Armstrong, un pueblo con energía inteligente

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Armstrong, un pueblo con energía inteligente
Con mil medidores inteligentes, esta localidad santafesina puede controlar el desempeño de la red
eléctrica. El Ministerio de Ciencia financió con más de $14 millones a un consorcio público-privado para
consolidar este sistema con energía proveniente de fuentes renovables.
Buenos Aires, 11 de agosto de 2016 – Ubicada a apenas 98 kilómetros de la ciudad de Rosario, la
localidad santafesina de Armstrong dio un paso significativo hacia el consumo sustentable de energía.
Con equipos inalámbricos instalados en mil domicilios de la ciudad, que posee 11 mil habitantes, pueden
monitorear el servicio eléctrico local y obtener información de manera remota para determinar la
calidad de la prestación, la curva de carga de los usuarios, las diferentes condiciones de la red o las
características del consumo de cada residencia.
El proyecto contó con un aporte de $14.419.880 realizado por la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, dependiente del Ministerio de Ciencia, en el marco de la convocatoria “Fondo
de Innovación Tecnológica Sectorial (FITS) Energía – Uso Racional y Eficiente de la Energía (UREE) 2013”,
administrada por el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC). A su vez, fue posible gracias al trabajo
mancomunado de un consorcio público-privado entre el Instituto Nacional de Tecnología Industrial
(INTI), la Facultad Regional Rosario de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y la Cooperativa de
Provisión de Obras y Servicios Públicos y Crédito Ltda. (CELAR), con apoyo de la Secretaría de Energía
provincial y CAMMESA. Desde este consorcio se aportó el 48 % restante de los montos requeridos para
la obra, por un total de $28 millones.
Con el subsidio del FONARSEC ya comenzaron a montarse las instalaciones de generación. “El proyecto
tuvo varios enfoques, primero el alcance poblacional; la reducción de gases de efecto invernadero (GEI);
el impacto técnico y la posibilidad de analizar la potencia de nuestras redes, algo que surgirá a medida
que avance el proyecto”, explicó el jefe de la Oficina Técnica de CELAR, Gustavo Airasca. “En Argentina,
el 60 % de generación eléctrica se hace quemando combustible, el 40 % hidráulico. Nosotros estaríamos
en el segundo grupo porque emitimos cero GEI. Esto significa 200 kiloWatt (kW) menos en la red”,
reflexionó Airasca. Debido a su escala, el proyecto alcanzaría un aporte del 3 % sobre el consumo de la
ciudad, por medio del ensamblaje de una planta de piso fotovoltaica de 200 kW, 60 techos solares en
viviendas y 10 pequeñas turbinas eólicas, que estarán activas a fin de año.
“Pretendemos indagar en los impactos técnicos, sociales, ambientales y económicos”, expresó Pablo
Bertinat, ingeniero y docente de la UTN, a cargo de la iniciativa quien consideró que la importancia de
esta experiencia radica “en el esfuerzo por impulsar un modelo de generación que ya no es centralizada,
sino distribuida y que opera en los niveles de baja y media tensión a partir de energía solar y eólica”.
En ese contexto, Bertinat explicó que existen dos paradigmas en los sistemas de provisión de energía
eléctrica: el concentrado y el distribuido. En el primero –el más utilizado hasta el momento–, grandes
centrales producen la energía para luego transmitirla a los usuarios. En el segundo –donde se inscribe
esta propuesta–, se pretende añadir a la red el poder generado a partir de fuentes dispersas
geográficamente, mucho más cercanas al consumo. La diferencia fundamental, subrayó Bertinat, estriba
en “menores pérdidas de transmisión y distribución, niveles de tensión más estables y otras ventajas que
actualmente están bajo estudio”.
De acuerdo con el docente de la UTN, que el plan financiado por el Ministerio de Ciencia consta de
cuatro ejes: el primero es la construcción del sistema de generación distribuida. El segundo comprende
los estudios y ensayos en función del primero (donde no sólo intervienen aspectos técnicos, sino
también cuestiones normativas, regulatorias y económicas). El tercer eje apunta a la posibilidad de
replicar la experiencia en otras cooperativas análogas, a partir del know-how generado. Por último, el
cuarto eje está enfocado en aspectos sociales referidos a la participación ciudadana y la concientización
cívica en torno al uso racional de la energía y el mejor aprovechamiento de los recursos naturales para
generar electricidad.
En este sentido, el responsable del Laboratorio de Energía Solar Fotovoltaica del INTI, Marcos Politi,
explicó el papel que desempeñó el Instituto en el proyecto: “Nosotros participamos con la certificación
de los inversores y módulos fotovoltaicos según la norma IEC61215, que estipula valores de calidad de
los mismos, es decir, si los módulos son aptos para ser instalados. Los módulos fotovoltaicos generan
corriente continua, esta debe alternarse para poder ser utilizada en un domicilio particular”. El equipo
del INTI además participará junto a la UTN de los estudios energéticos de la generación distribuida y del
análisis de la smart-grid (red inteligente) para conocer cuanta energía es inyectada a la red
monitoreando sus valores característicos de manera on-line, y además junto a UTN y CELAR garantizar
las bases para que este desarrollo sea replicable y sostenible. “Este proyecto tendrá un impacto
absolutamente positivo dado que en Santa Fe se encuentran 59 cooperativas de las más de 400
registradas en el país. Replicarlo será muy fácil porque en la provincia rige una normativa técnica que
facilitará esto”, concluyó Politi.
Reformulación de la matriz energética
La decisión de impulsar proyectos sustentables se enmarcan en la política energética nacional en la
búsqueda de ampliar la matriz energética.
En mayo último, el Gobierno Nacional lanzó el Programa RenovAr para la contratación de 1.000
megavatios de electricidad procedente de fuentes renovables, con el objetivo de reemplazar
combustibles fósiles por energías limpias. La matriz planteada por el Poder Ejecutivo se divide en 600
megavatios eólicos, 300 megavatios solares, 65 megavatios de biomasa, 20 megavatios de pequeños
aprovechamientos hidroeléctricos y 15 megavatios de biogás.
De acuerdo a la cartera de Energía y Minería, esta medida le significará al país un ahorro aproximado de
300 millones de dólares al año en importación de combustibles para generación eléctrica.
Acerca de La Agencia
La Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Ministerio de Ciencia, Tecnología e
Innovación Productiva) es un organismo nacional dedicado a la promoción de actividades relacionadas a
la ciencia, a la tecnología y a la innovación productiva.
La Agencia tiene como misión promover la investigación científica y tecnológica, así como la innovación,
con el fin de mejorar los sistemas productivos y de servicios. Para alcanzar esos objetivos, otorga
financiamiento (créditos y subsidios) e implementa otras acciones de estímulo, dirigidas a proyectos que
satisfagan condiciones específicas de calidad y pertinencia.
La Agencia cuenta con cuatro Fondos: Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT),
Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR), Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) y Fondo Fiduciario de
Promoción de la Industria del Software (FONSOFT). Estos fondos, a su vez, operan a través de distintos
instrumentos o líneas de financiamiento. Cubren una amplia variedad de beneficiarios: desde científicos
dedicados a investigación básica, hasta empresas interesadas en mejorar su competitividad a partir de la
innovación tecnológica.
Para más información: www.agencia.mincyt.gob.ar.
Para más información de prensa comuníquese con:
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