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Las tejedas
de Quinto
Real,
formaciones
forestales
relícticas
por Oscar Schwendtner*
y Susana Cárcamo*
Las tejedas son formaciones forestales de gran escasez y singularidad en la
Comunidad Foral de Navarra. Se dan a conocer tres pequeños rodales de tejo (Taxus baccata), en el extremo occidental del Pirineo navarro. Se aportan datos acerca de la ecología, estructura y dinámica de estas interesantes formaciones.
INTRODUCCIÓN
ha hecho que pasaran en gran medida desapercibidas.
En el monte de Quinto Real se han localizado recientemente tres nuevos rodales de tejo
inmersos en el hayedo dominante. Hasta la fecha
no era fácil encontrar referencias bibliográficas a
este tipo de formación forestal. Su escasez, su
pequeño tamaño y lo recóndito de su localización
El monte de Quinto Real, debido a su carácter fronterizo y a diversas vicisitudes históricas,
tras pasar por un complejo proceso legal, final*Oscar Schwendtner, ingeniero de montes
Susana Cárcamo, bióloga.
C/ El Carmen, 29 . Pamplona e_mail: [email protected]
Las tejedas de Quinto Real, formaciones forestales relícticas
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mente, hoy día, es propiedad mancomunada de
los Valles de Erro y Baztán. Está catalogado
desde 1.912 como Monte de Utilidad Pública con
el número 2.
El M.U.P. nº 2, monte de Quinto Real o de
Alduides se extiende sobre 4.492 hectáreas
(ambas vertientes, meridional y septentrional).
Orográficamente se asienta sobre un antiguo
macizo paleozoico, sobre terrenos de litología
principalmente cuarcítica, esquistos y en menor
medida calizas, situándose la mayor altitud en el
monte Adi de 1.459 metros de altitud. Su situación en las últimas estribaciones occidentales de
la cadena pirenaica le confiere unas características climáticas marcadas por la influencia oceánica. El clima es templado húmedo, caracterizado
por temperaturas moderadas y lluvias abundantes, sin estación seca. Para una altitud de 1.000 m
podemos inferir una precipitación anual de 2.500
mm y una temperatura media anual de 7,6ºC.
Tiene gran importancia la influencia de las frecuentes nieblas, que contribuyen a mantener una
humedad relativa bastante elevada. La nieve permanece por encima de los 800 m unos tres meses
al año. Un factor de gran importancia para el
desarrollo vegetativo es el periodo de helada
segura, que en Quinto Real oscila entre los 3
meses a 600 m y los 6 meses en las zonas más
elevadas del monte.
HISTORIA RECIENTE Y
EVOLUCIÓN DEL PAISAJE
VEGETAL
La familia de las Taxaceae data del Triásico
(hace 160.000.000 años). El genero Taxus data,
al menos, del Jurásico inferior medio y se cree
que debió alcanzar su máxima diversidad evolutiva en las épocas más favorables de la Era
Cuaternaria. Durante los ciclos glaciales-interglaciales las especies vegetales efectuaron grandes migraciones. Estas se producen de Norte a
Sur en la mayor parte de Europa y de las montañas al llano en las zonas más meridionales.
Durante la ultima glaciación (Würmiense) las
penínsulas mediterráneas se pueblan de bosques
de coníferas emigradas desde el Norte del continente. Con ellas el tejo debió ocupar su máxima
expansión en el área mediterránea. (MARTINEZ,
1999).
IMPORTANCIA BOTÁNICA
DE LAS TEJEDAS
El tejo (Taxus baccata) en Navarra puede
considerarse como una especie escasa, por lo
general aparece salpicado en forma de pies dispersos en bosques de tipo caducifolio montano.
En la Península Ibérica no existen apenas casos
de formaciones monoespecíficas de tejo.
Siguiendo el "Libro del tejo" (CORTÉS, VASCO
& BLANCO 2000) de reciente aparición podemos considerar una tejeda como "cualquier concentración de tejos más o menos densa, pura o
mixta, o incluso bajo el dosel de otro bosque
dominante como por ejemplo el hayedo".
