometido en operaciones propias del objeto de los FGD
iguale o supere el 1% de los depósitos de las entidades adscritas a ellos.
Actualmente, la cobertura es del orden del 0,8% para los tres FGD.
Cuando el patrimonio de los FGD alcance valores negativos, algo que ya hemos
visto ha ocurrido históricamente en el caso de los bancos y las cooperativas de crédito,
la comisión gestora podrá acordar la realización de derramas entre las entidades
adscritas, que se distribuirán según la base de cálculo de las aportaciones, y cuyo
importe total no podrá exceder de la cuantía necesaria para eliminar aquel déficit.
Las entidades que no realicen debidamente sus aportaciones al FGD al que estén
adheridas o, en general, incumplan las obligaciones que les corresponden frente al
mismo, podrán ser excluidas del FGD una vez que, requeridas al efecto, no hayan
regularizado su situación en el plazo que se les confiera y que no podrá ser inferior a un
mes. La exclusión la acordará el MEH, a propuesta del Banco de España, previo
informe de la comisión gestora del fondo afectado y previa audiencia de la entidad en
cuestión. La exclusión del FGD lleva consigo la pérdida de autorización para operar
como entidad de depósito.
4.- Garantía de depósitos
4.1.- Alcance
El importe garantizado por los FGD españoles tiene actualmente como límite
20.000 euros por depositante en cada entidad de depósito, sea éste persona física
o jurídica y cualesquiera que sean el número y clase de depósitos garantizados en
que figure como titular en la misma entidad.
Esto quiere decir que para que una misma persona tenga cubiertos todos sus
depósitos por el correspondiente FGD basta, sencillamente, con tener depósitos
en tantas entidades como sean necesarias, siempre con el límite máximo de
20.000 euros en cada una de ellas. Evidentemente, estas entidades no tienen porqué
ser del mismo tipo, en cuyo caso los depósitos estarían cubiertos por FGD distintos.
Cuando una cuenta tenga más de un titular, su importe se dividirá entre todos los
cotitulares, de acuerdo con lo previsto en el contrato de depósito y, en su defecto,
a partes iguales. Cada cotitular tiene garantizado hasta el límite que acabamos de
señalar.
12
En el año 2000, el último en que sólo se cubrían depósitos, estos porcentajes eran más parecidos: 53,9%
bancos, 61,2% cajas de ahorros y 65,4% cooperativas de crédito.
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8
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Los FGD no cubren sólo los depósitos efectuados en entidades españolas en nuestro
país, debido al denominado “principio de garantía por parte del país de origen”, que
implica la obligatoria cobertura por parte de los FGD de los depósitos de sucursales de
entidades de depósito españolas en otros países de la UE. No obstante, este principio
aparece modulado por la conocida “cláusula de prohibición de exportación de los
regímenes más favorables”, que impide que el nivel y el alcance de la cobertura
exceda de los máximos que ofrezca el sistema de garantía del Estado miembro de
acogida. Ese principio y esa cláusula aparecen regulados en la Directiva 94/19/CE.
4.2.- Depósitos garantizados
A efectos de su garantía por los FGD, los depósitos se distinguen entre:
1) Depósitos no garantizados por su propia naturaleza y que, por tanto, no
computan para el cálculo de las aportaciones,
2) Depósitos en principio cubiertos y que, en consecuencia, se tienen en
cuenta para dicho cómputo, pero pueden quedar excluidos de la obligación
de pago del importe de la cobertura por la concurrencia de determinadas
circunstancias.
3) Depósitos realmente garantizados.
Se consideran depósitos garantizados los saldos acreedores mantenidos en
cuenta, incluidos los fondos procedentes de situaciones transitorias por
operaciones de tráfico y los certificados de depósito nominativos que la entidad
tenga obligación de restituir en las condiciones legales y contractuales aplicables,
cualquiera que sea la moneda en que estén nominados y siempre que estén
constituidos en España o en otro Estado miembro de la UE.
