Paz: Una paloma Blanca

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Ven Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo Ven.
Ven a mi corazón.
Ven Espiritu Santo
Que te quiero Sentir
Ven Espíritu de Dios. 2x
Ven cambia mi vida, Ven cambia mi
ser
Ven entra a mi vida Señor
Ven no tardes más.
Llévate la tristeza Señor
Y lléname de tu alegría.
Que pueda sentir en mi corazon
La paz y cura de amor.
Paz: Una paloma Blanca
Una paloma blanca está volando
En este lugar y esa paloma blanca
Esta buscando donde posar. 2X
Esa paloma blanca, vuela vuela,
Y vuela otra vez. 2X
Bienvenida sea
Bienvenida sea
Bienvenida sea
Paloma blanca de Yavé. 2X
Ven sana mis heridas ven sana mi ser
Ven mi Jesus ven entra mi vida
Ven a sanarme Señor.
Ven Espíritu....cambia mi vida
Ven Espíritu....Llévate la tristeza
Ven Espíritu....sana hoy mis heridas
Ven Espíritu, Espiritu de Dios.
Limpia mis pecados
Sana mi forma de actuar
Líbrame Senor y sálvame
Quiero ir contigo a morar.
OFICINA:
Horario de oficina: 9:00 – 1:30
Joanne Kleisley, Secretaria
Dolores Mary Brien, Registraduría
Teléfono: 585585-254254-7170
Padre Anthony Mugavero
Diáconos: Nemesio Martínez Vellón
Salvador Otero
Misas: Sábados a las 4:00 PM (Inglés)
Domingo a las 9:30 AM (Inglés)
Domingo a las 11:30 AM (Español)
Tienda de Ropa: Septiembre - Junio
Miércoles 9:30-12:00
Sábados 9:30-12:00
Centro Urbano: 458-6918
Ministerio Latino: Bruni Martínez
Formación de fe:
Hmna. Jennifer Lang
Casa de Jóvenes:
Liz Burke 458-6319
Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
los corintios
(12, 3-7. 12-13)
san Marcos
(7, 1-8.
14-15.
21-23)
Hermanos:
Nadie
puede
llamar a Jesús “Señor”, si
no es bajo la acción del Espíritu Santo.
Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el
mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el
mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que
hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se
manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque
así como el cuerpo es uno y tiene muchos
miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos,
forman un solo cuerpo, así también es Cristo.
Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos,
esclavos o libres, hemos sido bautizados en
un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, y a
todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Primera Lectura: Lectura del libro de los Hechos
de los Apóstoles (2, 1-11)
El día de Pentecostés, todos los discípulos
estaban reunidos en un mismo lugar. De repente
se oyó un gran ruido que venía del cielo, como
cuando sopla un viento fuerte, que resonó por
toda la casa donde se encontraban. Entonces
aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron
todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en
otros idiomas, según el Espíritu los inducía a
expresarse. En esos días había en Jerusalén judíos
devotos, venidos de todas partes del mundo. Al
oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía
hablar en su propio idioma. Atónitos y llenos
de admiración, preguntaban: “¿No son galileos,
todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los
oímos hablar en nuestra lengua nativa?
Entre nosotros hay medos, partos y elamitas; otros
vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el
Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto
o en la zona de Libia que limita con Cirene.
Algunos somos visitantes, venidos de Roma,
judíos y prosélitos; también hay cretenses y
árabes. Y sin embargo, cada quien los oye hablar
de las maravillas de Dios en su propia lengua”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus
fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (20,
19-23)
Gloria a ti, Señor.
Al anochecer del día de la resurrección, estando
cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los
discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús
en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con
ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el
costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se
llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús:
“La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha
enviado, así también los envío yo”. Después de
decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban al
Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados,
les quedarán perdonados; y a los que no se los
perdonen, les quedarán sin perdonar”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Secuencia
Ven, Dios Espíritu Santo, y envíanos desde
el cielo tu luz, para iluminarnos.
Ven ya, padre de los pobres, luz que penetra
en las almas, dador de todos los
dones. Fuente de todo consuelo, amable
huésped del alma, paz en las horas de
duelo. Eres pausa en el trabajo; brisa, en un
clima de fuego; consuelo, en medio del
llanto.
Ven, luz santificadora, y entra hasta el fondo
del alma de todos los que te adoran. Sin tu
inspiración divina los hombres nada
podemos y el pecado nos domina. Lava
nuestras inmundicias, fecunda nuestros
desiertos y cura nuestras heridas. Doblega
nuestra soberbia, calienta nuestra
frialdad, endereza nuestras sendas. Concede
a aquellos que ponen en ti su fe y su
confianza tus siete sagrados dones. Danos
virtudes y méritos, danos una buena muerte
y contigo el gozo eterno.
