TEMA 7- ESCULTURA Y PINTURA GÓTICAS. LA PORTADA GÓTICA: LEON, BURGOS. LA PINTURA GÓTICA: GIOTTO Y LOS PRIMITIVOS FLAMENCOS. ESCULTURA GÓTICA La escultura gótica sigue durante los siglos XIII-XIV la evolución que la escultura románica había vivido entre los siglos XI-XII. Desde este punto de vista podemos considerarla como continuadora de ésta, aunque al mismo tiempo muestra muchas diferencias. Así, si la escultura románica del siglo XI era antinatural, la escultura gótica del siglo XIII se carga de naturalismo y humanidad. Esto es signo de que la religión cristiana también ha cambiado desde un plano más divino a uno más humano en este mismo período. Efectivamente en el siglo XIII la religión cristiana se hizo más cercana a los hombres. Cada vez se tiene menos en cuenta a Dios como un ser lejano y justiciero tal y como lo representaba el Pantocrátor Románico. Los cristianos prefieren en el siglo XIII un Dios-hombre, más cercano a ellos y más comprensivo con sus pecados. En la misma línea se desarrolla el culto mariano, es decir, el culto a la Virgen María. La Madre de Cristo actúa también como madre comprensiva de todos los hombres y, por tanto es la intercesora de éstos ante Dios en el Juicio Final. San Francisco de Asís influye en el nuevo gusto por representar la naturaleza en el Arte. Así, en conexión con las ideas de San Francisco, el Arte Gótico tiene un interés especial por la naturaleza y representará la vegetación de una forma natural y realista. Materiales y técnicas: los distintos tipos de esculturas se van a realizar con diferentes materiales. El más habitual es la piedra caliza en las esculturas adosadas a la arquitectura o en la escultura funeraria. La madera se utiliza en retablos y escultura exenta. El alabastro se utiliza en tumbas, retablos y escultura exenta. El marfil, la orfebrería, etc. Todos estos materiales son muy dúctiles y relativamente fáciles de trabajar lo cual permite al escultor centrarse en los detalles anatómicos y de las vestiduras. En este sentido destaca el alabastro, una piedra especialmente blanda en la que se consiguen detalles muy minuciosos e incluso la imitación de las calidades o texturas de diferentes materiales. Se prefiere el altorrelieve y el bulto redondo a las esculturas en bajorrelieve, y hay una tendencia a llevar a cabo esculturas monumentales de tamaño natural o mayor al natural. La escultura de piedra y madera se pinta. En la escultura de madera se utiliza la técnica del estofado, un procedimiento muy elaborado y efectista. El estofado consiste en cubrir la superficie de la estatua con panes de oro, sobre él se pinta y después se esgrafía la pintura de los ropajes para conseguir que el oro brille a través de los colores. El pelo rubio se consigue directamente con los panes de oro, mientras que la piel humana se consigue con las carnaciones. Soporte: como en el Románico, la escultura es esclava de la arquitectura. Las esculturas se sitúan en portadas, pero ahora multiplican su número y se extienden por las fachadas de las catedrales en galerías, bajo los pináculos, en las gárgolas, etc, (desaparecen los capiteles historiados). Las esculturas de las arquivoltas se sitúan longitudinal y no radialmente. A medida que avanza el gótico en los siglos XIV-XV se generaliza la escultura yacente sobre el sepulcro y el retablo. Entre los sepulcros destacan los que tienen forma de túmulo con la estatua yacente del muerto sobre él. También, a partir del siglo XV aparece el difunto arrodillado en actitud orante, e incluso en otras posturas. Los retablos de madera o alabastro, completamente pintados, suelen estar organizados en cuadrículas (cuerpos, calles y entrecalles). Temática: uno de los temas más habituales de las portadas góticas es el Juicio Final. Este tema ya aparecía en el Románico, pero en el Gótico la Virgen tiene una gran importancia, así se le representa en el parteluz como Madre de Cristo o bien en el tímpano con el tema de la Deesis (la intercesión de la Virgen y San Juan ante Cristo por la salvación de los hombres). Otros temas típicos del Gótico son los ciclos que tienen que ver con la Virgen: Anunciación, Visitación, Nacimiento de Cristo; Dormición o Tránsito, Asunción y Coronación de la Virgen como Reina del Cielo. Otro tema es el Árbol de Jessé, es decir, la genealogía humana de Cristo en la que nuevamente aparece la Virgen. Los santos y reyes se representan en las jambas de las portadas y galerías de las fachadas