Criterios de eficacia de los tratamientos según la Task Force

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Fisioterapia 2009;31(6):248–254
www.elsevier.es/ft
REVISION
Criterios de eficacia de los tratamientos según la Task Force
b
c
Rosa-Alcazar
A.I. Rosa-Alca zara,, E. Rosa-Alcazar
y A.
a
Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos, Universidad de Murcia, Murcia, España
Hospital General de Hellı́n, Albacete, España
c
Mancomunidad de Municipios de Sierra del Segura, Castilla-La Mancha, Albacete, España
b
Recibido el 29 de octubre de 2008; aceptado el 20 de marzo de 2009
Disponible en Internet el 27 de octubre de 2009
PALABRAS CLAVE
Task Force;
Eficacia de
tratamientos;
Apoyo empı́rico
KEYWORDS
Task Force;
Effectiveness
treatments;
Empirical support
Resumen
Se presentan los criterios de valoración de la eficacia de los tratamientos psicológicos
elaborados por la APA (American Psychological Association ‘Asociación Americana de
Psicologı́a’) de los tratamientos con apoyo empı́rico, distinguiendo entre tratamientos bien
establecidos (eficaces), tratamientos probablemente eficaces y tratamientos experimentales. Los criterios seleccionados por la comisión de expertos (Task Force) nombrada por
la APA esta n basados en la posibilidad o no de replica
de la intervención (incluyendo la
manualización del tratamiento) por investigadores de distintos equipos de trabajo, en
la utilización de diseños de grupo de comparación y en la descripción de las caracterı́sticas
de la muestra (criterio diagnóstico, edad, sexo, etc.). Estos criterios esta n basados en la
idea de que, desde el punto de vista de la investigación, un tratamiento no esta nunca
definitivamente validado, ya que pueden ir apareciendo estudios que hagan reanalizar los
resultados. El objetivo de este estudio es presentar algunos ejemplos de tratamientos
atendiendo a los criterios mencionados relacionados con el campo de la salud, en
concreto, en el asma, el dolor crónico, la dismenorrea y la fibromialgia.
& 2008 Asociación Española de Fisioterapeutas.
Publicado por Elsevier España, S.L. Todos
los derechos reservados.
Efficacy criteria of the treatments according to the Task Force
Abstract
We present the evaluation criteria of the effectiveness of psychological treatments
developed by the American Association of Psychology for the evaluation of the Treatments
with Empirical Support, distinguishing between: well-established well (effective)
treatments, probably effective treatments and experimental treatments. The criteria
selected by the experts’ committee (Task Force), appointed by the association, are based
on the possibility or not of reply of the intervention (including development of treatment
Autor para correspondencia.
Correo electrónico: [email protected] (A.I. Rosa-Alca zar).
0211-5638/$ - see front matter & 2008 Asociación Española de Fisioterapeutas.
Publicado por Elsevier España, S.L. Todos los derechos
reservados.
doi:10.1016/j.ft.2009.03.002
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Criterios de eficacia de los tratamientos según la Task Force
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manuals) by researchers of different teams, on the utilization of comparison group designs
and on the description of the sample characteristics (diagnostic criteria, age, sex, etc.).
These criteria are based on the idea of that, from the research point of view, a treatment
can never be definitively validated since new studies that can make it necessary to
reanalyze the result keep appearing. This study has aimed to present some examples of
treatments in relationship to the criteria mentioned related with the health field,
specifically with asthma, chronic pain, dysmenorrhea and fibromyalgia.
& 2008 Asociación Española de Fisioterapeutas.
Published by Elsevier España, S.L. All rights
reserved.
