Sobre oberto Arlt - Revista de la Universidad de México

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Miguel ng I
Sobre
Roberto Arlt
Dibujos
de Vlady
orale
oberto Arlt
En Los siete locos (19 _9) ) fAJS /an:allamas ( 1931 ),
del escritor argentino Robeno
rh (1900-1942),
está el afán de de ribir el alma humana acorralada
por la violencia la duda interna. Al leer algunlls de
sus subtítulos (hEl terror en la alle", "1:1 humillado", "Capas de obscuridad", "TrabajO de J:¡ angustia"), nos damos cuenta del estado de conciencia en
que viven la mayoría de sus p<:rsonaJc~. Ya no es la lucha entre la voraz naturale/a y lo~ hombre~ ~¡no la del
hombre contra su alma maltrecha. Atormentado~ e
irascibles, los mueve un deseo reJentorista purque están en el holocausto, en espera de la sahat:lllll final.
La hi toriJ de Los SIete /OClH y !.OS lall:a//amtJs
e aparen temen te inconcu el den umbe Jel Illa tn·
monio de L:rdo ain
el aut-:e dc hordas 11I11Ill~ta~
que tratan de cambIar el IllUnJll al llIanJo Jel
Astrólogo. Conu¡ en U) otras nllvt'las y cuentll~ Arll
lanLa un fUlioso ataque contra la CtlIt!\lrlllltl,ld \ la
descri¡x:ión Ilatura(¡)ta. A\í, lo qlle Ill;¡~ \C otlla cn
13
e ta obra es la monotonía y las aventuras que se
repiten día con día. o en vano Los siete locos
principia con una sorpresa: cuando se descubre que
Erdosain, cobrador de la Limited AzuéÍlrer Compal/Y, ha estafado a ésta seiscientos pesos y siete
centavos. A partir de ahí, los sucesos se precipitan
¡'crtig.lOosa y afiebradamente. Erdosain permite que
su mujer se vaya con su supuesto amante y se deja
humillar y abofetear por Barsut, que lo ha denunciado. I:.n venganza, decide secuestrarIo y para eso
busca el auxilio del Astrólogo. Todo esto en pocas
horas: pareciera que el apocalipsis y las desventuras
sólo irven para romper la cotidianeidad.
Los dc eo del Astrólogo y de Augusto Remo
Lrdosalll son iguale a los de otros "locos" como
Ergucta. Ihpólita, Barsut, Haffner y hasta EIsa, una
c po a burguesa atormentada por la vida de su
C~rOS(). l' sc ind idos cnt re sus esperanzas y lo que
vcrJaderal11cntc rea.li/an, son c mo bestias metafísica~ quc vlvcn Insatisfechas. La diferencia está en la
lorma t'n que luchan para librarse de esta insatisfaclIUII I I \st rullJ!(o busca en su demagogia incendiaria;
I 1t1m,lIn t'n SIIS lIlonúlogos y sueiíos privados; Hipóhel l'lI cl .lIll0r aSl'xual a UII ser ca trado; Ergueta en
~ll~ tC\tll\ bll)itcos: Uarsut cn la denuncia y en sus
IIl'lh¡s IHllI, wO(J(lc~cos: Ilaffner en prostituir y en
llt'PI\C lalllCI l'l \exo por pro titutas. EIsa termina
en un ClIlIClcrto. Al Astrólogo le interesa ser Dios:
'"("un t und IIl1lt' con Oios." e pueden contar con los
drdlls dc 1;1\ lIlanos a quiene la necesidad de
Icall/.lI\l' les ItII.O sentir la voluntad de vivir con
t111)\C\ Lcnlll fut' t:l último dios terrestre que pasó
por el nllJIIJo". hJos:lin, siempre acorralado por
~us pcmanllentos, tiene que gritar cuando nadie lo
oye ","h' bestias dormida: ¡eh!. juro que...
pero no... yo quiero violar la ley del sentido
cllllllín. lranquilos animalitos ... No. Lo que quiero
es pregonar la nueva audacia, la nueva vida." La
búsqucJa del semidiós terrestre y la "nueva vida"
no cquivalen a profundizar en las ambiciones de su
conciencia (empresa por demás imposible, ya que
sus conciencias son como pozos profundos e infinito t10nJe nada emerge), sino la vitalidad momentá·
nea que da el escupitajo porque sí, el asesinato y la
patada premeditada y alevosa, el hapenning sangriento. el teatro de la crueldad como la villanía perfecta. Pero estos simulacros y actos gratuitos jamás los
convencen. Sin sentido la vida, queda por explorar
la muerte. el suicidio y el asesinato como máxima
estética individual.
