La Voz del Papa Año V - Num. 40 - Mayo 2009 - Director: Manuel Pérez - c/ Dr. Fleming 5 - 11207 Algeciras (Cádiz) Benedicto XVI entrega a los jóvenes la Cruz que recorrerá España hasta el año 2011 “Abramos el corazón a Cristo muerto y resucitado para que nos renueve” E s para mí un gran gozo recibir en esta audiencia a un grupo tan numeroso, venido de Madrid y de España para recoger la Cruz de los jóvenes que recorrerá diversas ciudades hasta la Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid el año 2011”, dijo el Papa al recibir a los jóvenes de la archidiócesis de Madrid. “Os saludo con afecto especialmente a vosotros, queridos jóvenes, que, al tomar la Cruz, confesáis vuestra fe en Aquel que os ama sin medida, el Señor Jesús, cuyo misterio pascual celebraremos en estos días santos”, señaló el Santo Padre. “Me alegra saber que esta cruz que habéis recibido la llevaréis en procesión el Viernes Santo por las calles de Madrid para que sea aclamada y venerada”. “Sí, queridos jóvenes, Cristo se ha entregado por cada uno de vosotros y os ama de modo único y personal. Responded vosotros al amor de Cristo ofreciéndole vuestra vida con amor”, decía. “Id tras las huellas de Cristo. Él es vuestra meta, vuestro camino y también vuestro premio”. L a Pascua judía, memorial de la liberación de la esclavitud de Egipto, prescribía el rito de la inmolación del cordero, un cordero por familia, según la ley mosaica”, dijo el Papa en la Misa del Domingo de Pascua en la Resurrección del Señor. “En su Pasión y Muerte, Jesús se revela como el Cordero de Dios ‘inmolado’ en la Cruz para quitar los pecados del mundo; fue muerto justamente en la hora en que se acostumbraba a inmolar El terremoto de L’Aquila “Atraed a vuestros amigos” “La vida es un camino, ciertamente. Pero no es un camino incierto y sin destino fijo, sino que conduce a Cristo, meta de la vida humana y de la historia. Por este camino llegaréis a encontraros con Aquel que, entregando su vida por amor, os abre las puertas de la vida eterna”, decía a los jóvenes. “Os invito, pues, a formaros en la fe que da sentido a vuestra vida y a fortalecer vuestras convicciones, para poder así permanecer firmes en las dificultades de cada día”, señaló. “Os exhorto, además –les dijo Benedicto XVI a estos jóvenes españoles–, a que, en el camino hacia Cristo, sepáis atraer a vuestros jóvenes amigos, compañeros de estudio y de trabajo, para que también ellos lo conozcan y lo confiesen como Señor de sus vidas. Para ello, dejad que la fuerza de lo Alto que está dentro de vosotros, el Espíritu Santo, se manifieste con su inmenso atractivo”. (6-IV). E n estas horas dramáticas, en que una inmensa tragedia ha asolado esta tierra –dijo el Santo Padre sobre el terremoto que había sufrido la región italiana de L’Aquila–, me siento espiritualmente presente en medio de vosotros para compartir vuestra angustia e implorar de Dios el reposo eterno para los fallecidos, el pronto restablecimiento para los heridos y para todos el ánimo de proseguir en la esperanza, sin desfallecer ante el desaliento”. (9-IV). los corderos en el Templo de Jerusalén. El sentido de este sacrificio suyo, lo había anticipado Él mismo durante la Última Cena, poniéndose en el lugar –bajo las especies del pan y el vino– de los elementos rituales de la cena de la Pascua. Así, podemos decir que Jesús, realmente, ha llevado a cumplimiento la tradición de la antigua Pascua y la ha transformado en su Pascua”, seguía diciendo. “Abramos el corazón a Cristo muerto y resucitado para que nos renueve, para que nos limpie del veneno del pecado y de la muerte y nos infunda la savia vital del Espíritu Santo: la vida divina y eterna”. (12-IV). La realidad histórica de la Redención L a resurrección no es una teoría, sino una realidad histórica revelada por el Hombre Jesucristo mediante su pascua, su paso, que ha abierto una nueva vía entre la tierra y el Cielo”, dijo el Santo Padre en su mensaje de Pascua del domingo de Resurrección. “No es un mito ni un sueño, no es una visión ni una utopía, no es una fábula, sino un acontecimiento único e irrepetible: Jesús de Nazaret, hijo de María, que en el crepúsculo del viernes fue bajado de la cruz y sepultado, ha salido vencedor de la tumba”, continuaba diciendo. “El anuncio de la resurrección del Señor ilumina las zonas oscuras del mundo en que vivimos. Me refiero particularmente al materialismo y al nihilismo, a esa visión del mundo que no logra transcender lo que es constatable experimentalmente, y se abate desconsolada en un sentimiento de la nada, que sería la meta definitiva de la existencia humana”, añadió. “En efecto, si Cristo no hubiera resucitado, el vacío acabaría ganando. Si quitamos a Cristo y su resurrección, no hay salida para el hombre, y toda su esperanza sería ilusoria. Pero, precisamente hoy, irrumpe con fuerza el anuncio de la resurrección del Señor”, añadió. (12-IV). Un seguimiento diario y temático del Magisterio del Romano Pontífice A N G E LU S Madrid 2011 U n saludo particular a los 150 delegados –obispos, sacerdotes y laicos– que en estos días han participado en el encuentro internacional sobre las Jornadas Mundiales de la Juventud, organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos”, dijo el Papa en el Angelus. “Comienza así el camino de preparación hacia el próximo encuentro mundial de los jóvenes, que tendrá lugar en agosto de 2011 en Madrid y para el que ya he indicado el tema: “Enraizados y edificados en Cristo, apoyados en la fe”. Como es tradición, los jóvenes australianos entregarán