HAITI, ALEJANDRO PETION Y SIMON BOLIVAR

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HAITI
ALEJANDRO PETION Y SIMÓN BOLÍVAR
POR: RAMON PALACIO BETTER
IIPARTE
Pero fue después de la muerte de Petion cuando Bolívar lo nombrar
públicamente en un acto oficial y destacara el papel importante desempeñado por
el Presidente haitiano en la liberación de Venezuela. Lo hizo el 22 de octubre de
1818 en Angostura: “Perdida Venezuela y la Nueva Granada todavía me atreví a
pensar en expulsar a sus tiranos. La isla de Haití me recibió con hospitalidad: el
Magnánimo Presidente Petion me presto su protección y bajos sus auspicios
forme una expedición de trescientos hombres comparables en valor, patriotismo y
virtud a los compañeros de Leonidas”. La generosidad de Petion no se limito a los
numerosos refugiados que se encontraban en Haití.
Su visión genial de una America de hombres libres y sin distingos de raza lo llevo
a pensar en otros venezolanos y neogranadinos, en aquellos de piel oscura que,
aunque nacidos en America y después de la Declaración de Independencia de
Venezuela, seguían siendo propiedad de otros seres y gemían todavía en la
esclavitud. Planteo abiertamente el problema al Libertador de quien tuvo
inmediatamente el mejor respaldo; la liberación de los esclavos en las comarcas
que sus armas iban a independizar. Era el único precio que pedía el magnánimo
haitiano por los servicios prestados a la causa de los patriotas. Y apenas
desembarco el Libertador en Carúpano y luego en Ocumare de la Costa, cumplió
con su promesa a Petion: proclamo la abolición de la esclavitud. Pero donde mas
se puede apreciar la grandeza de alma y filantropía de Petion es cuando el
Libertador vencido en Ocumare y rechazado en Guiria por sus compañeros de
armas, vuelve a Haití, abatido y calumniado.
Escribe a Petion desde el Puerto Haitiano de Jacmel una larga relación de todos
los sucesos ocurridos desde la salida de su primera expedición. La termina
pidiéndole una vez mas, con acento conmovedor, protección y ayuda: “Confío en
que V.E. no me abandonara al destino que me abruma. V.E. es suficientemente
magnánimo para continuar sus generosidades hacia mi patria….Aguardo aquí la
respuesta de V.E. como el ultimo decreto Demi existencia política”. Cualquier
gobernante mediocre se hubiera desanimado y después de los numerosos
problemas internacionales que confrontaba Haití a causa de los auxilios y
colaboración prestada a la Expedición de Los Cayos, no hubiera ofrecido de
nuevo el apoyo necesario a un vencido. Pero Petion conocía profundamente a
Bolívar. Tenia fe en el, en su genio, en su perseverancia, en su patriotismo. Por lo
tanto le contesta tres días después (7-9-16)…….Si la fortuna se ha reído de Ud.
Por dos veces, quizás le sonría en la tercera oportunidad. Yo, por lo menos,
tengo ese presentimiento, y su algo puedo hacer para mitigar a pesar y su dolor,
cuente con todo lo que de mi dependa. Dese, pues, prisa y venga a esta ciudad”.
Y mas que la primera vez el Libertador tuvo todo lo que le hacia falta para
organizar su segunda expedición. Paso cuatro meses en Puerto Príncipe y
Jacmel y de nuevo recibió toda la generosa ayuda del mandatario haitiano así
como la de un amigo de este, el comerciante ingles Robert Sutherland. Y puesto
que los arsenales de Los Cayos se habían vaciado a raíz de la primera
Expedición y que el tesoro no estaba en condiciones de sufragar tantos gastos,
Petion, un gesto quizás sin precedentes en la historia del mundo, tomo una
medida extraordinaria y aun anticonstitucional, destinando todos los valores
recaudados por concepto de derechos de anclaje en los puertos de la Republica,
al auxilio del Libertador y de los demás emigrados para el éxito de sus patrióticas
empresas. Fue la única vez que Petion, durante su largo mandato de Presidente,
violo la Constitución. Además, presto a Bolívar los servicios de la fragata de
guerra haitiana “Wilberforce” para convoyar a su segunda expedición. El 18 de
diciembre de 1816, el Libertador salía del puerto de Jacmel, en donde el
Precursor Miranda, diez años antes, había creado la bandera tricolor de
Venezuela, el 12 de marzo, a bordo del “Leander”.
Pero el Libertador no fue el único en recibir tan generosa ayuda. Todos los
patriotas hispanoamericanos que, desde el destierro, pensaban reanudar la
luchador la liberación de su país, vislumbraron un rayo de esperanza, pues con
razón pensaban que ellos también podrían encontrar en Haití los auxilios
necesarios para llevar a cabo patrióticas empresas. Y sus esperanzas no fueron
vanas, Aury y el representante de los patriotas mexicanos, J. Cadenas, lograron
organizar desde Los Cayos una expedición contra las costas de México, en mayo
de 1816. El general Bermúdez recibió la ayuda económica de Petion para volver
con sus amigos a Costa Firme. El general Mina termino el apresto de su
expedición mexicana en Puerto Príncipe y recibió el apoyo moral y material del
gobierno haitiano. El coronel Labatut, refugiado también en Haití en la misma
época, estuvo dos años preparando en Puerto Príncipe y en Los Cayos una
expedición contra la Nueva Granada. El general Mac Gregor hizo de los puertos
haitianos su base mas segura para realizar sus empresas contra la Isla Amelia,
Portobelo y la Costa de Mosquitos, Además, numerosos corsarios patriotas de
Brion, Padilla, Felipe Estévez, Villeret, visitaban frecuentemente los puertos
haitianos en los que les era permitido armarse y aprovisionarse.
Petion había convertido a la Republica de Haití en un baluarte de la libertad, en
un farallón de la Revolución Hispanoamericana. La causa de la emancipación, de
la libertad y de la abolición de la esclavitud encontraron entonces el más
patriótico y desinteresado apoyo del jefe haitiano. Se entiende por amigo y
protector haitiano, escribió al Presidente Boyer, sucesor de Petion, las líneas
siguientes que inmortalizan al grande hombre en la conciencia de la America:
“He sabido con el mayor sentimiento la muerte del Presidente Petion: su
patriotismo, su generosidad y las demás virtudes que lo caracterizaban han
excitado mi veneración y la de todos mis compatriotas: esa veneración será
inmortal como el nombre de Petion” (14-8 – 1818).
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