Movimientos anormales M o v i m i e n t o s a n o r m a l e s en niños e n n i ñ o s Pilar Guerrero, MD Neuróloga infantil Hospital Militar Nueva Granada Docente pregrado Universidad Militar Nueva Granada Los desórdenes del movimiento son la manifestación clínica de síndromes que involucran no solo movimientos involuntarios anormales en sí, sino compromiso en la realización de un movimiento voluntario, alteración de la postura o la ejecución de un movimiento de apariencia normal pero en el momento inapropiado o inadecuado. Las anormalidades del movimiento no son causadas por debilidad o alteración del tono muscular, sin embargo, los movimientos anormales pueden acompañarse de debilidad o alteración del tono dependiendo de su etiología. Si bien muchos de estos pacientes van a ser remitidos a neuropediatría, su reconocimiento y diferenciación por parte del pediatra es de fundamental importancia, debido a que el enfoque inicial debe ser efectuado por él, por lo que debe hacer parte de los temas de educación continua, especialmente en casos de urgencias, donde se debe llevar a cabo un abordaje adecuado y un enfoque preciso que ayude a mejorar el pronóstico de los niños. Fisiopatogenia Por definición, los desórdenes del movimiento no son el producto de una interrupción de la vía piramidal, por consiguiente, no se deben a una enfermedad cerebrovascular, ni a una enfermedad por sí misma del cordón espinal, asta anterior, nervio periférico, unión neuromuscular o músculo, aunque las patologías en estas estructuras pueden interferir con el movimiento. Los desórdenes del movimiento usualmente involucran estructuras subcorticales y cerebelosas y circuitos superiores de la vía común final. Conocer la anatomía y fisiología es de particular importancia en estos trastornos para enfocar el manejo terapéutico. Los ganglios basales y el cerebelo envían sus eferencias hacia el tálamo y, desde este, a través de distintas vías, a las áreas precentrales motoras. Una serie de circuitos entre los ganglios basales, el tálamo y la corteza se origina en distintas áreas corticales e interacciona devolviendo sus eferencias hacia sus respectivas áreas frontales corticales. Los cambios observados en las eferencias de los ganglios podrían explicar los síntomas parkinsonianos desde diferentes mecanismos. La eferencia tónica exagerada del globo pálido, al reducir la actividad de las neuronas 6 Precop SCP Precop 14-1.indb 6 27/02/15 10:41 a.m. Pilar Guerrero tálamo-corticales, podría inhibir la respuesta de neuronas en la vía precentral, originando acinesia o bradicinesia. El temblor puede originarse por alteraciones de los circuitos motores de los ganglios basales. Las discinesias aparecen como consecuencia, entre otros, de una actividad eferente anormalmente baja del globo pálido, secundaria a la reducción tónica y fásica del núcleo subtalámico al globo pálido. Manifestaciones clínicas Los trastornos del movimiento tal vez se encuentren entre las manifestaciones neurológicas más difíciles de diagnosticar y de tratar, por la diversidad en su presentación y debido a que en muchas ocasiones se sobreponen o se mezclan, haciendo más compleja su presentación; además, muchos podrían ser transitorios y ser parte del neurodesarrollo normal de los niños. Adicionalmente, muchas situaciones los hacen más complejos, la corea puede simular mioclonus, la distonía se puede confundir con espasticidad, desórdenes paroxísticos como distonía y tics pueden simular crisis convulsivas, y desórdenes neurodegenerativos en adolescentes (mioclonus) pueden ser benignos en los primeros años de vida (mioclonus neonatal benigno). Su presentación clínica puede ser aguda o episódica, o crónica, en las que los movimientos han persistido por días, semanas o meses. Así mismo, pueden manifestarse en forma asilada o ser síntomas de una enfermedad neurológica o sistémica aguda o degenerativa. Lo que lo convierte en un verdadero reto diagnóstico. Los movimientos anormales se han dividido en dos grupos de acuerdo con sus características clínicas: 1. Movimientos hipocinéticos o síndromes rígido -acinéticos. 2. Discinesias, el cual es un término genérico para denominar a todos los movimientos involuntarios. Este término es utilizado más en la actualidad que el de movimientos hipercinéticos, que había sido usado históricamente. Los síndromes rígido-acinéticos cursan con una forma de hipertonía que es la rigidez (origen extrapiramidal), que se evidencia clínicamente con el fenómeno de rueda dentada y que no debe confundirse con la espasticidad (origen piramidal), y disminución o lentitud en los movimientos (hipocinesia). En la infancia, son mucho menos frecuentes que las discinesias y corresponden al Parkinson juvenil y a trastornos degenerativos con parkinsonismo secundario, como enfermedad de Wilson, enfermedad de Huntington infantil y juvenil; errores innatos del metabolismo, como gangliosidosis GM2, enfermedad de Niemann-Pick, citopatías mitocondriales y otros. Las discinesias comprenden diferentes tipos de movimiento: distonía, temblor, coreas, atetosis, tics, estereotipias