ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Radiologı́a. 2009;51(2):183–189 www.elsevier.es/rx ORIGINAL Respuesta de los servicios de radiodiagnóstico ante ataques terroristas con múltiples vı́ctimas M. Martı́a,, J. Roldánb, M. Parróna, D. Bernabeua y R. Álvarez Salac a Servicio de Radiodiagnóstico, Hospital Universitario La Paz, Madrid, España Servicio de Radiodiagnóstico, Hospital 12 de Octubre, Madrid, España c Servicio de Neumologı́a, Hospital Universitario La Paz, Madrid, España b Recibido el 4 de marzo de 2008; aceptado el 4 de agosto de 2008 Disponible en Internet el 17 de marzo de 2009 PALABRAS CLAVE Servicio de urgencias; Hospital; Departamento de radiologı́a; Terrorismo Resumen Objetivos: analizar si el manejo radiológico de las vı́ctimas graves del 11M estuvo condicionado por su elevado número en 2 hospitales de Madrid. Valorar la organización, detectar fallos y proponer un protocolo de actuación desde los servicios de radiodiagnóstico. Material y métodos: al hospital A llegaron 251 pacientes y al B 36. Ambos cuentan con áreas de radiologı́a de urgencias y con protocolos para la atención a politraumatizados. Se comparan: aspectos organizativos (clasificación, identificación), recursos materiales, humanos, asistenciales (número y tipo de exploraciones) ası́ como el manejo radiológico inicial, con el protocolo habitual y con las recomendaciones para incidentes con múltiples victimas. Resultados: los pacientes fueron clasificados en graves (175) y leves (76) en el hospital A y en muy graves (13), graves (4) y leves (19) en el B. En ambos se reforzó el personal de radiologı́a de urgencias. En el hospital A se practicaron 62 radiografı́as portátiles, 39 ecografı́as, 25 tomografı́as computarizadas (TC) craneales, 6 cervicales, 2 torácicas y 2 abdominopélvicas. En el hospital B se efectuaron 19 radiografı́as portátiles (74 en total), 9 ecografı́as y 17 TC cráneo-toraco-abdomino-pélvicas, 2 cervicales, 2 orbitarias y 2 de senos. Conclusión: en ambos hospitales cada vı́ctima se manejó como si hubiera sido única. Las discrepancias entre ambos (porcentaje de TC) se debieron a diferencias en el protocolo habitual para politraumatizados. Reconocidos los errores organizativos se propone un plan de actuación sustentado en la correcta identificación y activación progresiva de recursos materiales y humanos hasta alcanzar los efectivos suficientes. & 2008 SERAM. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (M. Martı́). 0033-8338/$ - see front matter & 2008 SERAM. Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.rx.2008.08.001 ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 184 KEYWORDS Emergency department; Hospital; Radiology department; Hospital; Terrorism M. Martı́ et al Diagnostic imaging departments’ responses to terrorist attempts with multiple victims Abstract Objectives: To analyze whether the radiological management of seriously injured victims from the March 11 terrorist attempt was affected by the large number of victims treated at two hospitals in Madrid. To evaluate the organization for providing imaging services, detect failings, and propose a protocol for diagnostic imaging departments. Material and methods: Two hundred and fifty one patients arrived at hospital A and 36 at hospital B. Both centers have emergency imaging areas and protocols for the treatment of patients with multiple trauma. We compared organizational aspects (classification, identification), material resources, human resources, healthcare resources (number and type of examinations), as well as the initial radiological management with the usual protocol and with the recommendations for incidents with multiple victims. Results: In hospital A, patients’ injuries were classified as severe (175) or minor (76); in hospital B, injuries were classified as extremely severe (13), severe (4), or minor (19). Additional staff were assigned to the emergency imaging areas in both hospitals. In hospital A, 62 portable plain-film radiographs, 39 ultrasonographic examinations, 25 cranial CT examinations, 6 cervical CT examinations, 2 chest CT examinations, and 2 abdominopelvic CT examinations were performed. In hospital B, 19 portable plain-film radiographs (74 in total), 9 ultrasonographic examinations, 17 cranial-chest-abdominopelvic