Rito de Presentación de los niños de 3 años

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Secretariado
de Pastoral
Litúrgica
Vicaría de Pastoral
Rito de la presentación
de los niños de tres años
y acción de gracias
Para uso local
Breve análisis del origen de la tradición
de la Presentación de los niños de 3 años
En nuestro país, la tradición de presentar a los niños al templo, tiene sus orígenes en la época
de la Reforma. En ese tiempo, se solía ofrecer una misa de acción de gracias por la vida del infante
(niño o niña), pues se consideraba que a esa edad ya había consolidado su existencia, dada la alta
mortalidad infantil de la época.
Con el paso del tiempo, en la imaginación popular se fueron integrando “interpretaciones” y
“significados” muy variados, como también imprecisos, para dar sentido a dicha celebración.
El primero de ellos, tiene que ver con un hecho no histórico, pero muy arraigado desde los
tiempos de los primeros cristianos en la imaginación popular católica, que es la presentación de la
virgen María en el templo, episodio contenido en el protoevangelio de Santiago (evangelio apócrifo de la
1ª mitad del s. II d. C.). Acompañada por sus padres (Santa Ana y San Joaquín), relata dicho texto,
María niña fue llevada al templo para ser iniciada en el conocimiento de la fe y en el servicio al
templo, siendo recibida por el sacerdote y aceptada con agrado por todos, permaneciendo allí algunos
años, hasta que fue solicitada en matrimonio por San José. De nada de esto hay constancia histórica,
y el protoevangelio fue considerado apócrifo, por lo que fue desechado.
El segundo hace referencia a la Fiesta de la Candelaria, y tiene su origen en la presentación del
niño en el templo y la purificación de María, narradas en el evangelio de San Lucas (2, 22 y ss.).
Según el texto evangélico, la Virgen y San José se presentan en el templo 40 días después de nacido
el niño (cf. Lev 12, 2-8), para ofrecer las víctimas por la purificación de la madre, y para consagrar al
primogénito varón (Ex 13, 2), según la ley de Moisés. Entonces, cabe aclarar que, la costumbre era
únicamente presentar en el templo al primogénito varón, y esto, a los 40 días de nacido (no a los 3 años).
El tercer episodio utilizado muy frecuentemente es el de el niño Jesús perdido y hallado en el
templo, o primera pascua de Jesús. Según reza el evangelio de san Lucas, había la costumbre judía de
que cuando el infante cumplía 12 debía subir a Jerusalén a celebrar la Pascua. Es conocido por todos el
extravío del niño al regreso. El hecho relevante consiste en que sus padres, al regresar a Jerusalén a
buscarlo, lo encontraron en el templo, rodeado de los doctores de la ley y los escribas.
¿Qué debe ser la Presentación de los niños?
Como se puede ver, nada de esto explica de manera acertada lo que celebramos en la
presentación de los tres años. Ésta celebración es más bien, una acción de gracias por la vida del infante
(que puede darse en una liturgia de la palabra, o si se prevé una adecuada y suficiente participación
eucarística, dentro de la misa), más que una presentación (pues el niño es conocido por Dios y por la
comunidad de creyentes, ya que es un bautizado). Es también la oportunidad de pedir la bendición de
Dios en la vida del niño, así como un momento para pedir la ayuda divina sobre papás y padrinos del
infante, para que puedan cumplir con los compromisos que adquirieron con sus hijos cuando los
llevaron a bautizar, de enseñarles la fe y el amor a Dios, principalmente por la vivencia de valores y
actitudes cristianas en su familia y en su medio ambiente. También es muy adecuado durante esta
acción de gracias, un momento para que los padres ratifiquen los compromisos bautismales para con
sus hijos, y así ayudarlos a valorar sus dichas promesas. Por esta misma razón, conviene que los
padrinos de bautismo y de los tres años sean los mismos.