y mioclonías. Diagnóstico El abordaje clínico de los pacientes debe hacerse con una historia clínica completa que incluya un interrogatorio al paciente y sus familiares, buscando en los hallazgos semiológicos las pistas necesarias para realizar un enfoque diagnóstico adecuado. En la actualidad, contamos con una herramienta de gran ayuda en estos trastornos que son los videos caseros, debido a que en muchas ocasiones los movimientos pueden no estar presentes durante la consulta clínica, y así podemos analizarlos con calma o podemos buscar la opinión de un experto. Debemos consignar si el cuadro es de aparición reciente, si es agudo, si hay síntomas asociados, si los movimientos se habían presentado previamente y tiene un carácter episódico o es de evolución crónica y se ha empeorado. Así mismo, debemos realizar preguntas más dirigidas como: • ¿Si el movimiento tiene un patrón normal o anormal? CCAP Volumen 14 Número 1 Precop 14-1.indb 7 7 27/02/15 10:41 a.m. Movimientos anormales en niños • • • • • • • • • • • • ¿El movimiento es excesivo o está disminuido? ¿Existe alteración de la trayectoria del movimiento? ¿Es paroxístico, es repetido o es continuo? ¿Cambia en el día o en el tiempo? ¿Aparece por un estímulo externo o emocional? ¿Se puede suprimir voluntariamente? ¿Se presenta en reposo o en acción? ¿Presiente cuándo va a tener el movimiento (premonición) o existe urgencia por expresarlo? ¿Se asocia con dolor? ¿Interfiere con una función previa completa? ¿Existen déficit focal neurológico o enfermedad sistémica? ¿Afecta la vida diaria o social? La historia debe incluir en forma cuidadosa la existencia de consanguinidad, los antecedentes familiares, por la posibilidad de una enfermedad hereditaria autosómica dominante o recesiva, ligada a X o herencia maternal/mitocondrial, como, por ejemplo, en el caso de muchas distonías hereditarias o neurodegenerativas, como la de Huntington. Sus antecedentes perinatales, debido a que la hipoxia y la hiperbilirrubinemia están asociadas con parálisis cerebral discinética y son una causa muy común de movimientos anormales; sin embargo, debemos tener claros los parámetros de encefalopatía hipóxico-isquémica para no adjudicar falsamente síntomas a un cuadro de hipoxia no verdadero y rotular al paciente con diagnóstico errado, que le impide la investigación pertinente de su etiología y el manejo adecuado. Del mismo modo, debemos indagar por antecedentes personales y de desarrollo psicomotor que nos orientan el diagnóstico. El examen físico general es muy importante para obtener claves diagnósticas, como la presencia de lesiones o manchas en piel, dismorfismo, organomegalias o alteraciones cardíacas u oftalmológicas. El examen neurológico debe ser detallado y completo, e, idealmente, debemos tratar de caracterizar y diferenciar el tipo de movimiento que presenta el paciente. Los estudios diagnósticos y el tratamiento son particulares a cada uno de los trastornos del movimiento y específicamente a su etiología. A continuación, nos referiremos a cada uno de los movimientos anormales, su definición, sus características semiológicas, las patologías principales que deben enfrentar los pediatras y el enfoque y manejo que deben ofrecer. Tics Los tics son un movimiento involuntario, agudo, rápido, abrupto, repetitivo, no rítmico, que puede ser de tipo motor o fonatorio, con una vocalización (producción fónica), que puede ser simple o complejo. Los tics motores simples hacen referencia a un movimiento rápido, breve, que involucra un único músculo o grupo de músculos localizados (parpadeo, contracción o sacudida cefálica, encoger los hombros). Los tics fonatorios simples se manifiestan con un sonido o ruido simple (gruñidos, carraspeo, estornudos). Los tics motores complejos involucran un cluster de acciones simples o una secuencia más coordinada de movimientos. Los tics motores complejos podrían ser un movimiento sin propósito (contorsión facial y corporal) y otros que aparentemente tienen un propósito pero son inadecuados en el momento o en el contexto (tocar, palpar, golpear, sonreírse, saltar, ecopraxia, copropraxia) o podrían tener un carácter distónico. Ejemplos de tics fonatorios complejos incluyen ecolalia, coprolalia y palilalia. De acuerdo con la persistencia en el tiempo de los tics, se pueden clasificar en los siguientes grupos: • Desorden de tics transitorio: más de cuatro semanas, pero menos de un año; el diagnóstico en estos casos casi siempre es retrospectivo. • Desorden de tics provisional: fluctuante pero por menos de un año. 8 Precop SCP Precop 14-1.indb 8 27/02/15 10:41 a.m. Pilar Guerrero • Desorden de tics motor o fónico crónico: más de un año. Forma leve de Tourette. • Síndrome de Tourette. Según el DSM V, los criterios diagnósticos de ST son: 1. Tener dos o más tics motores (por ejemplo, parpadeo o encoger los hombros) y al menos un tic vocal (por ejemplo, silbido, carraspera o gritar una palabra o frase), teniendo en cuenta que no siempre ocurren al mismo tiempo. 