Introducción
Los tratamientos pueden ser valorados desde diferentes
perspectivas. Una viene dada por los estudios de
eficacia que hacen referencia a la capacidad que tiene el
tratamiento de producir cambios en la dirección
esperada y que los valores alcanzados sean claramente
superiores a la no intervención, al placebo o incluso, a los
tratamientos disponibles en ese momento1. La Task Force
para la promoción y difusión de los procedimientos
psicológicos de la división de Psicologı́a Clı́nica de la
APA (American Psychological Association ‘Asociación
Americana de Psicologı́a’) ha elegido este tipo de procedi
miento para evaluar si una intervención terapeutica
se
incorpora a la categorı́a de tratamiento con apoyo empı́rico
(TAE) o bien si se encuentra a la espera de lograr este
respaldo2.
Por otro lado, el concepto de eficacia dista mucho de ser
unı́voco. Resulta sorprendente la poca atención que se ha
prestado a este aspecto en la bibliografı́a relacionada con
las investigaciones clı́nicas y a los equı́vocos suscitados por
3
las distintas interpretaciones de dicho termino
. Cuando se
habla de los efectos de un determinado tratamiento, este
puede estar referido a uno o a ma s de los siguientes
elementos: la especificidad del tratamiento, su intensidad,
el tiempo de espera hasta que comienza la mejorı́a, la
duración, los costes, las interacciones, etc4.
Se ha de recordar que para poder evaluar un tratamiento
adecuadamente, este
tiene que estar definido operativamente con el fin de poder ser replicado por otro terapeuta o
equipo de investigación distinto, a fin de comprobar que los
resultados que obtienen son los mismos o equivalentes a
los alcanzados por el investigador o el grupo que ha
desarrollado esa intervención. Esto implica la necesidad de
una evaluación externa del tratamiento, que presenta como
ventaja la difusión de este.
Otro punto de vista, lo encontramos en los estudios de
efectividad que pretenden determinar si los tratamientos
propuestos producen efectos medibles en poblaciones
amplias de pacientes en el ambiente clı́nico real. Los
sujetos que participan en tales estudios presentan caracterı́sticas diferentes a los de los estudios de eficacia, tales
como que no son voluntarios, no presentan una
sintomatologı́a tan homogenea,
suelen pagar para recibir
tratamiento, etc. Desde una perspectiva clı́nica, lo que
interesa al terapeuta es la efectividad de un tratamiento.
No obstante, tanto la eficacia como la efectividad no son
siempre equivalentes, aunque tampoco incompatibles, sino
que serı́a recomendable que pudieran llevarse a cabo a la
vez, antes de que una intervención se incluyera en las guı́as
de tratamiento5.
Finalmente, el concepto de eficiencia no se debe
confundir con una mera reducción de costes, porque
mientras que en aquellos
se trata de obtener el ma ximo
beneficio de los recursos disponibles y de invertir medios con
este objetivo, en la reducción de costes se pretende
simplemente abaratar los servicios ofrecidos, centrando la
preocupación en el ahorro, reduciendo a un segundo plano
por la calidad. Un ejemplo en este sentido es el
el interes
economicismo vigente en la sanidad pública, el cual refleja
ma s la preocupación por la reducción de costes que un
genuino por la eficiencia.
interes
La exigencia social de la evaluación, tomando como
referencia los desarrollos futuros, tiene que demostrar que
los tratamientos adema s de eficaces, beneficiosos para los
pacientes en investigaciones clı́nicas controladas, son
efectivos, es decir, útiles en la pra ctica clı́nica
tambien
habitual y eficientes, generando mayores beneficios y
reduciendo los costes6. Es decir, tales desarrollos han de
dar el paso de la investigación clı́nica a la pra ctica clı́nica
habitual, lo que a veces resulta problema tico y evidentemente no esta exento de escollos7.
Hay que señalar que la evaluación de la eficacia, la
efectividad y la eficiencia de los tratamientos es el resultado
de una exigencia que la sociedad marca a cualquier
terapeuta/medico
y que la selección de las terapias eficaces
debe estar sustentada en datos empı́ricos. A fin de arrojar
luz a esta problema tica, en el presente artı́culo abordamos
la valoración de la eficacia de los tratamientos psicológicos
en algunos problemas de salud mediante los criterios
mantenidos en el informe de la División 12 de la APA, en
el que se actualizan las condiciones para la inclusión de
los tratamientos en las diferentes categorı́as de apoyo
empı́rico.
