LA ESTABILIDAD BIOLOGICA N. B. McCULLOUGH, Jefe y Bacteriólogo, Nacionales DEL GENERO PH.D., M.D., G. A. BEAL, BRUCELLA” PE.D. respectivamente,del Laboratorio de Investigaciones Clinicas, Institutos de Higiene del Servicio de Salud Pziblica de Estados Unidos ron a demorar el reconocimiento y aceptación de la similitud de estos organismos: uno que Bruce no llegase a reconocer la forma bacilar del organismo por él descrito, y otro que Evans incluyese en sus estudios comparativos el Bacterium bronchisepticus. Meyer y sus colaboradores (4) confirmaron y ampliaron las observaciones de Evans. En estudios comparativos de 53 cultivos (21 identificados, en laboratorios de reconocida autoridad, como M. melitensis, y 32, como B. abortus de origen bovino y porcino), encontraron que todos los cultivos de Jf. melitensis mostraban características bacilares en alguna fase de su desarrollo, y llegaron a la conclusión de que “el organismo causante de la fiebre ondulante humana y de la fiebre de Malta cabría no puede distinguirse morfológica o bioquímicamente de los organismos que provocan el aborto infeccioso de los animales domésticos”. En estudios serológicos de estos cultivos (5), empleando el método de absorción de aglutinina, todas las cepas de B. abortus correspondieron a un solo grupo. No ocurrió lo mismo con las cepas de M. melitensis. Todas las cepas de ambos organismos fueron clasificadas en uno de los cuatro grupos serológicos. El primer grupo contenía todas las cepas de B. abortus (incluso las cepas de “B. abortus” de origen porcino) y una de 114.mditensis. La mayoría de las cepas de 114.melitensis se colocaron en el segundo grupo. Estas cepas presentaban una relación antigénica más estrecha con la B. abortus que con las demás cepa,+ de M. melitensis. El tercer grupo estaba representado por un solo cultivo: el 30. 7 de Meyer (y después el No. 428 de Evans), derivado de un caso humano de fiebre de * Presentado en el Cuarto Congreso InterameriMalta, cuyo cultivo fue proporcionado por cano sobre Brucelosis, fS8 de octubre de 1957, Sergent, del Instituto Pasteur de Túnez. Lima, Perú, y publicado en ingl6s en el Bulletin El tercer grupo antisuero era marcadamente of the World Health Organization, Val. 19, No. 4, distinto de los grupos antisuero primero y 1958. Desde que se reconoció oficialmente el género Brucella (4), su composición, los criterios de designación de las especies y la estabilidad biológica de éstas han sido objeto de constantes discusiones y controversias. En los últimos años se ha intensificado el interés por estas cuestiones. Se han formulado muchas y muy variadas propuestas: por ejemplo, transferir al género Brucella organismos a menudo carentes de relación íntima con las especies de este género reconocidas previamente; basándose en rasgos secundarios, reconocer nuevas especies dentro del género; adoptar una sola designación para las especies. El concepto de estabilidad de las especies ha sido impugnado incluso en ocasiones y lugares diversos y se han presentado informes dando cuenta de la transformación de una, especie en otra por efecto de su paso por determinados huéspedes animales. El momento es oportuno para un nuevo examen crítico de estas cuestiones. Como orientación y ayuda en la debida evaluación de los puntos que se trata de esclarecer, será de utilidad una breve reseña histórica de la adopción del género y de la designación de sus especies. Aquélla se demoró por largo tiempo. La Brucella melitensis (Micrococcus melitensis) se aisló y describió en 1887 (1), y la Brucella abortus (Bacillus abortus) en 1897 (2). Transcurrieron 20 años antes de que los minuciosos estudios de Evans (3) demostraran la íntima relación entre estos dos organismos, y pasaron varios años más antes de que esta relación se aceptara y se estableciera el género Brucella. Dosfactoresprincipales contribuye- 213 214 BOLETIN DE LA OFICINA segundo, y aglutinaba cepas del cuarto grupo en un 30% por lo menos de la titulación homóloga. El cuarto grupo se componía de cepas paramelitenses, caracterizadas por la no aglutinabilidad en la mayoría de los demás antisueros y por falta de aptitud para estimular la producción de un antisuero potente en conejos o cobayos. Esta agrupación serológica de Meyer, se basaba en una técnica de absorción hasta la extinción. Luego, basándose