INFORMACION Gonzalo Muñiz: BIBLIOGRAFICA W E R E I V F R I E D VAN S T R A A T E N : DIOS L L O R A DONDE (*) El autor, monje premonstratrense, narra las principal« experiencias adquiridas con motivo de la intensa actividad desarrollada como promotor de la importante obra Ayuda a la Iglesia necesitada; obra que le impulsó a «secar las lágrimas de Dios en todas las partes donde El llora,», porque «Dios llora en todos los afligidos, en todos los que sufren, en todos los.que lloran en nuestro tiempo. Por eso -—explica-— empecé mi peregrinar a través de los desiertos de escombros y de los barracones de la Alemania derrotada, a través de los territorios de -prófugos de Europa y Asia, a través de las repúblicas populares comunistas, a través de la cristiano-feudal América latina y de todos los países y continentes donde Dios Llora», Comienza con los relatos referentes a la cruel desesperanza de los refugiados llegados de países sometidos a yugo comunista. Desesperanza causada, luego de escapar del infierno marxista, al introducirlos dentro del nuevo infierno de los campos de refugiados europeos o asiáticos, donde se premia a estos hombres, quienes arriesgaron su vida y sufrido mil penalidades para arribar ilusionados al «mundo libre», con la existencia miserable arrastrada en el interior de dichos campos carentes de la más elemental satisfacción espiritual o material, dando lugar, en la mayoría de los casos, al hundimiento moral del refugiado. . Tampoco la vida del chino huido del paraíso de Mao resulta nada halagüeña y provoca los más justos reproches del autor contra los pueblos ricos, los cuales permanecen indiferentes, cuando^ no adversos, a tales fugitivos, que, después de multitud de peligros, entre ellos las vergonzosas devoluciones de las autoridades inglesas a los comunistas o las condenas inicuas impuestas por los tribunales anglosajones bajo pretexto de «inmigración ilegal», logran establecerse en Hong-Kong, ciudad superpoblada, en cuyo seno los pobres chinos recien llegados se encuentran constreñidos a permanecer hacinados y sin posibilidad« de subsistencia, dado que «la única solu* Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1971, 227 págs. 171 INFORMACION BIBLIOGRAFICA ción radica en una emigración a gran escala, pero esto no los pueblos de corazón duro, que prefieren dejar baldías marcas antes que abrirlas a los chinos. Uno se pregunta si nantes de tales pueblos están ciegos o son un instrumento nio, que prepara el caos con su ayuda». lo aceptan vastas colos goberdel demo- La delicada y compleja coyuntura de Ibero-América se analiza intentando penetrar con profundidad en su difícil problemática, donde la Iglesia encuentra una clara misión a; realizar. Gran parte de la población está sumergida bajo la más absoluta miseria material y, sobre todo, en la indigencia espiritual y cultural, consecuencia de que, tras las independencias, la mayoría pasó a ser explotada por las oligarquías dominantes, las cuales trataron conscientemente de mantenerla en estado no muy distinto a la esclavitud, en el que el peor mal no es el hambre, efeeto-.de su miseria intrínseca,, sino la falta de instrucción y de cultura que impide sustraerse a la miseria y cóncíuce a la degradación favorecedora de la explotación inhumana que, <a su vez, fomenta tal degradación. La Iglesia, ante este círculo vicioso, a pesar de ser la menos culpable de tan lamentable estado, porque durante un siglo de dictaduras y gobiernos masónicos se vio eliminada completamente del campo social y, debido a la carencia crónica de sacerdotes, los pocos que había no disponían de tiempo sino para limitarse a. administrar los sacramentos a costa de la predicación y de la enseñanza religiosa, ha de centrar su mirada sobre el progreso espiritual y cultural del pueblo, formando auténticos dirigentes cristianos, por medio de una genuina labor apostólica, los cuales ayuden a sus compatriotas a levantarse de su postración espiritual, causa determinante de su actual miseria. No se, olvida el Africa Negra posterior a las desafortunadas independencias, donde, como en el Congo, roto el cinturón protector económico-social de las poblaciones autóctonas construido por los administradores coloniales, se ha impuesto el capitalismo más desenfrenado,' huérfano de la menor piedad y consideración, con el cual los nuevos dirigentes se han apresurado a hacerse sus cómplices más entusiastas a fin de enriquecerse lo- antes posible a costa de su propio pueblo, cuyo territorio se invade por una escoria humana, llegada desde países blancos, la cual no se conoció, desde luego, durante los peores momentos de la tan denigrada etapa colonial, ' La rebelión de los simbas aparece trazada con rasgos que revelan todo su salvajismo. Implica una de las pruebas más incontrastables