La Pintura Impresionista

Anuncio
La Pintura Impresionista
María A. Murillo
Curso 1º
Grupo R3B
Año 2015
1
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
pág. 3
2. CONTEXTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
2.1. París: Centro artístico
pág. 5
2.2. Origen del Impresionismo
pág. 6
3. CARACTERÍSTICAS FORMALES, TÉCNICAS, TEMÁTICAS
3.1. Impresionismo: luz, color, paisaje e innovación
pág. 8
4. COMENTARIO DE OBRAS REPRESENTATIVAS
4.1. Máximos exponentes del Impresionismo
pág. 14
4.2. Impresionismo en España
pág. 17
4.3. Análisis de obras
pág. 18
5. CONCLUSIÓN
pág. 21
6. BIBLIOGRAFÍA
pág. 22
2
1.
INTRODUCCIÓN
El Impresionismo (1870-1890)
El Impresionismo es un movimiento pictórico que surge en Francia a finales del S. XIX en contra
de las fórmulas artísticas impuestas por la Academia Francesa de Bellas Artes, que fijaba los
modelos a seguir y patrocinaba las exposiciones oficiales en el Salón Parisino. El principal objetivo
de los impresionistas era conseguir una representación del mundo espontánea y directa.
Se puede considerar como el movimiento más importante del arte europeo desde el
Renacimiento, ya que sustituyó unos principios que hasta entonces resultaban incuestionables:
• El arte perceptivo sustituye al arte conceptual (se pintaba la idea de naturaleza, no la naturaleza
misma). Una realidad supuestamente estable es sustituida por una realidad mutable y transitoria.
• Los impresionistas llegan a las últimas consecuencias del Realismo, ya que tratan de captar la
realidad en el momento concreto. Pintan al aire libre con una técnica ligera y rápida.
• Fue el primer movimiento artístico moderno ligado a un grupo de pintores con objetivos comunes
que se oponía al mundo artístico establecido.
3
Hasta la segunda mitad del siglo XVIII el estilo que primó fue el Clasicismo. A partir de este
momento se dará un giro radical en la historia de la pintura. Lo habitual era el que los artistas
expusieran en el Salón Oficial. Los nuevos artistas, conocidos como “Los Rechazados”, tenían que
buscar otros lugares alternativos que les permitieran exhibir sus obras. Así, la primera exposición
impresionista tuvo lugar el 15 de abril de 1874, en el Salón del fotógrafo Nadar. Se presentaron bajo
el nombre de “Sociedad Anónima de pintores, escultores y grabadores”. Intervinieron entre otros
artistas de la talla de Monet, Pissarro, Renoir, Sisley, o Cézanne.
A partir de este momento las exposiciones se irán sucediendo progresivamente en el tiempo y con
sedes diferentes. Al esplendor del estilo le sucederá el declive, ya que se verá desbordado por la
aparición de otras preocupaciones y presupuestos diferentes. Así, posteriormente, surgirán varios
estilos diferentes que se engloban bajo el nombre genérico de “Neoimpresionismo”.
4
2. CONTEXTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
París: centro artístico
El Impresionismo surge en el París en la segunda mitad del siglo XIX, escenario de todas las
revoluciones históricas: el 1848, el Segundo Imperio, la Tercera República… Siendo, al mismo
tiempo, centro de los grandes cambios urbanísticos dirigidos por el Barón Haussmann: aparecen los
grandes bulevares, las exposiciones universales crean monumentos emblemáticos como la torre
Eiffel y la especulación urbanística favorece grandes negocios que darán lugar a la aparición de una
burguesía de nuevos ricos. El hombre y la mujer modernos e ilustrados querían adquirir obras que
representaran el bullicio del mundo contemporáneo, no tediosas pinturas llenas de iconografía
religiosa. El ocio era la gran novedad: tenían tiempo libre para pasear y disfrutar de los nuevos
dones que ofrecían los adelantos tecnológicos.
Todo aquello tendrá efectos sobre el ambiente artístico, en una ciudad donde los artistas se
reunían en los cafés para discutir de arte, política, poesía, avances científicos… Los impresionistas
se identifican con la bohemia, la izquierda política, el mundo de los intelectuales críticos.