2. Persistencia de tics durante al menos un año. Los tics pueden ocurrir varias veces al día (por lo general en salvas) casi todos los días. 3. Inicio de los tics antes de los 18 años de edad. Anteriormente, para el diagnóstico de síndrome de Tourette, era necesaria la presencia de coprolalia, sin embargo, en los nuevos criterios, esta puede estar presente pero su ausencia no excluye el diagnóstico. Los pacientes con síndrome de Tourette frecuentemente tienen comorbilidad con déficit de atención e hiperactividad y con trastorno obsesivo compulsivo. Para hablar de todos los desórdenes anteriores de tics, estos no deben ser efectos secundarios de medicamentos o drogas y no deben ser parte de una condición médica (por ejemplo, convulsiones, enfermedad de Huntington o encefalitis posviral); si existen estos antecedentes, se considera un síndrome de Tourette-like o desorden de tics secundario, incluidos los trastornos neuropsiquiátricos autoinmunes asociados a infección estreptocócica de la edad pediátrica: Pandas, que ha sido descrito desde hace más de 20 años, pero que ha causado gran discusión. Se sugiere en la actualidad que hasta un 10% de pacientes con tics y trastorno obsesivo compulsivo pueden ser diagnosticados de Pandas. El tratamiento en general de tics incluye medidas farmacológicas y no farmacológicas, como la intervención conductual integral, que es de gran ayuda. El tratamiento farmacológico generalmente es indicado cuando los tics interfieren con la funcionalidad del paciente, su autoestima y su integración social, e incluyen moduladores de dopamina (haloperidol), agonistas alfa-adrenérgicos o anticonvulsivantes, como el ácido valpróico. Corea La corea se define como un movimiento involuntario, continuo, irregular, fragmentado, con frecuencia variable y dirección impredecible. Algunos movimientos son fluidos o rápidos y otros lentos o más sacudida. Se sobrepone a un movimiento voluntario, puede afectar cualquier parte del cuerpo, pero más comúnmente compromete la región distal de extremidades, especialmente las superiores, aunque puede llegar a ser generalizada y dificultar la marcha o aumentar con el movimiento voluntario. El paciente con corea puede parecer inquieto e intentar disimular sus movimientos involuntarios con acciones con propósito. Al examen podemos hacerla más evidente al pedir al paciente que extienda sus brazos, también podríamos observar signo semiológico del ordeño y reflejos músculo-tendinosos pendulares. Clásicamente, la corea se ha clasificado con base en su etiología, dividiéndose en primaria o genética y secundaria o no genética. Las coreas secundarias o no genéticas pueden deberse a causas autoinmunes, infecciosas, tóxicas, metabólicas, inducidas por medicamentos o relacionadas con lesiones estructurales de los ganglios basales. La prevalencia e incidencia de la corea han sido poco estudiadas en análisis poblacionales, sin embargo, los estudios realizados en centros de referencia reportan que la forma más común de corea genética es la corea de Huntington, con una tasa de prevalencia entre 3 a 7 por 100 mil habitantes; no obstante, su presentación en la infancia es poco común, pero puede observarse, y allí el patrón de herencia autosómico dominante es de gran ayuda. La causa más frecuente de corea en niños en países en vía de desarrollo es la corea de Sydenham, que puede CCAP Volumen 14 Número 1 Precop 14-1.indb 9 9 27/02/15 10:41 a.m. Movimientos anormales en niños presentarse tanto en brotes epidémicos como en casos aislados, representando el 100% de casos de coreas agudas en niños en algunos estudios. en pacientes genéticamente predispuestos que sufren una infección faríngea por estreptococo beta-hemolítico del grupo A. En los países desarrollados, las coreas relacionadas con parálisis cerebral, las inducidas por medicamentos y las de origen genético son las más frecuentes, debido a la reducción de la incidencia de la corea de Sydenham asociada con la mejoría de las condiciones sociosanitarias. Existen, además, múltiples trastornos metabólicos y neurodegenerativos que cursan con corea, sin embargo, mencionaremos, a continuación, solo las coreas de presentación infantil más frecuente y a las que el pediatra puede ser enfrentado. Los criterios de inicio agudo o subagudo de los síntomas y la exclusión clínica y por laboratorio de otras patologías deben cumplirse para el diagnóstico de corea de Sydenham. Corea de Sydenham La corea de Sydenham es uno de los criterios diagnósticos mayores de la fiebre reumática. Se presenta predominantemente en mujeres, entre los 5 y 15 años de edad, con movimientos coreicos que generalmente comprometen todos los músculos, excepto los oculomotores, y que se desarrollan 4 a 8 semanas después de una faringitis por estreptococo beta-hemolítico del grupo A. La corea puede acompañarse de otros síntomas tanto motores como no motores, que incluyen labilidad emocional, ansiedad, síntomas obsesivo-compulsivos, déficit de atención, disartria, debilidad muscular e hipotonía. Aunque la mayoría de los pacientes presenta una corea generalizada, que compromete principalmente las extremidades