"Los nuevos tiempos exigen su propia expresión

Jaime Salido Moreno – BAUHAUS
GROPIUS Y EL PARADIGMA DE DESSAU:
de la teoría a la materialización... a la destrucción
"Los nuevos tiempos exigen su propia expresión. Una forma exactamente delineada, sin
casualidad alguna, unos marcados contrastes, el orden de las componentes, la organización en
serie de las partes similares y la unidad de formas y color; éstas son las bases estéticas del
arquitecto moderno, que corresponden a la energía y a la economía de nuestra vida pública."
Walter Gropius
Aun cuando en general se considera a la Bauhaus como célula germinal del "diseño
moderno" para el S. XX, no hay que pasar por alto el hecho de que sus fuentes sociales e
intelectuales se originan en el S. XIX. Se enmarca dentro de los esfuerzos mantenidos a partir de
la Revolución Industrial y del Romanticismo, que intenta construir la unidad de las esferas artística
y cultural-productiva rotas por la industrialización, integrar arte y vida, evitar la descomposición de
los géneros artísticos, y con ello utilizar el arte mismo como instrumento para una regeneración
cultural y social.
Los paradigmas pedagógicos de cooperación entre artes y oficios ya habían sido puestos
en marcha por Ruskin y Morris; la fusión entre arte y técnica ya se apreciaba en la obra
arquitectónica de Peter Behrens, maestro de Le Corbusier, Mies Van der Rohe y el mismo Gropius;
Adolf Loos ya había publicado su Obra “ornamento y delito”, en la que deja atrás el primitivo
“Horror Vacui” que manaba de los “revival” de finales del siglo anterior...
...no,no, hay algo más que esos conceptos en la mente de Gropius...
En mi opinión Walter Gropius tuvo que beber de los primeros años del Siglo veinte para
formalizar las ideas que aparecen en buena parte de sus escritos como “concepto y constitución de
la Bauhaus”, o “Reconstruír nuestra ciudad”. En ellos hace constantes referencias al concepto de
energía, no sólo refiriéndose a la acepción científica, sino relacionándolo con la de un ente
inmaterial que brota del trabajo en equipo, de la mutua cooperación en aras de un fin común: el
edificio.
"la Bauhaus se propone coordinar todos los esfuerzos creadores de modo que se unan
todas las disciplinas técnico-artísticas en una nueva arquitectura... la última finalidad de la Bauhaus
es la obra de arte colectiva -el edificio-, en la que se eliminan todas las barreras existentes entre
las artes estructurales y las decorativas".
Esta idea no tardaría en materializarse; la fama adquirida por la Bauhaus en Weimar hacia
suponer que pronto llegarían ofertas de diversas ciudades para que la escuela se instalara en
alguna de ellas, pero al final la única oferta verdaderamente consistente fue la realizada por la
ciudad de Dessau.
Dessau era una ciudad con grandes fábricas. La escasez de viviendas era grande y la
ciudad carecía de un plan de desarrollo de la misma, y las ideas de Gropius sobre racionalización y
tecnificación en la construcción de viviendas, fue acogida con gran entusiasmo por la autoridades
de la ciudad.
Pronto Gropius recibió el encargo de la realización de una colonia modelo en DessauTörten. El nuevo edificio escolar y las casas para los profesores se convirtieron en el compendio de
la arquitectura moderna en Alemania. La Bauhaus llegó a ser una especie de centro de
peregrinación visitado mensualmente por cientos de alemanes y cada vez más extranjeros.
El complejo Bauhaus-Dessau partía de un análisis racional del programa y las exigencias
humanas. En él se establecieron las bases de una renovación de las ideas en arquitectura que lo
llevó a decir: "Los espacios diáfanos cobran importancia frente a partes arquitectónicas macizas.
Jaime Salido Moreno – BAUHAUS
Nuevos materiales hacen posible el ahorrar masa, espacio y peso y crear estancias amplias,
bañadas por la luz. Ha surgido una nueva arquitectura de vidrio, con paredes radiantes, espaciosas
e interiores traslucidos, y con ella una nueva concepción arquitectónica del espacio medible".
Gropius buscaba la armonía entre la función, los medios artísticos y los medios técnicos de
producción, elaboración y montaje, sin que todo ello desvirtuara una pretendida ausencia de
ornamentación y sencillez en las formas.
