CURSO: LA INTERVENCIÓN ADMINISTRATIVA LOCAL EN LA ACTIVIDAD PRIVADA. ESPECIAL REFERENCIA A LAS LICENCIAS DE ACTIVIDAD Y/O APERTURA. INDICE MÓDULO TEÓRICO A) INTRODUCCIÓN. FORMAS DE ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA ……. 4 B) LA INTERVENCIÓN ADMINISTRATIVA LOCAL EN LA ACTIVIDAD PRIVADA: B.1.- SUPUESTOS …………………………………………………………. 13 B.2.- PRINCIPIOS Y LÍMITES ………………………………………….... 14 B.3.- MEDIOS DE INTERVENCIÓN ……………………………………. 14 C) LAS LICENCIAS O AUTORIZACIONES ADMINISTRATIVAS: C.1.- INTRODUCCIÓN…………………………………………………….. 15 C.2.- CONCEPTO…………………………………………………………… 15 C.3.- NATURALEZA JURÍDICA O CARACTERÍSTICAS ……………. 15 C.4.- DISTINCIÓN DE FIGURAS AFINES………………………………. 15 C.5.- CLASES ……………………………………………………………….. 15 C.6.- ACTIVIDADES SOMETIDAS A LICENCIA…………………….… 16 C.7.- PROCEDIMIENTO DE CONCESIÓN …………………………….. 18 C.8.- EFECTOS …………………………………………………………….. 19 C.9.- VIGENCIA……………………………………………………………. 19 C.10.- TRANSMISIBILIDAD ……………………………………………… 20 C.11.- REVOCACIÓN Y ANULACIÓN ………………………………….. 20 D) EN CONCRETO LAS LICENCIAS DE ACTIVIDAD Y APERTURA: D.1.- ACTIVIDADES E INSTALACIONES SUJETAS………………….. 20 D.2.- ACTIVIDADES E INSTALACIONES NO SUJETAS……………… 22 D.3.- PROCEDIMIENTO: D.3.1.- PROCEDIMIENTO PARA ACTIVIDADES INOCUAS… 25 D.3.2.- PROCEDIMIENTO PARA ACTIVIDADES CLASIFICADAS……………………………………………………….. 41 D.4.- TRANSMISIÓN DE LA LICENCIA……………………………….. 100 D.5.- EXTINCIÓN DE LA LICENCIA…………………………………… 108 D.6.- ACTIVIDADES SIN LICENCIA……………………………………. 114 E) ESPECIAL REFERENCIA A LA LEY DE CANTABRIA 17/2006, DE 11 DE DICIEMBRE DE CONTROL AMBIENTAL INTEGRADO: E.1.- ANTECEDENTES……………………………………………………. 115 E.2.- VIGENCIA Y RÉGIMEN TRANSITORIO……………………….. 117 E.3.- CONCEPTOS BÁSICOS……………………………………………. 118 E.4.- TÉCNICAS DE CONTROL AMBIENTAL……………………….. 120 E.5.- CONTROL, INSPECCIÓN Y RÉGIMEN SANCIONADOR: E.5.1.- INTRODUCCIÓN………………………………………….. 128 E.5.2.- CONTROL………………………………………………….. 128 E.5.3.- INSPECCIÓN………………………………………………. 129 E.5.4.- RÉGIMEN SANCIONADOR………………………………130 E.6.- DECRETO DE DESARROLLO DE LA LEY 17/1006……………. 132 MÓDULO PRÁCTICO 1. 2. 3. 4. 5. 6. ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL. PRÁCTICA ADMINISTRATIVA. FORMULARIOS. SUPUESTOS PRÁCTICOS. TEST. NORMATIVA. BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA El temario, supuestos prácticos, formularios y test, son de elaboración propia, habiendo seguido para ello, diversos manuales sobre la materia, los siguientes: - “Manual de Licencias de Apertura de Establecimientos”, 5ª Edición – 2008, por Antonio Cano Murcia.- Editorial Thomson - Aranzadi. - “Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas”, 3ª Edición – 1991, por El Consultor de los Ayuntamientos y de los Juzgados.- Publicaciones ABELLA. - “Manual práctico de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas”.- Legislación, Jurisprudencia y Formularios. Años 1988. Por Ezequiel García García.- Editorial Dykinson, S.L. - “Temario Oposiciones a la Escala de Técnicos de Administración General de las Entidades Locales”, Edición año 2007, de la Editorial Ezcurra. - “Temario Oposiciones a la Escala de Administrativos y Auxiliares de Administración General de las Entidades Locales”, Edición año 2000, de la Editorial Adams. NORMATIVA BÁSICA DE APLICACIÓN UTILIZADA ESTATAL: - Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres Nocivas y Peligrosas –RAMINP- Orden de 15 de marzo de 1963, por la que se aprueba una Instrucción que dicta normas complementarias para la aplicación del Reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas –IAM- Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común –LRJ-PAC-. - Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local –LRBRL-. - Decreto de 17 de julio de 1955, Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales –RSCCLLAUTONÓMICA: - Ley de Cantabria 17/2006, de 17 de diciembre, de Control Ambiental Integrado – LCAI- Ley de Cantabria 2/2001, de 25 de junio, de Ordenación Territorial y Régimen Urbanístico del Suelo de Cantabria –LSC- A) INTRODUCCIÓN. FORMAS DE ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA. La actuación del Estado (pública) siempre ha estado presente y ha influido en la actividad