El mundo artístico gira en torno a los grandes salones, grandes exposiciones anuales organizadas
por las academias bajo el patrocinio del gobierno y en las cuales sólo se exponían las obras que
5
superaban la selección oficial. El conservadurismo oficial queda contrarrestado por la importancia
de la figura del marchante, que aconseja y dirige artistas y clientes y los libera de la dependencia de
los salones y academias. La crítica de arte está presente en la prensa escrita y el interés por él crece;
una crítica adversa es mejor que el silencio. De hecho, el movimiento impresionista adquirió su
nombre de una frase despectiva.
Origen del Impresionismo
El término “impresionistas” les
fue impuesto de modo peyorativo
por el crítico Louis Leroy al ver la
obra
de
atardecer”
Monet
o
“Impresión
“Impresión
sol
naciente” en la exposición de
1874. Lo habitual era exponer en
el Salón Oficial, pero los nuevos
artistas, los Rechazados, tenían
que buscar lugares alternativos
donde les permitieran exhibir sus
obras. Esta exposición, celebrada
del 15 de abril al 15 de mayo de 1874, daría pie al crítico a escribir en la revista satírica “Le
Charivari” para ridiculizar a Monet: “¿Impresión?… ya lo decía yo. Puesto que estoy tan
impresionado, es que ahí debe haber impresión... Y ¡qué libertad, qué maestría en la técnica! El
papel de la pared en estado embrionario está mejor pintado que esa pintura”. De este juego de
palabras, tan simple como hiriente, nacería el término impresionista. Una etiqueta que, con el
transcurso del tiempo, pasó de ser descalificadora a ser sinónimo de calidad y aval para muchos
artistas, incluyendo entonces a aquellos que, sin tener nada que ver con el impresionismo oficial,
fueron inscritos en el mismo marco impresionista por la condición de captar los valores de la luz y
de la atmósfera en el paisaje.
El origen histórico del Impresionismo suele identificarse con la aventura iniciada por una serie de
jóvenes pintores independientes, en cuya nómina figuraban los nombres de Monet, Renoir, Pissarro,
6
Sisley, Cézanne, Degas y Morisot, quienes, dolidos y cansados de verse excluidos sistemáticamente
del Salón parisino oficial, decidirían organizar una muestra pública en la casa del fotógrafo Nadar.
Al igual que tantos otros movimientos artísticos, el Impresionismo fue tan complejo en sus
orígenes como enriquecedor en sus efectos, siendo muy numerosos los factores que determinaron su
prolífico desarrollo. Entre estos factores sobresale el papel del artista en una sociedad cambiante
como la francesa de finales del siglo XIX, añadido a una serie de circunstancias y casualidades que
desembocarían en su reconocimiento y en la posterior vinculación de unos artistas con otros.
El café Guerbois de París fue uno de los lugares que sirvió de encuentro para los primeros
pintores impresionistas entre 1866 y 1870; un local situado en las proximidades de la casa de
Monet, en el barrio de Batignolles y al comienzo de la futura avenida de Clichy. A las tertulias que
allí se celebraban acudían asiduamente Monet, Sisley, Pissarro, Renoir, Bazille y, con menor
frecuencia, Degas, Manet y Fantin-Latour.
7
3. CARACTERÍSTICAS FORMALES, TÉCNICAS, TEMÁTICAS
Impresionismo: luz, color, paisaje e innovación
El Impresionismo parte del análisis de la realidad. Hasta ahora la pintura reproducía un escenario
en el que ocurría un acontecimiento que conformaba el mensaje para el espectador. Ahora, se
pretende que la obra reproduzca la percepción visual del autor en un momento determinado, la luz y
el color real que emana de la naturaleza en el instante en el que el artista lo contempla. Se centrarán
en los efectos que produce la luz natural sobre los objetos y no en la representación exacta de sus
formas ya que la luz tiende a difuminar los contornos. Ven colores que conforman cosas, y esto es lo
que plasman, formas compuestas por colores que varían en función de las condiciones atmosféricas
y de la intensidad de la luz. Todo esto hace que elaboren una serie de un mismo objeto en diferentes
circunstancias atmosféricas y temporales; no les importa el objeto, sino las variaciones cromáticas
que sufre éste a lo largo del día.
