Los compromisos internacionales que obligan al estado

Anuncio
EL DERECHO A LA SALUD1
Los compromisos internacionales que obligan al Estado a atender la salud
El derecho a la salud está reconocido por un gran número de tratados internacionales de los
que el Perú es Estado parte. Casi todos estos convenios siguen en gran medida la
formulación del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(PIDESC) en su Artículo 12.2
Según esta disposición, el derecho a la salud abarca más que la atención médica. Incluye: la
salud reproductiva, materna e infantil; la higiene industrial y la salud medioambiental; el
control de enfermedades epidémicas y endémicas y la distribución equitativa de
instalaciones, bienes y servicios de salud.
Por ser Estado parte del PIDESC ( y de otros tratados), el Perú tiene el compromiso de
adoptar medidas expresas para hacer realidad el derecho a la salud. Asimismo, el PIDESC
y los otros tratados internacionales establecen obligaciones esenciales mínimas que nuestro
país tiene el deber de cumplir, al margen de los recursos disponibles o de otras prioridades
políticas.
Compromiso del Estado Peruano para superar las Disparidades y discriminación
Según la legislación internacional, el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud
debe realizarse “sin distinción alguna de raza, color, sexo, religión, opinión política o de
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento, o cualquier otra
condición social.” Este principio se aplica a cada aspecto de la puesta en práctica del
derecho a la salud, lo que incluye políticas y programas.
A pesar de que en el Perú ha habido mejoras significativas en muchas estadísticas de salud
durante la última década, estos beneficios no se reparten homogéneamente y las
disparidades en los índices de salud entre áreas urbanas y rurales tienen en muchos casos el
efecto —si no el propósito— de discriminar en particular a los indígenas que mayormente
radican en las zonas rurales. Esta exclusión también afecta en varios aspectos a las
mujeres.
Frente a esta situación se recomienda:
1. Orientar el financiamiento y la programación del sector Salud a reducir el olvido
histórico de los pobres, en particular de aquellos que habitan en zonas rurales y urbano
marginales, considerando indicadores como la utilización per cápita de los servicios de
salud, la distribución de recursos humanos e instalaciones y la Cuenta Nacional de Salud.
1
Esta presentación está basada en gran medida en el libro, Conjurando Inequidades: Vigilancia Social del
Derecho A la Salud (CEDAL, 2001).
2
Pacto Internacional de Derechos Económicos y Sociales, aprobado por la Asamblea de la ONU el 16 de
diciembre de 1966; entró en vigor el 3 de enero de 1976. Ratificado por el Perú el 20 de abril de 1978.
2. Coordinar programas intersectoriales para impulsar el desarrollo en zonas rurales, con el
fin de brindar condiciones básicas para el ejercicio del derecho a la salud a través de un
mejor acceso a la atención médica.
Retrocesos o falencias en la Legislación Peruana actual
La actual Ley General de Salud no reconoce a la salud como un derecho. Es decir, el
Estado no tiene la obligación de proveer cuidados; su responsabilidad se restringe a la
promoción y protección. Además, en muchos casos, la Ley General de Salud no está
reglamentada y esto plantea vacíos para su aplicación.
La Constitución de 1993 y la subsiguiente legislación han retrocedido en cuanto a muchas
garantías sociales básicas relacionadas con la salud. Esto se refleja en el derecho a la
vivienda y alimentación adecuadas (Art. 18); la igualdad entre hombres y mujeres en
cuanto a oportunidades y responsabilidades (Art. 2) y los derechos laborales, ya que
también afectan a la salud. Por lo tanto sería importante que en la reforma constitucional
pendiente se vuelvan a establecer estas garantías básicas y se reconozca a la salud como un
derecho en la Carta Magna.
La propuesta de Ley sobre Objeción de Conciencia, presentada por el Parlamentario y ex
Ministro de Salud, Luis Solari, que pretende facultar a los proveedores de salud a
rehusarse a intervenir en casos que atenten contra sus creencias, es un claro ejemplo de la
vulneración del derecho a la protección a la salud de las personas que usan los servicios,
que se puede hacer a través de la legislación.
Falta de espacios legitimados para ejercer la vigilancia social y participación social en
la toma de decisiones
Los programas de salud en el Perú tienden a ser muy verticales, centralistas y clientelistas.
Recurren a la comunidad cuando requieren mano de obra, pero no valoran las opiniones ni
las prioridades de la ciudadanía. Tampoco hay acceso a la información en salud ni
transparencia en el manejo de ese conocimiento. Hacer realidad el derecho a la salud
requiere fomentar y mejorar la presencia de la población en la prestación de servicios
médicos preventivos y curativos, así como optimizar la organización del sector Salud,
aplicar eficientemente el sistema de seguros y, en particular, fortalecer la participación
ciudadana en las decisiones políticas relativas al derecho a la salud, adoptadas en los planos
local, regional y nacional
Frente a esa situación se recomienda:
1. Establecer nuevos mecanismos para consultar a la comunidad y a la sociedad civil en
general con respecto al diseño, implementación y evaluación de programas de salud.
2. Hacer viable el derecho de acceso a información en materia de salud. Poner a
disposición de la ciudadanía una base de datos desagregada de indicadores de salud;
además, las metodologías utilizadas por el gobierno, los presupuestos asignados a temas
de salud debidamente desglosados, etc.
Condiciones para ejercer y fortalecer la vigilancia ciudadana
La vigilancia social en salud tiene que acompañarse con la posibilidad de que usuarias y
usuarios reivindiquen sus derechos en ese ámbito, para lo cual se requiere contar con
recursos efectivos. La situación actual no contribuye al reconocimiento de la salud como un
derecho, por lo que se le sigue abordando como un tema humanitario.
Frente a esa situación se recomienda:
1. Establecer recursos efectivos desde el ámbito judicial, la Defensoría del Pueblo e
instancias de mediación, para atender casos de violación del derecho a la salud.
2. Fomentar la capacitación de jueces, magistrados y operadores de justicia para que
actúen diligentemente en casos de violación del derecho a la salud.
El conocimiento de los Derechos Humanos es un primer paso para su ejercicio pleno
La formación del profesional de salud y los programas actuales de salud no responden a las
expectativas ni a las necesidades de usuarias y usuarios.
La educación en derechos humanos para la salud es una obligación esencial del Estado en
cumplimiento del PIDESC. Sin embargo, en el Perú no existen cursos de salud y derechos
humanos ni capacitación sistemática en ese tema para profesionales del sector. Por esa
deficiencia persiste una extendida situación de maltrato a usuarias y usuarios de los
servicios.
Frente a esa situación se recomienda:
1. Introducir una perspectiva de derechos humanos en la formación de las/los
profesionales de la salud. Por ser el mayor empleador de estos especialistas, el MINSA
debe fomentar y garantizar que su personal adapte su desempeño a esa orientación.
2. Fomentar y facilitar programas de educación en salud y derechos humanos dirigidos a
organizaciones de base y grupos de usuarias y usuarios, para contribuir al conocimiento
de sus derechos.
Descargar