No se considerarán depósitos garantizados y, por tanto, no serán tenidos en cuenta
para el cómputo de las aportaciones:
a) Depósitos realizados por otras entidades de depósitos por cuenta propia y en su
propio nombre, así como los realizados por los sujetos y las entidades financieras
siguientes:
1)
2)
3)
4)
5)
6)
7)
8)
9)
Sociedades y agencias de valores.
Entidades aseguradoras.
Sociedades de inversión.
Sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva, de fondos de
pensiones, de los fondos de titulización y de capital riesgo, y los depósitos de las
entidades que gestionan.
Sociedades gestoras de cartera.
Sociedades de capital riesgo.
Entidades cuya actividad principal sea la tenencia de acciones o participaciones.
Entidades, cualquiera que sea su denominación o estatuto, que, de acuerdo con
la normativa que les resulte aplicable, ejerzan las actividades típicas de las
anteriores.
Cualquier entidad financiera sometida a supervisión prudencial.
b) Valores representativos de deuda emitidos por la entidad de depósito, incluidos
pagarés y efectos negociables.
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9
S.A.S.B.E.
c) Certificados de depósito al portador, cesiones temporales de activos y financiaciones
con cláusula de subordinación.
d) Depósitos constituidos por empresas pertenecientes al mismo grupo económico que
la entidad de depósito.
e) Depósitos constituidos por las Administraciones Públicas.
f) Depósitos constituidos por
- quienes ostenten cargos de administración o dirección en la entidad que origine
la actuación del FGD y sus apoderados que dispongan de poderes generales
de representación,
- las personas que tengan una participación significativa en el capital de la
entidad, o una participación en empresas de su grupo económico, así como los
cónyuges y familiares en primer grado de unos y otros y el auditor responsable
de los informes de auditoría.
Sin perjuicio de que sean tenidos en cuenta para el cómputo de las aportaciones, la
obligación de pagar los importes garantizados no comprenderá a los constituidos:
a) Con quebrantamiento de las disposiciones vigentes.
b) Por clientes que hayan obtenido, a título personal, condiciones financieras que hayan
contribuido a agravar la situación de la entidad.
c) Aquellas personas que actúen por cuenta de los depositantes excluidos o en
concierto de los mencionados en a) y b).
4.3.- Ejecución
La garantía por el FGD implica que éste devolverá a los titulares el importe de los
depósitos garantizados cuando se produzca alguno de los siguientes hechos:
a) Que la entidad haya sido declarada en estado de quiebra.
b) Que se tenga judicialmente por solicitada la declaración de situación concursal
de la entidad.
c) Que, habiéndose producido impago de depósitos vencidos y exigibles, el
Banco de España determine que la entidad se encuentra en la imposibilidad de
restituirlos en el futuro inmediato por razones directamente relacionadas con
su situación financiera. En este caso, el Banco de España deberá resolver a la
mayor brevedad, y a más tardar, dentro de los 21 días siguientes a haber
comprobado que la entidad no ha logrado restituir los depósitos vencidos y exigibles.
Los FGD deberán estar en condiciones de satisfacer las reclamaciones debidamente
comprobadas dentro de los 3 meses siguientes a la fecha en que se declare alguna de
las situaciones anteriores. Cuando los FGD prevean que no pueden efectuar los pagos
en el plazo establecido, podrán solicitar sucesivamente al Banco de España la
concesión de un máximo de 3 prórrogas de plazos no superiores a 3 meses cada una,
siendo el Banco de España el que las autorice o no, tras analizar los motivos que hayan
producido el retraso.
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10
S.A.S.B.E.
Por el mero hecho del pago, los FGD se subrogarán en todos los derechos del
acreedor correspondientes al importe pagado, siendo suficiente título el documento
en que consta el pago. Es decir, los depósitos siguen existiendo en la entidad en crisis,
pero su titular ha pasado a ser el correspondiente FGD.
5.- Crisis de entidades
Como hemos puesto de manifiesto, está es la función más importante que han ejercido
los FGD históricamente en España.
Cuando la situación de una entidad de crédito, según la información facilitada por
el Banco de España, sea tal que haga previsible que un FGD quede obligado al
pago de los importes garantizados, el FGD podrá adoptar medidas preventivas y
de saneamiento tendentes a facilitar la viabilidad de la entidad para superar la
situación de crisis, en el marco de un Plan de actuación acordado por la entidad y
aprobado por el Banco de España.
