“constans at que perpetua voluntas suum cuique tribuendi”89

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Ética Judicial: De las reglas a las actuaciones
“constans at que perpetua voluntas suum cuique tribuendi”89. (Digesto,
1.1.1., Ulpiano 1.)
El imperativo ético interiorizado en la conciencia del Juez es el
llamado a dirigir su actividad procesal y más concretamente a determinar el sentido de su decisión.
En tal sentido, queremos mencionar la solemne declaración del art.
1º de la Constitución española, que define el Estado Español como un
Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad
y el pluralismo político, lo cual supone que la realización del valor
justicia se transforma de imperativo ético, en concreto mandato jurídico de realización controlable mediante los correspondientes recursos
de índole constitucional.
Ronald Dworkin, profesor de Oxford, se mueve en un contexto
jurídico muy distinto del nuestro y su discurso o modo de razonar es
original y se separa de los cánones habituales de la ciencia jurídica
europea; sin embargo, su decidida defensa de la existencia de principios morales, que han de tomarse en consideración en las decisiones
judiciales viene a constituir un criterio, que, resulta indispensable hoy
en día, pues permite considerar que es preciso adoptar decisiones
judiciales que aparezcan como legítimas, es decir, como justas o racionalmente aceptables.
Reflexiones sobre ética judicial
La respuesta de Dworkin sobre la posibilidad de encontrar fuentes
de legitimación para las resoluciones judiciales se refiere a su discurso
de fundamentación. No puede extrañar, indica Dworkin, que en los
procesos de fundamentación de decisiones judiciales aparezcan principios morales, si se tiene en cuenta que en la génesis de las normas
legales es frecuente que ideas morales emigren al campo del Derecho
Positivo, adoptando la forma de leyes positivas90.
Para completar el cuadro de las modernas posiciones en torno
a la determinación de los criterios que fundan la legitimidad de las
resoluciones judiciales debemos todavía aludir a la teoría del discurso
desarrollada por J. Habermas.
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“Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi”, que suele traducirse como “Justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo o su
derecho”.
DWORKIN, R., El imperio de la justicia: de la teoría general del derecho, de las decisiones
e interpretaciones de los jueces, y de la integridad política y legal como clave de la teoría y
la práctica. Barcelona, Gedisa, 1988.
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