La vida de Erdosain es un compendio de farsas
que lo hast Ían. Educado severamente por su padre
no tarda en hallar placer en la humillación. Cuando
se casa con EIsa, mujer con la que mantiene uria
actitud distante y asexuada, busca en ella la pureza
y a la vez la traición; actúa como esos maridos que
gozan oyendo a su mujer fornicar con otro hombre
más vigoroso. Ella se niega a aceptarlo como inventor y lo orilla a la masturbación frenética. El
a su boca resignada", Remo (Erdosain) tenía la
n ci6n de estar enquistado en la pulpa ardiente
de un monstruo gigantesco." Mientras hacen el amor
en la cama, la mata de un balazo. Erdosain le
increpa y aúlla como cuando sueña que lanza su
men al aire, mientras su mujer se dirige a la·
cocina: "¿Viste?.. ¿Viste lo que. te pasó por
andar con la mano en la bragueta· de los hombres?
t
son las consecuencias de la mala conducta.
Perdiste la virginidad para siempre. ¿Te das- cuenta?
Perdiste la virginidad. ¿No te da vergüenza? ..
uera del paraíso sexual, tanto Erdosain como el
tr6l go (que está castrado) buscan la redención
del mund en una mezcla de nihilismo, "Mística
indu triar', fascismo y marxismo corriente. Quieren
bi r las mentiras de los hombres por otras más
andi a que no tengan grietas por donde pueda
I
I duda
la meditación. Para el Astrólogo,
J h mbr e un animal en continua meditación que
(le e it
I nueva fe que será provista por su organi·
i n
ret.
"terrible banda de Témperley" realizará la
ei dud en base al ejército, la riqueza, la
bre todo, la vehemencia salvadora del
Bu ador del Oro será el Jefe de
y
ina; el Mayor "ramificará nuestra
en el ejército"; Arturo Haffner, cafisho
para qui n la máxima pure<:a terrestre y femenil es
un ti 'u 11 I qu trató de prostituir, será el Gran
p lnaren Pr ti ulario y Erdosain será el Jefe de
Indu~1rin.
u que es químico (ha inventado el
() en y de onfía de "las bombas... prefiero los
t de ,1 terroristas, siempre están atrasados
en material de tructor". Estas cuatro organizaciones
e tnn ba ti en la explotación, el engaño, la tiranía y
1 fuerza ruta. 'n la sociedad que trata de implantar
el
tr610g tod estará organizado como una gran
m qumaria donde no pueden fallar sus cuatro podero·
so en rane . Pero el complot es desmembrado. Haff.
ner cae en una emboscada, Erdosain se suicida, el
trólogo huye con "la coja" Hipólita, Barsut es con·
tratado para filmar el drama de Témperley. Una vez,
1J sociedad liquida a los facinerosos que aspiran a
cambiar la vi lcncia y la razón institucional.
En el prólogo a la edición italiana de Los siete
locos / selle pazzi. (1971) Juan Carlos Onetti declara
que "Roberto Arlt tradujo a Dostoievski al lunfardo"
y. en efecto, hay muchas coincidencias entre Los siete
/.os lanzallamas con Endemoniados. Existe
locos
la misma atm6sfera catastrófica en ambas obras el
mismo fervor milenarista, la rápida sucesión' de
a ontecimientos y hasta personajes con idénticos
rasgos: el strólogo es Stavrogin; Erdosain, Ve¡jo.
vens.kl; Bromberg, Fedka, la coja Hipólita es María
Timofoievna y Liza okolaeva es María la Bizca. Ade·más. Los lanzallamas iba a ser titulada "Los Mons.
truos", pero a última hora, a sugerencia del novelista
Carl?s AJberto Lehuman, el título fue cambiado.
I Dostoievski rastrea los acontecimientos nihilis.
tas ruso para e -nblr l:ntil'lI/(m/tJJtll. \rlt '>C 1.:011tenta con que I.os I/cl/' 1.(I('os (escrita en I q2 >
1929). se adelanle a la re oluclOn del trelllta. Al
igual que el presdlente José F Unburu. que cambIa
la constitución por Idea faSCista al derrocar a
Yrigoyen, los héroes de rlt llenen la mi ma coxa peración por la idea fascl ta . En una nota se seflala
esta similitud. "Indudablemente resulta curioso que
las declaraciones de lo revolucionario del 6 de
septiembre coincidan I.:on tanta e:-.actitud wn aquellas que hace el 1a} or y uyo de arrollo confirman
su esos acaecidos después del 6 de septiembre".
Pero iempre hay matice en I.os siete locos y
Los lan::allamas que lo alejan de t.'ndc1Tloniados: los
endemoniados nihili tas ru os del siglo XIX pasan a
ser poseidos argentinos con tintes fascistas.