en estudios morfológicos, de cultivos, bioquímicos y serológicos, se recomendó que la B. abortus se eliminase del género Bacterium y que el grupo abortus-melitensis se colocara en un nuevo género, el “Brucella” (de Bruce). Para incluir el Br. melitensis y el Br. abortus en el mismo género era preciso probar su semejanza, y una vez establecida esta prueba, se procuró definir entre los miembros del grupo diferencias que pudieran servir de base para la designación de las especies. Por razones epidemiologicas ostensibles importaba poder seguir una infección de brucelosis hasta su posible fuente: cabra, vaca o cerdo. Por consiguiente, todos los primeros intentos de diferenciar las especies tendían a establecer distinciones entre las cepas de Brucella aisladas de estos tres huéspedes. T,a diferenciación de las especies adquirio aun mayor importancia cuando se averiguó que cada una, si bien ataca principalmente a un huésped específico, se puede hallar en otros huéspedes. En 1914, un organismo que se supuso era Br. aborius (B. abortus), fue aislado por Traum (6) de un lechón prematuro de una granja de Indiana, donde hahían ocurrido abortos entre los cerdos. El aislamiento inicial fue hecho en tubos de cultivo sin cerrar, lo que indicó que este organismo poseía características de cultivo distintas de las de la mayoría de las cepas de Br. abortus que habían sido aisladas de animales bovinos. Dos años después, Good y Smith (7) comunicaron haber aislado Br. abortus (B. abortus) de una cerda que había abortado; también esta cepa parecía depender de condiciones at,mosféricas especiales en menor grado que la mayoría de las cepas de origen bovino. SANITARIA PANAMERICANA La diferencia en cuanto a los requisitos atmosféricos del organismo porcino, fue observada de nuevo por Doyle y Spray (8) en 1920. La comunicación de Huddleson (9), en 1921, de que las cepas bovinas requerían una mayor tensión de anhídrido carbónico para desarrollarse en el aislamiento inicial, ofrecía una explicación satisfactoria de las diferencias de cultivo, antes anotadas, de las cepas porcinas. En 1924, Buck (10) demostró que la Br. melitensis, en aislamiento primario, se desarrolla con rapidez igual 0 mayor en una atmosfera normal que en otra de mayor tensión de anhídrido carbónico, y consideró que esta característica permitía diferenciar la Br. abortus de la Br. melitensis. En 1927, Huddleson (ll) describió las diferencias de producción de ácido sulfhídrico por cepas de Br. abortus (hovinas, porcinas y de origen humano) y de Br. melitensis. En las condiciones de dicho estudio, las cepas de Br. ,melitensis no produjeron ácido sulfhídrico perceptible, mientras que las de Br. abortus, lo producían cualquiera que fuera su fuente. A hase de nuevas observaciones, afirmó Huddleson que en las diferencias en cuanto a producción de ácido sulfhídrico por las cepas hovinas y porcinas bastaban para separarlas en dos distintos grupos taxonomicos. En busca de una prueba única, simple y segura, que facilitara la diferenciación de los tipos primarios de Brucella, Huddleson (12) elaboró la prueba de diferenciación por colorantes. Esta prueba se aplicó a 310 cepas de Brucella aisladas de seres humanos, ganado bovino, porcino, cabrío y caballar, en América, Europa y Africa. Por su manera de reaccionar al cultivarlas en presencia de los colorantes tionina y fucsina básica, todas estas cepas podían ser clasificadas en uno de estos tres grupos: las de crecimiento inhihido por la tionina, mas no por la fucsina (Br. abortus o cepas hovinas) ; las de crecimiento inhibido por la fucsina, y no por la tionina (Br. suis o cepas porcinas) ; y las que pueden crecer en medios que contengan tionina o fucsina (Br. melitensis). .4 conse- Marzo 19591 LA ESTABILIDAD BIOLOGlCA cuencia de estos estudios, propuso que el género Brucella se dividiera en tres especies principales: Br. abortus (Bang), Br. suis (Traum) y Br. melitensis (Bruce). En 1933 se hizo patente el valor epidemiológico de tipificar las especies de Brucella por los métodos de Huddleson (requerimientos de anhídrido carbónico, producción, de ácido sulfhídrico e inhibición de crecimiento en medios que contengan tionina y fucsina básica). Huddleson (13) aplicó estos métodos de prueba a 1.147 cepas procedentes de infecciones humanas y de ganado vacuno, de cerda, cabrío