solucion Imagen 5 y texto 6

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Imagen 5
Se trata de un documento iconográfico de género informativo, publicado en el periódico El
Republicano en el año 1842, durante la regencia del general Baldomero Espartero, y cuyo
destinatario es público. En la imagen se observa en un primer plano un industrial catalán con un
niño de la mano, vestidos con harapos, lo cual muestra como la política librecambista de Espartero,
quien aparece al fondo, perjudicó gravemente la economía catalana al anteponer la compra de
textiles a los ingleses en detrimento de los catalanes. Con este negocio el general estaba
perjudicando los intereses de los comerciantes españoles.
En la relación a la imagen, me dispongo a explicar la regencia de Mª Cristina de Borbón (1833-1840),
que antecede a la regencia de Baldomero Espartero (1840-43), la cual también desarrollaré.
A la muerte de Fernando VII, su hija y heredera Isabel tenía sólo tres años. Los sectores más
absolutistas apoyaron los derechos al trono del hermano de Fernando VII, don Carlos Mª Isidro. Para
defender los derechos de su hija, su madre, María Cristina de Borbón, que era la regente de España
(1833-1840), buscó el apoyo de los liberales. Se inició así una guerra civil que, bajo la forma de
conflicto dinástico, significaba el enfrentamiento ya comentado arriba, absolutistas o carlistas (a cuyo
frente se situó el general Zumalacárregui) contra liberales o isabelinos (a su frente el general
Espartero). Los partidarios del carlismo (nobleza agraria, clero y campesinado del Nordeste español)
eran los defensores del Antiguo Régimen, mientras que los isabelinos presentaban un conglomerado
de intereses. La propia monarquía y la nobleza cortesana tenían como interés esencial la defensa del
trono y sus privilegios, pero vieron en la unión con los sectores liberales la única forma de enfrentarse
al carlismo. A ellos se les unieron también la burguesía, las clases populares urbanas y el campesinado
del centro y Sur peninsular, partidarios de un cambio: monarquía constitucional, libertad de la
propiedad y movilidad social.
La guerra se prolongó durante 7 años (1833 a 1840). Los focos más importantes de la insurrección
carlista surgieron en el País Vasco, Navarra, Cataluña, Aragón y Valencia. Pero los carlistas no
consiguieron ocupar ninguna ciudad importante y el ejército liberal impuso claramente su dominio.
El Convenio o Abrazo de Vergara entre el general carlista Maroto y el isabelino Espartero, puso fin a
la guerra, pero el carlismo se mantuvo a lo largo de casi todo el siglo XIX.
La regencia de Mª Cristina se caracteriza también por la división de los liberales entre moderados,
partidarios de reformas más limitadas, y los progresistas, que querían desmantelar toda la estructura
del Antiguo Régimen. En medio de la guerra carlista, para contar con el apoyo de los liberales, la
regente impulsó la formación de un gobierno liberal, alzándose los progresistas en el poder. Al mando
de Mendizábal implantaron un régimen liberal e impusieron una serie de leyes como la disolución
del régimen señorial, la desvinculación de la propiedad, la desamortización eclesiástica y civil, la
supresión de aduanas interiores y la extinción de los gremios. Este proceso se culminó con la
CONSTITUCIÓN DE 1837, que inauguró un largo periodo de monarquía constitucional en España. Sus
principios básicos fueron:
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Soberanía nacional
Sufragio censitario masculino
Cortes bicamerales: Congreso y Senado
División de poderes en ejecutivo (rey, con veto ilimitado y capacidad para disolver el
Parlamento); legislativo (cortes bicamerales: Senado y Congreso) y judicial (Tribunales)
Amplia declaración de derechos individuales como libertad personal, la inviolabilidad del
domicilio, la libertad de expresión, las garantías penales y procesales, el derecho de petición,
la igualdad el acceso a los cargos públicos y, por supuesto, las garantías del derecho de
propiedad.
Religión católica como oficial
En 1837, los moderados, con el apoyo de Mª Cristina, accedieron al gobierno e intentaron dar un giro
conservador al proceso de revolución liberal. Un movimiento de oposición se alzó contra la Regente,
que se vio obligada a dimitir en 1840. El progresista general Espartero fue nombrado regente, pero
las medidas librecambistas, que perjudicaron a la naciente industria española (hecho que refleja la
imagen) y el autoritarismo con que gobernó le valieron la oposición de buena parte del país y además
de que para combatir las protestas que generó su política económica ordenó el bombardeo de la
ciudad de Barcelona desde el castillo de Montjuic. En 1843, Espartero dimitió y las Cortes adelantaron
la mayoría de edad de Isabel II y la proclamaron reina de España.