del fraude de la independencia. Fomentada por él comunismo chino y "el expansionismo áfabe, significó el retomo a Ta barbarie, dónde, aparte de las espeluznantes torturas aplicadas, se perseguía conseguir el imperio de la nivelación de la segadora, mediante el exterminio 17-2 INFORMACION BIBLIOGRAFICA sistemático de aquellos que sobresalían intelectual o socialmente y de la anulación, con plena lucidez, de la totalidad de las estructuras naturales, empezando por la tribu, base de la sociedad africana. Exterminio y anulación que sólo beneficia a los neoimperialistas para quienes no se presentará difícil tiranizar a esos pueblos arrojados, de nuevo, en la barbarie; pero entre los cuales la Iglesia, a través de sus. misioneros, puede no sólo colaborar en la recontrucción ; de lo destruido, sino incluso invertir amor, dinero e ideas para la formación de dirigentes laicos orientados hacia el apostolado, quienes, inspirados por un auténtico cristianismo, se hallen en condiciones de crear, sobre las bases del sentido comunitario africano, formas de vida, a un tiempo modernas y típicamente autóctonas. La parte, sin embargo, más interesante del libro —a mi juicio—, es la relativa a los países bajo el imperio del comunismo. La inequívoca y decidida posición del Padre Vari Straaten aparece clarificada con los siguientes párrafos: «... El Viernes Santo y la cruz permanecen y también permanece el telón para ocultar la sed dé sangre de los asesinos. No, no les llaméis mariscal o excelencia si visitan vuestro país con sonrisa y guante blanco, porque dentro de los guantes esconden garras de estranguiador y tras su sonrisa planean matanzas. Sus manos están manchadas con la sangre de Cristo. ¡Llamadles asesinos; llamad a vuestros hijos a casa cuando ellos pasen por la calle; cerrad con llave vuestras puertas durante el tiempo que ellos estén en vuestra ciudad; llamadles asesinos y no os dejéis engañar por el telón! Han construido un telón de acero infranqueable, capaz de sostener cualquier tipo de injusticia.» El examen de la pertinaz persecución tras la cortina de hierro contra la fe católica constituye un mentís rotundo contra quienes desarrollan la tentativa de convencemos haciendo creer que el comunismo ha cambiado. La libertad religiosa se ve obstaculizada y aún no se han abolido los controles para determinar quién va a la Iglesia ni las medidas punitivas contra los católicos practicantes. La separación entre la Iglesia y el Estado es una farsa. Prosigue la influencia del Partido en el ámbito de la jurisdicción puramente eclesiástica y. no se permite, o se reduce al mínimo, la formación de nuevos sacerdotes, mientras se ejerce una despiadada presión sobre las familias a fin de que se eduque a los hijos en el ateísmo y, así, se obliga a las madres a trabajar como los hombres y a confiar sus hijos a. los «institutos sociales», en donde se Ies inculca el odio a Dios, odio inspirador del sistema comunista, verdaderamente diabólico, en cuyo seno reina el miedo y la desconfianza. En algunos países comunistas, como Hungría, se ha llegado ya a la esclavización de la Iglesia con la complicidad de los «sacerdotes 173 INFORMACION BIBLIOGRAFICA de la paz» y los curas marionetas. Los funcionarios del Partido deciden los nombramientos, traslados, ascensos y castigos del clero y las curias episcopales ejecutan sus órdenes a fin de evitar mayores males, convertidas en órganos estatales, que alejan de la actividad pastoral a los sacerdotes piadosos, muchas veces con el cómodo expediente de la jubilación forzada. En cada curia episcopal se hallan traidores y oportunistas, los cuales no han tenido reparo en aceptar el puesto de manos comunistas por miedo, codicia y ambición de poder y que sirven de eficaces instrumentos para lá sumisión de la Iglesia, destacando, entre tales judas, los «sacerdotes de la paz». Pero, mientras se ofrecen casos lamentables de defección y deslealtad para con el rebaño, han surgido nuevos obispos y sacerdotes consagrados y ordenados en la clandestinidad que, mezclados con los obreros en las fábricas, desenvuelven una eficaz labor de apostolado adecuada a las circunstancias y los cuales integran una efectiva jerarquía secreta, genuino sostén de catolicismo y apoyo de los oprimidos, que, en pago de su abnegación y heroísmo, reciben la veneración del rebaño, contrastando con el sumo desprecio con el cual el pueblo tributa a los traidores de las curias. A través de las páginas dedicadas al territorio de detrás del telón de acero, se desveía nítidamente la naturaleza satánica del comunismo, criticando con dureza á los católicos que intentan tergiversar las enseñanzas de Juan XXIII y del Vaticano II y preconizan la colaboración con los comunistas, envenenando a la opinión pública con especulaciones