CT examinations, 2 cervical CT examinations, 2 orbital CT examinations, and 2 CT examinations of the sinuses were performed. Conclusion: In both hospitals, each victim was managed as if he or she were the only patient. The discrepancies between the two hospitals were due to differences in the usual protocol for multiple trauma patients. In light of the organizational errors discovered, we propose a plan of action based on the identification and progressive activation of material and human resources until sufficient levels are achieved. & 2008 SERAM. Published by Elsevier España, S.L. All rights reserved. Introducción Material y métodos El 11 de marzo del 2004 (11M) Madrid sufrió el atentado terrorista más grave de su historia, con más de 2.000 vı́ctimas, entre muertos y heridos. Aunque fue una gran catástrofe1 no hubo desatención de vı́ctimas ni colapso del sistema hospitalario, en general, ni de los servicios de radiodiagnóstico, en particular2. Hay pocas referencias acerca de la respuesta de los servicios de radiodiagnóstico ante estos hechos3. En el 11M, tras el desconcierto inicial, se aprendió sobre la marcha de los propios errores, obteniendo, al final, unos excelentes resultados. No obstante, se pusieron al descubierto algunas dificultades en el manejo de las vı́ctimas. El principal objetivo es determinar si la actuación inicial de los servicios de radiodiagnóstico de 2 grandes hospitales de Madrid (A y B) implicados en la atención de vı́ctimas del 11M estuvo condicionada por el elevado número pacientes. Se analizan las similitudes y diferencias en el manejo de los pacientes graves o muy graves entre ambos. Se valorará si esta atención se realizó según las pautas de actuación habituales en cada hospital o a las recomendaciones para incidentes con múltiples victimas (IMV)1,3. También se propone un protocolo de respuesta de los servicios de radiodiagnóstico, incluido en los planes generales de catástrofes de cada hospital, que permita actuar en las mejores condiciones posibles en un hipotético evento similar. Ambos hospitales disponen de áreas de radiologı́a en las urgencias, además de áreas de radiologı́a general, pediátrica y traumatológica con múltiples recursos materiales y humanos. En ambos se suspendió la actividad programada en radiologı́a general de forma temporal. Hospital A Recursos materiales. La sección dispone de 2 salas de radiologı́a semidigital, una de ecografı́a, una tomografı́a computarizada (TC) de 4 detectores, y 2 equipos de radiologı́a y 1 de ecografı́a portátiles. Recursos humanos. Un jefe de sección, 1 radiólogo general, 2 residentes, 1 neurorradiólogo, 1 enfermero, 5 técnicos especialistas en radiodiagnóstico (TER) y un auxiliar de enfermerı́a. Protocolo de actuación habitual. Los pacientes politraumatizados ingresan en una unidad especı́fica, situada en un piso superior, donde se efectúan radiografı́as portátiles de tórax, pelvis y columna cervical, y una ecografı́a, según las indicaciones del American College of Radiologists (ACR) y American College of Surgeons (ACS)4,5. Posteriormente, el intensivista responsable valora la necesidad de exploraciones adicionales. Los pacientes con traumatismos menores entran por la urgencia general ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Respuesta de los servicios de radiodiagnóstico ante ataques terroristas con múltiples vı́ctimas 185 Resultados donde los médicos solicitan, de acuerdo con el radiólogo, los estudios de imagen oportunos. Hospital A El dı́a del atentado llegaron un total de 251 pacientes en menos de 3 h. De manera espontánea el personal saliente de guardia se quedó trabajando, y se estableció un equipo con un radiólogo general, un neurorradiólogo y un residente. Se alertó al equipo de radiologı́a vascular. La supervisora del servicio coordinó las exploraciones en radiologı́a general y un médico anestesista las de radiologı́a de urgencias. Los pacientes fueron clasificados por un médico experto en urgencias en 175 graves y 76 leves. La filiación completa no fue posible inicialmente en algunos pacientes graves por la ausencia de documentación y porque se encontraban inconscientes. Los pacientes graves se exploraron con radiografı́as y ecografı́a portátiles en las salas de urgencias y en la unidad de