Incidencia de la Herencia Cultural Hispánica en la Sociedad Dominicana Para hablar concretamente de la herencia cultural hispánica en nuestra sociedad, debemos hacer un breve esbozo basado en el origen o formación de la nación dominicana, que data desde finales del siglo XVI, todo ello producto de un sincretismo cultural como consecuencia de múltiples migraciones, en primer rango de aborígenes, seguida de los conquistadores-colonizadores españoles y posteriormente de la llegada a la isla de negros esclavos. Esto trajo como resultado una fusión cultural que en el devenir histórico adquiere elementos característicos comunes como: lengua, hábitos, normas y costumbres, entre otros componentes, dando así origen al actual pueblo dominicano. A partir del Segundo Viaje del Almirante Cristóbal Colón a nuestra isla en 1493, España utilizando los mecanismos de sometimiento en base a conquista y colonización, impulsa un proceso de transculturación que en poco tiempo sustituye la cultura autóctona-aborigen. Impone los modelos socioeconómicos, primero por intermedio de la Factoría Colombina y luego el de las Encomiendas, basados en la explotación de la fuerza de trabajo de los tainos, quienes fueron sometidos a pagar tributos en oro y algodón. Con el agotamiento de la producción aurífera y la extinción de este grupo étnico, a principios de las primeras décadas del siglo XVI, implanta el modelo socioeconómico azucarero sustentado en la trata negrera y mano de obra esclava, traída básicamente de las costas occidentales de África. Estos se dedicaban principalmente a las actividades de explotación agrícola, producción azucarera y a oficios domésticos. En nuestra isla, durante todo el proceso de la vida colonial, también, la corona española implantó los modelos económicos basados en hatos ganaderos e estancias agrícolas; en lo político, sustituye los cacicazgos por división políticoadministrativa de villas o ciudades; en lo sociocultural, impone el idioma español, el sistema educativo, el uso de vestimenta característico de clima templado en clima tropical y la religión católica. En cuanto a lo artístico, se centra en una rica y gran variedad de literatura, arquitectura, pintura y orfebrería, entre otras manifestaciones artísticas. En sentido general, impone el modo de vida a estilo español. Por razones históricas, los grupos de inmigrantes, quei han hecho mayores aportes culturales a nuestra identidad nacional son los españoles. El profesor Bolívar Troncoso Morales, en su libro: “Manual de Geografía Turística”, Unibe (Inédito), 2003, Páginas 45-47, lo ha dividido en cuatro grupos que citamos: 1-Españoles peninsulares: “Llegaron a partir de 1492, por lo que a este grupo le tocó explorar e iniciar la conquista y colonización imponiendo todo el sistema socioeconómico, político, cultural e ideológico”. Con los restos de la carabela Santa María, el almirante Cristóbal Colón, dispuso la construcción de la Fortaleza la Navidad; esto así, por la imposibilidad de poder zarpar con todos los tripulantes a España deja a 39 hombres al mando de Rodrigo de Triana, con instrucciones precisas de no molestar a los aborígenes y no buscar oro por su cuenta, órdenes que no acataron. Las actuaciones molestaron a los indios, procediendo a destruir la fortaleza y darle muerte a la guarnición completa. A juicio del padre Las Casas, en su obra Historia de Indias, dice : “Los hombres que dejó Colón en la fortaleza comenzaron entre sí a reñir, a tener pendencia, y acuchillarse y tomar cada uno a las mujeres y el oro que podía haber.” La noticia del hallazgo de nuevas tierras creó interés en los Reyes Católicos, en la apertura de una nueva ruta comercial por lo que autorizaron a Cristóbal Colón organizar un segundo viaje con 17 buques y 1,500 hombres entre los cuales venían militares, eclesiásticos, carpinteros, artesanos, entre otros. Vinieron con la idea de un efectivo plan de conquista y colonización. La expedición sale del puerto de Barrameda, España el 25 de septiembre de 1493. A su arribo encuentra destruida la fortaleza la Navidad y muerta la guarnición. Luego que el almirante investiga las causas decide abandonar el lugar, partió rumbo al Este de la costa Norte de la isla en la búsqueda de un lugar saludable y atractivo. Se detiene en la desembocadura del río Bajabonico, hoy jurisdicción de Puerto Plata, y allí funda la primera ciudad a estilo europeo en el Nuevo Mundo, a ésta la denominó primero como María Santísima de la Trinidad, luego le cambia el nombre por La Isabela, en honor a la Reina Isabel de Castilla. Más tarde es trasladada por órdenes del adelantado Bartolomé Colón al margen oriental del río Ozama y posteriormente por disposición del gobernador Nicolás de Ovando a la parte Occidental, lo que hoy es la ciudad colonial de Santo Domingo. 