5. La Baja Edad Media. Crisis de los siglos XIV y XV.

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5. La Baja Edad Media. Crisis de los siglos XIV y XV.
5.1. Los reinos cristianos en la baja edad media: La organización política. Las
instituciones. [Incluye reino de Castilla y corona de Aragón]
En la Corona de Castilla la autoridad de la monarquía se fortaleció considerablemente a
partir del s. XII, se inició en el reinado de Alfonso X “Las partidas” (1188-1230) y se fue
confirmó con la promulgación del Ordenamiento de Alcalá en 1348, por parte de Alfonso
XI. En este documento se reconoce que el rey tiene el poder de hacer y cambiar las leyes y
los fueros de Castilla. Sin embargo en este proceso de fortalecimiento del poder real, los
nobles a pesar de ceder su poder político después de duros enfrentamientos con el rey, no
perderán el poder económico y social, de hecho lo fortalecerán a través de los mayorazgos.
Castilla estará organizada políticamente como reino, un concepto de monarquía de derecho
divino, hereditaria y patrimonial. Las instituciones de gobierno castellanas procedían de las
visigodas, las asambleas consultivas ordinarias y extraordinarias se convierten en Consejo
Real, creado en 1385, se convirtió en el centro de las grandes decisiones políticas estaba
formado por representantes del alto clero, de la alta nobleza y juristas y las Cortes
asamblea que había surgido a finales del s. XII (1188), durante el reinado de Alfonso IX
de León. En las Cortes participaban además de los nobles y el alto clero, representantes de
las ciudades a partir del s. XIV las Cortes de Castila y las de León se unificaron en una sola
asamblea. Con el fortalecimiento del poder real irán perdiendo potestad legislativa, se votan
impuestos o subsidios a la Corona, reconocer al nuevo rey y a su heredero. Audiencia en
1371 dependía del monarca y funcionaba como órgano supremo de justicia, en principio
itinerante, en el s. XV se fijó una audiencia fija la Chancillería de Valladolid. En cuanto a
la admón territorial, el reino estaba dividido en merindades y en adelantamientos. En el
gobierno local, los municipios se establecen los regimientos o concejos restringidos
formados por un reducido nº de personas, el regidor era nombrado por el rey con carácter
vitalicio entre los nobles locales o la alta burguesía y por encima de éstos se irá perfilando
la autoridad del Corregidor, funcionario de nombramiento real que de hecho controlará el
gobierno de las ciudades desde el s. XV fueron funcionarios permanentes.
En la Corona de Aragón , surgida como reino en 1137(tras el matrimonio del conde
Ramón Berenguer IV con la heredera al reino de Aragón Petronila).. La estructura política
aragonesa es federal y pactista: Cataluña-Mallorca, Aragón y Valencia, tenían en común un
mismo monarca, pero en cada uno conservaba su personalidad lingüística, leyes,
costumbres e instituciones propias. El pactismo aragonés se originó durante el reinado de
Pedro III el Grande cuando firmó el Privilegio General en 1283, por el cual el rey debía
contar con el consentimiento de las Cortes en asuntos importantes, debía reunirlas
periódicamente y el poder del monarca quedaba limitado por las costumbres y leyes de cada
Estado y el rey tenía que jurar y aceptar las peculiaridades de cada uno. Las instituciones de
gobierno de Aragón fueron: Cortes, independientes en Aragón, Cataluña y Valencia que se
reunían cada 3 o 4 años y, a diferencia de las castellanas, tuvieron un verdadero poder
legislativo. Las comisiones temporales de las Cortes se convirtieron en diputaciones
permanentes, que ampliaron sus competencias: la de Cataluña o Generalitat, la diputación
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del reino de Aragón y la del reino de Valencia. En el reino de Aragón se creó el cargo de
Justicia de Aragón, su función primordial era la defensa de los fueros del reino. La
autoridad real estaba representada en los distintos territorios por lugartenientes o virreyes,
que actuaban en su nombre. Los municipios fueron cayendo bajo el control de oligarquías
urbanas con distintos cargos donde destaca el consejo municipal como el consejo de
Ciento en Barcelona (Consell de Cent)
5.2. Los reinos cristianos en la baja edad media: Crisis demográfica, económica y
política.