Los impresionistas eliminaron los detalles minuciosos y tan sólo sugirieron las formas,
empleando para ello los colores primarios (azul, rojo y amarillo) y los complementarios (naranja,
verde y violeta). Consiguieron ofrecer una ilusión de la realidad aplicando directamente sobre el
lienzo pinceladas de color cortas y yuxtapuestas.
Aunque los hallazgos del impresionismo francés resultaron decisivos para la pintura del S. XX,
conceptos como los de luz y color se encontraban ya en la pintura veneciana de mediados del S.
XVI. Efectos que también están presentes en obras realizadas por Hals, Velázquez y Goya. Los
antecedentes inmediatos los encontramos en los pintores como John Constable, Turner, Corot y en
la escuela de Barbizón, con su aportación de la pintura al aire libre.
El objetivo principal es sustituir el ideal dominante de “Belleza” por el de “Libertad”. Para
entender este cambio hay que fijarse en ciertos puntos del contexto histórico-social:
•
El impacto del ferrocarril: Por vez primera se experimentó el concepto de velocidad. La
retina captaba así una “realidad distorsionada”, la sucesión de imágenes desde el tren en
movimiento demostraba la subjetividad de las impresiones visuales, tal como defendían los
impresionistas.
8
•
El impacto de la fotografía: La fotografía demostró que lo que determina la visión es el
color y no el dibujo, con ello se rompen planteamientos clasicistas anteriores. Trajo consigo
el concepto de la instantánea, que será utilizado por Degas para sus composiciones de
bailarinas. La fotografía les reveló la existencia y características de otros lugares del mundo,
la materialización plástica de ángulos inéditos y de grandes planos, la descomposición del
movimiento tanto de hombres como de animales. Esto les fue de gran utilidad para
perfeccionar la captación de primeros planos, la proyección de profundidades y la
desarticulación tanto del espacio como de la perspectiva, ilustrándose también en los efectos
de luz y de contraluz. La fotografía fue, pues, para estos artistas impresionistas, un elemento
auxiliar y un estímulo para perseguir resultados semejantes a los obtenidos con
procedimientos mecánicos, pero a través de los pinceles y del ingenio. Fue el invento que
influyó de forma más directa sobre la pintura, ya que liberaba a la pintura de la necesidad de
copiar la realidad.
•
El impacto del óleo en tubo: Se generaliza a mitad del XIX y trae consigo una técnica muy
revolucionaria, ya que el artista no tiene que elaborar cuidadosamente los pigmentos y puede
salir del taller para pintar al aire libre. “Los tubos de colores al óleo, fácilmente
transportables, nos permitieron pintar del natural. Sin tubos… no hubiese habido
Impresionismo”, llegaría a decir Renoir. Y es que, además de esa facilidad para su
transporte, los colores industriales ofrecían una calidad y una variedad cromática que venían
a aumentar las posibilidades de los artistas. Asimismo, se empezaba a poder disfrutar ya de
una mayor variedad de pinceles y de lienzos, cuya adquisición no ofrecía dificultad alguna al
abrirse tiendas especializadas en este tipo de material, tales como Goupil y Compañía y
Chez Tanguy.
•
El impacto de la naturaleza y la luz: El hecho de estar al aire libre revela una nueva
realidad, llena de luz, gracias a la cual es posible el color. Esa visión va a estar sometida en
este caso a las constantes variaciones lumínicas, hasta tal punto que la luz llegó a ser el
principal protagonista del cuadro. Trabajar al aire libre resulta así imprescindible para que el
artista pueda recoger la impresión fugaz del paso de la luz, siempre cambiante, sobre las
figuras y objetos. Este fenómeno es lo que llevaría a determinados pintores, especialmente a
Claude Monet, a realizar series de un mismo escenario, de modo que pueda ser presentado
bajo la variedad de matices luminosos que se generan desde la salida del sol hasta su puesta.
9
De esta manera, los impresionistas ya no van a representar las formas y a emplear los
colores como creen que debe hacerse, sino tal como los ven bajo la acción directa de la luz.