2-Los canarios: “Estos fueron traídos como política de poblamiento a mediados del siglo XVIII, asentándose y fundando ciudades a lo largo y ancho de todo el territorio como: Samaná, Sabana de la Mar, San Carlos de Tenerife (hoy barrio de la capital), Bani, San Juan, Montecristi, Puerto Plata, Gurabo, Moca, San Francisco de Macorís, Higüey, entre otras. Sus aportes culturales se plantean como el de mayor aporte blancoide a la población dominicana y el haber contribuido a la economía de mercado con el cultivo de café, cacao y tabaco”. 3-Los españoles republicanos: “Fueron traídos por Trujillo a partir de 1939 cuando fracasa la guerra civil española. Es considerado como uno de los grupos que ha hecho mayores aportes culturales a nuestra sociedad dominicana contemporánea. Han contribuido al desarrollo de la educación; en las bellas artes (pinturas, esculturas, músicas, literatura); en la introducción de la ideología socialista o marxista, entre otras. Entre las figuras relevantes están el muralista Vela Zanetti, el intelectual Jesús de Galíndez y el escultor más notable de nuestro tiempo Antonio Prats Ventos” 4-Españoles agricultores: “Estos fueron traídos al país por el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, entre los años de 1945-1957, con el propósito de aumentar la población y desarrollar la economía agrícola a través de la formación de colonias agrícolas, como fueron: Colonia mixta de Duverge, en la provincia Independencia, colonia española de Vallejuelo en la provincia de San Juan de la Maguana: colonia española de Hondo Valle en la provincia Elías Piña, entre otras”. “En general, se puede apreciar que son disposiciones de corte geopolítica y de prejuicio racial del sátrapa, en razón de la ubicación de su asentamiento en zonas fronterizas. Hay que destacar una recién migración española, no desde el contexto numérico, sino desde el aporte a la industria del turismo, especialmente procedente de las islas Baleares, sobretodo Mallorca. Según dato del Ministerio de Turismo, la inversión española en el país supera el 36% del total de la inversión extranjera”. Por otro lado, haciendo un esbozo de la historiografía nacional, es necesario comprender una serie de realidades elementales de la población dominicana, empezando por la composición étnica, que enumeramos a continuación: “Un 73% de mulatos, 16% de blancos y un 11% de negros” (Ver http//wwwquisqueyavirtual.edu.do). Esta mezcla étnica nos debe orgullecer, como dice Renato Grousset, un destacado historiador francés, autor del libro” El Hombre y su Historia”, dice: “La mezcla de raza es una condición de progreso para la civilización”. Otro autor, Jean-Yves-Leloup afirma: “Los mestizos con frecuencias son muy capacitados, en principio, minoría despreciada, llagan a convertirse poco a poco en selección temida y respectada” Los historiadores Valentina Peguero y Danilo de los Santos, en Visión General de la Historia Dominicana, UCMM, 1977, Pág. 82, sostienen: “El hispanismo es el más importante de los ingredientes que conforman nuestra cultura a partir de siglo XVI. Esa importancia radica, no solo en la superioridad cultural que lo caracteriza, en comparación con el taino y el africano a los cuales se impone; sino que lo hispánico es lo que mejor modula y especifica el espíritu del siglo XVI, convirtiéndose de mayor permanencia. Para apreciar esa importancia basta con examinar los medios espirituales con los cuales los españoles transculturizaron a los grupos sometidos y los llevan desigualmente a una civilización occidental. La primera expresión de lo que fue el dominio de esta tierra descubierta por Cristóbal Colón el 5 de diciembre de 1492, lo constituye con la denominación de La Española como fue bautizada y toma posesión el almirante a nombre de los Reyes Católicos”. La transculturación es un fenómeno social que los españoles impusieron en nuestra isla: su forma de vida, sus costumbres y demás caracteres que habían alcanzado por siglos como grupos nacionales (su lengua, creencias, sus instituciones educativas, jurídicas y militar) como hemos dicho. De ahí que los españoles se apoyaron en dos mecanismos de penetración cultural que fueron la enseñanza y la evangelización. Creemos firmemente que la fuerza de estos valores hispánicos viene a mover aspectos positivos y negativos. El profesor Juan Bosch en su libro Composición Social Dominicana, 1970 y pág. 9: “España nos trasmitió todo lo que tenia: su lengua, su arquitectura, religión, su manera de vestir y de comer, su arte militar y sus instituciones jurídicas y civiles; los ganados y hasta los perros y las gallinas”. Desde principio de la colonización de la isla, España importó la caña de azúcar traída de las Islas Canarias, según el cronista de India, Gonzalo Fernández Oviedo, en