“Abramos el corazón a Cristo muerto y resucitado para que nos

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La Voz del Papa
Año V - Num. 40 - Mayo 2009 - Director: Manuel Pérez - c/ Dr. Fleming 5 - 11207 Algeciras (Cádiz)
Benedicto XVI entrega a los
jóvenes la Cruz que recorrerá
España hasta el año 2011
“Abramos el corazón a Cristo muerto
y resucitado para que nos renueve”
E
s para mí un gran gozo recibir en
esta audiencia a un grupo tan
numeroso, venido de Madrid y de
España para recoger la Cruz de los jóvenes que recorrerá diversas ciudades
hasta la Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid el año 2011”, dijo el
Papa al recibir a los jóvenes de la archidiócesis de Madrid.
“Os saludo con afecto especialmente
a vosotros, queridos jóvenes, que, al
tomar la Cruz, confesáis vuestra fe en
Aquel que os ama sin medida, el Señor
Jesús, cuyo misterio pascual celebraremos en estos días santos”, señaló el
Santo Padre. “Me alegra saber que esta
cruz que habéis recibido la llevaréis en
procesión el Viernes Santo por las calles
de Madrid para que sea aclamada y
venerada”.
“Sí, queridos jóvenes, Cristo se ha
entregado por cada uno de vosotros y os
ama de modo único y personal. Responded vosotros al amor de Cristo ofreciéndole vuestra vida con amor”, decía.
“Id tras las huellas de Cristo. Él es vuestra meta, vuestro camino y también
vuestro premio”.
L
a Pascua judía, memorial de la liberación de la esclavitud de Egipto, prescribía el rito de la inmolación del cordero, un cordero por familia, según la ley mosaica”, dijo el Papa
en la Misa del Domingo de Pascua en la
Resurrección del Señor.
“En su Pasión y Muerte, Jesús se revela como el Cordero de Dios ‘inmolado’ en la Cruz para quitar los pecados
del mundo; fue muerto justamente en la
hora en que se acostumbraba a inmolar
El terremoto de L’Aquila
“Atraed a vuestros amigos”
“La vida es un camino, ciertamente.
Pero no es un camino incierto y sin destino fijo, sino que conduce a Cristo,
meta de la vida humana y de la historia.
Por este camino llegaréis a encontraros
con Aquel que, entregando su vida por
amor, os abre las puertas de la vida eterna”, decía a los jóvenes.
“Os invito, pues, a formaros en la fe
que da sentido a vuestra vida y a fortalecer vuestras convicciones, para poder
así permanecer firmes en las dificultades de cada día”, señaló.
“Os exhorto, además –les dijo Benedicto XVI a estos jóvenes españoles–,
a que, en el camino hacia Cristo, sepáis
atraer a vuestros jóvenes amigos, compañeros de estudio y de trabajo, para
que también ellos lo conozcan y lo confiesen como Señor de sus vidas. Para
ello, dejad que la fuerza de lo Alto que
está dentro de vosotros, el Espíritu
Santo, se manifieste con su inmenso
atractivo”. (6-IV).
E
n estas horas dramáticas, en
que una inmensa tragedia ha
asolado esta tierra –dijo el
Santo Padre sobre el terremoto que
había sufrido la región italiana de
L’Aquila–, me siento espiritualmente presente en medio de vosotros
para compartir vuestra angustia e
implorar de Dios el reposo eterno
para los fallecidos, el pronto restablecimiento para los heridos y para
todos el ánimo de proseguir en la
esperanza, sin desfallecer ante el
desaliento”. (9-IV).
los corderos en el Templo de Jerusalén.
El sentido de este sacrificio suyo, lo
había anticipado Él mismo durante la
Última Cena, poniéndose en el lugar
–bajo las especies del pan y el vino– de
los elementos rituales de la cena de la
Pascua. Así, podemos decir que Jesús,
realmente, ha llevado a cumplimiento la
tradición de la antigua Pascua y la ha
transformado en su Pascua”, seguía
diciendo.
“Abramos el corazón a Cristo muerto
y resucitado para que nos renueve, para
que nos limpie del veneno del pecado y
de la muerte y nos infunda la savia vital
del Espíritu Santo: la vida divina y eterna”. (12-IV).
La realidad histórica
de la Redención
L
a resurrección no es una teoría,
sino una realidad histórica revelada por el Hombre Jesucristo mediante su pascua, su paso, que ha abierto una nueva vía entre la tierra y el
Cielo”, dijo el Santo Padre en su mensaje de Pascua del domingo de Resurrección.
“No es un mito ni un sueño, no es una
visión ni una utopía, no es una fábula,
sino un acontecimiento único e irrepetible: Jesús de Nazaret, hijo de María,
que en el crepúsculo del viernes fue
bajado de la cruz y sepultado, ha salido
vencedor de la tumba”, continuaba
diciendo.
“El anuncio de la resurrección del
Señor ilumina las zonas oscuras del
mundo en que vivimos. Me refiero particularmente al materialismo y al nihilismo, a esa visión del mundo que no
logra transcender lo que es constatable
experimentalmente, y se abate desconsolada en un sentimiento de la nada,
que sería la meta definitiva de la existencia humana”, añadió.
“En efecto, si Cristo no hubiera resucitado, el vacío acabaría ganando. Si
quitamos a Cristo y su resurrección, no
hay salida para el hombre, y toda su
esperanza sería ilusoria. Pero, precisamente hoy, irrumpe con fuerza el anuncio de la resurrección del Señor”, añadió. (12-IV).
Un seguimiento diario y temático del Magisterio del Romano Pontífice
A N G E LU S
Madrid 2011
U
n saludo particular a
los 150 delegados
–obispos, sacerdotes
y laicos– que en estos días
han participado en el
encuentro internacional
sobre las Jornadas
Mundiales de la Juventud,
organizado por el Consejo
Pontificio para los Laicos”,
dijo el Papa en el Angelus.