politraumatizados. Los pacientes graves que podı́an ser desplazados a radiologı́a de urgencias eran vigilados en la sala de espera por un residente de anestesia. Quedaron ingresados 37 pacientes en unidades de crı́ticos. Los 75 pacientes leves fueron reconducidos al área de radiologı́a general por celadores y voluntarios. Todas las exploraciones se informaron a mano en el sobre de las placas. No se puede precisar el número exacto de radiografı́as simples por un fallo del sistema informático, aunque sı́ se sabe que 62 fueron portátiles de tórax y pelvis, 31 ecografı́as portátiles, 8 ecografı́as en sala, 25 TC craneales, 6 de columna cervical, 2 torácicas y 2 abdominopélvicas. Cinco TC se efectuaron en el área de radiologı́a general. Se realizó 1 TC al 10% del total de pacientes, al 12% de los graves. Las exploraciones y su distribución quedan recogidas en la figura 1. Hospital B Recursos materiales. La dotación en el hospital B es semejante a la del hospital A, con 3 equipos de radiologı́a portátil adicionales y una TC de 2 detectores situada a 15 m de la sala de reanimación. Recursos humanos. Un radiólogo general, 1 residente y 1 neurorradiólogo consultor, además de 1 enfermero, 6 TER y 1 auxiliar de enfermerı́a. Protocolo de actuación habitual. El paciente entra en la sala de reanimación. Si es grave y se genera preaviso se alerta un equipo multidisciplinar (traumatólogo, cirujano general, radiólogo e intensivista, que es el coordinador). Si no hay preaviso el paciente es atendido por el médico de urgencias. Tras una primera evaluación, y si el paciente está estable, es trasladado a la TC para una valoración completa de sus lesiones. En función de los hallazgos, el paciente es llevado al quirófano, sala de vascular, unidad de crı́ticos u observación6. En caso de pacientes inestables, se efectúa ecografı́a FAST (focused abdominal sonogram for trauma), y radiografı́as de tórax y pelvis portátiles, según las guı́as del ACR y ACS4,5. El dı́a del atentado llegaron 36 vı́ctimas en menos de 30 min. Se comparan exclusivamente los aspectos organizativos y asistenciales de los pacientes graves y muy graves, y las exploraciones iniciales que se practicaron en la mañana del suceso. No están incluidos los estudios diferidos o evolutivos que se hicieron por la tarde, noche o en dı́as posteriores y que, por tanto, no formaron parte de la evaluación inicial. Hospital B El personal de radiologı́a de urgencias se reforzó con 1 residente y el neurorradiólogo se personó, constituyéndose 70 Hospital A 60 50 40 30 20 10 0 Hospital A TC cráneo TC boby TC cervical TC órbita TC senos 25 2 5 0 0 Eco Eco Rx tóraxFAST abdomen pelvi s 31 8 62 Figura 1 Exploraciones realizadas en el hospital A durante la valoración inicial de los pacientes. FAST: focused abdominal sonogram for trauma; TC: tomografı́a computarizada. ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 186 M. Martı́ et al 20 Hospital B 15 10 5 0 Hospital B TC cráneo TC boby TC cervical TC órbita TC senos 17 17 2 2 2 Eco Eco Rx tóraxFAST abdomen pelvis 6 3 7 Figura 2 Exploraciones realizadas en el hospital B durante la valoración inicial de los pacientes. FAST: focused abdominal sonogram for trauma; TC: tomografı́a computarizada. un equipo de radiólogo general y neurorradiólogo, cada uno con un residente. Se duplicó el personal no médico. Otro residente se desplazó con el ecógrafo portátil a la sala de reanimación. Se trasladaron equipos de radiologı́a portátil a la salas de reanimación y a las unidades de crı́ticos con entrada directa. Un radiólogo coordinó la distribución de los pacientes en los diferentes equipos de TC. Un médico experto en urgencias clasificó a los pacientes según la gravedad adjudicándoles un color: rojo (muy graves), amarillo (graves) y verde (leves), y un número de orden sucesivo (rojo 1, rojo 2, amarillo 1, amarillo 2, etc.). Se asoció un número de historia a cada paciente grave y muy grave, y posteriormente se completó su filiación. Los pacientes leves aportaron todos los datos de filiación, quedando registrados con su número de historia desde el primer momento. El resultado fue 19 pacientes leves, 4 graves y 13 muy graves. Cada paciente grave o muy grave fue valorado por un equipo multidisciplinar integrado por 1 intensivista, 1 cirujano general, 