CARCEL LA TUMBA. CARACAS, VENEZUELA. Antecedentes sobre el centro de reclusión conocido como LA TUMBA. Las primeras noticias que se conocieron sobre este centro de detención, sucedieron luego de la salida del país del Teniente Coronel (R) José Antonio Arocha, a quien en Mayo del 2014 le allanaron las oficinas y luego se lo llevaron detenido a la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (en lo adelante SEBIN) ubicado en la Plaza Venezuela, en Caracas, Venezuela. Según declaraciones que diera luego de evadir la medida cautelar de casa por cárcel que le otorgaran por haber cedido a una confesión bajo torturas, el Teniente Coronel Arocha describió las torturas a las que fue sometido en LA TUMBA, a una periodista, con el siguiente testimonio: “Durante muchos días lo mantuvieron esposado, desnudo, lo golpeaban a diario y lo orinaban una y otra vez (y) sin que luego le permitían bañarse. A veces lo dejaban prácticamente desmayado, aislado, bajaban la temperatura a menos de 8 grados centígrados. No tenía contacto con nadie, ni acceso a sus familiares ni abogados. Permanecía encerrado en una celda 2 x 3, con la luz blanca encendida las 24 horas del día, sentado o acostado en una cama de cemento. Solo podía calcular la hora con el paso de los trenes del metro. La comida caliente se la daban en las manos a través de una rendija que tenia la celda. La sensación de ahogo por el aire frío en sus pulmones, era permanente. En muchas oportunidades los custodios entraron a la celda para mostrarles fotos de su familia y le decían que en cualquier momento iban a matar a su hija." En medio de esas torturas le preguntaban por las presuntas implicaciones de María Corina Machado, Antonio Ledezma (y otros opositores) en un supuesto golpe de Estado. Luego de ser sometido por más de cuatro meses a torturas y malos tratos, el Teniente Coronel Arocha accedió a firmar una declaración para implicar a actores de la oposición política venezolana como Julio Borges, Antonio Ledezma y María Corina Machado en supuestos planes desestabilizadores. Al poco tiempo le fue otorgada una medida cautelar de casa por cárcel de la cual logró evadirse. Actualmente el Teniente Coronel José Antonio Arocha, se encuentra asilado en los Estados Unidos, recibiendo atención psicológica permanente. LA TUMBA, cárcel venezolana en la que se ha aplicado la tortura blanca y el aislamiento celular. Luego de haber conocido el caso del Teniente Coronel Arocha, fueron trasladados a La TUMBA los jóvenes Gerardo Carrero, Lorent Saleh y Gabriel Valles. Estas personas han sido sometidas a lo que se conoce mundialmente como torturas blancas y al aislamiento celular. La tortura blanca es conocida porque no deja huellas expresas en la persona, aunque también tiene un aspecto físico, si bien reviste unas características que pueden definir como “pasivas” frente a las tradicionales formas “activas” de la tortura convencional. Por ejemplo, la privación del sueño, la obligación a mantenerse posturas incómodas y muchas veces anti-naturales o las asfixias con bolsas de plástico, técnicas que en su aplicación se enfocan a lo corporal pero que, por una parte, no dejan marcas y, por otro lado, pretenden causar un mayor daño psíquico que físico. La evolución y aplicación de estas técnicas de tortura blanca están más desarrolladas en los estados occidentales que intentan mantener su apariencia de “democracias formales” y “estados de derecho”, puesto que son unas torturas mucho más difíciles de demostrar en los juzgados, donde no hay pruebas físicas que aportar. Esto es así porque muchas veces estas técnicas se concentran en la agresión sensorial (exposición a sonidos y luces intensos) o incluso en la privación sensorial (pasar horas en oscuridad y silencio totales). Algunas técnicas son tan puramente psicológicas que se presentan de una forma sólo verbal, o se trata de simulaciones (simulación de ejecución, simulación de agresión sexual, etc.) que juegan con el miedo de la persona detenida que puede, en su subconsciente, llegar a vivir y sufrir como reales situaciones fingidas por sus torturadores. En muchas ocasiones estas técnicas se combinan para intensificar su efecto, así, tras un largo período de privación de sueño, agresiones verbales, alteraciones sensoriales (a veces con aplicación de sustancias