y caballar, así como de aves de corral, de búfalos y de un perro. Aunque la mayoría de las cepas se aislaron en Estados Unidos (G8,9 %), fueron objeto de este estudio cultivos originariamente aislados en otros 21 países (Francia, Túnez, Argentina, Italia, Malta, Gran Bretaña, Alemania, Dinamarca, Hungría, Rhodesia, Suecia, Chile, Uruguay, Suiza, Holanda, Argelia, Unión Soviética, Bélgica, México, Colonia del Cabo y China). De 494 cultivos aislados de vacas (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Argentina, Suiza, Túnez, Chile, Uruguay, Dinamarca, Bélgica y China) 96,6 % eran del tipo Br. abortus. De 145 cultivos aislados de cerdos (Estados Unidos, Dinamarca, Hungría) 98,6% pertenecían al tipo Br. suis. Todas las 51 cepas aisladas de cabras (Estados Unidos, Francia, Italia, Argentina, Túnez, Malta y Unión Soviética) eran del tipo Br. melitensis. Así quedó ampliamente demostrada, en efecto, la preferencia de Br. abortus por el ganado vacuno, la de la Br. suis por el porcino, y la de la Br. melitasis por el caprino-los animales de que se habían aislado por primera vez. El valor epidemiológico de estas asociaciones era, y es, de gran importancia práctica. Se ha confirmado repetidas veces por numerosos investigadores. Este punto no debe perderse de vista. Los resultados de los estudios inmunológicos de Meyer y sus colaboradores, antes citados, merecen ser examinados con cuidadosa atención. Todas las cepas Br. abortus correspondieron al mismo grupo serológico, DEL GENERO BRUCELLA 215 pero las cepas Br. melitensis no eran, en cambio, de estructura antigénica uniforme. Aun descontando la posible influencia de la disociación bacteriana sobre los resultados, los estudios de Evans (14, 15) y Francis (16) llevaron a conclusiones análogas. En 1929, Huddleson (12) llegó a la conclusión de que no todas las cepas de Br. melitensis podían distinguirse de Br. abortus y Br. suis sobre una base inmunológica. A pesar de ese temprano descubrimiento de las limitaciones de los métodos de tipificación serológica, en ciertos sectores se ha atribuido indebida importancia a estas reacciones para la designación de las especies de Brucella. Con la introducción en 1932 del suero absorbido monoespecífico (17, 18) aumentó todavía más la confusión a causa de la índole cuantitativa de la relación antigénica y de la falta de homogeneidad de las cepas Br. melitensis. Por los estudios anteriores era de prever que del suero monoespecífico preparado con una sola cepa de Br. m~elitensis difícilmente cabía esperar que diferenciara debidamente todas las cepas de esta especie, antigénicamente la más variable. Además, la disociación de los cultivos de Brucella usados para la preparación de antisueros afecta marcadamente la especificidad del producto. En la mayoría de los laboratorios no se ha controlado este factor, y los aut,ores del presente trabajo opinan que tampoco es probable que en el futuro se controle como debiera. La experiencia ha enseñado que los resultados de distintos laboratorios, a menudo, no concuerdan. Por consiguiente, debiera darse poca importancia a la tipificación antigénica, tal como actualmente se efectúa, para la designación de las especies, y desde luego no debe aducirse como argumento en favor de la supuesta creación de especies nuevas dentro del género. No obstante, empleando cult,ivos suaves para la producción de sueros de tipificación, se pudo diferenciar la mayoría de los cultivos de Br. melitensis-según la experiencia de los autores del presente artículo-del grupo abortus-suis. Es preciso insistir en que los criterios de selección de un cultivo suave son de extrema importancia. Está demasiado 216 BOLETIN DE LA OFICINA extendida la opinión de que la estabilidad a la acriflavina o al calor denota debidamente la fase suave. La selección en una sola colonia por los criterios de Huddleson para la fase lisa, con confirmación por infectividad en cobayos empleando un número reducido de organismos, debiera ser imperativa al seleccionar cultivos destinados a la preparación de antisueros para la caracterización serológica de cepas de Brucella. La necesidad de una mayor tensión del anhídrido carbónico por parte de la Br. abortus en el aislamiento inicial, es la característica más decisiva y constante de esta especie. Como quiera que esta característica, una vez