dentro de poco a los jóvenes españoles la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, la ‘cruz peregrina’, que lleva a todos los jóvenes de la tierra el mensaje de amor de Cristo. Este ‘paso del testigo’ asume un valor altamente simbólico, con el que expresamos inmensa gratitud a Dios por los dones recibidos en el gran encuentro de Sydney y por el que querrá concedernos en el de Madrid”, siguió diciendo. Morir para dar vida P ensando precisamente en los desafíos que marcan el camino de la Iglesia en el continente africano, y en cualquier otra parte del mundo, experimentamos cómo son actuales las palabras del Evangelio de este quinto domingo de Cuaresma. Jesús, ante la inminencia de la Pasión, declara: ‘si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto’”, dijo el Papa en el Ángelus. “Esta es la voluntad de Dios: darnos la vida eterna que hemos perdido. Para que esto se realice es necesario, sin embargo, que Jesús muera, como un grano de trigo que Dios Padre ha sembrado en el mundo”, añadió. todo menos en el pecado, Cristo nos ha enseñado la dignidad y el valor de todo miembro de la familia humana. Murió por nuestros pecados para reunirnos en la familia de Dios”, dijo. “Que la santa Madre de Dios, que nos señala a su Hijo, hermano nuestro, nos recuerde a nosotros, cristianos de todo lugar, el deber de amar a nuestro prójimo, de ser constructores de la paz, de ser los primeros en perdonar a quien ha pecado contra nosotros, así como también nosotros hemos sido perdonados”, terminó diciendo. (22-III). Un plan de salvación garantizado “En la gran fiesta de la fe, que hemos vivido juntos en África, hemos experimentado que esta nueva humanidad está viva, a pesar de sus límites humanos. Allí donde los misioneros, como Jesús, han dado y siguen dado la vida por el Evangelio, se recogen frutos abundantes”, concluyó. (29-III). L a comunidad cristiana se alegra –dijo el Santo Padre durante el rezo del Regina Coeli en Castelgandolfo– porqué la resurrección del Señor nos garantiza que el plan divino de la salvación se cumplirá ciertamente. Por eso su Pascua es verdaderamente Desde Luanda N La Cruz “partirá hacia la capital española, y estará presente en la gran procesión del Viernes Santo. A continuación comenzará una larga peregrinación que, a través de las diócesis de España, la devolverá a Madrid en verano de 2011”. (5-IV). uestra oración se eleva hoy desde Angola, desde África, y abraza al mundo entero”, dijo el Santo Padre en la explanada de Cimangola de Luanda. “En esta oración del Ángelus, recordamos el ‘sí’ incondicional de María a la voluntad de Dios. A través de la obediencia de fe de la Virgen, el Hijo vino al mundo para traernos el perdón, la salvación y la vida en abundancia. Haciéndose hombre como nosotros, en nuestra esperanza. Y nosotros, resucitados con Cristo tenemos que seguirlo fielmente ahora en santidad de vida, caminando sin descanso hacia la Pascua eterna, convencidos de que las dificultades, las pruebas, los sufrimientos de la existencia humana, incluida la muerte ya no podrán sepa- rarnos de Él y de su amor. La resurrección ha lanzado un puente entre el mundo y la vida eterna sobre el que cada hombre y cada mujer puede pasar para alcanzar la verdadera meta de nuestra peregrinación terrenal”. “’He resucitado y estoy siempre contigo’. Esta promesa de Jesús se cumple sobre todo en la Eucaristía –subrayó el Papa– en cada celebración eucarística la Iglesia, y cada uno de sus miembros, experimentan su presencia viva y se benefician de toda su riqueza de su amor. En el sacramento de la Eucaristía, el Señor resucitado y presente lleno de misericordia nos purifica de nuestras culpas; nos alimenta espiritualmente y nos infunde vigor para soportar las duras pruebas de la existencia y para luchar contra el pecado y el mal”.(13-IV). Cristo es Luz P or qué Cristo es Luz? En el Antiguo Testamento, se consideraba a la Torá como la luz que procede de Dios para el mundo y la humanidad. Separa en la creación la luz de las tinieblas, es decir, el bien del mal. Indica al hombre la vía justa para vivir verdaderamente. Le indica el bien, le muestra la verdad y lo lleva hacia el amor, que es su contenido más profundo”, dijo el Romano Pontífice en la solemne vigilia de la Noche Santa de Pascua. “Además, los cristianos sabían que en Cristo está presente la Torá, que la Palabra de Dios está presente en Él como Persona. La Palabra de Dios es la verdadera Luz que el hombre necesita. Esta Palabra está presente en Él, en el Hijo”, añadió. “Los cristianos entienden: sí, en la resurrección, el Hijo de Dios ha surgido como Luz del mundo. Cristo es la gran Luz de la que proviene toda vida. Él nos hace reconocer la gloria de Dios de un confín al otro de la Tierra. Él nos indica la senda”. (12-IV). Semana Santa “Sólo Dios es el verdadero y auténtico santo en sentido original” anto, con esta palabra se describe ante todo la naturaleza de Dios mismo, su forma de ser totalmente particular, divina, que sólo es propia de Él. Sólo Él es el verdadero y auténtico Santo en sentido original. Cualquier otra santidad deriva de Él, es participación en su modo de ser. Él es la luz purísima, la Verdad y el Bien sin mancha”, dijo Benedicto XVI en la homilía del Jueves Santo durante la Misa Crismal. “Consagrar algo o a alguien significa por tanto dar esa cosa o persona en propiedad a Dios, quitarla del ámbito de lo que es nuestro e introducirla en su atmósfera, de modo que deje de pertenecer a nuestras cosas para ser totalmente de Dios. Consagración es por