•
El impacto del tiempo: Es la era de los relojes, el tiempo es un tema que obsesiona al
hombre y en particular al pintor. La técnica de los nuevos pintores necesita de una pincelada
rápida y hábil.
Estos cambios hacen que el Impresionismo tenga unas características concretas:
•
El paisaje como tema principal:
Es uno de los géneros más fructíferos. El paisaje ofrece un campo donde todos los
intereses de los impresionistas se ven concentrados: el aire libre, el contacto con la
naturaleza y la luz. Ésta se verá modificada con el paso del tiempo y los matices de color
irán cambiando a medida que avanza el día. Dentro del paisaje, también es frecuente el tema
de la representación del agua de la nieve y el hielo. Se aprecian las superficies en que los
reflejos y los matices cromático-lumínicos se hacen infinitos. La aparición de la figura es
menos frecuente, y si lo hace es rodeada de paisaje. (En este momento, la figura es pretexto
para representar el paisaje, mientras que en el Clasicismo había sucedido al contrario). Esto
no quiere decir que no haya escenas de interior, cuyo máximo exponente es Degas, al que le
preocupan temas como la danza o los caballos, ambos relacionados con la velocidad y la
instantánea.
•
Técnica:
Los impresionistas se caracterizan por su técnica rápida, de largas pinceladas cargadas de
materia pictórica. Esto fue duramente criticado por los más anclados a la tradición, llegando
a decir que “los nuevos” estrujaban directamente sus tubos sobre los lienzos. De la última
etapa de Monet se dice que sus obras no son pinturas, sino más bien escultura sobre el
lienzo. Muchas veces se apunta a Goya como un precedente para este tipo de pincelada.
10
•
Color:
Los impresionistas eliminan de su paleta el color negro, ya que observan que las sombras
nunca son negras, sino coloreadas. Al igual, el blanco puro no existe, sino que la luz lo carga
de matices innumerables. Apuestan por el color puro, aunque pueden permitirse el
mezclarlos directamente sobre la superficie del lienzo. En ocasiones, aprovecharían las
teorías que en materia de color elaboraron renombrados físicos como Chevreul (1839),
Helmholtz (1878) y Rood (1881).
•
Ausencia de perspectiva:
Los impresionistas eliminan el concepto de la perspectiva
euclidiana que había regido el concepto de la pintura hasta
entonces, es por ello que desaparece el “primitivo” punto de
fuga. Apuestan por una pintura plana y bidimensional, porque en
realidad es como percibe nuestra retina. Esto ya lo anticipó
Manet con su Pífano. Los impresionistas abandonaron, pues, los
convencionalismos y pintaban las cosas tal como las veían.
Como escribiera el poeta Jules Laforgue en su Miscelánea
póstuma (1903): “El ojo impresionista es, dentro de la evolución
humana, el ojo más avanzado, aquel que hasta aquí ha copiado y
reproducido las combinaciones de matices más complicadas que se conocen”
En esta serie de referencias encontramos la relación entre el Impresionismo y el Realismo, hecho
que a muchos autores les ha llevado a considerar al primero como la última manifestación del
segundo.
El compromiso con la contemporaneidad que proclamara Courbet siguió estando vigente entre
los impresionistas. También el consejo de Proudhon respecto a “pintar a los hombres en la
sinceridad de su naturaleza y costumbres, sobre todo sin posar” fue seguido al pie de la letra. Sin
embargo, la diferencia entre realistas e impresionistas es evidente respecto al modo en que unos y
otros muestran la realidad.
11
La visión de los impresionistas es una percepción optimista del mundo, de la sociedad y, sobre
todo, de la vida parisina, que es presentada en sus aspectos más gratos: el ambiente de sus calles,
sus paseos, los espectáculos y diversiones. Parecen identificarse así con Baudelaire, quien en 1846
manifestaba que “la vida parisiense es fecunda en temas poéticos y maravillosos. Lo maravilloso
nos envuelve y nos nutre como la atmósfera; pero no lo vemos”. Los pintores impresionistas sí lo
vieron y así lo reflejaron.