“Comienza así el camino
de preparación hacia el próximo encuentro mundial de
los jóvenes, que tendrá
lugar en agosto de 2011 en
Madrid y para el que ya he
indicado el tema:
“Enraizados y edificados en
Cristo, apoyados en la fe”.
Como es tradición, los
jóvenes australianos entregarán dentro de poco a los
jóvenes españoles la Cruz
de las Jornadas Mundiales
de la Juventud, la ‘cruz
peregrina’, que lleva a
todos los jóvenes de la tierra el mensaje de amor de
Cristo. Este ‘paso del testigo’ asume un valor altamente simbólico, con el que
expresamos inmensa gratitud a Dios por los dones
recibidos en el gran encuentro de Sydney y por el que
querrá concedernos en el de
Madrid”, siguió diciendo.
Morir para dar vida
P
ensando precisamente
en los desafíos que
marcan el camino de
la Iglesia en el continente
africano, y en cualquier otra
parte del mundo, experimentamos cómo son actuales las palabras del
Evangelio de este quinto
domingo de Cuaresma.
Jesús, ante la inminencia de
la Pasión, declara: ‘si el
grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo;
pero si muere, da mucho
fruto’”, dijo el Papa en el
Ángelus.
“Esta es la voluntad de
Dios: darnos la vida eterna
que hemos perdido. Para
que esto se realice es necesario, sin embargo, que
Jesús muera, como un
grano de trigo que Dios
Padre ha sembrado en el
mundo”, añadió.
todo menos en el pecado,
Cristo nos ha enseñado la
dignidad y el valor de todo
miembro de la familia
humana. Murió por nuestros pecados para reunirnos
en la familia de Dios”, dijo.
“Que la santa Madre de
Dios, que nos señala a su
Hijo, hermano nuestro, nos
recuerde a nosotros, cristianos de todo lugar, el deber
de amar a nuestro prójimo,
de ser constructores de la
paz, de ser los primeros en
perdonar a quien ha pecado
contra nosotros, así como
también nosotros hemos
sido perdonados”, terminó
diciendo. (22-III).
Un plan de salvación
garantizado
“En la gran fiesta de la fe,
que hemos vivido juntos en
África, hemos experimentado que esta nueva humanidad está viva, a pesar de
sus límites humanos. Allí
donde los misioneros, como
Jesús, han dado y siguen
dado la vida por el
Evangelio, se recogen frutos abundantes”, concluyó.
(29-III).
L
a comunidad cristiana
se alegra –dijo el
Santo Padre durante
el rezo del Regina Coeli en
Castelgandolfo– porqué la
resurrección del Señor nos
garantiza que el plan divino
de la salvación se cumplirá
ciertamente. Por eso su
Pascua es verdaderamente
Desde Luanda
N
La Cruz “partirá hacia la
capital española, y estará
presente en la gran procesión del Viernes Santo. A
continuación comenzará
una larga peregrinación
que, a través de las diócesis
de España, la devolverá a
Madrid en verano de 2011”.
(5-IV).
uestra oración se
eleva hoy desde
Angola, desde África, y abraza al mundo entero”, dijo el Santo Padre en
la explanada de Cimangola
de Luanda.
“En esta oración del
Ángelus, recordamos el ‘sí’
incondicional de María a la
voluntad de Dios. A través
de la obediencia de fe de la
Virgen, el Hijo vino al
mundo para traernos el perdón, la salvación y la vida
en abundancia. Haciéndose
hombre como nosotros, en
nuestra esperanza. Y nosotros, resucitados con Cristo
tenemos que seguirlo fielmente ahora en santidad de
vida, caminando sin descanso hacia la Pascua eterna, convencidos de que las
dificultades, las pruebas, los
sufrimientos de la existencia humana, incluida la
muerte ya no podrán sepa-
rarnos de Él y de su amor.
La resurrección ha lanzado
un puente entre el mundo y
la vida eterna sobre el que
cada hombre y cada mujer
puede pasar para alcanzar la
verdadera meta de nuestra
peregrinación terrenal”.
“’He resucitado y estoy
siempre contigo’. Esta promesa de Jesús se cumple
sobre todo en la Eucaristía
–subrayó el Papa– en cada
celebración eucarística la
Iglesia, y cada uno de sus
miembros, experimentan su
presencia viva y se benefician de toda su riqueza de
su amor. En el sacramento
de la Eucaristía, el Señor
resucitado y presente lleno
de misericordia nos purifica
de nuestras culpas; nos alimenta espiritualmente y nos
infunde vigor para soportar
las duras pruebas de la existencia y para luchar contra
el pecado y el mal”.(13-IV).
Cristo es Luz
P
or qué Cristo es Luz?
En el Antiguo
Testamento, se consideraba a la Torá como la
luz que procede de Dios
para el mundo y la humanidad. Separa en la creación
la luz de las tinieblas, es
decir, el bien del mal.
Indica al hombre la vía
justa para vivir verdaderamente. Le indica el bien, le
muestra la verdad y lo lleva
hacia el amor, que es su
contenido más profundo”,
dijo el Romano Pontífice en
la solemne vigilia de la
Noche Santa de Pascua.
“Además, los cristianos
sabían que en Cristo está
presente la Torá, que la
Palabra de Dios está presente en Él como Persona.
La Palabra de Dios es la
verdadera Luz que el hombre necesita. Esta Palabra
está presente en Él, en el
Hijo”, añadió.
“Los cristianos entienden:
sí, en la resurrección, el
Hijo de Dios ha surgido
como Luz del mundo.
Cristo es la gran Luz de la
que proviene toda vida. Él
nos hace reconocer la gloria
de Dios de un confín al otro
de la Tierra. Él nos indica
la senda”. (12-IV).
Semana Santa
“Sólo Dios es el verdadero y
auténtico santo en sentido original”
anto, con esta palabra se describe ante todo la naturaleza de Dios mismo,
su forma de ser totalmente particular, divina, que sólo es propia de Él.