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Los tejos (Taxus baccata) se encuentran habitualmente aislados o en
pequeños grupos dispersos en el hayedo dominante. Son excepcionales los casos de grupos numerorsos.
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relegó a mayores altitudes. En estas montañas
todavía hoy habita como individuos aislados dentro del hayedo.
LOS RODALES DE TEJO DE
QUINTO REAL
Rodal de Agineta
La presencia de polen de Taxus baccata en los
espectros polínicos estudiados recientemente
(PEÑALBA, 1994) en turberas de Belate (a 850
m) sugiere que su expansión óptima puede situarse entre los 6.000 y 3.000 años BP (before present). jugando un importante papel en el paisaje
vegetal de la zona.
Los primeros registros de Belate se datan hace
5.900 años, cuando el tejo ocupaba una gran proporción de los bosques mixtos de roble (Quercus).
En este periodo también aparecen Pinus y Betula
y en menor medida Ulmus, Alnus, Tilia y
Fraxinus. Hay gran presencia de polen de Calluna
y Corylus. No existe evidencia de Fagus en este
periodo (6.000 a 3.000 BP).
A partir del 3000 BP existe una expansión sin
precedentes del haya (Fagus sylvatica), coincidiendo con una gran regresión de la presencia de
Taxus que casi llega a desaparecer de los diagramas del polen. Esta desaparición fue probablemente ayudada por la influencia humana que lo
La formación vegetal dominante actualmente
en el monte de Quinto Real es el hayedo acidófilo, encontrando dispersas por la masa forestal
especies arbóreas como Acer pseudoplatanus,
Ulmus glabra, Quercus petraea, Pinus sylvestris
y pequeños rodales de coníferas introducidas.
Otros arbolillos como Salix caprea, Crataegus
monogyna, o Ilex aquifolium salpican la uniformidad del hayedo. Sorprende entre el follaje claro de
las hayas la aparición de cuando en cuando de
unas sombras oscuras: hemos encontrado un tejo
(Taxus baccata) árbol mítico de los celtas y vascones, aún hoy rodeado con una aureola de leyendas y de misterio.
En varios puntos del monte de Quinto Real
hemos localizado la aparición de tejos solitarios o
en pequeños grupos de 2 ó 3 individuos, pero en
tres diferentes situaciones hemos encontrado lo
que podemos denominar auténticas tejedas.
1. Paraje Kaskallu. Al Sur del Adi: unos 40
indiv. en zona de nacedero de aguas con
suelo profundo e hidromorfo. Constituye el
rodal 8b de la Ordenación del monte.
Orientación SO. Altitud media 1.100 m.
2. Paraje Errekandi. Al Sur del Adi: unos 60
indiv. en zona abrupta con abundantes regatas. Constituye el rodal 9c de la Ordenación
del monte. Orientación NE. Altitud media
1.150 m.
3. Paraje Agineta. Al Sur de Enekorri: unos 100
indiv. en zona de biskarro o cresta con escaso suelo. Constituye el rodal 23d de la
Ordenación del monte. Orientación SO.
Altitud media 1.000 m. Este topónimo significa "tejeda" en euskera.
La permanencia en la actualidad de estas formaciones frente al dominante manto de hayedo
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puede explicarse quizá por los particulares sustratos en que se desarrollan.
ESTRUCTURA DE LAS
TEJEDAS
Los rodales de tejo estudiados están caracterizados por la coexistencia de los individuos de
tejo, con individuos de otras especies, principalmente haya, aunque también aliso, pino silvestre,
serbal de los cazadores y acebo.
La estructura general presente está compuesta por dos estratos.
Por lo general los tejos presentan varios pies
por cepa, característica habitual en esta especie,
y de suma importancia para su subsistencia y
para conocer la historia de la gestión antrópica
acaecida.