Desde los veintes y los treintas, Roberto Arlt tuvo
que soportar multitud de interpretaciones que, poco a
poco, lo destinaron a ser un escritor maldito. misán-
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lrupo purtel", y l bo estepario regodeado en los pesares de los humillados y ofendidos. Esta fama la había
forJado su primera obra ahora desaparecida, El diario
de /In II/orfinámano (1920), que narra, según José
Marial. la "tragedia de los que consumen su mísera
exi tencia con estupefacientes", y después con su bildungroll/an El juguete rabioso (1926), en la que Silvia
Aster ingresa pícaramente al mundo del hampa.
Los trescientos ensayos, notas, aproximaciones,
estudios críticos, homenajes, descripciones, análisis
estructural-marxista son tan abrumadores y caóticos
que uno termina por preguntar cuál fue la realidad
que sustentó los relatos de Arlt. Una lectura apresurada de los títulos de estas exégesis, que van desde
1928 hasta 1972, es triste y cómico: Angustia
metaf¡'sica en la obra de Roberto Arlt, Roberto Arlt
o el mensaje de un maldito, Arlt: humillar y
seducir, Silencio y humillación en la obra de Arlt,
Lo crisis en la narrativa de Roberto Arlt, Arlt y los
-'
¡
ge, en su infmita e interminable Biblioteca, se
obsesiona por el determinismo y el doble del Cosmos;
ortázar. en sus departamentos y espacios cerrados,
de ribe el absurdo; Roberto Arlt estuvo en la
pocilg;¡ dando patadas iracundas contra la burguesía
[gentina. Pudo haber escrito su Diario Argentino
p re ido al de Witold Gombrowicz, de no haber
malga tado su tiempo con sus Aguafuertes porteñas
1 33, que tanto éxito tuvieron en el periódico El
\fundo. n eUas, rlt sale de su covacha para lucir
su p rsimonia su serenidad y su ponderación, precimente cu ndo su método de trabajo era el apresumIento y las condiciones desfavorables: "Escribí
mpre en redac iones estrepitosas, acosado por la
11 i n de la columna cotidiana".
h r e de Arlt encallan en Uf} mundo pleno
ntimi ntos d stoievskianos, exasperados por
IIr de
errados confinamientos. Toda una
leda d pr ri! s y deformes conspiran contra las
tum re y la belleza apolínea. En estos
nden uicidas, tránsfugas, cafishos
pr
n tu . m nía s, tuberculosos, morfmóman ), unnrquist . a e inos, bizcas, cojas, redentores
I l.
U rt
Di no convertimos en víctimas
~e la fa tlllid d; purecem s idiotas regidos por el
IlbwlIlaJ que termina en sangre y masacre. Arlt
etende npu ur lo
alones lumínicos para que
Iilll een lo cal
z y los sótanos en penumbra.
rrot d I
nguinaríos redentores, no queda
que la uni n entre el diablo y el hombre
t mido. 1:1 011101' bmjo (1932) precisa esta alianza y
d fruta. el iabl com liberador de nuestras fuer/.. vl:ulta. t rmina agotado por las estupideces de
su busto.
que en Erdosain es humillación y
$UI .dio, cn Balder, el héroe de El amor brujo, es
ver3 Ión t jante y huida. No le interesa convivir
n Ircnc, la mujer que seduce, sino el descubrir
que no es virgen. lIa es como aquellas mujeres
"llllIno clldas en interminables sesiones de cine, masturbada por í mismas y los distintos novios que
tu ier n hasta que contraían enlace con un imbécil.
te a u vez había engañado, manoseado, y mastur.
b do a distintas jovencitas, idénticas a la que ahora
se casaba c n él". La derrota del Diablo es la de la
lUJuria, un tema que Arlt jamás logró ensayar. Podía
perse uir a sus héroes hasta que éstos fornicaban y
d3ban cuenta que su amor por esa mujer conc/u ía, pero no los acompañaba en sus frustraciones,
derrotas, orgasmo lumínicos y en la vida matrimonial que termina en el asco y en escenas perfectamente tediosas.
n el Escritor fracasado, cuento de El jorobadito
1933), Roberto Arlt muestra al endemoniado incapaz de recibir a la Musa. Su vida ~ecorre todas las
etapas que un escritor estéril pueda tener. Al principio cree en su vida poética pero, desesperado, se
enclaustra a luchar contra su pobreza retórica. Sin
poder escribir nada, decide esperar pacientemente la
Gran Revelación; imposibilitado para este exorcismo
se convierte en actitivista pannetario, de pués en
acre crítico literario, y finalmente aceptar, resignado su derrota.