Sólo Él es el verdadero y auténtico Santo en sentido original. Cualquier
otra santidad deriva de Él, es participación en su modo de ser. Él es la luz
purísima, la Verdad y el Bien sin mancha”, dijo Benedicto XVI en la homilía
del Jueves Santo durante la Misa Crismal.
“Consagrar algo o a alguien significa
por tanto dar esa cosa o persona en propiedad a Dios, quitarla del ámbito de lo
que es nuestro e introducirla en su
atmósfera, de modo que deje de pertenecer a nuestras cosas para ser totalmente de Dios. Consagración es por
tanto un sacar del mundo y un entregar
al Dios vivo. La cosa o persona ya no
nos pertenece a nosotros, y ni siquiera a
sí misma, sino que vive inmersa en
Dios. A una privación de algo para
entregarlo a Dios lo llamamos también
sacrificio: esto ya no será de mi propiede la Pascua de entonces. Pero es más
dad, sino propiedad de Él”, añadía.
“En el Antiguo Testamento, la entrega aún. Con el Canon entramos en este
de una persona a Dios, es decir, su san- hoy. Nuestro hoy se encuentra con su
tificación, se identifica con la ordena- hoy. Él hace esto ahora. Con la palabra
ción sacerdotal, y de esta forma, se defi- hoy, la Liturgia de la Iglesia quiere
ne también en qué consiste el sacerdo- inducirnos a que prestemos gran atencio: es un cambio de propiedad, un ser ción interior al misterio de este día, a las
quitado del mundo y entregado a Dios. palabras con que se expresa. Tratemos,
Con esto son evidentes por tanto las dos pues, de escuchar de modo nuevo el
direcciones que forman parte del proce- relato de la institución, tal y como la
so de la santificación/consagración. Es Iglesia lo ha formulado basándose en la
un salir de los contextos de la vida mun- Escritura y contemplando al Señor
dana, un ‘ser puestos aparte’ por Dios”, mismo”, añadió.
seguía dicendo.
“Pero precisamente por esto no es una
segregación. Ser entregados a Dios significa más bien ser puestos en representación de otros. El sacerdote viene apartado de las conexiones mundanas y
entregado a Dios, y precisamente así, a
partir de Dios, está disponible para los
demás, para todos. Cuando Jesús dice
‘yo me consagro’, Él se hace al mismo
tiempo sacerdote y víctima”. (9-IV).
S
Misa “in coena Domini”
Q
ui, pridie quam pro nostra
omniumque salute pateretur, hoc
est hodie, accepit panem. Así
diremos hoy en el Canon de la Santa
Misa. Hoc est hodie, dijo el Papa
Benedicto XVI en la santa Misa in
Coena Domini.
“La Liturgia del Jueves Santo incluye
la palabra hoy en el texto de la plegaria,
subrayando con ello la dignidad particular de este día. Ha sido hoy cuando Él
lo ha hecho: se nos ha entregado para
siempre en el Sacramento de su Cuerpo
y de su Sangre”, señalaba.
“Este hoy es sobre todo el memorial
“Lo primero que nos sorprende es que
el relato de la institución no es una frase
suelta, sino que empieza con un pronombre relativo: qui pridie. Este qui
enlaza todo el relato con la palabra precedente de la oración, ‘...de manera que
sea para nosotros Cuerpo y Sangre de tu
Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor’.
De este modo, el relato de la institución
está unido a la oración anterior, a todo
el Canon, y se hace él mismo oración”,
proseguía.
“En efecto, en modo alguno se trata
de un relato sencillamente insertado
aquí; tampoco se trata de palabras aisladas de autoridad, que quizás interrumpirían la oración. Es oración. Y solamente en la oración se cumple el acto
sacerdotal de la consagración que se
convierte en transformación, transubstanciación de nuestros dones de pan y
vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Rezando en este momento central, la
Iglesia concuerda totalmente con el
acontecimiento del Cenáculo, ya que el
actuar de Jesús se describe con las palabras: gratias agens benedixit, ‘te dio
gracias con la plegaria de bendición’”.
Con esta expresión, la Liturgia romana ha dividido en dos palabras, lo que
en hebreo es una sola, berakha, que en
griego, en cambio, aparece en los dos
términos de eucharistía y eulogía. El
Señor agradece. Al agradecer, reconocemos que una cosa determinada es un
don de otro. El Señor agradece, y de
este modo restituye a Dios el pan, ‘fruto
de la tierra y del trabajo del hombre’,
para poder recibirlo nuevamente de Él.
Agradecer se transforma en bendecir.
Lo que ha sido puesto en las manos de
Dios, vuelve de Él bendecido y transformado. La Liturgia romana tiene razón al interpretar nuestro orar en este
momento sagrado con las palabras:
ofrecemos, pedimos, acepta, bendice
esta ofrenda. Todo esto se oculta en la
palabra eucaristía”. (9-IV).
Piedad en los corazones
L
a Pasión dolorosa del Señor Jesús
suscita necesariamente piedad
incluso en los corazones más
duros, ya que es el culmen de la revelación del amor de Dios por cada uno de
nosotros”, dijo el Papa en la noche del
Vienes Santo al concluir el Via Crucis
en el Coliseo de Roma.
“Cristo murió en la Cruz por amor. A
lo largo de los milenios, muchedumbres
de hombres y mujeres han quedado
seducidos por este misterio y le han
seguido, haciendo al mismo tiempo de
su vida un don a los hermanos, como Él
y gracias a su ayuda. Son los santos y
los mártires, muchos de los cuales nos
son desconocidos. También en nuestro
tiempo, cuántas personas, en el silencio
de su existencia cotidiana, unen sus
padecimientos a los del Crucificado y
se convierten en apóstoles de una auténtica renovación espiritual y social. ¿Qué
sería del hombre sin Cristo?”, se preguntaba el Romano Pontífice.