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Rito de la presentación en el templo de los niños de tres años
I. Ritos iniciales
Bienvenida y acogida
La recepción del niño y su familia tiene lugar en la puerta del templo.
Comentario inicial:
La vida es uno de los mayores dones que recibimos de Dios, sólo
superado por el don de nuestra Redención. Estar vivos es ya una bendición.
Por tanto, la vida de un hijo(a), es un signo franco y sensible del amor de
Dios que bendice nuestra familia.
En la época de la reforma, cuando un niño cumplía 3 años, se
consideraba que ya había superado los peligros de la mortalidad infantil, y
se acostumbraba ir a la Iglesia para dar gracias a Dios porque su vida se
había logrado consolidar. Esta costumbre de dar gracias al Altísimo por la
vida de cada niño es uno de los motivos que nos reúnen hoy.
Hoy que vienen a presentar a este(os) niño(s) en el templo, nuestra
madre la Iglesia, nos invita a contemplar desde nuestra fe, el misterio de la
vocación y proyecto de vida que Dios ha sembrado en el corazón de cada
niño y niña. También nos invita a papás y padrinos, a prepararnos
espiritualmente para acompañar a estos niños y a cooperar con Dios en el
logro su vocación de vida.
Por ello, al presentar a este(os) niño(s) ante su Padre y Creador,
también presentamos nuestra acción de gracias por él (ellos), y le pedimos a
Dios que lo(s) bendiga y fortalezca, de manera que pueda(n) ser llegar a ser
buen(os) cristiano(os) y viva(n) como verdadero(s) hijo(s) suyo(s).
Después el Celebrante le da la bienvenida al templo:
V.
N., la comunidad de los que creemos en Cristo nos unimos a tu
familia, para elevar esta acción de gracias a Dios, por los años de vida
que te ha concedido.
3
Saludo inicial
V. En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
R. Amén.
V.
R.
El Señor que dirige nuestros corazones en el amor
esté con todos ustedes.
Y con tu Espíritu.
3. Oración colecta
V. Oremos.
Dios todopoderoso y eterno,
míranos con bondad
y concédenos presentarnos ante ti
con un corazón agradecido
y dispuesto a confiar siempre en tu providencia.
Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo.
R. Amén
II. Liturgia de la Palabra
Primera lectura
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios.
Ef. 5, 2. 21. 6, 1-4.
ermanos: Vivan amando, como Cristo, que nos amó y se entregó por
nosotros, como ofrenda y víctima de fragancia agradable a Dios.
Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo.
Hijos, obedezcan a sus padres por amor al Señor, porque eso es justo.
Honrarás a tu padre y a tu madre es un mandamiento muy importante, que
lleva consigo esta promesa: te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.
Padres, no irriten ni desesperen a sus hijos, más bien fórmenlos y
corríjanlos, para educarlos bien, como el Señor quiere.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos Señor.
H
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Salmo Responsorial
Del Salmo 130
R.
En ti Señor he puesto mi confianza.
1.
Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre. R.
2.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre. R.
3.
Aclamación antes del Evangelio
Del Salmo 130
R.
R.
Aleluya, Aleluya.
Dejen que los niños se acerquen a mí,
dice el Señor.
Aleluya.
EVANGELIO
V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu
V. Del santo Evangelio según san Marcos
Mc 10, 13-16
R.
Gloria a ti, Señor.
n aquel tiempo, la gente le llevó a Jesús unos niños para que los
tocara,
pero los discípulos trataban de impedirlo. Al ver aquello, Jesús se disgustó
y les dijo: “Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque
el Reino de Dios es de los que son como ellos. Les aseguro que el que no
reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”. Después tomó en
brazos a los niños y los bendijo imponiéndoles las manos.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
E
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Homilía
III. Exhortación a la iniciación cristiana
En torno al cirio pascual se colocan el niño junto con sus papás y sus padrinos, para
renovar las promesas bautismales. La respuesta se hará de manera personal.
El sacerdote se dirige hacia ellos de la siguiente manera:
1.