perdida, no se recupera nunca, todos los aislamientos de BrucelZa debieran hacerse en una atmósfera que contenga una mayor cantidad de dióxido de carbono, y asimismo se debe determinar, pronta e inequívocamente, la necesidad de este gas. Esta prueba es de capital importancia para poder asignar una cepa dada a la especie Br. abortus. Por desgracia, en muchos laboratorios no se hace estrictamente esta determinación y de esta suerte se pierde para siempre un elemento de prueba de sumo valor. Una determinación más cuidadosa de esta necesidad eliminaría no pocos desacuerdos y controversias entre los laboratorios. La determinación de la producción de ácido sulfhídrico es segura y los resultados constantes si la prueba se hace en forma estandarizada con inclusión de cultivos de referencia que den reacciones conocidas. Para esta prueba, los autores del presente estudio prefieren agar de hígado, que habrá de ser cuidadosamente preparado y probado para obtener resultados seguros. Es de importancia contar con un medio estandarizado, pues si se añaden compuestos de azufre a los medios sintéticos, las tres especies producen, todas ellas, abundantes cantidades de gas durante varios días. La disociación ejerce cierta influencia sobre los resultados de la prueba. Los cultivos de Br. melitensis, que en la prueba estándar no producen este gas, o lo producen en poca cantidad, pueden desprender cantidades importantes cuando se disocian. SANITARIA PANAMERICANA El crecimiento en presencia de los colorantes tionina y fucsina básica ha producido, en diferentes laboratorios, los resultados tal vez más fáciles de reproducir. Para obtener resultados seguros es preciso emplear medios y métodos estándar e incluir cepas de referencia cada vez que se hace una prueba. Hace varios años, siguiendo recomendaciones hechas por el Comité de Expertos en Brucelosis, la Organizaciún Mundial de la Salud suministró a los diversos Centros de Brucelosis partes de unos mismos lotes de dichos colorantes debidamente comprobados. Este procedimiento resultó útil para aminorar las discrepancias entre los resultados de las pruebas de distintos laboratorios. Debe reconocerse que una sola dilución de estos colorantes no bastará para diferenciar todas las cepas de Brucella. Si las diluciones recomendadas no diferencian determinadas cepas, la mayoría de los cultivos pueden asignarse a la especie que les corresponde mediante el empleo de otras diluciones y comparando el crecimiento con el de las cepas de referencia. Si esta práctica se adoptara con carácter general, las noticias sobre cepas no tipificables o aberrant,es serían menos frecuentes. Se ha propuesto la determinación de la actividad de la ureasa como un recurso más para diferenciar las especies (19, 21). Esta prueba no permite estaklecer una distinción entre todas las cepas de Br. melitensis y Br. SUZS,y debe considerarse como una prueba suplementaria, cuyos resultados tienen aproximadamente el mismo grado de importancia que la tipificación serológica. Es importante que en la prueba se empleen cultivos de metabolización activa. Esta prueba es de cierta utilidad para caracterizar cepas que se presenten en áreas circunscritas. Por desgracia, todas las pruebas utilizadas para diferenciar especies de Brueella miden más bien diferencias cuantitativas que cualitativas. Es de toda necesidad que las técnicas usadas se estandaricen y se controlen estrictamente. En el Informe No. 2 del Comité de Expertos en Brucelosis (22) se insiste en estos puntos y se describen los Marzo 19591 LA ESTABILIDAD BIOLOGICA procedimientos estándar. Modificaciones de esta técnica, por pequeñas que sean, pueden invalidar los resultados. Para el control adecuado de los métodos es preciso emplear siempre cepas de referencia. Aún así, es preciso tener presente que no existe una prueba que, por sí sola, ofrezca seguridad absoluta para identificar las especies. Deben emplearse t’odas las pruebas estándar y proceder, en cada caso, con juicio crítico, a interpretar los resultados y a determinar la importancia relativa que haya de atribuirse al resultado de cada prueba. Aun con el uso de las pruebas y métodos estándar que se han descrito, los resultados de las pruebas dependen de una aplicación concienzuda de la técnica en todos sus det,alles y del buen criterio que sólo se consigue