CORTE SUPREMA DE JUSTICIA AC311-2014 SALA DE CASACIÓN CIVIL

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República de Colombia
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACIÓN CIVIL
AC311-2014
Radicación: n° 1100102030002014-00049-00
Bogotá, D. C., treinta y uno (31) de enero de dos mil
catorce (2014).
Se decide el conflicto suscitado entre los Juzgados
Segundo y Treinta y Cinco Civiles del Circuito de Manizales
y Bogotá, respectivamente, para conocer del proceso verbal
de UPEGUI VILLEGAS LIMITADA, EN LIQUIDACIÓN, contra
CASTROL COLOMBIA LIMITADA.
1. ANTECEDENTES
1. La sociedad demandante, quien solicita que se
declare la existencia de un contrato de agencia comercial,
desde el 26 de diciembre de 1986, con las consecuencias de
rigor, dirigió el libelo introductor a los juzgados de
Manizales, según el acápite competencia, por corresponder
al lugar de ejecución de las obligaciones pactadas.
Sostiene para el efecto que sin sufrir modificación, en
cuanto al objeto de introducir en el mercado y posicionar en
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el mismo los productos de la demandada, la relación
contractual fue documentada el 29 de septiembre de 1997 y
calificada por las partes como “Contrato de Suministro”.
2. El Juzgado Segundo Civil del Circuito de dicha
ciudad, mediante auto de 10 de septiembre de 2013,
rechazó la demanda y ordenó remitirla con sus anexos a las
autoridades judiciales de esta ciudad, “(…) lugar del
domicilio del demandado (…)”, pues en su entender:
“(…) en el caso del fuero contractual, es necesario que la
existencia del vínculo contractual se encuentra debidamente
acreditado en el expediente, y de allí se desprenda el mismo;
empero, estudiando las pretensiones de la demanda, la parte
actora depreca la declaración de un contrato de agencia
comercial entre las parte en litigio desde el 26 de diciembre de
1986 y el 30 de mayo de 2008; y en el contrato que aportan como
prueba es de suministro suscrito el 29 de septiembre de 1997, el
cual no podría derivar una competencia para este despacho
judicial”.
3. El Juzgado Treinta y Cinco Civil del Circuito de
Bogotá, en proveído de 5 de diciembre de 2013, repelió la
competencia, al encontrar que el objeto del contrato
blandido tenía por mira “(…) introducir al mercado y
posesionar en el mismo (…)” los productos de la parte
demandada, cuya ejecución “(…) era en los departamentos
de Caldas y Quindío, específicamente en las ciudades de
Armenia y Manizales (…)”, como se observaba en el artículo
primero, punto 5.1, en concordancia con el artículo
segundo.
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Por esto, señaló, si la sociedad pretensora “(…) decidió
presentar la demanda en Manizales (…)”, municipio donde
se ejecutó el contrato materia de controversia, el juzgado de
esa ciudad es el competente para conocer, al tenor del
artículo 23, numeral 5º del Código de Procedimiento Civil.
4. Planteado el conflicto en los términos dichos,
procede la Corte a dirimirlo, por ser la llamada a hacerlo.
2. CONSIDERACIONES
1. Esta Corporación, es cierto, tiene sentado que
cuando el demandante, para definir competencia dentro del
factor territorial, ante la concurrencia de fueros, opta por el
contractual, la afirmación acerca del lugar del cumplimiento
de las obligaciones, debe soportarla probatoriamente, entre
otras cosas, por cuanto “(…) nadie puede válidamente con
su dicho fabricar su propia prueba (…)”1, so pena de aplicar,
con ese mismo propósito, el fuero personal, empezando por
la regla general del domicilio del demandado.
2. En el caso, el juez de Manizales acepta en forma
expresa que con la demanda se allegó un “contrato de
suministro”, fechado el 29 de septiembre de 1997, pero que
como la declaración de su existencia es ajena al debate,
pues la pretensión solicitada se contrae a uno de “agencia
comercial”,
precisamente,
materia
de
prueba
en
el
transcurso del proceso, respecto de éste, no se podía traer
Cfr. Auto 270 de 18 de noviembre de 2005, expediente 00914, reiterado, entre
otros, en auto de 7 de junio de 2013, expediente 00968.
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el
lugar
del
cumplimiento
de
aquél
para establecer
competencia territorial, por ser diametralmente diferente.
Sin embargo, pasa por alto que la sociedad pretensora
a ningún otro acuerdo de voluntades se refiere. En los
hechos de la demanda afirma que, no obstante, ser la
misma relación contractual que venía ejecutándose desde el
26 de diciembre de 1986, cuyo objeto era “(…) introducir al
mercado y posicionar en el mismo los productos de CASTROL
COLOMBIA LTDA.”, simplemente, al documentarse, fue
calificado por las partes como “Contrato de Suministro”.
3. Rechazado, entonces, el libelo sobre la base de la
calificación jurídica del acuerdo de voluntades realmente
ajustado, surge claro que el funcionario judicial a quien la
sociedad
demandante
inicialmente
se
dirigió,
anduvo
equivocado, considerando, concerniente al sub júdice, que
la competencia por el factor territorial no la determina
aquello, sino el lugar del cumplimiento de las prestaciones,
con independencia de que éstas sean fruto, bien de un
contrato de suministro, ya de uno de agencia comercial.
Si nadie discute que las obligaciones surgidas, trátese
de una u otra relación contractual, tenían también que
cumplirse en la ciudad de Manizales, y que la afirmación en
ese sentido de la convocante aparece documentada, el fuero
escogido
por
ésta
dentro
del
factor
territorial,
debe
respetarse, pues al ser un asunto legal de su exclusivo
resorte, el juez no puede variarlo o modificarlo, menos
convertirse en el sucedáneo de la elección.
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4.- De lo dicho se sigue que el juez de Bogotá acertó al
provocar el conflicto de competencia.
3. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Civil, declara que el Juzgado
Segundo Civil del Circuito de Manizales, es el competente
para avocar el conocimiento del proceso de que se trata, y
como consecuencia, ordena remitirle las diligencias para lo
pertinente, comunicando lo decidido a la otra autoridad
judicial vinculada.
NOTIFÍQUESE
LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA
Magistrado
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