LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: LOS REINOS

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LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: LOS REINOS CRISTIANOS
4.1 Los reinos cristianos en la edad media: Los primeros núcleos de resistencia cristiana
Los primeros núcleos de resistencia cristiana aparecieron en las zonas montañosa del
norte (sistema Cantábrico y Pirineos), zonas sobre las que los musulmanes no tuvieron nunca
mucho interés.
El primero en aparecer fue el núcleo astur, en el siglo VIII, liderado por el “rey” Pelayo,
cuyas noticias se remontan a la batalla de Covadonga en el 722.
La consolidación del reino estuvo a cargo de tres monarcas: Alfonso I, Alfonso II
(aparecerá el concepto de “reconquista”) y Alfonso III (ocupará el “desierto” del Duero). A
principios del siglo X la capital pasó de Oviedo a León (reino Astur-leonés).
Al este de este territorio, en la zona del alto Ebro se formará el condado de Castilla,
dependiente del reino Astur-leonés, para defender la zona más peligros, en contacto directo con
territorios musulmanes. Desde mediados del siglo X actuó prácticamente como independiente.
En la zona oriental aparecieron otros tres núcleos, en las zonas montañosas entre los
Pirineos y los Prepirineos. Todos ellos estuvieron relacionados de una u otra forma con los
intereses del reino franco de establecer un territorio “tapón” entre ellos y Al-Ándalus.
El núcleo de Pamplona, que más adelante pasará a llamarse reino de Navarra, tiene sus
inicios con la familia de los Arista (Iñigo Arista) que se apoyó en el poder de la familia de los
Banu Qasi del valle del Ebro para prescindir de la tutela de los francos y crear un territorio
independiente. Esta dinastía será sustituida por otra, la dinastía Jimena; cuyo primer
representante será Sancho Garcés I que ampliará los territorios hacia el sur y el oeste ocupando
La Rioja.
En la zona del Pirineo medio existieron tres condados (Jaca, Sobrarbe y Ribagorza),
relacionados con el poder franco y cuya situación real no es demasiado conocida al menos hasta
el siglo X cuando, al menos el de Aragón (Jaca), se una al reino de Navarra.
El reino franco si estableció su control sobre un territorio al sur de los Pirineos donde se
constituyó la Marca Hispánica, dividida en condados, de estos el principal fue siempre el de
Barcelona, que con frecuencia dominaba a los otros. Desde mediados del siglo VIII cuando el
reino franco dio muestras de decadencia actuaron como independientes, esto fue más evidente a
partir de fines del siglo X, época del conde Borrel II aunque la independencia legal no se
firmará hasta el siglo XIII.
4.2 Principales etapas de la Reconquista
La Reconquista, término que hace referencia a la recuperación el territorio del antiguo
reino visigodo perdido con la invasión del 711, fue un proceso largo y discontinuo, unido, mas
bien, a los momentos de debilidad de Al-Ándalus.
Hasta principios del siglo XI, momentos de gran esplendor de Al-Ándalus, los avances
fueron modestos. El reino Astur-leonés ocupó el “desierto” del Duero y el reino de Navarra se
extendió por la zona de la Ribera y de la Rioja. El rey Sancho III el Mayor, muerto en 1035, es
en estos momentos el de mayor importancia al mantener bajo su poder al condado de Castilla y
a los condados aragoneses. Su testamento dará lugar a la aparición de dos reinos nuevos Castilla
y Aragón (Fernando I y Ramiro I).
La desaparición del califato en 1031 y la desmembración de Al-Ándalus en reinos taifas,
muy débiles militarmente, supondrá el avance de los diferentes reinos cristianos: Castilla-León
y Aragón-Cataluña.
Alfonso VI de Castilla conquistará Toledo en 1085 (además de extenderse por el este a
costa de repartirse el reino de Navarra con Aragón). La bajada de la línea de Al-Ándalus al Tajo
provocó el miedo de los reinos taifas y el rey de Sevilla pedirá ayuda al Imperio almorávide que
dominaba en el norte de África. La aparición de los almorávides frenará el avance conquistador
(1090-1145).
Por su parte Alfonso I de Aragón conquistará Zaragoza, Daroca y Calatayud lo que
significa que traspasó la línea del Ebro. Los avances en la zona oriental se vieron favorecidos
por la unión con Cataluña a través del matrimonio de la hija de Ramiro II con Ramón Berenguer
IV, conde de Barcelona.