con la experiencia para juzgarlos. Suele reconocerse que las t,res especies definidas mediante el empleo de los métodos a que nos hemos referido, bastan para la clasificación del 95% o más de todas las cepas de Brucella aisladas, cualquiera que sea su procedencia. Se reconoce, asimismo, que esta clasificación tiene gran valor epidemiológico, puesto que la Br. abortus es la más corrient’e en el ganado vacuno, la Br. suis en cerdos y la Br. melitensis en cabras y ovejas. Es preciso estar precavido contra t,oda propuesta de crear nuevas especies, basadas en diferencias secundarias, que quitarían fuerza a estas asociaciones epidemiológicas. Por otra parte, en ciertas zonas se presentan variantes de estas tres especies. Pero estas variantes pueden asignarse lógicamente a una de las especies existent,es, a pesar de que no concuerden con ellas en ciertos pormenores. La variedad danesa de Br. suis no produce ácido sulfhídrico, pero concuerda en otros det,alles con la descripción de la especie y, lo más importante, produce en los porcinos una enfermedad que no puede distinguirse de la debida a la Br. suis clásica. Las cepas de abortus de Rhodesia proliferan sin que se les añada dióxido de carbono, pero en los demás respectos se comportan como Br. abortus, incluso en su preferencia por el ganado vacuno. Es lógico incluir en esta DEL GENERO BRUCELLA 217 especie esa variante estable. De modo análogo, es natural que se incluyan en esta especie cepas designadas como Br. abortus (23), que no llegan a proliferar en ninguno de los dos medios colorantes diferenciales, si bien necesitan dióxido de carbono suplementario, derivadas del ganado vacuno o del hombre. El reconocimiento de estas variantes y su asignación a estas respectivas especies conserva los valores epidemiológicos de la presente clasificación. De vez en cuando se propone la transferencia de especies de otro género al género Brucella, o la inclusión en él de especies de organismos recientemente reconocidas. En la actualidad el género Brucella comprende un grupo de especies de organismos estrechamente unidos entre sí en cuanto a su morfología, estructura antigénica, características de cultivo y patogenicidad. Opinan los autores del presente artículo que no debe considerarse la inclusión en este género de ninguna especie de organismo que no sea morfológicamente análogo a sus especies actuales y no esté en estrecha relación antigénica con ellos, y estiman preferible que cualquiera de tales organismos concuerde, además, en todas las características ahora mencionadas. Todo sistema válido de clasificación de bacterias tiene que fundarse en características estables de sus miembros. En estos últimos años se ha admitido nuevamente, sin causa justificada, que las especies del género Brucella son lábiles y que sus características cambian fácilmente bajo la influencia de factores ambientales. Veamos las pruebas aducidas. Ese concepto parece fundarse en pruebas de dos clases: informes aislados sobre experimentos de infección de animales y subsiguiente recuperación de especies distintas de las usadas para producir la infección; e informes reiterados de aislamiento de cepas de Brucella calificadas de atípicas, que no concordaban en todos los aspectos con las características de ninguna de las tres especies clásicas. Wilson y Evans (24) comunicaron lo que, a su modo de ver, era un caso de aparente mutación de Br. melitensis en Br. abortus mediante el pase de una cepa de 218 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA Br. melitensis aislada del hombre, primero en un mono y luego en una novilla preñada. Al cabo de cinco semanas se aisló Br. abortus del contenido estomacal del ternero recién nacido. En la repetición del experimento en que se emplearon otras cuatro novillas preñadas de la misma vacada, los citados autores no aislaron Br. abortus de los terneros de ninguno de los animales, pero sí recuperaron Br. melitensis de los bazos de tres. Inicialmente, los sueros de todas las cinco novillas dieron resultado negativo al someterlos a la prueba de aglutinina. La explicación más plausible de esta observación es que, en el primer experimento, la novilla estaba infectada natnralmente con Br. abortus. Es bien sabido que el ganado vacuno puede estar infectado durante meses antes de que pueda demostrarse la aglutinina. Washko