El conjunto lo constituyen un área de residencias para profesores y para el director y un
multibloque-escuela principal:
En un pequeño pinar al lado del edificio principal de la Bauhaus, Gropius construyó las casas de
los maestros: Una casa unifamiliar para el director en forma de “L” y tres casas para profesores,
cada una con dos viviendas y talleres que seguían un esquema en planta en “S” ocasionada por el
acoplamiento de 2 brazos en “L”. Al principio Klee y Kandinsky habitaron una casa, Muche y
Schlemmer otra y Feininger y Nagy la tercera. La formalización de las piezas se debe a la
necesidad de orientar la vivienda según el eje definido por el Sol. La decoración interior de las
mismas se realizó a partir de las indicaciones de colorido de los propios maestros. En especial la
de Gropius, en extremo representativa, era mostrada a los visitantes ilustres como ejemplo de los
postulados de la escuela. Críticos de la época la dirían: “El pabellón de "L'Esprit
Noveau" de Le Corbusier, la "Casa para cinco camas" de Rietveld
y la
"casa del director de la Bauhaus en dessau" de Gropius, manifiestan el
optimismo de un nuevo orden, en el que el habitante tiene acceso
universal a la vivienda burguesa, redefinida desde una geometría razonada
que elimina los viejos límites, desde una higiene geométrica que elimina
todo lo superfluo, o desde una razón científica, que sacude la antigua
percepción”.
El edificio donde se impartían las clases estaba formado por tres alas cuyos
compartimentos se hallaban claramente divididos de acuerdo con la función a la que estaban
destinados, siguiendo un esquema tridimensional que integra las funciones entre sí y las proyecta a
una escala urbanística especialmente dinámica (introduciendo además el concepto de edificiopuente, bajo el que sucedería la actividad urbana, tránsito de vehículos...). Además de una sección
de aulas, una de laboratorios y una administrativa, contenía un anejo de cinco pisos el llamado
edificio taller-vivienda para los alumnos. En el primer piso de este edificio se instalaron un aula
magna, un escenario y el comedor escolar; el piso podía transformarse en una superficie corrida,
para celebraciones. El equipamiento del mismo procedía en su totalidad de los diferentes talleres
de la escuela. En relación con todo esto Gropius explica: “Al revés que ocurría durante el
renacimiento o el barroco, aquí es necesario pasear dentro y fuera de la construcción para poder
captar su carácter tridimensional, y para entender la función de los elementos que la componen”.
Pero, la enorme popularidad de la Bauhaus, no podía ocultar los problemas internos de
gestión. Los cimientos del paradigma de Dessau no eran tan firmes como los del propio edificio:
La creciente importancia de los procesos productivos de la era industrial y el papel que el
artista desempeñaba en ella, llevó a desplazar el centro de gravedad de la Bauhaus desde
posiciones podríamos llamarlas artísticas hasta posiciones más cercanas a los temas sociales y
científicos.
Como escribió en un artículo Georg Muche "El elemento formal artístico es un
cuerpo extraño en el producto industrial. El compromiso técnico convierte
al arte en un algo inútil". Los jóvenes maestros exigían igualdad salarial respecto a
Klee y Kandinsky, casa propia y titulo de profesores, cuestionando la posición social de los pintores
en contradicción con sus prestaciones a la Bauhaus como totalidad. Muchos de los talleres eran
claramente inefectivos y entre los alumnos que reclamaban la creación de una sección de
construcción que tradujera las ideas de la Bauhaus en realidades, cundió el desanimo ante el
temor a una falta de perspectivas.
Jaime Salido Moreno – BAUHAUS
Asimismo las dificultades económicas hicieron que poco a poco el presupuesto asignado
por las autoridades de Dessau a la escuela fuera mermando a la vez que los recursos generados
por la propia Bauhaus eran mínimos. Esto dio lugar a que Walter Gropius, a principios de 1928,
diera a conocer su dimisión cuando la Bauhaus, con su edificio inaugurado un año atrás, se
encontraba en la cúspide de su prestigio y disfrutaba de creciente fama internacional. Gropius
justificó su decisión diciendo que la Bauhaus estaba ahora bien afianzada y que quería volver a
dedicarse más a la construcción.
El sueño de Walter Gropius ahogado por el propio sistema que ideó que, a mi modo de ver,
no dejó de mantener un carácter de inacabado, e impreciso. Gropius proyectó probablemente el
edificio que definió el racionalismo en su estado más puro; no obstante, y siempre desde mi punto
de vista, no fue lo suficientemente hábil, o quizá no obtuvo el suficiente apoyo para formalizar un
sistema de gestión lo suficientemente potente, de no tan dudosa eficacia productiva y en mayor
conexión con la sociedad del momento.
Sin embargo, y no es por casualidad, hoy en día no existe ninguna escuela de diseño que
no haya sido influenciada, directa o indirectamente, por el programa, la didáctica y los resultados
de esta famosa institución. A diario notamos sus aportes en el desarrollo plástico, desde la
capacitación artística para abordar la planificación urbana y habitacional hasta el diseño de
artículos domésticos bellos y funcionales que se fabrican en serie, así como en el campo del
diseño gráfico de comunicación (rótulos, marcas, empaques, señales, símbolos, etc.) hasta el de
investigación. De la Bauhaus podemos aprender el antiacademicismo, critico a lo existente, y la
búsqueda de una apertura que mire siempre hacia delante.
BIBLIOGRAFÍA:
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