de las catedrales. El Crucificado exento ya no es la Maiestas Domini sino que adquiere un mayor naturalismo y una cierta recreación del dolor: es un Cristohombre de tres clavos con el cuerpo arqueado que sufre por el dolor. A veces este dramatismo se acentúa con la presencia de la Virgen y San Juan (éste es el tema del Calvario). En el siglo XV se extiende además el tema de la Piedad en la que el cuerpo de Cristo muerto descansa sobre el regazo de una desconsolada Virgen María. El tema de la Virgen y el Niño se carga de humanidad y comunicación entre las dos figuras, los dos personajes giran el rostro y se vuelven el uno hacia el otro. La Virgen deja de ser así un trono del niño-dios, pues el niño se apoya en una pierna o en la cadera de la Virgen que habitualmente está de pie. El niño Jesús es un auténtico niño y abandona su actitud de adulto del mismo modo que su madre se comporta amorosamente con él. Elementos Formales: la escultura gótica es naturalista, tiende claramente hacia el bulto redondo, de modo que aunque se encuentre adosada a la arquitectura, al mismo tiempo se libera de ella. Así las esculturas rompen la frontalidad y se comunican entre sí con la mirada y los gestos. Las esculturas se encuentran cómodas en su entorno, no están constreñidas por la arquitectura y apenas se da la adaptación al marco. Las composiciones son fuertemente simétricas en torno a un eje vertical. La estructura compositiva de las esculturas de bulto redondo suele romper la frontalidad, incluso a menudo se imita el contraposto clásico aunque de una manera exagerada y amanerada (estructura compositiva en líneas quebradas, zig-zag). Hay un gran cuidado por la proporcionalidad de los miembros, el estudio anatómico y los pliegues de los ropajes. La pericia técnica de los escultores se muestra en la exteriorización de la anatomía a través de elaborados estudios de pliegues. Los rostros son naturalistas y proporcionados, sin embargo, continúan siendo bastante uniformes y convencionales, carecen de vida y su mirada aún es algo hierática. Ésta será la constante de la escultura gótica hasta la aparición Claus Sluter que en torno a 1400 empieza a individualizar los rostros en el Pozo de Moisés. Valoración estética: La escultura gótica es naturalista pero también está cargada de idealismo y sencillez. Los personajes religiosos son bellos y virtuosos, muestran virtudes físicas y elegancia aristocrática, manifestaciones externas de sus virtudes morales. Funcionalidad: la escultura de las portadas y retablos continúa cumpliendo su función de catequesis. Como ya se ha dicho, esta escultura muestra una cara más humana. También simboliza la nueva ética ciudadana más realista. Escultura Castellana en el siglo XIII A partir de 1230 varias portadas del Gótico Castellano fueron realizadas por cuadrillas de escultores franceses o muy influidos por los estilos escultóricos del norte de Francia. Estas portadas se caracterizan por su perfección técnica, idealismo y belleza formal. En Castilla se imitará rápidamente el arte francés, pero estos escultores hispánicos desarrollan un estilo mucho más expresivo, aunque de técnica no tan depurada. Catedral de Burgos: En la Puerta del Sarmental (1230-1240) se ha representado un tema arcaizante muy habitual en el Arte Románico: la visión apocalíptica de San Juan: en el tímpano se sitúa el Pantocrator que nos bendice desde su trono rodeado del Tetramorfos, en las arquivoltas se ubican los ancianos músicos del Apocalipsis con instrumentos musicales medievales. En el parteluz se representa al Obispo Mauricio, constructor de la iglesia, y en las jambas santos y profetas. La correcta ejecución de estas estatuas permite relacionar dicha portada con el maestro de Beau Dieu de Amiens. Así, si el tema es más propio del Románico, la forma de representarlo es mucho más naturalista y cercana a los modelos góticos franceses. El Pantócrator muestra unas proporciones anatómicas correctas y un rostro natural aunque inexpresivo. Los evangelistas parecen cuatro copistas medievales que se inclinan sobre sus tableros y al mismo tiempo se adaptan al marco del arco ojival de forma natural y no forzada. Quizá lo más llamativo son los músicos que tañen sus instrumentos medievales en posturas perfectamente naturales y realistas fruto de una observación minuciosa de la realidad por parte del escultor. Los rostros continúan siendo convencionales e inexpresivos. En la Puerta de la Coronería (1240) también de la catedral de Burgos se representa la Deesis y el Juicio Final en el que Cristo está flanqueado por la Virgen y San Juan que actúan de intercesores. Mientras tanto, bajo ellos un ángel pesa las almas y los muertos resucitan en las arquivoltas. Según algunos autores este estilo se asemeja mucho a algunas estatuas presentes en Reims, aunque debió ser realizado por autores peninsulares. El estilo de la Coronería es menos idealizado que el del Sarmental e incluso las esculturas de las jambas son mucho más frontales y de factura menos cuidada. En el mismo estilo de la Coronería se realizaron las estatuas del Claustro (1270-1290), en las que destaca la Anunciación de la puerta, la Adoración de los Magos en un pilar del claustro y las estatuas que representan a Alfonso X y Doña Violante. Catedral de León: En la Fachada Occidental se representa el Juicio Final y la Deesis. La influencia francesa es evidente en este tema, sin embargo, como ocurre en Burgos, las esculturas de las jambas son más frontales y arcaizantes. En el parteluz central se representa a Nuestra Señora la Blanca, estatua gótica de estructura también muy frontal, por lo que no deja de ser un poco arcaizante. La puerta del Claustro trata temas de la Virgen entre las que sobresale la de la Coronación. En el siglo XIV se realiza parte de la decoración de la Catedral de Toledo. La Portada del Reloj en el Crucero Septentrional es la más antigua. Está recargada con más de cien esculturas ordenadas en bandas. Dentro de la Catedral encontramos la Virgen Blanca de la Catedral de Toledo. Esta es probablemente una producción francesa policromada, su forma curva parece imitar las pequeñas figurillas de marfil que adaptan su forma al marco del colmillo en el que están realizadas. Hay que resaltar el logrado gesto de la Virgen que a pesar de su rostro convencional muestra una actitud muy natural ante la caricia de su hijo. Pintura Gótica Si la escultura gótica muestra una evolución estilística y temática muy marcada, la vertiente artística que más transformaciones experimenta es la pintura. La pintura del siglo XIII, denominada gótico Lineal o franco-gótico es continuadora de la pintura románica y está muy vinculada formalmente al arte de las vidrieras. Sin embargo, durante los siglos XIV y XV la pintura de los Primitivos Italianos y de los Primitivos Flamencos revolucionó el concepto de la imagen medieval (desarrollo de la tridimensionalidad, claroscuro, temática más humana, etc.). Algunos autores consideran a estas muestras pictóricas como los primeros precedentes del arte del Renacimiento. Pintura del Trecento o del Estilo Italogótico (Primitivos Italianos) El Estilo Italogótico nace en Italia y se produce durante el siglo XIV. Es un período en el que empiezan a emerger las ciudades-estado italianas que protagonizarán el Renacimiento a partir del siglo XV (Florencia, Siena, etc.). Se trata de zonas urbanas y muy ricas en las que los pintores desarrollan una técnica muy elaborada y enormes innovaciones desde el punto de vista formal. El Trecento se puede considerar el precedente más temprano del Arte del Renacimiento. Un signo de esto es que por primera vez desde la Antigüedad empezamos a conocer perfectamente la vida y obras de los artistas que lo protagonizaron. Esto es signo de que el oficio de artista supera la barrera del mero artesano y se empieza a idealizar y valorar. (Por ejemplo, las leyendas sobre la vida de Giotto que nos transmite Vasari). Técnicas y materiales: los pintores italianos del siglo XIV centraron sus realizaciones en la pintura mural al fresco. Hay que tener en cuenta que mientras las catedrales góticas del resto de Europa se cubren de vidrieras, en las iglesias góticas italianas domina el muro sobre el vano. Aparte de la pintura mural tenemos que citar la pintura al temple sobre tabla. Soporte: como ya hemos dicho, en el caso de la pintura al fresco tenemos que citar los muros y bóvedas de las iglesias. La pintura al temple se realiza sobre retablos, trípticos y polípticos, también se da la pintura de caballete sobre tabla. Temática: los temas son religiosos como ocurre en el resto de la pintura medieval, pero también se pintan ciertos temas profanos. La temática es muy variada, aunque en Italia tenemos que destacar los temas sobre la vida de San Francisco de Asís, el santo italiano del siglo XIII que propugnó una religión más sencilla y humana y que la Iglesia se despojara de sus