Como conclusión final, la regencia de Espartero generó pobreza y protestas en el ámbito de la
industria catalana, por lo que se vio obligado a dimitir. Para evitar una nueva regencia Isabel fue
proclamada reina de España con tal sólo 13 años, quién trataría de encauzar el país hacia un régimen
de monarquía parlamentaria liberal.
Texto 6
Se trata de una fuente histórica primaria, de naturaleza histórico-política, firmado por
Leopoldo O´Donnell, general jefe del Ejército Constitucional. Está fechado a 6 de junio del
año 1854, es decir, durante la segunda etapa del reinado de Isabel II conocido como el Bienio
Progresista (1854-56) y se trata del Manifiesto de Manzanares. El lugar de la lectura del
manifiesto fue el cuartel general de Manzanares, Ciudad Real. El destinatario es público,
puesto que se dirige a todo el pueblo español.
Leopoldo O´Donnell, fue un político y militar de origen irlandés que sirvió a la monarquía
española en defensa de la Constitución y que fundó el partido de la Unión Liberal, que
aspiraba a situarse entre progresistas y moderados. El autor intelectual y redactor del
manifiesto fue Antonio Cánovas del Castillo, malagueño político liberal figura clave del
régimen de la Restauración borbónica en la persona Alfonso XII, hijo de Isabel II.
La idea principal del texto es el deseo de que Isabel II continúe siendo la reina de España,
pero sin la Corte que hasta ahora la ha acompañado (“la camarilla que lo deshonre”). Esta
camarilla era el conjunto de aristócratas, militares y clérigos conservadores que influían
enormemente en las decisiones de la reina. En definitiva, defienden que el triunfo de los
liberales progresista traerá la libertad a España, frente a los liberales moderados a los que
muestra como personas que han estado asfixiando al pueblo español, sin respetar las leyes
ni la Constitución. Este manifiesto inauguró la etapa del bienio progresista.
En el año 1843, tras la dimisión del regente Espartero, las Cortes adelantaron la mayoría de
edad de Isabel II y la proclamaron reina. El reinado de Isabel II (1844-1868) se divide en tres
etapas diferenciadas:
 La Década Moderada (1844-1854), etapa en la que el Partido Liberal Moderado de
Narváez estuvo, con breves excepciones, al frente del gobierno con el apoyo de la
monarquía. En esta etapa se consolidó el liberalismo en España, pero de carácter
conservador y centralista. Debido a la gran intervención de la Corona en la política y
la limitación de libertades, el ejército continuó teniendo gran influencia y asiduamente
se produjeron intentos de derrocar a la reina mediante pronunciamientos militares.
El nuevo régimen se apoyaba en los grupos poderosos: aristocracia, Iglesia y
burguesía conservadora. Todos ellos aceptaban el nuevo orden liberal para frenar el
carlismo, pero querían mantener intacto su poder social. En esta etapa se promulgó la
Constitución de 1845, cuyos principios básicos fueron un sufragio censitario,
soberanía compartida entre las Cortes y la reina, la firma de un Concordato con la
Santa Sede (1851) que configuraba un Estado confesional. Además otras leyes fueron
la centralización del Estado mediante gobiernos civiles y militares en cada provincia
(exceptuando País Vasco y Navarra), la reforma de la Hacienda, que centralizó los
impuestos en manos del Estado, la elaboración de un Código Penal (1851) y la creación
de la Guardia Civil (1844), para mantener el orden en el medio rural.
 El Bienio Progresista (1854-1856), etapa inaugurada tras el exitoso pronunciamiento
militar en Vicálvaro (conocido como la vicalvarada) apoyado por progresistas y
moderados descontentos que había fundado el partido de la Unión Liberal, dirigido
por el general O´Donnell. Posteriormente, en su manifiesto, conocido como el
Manifiesto de Manzanares, el general hizo un llamamiento a la modernización de
España intentando restaurar los principios del régimen constitucional de 1837 y
realizar reformas económicas, hecho que refleja el texto. Así pues, Madoz llevó a cabo
una desamortización civil e impulsó la ley de ferrocarriles (1855)
 Fin del reinado (1856-1868), en esta última etapa la alternancia en el poder entre
moderados y Unión Liberal, la guerra de África y la actuación autoritaria y represiva de
la reina llevó a que la oposición del régimen redactara un documento por el cual se
instaba a la reina a abandonar España (Pacto de Ostende, 1868). Grupos de
demócratas, que defendían el sufragio universal masculino y los republicanos, que
abogaban por la abolición de la monarquía serán los protagonistas de la siguiente
etapa.
Como conclusión, a pesar del abandono de Isabel II de España, esto inaugurará otra etapa
denominada como el sexenio democrático en el que se pretenderá superar el liberalismo
conservador de la etapa anterior e introducir los principios democráticos en España.
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