El Papa se detuvo en el comentario
del rostro de Crito, que “refleja en él
cada persona humillada y ofendida,
enferma o sufriente, sola, abandonada y
despreciada. Al derramar su Sangre, Él
nos ha rescatado de la esclavitud de la
muerte, roto la soledad de nuestras
lágrimas, y entrado en todas nuestras
penas y en todas nuestras angustias”.
(10-IV).
Jornada mundial
L
Tener fe para
lograr vocaciones
a vocación al sacerdocio y a la vida consagrada constituye un especial don divino, que se sitúa
en el amplio proyecto de
amor y de salvación que
Dios tiene para cada hombre
y la humanidad entera”, ha
escrito el Papa con ocasión
de la Jornada Mundial de
oración por las vocaciones al
sacerdocio y a la vida consagrada.
“Nuestro primer deber ha
de ser por tanto mantener
viva, con oración incesante,
esa invocación de la iniciativa divina en las familias y en
las parroquias, en los movimientos y en las asociacio-
nes entregadas al apostolado, en las comunidades religiosas y en todas las estructuras de la vida
diocesana”, escribe.
Al mismo tiempo
recuerda que “los
consejos evangélicos de castidad
consagrada
a
Dios, pobreza y
obediencia tienen
Un Reino universal
Cuatro años sin Juan Pablo II
P
J
or su resurrección, Jesús supera
los límites del espacio y del tiempo. Como Resucitado, recorre la
inmensidad del mundo y de la historia.
Sí, como Resucitado, va a los griegos y
habla con ellos, se les manifiesta, de
modo que ellos, los lejanos, se convierten en cercanos y, precisamente en su
lengua, en su cultura, la palabra de
Jesús irá avanzando y será entendida de
un modo nuevo: así viene su Reino”,
dijo el Papa el Domingo de Ramos.
“Por tanto, podemos reconocer dos
características esenciales de este Reino.
La primera es que este Reino pasa por
la Cruz. Puesto que Jesús se entrega
totalmente, como Resucitado puede
pertenecer a todos y hacerse presente a
todos. En la Sagrada Eucaristía recibimos el fruto del grano de trigo que
muere, la multiplicación de los panes
que continúa hasta el fin del mundo y
en todos los tiempos”, añadía.
“La segunda característica dice: su
Reino es universal. Se cumple la antigua esperanza de Israel: esta realeza de
David ya no conoce fronteras. Se
extiende ‘de mar a mar’, como dice el
profeta Zacarías. Es decir, abarca todo
el mundo. Pero esto es posible sólo porque no es la soberanía de un poder político, sino que se basa únicamente en la
libre adhesión del amor; un amor que
responde al amor de Jesucristo, que se
ha entregado por todos. Pienso que
siempre hemos de aprender de nuevo
ambas cosas. Ante todo, la universalidad, la catolicidad. Ésta significa que
nadie puede considerarse a sí mismo, a
su cultura, a su tiempo y su mundo como absoluto. Y eso requiere que todos
nos acojamos recíprocamente, renunciando a algo nuestro”, dijo.
“La universalidad incluye el misterio
de la Cruz, la superación de sí mismos,
la obediencia a la palabra de Jesucristo,
que es común, en la común Iglesia. La
universalidad es siempre una superación de sí mismos, renunciar a algo personal. La universalidad y la cruz van
juntas. Sólo así se crea la paz”. (5-IV).
uan Pablo II “desde joven se mostró
intrépido y osado defensor de Cristo: él no dudó en consumir todas sus
energías con el fin de difundir por todas
partes la luz; no aceptó ceder a compromisos cuando se trataba de proclamar y
defender su Verdad, no se cansó nunca
de difundir su amor”, dijo el Santo
Padre en el cuarto aniversario de la
muerte del Papa Juan Pablo II.
su fundamento en las palabras y el ejemplo del Señor”.
“No os desaniméis ante las
dificultades y las
dudas”, escribe el
Papa; “confiad en
Dios y seguid fielmente a Jesús y
seréis los testigos
de la alegría que
brota de la unión
íntima con Él”. (31III).
Difundir la vida y la familia
en la República Dominicana
E
s de suma importancia que en los
significativos cambios políticos
sociales en los que la República
Dominicana está inmersa en los últimos
tiempos –ha dicho el Papa al nuevo
embajador de la República Dominicana
ante la Santa Sede–, se implanten y prolonguen aquellos nobles principios que
distinguen la rica historia dominicana
desde la fundación de su patria”.
“Me refiero –continuaba–, ante todo,
a la defensa y difusión de valores humanos tan básicos como el reconocimiento
y la tutela de la dignidad de la persona,
el respeto de la vida humana desde el
momento de su concepción hasta su
muerte natural y la salvaguardia de la
institución familiar basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, ya
que éstos son elementos insustituibles e
irrenunciables del tejido social”.
“Suplico al Señor, por intercesión de
Nuestra Señora de Altagracia y de
Santo Domingo de Guzmán, que colme
de dones celestiales a todos los hijos e
hijas de ese amado país”. (3-IV).
“Darse, entregarse”
“Desde el inicio del pontificado hasta
el 2 de abril de 2005, no tuvo miedo de
proclamar, a todos y siempre que sólo
Jesús es el Salvador y el verdadero
Liberador del hombre y de todo hombre”, precisó.
“Si dar testimonio de la propia adhesión al Evangelio nunca ha sido fácil,
ciertamente conforta la certeza de que
Dios hace fecundo nuestro empeño,
cuando es sincero y generoso. También
desde este punto de vista nos parece
significativa la experiencia espiritual
del siervo de Dios Juan Pablo II”, señaló indicando que su fecundidad ha sido
similar a la prometida por Dios a
Abraham. “Se podría decir que especialmente en los años de su pontificado,
él engendró en la fe a muchos hijos e
hijas”. (2-IV).
