Ante la petición del Banco de Alimentos

Anuncio
Criterios de Cáritas Diocesana de Bilbao ante la petición del Banco de
Alimentos de locales y voluntariado para la distribución del Programa
“Alimentos para la solidaridad” de la Unión Europea
Contexto de la petición
Durante los últimos 14 años Cruz Roja ha sido la organización que, a petición del Gobierno, ha
repartido decenas de toneladas de comida procedentes de la Unión Europea en el programa
llamado “Alimentos para la solidaridad”. Cruz Roja elaboraba para el reparto de los productos
un listado de las personas a las que entregar individualmente los productos, en varias épocas el
año, con las indicaciones transmitidas por el servicio social de base de los respectivos
municipios.
El Ministerio de Agricultura ha decidido que desde marzo de 2006 sea el Banco de Alimentos
quien gestione la campaña de reparto de alimentos de estos excedentes de la Unión europea.
Conoceréis esta decisión porque en los meses que anteceden esta información ha salido en
distintas ocasiones en los medios a consecuencia de la dificultad del Banco de Alimentos de
acceder a las listas de personas destinatarias de los productos.
El Banco de Alimentos, como sabéis, trabaja en nuestra Diócesis recogiendo, además de los
excedentes europeos, productos ofrecidos en su mayoría por las grandes superficies, que o por
su próxima caducidad o por defectos de embalado están invalidados para su venta. Esta
institución ha venido distribuyendo a Cáritas Diocesana de Bilbao productos para su utilización
en los centros donde se trabaja con distintos colectivos de personas en procesos de inclusión
(Egunon-etxea, Apostólicas…).
Aprovechamos esta ocasión para hacer público el agradecimiento de Cáritas Diocesana de
Bilbao a esta relación institucional, que continuamos, con el Banco de Alimentos porque está
posibilitado la intervención integral con las personas antedichas.
Ahora, con motivo del convenio con el Ministerio de Agricultura, el Banco de Alimentos se ha
dirigido a varias comunidades de la Iglesia en Bizkaia para solicitar locales y voluntariado para
distribuir los productos a personas individuales y familias dentro del programa “Alimentos para
la solidaridad”, al carecer en la mayoría de las poblaciones de infraestructura y personal para
dicho reparto. Esta petición no está en continuidad con la anterior línea de trabajo, por cuanto no
supone intervención alguna con los destinatarios de la ayuda más que la entrega de los
productos. Entra, así, en colisión con los criterios del reparto de alimentos que Cáritas ha ido
elaborando.
El reparto de alimentos en Cáritas Diocesana de Bilbao
El reparto de alimentos ha sido una realidad presente en Cáritas a lo largo de su historia como
respuesta de las acogidas para resolver situaciones de precariedad económica de las personas y
familias con las que trabajamos.
Las razones del reparto de alimentos a lo largo de este tiempo han sido diversas: el aumento de
la oferta de excedentes (tanto de la Unión Europea como de las grandes superficies); el aumento
de las familias y personas (fundamentalmente inmigrantes) con escasos recursos económicos y
sin cobertura por parte de las instituciones para gran parte de sus necesidades básicas; la
conciencia de despilfarro ante la realidad de estos “alimentos sobrantes” mientras que hay gente
que los necesita…
Estamos ante una cuestión compleja, con muchas luces y sombras. En Cáritas hemos apostado
por trabajar con las personas y familias que se acercan a nuestros servicios, elaborando con ellas
un proceso/itinerario desde el que las acompañamos. Consecuentes con esta apuesta, nuestra
acción de acompañamiento se enfoca hacia la promoción de las personas desde el
reconocimiento de su dignidad y los derechos que poseen. En este marco las ayudas
(económicas o en especie) se consideran desde la clave, tal y como señala el Consejo General de
Cáritas Española, de que “no pueden crear dependencia. Así, cuando en determinadas
ocasiones tengamos que proporcionar ayudas para cubrir necesidades básicas, debemos
hacerlo sí, al mismo tiempo, estamos cumpliendo estas dos condiciones:
a) Urgir a las Administraciones Públicas para que intensifiquen las medidas y
mecanismos de protección de los pobres y excluidos.
b) Ofrecer a las personas que ayudamos programas que favorezcan procesos de inserción,
mediante terapias rehabilitadoras y actuaciones educativas y socializadoras”.
Como también señala el Consejo “no podemos volver atrás en nuestra concepción de la caridad
y confundirla con simples ayudas y limosnas, recogida de ropa y alimentos, y distribución de
los mismos a las personas y familias necesitadas. Con frecuencia, estas prácticas no aseguran
el debido respeto a la persona pobre, dificultan los procesos de integración social, desfiguran
el contenido de la caridad y puede desprestigiar la misma acción caritativa de la Iglesia…”
Este es el criterio general con el que hemos venido trabajando desde Cáritas Diocesana de
Bilbao, sabiendo la dificultad con la que nos topamos cuando nos encontramos con realidades,
como la de los inmigrantes u otras, donde al no recibir Renta Básica, las ayudas y alimentos a
estas personas pueden ser respuestas que en ocasiones se den, pero siendo consideradas siempre
como una excepción.
Ante la petición del Banco de Alimentos
Desde estos criterios de intervención, Cáritas Diocesana de Bilbao no participará en la
distribución de los productos del programa encomendado por el Ministerio de Agricultura
al Banco de Alimentos.
Esta postura se corresponde con la línea de trabajo de Cáritas de los últimos años, así como con
el trabajo de sensibilización y denuncia que estamos realizando, junto a otras organizaciones,
ante un modelo económico y unas políticas comerciales en Europa y en el mundo que generan
miseria y muerte en numerosos países del Sur. De hecho, gran parte de los alimentos con los
que se nos pide colaborar en su distribución son fruto de dichas políticas.
Cada comunidad parroquial o grupo que haya recibido esta solicitud dará su respuesta en
función de la reflexión que le exige la realidad que ha de atender. Por este motivo, Cáritas,
consciente de que cualquier decisión afecta al conjunto de la Iglesia, quiere contribuir al
discernimiento aportando los criterios en que basa su postura.
Por último creemos que, de realizarse esta distribución de alimentos, corresponde a la red
pública de servicios sociales proceder a la distribución de estas ayudas en especie, dado que es
la única que cuenta con la información y estructura física y humana necesaria para ello, así
como la posibilidad de seguimiento de las mismas.
En Bilbao, a 28 de marzo de 2006
Consejo Diocesano de Cáritas
Descargar