Interrogatorio a los padres y padrinos
sobre los deberes cristianos para con los hijos
Los papás y padrinos, junto con la comunidad, responderán de manera personal.
V.
R.
V.
R.
¿Están dispuestos a luchar todos los días para recrear un hogar
cristiano para sus hijos, donde se les de atención a todas sus
necesidades físicas y espirituales, y dónde ellos puedan ver en ustedes
buenos ejemplos de vida?
Sí, estoy dispuesto.
¿Están ustedes dispuestos a seguir educando a sus hijos en la fe y en el
respeto y cumplimiento de la ley de Dios y del Evangelio? ¿Están
dispuestos a enseñarlos a orar y a descubrir su vocación de hijos de
Dios? ¿Están dispuestos a asociarlos a la vida de la Iglesia, sobre todo
en la participación en la misa dominical, y a que, a la edad que
corresponda, reciban y frecuenten los sacramentos?
Sí, estoy dispuesto.
V. ¿Están dispuestos a formar a sus hijos en la vivencia del perdón, la
ternura, el respeto, la fidelidad y el servicio? ¿Están dispuestos a
enseñarles la renuncia voluntaria, el dominio de sí mismos, y a formar
en ellos un sano juicio? ¿Están dispuestos a enseñarles a ser generosos,
honestos, a decir la verdad y a trabajar por la paz?
R. Sí, estoy dispuesto.
6
Renuncia
Los papás y padrinos, junto con la comunidad, responderán de manera personal.
V.
R.
V.
¿Renuncian al pecado, para que puedan vivir en la libertad de los hijos
de Dios?
Sí, renuncio.
R.
¿Renuncian a las seducciones del mal, para que el pecado no los
esclavice?
Sí, renuncio.
V.
R.
¿Renuncian a Satanás, padre y príncipe del pecado?
Sí, creo.
Profesión de fe
Los papás y padrinos, junto con la comunidad, responderán de manera personal
V.
R.
¿Creen en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Sí, creo.
V.
¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que nació de
María Virgen, padeció, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y
está sentado a la derecha del Padre?
Sí, creo.
R.
V.
R.
V.
R.
¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia católica, en la
comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la
resurrección de los muertos, y en la vida eterna?
Sí, creo.
Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de
profesar en Jesucristo Nuestro Señor.
Amén
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Preces.
Si se cree oportuno se presentan las siguientes intenciones.
V.
Invoquemos a Dios, rico en amor y misericordia, a quien Jesús, el
Señor nos enseñó a llamar Padre, y digámosle confiados.
R.
Padre bueno, cuida de tus hijos.
1.
Padre lleno de amor, que tanto amaste a los hombres, que para su
salvación entregaste a tu Unigénito, protege y defiende a todos los que
por el bautismo somos hijos tuyos. R.
2.
Tú, que te complaces en la obediencia de tu Hijo amado Jesucristo,
permítenos en ese mismo espíritu, cumplir con la misión que nos
encomiendas a cada uno en el mundo y en la Iglesia. R.
3.
Tú, que durante su infancia confiaste a tu Hijo al cuidado amoroso de
María y José, haz que los padres ayuden en todo a sus hijos, para que
alcancen, en todas sus dimensiones, la plenitud de Cristo. R
4.
Tú que tienes un amor especial a los desamparados, haz que todos los
niños carentes del afecto familiar, puedan experimentar siempre tu
amor, con ayuda de la comunidad cristiana. R.
V.
Fieles a la recomendación de Nuestro Salvador nos atrevemos a
decir: Padre Nuestro…
8
ORACIÓN DE BENDICIÓN
Si lo cree oportuno, el celebrante puede imponer las manos sobre cada niño, y
después hacer la siguiente oración de bendición.
R.
