Un oRgUllo QUE ConMUEvE

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dossier sophia
un orgullo que conmueve
Celine Frers.
Fotógrafa.
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Hay escenas tan conmovedoras que es casi imposible describirlas con
palabras. Por eso, Celine Frers elige las imágenes para hablar del mundo que
en este momento busca mostrar. Hoy, a los 30 años, ella quiere hablar de educación; quiere contar el impacto que le produjo descubrir la enorme vocación
de muchos maestros, las ganas de superarse de los chicos, el logro que para
muchas familias significa que sus hijos puedan estudiar…
Celine recorrió el país con su cámara y pocas cosas la movilizaron tanto
como las escuelas rurales: esa perdida en la inmensidad del sur o aquella aislada por el duro desierto de Atacama. Puede parecer una escuela pobre, pero
los chicos ahí no se sienten pobres; tienen sus cosas, están felices y orgullosos
de la escuela a la que van. Corren, se ríen, cantan. Están festejando el 25 de
Mayo o el 9 de Julio. Uno de ellos tiene el honor de izar la bandera, y sus padres
bajaron de la montaña para no perderse ese momento. Todos los alumnos están
vestidos impecables y los maestros cantan el himno con pasión.
“Es otra dimensión de la Argentina y yo quiero darla a conocer. Me interesa
difundir el orgullo con el que los maestros te muestran su escuela, la forma
en que se entregan para que los chicos tengan una buena educación y puedan
salir adelante, la alegría que sienten cuando ven que un alumno va a ir a la secundaria, porque muchos apenas terminan la primaria… Es muy emocionante
Izquierda: Los chicos de
la escuela de La Alumbre,
creada por la comunidad en
1972, esperan que el gobierno
de Salta les reconozca el
estatus de escuela. Arriba: La
orquesta de la escuela para
chicos carenciados de Las
Tunas. Derecha: Escuela de la
comunidad indígena Gayaki,
en la selva paraguaya.
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dossier sophia
En la escuela albergue de
Hualfin, perdida en el medio
de los cerros salteños, cerca
del límite con Catamarca,
algunos chicos se quedan a
dormir de lunes viernes porque viven a hasta ocho horas
de distancia a pie.
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ver la satisfacción de un maestro que te dice que un chico va a poder seguir
estudiando”, cuenta Celine, que decidió acompañar durante un año a una escuela rural ubicada a media hora de Colomé, en Salta, para mostrar a través de
ella la realidad de las escuelas rurales de todo el país. Y esa secuencia, que irá
de septiembre a septiembre, quedará plasmada en un libro que piensa editar a
beneficio de la educación rural argentina.
Celine creció en el campo, entre Luján y Navarro, en la provincia de
Buenos Aires, y pasó sus vacaciones en Bella Vista, Corrientes, donde tenía
muchos amigos que iban a la escuela del pueblo: “Siempre sentí mucha admiración por cómo se lleva adelante la educación en el campo, cómo se valoran
los útiles, los materiales, los libros. Recorrí muchas escuelas y vi gente súper
humilde, pero que no se queja, que vive contenta con lo que tiene, que siente
orgullo por sus raíces, por su cultura. Algunos chicos recorren kilómetros y
algunos maestros hacen muchos sacrificios, lejos de su familia; pero se los ve
felices, porque están llevando adelante su vocación, están enseñando y sueñan
con un buen futuro para su alumnos”.
Celine tiene recuerdos maravillosos de sus viajes, como el de los chicos de
una escuela de Las Tunas, en la provincia de Buenos Aires, en la que un venezolano armó una orquesta para gente carenciada, con violines y violonchelos.
“No sabés el amor con el que los chicos cuidaban su instrumento y recordaban
perfecto el día en que se lo habían dado. Había dos alumnos que habían llegado
a estudiar en el Conservatorio y uno tenía condiciones como para llegar a ganarse la vida con la música. Me emocioné mucho cuando me lo contaron. Ese
tipo de cosas le dan sentido a mi trabajo”. nn
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