riquezas. Otro tema muy frecuente es el de la Madonna en Majestad (Virgen entronizada con el niño rodeada de ángeles y de santos), tema de influencia bizantina y tradición románica, aunque gana en humanidad y naturalismo. También son muy habituales los temas profanos algo que encaja con la nueva visión del mundo que tiene el Temprano Renacimiento. Elementos formales: Dominio del dibujo sobre el color: el dibujo se asemeja al de la Pintura FrancoGótica, sin embargo va ganando en madurez y precisión. El color se empieza a modular en intensidad gracias al desarrollo del claroscuro. Con ello se consigue dar efecto de volumen y tridimensionalidad. Los colores son normalmente apagados, sobre todo en la pintura al fresco, y son algo más saturados y brillantes en la pintura al temple. Se tiende a enfatizar el volumen y corporeidad de las figuras, especialmente de las figuras humanas. Dichos volúmenes son a menudo rotundos pues se inspiran en formas geométricas como ocurre en las pinturas de Giotto. La luz es difusa pues ilumina toda la escena por igual, también se utiliza para crear volumen en los objetos mediante el claroscuro. Existe la intención de crear la sensación de profundidad, pero ésta está limitada al primer plano de la escena como si una cortina o un fondo dorado ocultara el paisaje. Los primitivos italianos no conocen aún las leyes de la perspectiva, pero intuyen la idea de las líneas de fuga oblicuas. Para enfatizar la sensación de profundidad a veces se valen de arquitecturas, alineamiento de personajes, a la manera como lo hacían los romanos. El espacio es intencionadamente limitado. El espectador se encuentra fuera de ese espacio que, a su vez se limita a la escena pintada. No se sugiere la idea de espacio ilimitado e infinito fuera del cuadro. A veces se recurre incluso a arcaísmos como el de los fondos dorados que actúan de pantalla o telón de fondo. Frente a las composiciones rígidamente simétricas de la Edad Media, a menudo se recurre a composiciones más creativas, que centran la atención de la escena en un punto que no es el eje axial del cuadro. Así Giotto es muy innovador en sus composiciones basadas en la repetición de figuras humanas, figuras geométricas, proporciones matemáticas e incluso en los juegos de miradas entre los personajes. Valoración Estética y Funcionalidad: los primitivos italianos desarrollan un arte aparentemente ingenuo y narrativo, que a primera vista nos parece arcaico, muy similar al de las pinturas Franco-góticas, sin embargo, su arte es cada vez más natural y realista, especialmente en el tratamiento de la figura humana. Llama la atención el fuerte contraste que se produce en la pintura de Giotto: una gran preocupación por la proporción, anatomía, volumetría e incluso gestualidad de los personajes; una despreocupación casi total por el paisaje, el cielo, etc. La pintura de Giotto es intensamente humanista, el ser humano es el protagonista (este antropocentrismo anuncia el Renacimiento). Sus escenas religiosas están cargadas de dramatismo (son famosos los logrados gestos de los personajes mediante los ojos rasgados). En la Escuela de Florencia destaca Giotto (1226-1337) que realizó los Frescos de la Capilla degli Scrovegni en la Arena de Padua (1303-1305). Estos frescos murales que recorren los muros de la capilla están organizados en ciclos, estableciendo un paralelismo entre la vida de la Virgen y la Vida de Cristo. Así entre los paneles más interesantes se encuentran: la Anunciación a Santa Ana, el encuentro de San Joaquín y Santa Ana, la Huída a Egipto, el Santo Entierro y el Noli me tangere. También destaca la decoración de la Iglesia de Asís, con imágenes de la vida de San Francisco y la decoración de la Capilla Bardi de la Santa Croce en Florencia con la representación de la muerte de San Francisco. Mucho más arcaizante es la Madonna de Ognissanti de los Uffizi de Florencia. Giotto es el gran genio del Trecento, posiblemente el pintor más innovador de su tiempo. Otros pintores italianos del Trecento son los de la Escuela de Siena: Duccio da Buoninsegna que realizó la Maestá de la Catedral de Siena, Simone Martín que pintó la Anunciación de los Uffizzi y los Hermanos Lorenzetti que pintaron los Efectos del Buen Gobierno en el Palazzo Comunale de Siena. Con motivo del traslado de la Corte Papal a Avignon en el siglo XIV, algunos pintores italianos como Simone Martíni viajaron a Francia. De este modo se mezclaron las características