y la cara, un 20% de los pacientes desarrollan hemicorea y menos del 2% una variante con hipotonía generalizada e incapacidad para el movimiento denominada corea paralítica. El 60 al 80% de pacientes con corea de Sydenham presentan compromiso cardíaco, la asociación con artritis es menos frecuente. El 20% de pacientes con fiebre reumática presenta corea como única manifestación de la enfermedad. La corea de Sydenham se produce por los efectos de la producción de anticuerpos La evidencia bacteriológica de una infección previa por estreptococo beta-hemolítico del grupo A, mediante cultivos de faringe o por elevación de anticuerpos antiestreptolisina O, o por exámenes rápidos de antígeno estreptocócico, permite apoyar el diagnóstico, sin embargo, su positividad es variable, siendo menor al 15% de los casos para el cultivo de faringe y entre el 15 al 80% para las pruebas serológicas. Puesto que la corea puede manifestarse meses después de los síntomas iniciales de la fiebre reumática, los hallazgos de laboratorio pueden no estar presentes. Los estudios de imaginología usualmente son normales en pacientes con corea de Sydenham, utilizándose para descartar otras posibles causas. No existen publicaciones de estudios controlados para el tratamiento de la corea de Sydenham y, por lo tanto, las recomendaciones sobre el tratamiento se basan en reportes de casos. Los pacientes con sintomatología leve, no debilitante, no requieren tratamiento sintomático. Existen múltiples estudios que reportan la efectividad de diferentes opciones farmacológicas en el control de los síntomas de la corea, siendo el ácido valpróico el más utilizado por su perfil de efectos colaterales. También han sido utilizados el haloperidol y otros medicamentos. Los esteroides se utilizan en pacientes con corea persistente e incapacitante, refractaria a medicamentos anticoréicos o en quienes no toleran las terapias previamente mencionadas. Reportes de casos han descrito que el uso de inmunoglobulinas o terapias de plasmaféresis pueden acortar el curso de la corea de Sydenham. Adicionalmente, se recomienda el uso de 10 Precop SCP Precop 14-1.indb 10 27/02/15 10:41 a.m. Pilar Guerrero un curso de 10 días de penicilina V oral por 10 días o una dosis de penicilina benzatínica, para prevenir el contagio de la cepa del estreptococo beta-hemolítico que el paciente porta en su faringe, y la implementación de la profilaxis antibiótica con penicilina G benzatínica cada 2 a 3 semanas, para prevenir la progresión de la carditis y la recurrencia de la corea y de los síntomas psiquiátricos. Aunque en la mayoría de pacientes la enfermedad tiene un curso autolimitado de 2 a 4 meses, el 25% de pacientes puede tener un curso prolongado de dos o más años de evolución. Coreas secundarias En cuanto a las coreas secundarias o no genéticas, el diagnóstico diferencial más importante de la corea de Sydenham en niños es la corea asociada a lupus del sistema nervioso central. La corea es el movimiento anormal más frecuentemente descrito en pacientes con lupus eritematoso sistémico. Aunque se considera una rara manifestación del lupus eritematoso sistémico en adultos, en niños ha sido descrita en un 0,6 al 2,3% al inicio de la enfermedad y hasta en el 6% de pacientes durante el curso de la enfermedad. La corea como afectación de lupus eritematoso sistémico en niños puede ser la única manifestación de la enfermedad y puede durar días o años. No se ha demostrado relación de la corea en lupus eritematoso sistémico pediátrico con lesiones vasculares ganglio-basales. La forma de hemicorea es una presentación clínica común en esta entidad, siendo más frecuente en el género femenino. Otros diagnósticos diferenciales de coreas secundarias por considerar en los niños son las infecciosas (encefalitis virales, cisticercosis, encefalopatía por virus de inmunodeficiencia humana), metabólicas (hipo o hipernatremia, hipertiroidismo), vasculares, parálisis cerebral coreoatetósica y tumores de ganglios basales. Debemos tener en cuenta la encefalitis mediada por anticuerpos por NMDA, la cual es una forma de proceso inmunomediado que es relativamente frecuente, en donde el paciente presenta una alteración aguda del estado de conciencia con trastorno de comportamiento, agitación, con presencia o no de convulsiones, pero predominantemente un cuadro de movimientos anormales, especialmente corea de difícil respuesta con mejoría con tratamiento inmunomodulador, como la inmunoglobulina, y en el que podemos medir los anticuerpos NMDA. La corea posbomba se produce en el 0,6 al 3% de niños sometidos a circulación extracorpórea por cirugía cardíaca como un cuadro de movimientos coreiformes que se desarrolla 2 a 7 días después de la cirugía y que puede asociarse a discinesias orofaciales, tics y comportamiento obsesivo compulsivo. Atetosis La atetosis es un movimiento involuntario, continuo, lento, no sostenido a diferencia de la distonía, que puede verse como ‘retorciendo’. Históricamente, se ha referido como coreoatetosis, porque es difícil independizarlo, algunos lo consideran