tanto un sacar del mundo y un entregar al Dios vivo. La cosa o persona ya no nos pertenece a nosotros, y ni siquiera a sí misma, sino que vive inmersa en Dios. A una privación de algo para entregarlo a Dios lo llamamos también sacrificio: esto ya no será de mi propiede la Pascua de entonces. Pero es más dad, sino propiedad de Él”, añadía. “En el Antiguo Testamento, la entrega aún. Con el Canon entramos en este de una persona a Dios, es decir, su san- hoy. Nuestro hoy se encuentra con su tificación, se identifica con la ordena- hoy. Él hace esto ahora. Con la palabra ción sacerdotal, y de esta forma, se defi- hoy, la Liturgia de la Iglesia quiere ne también en qué consiste el sacerdo- inducirnos a que prestemos gran atencio: es un cambio de propiedad, un ser ción interior al misterio de este día, a las quitado del mundo y entregado a Dios. palabras con que se expresa. Tratemos, Con esto son evidentes por tanto las dos pues, de escuchar de modo nuevo el direcciones que forman parte del proce- relato de la institución, tal y como la so de la santificación/consagración. Es Iglesia lo ha formulado basándose en la un salir de los contextos de la vida mun- Escritura y contemplando al Señor dana, un ‘ser puestos aparte’ por Dios”, mismo”, añadió. seguía dicendo. “Pero precisamente por esto no es una segregación. Ser entregados a Dios significa más bien ser puestos en representación de otros. El sacerdote viene apartado de las conexiones mundanas y entregado a Dios, y precisamente así, a partir de Dios, está disponible para los demás, para todos. Cuando Jesús dice ‘yo me consagro’, Él se hace al mismo tiempo sacerdote y víctima”. (9-IV). S Misa “in coena Domini” Q ui, pridie quam pro nostra omniumque salute pateretur, hoc est hodie, accepit panem. Así diremos hoy en el Canon de la Santa Misa. Hoc est hodie, dijo el Papa Benedicto XVI en la santa Misa in Coena Domini. “La Liturgia del Jueves Santo incluye la palabra hoy en el texto de la plegaria, subrayando con ello la dignidad particular de este día. Ha sido hoy cuando Él lo ha hecho: se nos ha entregado para siempre en el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre”, señalaba. “Este hoy es sobre todo el memorial “Lo primero que nos sorprende es que el relato de la institución no es una frase suelta, sino que empieza con un pronombre relativo: qui pridie. Este qui enlaza todo el relato con la palabra precedente de la oración, ‘...de manera que sea para nosotros Cuerpo y Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor’. De este modo, el relato de la institución está unido a la oración anterior, a todo el Canon, y se hace él mismo oración”, proseguía. “En efecto, en modo alguno se trata de un relato sencillamente insertado aquí; tampoco se trata de palabras aisladas de autoridad, que quizás interrumpirían la oración. Es oración. Y solamente en la oración se cumple el acto sacerdotal de la consagración que se convierte en transformación, transubstanciación de nuestros dones de pan y vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Rezando en este momento central, la Iglesia concuerda totalmente con el acontecimiento del Cenáculo, ya que el actuar de Jesús se describe con las palabras: gratias agens benedixit, ‘te dio gracias con la plegaria de bendición’”. Con esta expresión, la Liturgia romana ha dividido en dos palabras, lo que en hebreo es una sola, berakha, que en griego, en cambio, aparece en los dos términos de eucharistía y eulogía. El Señor agradece. Al agradecer, reconocemos que una cosa determinada es un don de otro. El Señor agradece, y de este modo restituye a Dios el pan, ‘fruto de la tierra y del trabajo del hombre’, para poder recibirlo nuevamente de Él. Agradecer se transforma en bendecir. Lo que ha sido puesto en las manos de Dios, vuelve de Él bendecido y transformado. La Liturgia romana tiene razón al interpretar nuestro orar en este momento sagrado con las palabras: ofrecemos, pedimos, acepta, bendice esta ofrenda. Todo esto se oculta en la palabra eucaristía”. (9-IV). Piedad en los corazones L a Pasión dolorosa del Señor Jesús suscita necesariamente piedad incluso en los corazones más duros, ya que es el culmen de la revelación del amor de Dios por cada uno de nosotros”, dijo el Papa en la noche del Vienes Santo al concluir el Via Crucis en el Coliseo de Roma. “Cristo murió en la Cruz por amor. A lo largo de los milenios, muchedumbres de hombres y mujeres han quedado seducidos por este misterio y le han seguido, haciendo al mismo tiempo de su vida un don a los hermanos, como Él y gracias a su ayuda. Son los santos y los mártires, muchos de los cuales nos son desconocidos. También en nuestro tiempo, cuántas personas, en el silencio de su existencia cotidiana, unen sus padecimientos a los del Crucificado y se convierten en apóstoles de una auténtica renovación espiritual y social. ¿Qué sería del hombre sin Cristo?”, se preguntaba el Romano Pontífice. El Papa se detuvo en el comentario del rostro de Crito, que “refleja en él cada persona humillada y ofendida, enferma o sufriente, sola, abandonada y despreciada. Al derramar su Sangre, Él nos ha rescatado de la esclavitud de la muerte, roto la soledad de nuestras lágrimas, y entrado en todas nuestras penas y en todas nuestras angustias”. (10-IV). Jornada mundial L Tener fe para lograr vocaciones a vocación al sacerdocio y a la vida consagrada constituye un especial don divino, que se sitúa en el amplio proyecto de amor y de salvación que Dios tiene para cada hombre y la humanidad entera”, ha escrito el Papa con