Los oficios del campo (oficios) Calero: El oficio de calero consistía en elaborar cal destinada a encalar las casas, desinfectar establos y pocilgas, rociar las viñas e, incluso, el médico recetaba agua de cal. No hay duda de que es trataba de un oficio duro y pesado ya que se trabajaba con temperaturas muy elevadas, el horno tenia que estar operativo las 24 horas del día, era necesario cortar y trajinar leña, además de llevar la piedra calcárea y, finalmente, extraer la cal para llevarla a la venta. La cocción duraba alrededor de 12 días en los cuales los hombres iban turnándose en las tareas, a las que debemos añadir una semana para cargar el horno y otra más para descargarlo. Así pues podemos contar casi un mes de trabajo en carrascal, lugar donde se localizaban buena parte de los hornos de cal por el hecho de tener cerca la piedra calcárea y la leña cerca. Carbonero: La figura del carbonero, igual que la del calero, era muy importante a la hora de mantener limpios los carrascales y los bosques ya que durante todo el año talaban leña y rama. El elemento más relevante del oficio de carbonero era la carbonera y, como no, su dominio era la clave para extraer un buen carbón vegetal. El proceso productivo era básico dado que la carbonera dejaba circular el aire necesario en su interior para poder mantener encendidas las brasas, pero un exceso de oxígeno comportaría no solo la pérdida de agua de la leña sino que ésta se quemaría y transformaría en ceniza. Por todo ello, el carbonero tenía que mantener la cantidad justa de oxigenación para obtener un buen producto. La tarea era tan sucia como mal pagada y dejo de llevarse a cabo a medida que aparecieron el gas butano y la electricidad. Herrero: Tiempo atrás, el trabajo de herrero iba muy ligado al campo ya que los payeses necesitaban reparar las herramientas un par de veces al año. Actualmente, algunos herreros se dedican a hacer elementos decorativos con forja, un proceso mediante el cual se modifica la estructura del metal al deformarse y fraccionar los cristales, produciéndose, así, una mejora en el conjunto de sus características mecánicas, sobretodo por lo que se refiere a la resistencia a la corrosión. En éste sentido, la tarea del forjador consiste en trabajar un metal o dar hechura a un objeto metálico a golpes de maza, una labor el domino de la cual se remonta a antes del 3.000 a.C. con los primeros objetos de hierro de qué se tiene referencia en el Próximo Oriente. Es posible que la llegada del hierro a Menorca pueda estar ligada a su introducción y expansión por Europa hacia el 1.200 a.C. Guarnicionero: También denominado sillero o silletero, el guarnicionero es el artesano que elabora con cueros o piel todos los objetos para carros y bestias de labranza y para poder montar a caballo. Aunque no se puede afirmar al cien por cien, el uso frecuente de bestias y carros permite deducir que a mediados del siglo pasado podía haber, al menos, un guarnicionero en cada pueblo. A pesar de que hay diferentes tipos de cuero, en Menorca normalmente se ha usado el procedente de la cabaña bovina. Hoy en día predomina la confección de sillas más que cualquier otro elemento y, si anteriormente no se hacían tantas porque solo tenían caballos los payeses, con el aumento de la afición al caballo también se ha incrementado la producción. Aún así, predominan las labores de reparar piezas. Sillas de montar y arreos Maestro de arados: Éste también es conocido como “arader” que es la persona que trabaja la madera para transformarla en objetos útiles, principalmente en el mundo rural. De hecho, el nombre del oficio proviene de uno de los utensilios más característicos del campo: el arado. De todos modos, hay otro elemento característico de los “araders” que es la barrera. Actualmente se hacen servir muy pocos arados, en cambio de barreras hay en gran cantidad. Como materia prima, la madera más usada es el acebuche y es muy importante el trato que se le da si se quiere que el resultado sea duradero. Por eso, el mejor momento para talar la madera es entre la luna vieja de agosto y la de enero o febrero; después es conveniente que la madera esté un año ventilada y a la sombra. En cuanto al lugar de trabajo, antaño los “araders” iban por los predios para arreglar barreras y aperos del payés, mientras que hoy en día el trabajo se realiza en el taller. Maestro de pared seca: En un territorio de las dimensiones de Menorca sorprende la cantidad de pared seca que hay, a la que debemos añadir ponts de bens, barracas, cisternas y otros elementos elaborados por el artesano. Estemos hablando de un oficio que viene de tiempo atrás y en el que la manera de aprender era empezando a levantar paredes derribadas y preparando las piedras para el maestro. Se dice que un buen maestro de pared seca debe saber cual es la cara buena de una piedra a primera vista, la cara buena será la que quedará en la parte exterior de la pared mientras que la parte larga se colocará hacia el interior. La selección de la piedra, así como asentar bien el cimiento, estacar la pared enripiándola y colocar bien las coberteras, son las tareas que aseguran la estabilidad y durada de una pared seca. Molinero: Cuando hablamos del oficio de molinero nos referimos a aquella persona encargada de moler el grano, pero encontrábamos molinos de diferentes tipos: de predio, de viento, de agua y las harineras. Hasta finales del siglo XX, cuando los payeses aún sembraban grano para moler, era posible producir harina en Menorca. Como decíamos, había diferentes molinos y cada uno tenía su particularidad pero seguramente el más significativo fuera el molino de viento. En este tipo de molino, el molinero debía saber gestionar el viento muy bien o de lo contrario podía ver como se rompían las aspas. Además, también era muy importante controlar la cantidad de grano que había sobre la muela ya que si había poco éste podía quemarse. El paso de la producción tradicional a la producción industrial se viviría con la aparición de las harineras, algunas de ellas en funcionamiento hasta el año 2.000. Cantero: Tradicionalmente, la piedra de marés ha sido muy utilizada en la construcción y el cantero ha sido el encargado de hacer la extracción, primero de una manera bastante manual y más tarde incorporando maquinaria. En el proceso manual el cantero limpiaba la superficie de extracción y se empezaba a margar y hacer las regatas. En el trabajo de antaño era primordial el buen oído del artesano ya que según el toque de la piedra se sabía si ésta saldría bien o si la raya se torcería. Con el tiempo se introdujo el molino de cantera, que vendría a ser un montacargas, que permitiría que la cantera creciera en profundidad. Cuando el trajo se mecanizó, irremediablemente el artesano se tuvo que adaptar a los requerimientos de la maquinaria pues ésta no entiende ni de densidades ni de escuchar los golpes sino que corta y ya está. Cantera cerca de Cala Mitjana (Ferreries)