en el espectro de la corea y otros en el espectro de la distonía. Con frecuencia, hace parte del desorden del movimiento en encefalopatía estática, como la parálisis cerebral, mezclado con espasticidad. Balismo Es un movimiento involuntario de alta amplitud, como un movimiento de aleteo, típicamente proximal. Pueden ser movimientos breves o continuar y mezclarse con corea. Es frecuente la presentación de hemibalismo de aparición súbita, secundario a una hemorragia del núcleo subtalámico de Lewis. Debemos estar atentos porque el hemibalismo continuo puede causar rabdomiólisis. Distonía La primera descripción de distonía en niños se realizó en 1911 por Oppenheim, quien utilizó CCAP Volumen 14 Número 1 Precop 14-1.indb 11 11 27/02/15 10:41 a.m. Movimientos anormales en niños el término de distonía muscular deformante (dystonia musculorum deformans), en su descripción se refirió a algunos pacientes pediátricos con cuadro progresivo con posturas de torsión, espasmos musculares, marcha bizarra con flexión y torsión del tronco y, eventualmente, deformidades estructurales. El término ha ido cambiando con el tiempo para referirse a contracciones musculares sostenidas o intermitentes de músculos agonistas y antagonistas que provocan torsión, movimientos repetitivos y posturas anormales, que comparten diferentes enfermedades. Los movimientos distónicos son involuntarios y no pueden abortarse en forma voluntaria, de mayor duración que las mioclonías y las coreas (100 mseg a 2 seg); generalmente se inician o exacerban con movimiento voluntario, incluso con la intención mental de movimiento, no aparecen en reposo ni durante el sueño. En una serie de 279 pacientes pediátricos con distonías severas (Barry), las causas más frecuentes fueron la parálisis cerebral (53,7%), la lesión cerebral adquirida (18,2%), seguidas de las que fueron clasificadas como distonías primarias (10,7%), primarias-plus (6,8%) y heredodegenerativas (10,3%). Un consenso internacional auspiciado por la Dystonia Medical Research Foundation, la Dystonia Coalition y la European Dystonia Cooperation in Science and Technology (COST) Action ha publicado en 2013 una actualización de la definición y clasificación de las distonías, modificando conceptos que se habían manejado hasta ahora basados en hallazgos clínicos, intentando sustituir los términos tradicionales (distonía ‘primaria’, ‘primariaplus’, ‘heredodegenerativa’, etc.), que hacían referencia a múltiples variables (clínicas, etiológicas, evolutivas), por conceptos más acordes al estado actual del conocimiento clínico y de la investigación básica. En la infancia y en la niñez, existen múltiples causas de distonía y en una misma entidad podemos encontrar una gran heterogeneidad, lo que puede dificultar los diagnósticos, además de la frecuente asociación con otros movimientos anormales. La definición revisada intenta excluir enfermedades o condiciones en las que característicamente los pacientes adoptan una postura determinada, también denominadas pseudodistonías y diferentes a las del grupo de las distonías. Estas entidades son, por ejemplo: tics distónicos (tónicos), head tilt o tortícolis paroxística congénita (patología vestibular, parálisis del nervio troclear), subluxación atlanto-axial, malformación de Chiari, tortícolis muscular congénita, síndrome de Klippel-Feil, causas neuromusculares (síndrome de Isaacs, etc.), espasmos (hipocalcemia, hipomagnesemia, alcalosis), causas ortopédicas y reumatológicas, síndrome de Sandifer. Existe controversia si las distonías psicogénicas pueden ser listadas bajo las formas ‘pseudo’ o las formas adquiridas. Tradicionalmente, se ha considerado que clasificaciones basadas en la edad de inicio y en la región corporal comprometida son de ayuda clínica y se deben mantener, sin embargo, se desaconseja en la actualidad el término ‘primaria’, por el doble significado etiológico y clínico, así como el término de distonía plus. Tampoco se recomienda el término ‘heredodegenerativas’, ya que algunos trastornos son degenerativos pero no hereditarios, como la enfermedad de Parkinson esporádica, y, a la inversa, algunos son hereditarios pero no degenerativos. Otro esquema más recientemente utilizado para la organización de las distonías hereditarias está basado en el sistema de códigos DYTn establecido por el Comité de Nomenclatura de Genes de la Organización Genoma Humano. Este sistema fue desarrollado para asignar etiquetas a loci de genes definidos por análisis de ligamiento y es utilizado para clasificar las distonías 12 Precop SCP Precop 14-1.indb 12 27/02/15 10:41 a.m. Pilar Guerrero hereditarias en muchas revisiones recientes. No obstante, tiene muchas limitaciones. La nueva clasificación propone manejar dos ejes diferentes: manifestaciones clínicas y etiología. Se considera que una combinación de estos dos ejes puede proveer información significativa en cualquier paciente con distonía y servir como base para el desarrollo de estrategias de estudio y tratamiento. Distonías transitorias del desarrollo Estas distonías tienen como característica