Los dos últimos siglos medievales coinciden con una fase de crisis en Europa, que también
afectó a los reinos peninsulares. En la primera mitad del siglo XIV se produjo una crisis
demográfica, una disminución de la población en algunos casos catastrófica debido a
diversas causas: malas condiciones climáticas arruinaron las cosechas y desencadenaron
crisis de subsistencia; También la peste negra o bubónica llegó a la península en 1348, y se
extendió con rapidez desde las Baleares y la costa levantina hacía el interior; después de la
primera oleada la población, debilitada por el hambre, era más propensa a contraer
enfermedades, después hubo otros brotes más localizados. Afectó más al litoral que al
interior y más a las ciudades que al campo, además de gran mortandad, se produjeron
movimientos de población y despoblamientos en algunas zonas. Además disminuyó la
mano de obra y subieron los precios. La crisis no sólo afecto a los más pobres, sino que
supuso para los señores (nobleza y clero) una disminución de rentas y vasallos; la reacción
señorial se centró en recuperar sus pérdidas a costa de los campesinos y de la monarquía.
Esto produjo conflictos sociales: se dieron rebeliones campesinas de carácter antiseñorial
como el movimiento remensa en Cataluña que se solucionará en 1486 con la Sentencia
arbitral de Guadalupe que pone fin a los malos usos y al servilismo medieval. También se
dieron enfrentamientos en las ciudades, como en Barcelona y rivalidades entre bandos de la
nobleza por el control municipal (Busca y Biga). Además se produjeron ataques contra la
población judía por parte del pueblo llano, se les culpa de la peste.. sentimiento xenófobo.
Crisis económica provocada por las malas cosechas, la disminución de la producción,
crisis que afecta al resto de actividades económicas, disminuyen las rentas, la artesanía y el
comercio de este panorama desolador sólo salió favorecida la actividad de la ganadería en
Castilla, aumenta la exportación de la lana ante el aumento de los pastos. En Aragón la
crisis económica provocará la decadencia comercial y el puerto de Barcelona anteriormente
protagonista cede su puesto a otros puertos peninsulares, Valencia e italianos. Por otro lado
se inicia el proceso de fortalecimiento de las monarquías que choca con las pretensiones de
la nobleza de detentar el máximo poder en sus señoríos y fuera de ellos, se producen
guerras civiles en los reinos de Castilla, (entre 1366 y 1369 se produjo una guerra civil
que llevó al reino al borde de la descomposición entre Pedro I el Cruel y Enrique de
Trastámara, que terminó con el establecimiento de la nueva dinastía con Enrique II, y en el
s. XV entre Juana la Beltraneja e Isabel de Castilla, que terminó con el reconocimiento de
la reina Isabel I Tratado de Alcaçovas 1479). En Cataluña la muerte de Martín el Humano
sin descendencia provocó conflictos por la sucesión que se resolvió con el Compromiso de
Caspe (1412), al nombrar a Fernando I el de Antequera, como rey, de la casa de los
Trastámara, y durante el reinado de Juan II entre 1462 y 1472 se produjo la guerra civil en
Cataluña a causa de diversos enfrentamientos se termina cuando Juan II firma la
Capitulación de Pedralbes pero las sucesivas crisis dejan arruinada a Cataluña.
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5.3. Los reinos cristianos en la baja edad media: La expansión de la Corona de
Aragón en el Mediterráneo.
