BENEDICTUS XVI Joseph Ratzinger 2005-2013 Benedicto XVI: “Esperanza equivale a fe” Su encíclica Spe Salvi (2007) aborda el sentido de la vida, que radica en la esperanza en una salvación comunitaria no individualista. Rodrigo Pablo Ingeniero civil B enedicto XVI ha renunciado. El alcance de su decisión se irá estableciendo progresivamente para el futuro de la Iglesia. La presente reflexión pretende rendirle un pequeño reconocimiento a un hombre que con su palabra, escritos y actitudes —hizo frente a nombre de todos, y especialmente, de los más débiles— a ideologías políticas, económicas y sociales que atentan continuamente contra el progreso. Denuncia el aborto, la eutanasia y concepciones estrambóticas de familia que se intentan imponer. Su renuncia no dejó indiferente. Diversos líderes se han pronunciado frente a ella, reconociendo su altura moral e intelectual. Benedicto XVI orienta y fortalece a quienes luchan por un mundo más justo. ¿Por qué renunció? Según su propia explicación, “Dios me pidió dedicarme a la oración y la meditación. Si Dios me pide esto, es justamente para que pueda seguir sirviéndolo en la Iglesia con la misma dedicación y amor con que lo he hecho hasta ahora, pero de una manera más adecuada a mi edad y a mis fuerzas”. En abril cumplirá 86 años. Su explicación entrega esperanza. Remite a un Dios personal que se comunica y está presente en nuestra vida. Al que siempre se puede servir con lo que llena de sentido la existencia. Se deja una responsabilidad, se asumen otras, pero no se jubila jamás. También es destacable el desprendimiento frente a su cargo. Algunos lo han ignorado y han preferido concentrarse en señalar que la interpretación “oficial” sería acomodaticia. Al Papa anterior —no obstante sus múltiples dolencias— se le valoraba por su decisión de seguir al frente de la Iglesia; a este Papa, renunciar a su cabeza. Pero no hay tal acomodo, pues ambas opciones son legítimas y ambas, dignas de admiración. Somos parte de un cuerpo con variados carismas y llamados a lo largo de la vida. Lo central es estar atentos a estos últimos y seguirlos cuando corresponda. Joseph Ratzinger —hijo de un modesto policía— es un pensador y escritor sólido. Delibera con independencia, desafiando a la sabiduría convencional, sabe escuchar y ve a fondo. Dice verdades que le acarrean críticas y que sus contradictores nutren con escándalos, pocos argumentos y mucha publicidad. Esta última, impulsada por posturas inconsistentes, impide escrutar los males que interpelan, no solo a la Iglesia, sino a nuestra sociedad. 1 COMUNIÓN CON JESÚS Benedicto XVI, en su encíclica Spe Salvi —Salvados por la Esperanza—, entregada el año 2007, indaga sobre el sentido de la vida, cuyo fundamento es un Dios amoroso, el sufrimiento, el significado de la muerte, qué significa progreso, las opciones morales que debe hacer cada generación, en qué se sustenta el presente y a qué se accede con la muerte. En su texto hace una interesante descripción del mundo precristiano y de la esperanza que Cristo nos trae: “También cuando la Primera Carta de Pedro exhorta a los cristianos a estar siempre prontos para dar una respuesta sobre el logos —el sentido y la razón— de su esperanza (cf. 3, 15), ‘esperanza’ equivale a ‘fe’. El haber recibido como don una esperanza fiable fue determinante para la conciencia de los primeros cristianos, como se pone de manifiesto también cuando la existencia cristiana se compara con la vida anterior a la fe o con la situación de los seguidores de otras religiones. Pablo recuerda a los efesios cómo antes de su encuentro con Cristo no tenían en el mundo ‘ni esperanza ni Dios’ (Ef 2, 12). Naturalmente, él sabía que habían tenido dioses, que habían tenido una religión, pero sus dioses se habían demostrado inciertos y de sus mitos contradictorios no surgía esperanza alguna. A pesar de los dioses, estaban ‘sin Dios’ y, por consiguiente, se hallaban en un mundo oscuro, ante un futuro sombrío”1 . ¿Se refiere el Papa únicamente al mundo antiguo o también a lo que vivimos hoy? Más adelante, explica qué se entendía en esa época por filósofo, el cual no era un intelectual, sino el hombre sabio que sabe y ayuda a vivir. ¿Quién es el verdadero pastor o maestro? “El verdadero pastor es Aquel que conoce también el camino que pasa por el valle de la muerte; Aquel que incluso por el camino de la última soledad, en el que nadie me puede acompañar, va conmigo, guiándome para atravesarlo: Él mismo ha recorrido este camino, ha bajado al reino de la muerte, la ha vencido, y ha vuelto para acompañarnos ahora y darnos la certeza de que, con Él, se encuentra siempre un paso abierto. Saber que existe Aquel que me acompaña incluso en la muerte y que con su ‘vara y su cayado me sosiega’, de modo que ‘nada temo’ (cf. Sal 23 [22], 4), era la nueva ‘esperanza’ que brotaba en la vida de los creyentes”. La cursiva es del autor de este artículo. MARZO - ABRIL 2013 97 33 MSJ iglesia El Papa se pregunta si es individualista la esperanza cristia- aprendizaje de la esperanza es la oración. Cuando ya nadie na. ¿Cómo ha podido desarrollarse la idea de que el mensaje de me escucha, Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo Jesús es estrictamente individualista y dirigido solo al individuo? hablar con ninguno ni invocar a nadie, siempre puedo hablar ¿Cómo se ha llegado a interpretar la “salvación del alma” como con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme —cuando se huida de la responsabilidad respecto a las cosas en su conjunto trata