de los ciudadanos (privada), si bien según la época el grado de intervención ha sido mayor o menor; así, durante las Monarquías absolutistas, el grado de intervención administrativa en la actividad privada era máximo, limitando la libertad individual a favor de los intereses colectivos. Por su parte, los Estados liberales se han abstenido de toda intervención (individualismo o “laissez faire, laissez passer”) excepto para el mantenimiento del orden público. Finalmente ha aparecido una nueva forma de actuar las Administraciones que incide en la actividad privada, es el llamado intervencionismo, cuya finalidad es corregir las desviaciones del individualismo liberal, interviniendo en la sociedad, si es necesario (principio de subsidiariedad), para alcanzar los fines sociales. Este es el modelo que configura la C.E. cuando en su art. 9 encomienda a los poderes públicos la promoción de las condiciones necesarias para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; así como la remoción de los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social. Ese intervencionismo administrativo se manifiesta a través de tres grandes formas de actividad o acción de las Administraciones Públicas, aparecidas en el orden que se relacionan a continuación y cuya denominación es debida a PRESUTTI, siendo el Profesor JORDANA DE POZAS quien las introdujo en España: policía, fomento y servicio público: 1.- Policía.- Forma de acción administrativa que se enmarca dentro de las denominadas “limitativas o de coacción”, cuya finalidad es el mantenimiento del orden público. El Profesor NIETO define esta actividad administrativa desde tres puntos de vista: - Material.- Caracterizada por los fines que persigue la Administración, cual es el mantenimiento del orden público. Formal.- Por las Entidades u órganos que la ejercen (en sentido genérico, Estado, Comunidades Autónomas, Entidades Locales). Instrumental.- En atención al medio o técnica empleado. Bajo ésta última perspectiva (instrumental), JORDANA DE POZAS, GARRIDO FALLA y ENTRENA CUESTA, vienen a conceptuar la acción de policía, como la actividad que la Administración despliega en el ejercicio de sus propias potestades y que, para garantizar el mantenimiento del orden público, limita los derechos de los ciudadanos mediante el ejercicio, en su caso, de la coacción sobre los mismos. De la definición que precede se deducen las características siguientes: 1.- Es una potestad pública. 2.- Por razón de la característica anterior, estamos ante una actividad que sólo es ejercitable por la Administración. 3.- Su finalidad es la consecución y el mantenimiento del orden público, expresión ésta entendida en sentido amplio, esto es, comprensiva no solo de la seguridad (orden público en sentido estricto), sino también de la tranquilidad y la sanidad pública. 4.- Para la consecución y el mantenimiento del orden público, se puede acudir a la coacción, que es la acción material de oficio o ejecución forzosa en materia de policía, siempre previo apercibimiento y a través de uno de los medios de ejecución previstos en el art. 96 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones y del Procedimiento Administrativo Común –LRJPAC-, y desarrollados en los artículos siguientes, del 97 al 101 a/i: · Apremio sobre el patrimonio (art. 97 LRJ-PAC).- Cuando haya de satisfacerse cantidad líquida. · Ejecución subsidiaria (art. 98 LRJ-PAC).- La ejecución del acto administrativo podrá tener lugar por sujeto distinto del obligado y por cuenta de éste cuando se trate de actos no personalísimos. · Multa coercitiva (art. 99 LRJ-PAC).- Reiteradas por lapsos de tiempo, que sean suficientes para cumplir lo ordenado, cuando lo autoricen las leyes, en la forma y cuantía que éstas lo determinen, en los siguientes supuestos: i. Actos personalísimos en que no proceda la compulsión directa sobre las personas ii. Actos en que, procediendo dicha compulsión, la Administración no lo estimara conveniente. iii. Actos cuya ejecución el obligado pueda encargar a otra persona. Debe diferenciarse la multa coercitiva ahora tratada de la multa sanción, pues una y otra son “independientes” y “compatibles”, estando tal distinción en la finalidad de una y de otra: - Multa coercitiva.