¡Feliz cumpleaños! Iglesia
Feliz Día de fiesta - Santos Apóstoles!
Ven, Espíritu Santo, Bendito Creador,
Y en nuestros corazones toma tu reposo:
Ven con tu gracia y ayuda celestial
Para llenar los corazones que tú has hecho,
Para llenar los corazones que tú has hecho
Hoy, en el Banquete magnífico de
Pentecostés celebramos el nacimiento de
nuestra Iglesia y en una manera especial,
aquí en Santos Apóstoles, celebramos
nuestro día de Fiesta. Es el día en que los
apóstoles, junto con Nuestra Bendita Madre,
fueron reunidos en oración y les fue dado el
regalo del Espíritu Santo. ¡Un regalo que
sería tan poderoso que los cambiaría –
inmediatamente! Con el Espíritu Santo los
apóstoles, comenzaron a construir la Iglesia
proclamando las buenas Noticias en palabras
y en acción. Hablaban de Jesús, ellos
curaron en Su nombre, y enseñaron a las
gentes acerca del amor de Dios y la promesa
de la vida eterna en el Cielo. El temor ya no
los aguantaba, más el amor los fortalecía.
Comenzaron a vivir la misión que Cristo les
dio con pasión.
A usted y a mi también se nos ha dado la
misma misión – dar a conocer el amor de
Dios a través de la generosidad en nuestras
palabras y en nuestras acciones. Nosotros, al
igual que nuestros antepasados los Santos
Apóstoles, no podemos hacer esto solos. A
nosotros también nos ha sido el Espíritu
Santo para ayudarnos. Como cristianos
católicos nosotros creemos que el Espíritu
Santo nos ha dado siete regalos que nos
ayudan mientras crecemos en nuestra fe y en
nuestras capacidades de esparcir las buenas
Noticias~
• Sabiduría - somos capaces de ver a Dios
obrando en nuestras vidas y la presencia de
Dios en todo y en todos. Todo tiene sentido
y tomamos decisiones sabiendo que Dios
está en todas partes.
• Entendimiento - comprendemos cómo
tenemos que vivir como un seguidor de
Jesús. Somos capaces de discernir a través
de todos los mensajes contradictorios que
recibimos en nuestra sociedad y nos
decidimos a vivir una de manera diferente.
Buscamos la verdad basada en la fe.
• Asesoramiento - (Sentencia justa),
sabemos la diferencia entre lo que está bien
y lo qué está mal y elegimos lo que es
correcto. Nos esforzamos por vivir como
Jesús vivió y en evitar el pecado.
• Fortaleza (Coraje) somos capaces de
superar cualquier miedo y estamos
dispuestos a asumir riesgos por el amor de
Dios y como seguidores de Jesús. Somos
capaces de defender lo que es correcto,
incluso si se trata de ser rechazado u otras
consecuencias dolorosas.
• Conocimiento - crecemos en nuestra
comprensión de lo que Jesús quiso decir en
sus enseñanzas. Tratamos de aprender más
acerca de nuestra fe. El conocimiento es más
que una acumulación de hechos - es una
comprensión más profunda de lo que
aprendemos acerca de Dios.
• Devoción (reverencia) - tenemos un
profundo sentido de respeto por Dios y por
la Iglesia. Sabemos que dependemos de
Dios y venimos ante Dios con humildad,
confianza y amor. Adoramos a Dios y somos
agradecidos.
• Temor del Señor (asombro) - nos
volvemos más conscientes de la gloria y
majestad de Dios. Llegamos a saber que
Dios es realmente lo que deseamos.
Tenemos miedo de cualquier separación de
Dios, no queremos ofenderle. El temor del
Señor es el principio de la sabiduría, porque
sabemos que somos dependientes de nuestro
Dios Todopoderoso que es todo poder y
amor.
Hoy, en esta gran Fiesta de Pentecostés,
tenemos la oportunidad de pedir al Espíritu
Santo que repose en nuestros corazones. Es
una oración muy poderosa porque nosotros,
al igual que los Santos Apóstoles, seremos
cambiados. Nos serán dados grandes regalos
y tendremos la facultad de amar a Dios con
una pasión aún mayor que la que tenemos
ahora. Seremos llamados para ir a proclamar
la Buena Nueva! Vamos a decir SÍ a nuestra
misión como seguidores de Cristo!
¡Estaremos en el fuego de Dios!
Avisos
Misa en la capilla todos los martes a
las 7:00 pm
Círculo de Oración
Todos los miércoles a las 7:00 pm
En el Centro Urbano
Hora Santa
Todos los viernes a las 6:30 pm en la
capilla
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