de una necesidad o de una expectativa que supera la cay, por consiguiente, a considerar el programa del cristianismo pacidad humana de esperar—, Él puede ayudarme [25]. Si me como búsqueda egoísta de la salvación que se niega a servir a veo relegado a la extrema soledad...; el que reza nunca está los demás? Luego señala: “A este respecto, De Lubac ha podido totalmente solo”. demostrar, basándose en la teología de los Padres en toda su amplitud, que la salvación ha sido considerada siempre como HACER PROPIAS LAS PREOCUPACIONES DEL PAPA una realidad comunitaria. La misma Carta a los Hebreos habla de una ‘ciudad’ (cf. 11, 10.16; 12, 22; 13, 14) y, por tanto, de una La segunda reflexión es a propósito de la elección de un salvación comunitaria”. nuevo papa. Es triste constatar con qué facilidad se puede caer Más adelante reconoce: “Por otra parte, debemos consta- en la actitud de desautorizar a nuestros pontífices. Mirados tar también que el cristianismo moderno, ante los éxitos de la los actuales, son colosos de integridad, capacidad intelectual, ciencia en la progresiva estructuración del mundo, se ha con- historias de vida. Más notables resultan si se les contrasta con centrado en gran parte solo sobre el individuo y su salvación. gobernantes, candidatos, sean o no progresistas, intelectuales, Con esto ha reducido el horizonte de su esperanza y no ha re- comunicadores y —para qué decir— con dirigentes de las más conocido tampoco suficientemente la grandeza de su cometido, variadas asociaciones. Sin embargo, preferimos tomar distansi bien es importante lo que ha seguido cia, llanos a recibir y a promover críticas, haciendo para la formación del hombre y a posar de objetivos, empáticos, flexibles. “El cristianismo moderno, ante la atención de los débiles y de los que suEstas últimas cosas buenas, salvo cuanlos éxitos de la ciencia en la fren”. Sin embargo, se necesita más. do sacrifican la verdad, responden a una progresiva estructuración del Asimismo, señala: “Pero ahora surge visión reducida de los complejos desafíos la pregunta: de este modo, ¿no hemos que enfrenta la sociedad, o sencillamente mundo, se ha concentrado en recaído quizás en el individualismo de la a falta de coraje y convicciones. El papa gran parte solo sobre el indisalvación? ¿En la esperanza solo para mí termina solo enarbolando la bandera de viduo y su salvación. Con esto que, además, precisamente por eso, no es Cristo, mientras nosotros encontramos ha reducido el horizonte de su una esperanza verdadera porque olvida y todo lo positivo que nos viene de afuera esperanza”. descuida a los demás? No. La relación con y agregamos evasivas cuando nos toca Dios se establece a través de la comunión proponer. Si nos hablan de valores, pedicon Jesús, pues solos y únicamente con mos que se incluyan todos los existentes, nuestras fuerzas no la podemos alcanzar. En cambio, la relación que no se nos restrinja; pero no para aportar algo significativo, con Jesús es una relación con Aquel que se entregó a sí mismo sino para camuflar muchas veces nuestra incompetencia. Hace en rescate de todos nosotros (cf. 1 Tm 2, 6). Estar en comunión poco oí a un descabellado humorista atribuirle los males de con Jesucristo nos hace participar en su ser ‘para todos’, hace nuestra sociedad al modelo neoliberal —acusación certera—, que este sea nuestro modo de ser. Nos compromete en favor pero no aludió a cómo la generación de estos males obedece de los demás, pero solo estando en comunión con Él podemos también a los modos de vida que públicamente se fomentan. realmente llegar a ser para los demás, para todos”. La situación actual demanda volver al apostolado de las ideas, Es decir, la unión con Jesús da y da todo. Por eso, es clave los conceptos, de los argumentos de peso. Demanda dejar de comunicarlo y proponerlo como un gran regalo: “En este sen- callar o contemporizar. La liberación de los pobres necesita de tido, es verdad que quien no conoce a Dios, aunque tenga múl- múltiples perspectivas, no solo la que viene de ellos. En el caso tiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza, sin la gran chileno, he sentido a la Compañía de Jesús, a la cual he tenido esperanza que sostiene toda la vida (cf. Ef 2,12). La verdadera, el privilegio de conocer, a través de personas notables muy la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las ausente de estos grandes debates. Esta no es una invitación a desilusiones, solo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y atrincherarse, o a desconocer la presencia de Dios en la historia, que nos sigue amando ‘hasta el extremo’, ‘hasta el total cum- sino precisamente a encontrar sus huellas en ella e iluminarla. plimiento’ (cf. Jn 13, 1; 19, 30). Quien ha sido tocado por el amor Esto no se hace solo y ayudaría mucho un seguimiento decidido empieza a intuir lo que sería propiamente ‘vida’”. al Pontífice. En mí todavía resuena el discurso de Juan Pablo II en el Estadio Nacional en 1987, cuando indicando con el dedo a una imagen de Jesús, nos invitaba a tener el coraje de mirarORACIÓN COMO ESCUELA DE ESPERANZA lo. Tal vez debiésemos tener además el coraje de invitar a leer Quisiera terminar con dos reflexiones. La primera, citar al al Papa, entender el alcance de lo que plantea para proponer Papa cuando en la misma encíclica nos habla de la oración como un mundo nuevo. Esperamos confiados en que el Señor nos ha la escuela de la esperanza. “Un lugar primero y esencial de regalado un gran Sumo Pontífice. MSJ 34 98 MARZO - ABRIL 2013