Cómo trabajamos Recorrer el último tramo Toda acción humanitaria que aspira a lograr resultados concretos y prácticos en el ámbito local necesita un recurso que a muy a menudo se olvida: alguien que esté dispuesto y pueda recorrer el último tramo. Ningún enunciado de la visión, orientación estratégica o memorando de entendimiento tiene valor real sin esta persona. Yoshi Shimizu/Federación Internacional Poner en práctica un proyecto es como un viaje. El primer tramo de un proyecto se dedica a las buenas intenciones y Programas y llamamiento 2006-2007 2 Cómo trabajamos los grandes planes. En el último tramo se deben poner en práctica los planes y lograr resultados. Nadie envía a las En el primer tramo siempre interviene mucha gente, todo el mundo sonríe, se suscriben numerosas cartas de intención y se atrae la atención de los medios de comunicación. Cuando se llega al último tramo, el viaje se hace muy solitario generalmente. Los vehículos todo terreno se han quedado sin gasolina, no hay teléfonos celulares, ni conexión a Internet de alta velocidad, ni electricidad, ni baños de agua caliente, personas más eficaces no hay nada. a los lugares, viven allí Muchas veces, se trata de un sendero apenas visible y de una persona que transita por ese camino de tierra. Nadie la ha enviado allí; ha nacido en ese lugar. Nunca ha asistido a conferencias mundiales. Con todo, esa persona es la única que puede infundir vida a las cartas de intención y a los documentos de visión estratégica. Los No realiza esta labor por dinero. Esta persona y otras como ella realizan esta labor porque tienen necesidad de servir a sus comunidades para mejorar la vida de todos. Lo hace porque puede, es un voluntario. Generalmente, sólo la Cruz Roja/Media Luna Roja tiene voluntarios que viven en aldeas remotas en sitios que nadie ha oído nombrar. Si queremos vacunar a todos los niños de un determinado país contra el voluntarios infunden vida sarampión, necesitaremos a esta persona. La necesitaa las cartas de intención remos para que recorra todas esas aldeas, reúna a los niños, convenza a sus padres de la conveniencia de vacunarlos, acompañe a los niños al puesto de vacunación, alivie su aflicción si lloran y, finalmente, los lleve de regreso a la seguridad de sus hogares. Sin esta persona y muchas como ella no se conseguirá nada. Para erradicar el paludismo se necesitará esa persona que recorra el último tramo y que realice el trabajo, concreta y personalmente, en cada aldea, en todo el país. Ésta es la labor de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. ¿Dónde están sus voluntarios himba? Los himba practican la poligamia. Los hombres mayores que poseen mucho ganado suelen utilizar su riqueza para adquirir muchas esposas. Las mujeres himba tampoco son monógamas. “Además de mi marido, tengo tres novios”, dice Tjingee, una joven himba. “Si sólo tuviera a mi marido, las demás mujeres se reirían de mí y dirían que no sirvo para nada por tener un solo hombre.” Con estas prácticas tradicionales, el VIH/SIDA amenaza la propia existencia de toda la población himba. Desde 2001, la filial de Opuwo de la Cruz Roja de Namibia ha estado implementando un proyecto de salud reproductiva encaminado a instruir a los himba sobre la atención prenatal y posnatal, contracepción, planificación familiar y enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA. Yoshi Shimizu/Federación Internacional Los himba son una tribu de pastores de la región noroccidental de Namibia. A pesar de la globalización y de la conquista del espacio, los himba han logrado preservar su estilo de vida tradicional. Sin embargo, recientemente, algunos miembros de la tribu se han infectado con el VIH. Cómo trabajamos 3 Programas y llamamiento 2006-2007 Supervivientes capacitados salvaron vidas Jahangir Hussain, de 31 años, estaba en su casa en Muzaffarabad, Pakistán, cuando ocurrió el terremoto. Unos minutos más tarde se produjo otro fuerte temblor. Su casa quedó arrasada y, milagrosamente, toda la familia salió ilesa. Helena Laatio/Cruz Roja Finlandesa Jahangir corrió a la escuela a buscar a su hermana. Pudo sacar a cinco niñas de los escombros, dos muertas y tres con vida. Su hermana estaba bien, aunque muy conmocionada. La llevó a casa, agarró un botiquín de primeros auxilios y salió a las calles de su ciudad natal, o lo que quedaba de ella. Había personas heridas en todas partes. Jahangir prestó