O
diar la propia vida –dijo el Papa
en la parroquia romana del Santo
Rostro de Jesús– es una expresión semítica fuerte y encierra una paradoja; subraya muy bien la totalidad radical que debe caracterizar a quien sigue a Cristo y, por su amor, se pone al
servicio de los hermanos: pierde la vida
y así la encuentra. No existe otro camino para experimentar la alegría y la verdadera fecundidad del Amor: el camino
de darse, entregarse, perderse para encontrarse.”.
“Mantengamos fijos el corazón y la
mente en el Rostro de Cristo”, les dijo,
“dejaos iluminar por el esplendor del
Rostro de Cristo”. “Es importante que
la oración, tanto personal como litúrgica, ocupe siempre el primer lugar en
nuestra vida”, precisó. (29-III).
Visita pastoral a Angola
“Las nubes del mal han oscurecido
trágicamente también África”
L
a luz ha venido al mundo. Pero los hombres han preferido las tinieblas
a la luz, porque sus obras eran malas. ¡Cuántas tinieblas hay en tantas
partes del mundo! Las nubes del mal han oscurecido trágicamente también África, incluida esta amada nación de Angola. Pensemos en el drama de
la guerra, en las feroces consecuencias del tribalismo y las rivalidades étnicas,
en la codicia que corrompe el corazón del hombre, esclaviza a los pobres y
priva a las generaciones futuras de los recursos que necesitan para crear una
sociedad más solidaria y más justa, una sociedad real y auténticamente africana en su genio y en sus valores”, dijo el Papa en su homilía junto a obispos,
sacerdotes, religiosos y religiosas, movimientos eclesiales y los catequistas de
Angola y Santo Tomé en la iglesia San Pablo de Luanda.
“Y ¿qué decir de ese insidioso espíritu
de egoísmo que encierra a las personas
en sí mismas, divide las familias y, suplantando los grandes ideales de generosidad y abnegación, lleva inevitablemente al hedonismo, a la evasión en falsas utopías mediante el uso de la droga,
a la irresponsabilidad sexual, al debilitamiento de la unión matrimonial, a la
destrucción de las familias y la eliminación de vidas humanas inocentes por el
aborto?”, añadió.
“Nos ha dado sus mandamientos, no
como una rémora, sino como un manantial de libertad: libertad para ser
hombres y mujeres llenos de sabiduría, tanto como el resultado de una afirmamaestros de justicia y paz, gente que ción de los derechos en el plano juríditiene confianza en los otros y busca su co, sino más bien como el resultado
auténtico bien. Dios nos ha creado para directo de las atenciones materiales y
vivir en la luz y para ser luz del mundo espirituales que se reciben en la familia.
La presencia materna dentro de la famique nos rodea”. (22-III).
lia es tan importante para la estabilidad
y el desarrollo de esta célula fundamenLa aportación insustituible
tal de la sociedad, que debería ser reconocida, alabada y apoyada de todos los
de la mujer en la familia
modos posibles”, concluyó. (22-III).
oy nadie debería dudar que las
mujeres, sobre la base de su Vencer los obstáculos
igual dignidad con los hombres,
tienen pleno derecho a insertarse activaoy gracias a Dios por haber enmente en todos los ámbitos públicos y
contrado una Iglesia viva y, a
su derecho debe ser afirmado y protegipesar de las dificultades, llena de
do incluso por medio de instrumentos entusiasmo, que ha sabido llevar sobre
legales donde se considere necesario”, los hombros su cruz, y la de los demás,
dijo el Papa Benedicto XVI en un en- dando testimonio ante todos de la fuercuentro con los movimientos católicos za salvadora del mensaje evangélico”,
para la promoción de la mujer que tuvo dijo el Papa al despedirse en el aerolugar en la parroquia de San Antonio de puerto internacional 4 de Febrero de
Luanda.
Luanda.
“Sin embargo, este reconocimiento
“Ella sigue anunciando que ha llegadel papel público de las mujeres no do el tiempo de la esperanza, comprodebe disminuir su función insustituible metiéndose a pacificar los ánimos e
dentro de la familia: aquí su aportación invitando al ejercicio de una caridad
al bien y al progreso social, aunque esté fraterna que sepa abrirse a la acogida de
poco considerada, tiene un valor verda- todos, respetando las ideas y sentimienderamente inestimable”, añadió el Ro- tos de cada uno”, añadió.
mano Pontífice.
“Hermanos y amigos de África, que“Por lo demás, en el ámbito personal, ridos angoleños: ¡ánimo! No os canséis
la mujer siente la propia dignidad no de hacer progresar la paz, haciendo ges-
H
D
tos de perdón y trabajando por la
reconciliación nacional, para que la
violencia nunca prevalezca sobre el
diálogo, el temor y el desaliento sobre
la confianza y el rencor sobre el amor
fraterno”, terminó diciendo. (23-III).
Alegría y recogimiento
S
e han grabado en mi memoria
sobre todo dos impresiones: por
una parte la impresión de esta cordialidad casi exuberante, de esta alegría, de una África en fiesta, y me parece que en el Papa han visto, digamos, la
personificación del hecho que somos
hijos y familia de Dios”, dijo el Papa a
los periodistas a su vuelta de África.
“Por otra parte me ha impresionado
mucho el espíritu de recogimiento en la
liturgia, el fuerte sentido de lo sagrado:
en la liturgia no hay autopresentación
de los grupos, autoanimación, pero está
la presencia de lo sagrado, de Dios
mismo”, señaló.
“Me ha afectado mucho –añadió– el
hecho de que el sábado en el caos que
se formó al ingreso del estadio murieran dos chicas. He rezado y rezo por
ellas”. (24-III).
Promover las vocaciones
E
l papel fundamental que desempeñan los presbíteros os ha de
llevar a realizar un gran esfuerzo
para promover las vocaciones sacerdotales”, les dijo el Santo padre a los
obispos de Argentina reunidos en su
visita ad limina.