su obra: Historia General y Natural de Las Indias, expresa: “Como objeto de curiosidad huertos; pero se cultivó con existían en Santo Domingo corrientes y molientes y otros se empezó a plantarse en los jardines y en tal atención que en menos de veinticinco años más de veinte ricos y poderosos ingenios tres que estaban para moler”. El café ha sido quizás la segunda semilla cuya plantación probó en la Isla la Española una manera admirable. Dice Don Ramón González Tablas en su Historia de la Dominación y Última Guerra de España en Santo Domingo, “Hay en la isla un pueblo que toma el nombre de Moca, porque el café de su jurisdicción es a juicio de los demás inteligentes, tan bueno cuando menos como el tan apoderado de Arabia”. Debemos decir, que la historia dominicana nos ofrece varios momentos de reconexión con la cultura española: unas veces vino ésta por obligadas vertientes de nexos políticos, otras veces por vías espontáneas y atraídas por el deseo de fortuna. Fabio Herrera Miniño, en su ensayo sobre las Raíces y Motivaciones de la Razas Dominicana, Última Hora, 22 de marzo de 1979 apunta: „Las migraciones que llegaron en el siglo XVI, sirvieron para rescatar de la barbarie a los pobladores. En ciertas formas se logró restaurar una serie de costumbres que hoy en día son fácilmente de determinar en diversos poblados del país. Por ejemplos, las viejas tradiciones religiosas que nos llegaron de España florecen aun con frecuencia entre nuestras comunidades campesinas, a pesar del materialismo histórico en que vivimos”. Muchas familias campesinas mantienen en sus hogares pequeños altares donde veneran entre velones imágenes y esculturas de santos de palos, fueron en su mayoría anónimos campesinos descendientes de españoles asentados en la isla, dedicados a la carpintería y ebanistería, entre otros oficios. Otras maneras de ceremonias religiosas que mantienen actualmente su vigencia, sobretodo en el interior del país, son los rosarios, que entre la población urbana se celebran partiendo de la iglesia católica con una imagen de la Virgen de Las Mercedes. La devota costumbre de quemar la palma Bendita del Domingo de Ramo para calmar las tempestades y la celebración de las fiestas de la Santísima Cruz. Otras tradiciones culturales religiosas que datan desde la época colonial es asistir a misa todos los domingos; los bautismos, las comuniones, además de la bendición de todos los actos y obras tanto públicas como privadas, intercambio que se produce por el choque de dos culturas diferentes. En la historia siempre se ha producido, primero una reacción de destrucción a veces reciproca o de un solo lado si las diferencias son muy grandes; después un proceso de reconstrucción, recomponer, lo que se ha destruido, a través de un proceso de recopilación o de incorporación, que es una manera antigua de calificar lo que hoy llamamos integración. En cuanto a la literatura, la poesía española desempeña un papel de máxima expresión y comunicación, es la poesía dominicana. Expresa el Doctor Bruno Rosario Candelier: “Con la llegada de los españoles, llegaron al país romances y cantares del folclore español junto con otras manifestaciones de la cultura hispánica”. Así pueden considerarse los versos de Lázaro Bejarano en la segunda mitad del siglo XVI, conocida como las primeras manifestaciones de la poesía popular en Santo Domingo. El intelectual Max Henríquez Ureña expuso: “España no trajo solo cultura de letras y libros; trajo también tesoros de poesía popular en el copioso refranero”. El poeta Tomás Hernández Franco en sus apuntes sobre poesía popular, añade:” El torrente español sobre las Antillas fue y esto hay que tomarlo en cuenta, también un formidable torrentes de canciones. De ahí viene casi toda nuestra poesía popular: la copla, la décima, los juegos, las adivinanzas readaptadas al paisaje o asimilada, toda entera.” Posiblemente, sean los poetas populares los más conocidos en el país, mencionamos en el siglo XVIII a Menso Mónica, que fue un escritor satírico de décimas y sonetos selectos; de finales del siglo XIX, el más conspicuo decimero popular fue Juan Antonio Alix, con raíces españolas como es esta décima del autor: “Como hay la preocupación, emplearé mi débil pluma, para darle una lección. Pues esto en nuestra nación ni buen resultado deja: eso era en la España vieja, según desde niño escucho, pero aquí abunda mucho el negro tras la oreja”. Otra décima de arraigo popular de origen español es esta: “Tu no parece mujer, Tu pareces una rosa, tú te me das un parecido a la virgen milagrosa” Existen dos géneros literarios populares en la cultura dominicana que entroncan a la española. Se trata de refranes y cuentos. Muchos de ellos constantemente repetidos en nuestra población: ”más vale un malo conocido que un bueno