ocasión de la Jornada Mundial de oración por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. “Nuestro primer deber ha de ser por tanto mantener viva, con oración incesante, esa invocación de la iniciativa divina en las familias y en las parroquias, en los movimientos y en las asociacio- nes entregadas al apostolado, en las comunidades religiosas y en todas las estructuras de la vida diocesana”, escribe. Al mismo tiempo recuerda que “los consejos evangélicos de castidad consagrada a Dios, pobreza y obediencia tienen Un Reino universal Cuatro años sin Juan Pablo II P J or su resurrección, Jesús supera los límites del espacio y del tiempo. Como Resucitado, recorre la inmensidad del mundo y de la historia. Sí, como Resucitado, va a los griegos y habla con ellos, se les manifiesta, de modo que ellos, los lejanos, se convierten en cercanos y, precisamente en su lengua, en su cultura, la palabra de Jesús irá avanzando y será entendida de un modo nuevo: así viene su Reino”, dijo el Papa el Domingo de Ramos. “Por tanto, podemos reconocer dos características esenciales de este Reino. La primera es que este Reino pasa por la Cruz. Puesto que Jesús se entrega totalmente, como Resucitado puede pertenecer a todos y hacerse presente a todos. En la Sagrada Eucaristía recibimos el fruto del grano de trigo que muere, la multiplicación de los panes que continúa hasta el fin del mundo y en todos los tiempos”, añadía. “La segunda característica dice: su Reino es universal. Se cumple la antigua esperanza de Israel: esta realeza de David ya no conoce fronteras. Se extiende ‘de mar a mar’, como dice el profeta Zacarías. Es decir, abarca todo el mundo. Pero esto es posible sólo porque no es la soberanía de un poder político, sino que se basa únicamente en la libre adhesión del amor; un amor que responde al amor de Jesucristo, que se ha entregado por todos. Pienso que siempre hemos de aprender de nuevo ambas cosas. Ante todo, la universalidad, la catolicidad. Ésta significa que nadie puede considerarse a sí mismo, a su cultura, a su tiempo y su mundo como absoluto. Y eso requiere que todos nos acojamos recíprocamente, renunciando a algo nuestro”, dijo. “La universalidad incluye el misterio de la Cruz, la superación de sí mismos, la obediencia a la palabra de Jesucristo, que es común, en la común Iglesia. La universalidad es siempre una superación de sí mismos, renunciar a algo personal. La universalidad y la cruz van juntas. Sólo así se crea la paz”. (5-IV). uan Pablo II “desde joven se mostró intrépido y osado defensor de Cristo: él no dudó en consumir todas sus energías con el fin de difundir por todas partes la luz; no aceptó ceder a compromisos cuando se trataba de proclamar y defender su Verdad, no se cansó nunca de difundir su amor”, dijo el Santo Padre en el cuarto aniversario de la muerte del Papa Juan Pablo II. su fundamento en las palabras y el ejemplo del Señor”. “No os desaniméis ante las dificultades y las dudas”, escribe el Papa; “confiad en Dios y seguid fielmente a Jesús y seréis los testigos de la alegría que brota de la unión íntima con Él”. (31III). Difundir la vida y la familia en la República Dominicana E s de suma importancia que en los significativos cambios políticos sociales en los que la República Dominicana está inmersa en los últimos tiempos –ha dicho el Papa al nuevo embajador de la República Dominicana ante la Santa Sede–, se implanten y prolonguen aquellos nobles principios que distinguen la rica historia dominicana desde la fundación de su patria”. “Me refiero –continuaba–, ante todo, a la defensa y difusión de valores humanos tan básicos como el reconocimiento y la tutela de la dignidad de la persona, el respeto de la vida humana desde el momento de su concepción hasta su muerte natural y la salvaguardia de la institución familiar basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, ya que éstos son elementos insustituibles e irrenunciables del tejido social”. “Suplico al Señor, por intercesión de Nuestra Señora de Altagracia y de Santo Domingo de Guzmán, que colme de dones celestiales a todos los hijos e hijas de ese amado país”. (3-IV). “Darse, entregarse” “Desde el inicio del pontificado hasta el 2 de abril de 2005, no tuvo miedo de proclamar, a todos y siempre que sólo Jesús es el Salvador y el verdadero Liberador del hombre y de todo hombre”, precisó. “Si dar testimonio de la propia adhesión al Evangelio nunca ha sido fácil, ciertamente conforta la certeza de que Dios hace fecundo nuestro empeño, cuando es sincero y generoso. También desde este punto de vista nos parece significativa la experiencia espiritual del siervo de Dios Juan Pablo II”, señaló indicando que su fecundidad ha sido similar a la prometida por Dios a Abraham. “Se podría decir que especialmente en los años de su pontificado, él engendró en la fe a muchos hijos e hijas”. (2-IV). O diar la propia vida –dijo el Papa en la parroquia romana del Santo Rostro de Jesús– es una expresión semítica fuerte y encierra una paradoja; subraya muy bien la totalidad radical que debe caracterizar a quien sigue a Cristo y, por su amor, se pone al servicio de los hermanos: pierde la vida y así la encuentra. No existe otro camino para experimentar la alegría y la verdadera fecundidad del Amor: el camino de darse, entregarse, perderse para encontrarse.”