Errores de redacción: ¿cómo dijo? ¿Revelar o rebelar? 1 b El Mercurio (Santiago, 23 set., 2012, pág. C2) publica una entrevista al Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati. (…) Monseñor se pregunta ¿por qué teniendo colegios hermosos son acceso a internet hay una insatisfacción tan grande con la educación? Y responde: porque hay elementos humanos que han sido descuidados. Cuando los jóvenes se rebelan contra el lucro tienen razón. En la educación es fundamental la gratuidad. Y no solo la económica; sino que la gratuidad del hecho educativo, de la entrega educativa. (El periodista se equivocó usando la palabra “revelan”. Al día siguiente el diario, en forma destacada (pág. C2) hace la corrección: “cuando los jóvenes se rebelan contra el lucro tienen razón”). No es infrecuente que diarios y revistas cometan errores de este tipo: “la prisa es mala consejera” suelen afirmar los periodistas, y hasta el más avezado puede incurrir en errores. La vieja explicación que aludía “a los duendes de la imprenta” ya no se usa ni podría usarse; hubo una época en que el tipógrafo usaba una caja de tipos metálicos móviles y, por cierto, el riesgo de equivocarse al “componer” era mayor. Ahora estamos en otra época tecnológica pero el riesgo de equivocación subsiste. ¿Será posible que un avión caiga a tierra antes de despegar? (El Mercurio, 25/11/2006, C21) ¡No! Al día siguiente, 26/11/2006, el diario hace la aclaración y pide excusas a sus lectores. ¿Son inevitables los errores? Con cuidado y esmero se pueden evitar y, en todo caso, minimizar. Un estudiante, por ejemplo, adquiere competencias en escritura… ¡escribiendo! El ejercicio y la corrección frecuentes son fundamentales. Del mismo modo, hay que consultar al diccionario, y no confiar en la revisión del computador. Si escribimos “oí poco; había mucho ruido”; “hoy poco; había mucho ruido”, observamos que el revisor ortográfico acepta las dos formas. ¡Pero una de ellas es un disparate! 2