primordial aparecer en un grupo de edad en especial, en un cerebro en desarrollo y con un curso transitorio. En este grupo, se encontraban el síndrome de Sandifer y la tortículis paroxística benigna, que, conforme con las nuevas definiciones y clasificaciones, ya no se considerarían. Distonía benigna del lactante Es un cuadro clínico en lactantes entre 3 a 8 meses de edad, caracterizado por distonías en una o ambas extremidades superiores generalmente, con pronación y extensión durante el reposo y que desaparece con el movimiento voluntario. El desarrollo psicomotor de estos pacientes y su examen neurológico es normal. No requiere estudios complementarios ni intervención terapéutica. Tiene una mejoría espontánea hacia el año de edad. Distonía sensible a dopa. DYT5 La distonía sensible a dopa, llamada también distonía-parkinsonismo o enfermedad de Segawa, es probablemente la entidad hereditaria más común en la infancia, además de tener gran relevancia en pediatría por ser una de las pocas entidades tratables. Corresponde a la DYT5 según la clasificación genética y la mayoría de los casos se produce por mutación de la GTP ciclo-hidrolasa-I, localizada en el cromosoma 14 q 22.1-2. Fue descrita por Segawa como distonía progresiva con fluctuaciones diurnas, debido a los cambios durante el día, aumento de los síntomas en el transcurso del día y mejoría durante el sueño. Se inicia en la niñez, entre 1 a 12 años (edad promedio a los 6 años), con trastorno de la marcha con cambios durante el día. Es más frecuente en el sexo femenino. Si no se trata, aparecen síntomas en la adolescencia de parkinsonismo (rigidez, bradicinesia), lo que obliga a descartar primero el parkinsonismo juvenil antes de efectuar el diagnóstico. Hay casos que simulan cuadro de parálisis cerebral, ya que cursan con hipotonía, retardo en desarrollo, hiperreflexia, distonía, pero no espasticidad, y muchos niños han sido manejados con diagnóstico de parálisis cerebral por años hasta ser revalorados y encontrar antecedente familiar de cuadros similares y la ausencia de antecedente verdadero de noxa perinatal. Todas las formas de presentación responden dramáticamente a pequeñas dosis de L-dopa y algunos también responden a fármacos anticolinérgicos. Distonías hereditarias En la niñez, son el grupo más importante y se diagnostican por su defecto genético específico. Pueden manifestarse en compañía con temblor, parkinsonismo o mioclonías. Son varias entidades del grupo de DYT y solo mencionaremos la DYT5, por su importancia en el diagnóstico temprano y su respuesta favorable al tratamiento. Distonías heredodegenerativas Este grupo de distonías corresponde en general a errores congénitos del metabolismo, la mayoría de origen autosómico recesivo y de inicio en edad pediátrica. Se caracterizan por distonía asociada a otros signos neurológicos e, incluso, a otros trastornos del movimiento, como corea. Las neuroimágenes y estudios CCAP Volumen 14 Número 1 Precop 14-1.indb 13 13 27/02/15 10:41 a.m. Movimientos anormales en niños metabólicos y genéticos ayudan a la confirmación diagnóstica. Los más frecuentes son la aciduria glutárica tipo I, enfermedad de Leigh, enfermedad de Lesch-Nyhan, enfermedad de Wilson, enfermedad de Niemann-Pick C. Distonías secundarias Las distonías secundarias son producidas por diferentes causas: defectos estructurales (hipoxia, isquemia, hiperbilirrubinemia), encefalitis infecciosas/posinfecciosas, tumores, tóxicos y fármacos. Psicógena Cuando el movimiento anormal no es clínicamente clasificable, pero se asemeja a la distonía (pseudodistonía), debe sospecharse causa psicógena, la que se confirma por negatividad de neuroimágenes y análisis toxicológico, resolución del cuadro y sustrato emocional. Mioclonías La gran mayoría de las distonías adquiridas de la infancia son producidas por noxa perinatal: hiperbilirrubinemia y encefalopatía hipoxicoisquémica, que se expresan como parálisis cerebral extrapiramidal o mixta. Por lo general, se manifiesta en el período neonatal, pero no infrecuentemente la distonía aparece varios años después (distonía retardada). La hemidistonía puede producirse durante la infancia, principalmente por accidentes cerebrovasculares. La mioclonía es un movimiento involuntario brusco y breve, fruto de una contracción muscular, que es observada como una sacudida súbita. Existe también la mioclonía negativa (asterixis), que es causada por una inhibición muscular y no por una contracción muscular. La mioclonía tiene diferentes causas, como puede ser fisiológica, pero también puede ser la manifestación de epilepsia, y en movimientos anormales, por alteraciones del sistema extrapiramidal. El mioclonus puede ser axial, multifocal, generalizado, y puede ser desencadenado por un estímulo o ser espontáneo. Aunque existen múltiples causas de mioclonías o mioclonus, solo vamos a mencionar las más comunes o importantes en la práctica diaria del pediatra. Tóxicos/fármacos Mioclonus fisiológico Los fármacos y tóxicos que pueden producir distonías son principalmente: bloqueadores