. “Mantengamos fijos el corazón y la mente en el Rostro de Cristo”, les dijo, “dejaos iluminar por el esplendor del Rostro de Cristo”. “Es importante que la oración, tanto personal como litúrgica, ocupe siempre el primer lugar en nuestra vida”, precisó. (29-III). Visita pastoral a Angola “Las nubes del mal han oscurecido trágicamente también África” L a luz ha venido al mundo. Pero los hombres han preferido las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. ¡Cuántas tinieblas hay en tantas partes del mundo! Las nubes del mal han oscurecido trágicamente también África, incluida esta amada nación de Angola. Pensemos en el drama de la guerra, en las feroces consecuencias del tribalismo y las rivalidades étnicas, en la codicia que corrompe el corazón del hombre, esclaviza a los pobres y priva a las generaciones futuras de los recursos que necesitan para crear una sociedad más solidaria y más justa, una sociedad real y auténticamente africana en su genio y en sus valores”, dijo el Papa en su homilía junto a obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, movimientos eclesiales y los catequistas de Angola y Santo Tomé en la iglesia San Pablo de Luanda. “Y ¿qué decir de ese insidioso espíritu de egoísmo que encierra a las personas en sí mismas, divide las familias y, suplantando los grandes ideales de generosidad y abnegación, lleva inevitablemente al hedonismo, a la evasión en falsas utopías mediante el uso de la droga, a la irresponsabilidad sexual, al debilitamiento de la unión matrimonial, a la destrucción de las familias y la eliminación de vidas humanas inocentes por el aborto?”, añadió. “Nos ha dado sus mandamientos, no como una rémora, sino como un manantial de libertad: libertad para ser hombres y mujeres llenos de sabiduría, tanto como el resultado de una afirmamaestros de justicia y paz, gente que ción de los derechos en el plano juríditiene confianza en los otros y busca su co, sino más bien como el resultado auténtico bien. Dios nos ha creado para directo de las atenciones materiales y vivir en la luz y para ser luz del mundo espirituales que se reciben en la familia. La presencia materna dentro de la famique nos rodea”. (22-III). lia es tan importante para la estabilidad y el desarrollo de esta célula fundamenLa aportación insustituible tal de la sociedad, que debería ser reconocida, alabada y apoyada de todos los de la mujer en la familia modos posibles”, concluyó. (22-III). oy nadie debería dudar que las mujeres, sobre la base de su Vencer los obstáculos igual dignidad con los hombres, tienen pleno derecho a insertarse activaoy gracias a Dios por haber enmente en todos los ámbitos públicos y contrado una Iglesia viva y, a su derecho debe ser afirmado y protegipesar de las dificultades, llena de do incluso por medio de instrumentos entusiasmo, que ha sabido llevar sobre legales donde se considere necesario”, los hombros su cruz, y la de los demás, dijo el Papa Benedicto XVI en un en- dando testimonio ante todos de la fuercuentro con los movimientos católicos za salvadora del mensaje evangélico”, para la promoción de la mujer que tuvo dijo el Papa al despedirse en el aerolugar en la parroquia de San Antonio de puerto internacional 4 de Febrero de Luanda. Luanda. “Sin embargo, este reconocimiento “Ella sigue anunciando que ha llegadel papel público de las mujeres no do el tiempo de la esperanza, comprodebe disminuir su función insustituible metiéndose a pacificar los ánimos e dentro de la familia: aquí su aportación invitando al ejercicio de una caridad al bien y al progreso social, aunque esté fraterna que sepa abrirse a la acogida de poco considerada, tiene un valor verda- todos, respetando las ideas y sentimienderamente inestimable”, añadió el Ro- tos de cada uno”, añadió. mano Pontífice. “Hermanos y amigos de África, que“Por lo demás, en el ámbito personal, ridos angoleños: ¡ánimo! No os canséis la mujer siente la propia dignidad no de hacer progresar la paz, haciendo ges- H D tos de perdón y trabajando por la reconciliación nacional, para que la violencia nunca prevalezca sobre el diálogo, el temor y el desaliento sobre la confianza y el rencor sobre el amor fraterno”, terminó diciendo. (23-III). Alegría y recogimiento S e han grabado en mi memoria sobre todo dos impresiones: por una parte la impresión de esta cordialidad casi exuberante, de esta alegría, de una África en fiesta, y me parece que en el Papa han visto, digamos, la personificación del hecho que somos hijos y familia de Dios”, dijo el Papa a los periodistas a su vuelta de África. “Por otra parte me ha impresionado mucho el espíritu de recogimiento en la liturgia, el fuerte sentido de lo sagrado: en la liturgia no hay autopresentación de los grupos, autoanimación, pero está la presencia de lo sagrado, de Dios mismo”, señaló. “Me ha afectado mucho –añadió– el hecho de que el sábado en el caos que se formó al ingreso del estadio murieran dos chicas. He rezado y rezo por ellas”. (24-III). Promover las vocaciones E l papel fundamental que desempeñan los presbíteros os ha de llevar a realizar un gran esfuerzo para promover las vocaciones sacerdotales”, les dijo el Santo padre a los obispos de Argentina reunidos en su visita ad limina. “A este respecto, sería oportuno proyectar una pastoral matrimonial y familiar más incisiva, que tenga en cuenta la dimensión vocacional del cristiano, así como una pastoral juvenil más audaz, que ayude a los jóvenes a responder con generosidad al llamamiento que Dios les hace”, les decía. “También es necesario intensificar la formación de los seminaristas en todas sus dimensiones: humana, espiritual, intelectual, afectiva y pastoral, llevando a cabo además una eficaz y exigente labor de discernimiento de los candidatos a las sagradas