Como hombres de su tiempo, los impresionistas estuvieron influidos por lo mencionados
progresos de la fotografía y, además, por la estampa japonesa. El japonesismo fue una moda que se
propagó con gran rapidez por Europa. Gracias a la reapertura del mercado nipón y a su introducción
en el mercado occidental, a partir de 1854 los artistas franceses pudieron descubrir a los grandes
maestros del grabado japonés que, como en el caso de Utamaro (1755-1806), Hokusaï (1760-1849)
e Hiroshige (1797-1858), expusieron su obra en París. Sus composiciones, descentradas u oblicuas,
la esquematización de las formas, la síntesis y la finura del color, constituían algo completamente
nuevo para los ojos occidentales, seduciendo a artistas como Manet, Monet, Renoir, Van Gogh,
Toulouse-Lautrec, Gauguin y, sobre todo, Degas. Esta influencia japonesa se vería reforzada por la
apertura en 1862 del bazar La Porte Chinoise, en la rue Rivoli de París, muy frecuentado por los
artistas, así como por el éxito que acompañó a la participación nipona en las Exposiciones
Universales de 1867 y 1878. Lo japonés se pone tan de moda que muchos artistas llegan al extremo
de decorar sus talleres con abanicos orientales y hacen posar a sus modelos vestidas con kimonos,
encontrando ricas sugerencias en ese arte ajeno, especialmente en materia compositiva.
Hiroshige representa la escena a vista
de
pájaro,
como
si
estuviera
contemplándola a través de una cámara de
video en lo alto de un edificio. La
estructura de la imagen acentúa el efecto
voyeurístico que genera esa situación
aérea: una diagonal cruza la imagen desde
la esquina inferior izquierda a la esquina
superior derecha, lo que genera una
sensación de movimiento que lleva al ojo más allá del borde de la obra, hacia un punto de fuga
imaginario. Para añadirle más dinamismo a la obra, Hiroshige concentra la acción en primer plano.
El resultado es una imagen que provoca que el espectador se sienta presente en la escena.
12
Enriquecido por todas estas circunstancias, el Impresionismo puede considerarse como una nueva
forma de pintar, como “un sistema de pintura que consiste en reproducir pura y simplemente la
impresión, tal como ha sido percibida realmente”. Para el artista impresionista, pues, es vital el
mundo de las sensaciones, su arte es algo instintivo y visual.
13
4. ARTISTAS Y OBRAS REPRESENTATIVAS
Máximos exponentes del Impresionismo
• Eduard Manet (1832-1883)
Nace en el año de 1832 el 23 de Enero. Manet no es considerado generalmente como
directamente impresionista, sin embargo, fue una gran influencia para el movimiento y muchas de
las características de su pintura se aprecian en varios impresionistas. Se sitúa entre el Realismo y el
Impresionismo. Muchos han clasificado su estilo como naturalista porque se basa en la observación
de la realidad y su plasmación sin alteración alguna. Representa la vida tal cual, sin adorno ni
metáfora. Por ello sus obras suscitan escándalos y polémicas como en su Desayuno sobre la hierba
que provocó la hostilidad de los críticos conservadores. El tema ya contaba con antecedentes en el
Renacimiento, pero Manet lo interpreta adecuándolo a la modernidad.
Comenzando con su clara crítica al
arte
tradicional,
con
obras
como
Olympia, logra crear escándalo en la
crítica de la época. Para su desnudo no
necesitó diosas ni musas como en el
Renacimiento y en el Barroco, sino que
representaba
prostituta,
el
una
desnudo
mujer
de
de
una
la
vida
contemporánea. Su percepción sobre el
arte ha liberado de aquel miedo a perder
de varios artistas y se dedican a expresar sus ideales al mundo, ya no importa lo que se piense.
Otro hecho que hace estremecer a la critica, es la técnica de pintar de Manet. Principalmente por
pinceladas gruesas y coloridas, sin mucho detalle, logra articular un escenario, un acontecimiento.
Estas pinceladas gruesas serán de gran influencia en el impresionismo, como se explicó en las
características del Impresionismo.
14
• Monet (1840-1926)
Nace el 14 de Noviembre de 1840. Para muchos, el mayor exponente
del Impresionismo. Esto se debe a que durante toda su vida, el único
movimiento por el que se vio influido fue por el impresionismo, el cual
continuó desarrollando hasta el día de su muerte.