De los territorios que integraban la Corona de Aragón, tres de ellos: Cataluña,
Valencia y Mallorca se abrían al Mediterráneo, lo que determinó su vocación comercial y
su ámbito de actuación. Desde mediados del s. XIII la Corona de Aragón había finalizado
su propia reconquista debido a que, por el oeste, se encontraba limitado por la Corona de
Castilla. En esa situación la Corona de Aragón con Jaime I el Conquistador como rey,
comenzó a expandirse por la única vía libre que tenía: el mar Mediterráneo así conquistó
las Baleares (1230). Sus sucesores Pedro III y Pedro IV contando con la ayuda de los
almogávares (ejército mercenario al servicio del rey aragonés) dirigidos por Roger de Flor,
se apoderan de importantes puntos en torno al Mediterráneo: Sicilia 1282, Cerdeña 1324 y
durante un breve tiempo fueron aragonesas los ducados de Atenas y Neopatria, y con
Alfonso el Magnánimo se conquista Nápoles en 1443.Gracias a esta expansión se
desarrolló un activo comercio internacional, en el que Cataluña y sobre todo Barcelona,
tuvo un papel prioritario. Se exportaban hierro y tejidos y se importaban cereales, pieles y
especias. La etapa de máximo esplendor del comercio catalán fue en el siglo XIV, pero la
crisis bajo medieval afecto a esta actividad y Valencia sustituyó a Barcelona como principal
puerto mercantil. La expansión territorial aragonesa será la base de su hegemonía comercial
que duró hasta el s. XV, comercia con Asia (Constantinopla, Damasco..) y África ( Bujía,
Tremecén, Túnez..) importaban especias, sedas, oro, perfumes, telas… y exportaban
tejidos, pieles, lanas, armas…Para defender los intereses de los comerciantes se crearon los
Consulados del mar, en ellos había un representante del rey, el cónsul, que tenía poder para
resolver litigios y actuaba como delegado ante la autoridad del país. La caída de del
Imperio bizantino (1453) con el consiguiente avance turco y la profunda crisis de Cataluña
en el s. XV aceleraron la decadencia del comercio Mediterráneo, en especial el puerto de
Barcelona y al mismo tiempo surgían las rutas atlánticas.
5.4. Los reinos cristianos en la baja edad media: Las rutas atlánticas: Castellanos y
portugueses. Las Islas Canarias.
La exploración y conquista de las Islas Canarias se enmarca en el contexto de la expansión
por el Atlántico sur de castellanos y portugueses; los avances científicos y técnicos hicieron
posible esta expansión. Los objetivos de los reinos cristianos eran acceder a las rutas del
oro del Sudán, marfil y esclavos y descubrir nuevas rutas para acceder de forma directa a
los centros de producción orientales. Portugal mantuvo la iniciativa, conquistó Ceuta
(1415) y descubrió y colonizó varios archipiélagos: Madeira (1419), Azores (1427), con el
apoyo del rey Enrique el Navegante y la escuela de Sagres consiguieron establecer la ruta
del Atlántico sur fundando factorías comerciales que servirán de escala: Cabo Bojador,
Golfo de Guinea buscan el paso hacia el O. Índico (Cabo Verde, Golfo de Guinea). Las
islas Canarias desempeñaron un papel determinante en este proceso, eran ya conocidas y
aparecían en cartografías musulmanas del s. XI pero se sabía muy poco de ellas. Carecían
de interés estratégico hasta comienzos del siglo XV se emprende una conquista efectiva del
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archipiélago en el siglo XV 1ª islas menores: Lanzarote, Fuerteventura, Hierro y Gomera
bajo el reinado de Enrique III (1402), por iniciativa de la nobleza castellana que las
incorporan al régimen señorial En los primeros intentos colonizadores participaron, sobre
todo, aventureros y comerciantes de diversos orígenes, Bethencourt incluso fue proclamado
rey de Lanzarote por Enrique III de Castilla. Desde 1475 las islas mayores por iniciativa de
los RRCC: Gran Canaria, Tenerife y La Palma y se mantendrán como tierras de realengo.
Los RRCC utilizan para la conquista las Capitulaciones, acuerdos por los que el rey
autoriza a particulares a conquistar y evangelizar los nuevos territorios, que estarían bajo
soberanía real. El archipiélago estaba dentro de la zona de interés tanto castellano como
portugués y se convirtió en motivo de rivalidad, los portugueses reclamaron al Papa, y en
1479 con el Tratado de Alcaçovas en el reinado de los RRCC se acordó reconocer las
Canarias de Castilla y las tierras africana al sur del archipiélago de Portugal. Las Canarias
fueron rápidamente castellanizadas.
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