ECOLOGÍA Y DINÁMICA
NATURAL (COMPETENCIA
INTERESPECÍFICA)
El tejo tiene unas exigencias ecológicas similares a las del haya. Estas se pueden concretar en
la necesidad de una humedad ambiental elevada
(en ocasiones compensada edaficamente) y de
cierto grado de luminosidad. En cuanto a la naturaleza litológica del sustratrato se muestra indiferente, pero con cierta preferencia por las calizas.
El temperamento de las especies juega un papel
fundamental en los procesos dinámicos de competencia. El temperamento es un carácter ecológico que viene determinado por la tolerancia a la
sombra o la exigencia de luminosidad. No es
constante para cada especie sino que varía de las
Esquema idealizado de las dos situaciones extremas de habitación
de las tejedas en "micro-sitios" en Quinto Real.
Suelos hidromorfos en concavidades con acumulación
de agua (Pseudo-Gley)
Crestas con escaso suelo (Ranker)
Laderas bien drenadas con profundidad de suelo
medio (Suelo Pardo Forestal)
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condiciones generales reinantes, el tejo, así como
el haya se comporta como especie de sombra en
áreas de clima mediterráneo y como especie casi
heliófila en las zonas más umbrías y de nieblas
frecuentes de las montañas de clima atlántico. Por
ello las estrategias de supervivencia del tejo son
diferentes en estos 2 ámbitos en función del
clima: en zonas mediterráneas busca la protección
de otras especies existiendo bajo un dosel arbóreo
superior o en paredes umbrías que concentran la
humedad ambiental; en ambientes eurosiberianos
necesita la luz para desarrollar todo su ciclo.
Especialmente es necesario un grado de luminosidad elevado para la regeneración, en la germinación y el desarrollo de las nuevas plantulas.
Las masas mixtas se apoyan en equilibrios a
veces inestables. La ocurrencia conjunta de 2
especies arbóreas con los mismos requeriminteos
desencadena una "lucha" por la utilización de los
recursos limitados: la luz, el agua y los nutrientes.
En términos de competencia interespecífica
(dinámica forestal, largo plazo), su lenta capacidad de reacción (lento crecimiento) le pone en
desventaja frente al carácter invasor del haya.
Frente al empuje dominante del haya, los tejos
escapan a la presión de competencia mediante la
colonización de las estaciones especialmente
secas o muy húmedas (suelos hidromorfos). En
estas zonas en las que el haya no llega a entrar o
vegeta con mayor dificultad, no llega a desarrollar
un dosel cerrado o no desarrolla una copa alargada y densa (la baja calidad de estación determina
una menor altura dominante y un menor vigor,
como consecuencia menor densidad de copa) y
permite así que existan copas de otras especies en
estratos superpuestos. Por tanto la competencia a
nivel edáfico condiciona la competencia en el
espacio aéreo.
En nuestro caso de los rodales de Quinto Real,
en el primer y segundo rodal la hidromorfía del
suelo, y en el tercero la escasez de sutratro, no
permiten al haya desarrollarse con la pujanza que
lo hace en otros terrenos, impidiendo un fenómeno de "invasión" o desplazamiento similar al que
ha llevado a la rarefacción del roble albar
(Quercus petraea) (COSTA et al. 1990) situación
que también puede observarse en las inmediaciones del rodal 8b (paraje de Kaskallu) donde los
viejos robles albares resisten en los bordes de las
cascajeras o canchales cuarcíticos donde no prospera el haya.
Las relaciones de competencia en una comunidad forestal mixta,
dependen de la edad y de
la estructura de las
poblaciones de cada una
de las especies.
En las estaciones
más ricas, el haya "arrasa", se impone de manera continua y "decisiva",
de forma rápida, En
zonas no tan claramente
beneficiosas para el haya
hay una oportunidad
para otras sps (se puede
hablar de competencia
"persistente")
La evolución forestal
a
largo
término o suce1 cm
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sión puede quedar en una más o menos larga fase
de tolerancia mutua, en la que la preponderancia
de una u otra especie depende de la variación de
factores externos (pequeñas variaciones en el
clima local, actuaciones selvícolas, etc.)