“A este respecto, sería oportuno proyectar una pastoral matrimonial y familiar más incisiva, que tenga en cuenta
la dimensión vocacional del cristiano,
así como una pastoral juvenil más
audaz, que ayude a los jóvenes a responder con generosidad al llamamiento
que Dios les hace”, les decía.
“También es necesario intensificar la
formación de los seminaristas en todas
sus dimensiones: humana, espiritual,
intelectual, afectiva y pastoral, llevando a cabo además una eficaz y exigente labor de discernimiento de los candidatos a las sagradas órdenes”. (14-III).
Al preparar la Comunión
J
esús, que está presente entre nosotros. Ahora estáis recorriendo este
camino de preparación y luego, en
el momento de la primera Comunión,
él estará muy cerca de vosotros, y
vosotros podréis sentir que él estará
con vosotros”, dijo el Papa a los niños
de la parroquia del Santo Rostro de
Cristo. (29-III).
L A PA Z Y
LA J UST I C IA
Luchar por la paz
L
a paz nunca se ha
alcanzado de forma
estable, sino que debe
construirse continuamente.
¡Qué real es esta observación! Por desgracia, las
guerras y violencias no acaban nunca, y la búsqueda
de la paz es siempre fatigosa”, ha dicho el Papa a los
jóvenes voluntarios italianos del servicio civil.
“En estos años marcados
por el peligro de posibles
conflictos planetarios, el
Concilio Vaticano II denunciaba con fuerza la carrera
de armamentos. ‘La carrera
de armamentos, a la que se
dedican muchas naciones,
no es el camino seguro para
conservar firmemente la
paz’, y añadía inmediatamente que la carrera al rearme ‘es una de las plagas
más graves de la humanidad, y daña de modo intolerable a los pobres”. A esta
preocupada constatación los
Padres Conciliares añadían
un augurio: “Nuevos caminos –afirmaban– convendrá
buscar partiendo de la
reforma de los espíritus,
para que pueda ser eliminado este escándalo y en el
mundo, liberado de la
ansiedad que le oprime,
pueda ser restituida la verdadera paz”.
“Hoy como entonces la
auténtica conversión de los
corazones representa el
camino justo, el único que
puede conducir a cada uno
de nosotros y a la humanidad entera a la paz deseada”, decía el Santo Padre.
“La vida –terminó diciendo– es un misterio de amor,
que más nos pertenece
cuanto más la donamos”.
(28-III).
El “nuevo feminismo”
El Óbolo de San Pedro
B
C
enedicto XVI dirigió
un “cordial saludo” a
los participantes de la
Conferencia Internacional
sobre “Vida, Familia,
Desarrollo: el papel de la
mujer en la promoción de
los Derechos Humanos”
patrocinado por el Consejo
Pontificio para la Justicia y
la Paz, con la cooperación
de la World Women’s
Alliance for Life and
Family, la World Union of
Catholic Women’s
Organizations y otras asociaciones. “Es un ejemplo
de respuesta –dijo– a la
convocatoria de un ‘nuevo
feminismo’ por parte de mi
predecesor el Papa Juan
Pablo II, que tiene el poder
de transformar la cultura,
influyendo en ella con el
respeto decidido a la vida”.
El Santo Padre indicó que
deben denunciarse las violaciones de los derechos
humanos en los que se
compromete la vida, que
“deben evocar una respuesta positiva y proactiva”. “El
reconocimiento y la valoración del plan de Dios para
las mujeres en la transmisión de la vida y la crianza
de los niños es un paso
constructivo en esa dirección”, añadió.
Con este motivo,
Benedicto XVI animó “a
corregir toda idea errónea
de que el cristianismo es
simplemente un conjunto de
mandamientos y prohibiciones . El Evangelio es un
mensaje de alegría que
anima a hombres y mujeres
a disfrutar del amor conyugal, que lejos de sofocar la
fe y la moral cristianas
quieren hacerle sano, fuerte
y realmente libre”. (23-III).
omo cada año, habéis
venido hoy a entregarme el óbolo de
San Pedro, que habéis recogido en las parroquias de
Roma”, dijo el Santo Padre
a una delegación de la asociación caritativa “Círculo
de San Pedro”.
“Gracias por este signo
de comunión eclesial y de
participación concreta en el
esfuerzo económico que la
Sede Apostólica despliega
para salir al encuentro de
las urgencias crecientes de
la Iglesia, especialmente en
los países más pobres de la
tierra. Deseo una vez más
manifestar mi vivo aprecio
por este servicio vuestro,
animado por la convencida
fidelidad y adhesión al
Sucesor de Pedro”, les
decía.
“El Señor dé el mérito y
colme de bendiciones a
vuestro Círculo; os ayude a
cada uno de vosotros a realizar plenamente la propia
vocación cristiana en la
familia, en el trabajo y dentro de vuestra Asociación.
La Virgen Santa acompañe
y sostenga con vuestra
materna protección vuestros
propósitos y vuestros proyectos de bien”, terminó
diciendo. (3-IV).
Contra las
minas antipersona
A
diez años de la
entrada en vigor de
la convención para
la erradicación de estas
bombas –dijo el Papa sobre
la minas antipersona para
sensibilizar sobre sus peligros–, y tras la reciente
apertura de la firma de la
Convención para la prohibición de las municiones de
racimo, deseo animar a los
países que aún no lo han
firmado a firmar sin duda
estos importantes instrumentos del derecho internacional humanitario”.
“Expreso además mi
apoyo a cualquier medida
dirigida a garantizar la asistencia necesaria a las víctimas de estas armas devastadoras”, añadió.
“Quisiera además recordar con gran pena a nuestros hermanos y hermanas
africanos, que hace pocos
días han encontrado la
muerte en el Mar
Mediterráneo, mientras
intentaban alcanzar Europa.