1 traumatólogo y, en algunos casos, 1 cirujano maxilofacial o vascular. Se realizó ecografı́a FAST a 3 pacientes inestables en la sala de reanimación. A los 17 graves o muy graves se les practicó una TC completa (cráneo-cervical-tórax-abdomen), un paciente cada 20 min. Los 4 graves se recondujeron a los equipos centrales del servicio. Se efectuaron 3 ecografı́as FAST más una abdominal y 5 radiografı́as de tórax portátiles en la antesala de la TC. Dos pacientes ingresaron directamente en la unidad de quemados y allı́ se les realizaron la ecografı́a abdominal y las radiografı́as portátiles como valoración inicial. Posteriormente se desplazaron a radiologı́a de urgencias para practicar sendas TC completas. Con los pacientes ya ingresados se realizaron 12 radiografı́as de extremidades con equipos portátiles. Las TC se informaron de manera verbal al intensivista responsable antes de que el paciente abandonara la sala, elaborando simultáneamente un informe manuscrito, que se identificó con el código de color y número de orden correspondiente, y que se envió con las placas. El destino de cada paciente se decidió en función de los hallazgos de la TC. Todos los pacientes, menos 1 que falleció en el quirófano, quedaron ingresados en distintas unidades de crı́ticos. Los pacientes leves fueron acompañados por celadores a las salas de radiologı́a de urgencias, donde se realizaron 55 radiografı́as simples. No se emitieron informes de estas exploraciones. Todos fueron dados de alta en el mismo dı́a. En el hospital B se llevaron a cabo en total 74 radiografı́as convencionales (19 portátiles, de las que 7 fueron de tórax), 17 TC de cráneo, 17 toracoabdominales, 2 orbitarias, 2 de columna cervical, 2 de senos paranasales y 8 ecografı́as. El porcentaje de TC fue del 100% para pacientes graves y muy graves y del 47% del global de pacientes. Las exploraciones y su distribución se recogen en la figura 2. Discusión Aspectos organizativos La atención de numerosas vı́ctimas en un perı́odo muy breve es el denominador común de los ataques terroristas7,8. Se superó ampliamente el concepto de catástrofe de la División de Emergencias del Ministerio de Salud Israelı́, que lo define como la llegada simultánea de más de 10 vı́ctimas o más de 4 graves (ISS o injury severity score 416)1. Triaje En las grandes catástrofes las victimas leves son las que pueden colapsar los servicios de urgencias9. Sólo el 9–30% de los pacientes son graves y con múltiples lesiones10. Sin embargo, en nuestros hospitales este porcentaje aparece invertido, con un 90% en el A y un 47% en el B. No obstante, el valor de esta comparación es limitado, ya que no se dispone del ISS final de las vı́ctimas. De los 175 clasificados como graves en el A, sólo 37 quedaron ingresados en unidades de crı́ticos, lo que indica que hubo ‘‘sobretriaje’’. En el hospital B los 17 pacientes graves cumplı́an criterios ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Respuesta de los servicios de radiodiagnóstico ante ataques terroristas con múltiples vı́ctimas para ser tratados en unidades de crı́ticos1, ya que todos presentaron, al menos, lesiones pulmonares11. El triaje es un pilar fundamental para la correcta atención a las vı́ctimas y condiciona la actuación del servicio de radiodiagnóstico12. La saturación de pacientes puede condicionar que se rompa el delicado equilibrio entre la sobre o la infraestimación de la gravedad, incrementando la mortalidad13,14. Algunos autores consideran inevitable un ‘‘infratriaje’’ inicial, insistiendo en la necesidad de revaluaciones clı́nicas continuas14,15. Se ha desarrollado un sistema de clasificación mediante un protocolo acelerado de TC multidetector (TCMD), con unos tiempos mı́nimos de exploración únicamente reproducibles en condiciones óptimas16. Esta modalidad de triaje (anatómica) serı́a más precisa que las habituales basadas en parámetros fisiológicos (presión arterial, frecuencias cardı́aca y respiratoria, y Glasgow) y de exploración clı́nica. Identificación Hay pocas referencias acerca de este aspecto, ya que en la mayorı́a de sucesos publicados la media es de unos 20 pacientes con 4-5 graves o sin documentación, lo que no supone problemas en la identificación de las vı́ctimas1,3,17. En el hospital A, por el elevado número de