Surgimiento y criterios de eficacia según la Task
Force
El Congreso de los Estados Unidos creó en 1989 la Agency for
Health Care Policy and Research con el fin de determinar la
eficacia de los tratamientos para trastornos especı́ficos y
8
promover la elaboración de protocolos terapeuticos
. Por
ello, la División 12 de la APA, correspondiente a Psicologı́a
Clı́nica, encargó a una comisión de expertos, presidida
por Dianne L. Chambless, un estudio sobre promoción y
difusión de procedimientos psicológicos. En 1993, este
grupo presentó un informe (Task Force in Promotion and
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Dissemination of Psychological Procedures, 19959), en el
que se establecieron los criterios para determinar si
un tratamiento podı́a ser considerado como validado
empı́ricamente. Cinco años ma s tarde, en 1998, el termino
validado empı́ricamente se cambia por la denominación
actual de TAE, destacando la idea de que, desde el punto de
vista de la investigación, un tratamiento no esta nunca
definitivamente validado. Hasta la fecha han aparecido tres
listados de la APA de los TAE. En 1995 apareció la Task Force
on Promotion and Dissemination of Psychological Procedures, actualizada en 199610 y en 199811. En la revisión
realizada por PerezAlvarez
et al (2003) distinguen tres
categorı́as sobre la eficacia de los tratamientos, basadas en
los criterios de la Task Force: los tratamientos bien
establecidos (eficaces), los tratamientos probablemente
eficaces y los tratamientos experimentales. Para que un
tratamiento sea considerado bien establecido es necesario
que cumpla estos tres criterios: 1) que al menos existan dos
estudios con diseños experimentales entre grupos, realizados por investigadores distintos, donde el efecto del
tratamiento haya demostrado ser superior a nivel estadı́stico
respecto a un fa rmaco, grupo de placebo psicológico u otro
tratamiento o que sea equivalente a un tratamiento ya
establecido en experimentos donde el tamaño de la muestra
sea adecuado, sugiriendose
alrededor de 30 sujetos por
se incluyen en esta categorı́a aquellos
grupo. Tambien
tratamientos respaldados por una serie de diseños de caso
único que muestran su eficacia, teniendo que usar diseños
experimentales y comparar cada caso con otro al que se le
aplique otro tratamiento, placebo psicológico o fa rmaco; 2)
que los estudios se hayan realizado siguiendo un manual de
tratamiento, y 3) que las caracterı́sticas de la muestra
de pacientes tratados esten
claramente especificadas
(tabla 1).
Los criterios para un tratamiento probablemente eficaz
son ma s laxos. En este caso, un estudio tiene que cumplir
una de estas cuatro condiciones: 1) dos estudios que
muestren que el tratamiento es ma s efectivo que un grupo
de control de lista de espera; 2) dos estudios que cumplan
los criterios para un tratamiento bien establecido, pero que
hayan sido realizados por distintos investigadores o un
estudio riguroso que haya demostrado eficacia con estos
mismos criterios; 3) al menos dos estudios demostrando
eficacia, pero con la limitación de haber sido realizados con
muestras de pacientes heterogeneos,
y 4) una pequeña serie
de estudios de diseños experimentales de caso que cumplan
los tres criterios anteriores (tabla 2).
Los tratamientos en fase experimental serı́an aquellos
que cuentan con indicios experimentales prometedores
de que pueden alcanzar eficacia probada en el futuro,
pero que bien por la escasez de datos o bien por
problemas metodológicos de algún tipo no llegan a
alcanzar los criterios de eficacia probada ni de eficacia
probable.
