NACIONALES JUNIO 2016 > miércoles 22 3 Aracelio Iglesias, el alma obrera del puerto Siendo muy joven, Aracelio ocupó cargos en las organizaciones obreras y se ganó el respeto de los veteranos por su disposición ante el trabajo y por su temperamento rebelde Pedro Antonio García Era un negro alto y flaco, coinciden en afirmar los viejos portuarios; muymal hablado, pero con los patronos. Con nosotros era alegre y fraternal, agregan. Según algunos testimonios, Carlos Prío y Aracelio Iglesias se conocían desde los años 30, cuando el primero era un estudiante rebelde contra la injusticia; pero en 1946, Prío era ministro del Trabajo del gobierno de Ramón Grau San Martín, ya había perdido sus juveniles arrestos revolucionarios. En medio de una discusión sobre mejoras salariales en la que los portuarios y su líder no transigían, Prío le dijo: “Ven acá, ¿tú te crees que eres el dueño de los muelles o qué?”, a lo que el sindicalista replicó: “¿Y tú te crees que eres el dueño de Cuba o qué c…? . Aracelio Iglesias Díaz había nacido en Consolación del Sur, provincia de Pinar del Río, el 22 de junio de 1901. A los 13 años quedó huérfano y se fue a vivir a Regla con unos parientes. Muy joven entró a laborar como bracero en los muelles del puerto de La Habana. A pesar de su corta edad, se ganó el respeto de los veteranos por su disposición ante el trabajo y por su temperamento rebelde. Muy joven ocupó cargos en las organizaciones obreras. Ya militante comunista, se opuso a la tiranía Caffery-BatistaMendieta (el embajador yanqui, el militarote, el títere). Una delación llevó a los agentes del Servicio de Inteligencia Militar a su pequeño cuarto en La Habana Vieja y allí le encontraron algunos textos marxistas. Luego le “plantaron” armas y explo- Era el alma obrera del puerto, solían decir los viejos portuarios al sivos. El Tribunal de Urgencia lo sancionó a varios años de pri- hablar sobre Aracelio Iglesias. FOTO: ARCHIVO sión en la Isla de Pinos. Con la amnistía de 3 000 presos políticos en la llamada portuarios. Uno de ellos confesó a un periodista: “Lo asombro“apertura democrática“de 1937 recuperó la libertad. Sus com- so era su facilidad de discutir. Razonaba con argumentos sólipañeros lo eligieron para cargos en el sindicato de estibadores dos y con la verdad por delante desenmascaraba a los patronos. y en 1940, para secretario general, responsabilidad que asumió No apelaba a la violencia, sino al análisis riguroso de cada situahasta su muerte. Logró unificar a todos los obreros del sector ción. Verlo actuar era como asistir a una lección cotidiana”. “Aracelio era un hombre con visión de futuro. Cuando muen una sola organización sindical. Gracias a su gestión puso fin a ciertos privilegios y estableció las Listas Rotativas. Hizo cum- rió, ya tenía la idea de incorporar mujeres a toda una serie de labores en el puerto, nos atendían algunos médicos y funcionaba plir las tarifas salariales y el respeto al descanso retribuido. “Era el alma obrera del puerto”, solían decir los viejos una escuela”. cuestión de leyes Yudy Castro Morales Los hijos han sido educados para el matrimonio. Durante siglos. Para el matrimonio entre un hombre y una mujer. Sin embargo, la contemporaneidad, con sus vertiginosos cambios sociales y tecnológicos, propone una visión plural e inclusiva que a su vez reta al Derecho familiar, rezagado hoy en su responsabilidad de justa cobija para todos, independientemente de la tipología familiar que nos da abrigo. Y esa mirada, menos dogmática y más de derechos humanos, ausente en buena parte de las codificaciones civiles y familiares, es la que promueve el doctor Leonardo Pérez Gallardo, profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, quien reconoce, mediante tres historias hipotéticas, pero perfectamente posibles, las carencias de la legislación cubana. I. Ana María y Jorge, felizmente casados, procrearon una hija llamada Adriana. A los 18 meses de nacida, se divorciaron. Jorge, prestigioso profesional, se divorcia no solo de Ana María, sino también de Adriana, a quien visita una o a lo sumo dos veces al año. Ana María formaliza un nuevo matrimonio con Orlando cuando la niña tiene tres años. Al cumplir Adriana 15 años, también Ana Cuentan que por aquellos días de 1948 un estibador se acercó preocupado a Aracelio Iglesias para preguntarle si había visto el reportaje aparecido en una publicación entonces muy cercana políticamente al gobernante Partido Auténtico. Con un gran retrato del líder portuario como ilustración, en el trabajo se le calificaba como “El Zar Rojo del puerto”. En realidad era la reproducción de un texto publicado días antes por The New York Times. Tras su lectura, un silencio se hizo entre los portuarios. Para nadie era un secreto que aquello implicaba una sentencia de muerte. Después de asumir como presidente el 10 de octubre de 1948, Prío enarboló demagógicamente la bandera de la “cordialidad” entre todos los cubanos. “Si es verdad lo que dice, que se propone respetar y cumplir la constitución y las leyes, va a tener que demostrarlo sin evasivas”, dijo Aracelio. El nuevo Ministro del Trabajo declaró que se