¡No podemos resignarnos a
tragedias de este tipo, que
por desgracia se repiten
desde hace tiempo! Las
dimensiones del fenómeno
hacen cada vez más urgentes estrategias coordinadas
entre la Unión Europea y
los Estados Africanos,
como también la adopción
de medidas adecuadas de
carácter humanitario, para
impedir que estos emigrantes recurran a traficantes sin
escrúpulos”. (5-IV).
La causa de la crisis
L
a actual crisis se debe
principalmente a “un
déficit de ética en las
estructuras económicas”,
según afirmaba Benedicto
XVI en una carta dirigida al
primer ministro del Reino
Unido, Gordon Brown, al
tiempo que subrayaba que
“esta misma crisis enseña
que la ética no es ajena a la
economía y que ésta no
funciona si no lleva dentro
su componente ético”.
Es preciso un “valiente y
generoso fortalecimiento de
la cooperación internacional
capaz de promover un verdadero desarrollo humano e
integral. La confianza
auténtica en el ser humano,
sobre todo la confianza en
los hombres y en las mujeres más pobres –de África y
de otras regiones del mundo
afectadas por la pobreza
extrema–será la prueba de
que realmente se quiere
salir de la crisis de una vez
para siempre, sin ignorar
ninguna región, si se quiere
evitar definitivamente que
se repitan situaciones como
las que estamos viviendo”.
(1-IV).
En Camerún y Angola
B
enedicto XVI repasó
su reciente viaje a
África durante su
Catequesis Semanal, empezando por “Yaoundé, capital del Camerún, donde me
encontré inmediatamente en
el corazón de África, y no
sólo geográficamente. Este
país de hecho reúne muchas
características de ese gran
continente, la primera de
ellas su alma profundamente religiosa, que une a los
numerosísimos grupos étnicos que lo pueblan”.
“En Camerún, más de una
cuarta parte de la población
son católicos, y conviven
pacíficamente con las
demás comunidades religiosas. Por esto mi amado predecesor Juan Pablo II, en
1995, eligió precisamente la
capital de esta nación para
promulgar la Exhortación
Apostólica Ecclesia in
Africa, tras la primera
Asamblea sinodal dedicada
precisamente al continente
africano”, recordó.
“Segunda etapa –y segunda parte de mi viaje– fue
Angola, país también él en
ciertos aspectos emblemático: salido de una larga guerra interna, está empeñado
ahora en la obra de reconciliación y de reconstrucción
nacional. ¿Pero cómo podrían ser auténticas esta
reconciliación y esta
reconstrucción si tuvieran
lugar a costa de los más
pobres, que tienen derecho
como todos a participar de
los recursos de su tierra?”,
decía.
“He ahí porqué, con esta
visita mía, cuyo primer
objetivo ha sido obviamente
el de confirmar en la fe a la
Iglesia, que querido también animar el proceso
social en curso. En Angola
se toca con la mano lo que
mis venerados predecesores
han repetido: todo se pierde
con la guerra, todo puede
renacer con la paz. Pero
para reconstruir una nación
hacen falta muchas energías
morales. Y por eso, una vez
más, es importante el papel
de la Iglesia, llamada a
desarrollar una función educativa, trabajando en profundidad para renovar y
formar las conciencias”. (1IV).
La Semana Santa
L
a Semana Santa, que
para nosotros los cristianos es la semana
más importante del año, nos
ofrece la oportunidad de
actualizar los misterios centrales de la Redención.
Desde mañana por la tarde,
con la Misa de la Cena del
Señor, los solemnes ritos
litúrgicos nos ayudarán a
meditar de forma más viva
la pasión, muerte y resurrección del Señor”, dijo el
Papa en su Catequesis
Semanal.
“La Misa crismal es como
un preludio al Triduo pascual. En ella se bendice el
óleo de los catecúmenos y
de los enfermos y se consagra el Santo Crisma. Se
renuevan también las promesas sacerdotales pronunciadas el día de la
Ordenación”, explicaba el
Santo Padre.
“Esta celebración tiene
este año un significado particular, pues será casi como
una preparación al Año
Sacerdotal, que he convocado con ocasión del 150 aniversario de la muerte del
Santo Cura de Ars, y que se
inaugurará el próximo día
19 de junio”, anunciaba.
“En estos días santos nos
acompaña la Santísima
Virgen. Con Ella entraremos en el cenáculo, permaneceremos junto a la Cruz y
estaremos idealmente junto
a Cristo muerto aguardando
con esperanza la aurora del
día glorioso de la
Resurrección”, terminaba
diciendo. (8-IV).
Dar testimonio
con la propia vida
E
vangelizar es ante
todo dar testimonio,
de una manera sencilla y directa, de Dios revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo.
Testimoniar que ha amado
al mundo en su Hijo”, afirmó el Santo Padre al dirigirse a un grupo de obispos
argentinos y agregó que
“este anuncio nítido y
explícito de Cristo como
Salvador de los hombres, se
inserta en esa búsqueda
apasionante de la verdad, la
belleza y el bien que caracteriza al ser humano”.
C AT E Q U E S I S
S E M A NA L
ran? ¿No será que yo, con
una decisión definitiva, me
juego mi libertad y me ato
con mis propias manos?
Éstas son las dudas que os
asaltan y que la actual cultura individualista y hedonista exaspera. ¡Pero cuando el joven no se decide
–exclamó–, corre el riesgo
de seguir siendo eternamente niño!”
“Yo os digo: ¡Ánimo!
Atreveos a tomar decisiones
definitivas, porque en realidad son las únicas que no
destruyen la libertad, sino
que crean su correcta orientación, permitiendo avanzar
y alcanzar algo grande en la
vida”. (21-III).
La Resurrección
L
El Papa recordó que “la
primera forma de evangelización es el testimonio de
la propia vida”, y refiriéndose a los presbíteros señaló que “el sacerdote tiene la
gran responsabilidad de
aparecer antes los fieles
irreprochable en su conducta, siguiendo de cerca a
Cristo y con el apoyo y
aliento de los fieles”.