El listado final de los tratamientos es el resultado de dos
prerrequisitos. El primero es que el informe se centre en la
eficacia, no en la efectividad. En el informe, de modo
semejante a como diferencian Echeburúa y Corral (1995)13,
por eficacia se entiende la demostración de que un
tratamiento es beneficioso para los pacientes en estudios
de tratamiento bien controlados. Por efectividad se refieren
a aquellos estudios sobre cómo un tratamiento eficaz puede
A.I. Rosa-Alca zar et al
Tabla 1 Criterios para las intervenciones psicosociales con
apoyo empı́rico en los trastornos psicológicos (modificado de
PerezAlvarez
et al, 2003, p. 29)
Tratamientos bien establecidos (eficaces)
Deben cumplir tres criterios:
IA. Al menos dos estudios bien realizados con diseños
experimentales de comparación de grupos llevados a cabo
por investigadores o equipos de investigación distintos que
prueben que el tratamiento es:
a) estadı́sticamente superior a un tratamiento alternativo
(farmacológico o psicológico) o a un placebo (medicación,
atención psicológica),
b) y equivalente a otro tratamiento bien establecido en
experimentos con un tamaño muestral suficiente (se
recomienda n Z 30 por grupo)
IB. Una gran serie de estudios bien realizados con diseños
experimentales de caso único (n Z 10) en los que se
compare el tratamiento como en IA
II. El tratamiento debe estar descrito con precisión (se
recomienda en forma de manual) para permitir su
replicación.
III. Las caracterı́sticas de las muestras deben estar descritas
con precisión, por ejemplo especificar el trastorno según
los criterios diagnósticos del DSM-III (APA, 1980) o ediciones
posteriores.
APA: American Psychological Association ‘Asociación Americana de
Psicologı́a’; DSM-III: Manual Diagnóstico y Estadı́stico de los
Trastornos Mentales, tercera edición.
Tabla 2 Criterios para las intervenciones psicosociales con
apoyo empı́rico en los trastornos psicológicos (modificado de
PerezAlvarez
et al, 2003, p. 29)
Tratamientos probablemente eficaces
Deben cumplir tres criterios:
IA. Dos estudios que prueben que el tratamiento es
estadı́sticamente superior al no tratamiento, por ejemplo
una condición de lista de espera.
IB. Dos estudios con diseños experimentales de comparación
de grupos que cumplan los criterios de los tratamientos
bien establecidos, pero realizados por el mismo
investigador o equipo de investigación
IC. Una pequeña serie de estudios bien realizados con
diseños experimentales de caso único (n Z 3) que cumpla
el criterio IB de los tratamientos bien establecidos
III. Las caracterı́sticas de las muestras deben estar descritas
con precisión, por ejemplo, especificar el trastorno según
los criterios diagnósticos del DSM-III (APA, 1980) o ediciones
posteriores.
APA: American Psychological Association ‘Asociación Americana de
Psicologı́a’; DSM-III: Manual Diagnóstico y Estadı́stico de los
Trastornos Mentales, tercera edición.
ser aplicado desde la investigación clı́nica a la comunidad y a
la pra ctica privada o, lo que es lo mismo, si la eficacia que se
obtiene en los estudios controlados se mantiene en las
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Criterios de eficacia de los tratamientos según la Task Force
situaciones reales de la pra ctica clı́nica. Algunos autores,
aunque partidarios en mayor o menor medida de la selección
y promoción de tratamientos basados en la evidencia,
consideran que los criterios de selección propuestos por la
División 12 son inadecuados debido a que estos
se centran
exclusivamente en la investigación controlada, obviando
la experiencia clı́nica de los expertos. No obstante, el
propio Goldfried (2000)14 reconoce que esta cuestión
tampoco serı́a aceptada por todos15. Otros autores,
como Kazdin (2000)16, plantean a la propuesta de la División
12 cuestiones de orden metodológico, que entienden se han
de resolver y clarificar previamente a la valoración
y clasificación de los tratamientos. Entre estas cuestiones
se hallan que es lo que se ha de entender por estudios
correctamente diseñados, que medidas de los resultados son
las mejores, etc.