Todo Plan de actuación que contenga medidas que requieran aprobación de la Junta o
Asamblea general de la entidad afectada, se considerará condicional y no se ejecutará
hasta que recaigan los acuerdos que lo hagan posible. Entretanto, si lo requiriese la
situación de la entidad, los FGD podrán prestar ayudas provisionales, siempre que se
encuentren debidamente garantizadas, a juicio de la comisión gestora.
El Plan de Actuación de la entidad en crisis, siempre que contenga ayudas de un
FGD, podrá comprender las siguientes actuaciones:
a)
Ayudas financieras, como ayudas a fondo perdido, concesión de garantías,
préstamos en condiciones favorables, financiaciones subordinadas, adquisición por
el fondo de activos dañados o no rentables que figuren en el balance de la entidad y
cualquier otro tipo de apoyo financiero.
b)
Reestructuración del capital de la entidad, que podrá conllevar, entre otras
medidas, la adecuada aplicación de los recursos propios de la entidad para
absorber sus pérdidas, facilitar procesos de fusión o absorción con otras entidades
de reconocida solvencia o el traspaso de su negocio a otra entidad de crédito,
suscripción por el FGDEB de ampliaciones de capital - o de cuotas participativas en
el caso del FGDCA- y la adopción de todos aquellos acuerdos que aseguren la
adecuada aplicación de las ayudas prestadas por el correspondiente FGD.
c)
Medidas de gestión que mejoren la organización y los sistemas de procedimiento
y control interno de la entidad.
Las medidas de saneamiento deberán ir encaminadas a procurar la viabilidad de la
entidad en un plazo razonable, ya sea reforzando el patrimonio y solvencia de la misma,
o facilitando su fusión o absorción por otra de reconocida solvencia o el traspaso de su
negocio a otra entidad de depósito
El FGDEB podrá suscribir las ampliaciones de capital que aprueben las entidades
bancarias en el Plan de Actuación, para restablecer su situación patrimonial en el
supuesto de que las mismas no sean cubiertas por los accionistas de la entidad. Se
entenderá que estas ampliaciones de capital no son cubiertas por los accionistas de la
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S.A.S.B.E.
entidad cuando la Junta General haya acordado la exclusión total o parcial del derecho
de suscripción preferente conforme a lo previsto en la legislación aplicable13.
En el plazo máximo de un año el FGD ofrecerá en venta las acciones suscritas en las
ampliaciones anteriores, de forma que puedan concurrir al ofrecimiento, al menos, las
entidades de crédito integradas en el FGD que por sus condiciones de capacidad
económica, actividad u otras exigibles, en relación con la importancia y dimensión de la
entidad bancaria en saneamiento, aseguren el definitivo restablecimiento de la solvencia
y normal funcionamiento de ésta. En el ofrecimiento se especificarán los compromisos
mínimos que deba aceptar la eventual entidad adjudicataria.
La adjudicación se efectuará por el FGD en favor de la entidad que presente las
condiciones de adquisición más ventajosas, pudiéndose tomar en cuenta, además de
las condiciones económicas, la capacidad y medios económicos y organizativos de cada
entidad oferente.
El FGDCA podrá suscribir las emisiones de cuotas participativas que aprueben
las entidades en un Plan de Actuación en el supuesto de que las mismas no sean
cubiertas durante el período de suscripción.
Con el fin de posibilitar la adjudicación de las acciones, o las cuotas participativas, así
como para hacer posible la superación de la situación concursal por la autoridad judicial,
el FGD podrá asumir pérdidas, prestar garantías, y adquirir activos que figuren en
el balance de la entidad afectada, así como responsabilizarse del resultado
económico de los expedientes o procedimientos de diverso orden en curso o que
puedan incoarse posteriormente a dicha entidad.
El FGD también podrá adquirir activos a aquella entidad en la que, a juicio de la
comisión gestora, dicha adquisición contribuya sustancialmente a evitar otras
medidas de restablecimiento de la situación patrimonial de una entidad integrada
en el fondo, actuación ésta que no excluye el requerimiento a los administradores de la
entidad para la adopción de otras medidas que contribuyan al reforzamiento patrimonial
y a la solvencia, así como al equilibrio de la cuenta de pérdidas y ganancias de la
entidad.