dopaminérgicos, bloqueadores cálcicos, anticonvulsivantes, manganeso, monóxido de carbono y metanol. Generalmente producen distonía focal aguda de rápida recuperación al suspender el fármaco. Sin embargo, puede existir también distonía tardía. Es muy común en todas las personas, en etapas iniciales del sueño, se pueden observar sacudidas mioclónicas masivas o parciales, frecuentemente leves, de predominio distal, de menos de un segundo de duración, que muy ocasionalmente pueden despertar al paciente, pueden producir sensación de ‘estar cayendo’. Defectos estructurales cerebrales Causas infecciosas/posinfecciosas La encefalitis por anticuerpos antirreceptores NMDA, la panencefalitis esclerosante subaguda y la encefalomielitis pueden mostrar clínica de distonía aguda o subaguda. Síndrome de opsoclonus mioclonus Fue descrito por primera vez por Kinsbourne en 1962; se caracteriza por movimientos incordinados, irregulares y variables en extremidades y tronco, junto a mioclonía, asociados a movimientos caóticos oculares (opsoclonus). 14 Precop SCP Precop 14-1.indb 14 27/02/15 10:41 a.m. Pilar Guerrero Se presenta especialmente en lactantes, suele ser precedido de un cuadro infeccioso, generalmente viral, una semana antes. El cuadro clínico es de instauración rápida en una o dos semanas, aunque hay reportes de meses de evolución. Se observa deterioro de habilidades del neurodesarrollo, el niño deja de caminar o de sentarse, o le cuesta mucho trabajo realizarlo. Existe un temblor intenso en miembros superiores y descargas bruscas que semejan una discinesia volicional. El opsoclonus hace referencia a movimientos rápidos, irregulares y caóticos hacia todas las direcciones de los globos oculares; son intermitentes, y pueden asociarse a movimientos parpebrales rápidos. Las mioclonías son bruscas y leves, pudiendo enmascararse por el temblor. Los niños se tornan irritables, con dificultad para examinarlos, buscando la protección en los brazos de su madre. Aunque una causa común es posviral, se considera como un síndrome paraneoplásico frecuentemente asociado a neuroblastoma, que puede manifestarse incluso antes de presentarse el tumor, por lo cual debe realizarse un estudio completo buscando el tumor, con gammagrafía con metayodobencilguanidina y medición de ácido homovalínico y vanililmandélico en orina de 24 horas. Su tratamiento se efectúa resecando el tumor y los pacientes responden favorablemente a tratamiento con inmunomoduladores, como inmunoglobulina, o corticoides, o ACTH. Temblor El temblor se define como movimientos oscilatorios, rítmicos en relación con un punto fijo o eje, que ocurre cuando músculos agonistas y antagonistas se contraen alternamente. El temblor puede ser primario (idiopático) o secundario (sintomático). De acuerdo con el curso en el tiempo, el temblor puede ser agudo y transitorio, subagudo, crónico y estable, o crónico y progresivo. El temblor también puede ser diferenciado en temblor de reposo, de acción, postural. El temblor de reposo es más común en síndromes hipocinéticos, como la enfermedad de Parkinson, y es mucho menos común en la infancia. Los temblores pueden ser clasificados en tres principales categorías: exacerbación del temblor fisiológico, temblor esencial y temblor sintomático. Temblor fisiológico exacerbado El temblor fisiológico que normalmente no es visible en condiciones normales cuando existen estresores puede incrementar su amplitud. Los estresores emocionales agudos, la fatiga, el abuso de sustancias como la cafeína y las anfetaminas, y hormonas tiroides podrían alterar en forma transitoria los sistemas inhibitorios que amortiguan la actividad oscilatoria normal. Temblor esencial Es un trastorno autosómico dominante con penetrancia y expresividad variable que puede manifestarse a cualquier edad. Pueden presentarse casos esporádicos. Su sintomatología comienza en forma sutil e insidiosa y puede notarse desde los dos años de edad, aunque los padres pueden manifestar que “siempre ha temblado”. Muchos padres lo notan en la edad escolar o es detectado por sus maestros. El temblor esencial es un temblor postural que puede aumentar con la acción. Tiene una frecuencia entre 8 y 10 Hz y es de baja amplitud. En la infancia, predomina en manos y, en adulto, es común que sea cefálico y asimétrico. El temblor aumenta con la tensión emocional, la fatiga y las temperaturas extremas. Desaparece durante el sueño. Es lentamente progresivo y, en la mayoría de los casos, no es incapacitante, puede causar dificultades con la escritura y, ocasionalmente, dificultades en la precisión hasta para beber un vaso de agua. CCAP Volumen 14 Número 1 Precop 14-1.indb 15 15 27/02/15 10:41 a.m. Movimientos anormales en niños Los criterios clínicos para diagnosticar temblor esencial son los siguientes: Temblor sintomático • Temblor postural y de acción, permanente, aunque de intensidad variable. • Ausencia de otros signos: piramidales, cerebelosos, sensitivos o del sistema nervioso periférico. • Inteligencia normal. • No antecedentes de ingestión de medicamentos que ocasionan temblor. • Ausencia