Asimismo, se debe indicar que en el a mbito internacional la comisión de expertos de la APA no ha realizado
un listado exhaustivo de los tratamientos psicológicos
con apoyo empı́rico para los trastornos psicológicos,
sino que se han centrado en varios de los trastornos
ma s frecuentes o representativos. Por lo que respecta
a España, siguiendo criterios similares a los de la comisión
de la APA, Perez
et al (2003)12 han realizado un excelente trabajo agrupando los tratamientos seleccionados
en tres libros dedicados a problemas psicológicos en
adultos, en niños y adolescentes y a problemas de salud.
Tabla 3
251
Se trata de una iniciativa muy relevante, cuyo impacto
en la Psicologı́a Clı́nica de habla española habra que
valorar.
A modo de ejemplo: tratamientos psicológicos
eficaces en algunos problemas de salud
Finalmente, sin pretender ser exhaustivos, presentamos y
comentamos una colección de tratamientos psicológicos en
algunos problemas de salud que, hoy por hoy, cuentan con
mayor respaldo empı́rico (tabla 3).
Asma bronquial
En las revisiones realizadas sobre tratamientos del asma17,
aparecen como ejemplos de tratamientos probablemente
eficaces las tecnicas
de relajación (progresiva, entrenamiento autógeno, funcional, etc.) aplicadas de forma
aislada o combinada con otras tecnicas,
como el biofeedback (BF) electromiogra fico (EMG). Las investigaciones
realizadas indican que en los enfermos con asma la
relajación puede mejorar los para metros de la función
pulmonar, clı́nicos e inmunológicos, aunque esos efectos
podrı́an estar modulados por un componente emocional
asociado al trastorno. Las tecnicas
de BF en el asma
bronquial se han aplicado con el fin de regular la función
Resumen de los tratamientos psicológicos eficaces en algunos problemas de salud
Problema
Tratamiento bien establecido
Asma
bronquial
Dolor
crónico
Relajación (cefaleas niños)
Biofeedback (enfermedad de
Tratamiento probablemente
eficaz
En fase experimental
Relajación
Biofeedback (EMG frontal)
Biofeedback (EMG tora cico, arritmia
Biofeedback (cefaleas niños)
Relajación (adultos)
Imaginación guiada
Hipnosis
Reynaud)
del seno respiratorio y función
respiratoria)
Terapia familiar
Programas de automanejo
Programa multicomponente
(relajación +tecnicas
cognitivas+
feedback+ tecnicas
operantes)
Dismenorrea
Relajación (muscular progresiva) Desensibilización sistema tica
Biofeedback (EMG frontal)
Programa multicomponente
(relajación +ejercicio+
focalización atención+
verbalización)
Fibromialgia
Relajación
Programa multicomponente
(educación+ relajación+ ejercicio+
afrontamiento+ solución de
problemas)
EMG: electromiogra fico.
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pulmonar, con el fin de disminuir la frecuencia e intensidad
de las crisis. La aplicación del BF-EMG frontal se fundamenta
y asma. El estres
en la relación existente entre estres
desencadena la tensión facial que inicia el circuito reflejo.
La relajación de los músculos trigeminales genera un
descenso de la resistencia de las vı́as respiratorias. No
obstante, aunque estas conclusiones son prometedoras, la
ausencia de apoyo empı́rico procedente de varios equipos de
investigación impide que este tratamiento se considere bien
establecido (criterio 1B de la tabla 2).