órdenes”. (14-III). Al preparar la Comunión J esús, que está presente entre nosotros. Ahora estáis recorriendo este camino de preparación y luego, en el momento de la primera Comunión, él estará muy cerca de vosotros, y vosotros podréis sentir que él estará con vosotros”, dijo el Papa a los niños de la parroquia del Santo Rostro de Cristo. (29-III). L A PA Z Y LA J UST I C IA Luchar por la paz L a paz nunca se ha alcanzado de forma estable, sino que debe construirse continuamente. ¡Qué real es esta observación! Por desgracia, las guerras y violencias no acaban nunca, y la búsqueda de la paz es siempre fatigosa”, ha dicho el Papa a los jóvenes voluntarios italianos del servicio civil. “En estos años marcados por el peligro de posibles conflictos planetarios, el Concilio Vaticano II denunciaba con fuerza la carrera de armamentos. ‘La carrera de armamentos, a la que se dedican muchas naciones, no es el camino seguro para conservar firmemente la paz’, y añadía inmediatamente que la carrera al rearme ‘es una de las plagas más graves de la humanidad, y daña de modo intolerable a los pobres”. A esta preocupada constatación los Padres Conciliares añadían un augurio: “Nuevos caminos –afirmaban– convendrá buscar partiendo de la reforma de los espíritus, para que pueda ser eliminado este escándalo y en el mundo, liberado de la ansiedad que le oprime, pueda ser restituida la verdadera paz”. “Hoy como entonces la auténtica conversión de los corazones representa el camino justo, el único que puede conducir a cada uno de nosotros y a la humanidad entera a la paz deseada”, decía el Santo Padre. “La vida –terminó diciendo– es un misterio de amor, que más nos pertenece cuanto más la donamos”. (28-III). El “nuevo feminismo” El Óbolo de San Pedro B C enedicto XVI dirigió un “cordial saludo” a los participantes de la Conferencia Internacional sobre “Vida, Familia, Desarrollo: el papel de la mujer en la promoción de los Derechos Humanos” patrocinado por el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, con la cooperación de la World Women’s Alliance for Life and Family, la World Union of Catholic Women’s Organizations y otras asociaciones. “Es un ejemplo de respuesta –dijo– a la convocatoria de un ‘nuevo feminismo’ por parte de mi predecesor el Papa Juan Pablo II, que tiene el poder de transformar la cultura, influyendo en ella con el respeto decidido a la vida”. El Santo Padre indicó que deben denunciarse las violaciones de los derechos humanos en los que se compromete la vida, que “deben evocar una respuesta positiva y proactiva”. “El reconocimiento y la valoración del plan de Dios para las mujeres en la transmisión de la vida y la crianza de los niños es un paso constructivo en esa dirección”, añadió. Con este motivo, Benedicto XVI animó “a corregir toda idea errónea de que el cristianismo es simplemente un conjunto de mandamientos y prohibiciones . El Evangelio es un mensaje de alegría que anima a hombres y mujeres a disfrutar del amor conyugal, que lejos de sofocar la fe y la moral cristianas quieren hacerle sano, fuerte y realmente libre”. (23-III). omo cada año, habéis venido hoy a entregarme el óbolo de San Pedro, que habéis recogido en las parroquias de Roma”, dijo el Santo Padre a una delegación de la asociación caritativa “Círculo de San Pedro”. “Gracias por este signo de comunión eclesial y de participación concreta en el esfuerzo económico que la Sede Apostólica despliega para salir al encuentro de las urgencias crecientes de la Iglesia, especialmente en los países más pobres de la tierra. Deseo una vez más manifestar mi vivo aprecio por este servicio vuestro, animado por la convencida fidelidad y adhesión al Sucesor de Pedro”, les decía. “El Señor dé el mérito y colme de bendiciones a vuestro Círculo; os ayude a cada uno de vosotros a realizar plenamente la propia vocación cristiana en la familia, en el trabajo y dentro de vuestra Asociación. La Virgen Santa acompañe y sostenga con vuestra materna protección vuestros propósitos y vuestros proyectos de bien”, terminó diciendo. (3-IV). Contra las minas antipersona A diez años de la entrada en vigor de la convención para la erradicación de estas bombas –dijo el Papa sobre la minas antipersona para sensibilizar sobre sus peligros–, y tras la reciente apertura de la firma de la Convención para la prohibición de las municiones de racimo, deseo animar a los países que aún no lo han firmado a firmar sin duda estos importantes instrumentos del derecho internacional humanitario”. “Expreso además mi apoyo a cualquier medida dirigida a garantizar la asistencia necesaria a las víctimas de estas armas devastadoras”, añadió. “Quisiera además recordar con gran pena a nuestros hermanos y hermanas africanos, que hace pocos días han encontrado la muerte en el Mar Mediterráneo, mientras intentaban alcanzar Europa. ¡No podemos resignarnos a tragedias de este tipo, que por desgracia se repiten desde hace tiempo! Las dimensiones del fenómeno hacen cada vez más urgentes estrategias coordinadas entre la Unión Europea y los Estados Africanos, como también la adopción de medidas adecuadas de carácter humanitario, para impedir que estos emigrantes recurran a traficantes sin escrúpulos”. (5-IV). La causa de la crisis L a actual crisis se debe principalmente a “un déficit de ética en las estructuras económicas”, según afirmaba Benedicto XVI en una carta dirigida al primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, al tiempo que subrayaba que “esta misma crisis enseña que la ética no es ajena a la economía y que ésta