fantásticas acerca de la Iglesia y el comunismo, donde se minimiza el desmatelamiento implacable y proseguido de la religión dentro de los países del Este, mientras destacan las culpas o errores de los propios hermanos. «Honran a los traidores que entregan la Madre Iglesia a los ateos y los declaran ejemplo de catolicismo para el retrógrado Occidente. Están ciegos frente a a realidad.» La única solución para aplacar la ira manifestada en este contemporáneo castigo de Dios se halla en la indicada por la Virgen a través de los mensajes de Fátima: el renacimiento espiritual, la renovación de los corazones y de las almas mediante la reimpregnación de espíritu cristiano, solución precisamente aceptada por el Papa reinante, cuando desde la misma Fátima recomendó oración y penitencia, porqué, según aclara Van Straaten «El mundo no cambiara mientras nosotros sigamos igual. Debemos, comprender, al fin, que dos guerras mundiales en treinta años significan una aplastante condena de Dios a la vida que llevamos. El mundo está ante el tribunal de Dios y sólo la penitencia puede ayudarnos. Este es el mensaje de 174 INFORMACION BIBLIOGRAFICA la voz atronadora de Dios que nos acusa por medio de la horrenda pirotecnia de las explosiones atómicas. No hay que temer al comunismo porque combate a Dios, sino porque nosotros nos olvidamos de Dios; no porque es fuerte en el odio, sino porque nosotros somos débiles en el amor; no porque hace morir a los cristianos, sino porque nosotros no vivimos como cristianos. Todas las anteriores conclusiones están avaladas y extraídas de una serie de casos relatados que prestan amenidad al libro y que logran apasionar y conmover al lector. De ese modo, vemos desfilar ante nuestros ojos a los «sacerdotes con mochila», curas, germanos los cuales acompañaron a sus feligreses durante el éxodo de diez y seis millones de alemanes decretado en Postdam por los aliados; pobres entre los pobres, recorrían extenuados las aldeas con el cáliz, el ara, las formas y la casulla en la mochila y salvaron, con su caridad y abnegación, a sus greyes dispersas, de caer en la desesperación alentados por el apoyo moral y económico de los católicos flamencos y holandeses, quienes suministraron un ejemplo cristiano de olvido de los odios de la guerra reciente al auxiliar a sus últimos enemigos; a Nguyen-Duc-Nhan sacerdote hortvietnamita que en dos ocasiones se halló en la necesidad de huir con sus parroquianos del terror rojo; a Monseñor Expedito, quien en Brasil, a través de su sistema de radio escuelas, intenta elevar el nivel cultural y espiritual de sus habitantes; al P. Celso, el cual tiene a su cargo cincuenta aldeas y 125.000 almas en Bacabal, con dos Iglesias y ochenta y tres capillas y, en una jornada, registra ciento diez y seis bautizos, confiesa durante más de diez horas, casa a veintisiete parejas .,. ; a Leopold Monzikatebe, asesinado por los simbas, que, tras negarse a adorar el retrato de Lumumba, perdonó a sus enemigos, y al Padre Engelen, el cual lo había convertido, venerado por sus feligreses; a los mártires del mundo comunista, como el sacerdote Joan Tautu condenado dos veces por su religión, el Obispo Bianchi quien, tras ser torturado en China, hubo de trabajar como culi; las monjas fusiladas en Letonia; el Obispo de Hanoi, que no consiguió ver al enviado del Papa recibido por Ho-Chi-Minh en 1967; el sacerdote lituano Straj a, encerrado en las minas de Bahía Sprie por haber- protegido de la soldadesca a varias feligreses y convertido a un carcelero; Benjamín, el cura albañil de Eslovaquia, ordenado sigilosamente después de la clausura de los seminarios; los católicos rusos congregados en los cementerios los domingos para orar, único sitio donde pueden hacerlo ... También se trasluce, en tales relatos, la ingente tarea realizada por la obra de la cual Van Straaten es promotor, que tanto enemigó 175 INFORMACION BIBLIOGRAFICA origina entre el progresismo seudoconciliar por molestar la revelación de la verdad sobre la Iglesia en los países del Este. Libro, en suma, valiente y ameno, cuya lectura resulta necesaria para percatarse de la lamentable situción donde se encuentran sumidos tantos hermanos en la fe, los cuales reclaman nuestra ayuda 7 y que, sin duda, contribuye a proporcionar una certera perspectiva sobre la realidad y magnitud de su angustia. EL SOCIALISMO CONTRA EL PROGRESO por Jean de Saint-Chamas. I. ¿POR QUE ABORDAR LA CUESTION DEL n. SOCIALISMO? ¿QUE IMAGEN PRESENTA HOY ÉL SOCIALISMO? III. LA QUIEBRA DEL SOCIALISMO ES TOTAL, UNIVERSAL. IV. EL GIRO DEL PENSAMIENTO SOCIALISTA. V. ALGUNOS CARACTERES DEL SOCIALISMO. VI. LAS TENTACIONES DEL SOCIALISMO. VIL RESPUESTAS A OBJECIONES. CONCLUSIONES. NOTAS PARA LA ACCION. ANEXOS. SOCIALISMO SUECO. SOCIALISMO Y CATOLICISMO. 32 págs. 40 pías. 8055