INTERRELACIONES CON LA
FAUNA
En estas tejedas y en su ambiente circundante
podemos encontrar una interesante comunidad
animal. Los valores de diversidad de fauna
aumentan en relación directa con la complejidad
estructural. Así la estratificación vertical y la
mayor heterogenidad horizontal provoca la existencia de ecotonos habitados por diferentes especies y por aquellas que se alimentan de ellas. En
añadidura, los bosques maduros con un ciclo
natural o seminatural del arbolado acogen a especialistas como el pico dorsiblanco (Dendrocopos
leucotos lilfordii). Este es caso pájaro carpintero
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tiene una pequeña distribución en la Península
Ibérica: zona pirenaica entre los valles de Ansó y
Quinto Real, con una posible expansión hacia la
divisoria de aguas cantrábrico-mediterránea en
Basaburua. El tamaño de su población se estima
en unas 30 - 40 parejas. En el monte de Quinto
Real aún tiene zonas maduras donde habita, entre
ella salguna de las formaciones de haya y tejo que
estamos aquí comentando. También se observan
las huellas de alimentación del pito negro
(Dryocopus martius) sobre pies dañados o enfermos de haya y preferentemente sobre los pinos
(Pinus sylvestris) donde busca larvas de coleopteros y hormiga roja (Formica rufa). Otras aves presentes en estos bosquetes son las típicas forestales
como carboneros, herrerillo capuchino, agateador,
pinzón, trepador azul... También hemos detectado
la presencia del cárabo (Strix aluco) y es bastante
probable la presencia de otras rapaces tanto nocturnas como diurnas. En general los hayedos de
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Quinto Real sostienen una
importante y diversa comunidad de micromamiferos como
ratones, topillos, muxarras
(Glis glis) que suponen la
base de alimentación de rapaces y carnívoros. En particular
este tipo de formaciones
como las tejedas - hayedos
con varios estratos diferenciados y diversidad de especies
favorecen a los pequeños
carnívoros como la marta
(Martes martes). Los frutos
carnosos de acebos, tejos y
serbales son un complemento
alimenticio de gran importan- Adi, 1.459 m., punto culminante del monte de Quinto Real.
cia para estas especies. Entre
los herbívoros de este monte
CONCLUSIÓN
destacan el ciervo (Cervus elaphus) y el corzo
Las tejedas son formaciones de gran interés
(Capreolus capreolus) que pastan en los rasos y
naturalístico y cultural. Es necesario un mayor
zonas más abiertas del bosque y que ramonean las
conocimiento de su dinámica natural, y sus relahojas de los árboles que quedan a su alcance, con
ciones con el haya puesto que los ecosistemas de
especial interés por el acebo y el tejo. En caso de
bosque mixto son muy complejos debido a las
desajuste poblacional de herbívoros puede resulmultiples interacciones de las especies presentes.
tar un problema al consumir totalmente el regeneEl principal problema que se plantea actualmente
rado de tejo (las plantulas y plantas de escasa
es el de conseguir una adecuada regeneración que
talla. Hemos comprobado esta falta de regenerano condene a estas tejedas a convertirse en bosción en los rodales de tejo. Se pueden observar las
ques fósiles y finalmente a desaparecer.
hozaduras del omnipresente jabalí, de gran importancia al remover el suelo y facilitar la germinación de las semillas de los tejos así como de otros
árboles.
BIBLIOGRAFIA
• COSTA, M., GARCIA, M., MORLA, C. &
SAINZ, H. (1990). La evolución de los bosques en la Península Ibérica: una interpretación
basada en datos paleobiogeográficos.
Ecología, Fuera de serie nº 1. ICONA
• MARTINEZ ATIENZA, F. (1999). El tejo en el
Holoceno Ibérico. Informe inédito para la realización de El libro del tejo.
• PEÑALBA, (1.994) Holocene vegetation in
north Spain. Journal of Ecology nº 82
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