T-016 - Universidad Nacional del Nordeste

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Resumen: T-016
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDEST E
Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2006
Una aproximación
a la simbología arquitectónica.
Sánchez Soloaga, Iris B. - Vedoya, Daniel E.
Instituto de Investigaciones Tecnológicas para el Diseño Ambiental del Hábitat Humano (I.T.D.A.Hu.)
Facultad de Arquitectura y Urbanismo - UNNE.
Tel.: (54-3783) 444283 - 430144 - E-mail: [email protected].; [email protected]
Antecedentes
Desde la antigüedad, vemos cómo la arquitectura ha sido el resultado de una serie de consideraciones de diferente
índole que con el tiempo se han ido acentuando en algunos casos y perdiendo en otros.
Cuando mencionamos al pueblo egipcio, por ejemplo, de inmediato se forma en nuestra memoria la imagen de las
pirámides, pues éstas son el monumento emblemático que lo identifica. Fueron el símbolo arquitectónico de la forma
más elevada de la creencia filosófica y religiosa del antiguo Egipto.
La Pirámide de Keops, situada en el límite sudoeste de la ciudad del Cairo, ha sido construida con 2.600.000 bloques de
piedra, con un peso promedio por bloque de dos toneladas y media, imponiéndose así como una edificación respetable,
con una altura de 138 metros -equivalente a un edificio de 45 pisos-, y una base que ocupa una superficie de 52.900 m2.
No hay duda que representa, para cualquiera que la observa, la fuerza y el poder de una determinada civilización, y
esto se relaciona con la idea de que los hombres no pueden, ni aún el faraón, amar a un dios, sino únicamente respetarlo,
adorarlo o darle gracias.
Los egipcios pensaban que el destino de cada ser no estaba de modo alguno asegurado. La vida de ultratumba estaba
llena de peligros, que por lo general había que superar recurriendo a medios mágicos. El punto de arranque de todas
esas ideas era la tumba y sus alrededores, donde el difunto podía continuar existiendo, o también podía viajar a través
del más allá. Su objetivo era identificarse con los dioses y, en particular, con Osiris, o incorporarse con algún espíritu
transfigurado en el ciclo solar. De este modo, los templos y tumbas edificados en piedra nos permiten pensar en una
clara idea de eternidad por parte de estas antiguas civilizaciones que creían en la inmortalidad del alma.
Es así como los constructores de la Pirámide, al edificarla totalmente sobre la roca, no dejaron de prever las
posibilidades de hundimiento de tal montaña de pesada albañilería: la forma piramidal, considerable en su base y con
progresiva disminución del volumen hacia su altura, es una de las figuras geométricas que aseguran la más larga
integridad.
Los egipcios, eran buenos observadores del cielo, así su saber astronómico permitió distribuir sobre el desierto las
tres pirámides de la meseta de Giza, de manera idéntica de como estaban las estrellas del “cinturón” de la constelación
de Orión. Estudiando los llamados Textos de las pirámides, Bauval descubrió, además, que para los antiguos egipcios
Orión era el equivalente celestial del dios Osiris, el dios de la fertilidad y de los muertos, símbolo del sol y del Nilo y su
cinturón era lo que los egipcios llamaban el Duat, una especie de "puerta" por la que el alma del faraón debía pasar
para llegar al Amenti, al más allá.
Su conocimiento matemático se reflejaba en las obras arquitectónicas y en la determinación del valor del número de oro
(φ = 1,618033989...). La pirámide de Kéops está construida con el principio del número de oro. Así pues, como
sabemos, su base es cuadrada, y si damos el valor de la unidad (1) a la distancia que separa cualquier punto medio de un
lado de ese cuadrado al punto de intersección de la altura de la pirámide y de su base cuadrada, se llega a deducir que la
altura de cada triángulo de las caras, es igual al número de oro
(φ )
, y la altura de la pirámide es igual a
Figura 8
z y
= =
y x
z m
= =Φ ;
x n
Φ
= 1,272...
α = 51° 49' 38" 2
φ
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De la misma manera, podemos observar que la principal característica de la arquitectura gótica fue la ascencionalidad.
Tal verticalidad, acentuaba el recogimiento religioso de los fieles.
Por otra parte, el efecto de la luz, no solo cumplía una función meramente iluminadora, sino que la misma, al pasar por
los cristales coloridos de los vitrales, se transfiguraba en Lux, o luz divina; hecho similar a la transfiguración del vino y
la hostia en sangre y carne divina.