por conocer”; “a otro perro con ese hueso”. Otras con terminología criolla tienen indudablemente raíz hispánica: “Yo no soy yagua de ese paquete”; “Auyama no pare calabazo.” Es interesante consignar que en el lenguaje del campesino dominicano se puede apreciar variedad de arcaísmos provenientes de tiempos remotos de la colonia, usan palabras como “asina” por decir sí; “mesmo” por sí mismo. También se emplean los términos en toda la sociedad dominicana de procedencia hispánica de “Don” para los hombres respetables y “Doña” para las mujeres casadas. Por otra parte, todos conocemos la pasión del dominicano por el baile, lo que data de tiempo muy remoto. El Folklorista Fradique Lizardo, citando a Emilio Rodríguez Demorizi apunta: “Como origen del español, la cuartilla elegante baile dominicano de antaño, mucho se ha hablado sobre el zapateo dominicano, y tiene su posible origen en el zapateo español; la coreografía del zapateo dominicano es mucho más rica y variada, aunque el acto de zapatear es menos acentuado que el zapateo español”. Las herencias culturales españolas vivas, las observamos en las numerosas construcciones de edificios, calles iglesias, todas ellas existentes en villas y ciudades que datan desde la época de la colonia. Podemos citar: El Alcázar de Colon, calle Las Damas, iglesia San Nicolás (primer templo de piedra construido en América), la Iglesia Santa Bárbara, la catedral de Santo Domingo. También levantaron construcciones de tipo militar como la Fortaleza Ozama en Santo Domingo y San Felipe en Puerto Plata, entre otras. La mayoría de estas construcciones erigidas en la ciudad de Santo Domingo son de estilo isabelino derivado del gótico tardío que combina vocablos estilísticos medievales europeos que caracterizan las edificaciones levantadas en la época de los Reyes Católicos. Marcio Veloz Maggiolo apunta un curioso detalle con las obras arquitectónicas colonial al decir: “La arquitectura de la colonia es totalmente importada y no se toma en cuenta ningún elemento nativo que pudiera enriquecer o dar variante a estas construcciones”. En síntesis, debemos expresar que este trabajo es esencialmente documentado en obras de autores de capacidad probada, donde exponen de manera concreta que la herencia cultural dominicana es producto del sincretismo de varias oleadas migratorias que se han establecido en nuestros suelo en distintos períodos históricos, siendo España la de mayor legado, sin menospreciar el de la herencia africana, y en menor grado el de los tainos. Estas vienen a ser por múltiples razones: 1-España impuso su dominio a la población nativa en base a un efectivo plan de conquista y colonización. 2-Trasladó ideológico. al Nuevo Mundo, sus modelos socioeconómicos, político, cultural e 3-Implantó su sistema jurídico y militar, que en pocos años de ser instalados extinguió la etnia nativa. 4-Dirigió todo el sistema institucional (educativo y evangelizador) formando hombres y mujeres con el predominio de costumbres españolas. 5-Se debe reconocer de manera justa los aportes culturales de otras oleadas migratorias que han llegado a nuestro país en distintos momentos históricos, desde los aborígenes, europeos, africanos, descendientes de asiáticos y de otras latitudes que han hecho importantes aportes a nuestra cultura, especialmente en el ámbito gastronómico, intelectual, social y artístico, lo que ha venido a enriquecer grandemente la identidad nacional. FUENTES BIBLIOGRAFICAS CONSULTADAS 1-Fernández de Oviedo, Gonzalo (1969) Historia General y Natural de las Indias, Vol. I, Madrid, España. 2-González Tablas, Ramón (1974) Historia de la Dominación y Última Guerra Española en Santo Domingo. Sociedad de Bibliófilos, en Sto. Dgo., R.D. 3-Grousset, Renato (1954) El Hombre y su Historia, Paris, 4-Henriquez Ureña, Max (1952) La Cultura y Las Letras en Santo Domingo. Editora Raigal Sto. Dgo., R.D. 5-Hernández Franco, Tomás (1978) Apuntes Sobre la Poesía Popular y Poesía Negra en las Antillas. Sociedad de Bibliófilos, en Sto. Dgo., R.D. 6-Laloup, Jean y Nelis, Jean (1962) Cultura y Civilización, Vol. III, Ediciones, “DINOR”, San Sebastián, España 7-Lizardo, Frandique (1995) Danzas y Baile Folclórico. Col. Inv., Sto. Dgo. R.D. 8-Rodriguez Demorizi, Emilio (1975) Lengua y Folklore en Santo Domingo. Col. Estudios. UCMM. Santiago, R.D. 9-Rosario Candelier, Bruno (1999) Lo Popular y lo Culto en la Poesía Dominicana. Col. Estudios, UCMM, Santiago, R.D. 10-Vega, Bernardo, Veloz, Maggiolo, Marcio, Dobal, Carlos y Otros (2001) Ensayos Sobre Cultura Dominicana. 6ta. Edición, Museo del Hombre Dominicana, Sto. Dgo., R.D. 11-Veloz Maggiolo, Marcio (1972) Cultura, Teatro y Relatos en Santo Domingo. Col. Contemporánea, UCMM, Santiago, R.D. Por: Neido Novas, MA. Técnico Docente Nacional Profesor Universitario