psicoactivas) llega una simulación (como puede ser la de convencer a la persona detenida que en la habitación de al lado se está dando una paliza a un familiar, paliza de la que oiría los golpes y gritos) que puede terminar por romper la resistencia psíquica y emocional de la persona para que firme una autoinculpación reconociendo haber hecho cosas que nunca han ocurrido. Una grabación sin audio de una sesión de este tipo lo único que mostraría es una persona nerviosa que no puede dormir y a la que en ningún momento se le ha puesto la mano encima. El aislamiento celular consiste en aislar al prisionero durante un tiempo indeterminado, con estimulación mínima, sin posibilidad de interacción social. Se le causa gran sufrimiento por la soledad, la privación sensorial en donde impera el silencio absoluto. Sin luz natural, sin ventanas, con la luz artificial encendida las 24 horas del día para causarle trastornos del sueño y desorientación, sometidos al frío, al calor, a la desnudez, a la ausencia de agua y ruido. El prisionero puede caer en un profundo estado depresivo, al punto de atentar contra su vida o perder la razón. CASO LORENT SALEH Y GABRIEL VALLES. El estudiante Lorent Saleh, venezolano, de 27 anos de edad, fue aprehendido el 04 de Septiembre del 2014 en Bogotá, Colombia, sin orden de arresto y sin haberle concedido el derecho a ser asistido por un abogado, deportado y entregado por la policía colombiana ese mismo día a la policía política venezolana en el puente fronterizo Simón Bolívar entre Colombia y Venezuela. Posteriormente fue detenido Gabriel Valles, estudiante venezolano, de 29 años de edad y deportado de la misma forma que Saleh. Ambos fueron trasladados a Caracas, y encerrados “LA TUMBA”, donde han permanecido en el momento de entregar este informe, por más de 18 meses, sin que se haya efectuado la audiencia preliminar de formalización de la acusación, que debió efectuarse a las 45 días del arresto, tal y como manda el Código Orgánico Procesal Penal. Lorent Saleh y Gabriel Valles habrían sido expulsados de Colombia por supuestamente realizar actividades proselitistas prohibidas para extranjeros. El 11 de septiembre del 2014 los jóvenes fueron presentados ante el juzgado Séptimo de Primera Instancia del Circuito Judicial Penal del estado Táchira, por presuntamente incurrir en expedición indebida de certificación falsa, facilitación de ingreso ilegal de extranjero y fabricación de documentos. El 17 de ese mismo mes, Lorent Saleh fue imputado por el delito de conspiración para la rebelión. Los primeros 5 meses de reclusión en la Cárcel conocida como La Tumba, Lorent Saleh, Gabriel Valles y Gerardo Carrero – quien había llegado anteriormente luego de ser trasladado desde la sede del Sebin ubicada en el Helicoide, en Caracas- permanecieron sometidos a lo que se conoce internacionalmente como torturas blancas o aislamiento celular. Gerardo Carrero es otro líder estudiantil detenido el 8 de Mayo del 2014 en una protesta pacífica que se llevaba a cabo en la sede del PNUD por más de un centenar de estudiantes que acampaban en carpas y que fue trasladado a la Tumba luego de que sus padres denunciaran que fue torturado en el Helicoide. Los tres jóvenes permanecieron encerrados durante 5 meses las 24 horas del día en las celdas, con micrófonos y cámaras de video. Solo les permitían salir cuando pedían ir al baño para luego ser encerrados nuevamente. Para esto debían llamar a través de un timbre ubicado en la celda. Por las noches, no podían salir, por lo que debían tener un envase preparado para cualquier necesidad. El pequeño espacio no les permitía estirarse ni hacer ejercicio por lo que los jóvenes presentaban trastornos musculares. La luz blanca permanecía encendida las 24 horas del día y no tenían noción del tiempo porque no les permitían llevar relojes y tampoco los había en el lugar. Para causar mas desorientación, los funcionarios les llevaban la cena cuando era de mañana y el almuerzo cuando era de noche. El frío al que fueron sometidos les causó deshidratación y heridas en la piel ya que los custodios mantenían el aire acondicionado prendido a 8 grados C y lo ponían más frío como mecanismo de tortura y presión contra los jóvenes. Debido a que las celdas estaban colocadas una al lado de la otra, entre ellos no había