- Persuasión al obligado para que cumpla lo ordenado, de ahí que pueda reiterarse. En cualquier caso, su naturaleza no es en ningún caso sancionadora. - Multa sanción.- Castigo al infractor, sin que la misma sea reiterable, sino que se podrán imponer más de una multa sanción por la comisión de nuevas infracciones, previo expediente administrativo que finalice mediante la correspondiente resolución sancionadora. Recuérdese que en el ámbito local, el régimen sancionador, en cuanto a la tipificación de las infracciones y las sanciones por las Entidades Locales en determinadas materias, se encuentra regulado con carácter general, en el nuevo Título XI (arts. 139 a 141 a/i), incorporado en la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen Local –LRBRL-, por la Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de Medidas para la Modernización del Gobierno Local –LMMGL-, y que, por lo demás, parece haber venido a sustituir a la cuantía máxima y criterio de clasificación de las multas prevista en el art. 59 del R.D. Legislativo 781/1986, de 18 de abril, por el que se aprobó el Texto Refundido de las disposiciones legales vigente en materia de régimen local – TRRL-, cuyas cantidades se vieron actualizadas por virtud de la disposición adicional única de la Ley 11/1999, de 21 de abril (Pacto Local), que si bien modificó la LRBRL, en este punto afectó también al TRRL aludido. · Compulsión sobre las personas.- Es el medio más extremo para la ejecución forzosa de los actos administrativos, razón por la cual está previsto sólo para la ejecución de obligaciones personalísimas en la medida que la ley lo autorice y, en todo caso, respetando la dignidad de la persona y los derechos constitucionales. Siendo posible la utilización de más de un medio de ejecución forzosa, se deberá elegir el menos restrictivo de la libertad individual que, aunque la ley no establece cual sea éste, entre todos ellos parece que será el últimamente visto (la compulsión directa sobre la personas). La actividad de policía se puede clasificar en: - - - Policía general, que persigue con carácter general el mantenimiento del orden público; y policías especiales, en relación con el mantenimiento del orden en los diversos sectores de intervención de la Administración (medio ambiente, sanidad, transportes, etc.) Policía preventiva, que se anticipa a la alteración del orden (ej. autorizaciones; otros actos de control preventivo); y policía represiva, que pretende restaurar el orden pública ya alterado (ej. sanción). Policía estatal, autonómica, local, e incluso institucional.- Según de quien dependa el sujeto que ejerza la acción de policía. Dentro de la llamada policía institucional se integran las Cámaras Agrarias, de Comercio, las Cofradías de Pescadores, etc. Para concluir, se aludirá a las principales manifestaciones que presenta la actividad de policía, como son: - Órdenes o declaraciones de voluntad individuales, que determinan obligaciones para los particulares. - Autorizaciones (licencias, permisos, etc).- También se trata de declaraciones de voluntad que remueven los obstáculos que impiden el ejercicio por el particular de un derecho preexistente. - Sanciones administrativas.- Se encuentran al servicio de los otros dos tipos de manifestaciones de la actividad de policía, procurando su eficacia frente a los incumplimientos de las normas por los particulares. 2.- Fomento.- Actuación que la doctrina denomina también de “estímulo o persuasión”, y que pretende precisamente estimular la actividad privada, sin usar la coacción, para que sea ésta la que satisfaga intereses generales. GARCÍA DE ENTERRÍA define el fomento, como la actividad jurídica de la Administración que comporta el otorgamiento de auxilios directos o indirectos para servicios o actividades que complementen o suplan los atribuidos al ente público. En parecidos términos, también se puede definir como la actividad ejercida por la Administración para proteger o promover aquellas actividades o establecimientos de los particulares que satisfacen necesidades públicas o se estiman de utilidad general, sin crear servicios públicos ni usar la coacción. De donde se deducen las siguientes características: - Se trata de una actuación de la Administración Pública. La finalidad es promover servicios, actividades, etc., públicos. Los destinatarios (distinto de los beneficiarios) son personas físicas o jurídicas que satisfacen las necesidades públicas promovidas. Como medios de fomento, JORDANA DE POZAS distingue: 1.