Como tratamientos en fase experimental destacamos el
BF-EMG tora cico, BF de la arritmia del seno respiratorio
(ASR), BF de la función respiratoria, la terapia familiar y
programas de automanejo. El BF-EMG tora cico pretende que
los asma ticos aprendan a sustituir el patrón respiratorio
tora cico por una respiración diafragma tica que les ayude a
controlar las sibilancias y otros sı́ntomas asma ticos. Los
resultados en diferentes estudios han mostrado un aumento
en la percepción de autocontrol sobre el asma, un descenso
en la frecuencia de crisis, visitas de urgencia y uso de
medicación18. El BF-ASR pretende regular la tasa cardı́aca
asociada con el ciclo respiratorio y regulada por la actividad
vagal. Los estudios realizados sobre este tipo de BF son
escasos, por lo que las conclusiones esta n en fase experimental. El BF directo de la función respiratoria pretende
modificar el tamaño de la luz bronquial. Los resultados
obtenidos hoy por hoy podrı́an ser atribuidos a
las diferencias individuales observadas en la respuesta a
los programas terapeuticos.
Recientemente, algunos trabajos empı́ricos han demostrado que ciertos tipos de
interacción parental desadaptativa pueden afectar el curso
del asma19, reduciendo los sı́ntomas, la toma de medicación
y el impacto del asma en la vida diaria de los pacientes. Los
datos aportados por los estudios centrados en el automanejo
del asma indican que para la consecución de cambios
positivos en para metros de morbilidad es necesario que el
componente informativo se complemente con entrenamiento en automanejo que comprenda autorregistro de la
función pulmonar, planes de acción individualizados para
cada paciente y tecnicas
para mejorar la adherencia a la
medicación.
Aunque la investigación realizada hasta el momento
presenta un perfil de actuación terapeutica,
es necesario
seguir avanzando hasta determinar cua l es la terapeutica
de
elección por utilizar. Es preciso, de cara a incrementar la
eficacia de las intervenciones, corregir las deficiencias
metodológicas y profundizar en la especificidad de los
tratamientos y su mecanismo de actuación.
Dolor crónico
Centra ndonos en los tratamientos para el dolor crónico, tres
han sido los tratamientos considerados eficaces: relajación
(en cefalea infantil), BF de temperatura (en enfermedad de
Reynaud) y programas multicomponentes que combinan
tecnicas
fisiológicas (relajación y BF), tecnicas
cognitivas y
tecnicas
conductuales20.
como una opción
Las tecnicas
de BF se presentan tambien
probablemente eficaz en diversos problemas de dolor
crónico, aunque existen bastantes interrogantes en cuanto
a los mecanismos de actuación, los factores especı́ficos, las
A.I. Rosa-Alca zar et al
condiciones de registro y entrenamiento, las caracterı́sticas
de los pacientes, etc.
La hipnosis clı́nica es una tecnica
que se considera va lida
para inducir anestesia, aunque la evidencia de sus efectos
en el dolor crónico es contradictoria y los estudios
comparativos con otros procedimientos son escasos, por lo
que se considera un tratamiento en fase experimental
(criterios 1B y III de la tabla 2), al igual que la utilización de
la imaginación guiada para el control de los sı́ntomas
fisiológicos, en concreto el dolor. Existen dudas acerca de
las medidas de resultado utilizadas, el tipo de lenguaje, etc.
que hacen que esta tecnica
necesite una mayor
investigación y se considere hoy por hoy en fase experimental.
No obstante, los datos de mejora apoyan la necesidad de
la integración de los tratamientos psicológicos junto con los
medicos,
fı́sicos y farmacológicos, ya que permitira n abordar
todos los factores responsables del dolor.
Dismenorrea
Hoy por hoy no existen intervenciones psicológicas bien
establecidas para el tratamiento de la dismenorrea primaria, dado que los estudios empı́ricos adolecen en múltiples
problemas metodológicos. En concreto, no suelen contemplar perı́odos de lı́nea base previa a la intervención ni
tampoco perı́odos de seguimiento, no utilizan grupos de
control, no controlan variables extrañas, etc. (criterios de la
tabla 2), aunque algunos resultados obtenidos han sido
excelentes21. No obstante, otras intervenciones sı́ cumplen
los criterios para considerarse tratamientos probablemente
eficaces; ası́, BF, entrenamiento en relajación y programas
multicomponentes. El BF ma s utilizado ha sido el BF-EMG
se han empleado el BF de
frontal, aunque tambien
temperatura periferica,
de temperatura vaginal, de ondas
alfa y de tensión de los músculos vaginales. La relajación
muscular progresiva ha obtenido resultados satisfactorios
en la dismenorrea, contando con ventajas importantes,
tales como que no se requiere de ningún aparataje
especı́fico, es barato, se puede aplicar de forma grupal,
etc. Finalmente, los programas multicomponentes incluyen
una fase educativa sobre la fisiologı́a de la menstruación,
entrenamiento en relajación de la zona perineal, entrenamiento de desviación de la atención del dolor, masajes,
entrenamiento en respiración y ejercicio fı́sico para
la elevación del tono muscular y la disminución de la
congestión pelvica.