del Estilo Franco-Gótico con los avances conseguidos por los Primitivos Italianos. De este modo nació el Estilo Gótico Internacional que dominó la pintura europea entre fines del siglo XIV y principios del siglo XV. Una de las manifestaciones más impresionantes de este estilo son las miniaturas de los libros de horas. Por ejemplo Las Muy Ricas Horas del Duque de Berry de los Hermanos Limburgo. La pintura de los primitivos flamencos (siglo XV) La pintura de los primitivos flamencos surge en torno a los dominios de los Duques de Borgoña en Flandes (actual Bélgica), una de las zonas más urbanizadas de Europa. El tercer Duque de Borgoña, Felipe el Bueno y su Canciller Rolin fueron los mecenas de Jean Van Eyck y de Roger Van der Weyden en torno a 1430. Desde el punto de vista pictórico la pintura de los primitivos flamencos significa un impresionante avance técnico y formal frente al Gótico Internacional. Hacia 1435, los Hermanos Van Eyck desarrollaron la técnica de la pintura al óleo y un estilo de un impresionante realismo y habilidad técnica. Existe una gran diferencia entre la consideración del artista flamenco y del primitivo italiano. Así, en contraste con la amplia documentación que tenemos sobre Giotto, lo cual manifiesta su consideración como artista reconocido e incluso idealizado, conocemos muy poco sobre los pintores flamencos. El pintor flamenco suele ser considerado poco más que un hábil artesano, aunque se sabe que Jean Van Eyck actuó como embajador del Duque de Borgoña. Materiales y técnica: el material más utilizado es la pintura al óleo. La tradición atribuye a los hermanos Van Eyck la invención de la técnica del óleo, mediante la utilización de aceites de linaza y trementina. La técnica del óleo permite retocar continuamente. Además el óleo permite practicar la técnica de la veladura, la aplicación de sucesivas capas de color traslúcidas que permite representar un amplio arco de tonos diferentes. Estas pastas son muy diluidas y delgadas. La técnica pictórica es minuciosa, es muy probable que se pintara con pinceles diminutos y lentes, de hecho, las pinceladas sólo se advierten por medio de lentes. Es también probable que se empezaran a utilizar las cámaras oscuras aunque no hay pruebas concluyentes de ello. Normalmente se pinta sobre tabla. Soporte: el soporte más típico son los trípticos que se pintan para ser vistos abiertos y cerrados, en algún caso se realizan polípticos más complejos (como el famoso Políptico del Cordero Místico de Gante). La pintura de caballete siempre se realiza sobre tabla. Temática: dominan los temas religiosos, muchas veces situados en interiores urbanos contemporáneos al pintor (anacronismo) y mezclado con temas y elementos de la vida cotidiana. Es muy frecuente encontrar que el tema de la Anunciación ocurre en las pinturas flamencas en el interior de una casa de la burguesía y que la Virgen María se encuentra arrodillada rezando ante un lujoso “libro de horas”. Adquiere mucha importancia el retrato. A menudo el retratado, que es quien ha pagado la obra, aparece en forma de donante, arrodillado ante la virgen o los santos y actuando como testigo de las escenas religiosas. En los cuadros aparecen muchos objetos con una gran atención por el detalle, la minuciosidad y las calidades. Podemos decir que son auténticos bodegones o naturalezas muertas integrados en la escena. Además, estos objetos suelen encubrir significados simbólicos y misteriosos que requieren ser desentrañados mediante un complejo estudio de erudición. También se da importancia a los paisajes integrados en la obra. El paisaje se extiende por el horizonte del cuadro y a veces se vislumbra a través de una ventana. Es un paisaje naturalista (de un realismo de botánico) e incluso verosímil, poblado de catedrales y torres góticas, pero completamente inventado por el pintor. Elementos Formales Domina el dibujo sobre el color: el dibujo es de una gran perfección técnica, se vale de trazos abiertos y cerrados. El color es brillante y está muy saturado por efecto del óleo. Hay una gran riqueza cromática y se utilizan las veladuras para multiplicar las tonalidades. Nunca antes del siglo XV se había conseguido un colorido tan intenso en la pintura. La luz es a veces difusa y a veces direccional. La luz se utiliza para crear corporeidad, pero también para enfatizar el realismo y las calidades y texturas de los objetos. Con ella se crea una atmósfera densa e incluso se