pacientes y la ausencia de datos de filiación completos, ası́ como por no disponer de un sistema alternativo, se produjeron algunos casos de repetición de exploraciones o su extravı́o fuera del servicio de radiodiagnóstico. En el hospital B la utilización de etiquetas de colores numeradas impidió errores en la identificación de pacientes y exploraciones, aun sin disponer de la filiación de los pacientes graves y muy graves. Recursos En los 2 hospitales se desplazaron equipos portátiles de radiologı́a y ecografı́a a las salas de reanimación y unidades de crı́ticos. En ambos se establecieron los mismos equipos de radiólogo/neurorradiólogo más residente, y también en ambos se optó por el informe verbal y manuscrito para agilizar el proceso. Del mismo modo se redirigieron los pacientes leves del hospital A o graves (amarillos) del hospital B a otras áreas de radiologı́a general, reservando los equipos del área de urgencia para los pacientes más graves, ya que la proximidad permite una respuesta más rápida y eficaz. En el hospital B la ubicación de la TC en la misma planta y cerca de las salas de reanimación permitió un rendimiento óptimo, según las recomendaciones de organización de los departamentos de emergencias18. Cada 20 min entraba un nuevo paciente en la sala de TC, tiempo que duplica los 9 min de Körner et al16 en su simulación de triaje mediante TCMD debido, probablemente, a las interrupciones por la monitorización, que ellos no contabilizaron. No hubo colapso en los servicios de radiodiagnóstico, considerados los auténticos ‘‘cuello de botella’’ en estos incidentes19, posiblemente por la capacidad de expansión a otras áreas de radiologı́a. Aspectos asistenciales En el hospital A se hizo exclusivamente una TC de cráneo a 25 pacientes, y muy pocas TC toracoabdominales al inicio. 187 A la mayorı́a de ellos sı́ se les realizó ecografı́a. Esta forma de actuar, habitual para los pacientes politraumatizados en este hospital, se aproxima más a lo que deberı́a ser el manejo radiológico en un IMV, explorando primero lo que amenaza la vida y retrasando la evaluación completa y el tratamiento definitivo hasta conocer la magnitud del suceso1. En el hospital B, que recibió menos pacientes, se trabajó con cada vı́ctima como si hubiera sido la única, tanto desde el punto de vista radiológico como clı́nico, también según su protocolo para politraumatizados. Se realizó una ‘‘TC total’’ como evaluación inicial a todos los pacientes graves y muy graves, con la única limitación de la ocupación de la sala y la estabilidad hemodinámica. El número de TC no fue proporcional al de vı́ctimas graves. El hospital B, con un 47% del total (100% de pacientes graves y muy graves), se aproxima al 40% publicado por Hirsberg et al19 en su simulación de consumo de recursos. En el A fue del 10% del total y el 12% de los graves, acercándose más al 16% de otro hospital también muy involucrado en el 11M2. Creemos que las discrepancias respecto al manejo de los pacientes están condicionadas más por las diferencias habituales que por el número de vı́ctimas. Asimismo, también es posible que la ubicación en un piso superior de la unidad de politraumatizados en el hospital A jugara un papel por la lejanı́a relativa con respecto a la sala de TC. Asimismo, pueden ser el reflejo de las divergencias entre las recomendaciones clásicas de ACR y ACS4,5 y las nuevas tendencias6,20. Éstas contemplan la exploración con TCMD directa, precoz e inmediatamente después de la evaluación primaria de los pacientes politraumatizados6, ası́ como la localización de la TC contigua a la sala de politraumatizados18. Plan propuesto para radiologı́a Muchos hospitales disponen de protocolos de actuación para catástrofes3,8. El servicio de radiodiagnóstico debe integrarse en este plan global hospitalario, aunque con activación y progresión autónomas. El plan propuesto se basa en 3 pilares: 1. Identificación correcta de los pacientes. Se propone el ‘‘secuestro’’ de unos números de historia del sistema informático del hospital (HIS) asociados al código de colores numerado (rojos y amarillos) para aplicar a los pacientes muy graves y graves (fig. 3). Estos números de historia se asociarán a etiquetas, también de colores, que identificarán al paciente, mediante pulseras, y a todos sus documentos. Una vez se conozcan los datos de filiación, los sistemas HIS y RIS-PACS permitirán la actualización de estos datos. 