Se destaca por su atracción hacia los paisajes y la representación de la
naturaleza. Su obra fue de vital importancia para el movimiento,
Impresión Atardecer logra dar el nombre a este nuevo movimiento artístico. También se le atribuye
la creación del Salón de los Rechazados.
Dentro de su técnica, utiliza los colores brillantes para lograr
un contraste de colores en el ambiente y los diferentes
elementos que lo componen, como el agua, los árboles, la
naturaleza en general. Realiza diferentes estudios acerca del
cambio en el ambiente, de colores y movimiento. Entre los más
reconocidos se encuentra el famoso estudio realizado a los
Nenúfares durante 6 años.
Su máxima preocupación es plasmar la vibración cromático-lumínica en sus lienzos. La luz
engendra el color y la forma. Sus temas preferidos son las marinas, las escenas fluviales y los
paisajes. Ejemplos: Impresión atardecer, Regatas en Argentuil, Las amapolas, Paseo con sombrilla,
La estación de San Lázaro, La Catedral de Rouen.
• Degas (1834-1917)
Nace el 19 de Julio de 1834. Fue un impresionista más de la forma que del color. Hábil dibujante,
le preocupó captar el movimiento con fidelidad, de ahí que desarrollara temas como las bailarinas y
las carreras de caballos. Cómo el movimiento se ve representado en un fondo, cómo jugar con las
pinceladas para lograr la percepción de movimiento del objeto o personas que esté representando.
15
Gran observador de la mujer, capta las
posturas más insólitas, las poses naturales e
instantáneas. Algunas de sus obras son:
Clase de danza, La bebedora de ajenjo,
Bailarina en la escena, Planchadores,
Carreras. Cultivó el dibujo en detrimento del
color, por lo que no armonizó bien con el
Impresionismo,
y
tampoco
con
las
tendencias conservadoras por sus temas
contemporáneos. En su obra, como hemos
dicho, se vio inclinado más que nada hacia las bailarinas y las carreras de caballos, debido a que la
velocidad con la que los caballos corrían por la pista, que llenaba de intriga al artista y creaba una
necesidad de poder representar aquel movimiento de las patas de los caballos. Para lograr esto,
Degas desarrolló una técnica que consiste en pintar los caballos y para aquellos que se encontraban
en movimiento tan solo pintaba unas pinceladas para evocar la presencia de las patas, pero no por
completo, tan solo la presencia.
• Renoir (1841-1919)
Nació el 25 de Febrero de 1841. Ofrecía una interpretación más sensual del Impresionismo. Se
puso en relación con los pintores del S. XVIII que mostraban la sociedad galante del Rococó. En
sus creaciones mostraba la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son trabajadores.
Siempre son personajes que se divierten, en una naturaleza agradable. Trató temas de flores, escenas
dulces de niños y mujeres y sobre todo el desnudo femenino, que recuerda a Rubens por las formas
gruesas.
Renoir poseía una vibrante y luminosa paleta que hizo
de él un impresionista muy especial. El palco, El
columpio, El Moulin de la Galette, Le dèjeuner des
canotiers, Bañistas, son sus obras más representativas. Fue
un artista impresionista inclinado hacia la representación
de la mujer y de multitudes en un espacio. Dentro de la
representación de multitudes, está la característica de
representar el movimiento y también la lejanía. Para
16
representar esta lejanía, pinta un escenario y luego a medida que la escena se va alejando comienza
a disminuir el detalle en las personas hasta que finalmente termina en simples pinceladas que nos
recuerda la presencia de mas personas, pero sin entrar en detalles.
• Otros genios del impresionismo: Sisley, Pisarro
Tan fiel como Monet a la técnica del Impresionismo se mantuvo Sisley (1839-1899), que fue
exclusivamente un pintor paisajista y será Pisarro (1830-1903), quien lleve hasta las últimas
consecuencias el estudio de la luz y el color llegando al post-impresionismo y al puntillismo.
