sible que un bebé pueda desarrollarse y alcanzar una sana

Anuncio
28
Ética Judicial: De las reglas a las actuaciones
sible que un bebé pueda desarrollarse y alcanzar una sana madurez si
no es acogido, protegido y tratado con ternura por sus padres o por
quienes hagan sus veces. Como especie eminentemente social, los
humanos nos preocupamos por los demás, realizamos acciones de
solidaridad, y en situaciones de alta peligrosidad para la existencia de
nuestro grupo, somos capaces de dar la vida para salvaguardarlos. A
esta naturaleza altruista precisamente es a la que apelan los gobiernos
cuando hacen llamados a la población en defensa de la patria21.
A los humanos también nos gusta cuidar a los animales, a las
plantas y en general al entorno, más allá de la utilidad práctica que
nos puedan brindar. Por eso tenemos mascotas domésticas con las que
somos cariñosos y a las que acariciamos, y a las plantas ornamentales
las regamos y abonamos con esmero, además de que buscamos que
el espacio que nos rodea muestre vitalidad y energía.
Sin cuidado la vida se marchita, el entorno social y natural se
desgasta y triunfa la entropía con el paso del tiempo. La Ética del
Cuidado funda, así la primera actitud ética fundamental: la salvaguarda del planeta y de la vida, la garantía de los Derechos Humanos
y la convivencia solidaria.
La Ética del Cuidado ha sido compendiada en los 16 principios
de La Carta de la Tierra, que es una iniciativa que emitió en 1987
la Comisión Mundial para el Ambiente y Desarrollo de las Naciones
Unidas, y que fue lanzada como documento de referencia para establecer una base ética sólida para la sociedad global emergente y ayudar
a crear un mundo sostenible, basado en el respecto a la naturaleza, los
Derechos Humanos Universales, la justicia económica y una cultura de
paz. Los principios son22:
1. “Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad.
Reflexiones sobre ética judicial
‡ Reconocer que todos los seres son interdependientes y que
toda forma de vida independientemente de su utilidad, tiene
valor para los seres humanos.
‡ Afirmar la fe en la dignidad inherente a todos los seres humanos
y en el potencial intelectual, artístico, ético y espiritual de la
humanidad.
21
22
Montagu, A. (1978). La naturaleza de la agresividad humana. Madrid: Alianza
Editorial.
Cfr. Boff, L. (2001). y http://www.cartadelatierra.org/innerpg.cfm?id_menu=46.
Descargar