generan efectos similares a los de la perspectiva aérea en el horizonte de los paisajes. Las figuras tienen volumen, los rostros expresión y rasgos individuales (lo cual los vincula con las esculturas de Claus Sluter), sin embargo, a veces se nos muestran rostros convencionales, sobre todo en la representación de mujeres jóvenes (la Virgen), o los ángeles. Las vestiduras están tratadas minuciosamente, al detalle, con unos característicos pliegues almidonados en V. El espacio tiene profundidad. Se desconocen las leyes de la perspectiva, pero se crea la ilusión de una tercera dimensión por medio de líneas oblicuas, arquitecturas, suelos embaldosados, degradación cromática y lumínica para simular la perspectiva aérea, etc. Los paisajes tienen un horizonte alto, sin apenas cielo. El pintor se sitúa en un punto de vista alto respecto a la escena de primer plano (influencia de las miniaturas del Gótico Internacional), esto lo hace para representar más cómodamente las escenas y la profundidad. El espacio es ilimitado, se sugiere la existencia de espacio real más allá de los márgenes del cuadro. Incluso a veces el espacio en el que se encuentra el espectador es una “continuación” del espacio de la obra de manera que se genera la ilusión de que el espectador está dentro de la escena. El pintor se vale para ello de diferentes recursos (espejos, suelos que se cortan en el margen inferior de la pintura, miradas de los personajes hacia el espectador). Las composiciones son rígidas y a veces centradas en torno a un eje axial. Valoración estética: la pintura de los primitivos flamencos destaca por su perfección técnica y formal. Los pintores son auténticos maestros conocedores de su oficio. Sin embargo, hay fuertes contradicciones entre la habilidad por representar las calidades y la luz con un acentuado naturalismo y la incapacidad de representar la perspectiva fielmente (a veces los errores de perspectiva son muy torpes). Los cuadros flamencos parecen rodeados de un ambiente misterioso que encaja con su misticismo religioso. Hay que destacar a los hermanos Hubertus y Jean Van Eyck. Estos realizaron el Políptico de la Adoración del Cordero Místico para la Iglesia de San Bavón de Gante. El interior del Políptico está organizado en dos registros. El registro inferior representa la adoración del cordero en un jardín paradisíaco realizado con una minuciosidad casi científica. Hasta ese lugar acuden muchedumbres desde los cuatro puntos cardinales para adorar a Cristo y su sacrificio (jueces, caballeros, santos y santas, padres de la Iglesia, ermitaños, etc.). La escena está presidida desde el registro superior por Dios flanqueado por San Juan y la Virgen, los ángeles músicos, Adán y Eva. Toda la representación es muy medieval tanto en su temática y en su composición rígidamente simétrica, pero los elementos formales de la obra indican la nueva preocupación por la profundidad, los detalles, la sensualidad de la anatomía, elementos propios del Renacimiento. En el exterior organizado en dos registros, se representa a los donantes arrodillados ante la escena de la Anunciación que se desarrolla en el registro superior. La Virgen María parece más bien una mujer rica de la burguesía flamenca que se ve sorprendida en su hogar por el ángel de la anunciación. Jean Van Eyck también realizó el Matrimonio Arnolfini. Este enigmático cuadro fue interpretado por Panofsky como un contrato matrimonial en el que el pintor actúa como testigo ("Jean Van Eyck estuvo aquí"). La promesa de matrimonio se realiza en una habitación repleta de los elementos propios de una casa que, en este caso tienen significados simbólicos que hay que desentrañar (el perro, las zapatillas, la manzana, la vela encendida, etc). La Virgen del Canciller Rolin es otra de las obras importantes de Van Eyck. En ella Rolin, canciller de Borgoña se muestra "humildemente" arrodillado ante la Virgen, mientras a través de la ventana aparece un paisaje ficticio. Según algunos autores, el cuadro celebraría la gloria de Rolin al conseguir la paz con Francia en el Tratado de Arrás. Sin embargo, se trata nuevamente de una obra llena de misterio. Robert Campin, presunto Maestro de Flemalle realizó el Tríptico de Werl y fue maestro de Roger Van der Weyden. Este realizó el Descendimiento del Museo del Prado, con una composición extraordinariamente cerrada, que imita la disposición de las esculturas en los retablos y el Juicio Final del Hospital de Beaune.