Los autores impresionistas no tenían conciencia de grupo, aunque todos reivindicaban la libertad
a la hora de seleccionar el motivo pictórico, cada uno plasmará lo que ve. Es un arte íntimo
arraigado en el sentimiento de la originalidad individual, que se inicia con las vivencias personales
y con las experiencias en soledad.
A principios de 1880 estas diferencias estilísticas y las cuestiones personales comenzaron a
agudizarse y el Impresionismo como movimiento de vanguardia acabó diluyéndose. De sus cenizas
comenzaron a gestarse las propuestas de otros artistas que darán lugar al post-impresionismo y al
neoimpresionismo.
Impresionismo en España
En España, el Impresionismo tuvo varios seguidores que manifestaron su preocupación por la
luz. Entre ellos destacan Regoyos, Sorolla, Rusiñol y Casas.
• Joaquín Sorolla y Bastida
Sorolla, pintor español vinculado al Impresionismo,
nació en Valencia en 1863, cuando el movimiento en
Francia estaba en pleno apogeo. Sus pinturas por tanto
son tardías, pero en ellas reúne las principales
características impresionistas como el gusto por el aire
17
libre, la búsqueda de lo momentáneo, de lo fugaz, la captación de los efectos de la luz, la ausencia
del negro y de los contornos y las pinceladas pequeñas y sueltas.
Inició sus estudios artísticos con el escultor Cayetano Capuz y después recibió una formación
académica en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Desde muy joven se aficionó a pintar al aire
libre y al empleo de tonos claros y luminosos influido por Pinazo. Se trasladó a París con su amigo
el pintor Pedro Gil, donde entra en contacto con el Impresionismo. En 1889 se instaló en Madrid,
donde comenzó una trayectoria profesional llena de éxitos. De este periodo destacan obras de crítica
social, que son demandadas en los certámenes oficiales. Trata de blancas, Aún dicen que el pescado
es caro y Triste herencia muestran su compromiso por los desheredados y se advierte ya la
preocupación luminista.
En La Exposición Universal de París de 1894 descubre
el luminismo de los pintores nórdicos que tanto marcará su
obra posterior. Comienza a pintar al aire libre y su paleta
va cobrando nuevos matices en su esfuerzo por plasmar la
luz en las escenas cotidianas y paisajísticas de la vida
mediterránea.
Análisis de obras
•
Desayuno sobre la hierba, Manet
Óleo sobre lienzo. París, Museo de Orsay, 1863.
Esta tela fue rechazada en el Salón Oficial de 1863 y expuesta en el llamado Salón de los
Rechazados, con el título “El baño”. Causó un enorme escándalo tanto por su tema como por su
manera de pintarlo.
Se trata de una mezcla de paisaje con figuras y bodegón. En un bosque aparecen cuatro
personajes parisinos que han ido a almorzar a orillas del Sena. Dos hombres jóvenes, vestidos de
forma elegante a la moda de la época (uno con sombrero y bastón), tumbados en la hierba, charlan
18
con
una
mujer
desnuda
que
mira
descaradamente al espectador. Al fondo una
bañista inclinada, con camisa, sale del río. En
primer plano vemos una naturaleza muerta
espléndida, de gran virtuosismo: cesta con
frutas, sombrero y ropas.
La iconografía está inspirada en un cuadro
de Giorgione, El concierto campestre y la
composición en un grabado renacentista de
Marco Antonio Raimondi, que reproduce una pintura de Rafael (El juicio de Paris), ambas
representando divinidades. Es también clara la influencia de Courbet (Señoritas al borde del Sena).
El cuadro chocó tanto por su tema, como por la manera de estar pintado. Manet rompe con la
perspectiva tradicional al suprimir el fundido de los planos. Los personajes aparecen recortados,
casi sin relieve, planos, aunque aparecen en escorzo, colocados ante el paisaje que como un simple
decorado. Sólo en la naturaleza muerta el pintor se atiene a la perspectiva tradicional, ya que hay
profundidad, ligero modelado. Los cuerpos parecen faltos de volumen porque ya no están
modelados tridimensionalmente, ha desaparecido el claroscuro tradicional. Hay contrastes fuertes
de luces y sombras, en las que ha desaparecido el negro sustituido por diversos matices de verde. El
pintor ha invertido el foco lumínico, ya que la claridad procede del fondo. El color está aplicado con
grandes manchas de colores planos, yuxtapuestas las zonas claras con las oscuras de forma violenta,
sin gradaciones. Los fondos del follaje y los reflejos en el agua están sólo esbozados, insinuados con
pinceladas flojas.