primeros auxilios a todas las que pudo. Cuando ya no le quedaban vendas en su botiquín, rasgó su ropa para hacer vendas improvisadas. Jahangir acompañó a un grupo de estudiantes heridos de otra escuela para que fueran atendidos. Por el camino, pudo ver todo el campus universitario totalmente arrasado. El hospital de distrito había quedado destruido; en el patio del hospital se había instalado una tienda de primeros auxilios. Había heridos por todas partes; la gente gritaba pidiendo auxilio. Rasgó Voluntarios capacitados en primeros auxilios se dirigieron al lugar en que anteriormente estaba el hospital. Al principio, habían estado atendiendo a sus familias y vecinos más cercanos. Las horas que la Media Luna Roja de Pakistán y otras organizaciones habían dedicado a capacitar a la población local se veían compensadas por las vidas salvadas y el sufrimiento aliviado. Una vez más, los su ropa para hacer vendas voluntarios locales fueron los primeros en llegar a remotas aldeas de montaña aisladas del mundo por el terremoto, que destruyó carreteras y puentes. Jahangir Hussain es un periodista que trabaja para el periódico Daily Mahasib. Dedica habitualmente una o dos horas a labores voluntarias. Además de participar activamente en la Media Luna Roja de Pakistán, se esfuerza asimismo por lograr mejoras en los derechos de la mujer en la sociedad. Kautorona Muharukua es un miembro de la tribu y voluntario de la Cruz Roja. También lo son Moms Mutambo, Mupembazu Tjiuma, una madre de 28 años que tiene dos hijos, y otros seis himba de la aldea de Okauapehura. Estos voluntarios se encargan de enseñar a los vecinos de sus aldeas cómo usar un preservativo, por ejemplo. Al ser ellos mismos himbas tienen acceso a todas las personas y mucha más credibilidad que la que podrían tener personas ajenas a la tribu. Por ser himbas tienen mayor acceso y una credibilidad incuestionable Tjingee, la joven madre con varios novios, no conoce otra organización humanitaria con voluntarios himba, ¿y usted? Programas y llamamiento 2006-2007 4 Cómo trabajamos Erradicar el dengue Va de casa en casa con carteles, folletos y responde metódicamente a las preguntas con una inigualable habilidad para utilizar su conocimiento de la cultura local, las costumbres y el estilo de vida. La población local lo conoce y respeta por sus conocimientos adquiridos durante 50 años y por ello escucha sus palabras y sigue sus consejos. Se ha informado nuevamente de varios casos de dengue en la región de Kien Svay. Meas Sokhon quiere estar absolutamente seguro de que no se repita el brote de la enfermedad de 1998, en que se registraron 16.216 casos y 475 muertes. Meas no está solo en esta labor. La Cruz Roja de Camboya ha impartido capacitación a 200 voluntarios de cuatro provincias prioritarias: Kandal, Takeo, Kampong Cham y Banteay Meanchey, para efectuar la campaña en unos 200.000 hogares de estas provincias, que fueron las más afectadas por el brote letal de 1998. Voluntarios van de casa en casa La Cruz Roja de Camboya, con ayuda de la Federación Internacional, efectuó una campaña de salud en estrecha colaboración con el Centro Nacional de Control del Paludismo, el programa nacional de control del dengue del Ministerio de Salud de Camboya y la Organización Mundial de la Salud. El número de brotes de dengue ha descendido considerablemente desde el inicio del programa, tras la epidemia de 1998. Se salvaron vidas y se evitaron casos graves de enfermedades transmitidas por mosquitos. Los expertos indican que una intensa campaña de información y educación efectuada en 2002, con el apoyo de la Cruz Roja Neozelandesa, evitó una gran epidemia a pesar del aumento del número de casos. Meas Sokhon y sus 199 compañeros voluntarios de la Cruz Roja han demostrado el valor del voluntariado comunitario al mundo exterior. Toda esta labor no habría sido posible sin estas personas que visitaron casa por casa, día tras día. Para más información, sírvase dirigirse a: Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja Apartado postal 372 - 1211 Ginebra 19 - Suiza Correo electrónico: [email protected] Sitio web: www.ifrc.org 74000 12/2005 S 550 Yoshi Shimizu/Federación Internacional Cada día, Meas Sokhon deja sus labores agrícolas y visita unas 20 casas de su aldea en Kien Svay, en la provincia de Kandal, Camboya. Es un abnegado voluntario de la Cruz Roja y quiere erradicar el dengue de su comunidad.