et al (25) alimentaron cerdos con leche de vacas cuyas ubres estaban infectadas de Br. abortus, incluso cepas aisladas de cerdos naturalmente infectados. Hasta 62 días después recuperaron Br. abortus de los tejidos porcinos, y recuperaron también Br. suis en cuatro casos. Obs&vese que este trabajo se efectuó en locales ocupados durante años por cerdos experimentalmente infectados con Br. suis. En fecha más reciente se ha dado cuenta (26) de haberse recuperado Br. melitensis de cobayos y ovejas infectados experimentalmente con una cepa atípica de Br. abortus. Y aún después, uno de estos investigadores comunicó la recuperación de Br. melitensis de cabras experimentalmente infectadas con Br. abortus, cepa 19. Se intent6 confirmar el último hallazgo en otro laboratorio, pero los resultados fueron completamente negativos. Es significativo que, excepto el experimento en que se empleó el cobayo, en todos los ejemplos invocados como casos posibles de transformación de especies, los “mutantes” hayan sido las especies que, con más frecuencia, producen infección natural en los respectivos animales. La prueba de aglutinación es de menor valor aún para descubrir todos los casos de infección en PANAMERICANA cerdos y cabras que en el ganado vacuno. Los autores del presente artículo estiman que todos esos casos representan infecciones no descubiertas de los animales de experimentacicín antes de usarlos, infecciones cruzadas o errores de técnica. En contraste con esos escasos informes no confirmados sobre “mutaciones” in vivo, abundan los informes sobre infecciones experimentales de ganado vacuno, porcino y caprino en que se emplearon especies distintas de la que infecta con mayor frecuencia a esos animales, y ~610 se recuperó la especie usada en el experimento, sin modificación en detalle alguno. Se han infectado experimentalmente vacas con Br. melitensis y Br. suis; cerdos, con Br. abortus y Br. melitensis; y cabras, con Br. abortus. Especialmente dignos de mencián son los estudios sobre residencia duradera y repetidos pases de especies de Brucella en un huésped aherrame. Gilman et al (27), usando cuatro cepas, pasaron Br. abortus en series de dos, cinco y seis cerdos, con una duración total de residencia, en el cerdo, de 239 días en el último caso. No se pudo descubrir ningún cambio en los cultivos y su infectividad para los cobayos permaneció constante. Cameron y Meyer (28) pasaron Br. abortus, cepa 19, en 21 cerdos consecutivamente. El período total de residencia del organismo en dichos cerdos fue de 406 dfas. Todas las características de esta cepa, incluso la infectividad para el cohayo, no sufrieron alteración. Doyle (29) pasó dos cepas de Br. abortus en una serie de cabras. Una cepa se pasó consecutivamente en seis cabras, durante un período de 385 días; la otra, en cinco cabras, durante un período de 318 días. Las cepas permanecieron inalteradas y conservaron su infectividad para animales vacunos y cobayos. Asimismo Henricson y Lindstrom (30) pasaron Br. abortus en una serie continua de siete cabras. No sufrió alteración ninguna propiedad, y esto se aplica igualmente a la sensihilidad a los colorantes, a la producción de ácido sulfhídrico, a las propiedades serológicas y a la patogenicidad para monos. Hoerlein (81) infectó experimentalmente ilIar. 19591 LA ESTABILIDAD BIOLOGICA ocho cerdos por vía intravenosa con Br. melitensis (tipo americano, con elevada act,ividad de ureasa) procedente de un cerdo infectado naturalmente. El período más largo de residencia en el cerdo fue de 30 semanas. Todos los organismos que se recuperaron se asemejaban en todos los pormenores al cultivo original. Los controles no inoculados expuestos a los animales de experimentación se infectaron y los cultivos aislados de estos cerdos permanecieron también inalterados. Conjuntamente con Hutchings y sus colaboradores (32), los autores del presente trabajo acaban de completar un est,udio experimental de la infectividad para cerdos de cuatro cepas de Br. melitensis (baja actividad de ureasa) con características individuales propias. Tres de las cuatro cepas residieron en cerdos 265 días; la cuarta, durante 119. Se t’omaron cultivos a intervalos durante el período de bacteriemia (de 8 a 134 días) y en la necropsia. Se estudió minuciosamente un t,otal de 76 aislamientos, no sólo para