El cuadro escandalizó por su claro contenido erótico: colocar a mujeres desnudas junto a hombres
vestidos, con los miembros enlazados. Se trataba además de un desnudo no idealizado, sino realista,
lejano de la perfección. La gente estaba acostumbrada a desnudos alegóricos y mitológicos, pero en
esta tela están representados sin la coartada de la belleza ideal, lo que se consideró vulgar e
indecente. Manet critica la hipocresía social de la época. Se burla haciendo referencia a los grandes
maestros, a los que admira, pero a los que utiliza de forma simplificada y nueva.
19
• Impresión: Sol Naciente, Monet
Óleo sobre lienzo. París, Museo Marmottan,
1872.
Este cuadro es una pura instantánea de la
realidad al modo de como podría realizarla un
fotógrafo, sin ningún tipo de contenido
religioso, mitológico o costumbrista. Es este
sentido,
lo
podemos
considerar
como
antiliterario, siendo el verdadero protagonista
la luz.
La composición es ligeramente asimétrica y desplazada hacia la izquierda con el motivo
dominante del reflejo del sol que contrasta por su tono cálido. Monet actúa como un fotógrafo,
encuadrando la imagen y reduciendo el cielo para darle protagonismo al agua y sus reflejos. Para
ello utiliza un punto de vista más elevado que el motivo, tomando una vista en picado.
Predomina claramente el color sobre la línea, con una pincelada tremendamente suelta que vuelve
abocetados los distintos motivos. Los colores predominantes son fríos, que contrastan con pequeñas
zonas cálidas anaranjadas. La luz cuenta con una función representativa pero, al contrario de la
pintura clásica, no como soporte para la creación de volumen a través del claroscuro, sino como
verdadera y única protagonista del cuadro, en especial los reflejos que tiene sobre el agua. La
perspectiva carece de importancia y tanto la forma de aplicar el color como la vista en picado
tienden a la creación de un espacio bastante plano y alzado. Las figuras, al igual que el espacio no
tienen excesiva importancia, siendo totalmente abocetada.
Este cuadro de Monet, históricamente, fue la primera creación verdaderamente impresionista,
reflejando gran parte de las características del estilo. Su interés primordial está en la luz, su
captación fugaz (el amanecer), lo que precisará de una pintura rápida y al aire libre. Técnicamente
se utilizará la pincelada muy suelta (heredada de Manet, Goya y, en último término Velázquez) que
más que pintar las cosas, busca el reflejo sobre ellas, eliminando el tema para buscar el juego de
brillos y reflejos. En este intento de plasmar lo lumínico, Monet renuncia al negro, coloreando las
sombras con tonos fríos y mezclándolos con su complementarios.
20
5. CONCLUSIÓN
En mi opinión, y según lo que he leído para la realización de este trabajo de investigación, el
Impresionismo fue de gran importancia en la historia del arte moderno al marcar un punto de
inflexión, dando lugar al comienzo de la lucha por la libertad del artista.
El Impresionismo fue el primer paso a la modernidad, puesto que explora nuevos medios para
retomar asuntos como el color, la forma, la luz; aparece el arte por el arte, nuevas formas de
concebir la creación artística. Por todo esto, se podría decir que el Impresionismo fue el comienzo
del Arte Moderno, derivando en las diferentes ramificaciones posimpresionistas que dieron paso a
vanguardias como el primitivismo o el fauvismo.
21
6. BIBLIOGRAFÍA
Libros consultados:
• Will Gompertz: ¿Qué estás mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos.
Taurus, 2012, Madrid
• Pedro Medina: Història de l’Art, Batxillerat
Educaula62, 2014, Barcelona
• Estela Ocampo: El impresionismo: pintura, literatura, música
Montesinos Editor, 1990, Barcelona
Páginas web consultadas:
• www.arteespana.com
• www.spanisharts.com
• www.selectividad.tv
22
Descargar