Así, podemos afirmar, que las connotaciones simbólicas se consideran funcionales no solamente en sentido metafórico,
sino también porque comunican una utilidad social del objeto que no se identifica inmediatamente con la función en
sentido estricto. Necesidad de recogimiento, de misterio, de solemnidad.
Sin embargo, los medios y técnicas, de que disponen las diferentes civilizaciones, ha sido el factor principal para la
construcción de dichos edificios y ha influido enormemente en el resultado obtenido.
Volviendo al ejemplo de las pirámides, la pirámide de Keops fue construida en forma de peldaños o escalones, las
piedras se levantaron del mismo suelo mediante la ayuda de máquinas hechas con trozos de madera, y así se las elevó
sobre los primeros asientos de piedra. Cuando una piedra llegaba, se la colocaba sobre otra máquina puesta sobre otra
fila de escalones; así se levantaba la piedra a nuevos peldaños o asientos. Si juzgamos por los escalones que aún quedan
en el lugar, las juntas y uniones efectuadas estaban hechas con una habilidad tal que, aún sin cemento ni otro material
ligante, resulta imposible colocar una hoja de cuchillo delgada, y aún de un simple cortaplumas, entre ellas.
Las catedrales góticas, sin embargo, impresionan no sólo por sus dimensiones, sino por el fluir de líneas ágiles,
delicadas, que constituyen un entrelazado de fantasía. Todas estas cualidades estilísticas fueron posibles gracias a las
innovaciones constructivas, especialmente a la aparición de la bóveda de crucería. Anteriormente, las iglesias
medievales, poseían bóvedas muy pesadas que obligaban a disponer muros gruesos y con pocos ventanales para
soportar sus empujes. El uso de la bóveda de nervadura hace que el peso de la construcción se desplace hacia las alturas
de la catedral, posibilitando el adelgazamiento de las gruesas paredes y, con ello, el desarrollo del arte vitral. Con esto,
la catedral se llena de luz, lo que posibilita la inclusión de la plástica como medio de enseñar la Historia Sagrada a las
mayorías analfabetas.
El arte gótico, conjunto de manifestaciones artísticas desarrolladas entre mediados del siglo XII y principios del siglo
XV, aparece como resultado de la evolución de técnicas constructivas, al aparecer el arco apuntado, y como
consecuencia del surgimiento de una forma de vida y una cultura de carácter urbano dominada por la burguesía
comercial.
Eco afirma que lo que permite el uso de la arquitectura no son solamente las funciones posibles, sino, sobre todo, los
significados vinculados a ellas, que predisponen para el uso funcional. Así, podemos observar que la principal
característica de la arquitectura gótica fue la ascencionalidad. Tal verticalidad, posible por las novedades técnicas
empleadas, acentuaba el recogimiento religioso de los fieles.
La arquitectura gótica empleó el arco apuntado, agujas, chapiteles y gabletes, reforzando el sentido ascensional que
pretende transmitir el edificio.
Por otra parte, el efecto de la luz, no sólo cumplía una función meramente iluminadora, sino que la misma, al pasar por
los cristales coloridos de los vitrales, se transfiguraba en Lux, o luz divina; hecho similar a la transfiguración del vino y
la hostia en sangre y carne divina.
Lo que Suger de St. Denis pretendía era una “Arquitectura de la luz que elevara al observador desde lo material a lo
inmaterial”.
De esta manera vemos cómo el hombre, tomado en un determinado momento de su propia historia, encuentra a su
mundo circundante constituido como un universo de signos. En virtud de la función derivada de su facultad
semiótica, resulta natural al hombre significar cuanto le rodea.
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Un ejemplo actual de ello lo constituye la Torre Swiss Re que, si bien remite a la elegancia gótica y se impone como lo
hacen estas antiguas construcciones, su finalidad no es religiosa, sino de afianzamiento en el mercado laboral, cada vez
más competitivo.
La Torre Swiss Re, declarada por la opinión publica el edificio más innovador y mejor diseñado de Londres, símbolo de
la nueva concepción de los rascacielos, es el prototipo representativo de una era en la que la tecnología, junto con las
herramientas digitales y el cuidado por el medio ambiente juegan un papel principal en el resultado final de la obra.