no funciona si no lleva dentro su componente ético”. Es preciso un “valiente y generoso fortalecimiento de la cooperación internacional capaz de promover un verdadero desarrollo humano e integral. La confianza auténtica en el ser humano, sobre todo la confianza en los hombres y en las mujeres más pobres –de África y de otras regiones del mundo afectadas por la pobreza extrema–será la prueba de que realmente se quiere salir de la crisis de una vez para siempre, sin ignorar ninguna región, si se quiere evitar definitivamente que se repitan situaciones como las que estamos viviendo”. (1-IV). En Camerún y Angola B enedicto XVI repasó su reciente viaje a África durante su Catequesis Semanal, empezando por “Yaoundé, capital del Camerún, donde me encontré inmediatamente en el corazón de África, y no sólo geográficamente. Este país de hecho reúne muchas características de ese gran continente, la primera de ellas su alma profundamente religiosa, que une a los numerosísimos grupos étnicos que lo pueblan”. “En Camerún, más de una cuarta parte de la población son católicos, y conviven pacíficamente con las demás comunidades religiosas. Por esto mi amado predecesor Juan Pablo II, en 1995, eligió precisamente la capital de esta nación para promulgar la Exhortación Apostólica Ecclesia in Africa, tras la primera Asamblea sinodal dedicada precisamente al continente africano”, recordó. “Segunda etapa –y segunda parte de mi viaje– fue Angola, país también él en ciertos aspectos emblemático: salido de una larga guerra interna, está empeñado ahora en la obra de reconciliación y de reconstrucción nacional. ¿Pero cómo podrían ser auténticas esta reconciliación y esta reconstrucción si tuvieran lugar a costa de los más pobres, que tienen derecho como todos a participar de los recursos de su tierra?”, decía. “He ahí porqué, con esta visita mía, cuyo primer objetivo ha sido obviamente el de confirmar en la fe a la Iglesia, que querido también animar el proceso social en curso. En Angola se toca con la mano lo que mis venerados predecesores han repetido: todo se pierde con la guerra, todo puede renacer con la paz. Pero para reconstruir una nación hacen falta muchas energías morales. Y por eso, una vez más, es importante el papel de la Iglesia, llamada a desarrollar una función educativa, trabajando en profundidad para renovar y formar las conciencias”. (1IV). La Semana Santa L a Semana Santa, que para nosotros los cristianos es la semana más importante del año, nos ofrece la oportunidad de actualizar los misterios centrales de la Redención. Desde mañana por la tarde, con la Misa de la Cena del Señor, los solemnes ritos litúrgicos nos ayudarán a meditar de forma más viva la pasión, muerte y resurrección del Señor”, dijo el Papa en su Catequesis Semanal. “La Misa crismal es como un preludio al Triduo pascual. En ella se bendice el óleo de los catecúmenos y de los enfermos y se consagra el Santo Crisma. Se renuevan también las promesas sacerdotales pronunciadas el día de la Ordenación”, explicaba el Santo Padre. “Esta celebración tiene este año un significado particular, pues será casi como una preparación al Año Sacerdotal, que he convocado con ocasión del 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, y que se inaugurará el próximo día 19 de junio”, anunciaba. “En estos días santos nos acompaña la Santísima Virgen. Con Ella entraremos en el cenáculo, permaneceremos junto a la Cruz y estaremos idealmente junto a Cristo muerto aguardando con esperanza la aurora del día glorioso de la Resurrección”, terminaba diciendo. (8-IV). Dar testimonio con la propia vida E vangelizar es ante todo dar testimonio, de una manera sencilla y directa, de Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo. Testimoniar que ha amado al mundo en su Hijo”, afirmó el Santo Padre al dirigirse a un grupo de obispos argentinos y agregó que “este anuncio nítido y explícito de Cristo como Salvador de los hombres, se inserta en esa búsqueda apasionante de la verdad, la belleza y el bien que caracteriza al ser humano”. C AT E Q U E S I S S E M A NA L ran? ¿No será que yo, con una decisión definitiva, me juego mi libertad y me ato con mis propias manos? Éstas son las dudas que os asaltan y que la actual cultura individualista y hedonista exaspera. ¡Pero cuando el joven no se decide –exclamó–, corre el riesgo de seguir siendo eternamente niño!” “Yo os digo: ¡Ánimo! Atreveos a tomar decisiones definitivas, porque en realidad son las únicas que no destruyen la libertad, sino que crean su correcta orientación, permitiendo avanzar y alcanzar algo grande en la vida”. (21-III). La Resurrección L El Papa recordó que “la primera forma de evangelización es el testimonio de la propia vida”, y refiriéndose a los presbíteros señaló que “el sacerdote tiene la gran responsabilidad de aparecer antes los fieles irreprochable en su conducta, siguiendo de cerca a Cristo y con el apoyo y aliento de los fieles”. “El anuncio del Evangelio concierne a todos en la Iglesia; también a los fieles laicos, destinados a esta misión gracias al bautismo y la confirmación”. (2-IV). A los jóvenes en Luanda G enerosidad no os falta, lo sé. Pero frente al riesgo de comprometerse para toda la vida, tanto en el matrimonio como en una vida de especial consagración, sentís miedo”, dijo el Papa a los jóvenes en el Estadio dos Coqueiros de Luanda. “¿Podré disponer en este momento de mi vida por completo sin saber los imprevistos que me espe- a novedad sorprendente de la Resurrección –dijo el Papa en la audiencia general que tuvo