contacto visual, por lo que solo tenían contacto con el funcionario que le suministraba la comida, por una rendija de la celda, y este tenía prohibido hablar con los detenidos. En este período de tiempo, nunca los sacaron a la superficie, solo cuando eran trasladados a los tribunales. Nunca recibieron luz solar ni aire natural. Estuvieron un mes incomunicados totalmente. Posterior a este lapso de tiempo, recibieron la visita de dos de los abogados de la defensa, y después de 45 días de reclusión, la de sus padres. Lorent Saleh, Gabriel Valles y Gerardo Carrero presentaron crisis nerviosas, problemas estomacales, diarrea, vómitos, espasmos, dolores en articulaciones, dolor de cabeza, dermatitis y ataques de pánico, teniendo acceso a ciertos medicamentos solamente a partir del tercer mes de su privación de libertad. EL 20 de diciembre de 2014, se habrían efectuado análisis de sangre, sin que los detenidos hubieran podido ver los resultados. En cuanto al Gabriel Valles, supuestamente habrían tenido acceso a sus resultados, debido a que sus padres, quienes serian médicos, habrían denunciado que los mismos no coincidirían con el historial clínico de su hijo. La Fiscal asignada al caso, Katherine Harrington, fue a visitarlos varias veces, para tratar de sacarles una confesión bajo estas condiciones de reclusión, tal y como ya había sucedido con el Tcnel José Antonio Arocha. Las peticiones de la fiscal eran implicar a líderes políticos de la oposición venezolana muy conocidos, como Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado, en presuntos hechos conspirativos, a cambio de hacer el encarcelamiento de Saleh y Valles menos duro, ofreciéndoles la posibilidad de obtener si colaboraban, medidas cautelares como “casa por cárcel”. Los jóvenes se negaron siempre en todas las oportunidades. Debido a las precarias condiciones de salud, los tres jóvenes decidieron ponerse en huelga de hambre, protesta que duro 18 días, entre diciembre de 2014 y enero de 2015. Para levantar la protesta los jóvenes recibieron la promesa del gobierno venezolano de mejorarles las condiciones de reclusión y paralelamente La Comisión Interamericana de Derechos Humanos respondió a la solicitud realizada por la abogado Tamara Suju, dictando unas medidas cautelares de protección, que exigieron al gobierno venezolano lo siguiente: a) Adoptar las medidas necesarias para preservar la vida y la integridad personal de Lorent Saleh y Gerardo Carrero. En particular, proporcionar la atención médica adecuada, de acuerdo a las condiciones de sus patologías; b) Asegurar que las condiciones de detención se adecuen a estándares internacionales, tomando en consideración su estado de salud actual; y c) Concertar las medidas a adoptarse con los beneficiarios y sus representantes. Ver resolución completa aquí: http://www.oas.org/es/cidh/decisiones/pdf/2015/MC223-13-ES.pdf Luego de la huelga de hambre, Gerardo Carrero fue trasladado de nuevo a la sede del SEBIN ubicada en el Helicoide. Lorent Saleh y Gabriel Valles permanecen en La Tumba al día de presentarse este informe. Las últimas denuncias de la familia dicen que siguen presentando cuadros depresivos y de ansiedad que se reflejan en el deterioro de su aseo personal, en que la mayoría de las veces no desean que los saquen al sol, porque esto sucede a tempranas horas de la mañana y a veces ni siquiera hay la ansiada luz solar. Se les ha permitido recibir otras visitas, a parte de las de sus padres y abogados, y se les ha permitido realizar estudios a distancia, con la ayuda que le prestan los familiares para facilitarles el material y la lectura de libros previamente aprobados por los custodios. El retardo procesal en este caso es escandaloso, ya que llevan 19 audiencias preliminares diferidas, por lo que ya tienen 1 año y 6 meses presos sin juicio. Debido al grave estado depresivo que presentan, Lorent Saleh ha intentado auto agredirse físicamente en tres oportunidades. Dos produciéndose cortadas en la piel y otra tratando de ahorcarse. Ambos jóvenes presentan hipersensibilidad, nerviosismo o apatía, ataques de pánico, trastornos del sueño y en algunas ocasiones síntomas alucinatorios. A veces le manifiestan a sus padres no tener ningún tipo de esperanza en la justicia venezolana, por lo que su estado depresivo aumenta peligrosamente.