Los almorávides perdieron su poder en el norte de África a manos de los almohades que
también pasarán a Al-Ándalus y pusieron fin a los segundos reinos taifas, surgidos al
desaparecer el poder almorávide.
La derrota de los ejércitos almohades en las navas de Tolosa en 1212 dio inicio a la gran
etapa reconquistadora del siglo XIII. Los reyes artífices de esta expansión serán Fernando III y,
en menor medida, su hijo Alfonso X por el reino de Castilla y Jaime I el Conquistador por la
Corona de Aragón. Ambos reinos habían pactado previamente los territorios a conquistar
(tratado de Cazola en 1179) y sus zonas de actuación para evitar guerras entre ellos lo que
podría poner en peligro sus intereses (la corona de Aragón se reservó los territorios de Valencia
y Mallorca solamente). A partir de finales del siglo sólo se mantendrá como reino independiente
el de Granada hasta 1492.
4.3 La Península Ibérica en la Edad Media: Las formas de ocupación del territorio…Modelos
de repoblación y organización social
La ocupación militar de un territorio era seguida necesariamente de una repoblación,
pues de lo contrario el dominio del territorio no se consolidaba.
En un primer momento durante los siglos VIII al X se avanzó siempre sobre territorios
“despoblados” (zona norte del Duero). Ahí se efectuó “presura” o “aprisio” que consistía en una
ocupación de tierras que se convertían en propiedad del que las cultivaba (se basaba en
principios de Derecho Romano). La iniciativa podía ser de grupos de campesinos o también de
señores laicos o eclesiásticos.
A partir del siglo XI la expansión se llevó a cabo sobre tierras siempre en contacto con
AL-Ándalus y por tanto que presentaban mayor peligro. La repoblación fue dirigida por los
monarcas. En las tierras entre el Duero y los Montes de Toledo y en el valle del Ebro el
territorio fue dividido en concejos que recibían del rey un Fuero o Carta Puebla, donde se
contenían los términos y condiciones en que se llevaba a cabo la repoblación. El Concejo era el
centro de un extenso término denominado alfoz. Este sistema propició la existencia de
propiedades medianas y de campesinos libres.
Durante la 1ª mitad del siglo XIII en el valle del Guadiana y en las provincias actuales de
Teruel y Castellón se repartieron grandes extensiones de tierra a las Órdenes Militares
(Calatrava, Álcantara, Santiago y Montesa). Esto dio lugar agrandes latifundios dedicados a la
ganadería debido a la escasez de población.
En la segunda mitad del siglo XIII (valle del Guadalquivir y Levante) el sistema de
repoblación fue por “repartimientos”, cada hombre que había intervenido en la campaña recibía
un lote de tierras cuya extensión dependía de su categoría o rango social
Cuando se conquistaba una ciudad de importancia se solía firmar con los habitantes una
“capitulación” por la cual estos pasaban a habitar fuera de la ciudad.
El sistema sociopolítico de los reinos españoles no se diferenció del resto de Europa. El poder
efectivo del rey quedaba limitado por el poder de la nobleza y el clero en la medida en que
tenían grandes extensiones de terreno. La sociedad era estamental con poca movilidad, había
nobleza alta y baja y lo mismo se puede decir del clero, en el pueblo llano la mayor parte eran
campesinos cuya situación era muy heterogénea.
4.4 La Península Ibérica en la Edad Media: Diversidad cultural: cristianos, musulmanes y
judíos
Entre los siglos XI y XIII, los reinos cristianos peninsulares experimentaron un
despertar cultural fomentado por un doble estímulo:
A) La apertura Europa se manifestó en la presencia en
la Península de nobles y
órdenes militares extranjeros que habían acudido a luchar contra el infiel; en las alianzas
matrimoniales entre nobles y monarcas de la península ibérica y princesas inglesas,
francas y borgoñonas; en el nombramiento de obispos franceses al frente de sedes
episcopales como la de Toledo; y en la existencia de barrios de artesanos y comerciantes
francos (o genoveses en Cataluña) en muchas ciudades peninsulares.
Por su parte, el Camino de Santiago fue una vía de intercambio de infor
mación cultural
por la que penetraron la arquitectura románica y la reforma eclesiástica, propagadas por
las órdenes religiosas reformadoras procedente de Francia: la Orden Benedictina
reformada o cluniacense, con centro en la abadía de Cluny; y la Orden Cisterciense, en la
abadía de Citeaux.