en Castelgandolfo– es tan importante que la Iglesia no deja de proclamarla, prolongando su recuerdo especialmente el domingo, que es el día del Señor y la Pascua semanal del pueblo de Dios”. “Para nuestra fe y nuestro testimonio cristiano es fundamental proclamar la resurrección de Jesús como un hecho real, histórico y atestiguado por muchos testigos acreditados. Lo afirmamos resueltamente porque, también en nuestra época, no faltan los que intentan negar su historicidad limitando el relato evangélico a un mito”, añadió. Benedicto XVI explicó que “ciertamente la resurrección no fue para Jesús un simple regreso a su precedente vida terrenal sino el paso a una dimensión de vida profundamente nueva que implica a toda la familia humana, a la historia y al universo. Este evento cambió la vida de los testigos oculares y a lo largo de los siglos generaciones enteras de hombres y mujeres lo acogieron con fe y lo testimoniaron incluso con el martirio”. (15-IV). EN DIRECTO C La solidaridad en el dolor Unos meses interesantes omienza un nuevo trimestre después de la Semana Santa y, como de ordinario, hay inquietudes: la crisis que avanza –con dificultades económicas, paro generalizado o la amenaza del peligro de deflación, que es un entorno económico poco conocido–, a lo que se suma una reforma del grupo de personas que gobiernan España, la inicua Ley del Aborto que se prepara y una Ley de Libertad Religiosa de la que poco sabemos, pero que es difícil que amplíe la libertad actual. No sería de extrañar que los católicos nos enfrentemos a nuevos retos donde haya que demostrar con coherencia nuestra fe. E n estas circunstancias, una buena vía de vivir el cristianismo es ejercitar la caridad pensando ante todo en los demás. Hay cada vez más gente que atraviesa necesidad. Precisan trabajo. De una sociedad rica hemos pasado a una situación que se resquebraja, porque el pecado se ha difundido tanto que ya ni siquiera se habla de lo que es “pecado”. Cada día hay nuevas ofensas a Dios, y por eso ante cualquier pecado, primero hay que pensar en el Ofendido. En consolarle, en mostrarle nuestro amor.y La Voz del Papa Edita: Grupo María Auxiliadora e-mail: [email protected] DL: M-52405-2005 L a solicitud con la que las autoridades, fuerzas del orden, voluntarios y otros agentes están socorriendo a estos hermanos nuestros –dijo el Papa al final de su Catequesis Semanal sobre el terremoto que afectó a L’Aquila– demuestra qué importante es la solidaridad para superar juntos pruebas tan dolorosas”. “Deseo decir una vez más a aquellas queridas poblaciones que el Papa comparte su pena y sus preocupaciones. Espero ir a veros en cuanto sea posible. El Papa reza por todos, implorando la misericordia del Señor por los difuntos y el consuelo materno de María y la esperanza cristiana por los supervivientes y los familiares”. (8-IV). Falleció el Cardenal Betti H e recibido con profundo dolor la noticia del fallecimiento del cardenal Umberto Betti –ha escrito el Papa al P. José Rodríguez Carballo, ministro general de los Franciscanos– y participando espiritualmente en el luto que ha afectado a la Orden de los Frailes Menores, expreso mi vivo pésame”. “Recuerdo con ánimo grato al Señor el ministerio que ha desarrollado con entrega el purpurado, en particular como ilustre teólogo perito del Concilio Vaticano II, apreciado consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Secretaria de Estado y rector magnífico de la Pontificia Universidad Lateranense. Elevo fervientes oraciones de sufragio por este benemérito servidor del Evangelio e invocando de la bondad divina la paz eterna para su alma elegida envío como consuelo a los familiares, a los hermanos de la Orden y a los que lloran su muerte una especial bendición apostólica”. (3-IV). El sol nos acompaña aunque no lo veamos, como la fe en Dios P or desgracia llueve, pero el sol está llegando”, dijo el Papa a los fieles que se congregaban fuera del templo de la parroquia del Santo Rostro de Jesús en el barrio de Magliana, en el sector oeste de la diócesis de Roma. “Sabemos que el sol, aunque esté escondido, existe, que Dios está cerca, nos ayuda y nos acompaña. En este sentido, queremos caminar hacia la Pascua, sabiendo que a nuestra vida pertenecen los sufrimientos y las dificultades, pero con la conciencia de que detrás está el sol de la Bondad divina”, dijo el Santo Padre a las personas que trataban de protegerse de la lluvia. (29-IV). INTENCIONES DEL PAPA General Que los laicos y las comunidades cristianas se responsabilicen de la promoción de las vocaciones sacerdotales y religiosas. Misionera Que las iglesias jóvenes, agradecidas a Dios por la fe, se ofrezcan a predicar el Evangelio en todo el mundo. ¡Suscríbete a La Voz del Papa! Sí, deseo suscribirme a LA VOZ DEL PAPA al precio de 0,19 euros por ejemplar, más gastos de envío. Deseo suscribirme a partir del mes de ...................................... a .......... ejemplares de LA VOZ DEL PAPA. Nombre .................................................................................................................. Domicilio ................................................................................................................ Población .............................................................................C. P. .......................... Provincia .............................................................................Teléf. ........................ Enviar estos datos a La Voz del Papa, c/ Dr. Fleming 5 - 11207 Algeciras (Cádiz) Tel. 956 600 703