comprobar su conformidad con las características de las especies, sino también lo relativo a las diferencias secundarias entre cepas, a que antes hemos hecho referencia. En todos los casos, los organismos aislados dieron resultados totalmente conformes con las características de las cepas de los organismos antes de su uso en el experimento. Los autores han mantenido las tres especies de Brucella en cobayos mediante pases seriales, sin recurrir en ningún momento a medios de cultivo, durante un período de cuatro años. Todos los cultivos recuperados a intervalos de estos cobayos, siguieron coincidiendo en todos los respectos con las características de las respectivas especies. La estabilidad biológica de las especies de Brucella en estos experimentos in vivo es convincente. Contribuye, además, a demostrar la estabilidad de las especies de Brucella in vivo el hecho de que la infección de ganado vacuno co11 Br. abortus y la de cabras coll Br. melitensis, se dan en todo el mundo, y la infección de cerdos con Br. suis, siempre y dondequiera que se haya señalado la presencia de brucelosis en cerdos. DEL GENERO BRUCELLA 219 La estabilidad inter-huéspedes de las especies de Brucella está confirmada por el hecho de que, con respecto a cada una de las tres especies, se ha señalado que producen infecciones naturales en diversos animales huéspedes (por ejemplo, Br. abortus, en hombres, caballos, aves de corral, cabras, ovejas, cerdos, perros y venados; Br. melitensis, en hombres, bovinos, ovinos, porcinos, aves de corral, cobayos, ratas, perros, gatos y conejos; y Br. suis, en hombres, bovinos, caballos, perros, liebres, aves de corral y conejos.) Las variantes estables indentificadas, a saber, la variedad danesa de Br. suis, son de distribución geográfica limitada. Si los miembros del género BrucelEa fueran lábiles y cambiaran continuamente de características bajo el influjo de factores ambientales, en lugar de tres especies y algunas variantes estables reconocidas, serían muchas las especies distinguibles con preferencias por huéspedes específicos. Vale la pena hacer notar que donde se dan variantes estables reconocidas (su& danesa), éstas son, en general, los únicos representantes de la especie en una zona geográfica limitada. Los datos más significativos sobre la estabilidad de las especies de Brucella in vitre, son evidentemente los obtenidos en un solo laboratorio por los mismos investigadores durante un período de varios años. Por consiguiente, los autores se proponen describir sus trabajos relativos a esta cuestión. En los laboratorios de la Universidad de Texas, de la Universidad de Chicago y en los Institutos Nacionales de Higiene, Bethesda,Maryland, EstadosUnidos, los autores aislaron durante los últimos 17 años, centenares de cultivos de Brucella de seres humanos, de bovinos y porcinos infectados naturalmente. Todos estos cultivos fueron tipificados por medio de los métodos de Huddleson, y no ofreció dificultad alguna la asignación de ninguno de los organismos aislados a una de las tres especies de Brucella. Aislaron, además, miles de cultivos de animales infectados experimentalmente. En ningún caso se recuperó una cepa aberrante o una cepa cualquiera, distinta de las ino- 220 BOLETIN DE LA OFICINA SANITARIA culadas a los animales. Hemos descubierto esporádicamente errores técnicos de rotulación de jaulas o de cultivos o en la señal de animales, que podrían originar confusiones de no ser descubiertos. Es fundamental, aunque con frecuencia se considere innecesario, tipificar cada cultivo mientras se emplea en estudios experimentales o inmediatamente antes. A nuestro juicio, muchas cepas “aherrantes” de Brucella son consecuencia de confusiones en la aplicación de los métodos est’ándar de tipificación, más que diferencias reales entre los organismos. Esta opinión se funda en la experiencia de tipificar muchas cepas “atípicas” recibidas de otros investigadores. Sin embargo, aun siguiendo estrictamente los métodos en todos sus detalles, no puede prescindirse de la evaluación crítica de los resultados de las pruebas. La estabilidad de las características de Brucella empleadas en la designación de las especies cuando los cultivos se mantienen durante largos períodos en medios de laboratorio, es de primordial interés. Recientemente sometimos a comprobación la