La desensibilización sistema tica como tecnica
eficaz para
el tratamiento de la dismenorrea esta en fase experimental,
ya que no existen datos concluyentes, indicando algunos
autores22 que el incremento en autocontrol y las expectativas del paciente de poder enfrentarse al dolor pueden ser
los causantes de la disminución de este.
Los resultados de los trabajos indican la necesidad
de adaptar el tratamiento a las caracterı́sticas del
paciente, de mejorar la metodologı́a utilizada incluyendo
grupos de control, instrumentos estandarizados, proto
colos de tratamiento o descripción de estos
con detalle,
etc. Estas consideraciones permitirı́an obtener tratamientos
bien establecidos para el control de la dismenorrea
primaria23.
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Criterios de eficacia de los tratamientos según la Task Force
253
Fibromialgia
De la revisión realizada por Pastor et al (2003)24 sobre
estudios centrados en intervenciones psicosociales grupales
utilizadas en la fibromialgia, los autores concluyeron que
ninguno de los tratamientos podı́a ser considerado eficaz ni
probablemente eficaz, sino que esta n en fase experimental.
Una de las combinaciones terapeuticas
que parece ser
adecuada es el ejercicio, la educación y la discusión, la
reinterpretación del dolor, la imaginación y el BF.
De los estudios revisados, se observó que la calidad
metodológica era baja, de modo que los investigadores
debieran cuidar el diseño utilizado, las variables evaluadas,
las tecnicas
aplicadas, la descripción de los tratamientos, la
utilización de grupos de control, etc. (criterios tabla 1 y 2).
serı́a importante consensuar y
En este sentido, tambien
definir los objetivos terapeuticos
ma s relevantes en este
problema, definir el criterio de significación clı́nica que
indique mejorı́a en estos pacientes, contrastar la eficacia de
las tecnicas
y establecer que componente terapeutico
es el
que produce los mejores resultados.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
Conclusiones
11.
La Task Force sobre promoción y difusión de procedimientos psicológicos, elaborada inicialmente en 1993 y revisada
varias veces hasta el presente, significa un importante
avance para la evaluación de los distintos tratamientos
psicológicos, ya que exige unos criterios mı́nimos para que
las investigaciones empı́ricas se consideren ma s o menos
adecuadas para ser tenidas en cuenta sobre la base de sus
resultados. Por tanto, no todos los estudios son considerados como fiables, sino que deben someterse a los
criterios indicados por la comisión (criterios recogidos en
la tabla 1 y 2). De este modo, los resultados de las
revisiones y las comparaciones entre tratamientos pueden
ser ma s fiables.
Hemos de tener en cuenta que las listas de los
tratamientos no son cerradas, sino que deben ser matizadas,
mejoradas y modificadas mediante nuevas aportaciones que
aclaren algunos aspectos sin resolver; se trata de un proceso
dina mico en continua expansión. Un aspecto por tener en
cuenta de cara al futuro es la necesidad de realizar trabajos
que traten de establecer la eficiencia (coste/beneficio) de
los diferentes programas que ya han demostrado cierta
eficacia; al igual que los próximos desarrollos debera n afinar
ma s el proceso y la adaptación de las intervenciones a las
caracterı́sticas del problema.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
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