Señor, Dios nuestro,
que de la boca de los niños
has sacado la alabanza de tu Nombre,
mira con bondad a este(os) niño(s)
que la fe de la Iglesia encomienda a tu providencia
Que así como tu Hijo, nacido de la Virgen,
al recibir con agrado a los niños, los abrazaba y los bendecía,
y nos los puso como ejemplo,
así también Padre,
derrama sobre él (ellos) tu bendición,
para que cuando llegue(n) a mayor(es),
por su buena conducta entre los hombres
y con la fuerza del Espíritu Santo,
sea(n) testigo(os) de Cristo ante el mundo
y viva(n) plenamente la fe que profesa(n)
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén
Al final de la oración se puede rociar al niño junto con sus papás y padrinos con
agua bendita.
Luego, el celebrante concluye:
Oremos.
Jesús, el Señor,
que vivió en el hogar de Nazaret,
permanezca siempre con su(s) familia(s),
la(s) guarde de todo mal
y les conceda que tengan
un mismo pensar y un mismo sentir.
R. Amén.
9
BENDICIÓN Y DESPEDIDA
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu Espíritu.
V.
R.
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo  Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
Amén.
V.
R.
Hermanos vayamos en paz.
Demos gracias a Dios.
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Leccionario
El presente esquema (lectura, salmo, aleluya y evangelio) trata sobre la sabiduría que necesitan los padres para
formar a los hijos.
Del libro de la Sabiduría
9, 9-11. 13-18
S
eñor, contigo está la sabiduría, que conoce tus obras;
a tu lado estaba, cuando hiciste el mundo;
ella sabe lo que te agrada,
lo que es conforme a tus mandamientos.
Envíala desde tu cielo santo,
mándala desde tu trono glorioso,
para que esté a mi lado y trabaje conmigo,
enseñándome lo que te agrada.
Ella, que todo lo sabe y lo comprende,
me guiará prudentemente en mis empresas
y me protegerá con su prestigio.
¿Quién es el hombre
que puede conocer los designios de Dios?
¿Quién es el que puede saber lo que el Señor tiene dispuesto?
Los pensamientos de los mortales son inseguros
y sus razonamientos pueden equivocarse,
porque un cuerpo corruptible hace pesada el alma
y el barro de que estamos hechos entorpece el entendimiento.
Con dificultad conocemos lo que hay sobre la tierra
a duras penas encontramos lo que está a nuestro alcance.
¿Quién podrá descubrir lo que hay en el cielo?
¿Quién conocerá tus designios, si tú no le das la sabiduría,
enviando tu santo espíritu desde lo alto?
Sólo con esa sabiduría
lograron los hombres enderezar sus caminos
y conocer lo que te agrada.
Sólo con esa sabiduría se salvaron, Señor.
11
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial
Del salmo 1
R. Dichoso quien confía en el Señor.
1.
Dichoso aquel que no se guía
por mundanos criterios,
que no anda en malos pasos
ni se burla del bueno;
que ama la ley de Dios
y se goza en cumplir sus mandamientos. R.
2.
Es como un árbol plantado junto al río,
que da fruto a su tiempo
y nunca se marchita.
En todo tendrá éxito. R.
3.
En cambio los malvados
serán como la paja barrida por el viento.
Porque el Señor protege el camino del justo
y al malo sus caminos acaban por perderlo. R.
Aclamación antes del Evangelio
Cfr. Mt 7,8
R.
R.
Aleluya, aleluya.
En mi casa, dice el Señor, todo el que pide recibe;
el que busca encuentra, y al que toca se le abre.
Aleluya.
12
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas
11, 5-13
E
n aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Supongan que alguno de
ustedes tiene un amigo que viene a medianoche a decirle: „Préstame,
por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo
nada que ofrecerle‟. Pero él le responde desde dentro: „No me molestes. No
puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y
yo estamos acostados‟. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque
no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su molesta
insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.
Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán,
toquen y se les abrirá. Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra y
al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo
le pida pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pida huevo, le dé un
alacrán?
Pues, si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto
más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?”
Palabra del Señor.
13
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