entrevistaría con los obreros. Incluso afirmó que respetaría “la voluntad democrática de la mayoría de los trabajadores en los Sindicatos”. La réplica de Aracelio no tardó: “Vamos a explicarle al Ministro las arbitrariedades cometidas, al imponernos dirigentes oficiales en las organizaciones marítimas y portuarias, al atropellar las disposiciones legales”, declaró el líder sindical. El 17 de octubre, Aracelio se hallaba en el local del Sindicato de Obreros Portuarios de la Empresa Naviera de Cuba para debatir con otros líderes sindicales del gremio el documento que le entregarían al Ministro. Finalizada la reunión, conversaba con algunos portuarios cuando matones a sueldo entraron silenciosos al local y lo atacaron a balazos. Al ser conducido hacia la Casa de Socorros del Muelle de Luz, con cuatro balazos en el cuerpo, declaró: “Por si acaso muero, escriban ahí que pude ver a los que me tiraron”, y los señaló por sus nombres. Aracelio Iglesias murió en la madrugada del lunes 18 de octubre de 1948. Según relatara luego un viejo portuario, “Lázaro Peña vino a darnos la noticia de su muerte y los patronos abrieron los micrófonos llamando a los obreros al trabajo, para evitar que lo escucháramos, pero nadie hizo caso del llamado”. Las nuevas construcciones familiares, desafío para el Derecho (II y final) María y Orlando se divorcian. Las relaciones entre Orlando y Adriana han sido armónicas, afectivas; y aún después de la ruptura con su madre, ella lo sigue reconociendo como su padre. ¿Podría Adriana reclamar alimentos, en razón de su minoridad, a Orlando? ¿Podría Orlando exigir que se determine en el divorcio un régimen de comunicación con la menor Adriana? En principio, no, según los dictados del vigente Código de Familia, que en nada protege a la familia reconstituida o ensamblada. Solo cabría cierta protección al amparo de la Convención de los Derechos del Niño, que regula en su artículo 3 el interés superior del menor. Siempre que, con una interpretación evolutiva e integradora del Derecho, el tribunal decida, en una sentencia transgresora, proteger las relaciones establecidas entre los miembros de una familia reconstituida o ensamblada. II. María Luisa y Elena mantuvieron una relación pública y estable por más de 30 años, aceptada por amigos y por la familia de ambas. María Luisa era médico en ejercicio; Elena, en cambio, se dedicó siempre al hogar. Allí cuidaron a los dos sobrinos de María Luisa, quien enferma de una demencia senil y, posteriormente, fallece. Durante su padecimiento, que duró tres años, solo se ocupó de ella, Elena. Los sobrinos jamás la apoyaron. Sin embargo, tras la muerte de María Luisa, Elena nada puede reclamar en el orden sucesorio, porque ni el matrimonio ni el reconocimiento de la unión matrimonial no formalizada entre personas del mismo sexo están permitidos. En defecto de descendientes, ascendientes o cónyuge, le heredan los sobrinos. Elena tan solo tiene derecho a mantenerse en la ocupación del inmueble según el artículo 77.4 de la Ley General de la Vivienda, pero este se lo adjudican, por herencia intestada, los sobrinos de María Luisa. ¿Y al menos podrá reclamar pensión de la seguridad social por fallecimiento? Tampoco. Porque no hay una relación marital legalmente constituida. III. Julio y Josefina mantuvieron durante años una unión singular y notoria. De ella procrearon tres hijos. Pero Julio y Josefina nunca quisieron casarse. Como parte del derecho al libre desarrollo de la personalidad, y con ello a la determinación del modelo de familia a constituir, su arquetipo familiar era la unión de hecho. Al morir Julio, Josefina pretende legalizar los bienes que durante su vida en común adquirieron a título oneroso. Sin embargo, Josefina debe entender que en Cuba la unión de hecho, como tal, no surte efectos, sino que ella es la plataforma fáctica para el reconocimiento ulterior de esa unión matrimonial no formalizada. Dicho reconocimiento ha de ser ante el tribunal competente, tras la valoración de las pruebas aportadas. Empero, tras el éxito de la demanda, no será reconocida la unión, como mera unión de hecho, sino como matrimonio. De modo que ese pacto que ambos concertaron de no casarse, irá al traste, si es que quiere acudir a la herencia. Sin matrimonio, aunque sea reconocido post mortem, no hay llamamiento a la herencia. ¿Puede Josefina acudir a la herencia como mera conviviente post mortem, de una unión de hecho? No, en lo absoluto. En las rígidas normas de Derecho familiar cubano, sin probar el vínculo conyugal, no hay posibilidad de acudir a la sucesión entre los miembros de una pareja, salvo que hayan decidido otorgar testamento. Solo la persona en ese acto puede elegir a su antojo a un heredero. Entonces, ante esta realidad, que podría ser la de cualquiera, en cualquier momento, cabe preguntarse si acaso los derechos de los miembros de las familias aludidas lo son menos, por la simple razón de no pertenecer a un modelo de familia nuclear. Evidentemente las nuevas construcciones familiares lanzan sobre el Código de Familia cubano un vendaval de desafíos. Y lo hecho hasta ahora, en ese sentido, resulta tímido.