- Por la forma de actuación de la Administración: - - Medios positivos.- Mediante la concesión de bienes o ventajas a favor de los sujetos fomentados (ejs. subvención económica; préstamos; uso de un bien de dominio público; etc.) Medios negativos.- Imponiendo a dichos sujetos, obstáculos o cargas sobre determinadas actividades (ejs. imposición de gravámenes con fines disuasorios y no con fines fiscales; prohibiciones; etc.). Un determinado sector doctrinal no considera éstos como medios de fomento strictu sensu, por su naturaleza negativa e indirectamente coactiva. 2.- Por el tipo de ventajas que concede la Administración: - Medios honoríficos.- Entre éstos, títulos honoríficos, condecoraciones y menciones especiales. - Medios económicos.- Éstos, a su vez, pueden ser: o De carácter real.- El uso o aprovechamientos de una cosa de dominio público o patrimonial de la Administración. o De carácter financiero.- Estos auxilios pueden ser directos e indirectos, entre los primeros: Anticipos.- Concesión de préstamos a intereses o tipos inferiores a los de mercado. Premios y primas.- Auxilios no periódicos accesibles si se cumplen determinados requisitos. Subsidios.- Se diferencian de los anteriores en que son de percepción periódica. Subvenciones.- En la actualidad constituye el medio de fomento por excelencia, siendo definidas ya por el art. 24 RSCCLL, como: “cualquier auxilio directo o indirecto, valorable económicamente, a expensas de las Entidades Locales, que otorguen las Corporaciones, y, entre ellos, las becas, primas, premios y demás gastos de ayuda personal”. Obsérvese que la definición dada engloba dentro del concepto de subvención otros medios de fomento de tipo económicofinanciero: becas, primas, premios y demás gasto de ayuda personal. De ahí que, con mayor precisión, el art. 2 de Ley 38/2003, de 17 de noviembre, y más recientemente también el art. 2 de la Ley de Cantabria 10/2006, de 17 de julio, definen positiva y negativamente las subvenciones, entendiendo positivamente por subvención: “toda disposición dineraria realizada por cualesquiera de los sujetos contemplados en el artículo 3 de esta Ley, a favor de personas públicas o privadas, y que cumpla los siguientes requisitos: a) Que la entrega se realice sin contraprestación directa de los beneficiarios. b) Que la entrega esté sujeta al cumplimiento de un determinado objetivo, la ejecución de un proyecto, la realización de una actividad, la adopción de un comportamiento singular, ya realizados o por desarrollar, o la concurrencia de una situación, debiendo el beneficiario cumplir las obligaciones materiales y formales que se hubieran establecido. c) Que el proyecto, la acción, conducta o situación financiada tenga por objeto el fomento de una actividad de utilidad pública o interés social o de promoción de una finalidad pública.” - Medios jurídicos.- Consistentes en la concesión de dispensas frente a normas prohibitivas. 3.- Servicio Público.- Denominado por cierto sector doctrinal como actividad de “prestación”, que tiene como finalidad, satisfacer “directamente” las necesidades generales o utilidad pública, bien con exclusión de los particulares, bien en concurrencia con éstos. Tradicionalmente, el servicio público se definía como la organización de medios de medios personales y reales que la Administración lleva a efecto, bien directamente o a través de los particulares, para satisfacer una necesidad pública, distinguiéndose la actividad por estar sometida a un régimen jurídico público, realizarse en régimen de monopolio y consistir en prestaciones o servicios. Pero, hoy día: 1º.- La posibilidad de prestar tales servicios públicos en régimen de monopolio y también en régimen de concurrencia con la actividad privada. 