Estas páginas, atestadas de bilis y odio, son la
memoria del subsuelo del escritor vanidoso que,
después de pasar por un prontuario espiritual abrupto, se da cuenta que sus golpes y blasfemias apenas
lo consuelan. Su "metafísica del provocador" (Walter Benjamin), su esterilidad apantallan te, su locura
premeditada son tristes acciones para proclamar su
libertad; pero estas acciones violentas jamás lo con·
vencen.
o puede escupir sin que su conciencia
vigilante (perpetuamente insatisfecha) se percate de
lo que sucede. De ahí que cualquier fanfarronada y
conflagración literaria se derrumben. Entre la voluntad de ser gran escritor y su realización hay un
enorme abismo. En el rechazo total, el escritor niega
la libertad (¿para qué sirve si no todos pueden ser
creadores?) la democracia (no todos pueden ser
17
poetas), igualdad (nadie puede ser creador) para
terminar con la inutilidad del arte (¿de qué sirve un
poema?). Así, falsamente, el libre albedrío, la libertad y el arte sufren colapso. En intenso monólogo,
el "escritor fracasado" ve la inutilidad de luchar
contra la sociedad burguesa. Ensimismado, se con·
vierte en espectador de su propio melodrama: "Me
siento dichoso de ser así, estéril, médico, seco,
amable. Tengo el orgullo de pensar que en mi
personalidad se puede estrellar el infmito, sin dejar
ni una sola de sus partículas de inmensidad...
Desafío a que haya alguien que sepa sacar mejor
partido que yo de las intenciones abortadas, de los
ensayos manidos y de las cegueras y cojeras de sus
prójimos". Esta lucha contra la Cultura y la Sociedad
diviene en autodestrucción: "¿Para qué afanarse en
estériles luchas, si al fInal del camino se encuetra como todo premio un sepulcro y una nada infmita? ..
Existe similitud entre la esterilidad del escritor
te. Estas relaciones son totalmente castas y cuando
hay un acercamiento erótico, como en la masturba·
ción de la Noche le"ible, el héroe huye espantado
de la posibilidad de casarse con su prometida.
Los novios que describe Arlt, son solitarios,
hurafios y miedosos y tienen una tremenda lástima
por los esposos de sus antiguas esposas. Los maridos
n burgueses, satisfechos, monótonos, abúlicos e
in paces de preñar a su esposa; ellas son farsantes
que han dejado su gran amor por una posición
econ6mi I tocan piano o se distraen con sus ami·
. Arlt todavía cree que las esposas a pesar de su
ritual tedioso, son baluartes de fidelidad y masoquis·
mo. Hay pocos amantes que rondan la cama de las
. ugenio Karl -en Una tarde de Domingomente quiere seducir a Leonilda, ya que su
e tá au nte. Ella juega con él hasta que lo
de u habitaciones. Eugenio Karl le había
dJch ant ,e mo si pensara en su futura derrota:
.. n r alidnd con er a una mujer es una tristeza .
m . ada mu hacha que pasa por nuestra vida nos
xidn I
precioso adentro. Posiblemente cada
h mbre que p
por la vida de una mujer destruye
n 11 un f ceta de bondad que otros dejaron
¡flta 1 I
rque no encontraron la forma de romper·
l. . lam II I recíproca. Somos una buena cáftla
de nall .....
p r d ~ de este tipo de seductor, abundante
br de rlt, e que también pretende ser un
buen y
rfe t e p so, olvidando inútilmente su
uhr J .
ahí que no pueda ser ni buen amante o
ti n m 'd
p rque siempre le reprocha a la mujer
íIld d pnm ser desflorada. Por eso, los héroes
rlian'
rinden al percibir la sexualidad; prefieren
1
r
n el lodo del amor inexistente.
Lo ju rga de los Polichinelas y Un hombre
'lIs.ibl . burlerí s cortas, se parodia la vida rutinari . I m n gamia, el adulterio y el momentáneo
m trimonial. En La juerga de los Polichinelas
e 1 m ante la desgracia del marido que visita a su
rival en am res; el cornudo goza la imposibilidad del
amante de seducir a su esposa: "Cada beso debe haberle costado a usted un tratado de dialéctica y dos
de metafísica. ¡Qué digo! Una paloma resulta una
ave carnicera aliado de mi esposa". Pronto termina la
farsa y la crisis del matrimonio: el esposo es un aliena.
do que tiene "la manía de creerse marido engañado".
ada vez que se fuga del manicomio hace la misma
operación: "sigue por la calle a la primera pareja que
encuentra interesante; luego visita al hombre y se de·
clara marido de la muchacha..."
En Un hombre sensible, un rentista se burla de la
"dolorosa vida de los empleados" y en especial de
su amigo Rosma. Ahí se pone en práctica la estética
y el plac~r del ocioso que imagina una horrible
rutina. ¿Para qué seguir con una vida que no nos da
sorpresas? Queda el suicidio, el terror individual, el
fascismo, la fantasmagoría privada como santo y
seña de una vida enormemente im)til y aburrida...
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