2. Activación progresiva de equipos por niveles. Al recibir el preaviso de catástrofe, los equipos portátiles de radiologı́a y ecografı́a se desplazarán a las salas de reanimación y unidades de crı́ticos. Por cada grupo teórico de 50 pacientes estimado, 40 (80%) necesitarán radiografı́as simples, 15 (30%) una TC y el 5–15% una ecografı́a2,19. Se dispondrá de, al menos, 1 TC, 1 ecógrafo, 1 equipo de ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 188 M. Martı́ et al 25 Sala vascular 5 TC Ecografía 20 Rx portátil Radiografía 4 5 1 15 4 3 5 1 10 3 4 2 3 2 1 5 10 2 1 8 1 6 1 Figura 3 Ejemplos de etiquetas con código de color y número de historia consecutivo previamente secuestrados. 4 2 0 < 50P 80 Auxilares 8 50-100P 100-150P 150-200P 200-250P Figura 5 Activación progresiva las modalidades radiológica por cada nivel (50 pacientes). TC: tomografı́a computarizada. Celadores 70 ATS TER 20 Residente 60 6 NeuroRx Rad vascular 50 8 Rad general 40 15 4 6 20 10 Autorı́a 30 4 20 2 5 16 9 10 7 4 2 10 0 5 3 1 1 2 < 50 5 3 2 2 3 4 50-100 Antes de que el número de vı́ctimas se acerque a 50 se activará el segundo nivel para poner en marcha un equipamiento adicional. Ası́, de manera sucesiva por cada 50 pacientes, hasta agotar los recursos materiales y humanos del servicio. La progresión de la activación se recoge en la figura 5. Además es imprescindible que un radiólogo con experiencia ejerza como coordinador para poner en marcha el plan y organizar eficazmente los recursos. 6 100-150 4 8 150-200 Figura 4 Necesidad de personal sanitario por niveles de 50 pacientes. ATS: ayudante técnico sanitario; TER: técnico especialista en radiodiagnóstico. Todos los autores han contribuido en la concepción y diseño del estudio, en la obtención de datos o en su análisis e interpretación. Han intervenido en la redacción del trabajo o en su revisión crı́tica, con aportaciones intelectuales relevantes, habiendo dado además su aprobación final al manuscrito. Declaración de conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografı́a radiografı́a portátil, 2 salas de radiologı́a convencional y 1 sala de radiologı́a vascular. 3. Sistema de alerta de personal mediante llamadas sobre listados previamente elaborados. Por cada nivel hay que reclutar 2 radiólogos generales, 1 neurorradiólogo, 2 o 3 residentes y 1 radiólogo vascular, ası́ como 5 TER, 2 enfermeros, 2 auxiliares y 5 celadores (fig. 4). 1. Einav S, Aharonson-Daniel L, Weissman C, Freund HR, Peleg K, Israel Trauma Group. In-hospital resource utilization during multiple casualty incidents. Ann Surg. 2006;243:533–40. 2. Gutiérrez de Ceballos JP, Turégano Fuentes F, Pérez Dı́az D, Sanz Sánchez M, Martı́n Llorente C, Guerrero Sanz JE. Casualties treated at the closest hospital in the Madrid, March 11, terrorist bombings. Crit Care Med. 2005;33(1 Suppl):S107–12. ARTICLE IN PRESS Documento descargado de http://www.elsevier.es el 19/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Respuesta de los servicios de radiodiagnóstico ante ataques terroristas con múltiples vı́ctimas 3. Sosna J, Sella T, Shaham D, Shhaphira S, Rinkind A, Bloom A, et al. Facing the new threats of terrorism: radiologist perspectives based on experience in Israel. Radiology. 2005; 237:28–36. 4. American College of Radiology (ACR). Appropriateness Criteria guidelines Web Site. Disponibl en: http://acsearch.acr.org. 5. American College of Surgeons Committee on Trauma. Advanced trauma life support program for doctors. 7th ed. Chicago: American College of Surgeons; 2004. 6. Fang JF, Wong YC, Lin BC, Hsu YP, Chen MF. Usefulness of multidetector computed tomography for the initial assessment of blunt abdominal trauma patients. World J Surg. 2006;30: 176–82. 7. Einav S, Feigenberg Z, Weissman C, Zaichik C, Caspi G, Kotler D, et al. Evacuation priorities in mass casualty terror-related events implications for contingency planning. Ann Surg. 2004;239:304–10. 8. Almogy G, Belzberg H, Mintz Y, Pikarsky AK, Zamir G, Rivkind A. Suicide bombing attacks: update and modifications to the protocol. Ann Surg. 2004;239:295–303. 9. Severance HW. 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