B) La culminación del desarrollo cultural fue la difusión en la Europa cris
tiana de
la ciencia e ideas de la Antigüedad que Al-Ándalus había reunido.
El contacto con Al-Ándalus contribuyó a la transmisión de conocimien
tos.
A medida que la expansión cristiana avanzaba hacia el sur numerosos textos árabes
que recogían el saber de griegos, romanos, hindúes, persas, musulmanes y judíos fueron
difundidos por los monasterios y catedrales de toda Europa a través del Camino de
Santiago. Los tres núcleos culturales más importantes fueron Barcelona, Nájera y
Tarazana, y, sobre todo, Toledo, con la Escuela de Traductores, que llegó a su apogeo bajo
el reinado de Alfonso X de Castilla León durante la segunda mitad del siglo
XIII.
Los textos árabes procedentes de Al-Ándalus contribuyeron de forma
decisiva a
difundir por Occidente gran parte del pensamiento griego (Euclides, Ptolomeo, Galeno,
Aristóteles) y las aportaciones que musulmanes
y judíos (Averroes, Avicena,
Maimónides) habían hecho a las distintas ramas del saber (la filosofía, la ciencia
y la
teología).
En el campo de las matemáticas, los textos árabes difundieron los núme
ros arábigos
en el Occidente cristiano.
Las literaturas castellana, gallega y catalana experimenta ron un notable impulso:
durante el siglo XIII apareció el primer manuscrito en castellano del
Cantar de Mío Cid
(1207), Gonzalo de Berceo escribió diversas vidas de santos y poemas religiosos
y
Alfonso X sustituyó el latín por el castellano como idioma oficial. La lengua gallega
adoptó forma escrita a través de la poesía con las
cantigas , mientras que el mallorquín
Ramon Llul escribió en catalán.
4.5 Manifestaciones artísticas
Durante los siglos XI y XII se desarrolla en toda Europa un sistema artístico que
llamamos “románico”. Independientemente de donde esté su origen, a España llega a través del
camino de Santiago, lo mismo que el pensamiento y los gustos europeos, llevado por los que
hacen el “camino”. Pero también jugó un papel importante el interés de los monarcas de los
diferentes reinos por establecer monasterios benedictinos que constituyeron un ejemplo de
construcción.
El arte románico es un arte predominantemente religioso en el cual la arquitectura es el
aspecto fundamental, la escultura y la pintura, con contenido simbólico y didáctico, sirven para
decorar la “casa de Dios” que se hará siempre de piedra para evitar que pueda sufrir daños. La
utilización de este material, no solo en las paredes sino también en los techos o cubiertas,
representó un gran reto para estos constructores. Emplearon arcos de medio punto y bóvedas de
cañón que necesitaron para su sujeción muros muy gruesos, reforzados exteriormente, y que no
permitían abrir nada mas que pequeñas ventanas alargadas, de manera que el interior
permanecía en penumbra y allí los fieles sentían la presencia del Dios juez al que debían esperar
con temor.
En España los edificios son, en general, de pequeñas dimensiones pues las poblaciones
eran igualmente pequeñas. Tan solo la catedral de Santiago de Compostela es una construcción
de proporciones importantes acorde al hecho de ser la tumba del Apóstol, hacia donde se
dirigían los peregrinos.
A partir de siglo XIII llega el gótico, por el mismo camino que anteriormente el
románico, y todo el cambio de mentalidad que lo había producido.
Al contrario que el románico es un arte burgués, es decir urbano, no solo tiene edificios
religiosos sino también civiles, necesarios para la vida en la ciudad. Los más representativos
serán las catedrales, construidas con la aportación económica de todos los habitantes de la
ciudad además de la propia jerarquía eclesiástica.
Lo más significativo es la idea de la “luz” símbolo de Dios. Cambia el sentido estético.
Los edificios son altos y luminosos, el muro se aligera con grandes ventanales, para ello las
cubiertas serán de crucería y los arcos apuntados u ojivales.
En España se conservan grandes catedrales del siglo XIII, León, Burgos, Toledo….y
también edificios civiles como las lonjas. Los últimos edificios góticos se edificarán en siglo
XVI.
La escultura y la pintura siguen siendo un complemento de la arquitectura, pero, sin
perder su valor simbólico, van a ser naturalistas en la medida que la naturaleza es la obra de
Dios.
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