est’abilidad de estas características en 34 cultivos aislados de cerdos por nosotros mismos hace unos nueve años. Este grupo de cultivos se componía de 9 cepas de Br. abortus, ll de Br. melitensis y 14 Br. suis. Desde su aislamiento se almacenaron a una t,emperatura entre 4 y 6°C. en tubos inclinados de agar, con infusión de hígado, y se transfirieron a intervalos de 3 a 4 meses. En el momento de la transferencia habían sido subcultivados primero en tubos inclinados de agar, con tripticasa de soja (a causa de su mayor efecto estimulante sobre el crecimiento), y luego en agar con infusión de hígado para el almacenamiento. Cada cultivo había sido subcultivado en medios de laboratorio por lo menos 70 veces. La observación de los tipos de colonia presentes reveló que cada cultivo contenía disociantes. Se aislaron de estos cultivos por selección de una sola colonia tipos de fase pura S o SI, y se sometieron a los diversos procedimientos de tipificación. PANAMERICANA En cada caso, estos cultivos dieron en todas las pruebas reacciones apropiadas concordantes con las obtenidas en el momento del aislamiento primario. Cada uno de los nueve cultivos de Br. abortus había retenido el COZ requerido; la sensibilidad al colorante no se había alterado en ningún cultivo, y otro tanto puede decirse de la producción de H& y de la actividad de ureasa. La función de la disociación, a consecuencia de la cual los cukivos dejan de prestarse a la tipificaci6n por métodos serológicos, es universalmente reconocida y sería superfluo hablar de ella en este lugar. Está igualmente hien establecido que los cultivos disociados son de poca virulencia o avirulentos. Para est,udiar la est,ahilidad de las características de que se trat,a, derivamos mucoide y disociantes rugosos en su fase pura del grupo de cultivos antes mencionado y determinamos sus reacciones en ensayos simultáneos con las pruebas sobre las fases S o SI de los cultivos respectivos. Todas estas variantes sometidas a comprobación exhibían la misma sensibilidad al colorante e igual necesidad de dióxido de carbono, producción de ácido sulfhídrico y actividad de ureasa que las respectivas fases S o SI de las cuales se hahían derivado. Como era de esperar, se ohservó una marcada diferencia en su comportamiento serológico. Viene a confirmar la estabilidad de las características usadas para la tipificación de Brucclla la circunstancia de que en nuestro lahoratorio, durante años, muchos cultivos, mantenidos debidamente en medios de laboratorio durante largos períodos, han sido reexaminados y su tipificación ha concordado uniformemente con las características de las especies designadas. Como la virulencia de las cepas de Brucella está estrechamente relacionada con la forma S de los organismos, los datos más significativos relativos a la estabilidad de la virulencia proceden de det,erminaciones hechas sobre cultivos en fase S pura. Los autores han aislado muchas cepas de Brucella en fase S pura y las han conservado durame M urzo 19591 LA ESTABILIDAD BIOLOGICA varios años. Todos estos cultivos S han producido uniformemente infección en cobayos al ser inyectados en pequeño número, y al examinarlos de nuevo a intervalos, no había variado el número aproximado de células necesarias para producir infección. Además, los cultivos S aislados de nuevo de cultivos de reserva mantenidos en el laboratorio durante 16 años como máximo, demostraron ser todos de elevada virulencia. La estabilidad de la baja virulencia de Br. aborfus, cepa 19, y de okas cepas especiales de Brucella probadas en muchos laboratorios durante varios años, acredita, asimismo, la estabilidad de esta propiedad. DEL GENERO 221 BRUCELLA No cabe duda de que, por manipulaciones de laboratorio (“entrenatiento”), puede lograrse que cepas de Brucella adquieran resistencia a los colorantes y otras propiedades atípicas de las especies. Sin embargo, nadie ha confirmado la transformación de una especie en otra en el laboratorio 0 en la naturaleza. Aunque sea de interés filosófico especular sobre la posibilidad de que todas las especies de Brucella pueden proceder de un antepasado común, las característ,icas de las respectivas especies, en particular las que actualmente se usan para su diferenciación, son de una gran estabilidad. 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