2º.- La prestación de servicios inmateriales, pero también la producción de bienes reales, entendiendo el término servicios en sentido amplio, por tanto comprensivo no solo de la noción estricta de servicio (bienes inmateriales) sino también de bienes (materiales). 3ª.- Y el sometimiento unas veces al Derecho Público y otras al Derecho Privado, sin perjuicio del apelativo a los servicios “públicos” que se refiere únicamente al sujeto titular del servicio (una Administración como persona pública que es). Ha llevado a un nuevo concepto de servicio público que prescinde de esas tres notas características que inicialmente definieron a los servicios públicos, diciendo que el servicio público es una actividad, cuya titularidad ostenta la Administración, dirigida a proporcionar utilidad a los particulares y que viene impuesta por razones de interés público. O más elaborada, la actividad técnicamente organizada para satisfacer una necesidad colectiva, de interés público o social, de una forma regular y continua, por una Entidad oficializada y regida por un régimen jurídico especial y sin fin lucrativo. Desde un punto de vista legal, el art. 85.1 LRBRL define los servicios públicos como los que prestan las Entidades Locales en el ámbito de sus competencias. GARRIDO FALLA, distingue tres etapas evolutivas en la prestación de servicios por las Administraciones: Primera, en la que la Administración asumió y gestionó directamente los servicios asistenciales y sociales, como son la sanidad, la enseñanza o la llamada beneficencia. Esta asunción, régimen de concurrencia y no en régimen de monopolio, no obedeció ni más ni menos a que durante el siglo XIX, momento a partir del cual comienza a hablarse de los servicios públicos, es en el que fuerzas sociales como la Iglesia, que con anterioridad habían prestado estos servicios, comienzan a perder capacidad económica. Segunda, consecuencia de la Revolución Industrial, la Administración pasa a ser titular monopolístico de servicios no tanto sociales o asistenciales, sino realmente de interés general, si bien la prestación de éstos no es directa por la Administración sino indirecta por los particulares mediante concesión administrativa. Finalmente, en una tercera y última etapa, a partir de la finalización de la I Guerra Mundial, la Administración comienza a gestionar directamente servicios públicos y, no sólo éstos, sino también empresas económicas. Los servicios públicos se vienen clasificando en atención a diversos criterios; así: - Por su titularidad: servicios públicos estatales, autonómicos y locales (esencialmente provinciales y municipales). - Por su importancia: o Esenciales.- Que determinan la existencia del Ente Público titular del servicio (ejs. defensa, justicia) o Secundarios.- No condicionan la existencia del Ente Público titular (ejs. enseñanza, sanidad). - Por la necesidad en su prestación: o Obligatorios.- La Administración está obligada a prestarlos (ej. para los Municipios, por razón de su población, los establecidos en el art. 26 LRBRL). o Facultativos.- La Administración no debe prestarlos obligatoriamente (ej. para los Municipios, por razón de su población, aquellos que excedan de los establecidos en el art. 26 LRBRL). - Por los beneficiarios de los servicios: o Universales.- Benefician a toda la colectividad (ejs. la enseñanza o la sanidad). o Singulares.- Benefician más directamente a unos ciudadanos que a otros (ej. servicios sociales a favor de las personas mayores). - Por su relación con la actividad de los particulares y la consecuencia obligatoriedad para los ciudadanos: o Monopolio / obligatorios.- Servicios que solo pueden de titularidad y, por ende, los particulares sólo pueden utilizar el servicio público y no un eventual análogo servicio privado (ejs. en los Municipios, el abastecimiento de agua potable, la recogida de residuos, o servicios administrativos: la obtención de una autorización para la apertura de un establecimiento o de un certificado de empadronamiento). o Libre concurrencia / facultativos.