“El anuncio del Evangelio
concierne a todos en la
Iglesia; también a los fieles
laicos, destinados a esta
misión gracias al bautismo
y la confirmación”. (2-IV).
A los jóvenes
en Luanda
G
enerosidad no os
falta, lo sé. Pero
frente al riesgo de
comprometerse para toda la
vida, tanto en el matrimonio
como en una vida de especial consagración, sentís
miedo”, dijo el Papa a los
jóvenes en el Estadio dos
Coqueiros de Luanda.
“¿Podré disponer en este
momento de mi vida por
completo sin saber los
imprevistos que me espe-
a novedad sorprendente de la
Resurrección –dijo el
Papa en la audiencia general que tuvo en Castelgandolfo– es tan importante
que la Iglesia no deja de
proclamarla, prolongando
su recuerdo especialmente
el domingo, que es el día
del Señor y la Pascua semanal del pueblo de Dios”.
“Para nuestra fe y nuestro
testimonio cristiano es fundamental proclamar la resurrección de Jesús como un
hecho real, histórico y atestiguado por muchos testigos
acreditados. Lo afirmamos
resueltamente porque, también en nuestra época, no
faltan los que intentan
negar su historicidad limitando el relato evangélico a
un mito”, añadió.
Benedicto XVI explicó
que “ciertamente la resurrección no fue para Jesús
un simple regreso a su precedente vida terrenal sino el
paso a una dimensión de
vida profundamente nueva
que implica a toda la familia humana, a la historia y
al universo. Este evento
cambió la vida de los testigos oculares y a lo largo de
los siglos generaciones
enteras de hombres y mujeres lo acogieron con fe y lo
testimoniaron incluso con el
martirio”. (15-IV).
EN DIRECTO
C
La solidaridad en el dolor
Unos meses interesantes
omienza un nuevo trimestre después de la Semana Santa y, como
de ordinario, hay inquietudes: la
crisis que avanza –con dificultades
económicas, paro generalizado o la
amenaza del peligro de deflación, que
es un entorno económico poco conocido–, a lo que se suma una reforma del
grupo de personas que gobiernan España, la inicua Ley del Aborto que se
prepara y una Ley de Libertad Religiosa de la que poco sabemos, pero
que es difícil que amplíe la libertad actual.
No sería de extrañar que los católicos nos enfrentemos a nuevos retos
donde haya que demostrar con coherencia nuestra fe.
E
n estas circunstancias, una buena
vía de vivir el cristianismo es ejercitar la caridad pensando ante
todo en los demás. Hay cada vez más
gente que atraviesa necesidad. Precisan trabajo. De una sociedad rica hemos pasado a una situación que se
resquebraja, porque el pecado se ha
difundido tanto que ya ni siquiera se
habla de lo que es “pecado”. Cada día
hay nuevas ofensas a Dios, y por eso
ante cualquier pecado, primero hay
que pensar en el Ofendido. En consolarle, en mostrarle nuestro amor.y
La Voz del Papa
Edita: Grupo María Auxiliadora
e-mail: [email protected]
DL: M-52405-2005
L
a solicitud con la que las autoridades, fuerzas del orden, voluntarios y otros agentes están socorriendo a estos hermanos nuestros –dijo
el Papa al final de su Catequesis Semanal sobre el terremoto que afectó a
L’Aquila– demuestra qué importante es
la solidaridad para superar juntos pruebas tan dolorosas”.
“Deseo decir una vez más a aquellas
queridas poblaciones que el Papa comparte su pena y sus preocupaciones. Espero ir a veros en cuanto sea posible. El
Papa reza por todos, implorando la
misericordia del Señor por los difuntos
y el consuelo materno de María y la
esperanza cristiana por los supervivientes y los familiares”. (8-IV).
Falleció el Cardenal Betti
H
e recibido con profundo dolor la
noticia del fallecimiento del cardenal Umberto Betti –ha escrito
el Papa al P. José Rodríguez Carballo,
ministro general de los Franciscanos– y
participando espiritualmente en el luto
que ha afectado a la Orden de los Frailes Menores, expreso mi vivo pésame”.
“Recuerdo con ánimo grato al Señor
el ministerio que ha desarrollado con
entrega el purpurado, en particular como ilustre teólogo perito del Concilio
Vaticano II, apreciado consultor de la
Congregación para la Doctrina de la Fe
y de la Secretaria de Estado y rector
magnífico de la Pontificia Universidad
Lateranense. Elevo fervientes oraciones
de sufragio por este benemérito servidor del Evangelio e invocando de la
bondad divina la paz eterna para su
alma elegida envío como consuelo a los
familiares, a los hermanos de la Orden y
a los que lloran su muerte una especial
bendición apostólica”. (3-IV).
El sol nos acompaña aunque no
lo veamos, como la fe en Dios
P
or desgracia llueve, pero el sol
está llegando”, dijo el Papa a los
fieles que se congregaban fuera
del templo de la parroquia del Santo
Rostro de Jesús en el barrio de Magliana, en el sector oeste de la diócesis
de Roma.
“Sabemos que el sol, aunque esté escondido, existe, que Dios está cerca,
nos ayuda y nos acompaña. En este sentido, queremos caminar hacia la Pascua,
sabiendo que a nuestra vida pertenecen
los sufrimientos y las dificultades, pero
con la conciencia de que detrás está el
sol de la Bondad divina”, dijo el Santo
Padre a las personas que trataban de
protegerse de la lluvia. (29-IV).
INTENCIONES DEL PAPA
General
Que los laicos y las comunidades
cristianas se responsabilicen de la
promoción de las vocaciones sacerdotales y religiosas.
Misionera
Que las iglesias jóvenes, agradecidas
a Dios por la fe, se ofrezcan a
predicar el Evangelio en todo el
mundo.
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