de enfermedades sistémicas que cursen con temblor, como el hipertiroidismo. • Neuroimágenes normales. • Ausencia de patología perinatal y desarrollo psicomotor normal. • Antecedentes familiares de temblor esencial. • Mejoría con ingesta de alcohol. Relacionado con ingesta de medicamentos tremorígenos, como agentes bloqueadores del receptor de dopamina, anticonvulsivantes; tóxicos, como monóxido de carbono; lesiones estructurales, como infartos, tumores, quistes; y desórdenes genéticos, enfermedad de Wilson o galactosemia. Existen algunas enfermedades que podrían cursar con un cuadro parecido al de temblor esencial, con un cuadro monosintomático, como la hidrocefalia crónica, el síndrome de Klinefelter y la neuropatía hereditaria sensitivo-motora. No se recomienda tratamiento farmacológico a menos que el temblor sea incapacitante. Temblor de base psicógena Una última forma de temblor por tener en cuenta es el temblor psicogénico, cuyas características primordiales son: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Comienzo abrupto. Curso estático. Remisiones espontáneas. Inclasificables por complejos. Incoherencias clínicas. Cambio de características. Ausencia de respuesta a medicamentos para disminuirlo. 8. Se incrementa con la atención. 9. Disminuye al distraerlo. 10.Respuesta al placebo. 11.Ausencia de otros signos neurológicos. 12.Remisión con psicoterapia. Lecturas recomendadas 1. Baizabal-Carvallo JF, Jankovic J. Movement disorders in autoimmune diseases. Mov Disord 2012;27(8):935-46. 2. Barry S, Baird G, Lascelles K, Bunton P, Hedderly T. Neurodevelopmental movement disorders - an update on childhood motor stereotypies. Dev Med Child Neurol 2011; 53(11):979-85. 3. Bonnet C, Roubertie A, Doummar D, Bahi-Buisson N, Cochen de Cock V, Roze E. Developmental and benign movement disorders in childhood. Mov Disord 2010; 25(10):1317-34. 4. Brockmann K. Episodic movement disorders: from phenotype to genotype and back. Curr Neurol Neurosci Rep 2013;13(10):379. 5. Cardoso F. Movement disorders in childhood. Parkinsonism Relat Disord 2014;20 Suppl 1:S13-6. 7. Fernández-Álvarez E, Pérez-Dueñas B. Paroxysmal movement disorders and episodic ataxias. Handb Clin Neurol 2013;112:847-52. 8. Fernández E, López JA. Movimientos anormales. En: Espinosa E, Dunoyer C. Neuropediatría. 2ª ed. Bogotá: ACN; 2001. p. 515–41. 9. Kirkham FJ, Haywood P, Kashyape P, Borbone J, Lording A, Pryde K, et al. Movement disorder emergencies in childhood. Eur J Paediatr Neurol 2011;15(5):390-404. 10. Pavone L, Burton J, Gaebler-Spira D. Dystonia in childhood: clinical and objective measures and functional implications. J Child Neurol 2013;28(3):340-50. 11. Sanger TD, Chen D, Fehlings DL, Hallett M, Lang AE, Mink JW, et al. Definition and classification of hyperkinetic movements in childhood. Mov Disord 2010;25(11):1538-49. 6. Dale RC. Immune-mediated extrapyramidal movement disorders, including Sydenham chorea. Handb Clin Neurol 2013;112:1235-41. 16 Precop SCP Precop 14-1.indb 16 27/02/15 10:41 a.m. Pilar Guerrero 1. Los movimientos anormales se deben a alteración funcional o estructural de: A. la corteza cerebral B. la unión neuromuscular C. los ganglios basales D. el músculo E. el asta anterior 2. El desorden de tic transitorio, provisional y crónico, incluido el síndrome de Tourette: A. es secundario a una condición neurológica crónica de base B. se debe a la ingesta de medicamentos C. se acompaña siempre de tics motores y fonatorios D. para su diagnóstico, se debe descartar que sea secundario a medicamentos o a condiciones neurológicas E. no tiene criterios diagnósticos claros 3. Uno de los siguientes hallazgos al examen físico no sugiere el diagnóstico de corea: A. reflejos pendulares B. signo del ordeño C. aumento de los movimientos con la extensión de los brazos D.hiperreflexia E. trastorno de la marcha 4. En una adolescente con presentación clínica de hemicorea, se debe descartar: A. corea de Huntington B. lupus eritematoso sistémico C.encefalitis D. trastorno metabólico E. Parkinson juvenil CCAP Volumen 14 Número 1 Precop 14-1.indb 17 17 27/02/15 10:41 a.m. Movimientos anormales en niños 5. En un paciente sin patología perinatal, con cuadro de hipotonía, retardo en el desarrollo, hiperreflexia, distonía pero no espasticidad, debe pensarse como posibilidad diagnóstica: A. distonía sensible a dopa 6. El síndrome de opsoclonus mioclonus: A. siempre es posviral B. distonía transitoria del lactante C. parálisis cerebral D. enfermedad de Wilson E. distonía psicógena B. debe considerarse como un síndrome paraneoplásico C. su manejo es con antibióticos D. es una manifestación de un desorden heredodegenerativo E. sus manifestaciones frecuentemente son tardías y crónicas 7. Los siguientes son criterios diagnósticos del temblor esencial, excepto: A. es causado por ingesta de alcohol B. es un temblor postural y de acción C. existe antecedente familiar de temblor esencial D. neuroimágenes normales E. ausencia de patología perinatal y desarrollo psicomotor normal 18 Precop SCP Precop 14-1.indb 18 27/02/15 10:41 a.m.