- El mismo tipo servicio puede ser de titularidad pública o privada y, por tanto, los ciudadanos pueden optar por utilizar el servicio público o el mismo servicio prestado por el sector privado (ej. servicio de biblioteca, instalaciones deportivas). - Por el contenido del servicio: social (ejs. sanidad, servicios sociales) o económico (ej. suministros, transportes). Finalmente, concluiré el estudio de los servicios públicos con los modos de gestionarlos, distinguiéndose por el art. 85.2 LRBRL, en redacción dada por la LMMGL, dos formas de gestión: 1.- Gestión directa.- Por la propia Administración, sin particular interpuesto y, por tanto, asumiendo el riesgo económico de la explotación. La gestión directa admite cuatro modalidades. a) Gestión por la propia entidad local.- Ésta, a su vez, puede ser una gestión: - Indiferenciada sin órgano especial.- Es la llamada burocracia administrativa, en que la prestación del servicio corresponde a los propios órganos y personal de la correspondiente Administración, y suele comprender servicios de carácter asistencial o social y servicios administrativos. - Diferenciada mediante organización especializada.- La prestación del servicio se efectúa por órganos creados al efecto, sin personalidad jurídica ni patrimonio propio, lo que les diferencia de los organismos autónomos locales. Al igual que la gestión directa de servicios públicos de forma indiferenciada, esta fórmula está también especialmente prevista para servicios sociales y asistenciales (ejs. Gerencia de Servicios Sociales; Agencia de Desarrollo Local) A continuación se configuran la llamada Administración Institucional, integrada por los llamados Entes Instrumentales creados a modo de “huida del Derecho Administrativo” y que bajo el nombre genérico de Organismos Públicos adoptan dos variantes: b) Organismo autónomo local.- Se rigen por el régimen jurídico público, por tanto les son de aplicación, entre otras, la LRJ-PAC, el TRLCAP y la legislación presupuestaria. Los Organismos Autónomos están dotados de personalidad jurídica y patrimonio propios, si bien son dependientes de la Entidad Local que los crea. Tradicionalmente la LGP clasificaba a los Organismos Autónomos según el servicio público que prestaban en: Organismos Autónomos de carácter administrativo u Organismos Autónomos de carácter financiero, económico, industrial o mercantil (comerciales); sin duda una clasificación un tanto confusa que ha quedado olvidada. Ejemplos de organismos autonómicos locales serían un Instituto Municipal de Deportes, la Gerencia Municipal de Urbanismo, etc.). c) Entidad pública empresarial local.- A diferencia de los anteriores, éstas se rigen con carácter general por el Derecho Privado, salvo: - En la formación de la voluntad de sus órganos. - En el ejercicio de las potestades administrativas que tengan atribuidas - Y en otros aspectos concretos referidos en sus estatutos y en la legislación sobre haciendas locales. En todo caso, estas Entidades deben ser diferenciadas de otras formas de personificación privada, como son las Sociedades Mercantiles participadas por Entes Públicos, que son consideradas como sector público desde un punto de vista económico, pero rigiéndose jurídicamente por el Derecho Privado, salvo en materia presupuestaria, contable, de control financiero, de control de eficacia y contratación. d) Sociedad mercantil local, cuyo capital social pertenezca íntegramente a la entidad local o a un ente público de la misma. Finalmente, si bien no a nivel local sino estatal, cabe referirse a las incipientes Agencias Públicas Estatales, nacidas de la Ley 28/2006, de 18 de julio, de Agencias Estatales para la mejora de los servicios públicos, y que con el carácter de Entidades de Derecho Público, dotadas de personalidad jurídica pública, patrimonio propio y autonomía en la gestión, están facultadas para ejercer potestades administrativas, todo ello con objeto de cumplir los programas correspondientes a las políticas públicas. Se rigen por la propia Ley 28/2006, de 18 de junio, así como por el Estatuto propio de cada una de ellas, y supletoriamente por las normas aplicables a las entidades de Derecho público (Ejs. Agencia Estatal de las Políticas Públicas y de la Calidad de los Servicios; Agencia Estatal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Agencia Estatal de Meteorología; Agencia Estatal Antidopaje; etc.) 2.