6.- Las Comunidades Autónomas y los fondos de garantía de depósitos
Hasta el momento, no se ha producido nunca en España una crisis de una entidad de
depósito competencia de una Comunidad Autónoma, como una caja de ahorros o una
cooperativa de crédito, que haya dado lugar a pagos a los correspondientes
depositantes como garantía de sus depósitos o valores. Sí que se han efectuado
algunas ayudas para entidades con problemas específicos en alguna etapa de su
historia, tal y como se recoge en el cuadro 2, concretamente para 14 cajas de ahorros y
28 cooperativas de crédito, por un importe acumulado de 270,7 y 301,8 millones de
euros, respectivamente.
Análogamente, hasta el momento, no ha existido una operación de salvamento de una
entidad sujeta a la competencia de una Comunidad Autónoma que haya podido implicar
una posible intervención de ésta.
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En ningún caso serán de aplicación al FGDEB las limitaciones estatutarias del derecho a voto respecto
de las acciones que adquiera o suscriba en el marco de estos Planes de actuación.
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S.A.S.B.E.
En todo caso, sin perjuicio de las competencias que una Comunidad pueda tener de
intervención en una entidad de depósito, al amparo de su correspondiente legislación
autonómica, entendemos que, en condiciones normales, en el caso de una crisis de la
misma, dicha intervención no debería ser por propia iniciativa y, sobre todo, debería
producirse en coordinación con el Banco de España y el FGD correspondiente, por las
siguientes razones:
1) Una crisis de una entidad de depósito que implique una intervención del
FGD asociado conlleva un problema de liquidez y/o solvencia de cierta
gravedad, que es mucho más probable que detecte antes el Banco de
España, que efectúa un seguimiento regular y continuado de ambas variables
para todas las entidades del sistema.
2) En general, la adecuada valoración de la crisis que pueda sufrir una entidad
de depósito y sus consecuencias para el conjunto del sistema bancario, así
como la búsqueda de las posibles soluciones más apropiadas de la crisis,
dependerán mucho de su posición en el conjunto de mecanismos de
creación y transmisión de la liquidez en una economía (por ejemplo, a través
del mercado interbancario) y en los sistemas de pagos y liquidación de
valores, que habitualmente son competencia de los bancos centrales, como
también lo es la estabilidad financiera de una economía.
Esta realidad constituye el fundamento principal para que los bancos centrales
intervengan en la solución de crisis bancarias, aunque no sean los supervisores
de las entidades de depósito.
3) Todo lo que se refiere a la solvencia en sentido amplio (recursos propios,
concentración de riesgos, etc.) en nuestro sistema bancario es
competencia estatal, cuya aplicación corresponde al Banco de España,
como han reiterado diversas sentencias del Tribunal Constitucional, que se
fundamentan para ello, sobre todo, en la unidad del sistema financiero.
4) El argumento anterior es tanto más válido cuanto más diversificada esté la
actividad de una entidad de depósito en la geografía nacional, o incluso en
el extranjero, ya que los depósitos y valores garantizados son todos los que
cumplan los requisitos señalados, no sólo los correspondientes a la Comunidad
Autónoma originaria de la entidad.
5) Los recursos financieros necesarios para atender el salvamento de una
entidad en crisis se encuentran en manos del correspondiente FGD, que es
precisamente la razón que subyace en que sean estas instituciones las que
deban intervenir para intentar solucionar dicha crisis.
Evidentemente, la coordinación que hemos mencionado debería funcionar en un
doble sentido: es decir, tanto el Banco de España como el FGD afectado deberían
colaborar con la Comunidad Autónoma competente de la entidad que se encuentre en
una situación de crisis. Lo que ocurre es que este tipo de supuestos no están
expresamente previstos en la legislación española y, al no haberse registrado ninguno
en la realidad, no se han contrastado tampoco en ningún tipo de experiencia práctica.
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S.A.S.B.E.
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