Oportunidades y riesgos

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LA COPA DEL AMÉRICA
Oportunidades y riesgos
RAFAEL RUBIO
EL PAIS | C. Valenciana - --
El informe Winners and Loosers realizado por Charles
Johnston y Kay Switzer de la Auckland University of
Technology en Julio de 2002 se propuso investigar si en los
sectores del ocio y el turismo de Auckland podía hablarse de
"ganadores y perdedores" desde el punto de vista de los
beneficios económicos derivados de la Copa del América en su
edición de 2000.
A tal efecto el informe divide la ciudad en dos zonas
diferenciadas, suburbs y downtown en función de la
proximidad de cada zona al lugar donde se concentraron la
mayor parte de las actividades relacionadas con las regatas.
Downtown comprende varios de los distritos más próximos a la
zona portuaria y suburbs los más alejados. Sobre un total de
156 cuestionarios realizados en negocios de Auckland el estudio
extrae algunas conclusiones que aunque tal vez no sean
totalmente extrapolables al caso de Valencia debamos
considerar al menos de una manera preventiva.
La primera conclusión que extrae el informe es que la mayoría
de los negocios tanto de una zona como de la otra consideraban
que la America's Cup había beneficiado a toda la región de
Auckland, lo cual es plenamente coincidente con la tesis del
informe llevado a cabo por McDermott-Fairgray y Ernst
&Young, en el que se inspira el cálculo de las expectativas
económicas que la Copa del América abre a nuestra ciudad y
que diariamente vemos citadas en los medios de comunicación.
No obstante hay algunas otras observaciones un poco más
inquietantes en este informe. Así por ejemplo, mientras que en
general los negocios de la parte de la ciudad más próxima al
evento (downtown) habían funcionado razonablemente bien
durante la Copa, el resto de las zonas habían experimentado un
impacto menos positivo. También establece el informe que
tanto en una zona como en otra estaba ampliamente difundida
la sensación de que en los alrededores de la región de Auckland
se había producido un efecto boom and bust, es decir un
aumento significativo de los beneficios antes y durante la
celebración de las regatas seguido de un descenso perceptible
en los ingresos después de los eventos.
Otra de las conclusiones llamativas del informe es que
alrededor de un 50% de los negocios de Auckland no se había
preparado de ninguna manera para el acontecimiento ni antes
ni durante él. En downtown una gran mayoría de los negocios
que se preparó de algún modo obtuvo más beneficios que los
que no lo hicieron.
En relación con la satisfacción de las expectativas económicas
generadas por el evento en los negocios de la ciudad se observa
una gran diferencia entre los que se encontraban ubicados en
una zona y los que se encontraban ubicados en otra. Así,
mientras que un 58% de los situados en downtown vieron
satisfechas sus expectativas incluso por encima de lo que
esperaban, el 27% obtuvo menos beneficios de los esperados.
En suburbs los porcentajes son claramente diferentes ya que
mientras que sólo a un 36% les había ido mejor de lo que
esperaban, un 37% obtuvo peores resultados de los que había
previsto. En esta zona de la ciudad el porcentaje de negocios
que ha visto defraudadas sus expectativas en relación con la
Copa del América es superior al de los que se muestran
satisfechos con los resultados económicos de las regatas.
Mientras que más de un 90% de los negocios de downtown
había percibido un aumento en el número de visitantes de fuera
del país, sólo un 56% de los negocios de los suburbios había
experimentado un aumento de visitas de clientes extranjeros.
De ahí se deduce que pocos turistas extranjeros visitaron la
parte de la ciudad más alejada de las instalaciones portuarias
con las consiguientes implicaciones económicas que de ello
cabría esperar.
En lo que se refiere a lo que el estudio llama el post-Cup period,
un 37% de los negocios consideraba que los beneficios habían
mejorado durante éste mientras que el 43% consideraba que
sus negocios ya no se habían beneficiado más desde la
celebración de la Copa. También señala que el 75% de los
negocios de suburbs consideraba que no había habido la
suficiente planificación para atraer clientes hacia su zona.
La adjudicación a nuestra ciudad de la próxima edición de la
Copa del América es un motivo de satisfacción absolutamente
incuestionable. Ahora bien, es cierto que también existen
riesgos según se deduce del estudio citado frente a los que
convendría prevenirse.
En primer lugar hay que adoptar medidas serias para que la
distribución de los beneficios alcance a la ciudad en su conjunto
y no se quede sólo en los negocios que disfrutan de una
ubicación más privilegiada ni en los incrementos especulativos
que experimentarán los inmuebles situados en la zona de
influencia de la Copa. Mal negocio habremos hecho si sólo los
que poseen solares, edificios o apartamentos pueden obtener
algún provecho.
Es absolutamente imprescindible que otros enclaves de la
ciudad como por ejemplo el centro histórico mejoren
notablemente su oferta de aquí a 2007. Hay que poner en
marcha un buen plan de información y de transportes para los
visitantes de manera que su estancia en Valencia se distribuya
por todas las zonas de la ciudad y no sólo por la zona portuaria.
La generación de un empleo de mejores condiciones es una
garantía de que la prosperidad asociada al evento se repartirá
con la deseable amplitud. Oportunidades para su creación se
abren, estemos atentos a este particular.
Por otro lado está el riesgo de boom and bust que también
menciona el informe y que debería corregirse programando
para la Copa unas nuevas infraestructuras turísticas pensadas
para la continuidad, caracterizadas por un aumento
generalizado en la calidad de los servicios prestados y por un
personal con mayor cualificación. Una arquitectura de calidad,
hecha para perdurar estética y funcionalmente es un
ingrediente indispensable de este tipo de modelo.
La Copa del América nos garantiza un importantísimo flujo de
visitantes hasta casi el final de 2007 pero tendremos que
proyectar una oferta turística de más largo plazo porque de lo
contrario puede producirse un fuerte pinchazo que debemos
evitar a toda costa. No podemos permitirnos que el final de la
Copa del América dé lugar a una pérdida generalizada de
beneficios económicos. Esa oferta pasa entre otras cosas por
una adecuada política cultural, una mejor seguridad ciudadana,
un mayor respeto por el patrimonio histórico... avancemos de
paso también en esto.
La escasa preparación de los negocios locales para la
celebración de la Copa es otra de las observaciones que realiza
el estudio. De hecho se menciona que la mayoría de los
negocios se limitaron a mantener sus puertas abiertas durante
más tiempo. El tejido empresarial de la ciudad de Valencia está
preparado para planificar su oferta de un modo más racional,
que el Ayuntamiento coordine esfuerzos en este sentido me
parece apremiante.
Hay que hacer un esfuerzo por incorporar a la economía local
toda la industria de alta tecnología asociada a las
competiciones, preparar unos excepcionales soportes digitales
a los responsables de la cobertura mediática de los actos,
procurar en definitiva que el evento suponga para la ciudad un
verdadero enriquecimiento tecnológico.
Este acontecimiento puede definir un nuevo modelo de ciudad
en todas y cada una de sus dimensiones. Valencia es de todos y
entre todos debe construirse. Más participación social y
ciudadana en la adopción de decisiones es el único camino para
no descohesionar la ciudad y transformarla en un objeto
extraño.
A la ciudad le quedan muchos años de historia después de 2007 y ésta es una oportunidad que
no se puede desaprovechar.
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