En cuanto a la estructura del edificio, la grilla externa de la fachada está formada por paneles de triple espesor: vidrio
doble hacia el exterior y un vidrio laminado hacia el interior, para optimizar el ingreso de luz sin quitar vistas. Es una
trabajosa orquestación de luz y reflejos controlados. Esto también fue posible gracias a las herramientas digitales
desplegadas en el diseño.
El óvalo gigante de vidrio y acero con seis atrios triangulares en su interior, le da a la torre su propio microclima y
elimina la necesidad de aire acondicionado. Se trata de un concepto que Foster y Fuller ya discutían hace treinta años,
pero que sólo podía ser posible en los últimos diez, dada la asistencia que las herramientas digitales hoy ofrecen al
diseño.
Usa 50 por ciento menos de energía que un edificio convencional de tamaño similar. Unos pozos de luz en espiral
ascendente circulan aire fresco y luz natural a través de sus 40 pisos, y sensores externos monitorean la temperatura
externa, la velocidad del viento y los niveles de la luz del sol, cerrando o abriendo persianas según haga falta.
De esta manera, la definición que ofrece Charles Sanders Peirce sobre el “signo”, como algo que está para alguien, por
algo, en algún aspecto o disposición, sin duda resulta acertada.
Materiales y métodos
Las actividades se centraron en la búsqueda y el ordenamiento del material existente en las bibliotecas consultadas,
paralelamente a la catalogación y fichaje de dicho material.
A partir de la lectura e interpretación de las diferentes bibliografías, se comenzó la construcción de una base de datos
sobre los signos arquitectónicos y sus características, para luego definir los códigos arquitectónicos emergentes de las
obras que se analizaron.
Uno de los aportes más significativos para el desarrollo del trabajo se encontró en la nutrida bibliografía que tiene como
autor al Secretario General de la International Assiociation for Semiotic Studies, el profesor Umberto Eco.
En razón de las distancias, tanto temporales como geográficas, en relación con las obras estudiadas, resultó imposible
trabajar de otro modo que no sea el método exploratorio, indagando en el material bibliográfico, tanto impreso como
digitalizado, que permite acercarse virtualmente a estos colosos de la arquitectura antigua, medieval y moderna,
respectivamente.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
La concepción convencional del signo ya aparece en Platón. Éste define al pensamiento discursivo, matemáticas
fundamentalmente, como un conocimiento racional basado en signos sensibles. En general, las expresiones más
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habituales que utiliza para designar el género de conocimiento referido al Mundo de las Ideas son “conocimiento
intelectual” y “ciencia”, pero también en algunos textos, Platón utiliza la palabra “inteligencia”. Se refiere a ella en
cuanto a la especie de conocimiento inferior dentro de este género, el saber que se apoya en signos sensibles y no
estudia radicalmente aquello de lo que trata.
Sócrates, en su diálogo con Cratilo, escrito por Platón, discute sobre el origen de las palabras y, en particular, sobre la
relación que existe entre ellas y las cosas que designan. Toda la historia de la filosofía antigua y medieval sabe muy
bien que entre la palabra y la cosa nombrada existe algo como un velo transparente, inmaterial, decisivo: El concepto.
El problema toma una primera forma conflictiva en el medioevo con la disputa sobre los universales. Ningún pensador
escolástico negaba la realidad de las cosas, pero se planteaba el problema de si los signos correspondían a estructuras
existentes en las cosas, o a simples signos puestos por la mente, como subrogantes generales de la experiencia concreta.
Otro de los problemas que los antiguos se planteaban es si la organización de los signos reproduce la organización del
pensamiento y, naturalmente, éste reproduce la organización de las cosas. Efectivamente, el uso común, con sus
aberraciones, hace que las lenguas habladas de manera empírica, a veces, traicionen la estructura lógica profunda que
genera sus proposiciones; así, la función de una gramática general es hallar, por debajo de las superficies de las frases,
la articulación lógica que expresa.
CONCLUSIONES
En el transcurso de la historia vemos cómo, en diferentes épocas, todo un código arquitectónico connota una
determinada ideología. De esta manera se ha producido la identificación “estilo gótico = religiosidad”. A partir de aquí
se realizará un análisis y verificación de los cambios que se han sucedido con el correr del tiempo, manifestados en
pérdidas, en algunos casos, y en otros, conservación de las funciones primarias y secundarias de los mismos, para
concluir finalmente con el análisis de obras contemporáneas.
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