- Gestión indirecta.- Mediante las distintas formas previstas para el contrato de gestión de servicios públicos en el artículo 156 del Texto Refundido de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, aprobado por el Real Decreto Legislativo 2/2000, de 16 de junio, hoy entendido art. 253 de la Ley 30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público, vigente desde el 30 de abril de 2008, que establece las siguientes formas de gestión que, no obstante, cierto sector doctrinal clasifica, a su vez, en: 2.1.- Gestión Indirecta strictu sensu.- Caracterizada por la asunción del riesgo económico derivado de la explotación del servicio por parte de la persona que presta el servicio. Como posibles formas de gestión, nos encontramos: 2.1.1.- Concesión.- Propio de la prestación de servicios públicos de carácter económico, consiste en la prestación del servicio por un tercero (concesionario), que asume el riesgo y ventura, y se atiene a las condiciones fijadas en el contrato concesional con la Administración. El mentado GARRIDO FALLA se refiere a las siguientes características propias de este tipo de contrato administrativo: o La Administración: Fija las tarifas por utilización del servicio. Conserva el control y fiscalización del servicio. Dispone de potestad sancionadora o correctiva sobre el concesionario. o El personal que presta el servicio no tienen la condición de empleados públicos, sino personal privado. o La concesión es temporal, por tanto, no puede ser perpetua o indefinida, no pudiendo exceder (incluidas prórrogas) de: 50 años los contratos de ejecución de obras y explotación del servicio. 25 años los contratos de explotación de servicios NO sanitarios. 10 años los contratos de explotación de servicios sanitarios. o La prestación del servicio deberá efectuarse directamente por el concesionario, sin perjuicio de que, solicitada por éste una cesión o traspaso a tercero, la Administración concedente lo autorice. Junto a causas comunes de extinción del contrato, como son el incumplimiento por el concesionario, la quiebra de éste, o la supresión del servicio, son formas peculiares de extinción de este tipo de contrato: o La reversión.- Forma normal de extinción de este contrato una vez transcurrido el plazo concesional, y que conlleva la obligación para el concesionario, de devolver el servicio y las obras e instalaciones en adecuado estado de conservación y mantenimiento. o Y el rescate.- Conocida como reversión anticipada o con mejor lenguaje administrativo, expropiación forzosa, el rescate es una forma extraordinaria de extinción de la concesión, que consiste en que la Administración hace uso de sus facultades exorbitantes, poniendo fin al contrato de forma unilateral con antelación al transcurso del plazo de concesión, mediante la correspondiente indemnización. 2.1.2.- Concierto.- Se caracteriza porque la Entidad Local, para la prestación del servicio, se vale de las instalaciones o establecimientos pertenecientes a otras personas o entidades, a cambio de la correspondiente compensación económica, y sin crear una nueva persona jurídica (ej. servicios sanitarios). 2.2.- Gestión Mixta.- A diferencia de la gestión indirecta strictu sensu, la gestión mixta viene caracterizada por una distribución de resultados entre la Administración y el particular prestador del servicio, derivados de la explotación del mismo. Son formas de gestión mixta: 2.2.1.- Gestión interesada.- La Administración y el particular participan en los resultados en la proporción que se establezca en el contrato, sin que se cree una nueva persona jurídica. 2.2.2.- Sociedad de economía mixta.- En la que la Administración participe (salvo que la ley autorice otra cosa, participación mayoritaria), por sí o por medio de una entidad pública, en concurrencia con personas naturales o jurídicas. Supone la creación de una nueva persona jurídica. Por lo demás, concluir señalando que hoy día un sector doctrinal refiere un cuarto tipo de actuación administrativa, cual es la actividad arbitral, en la que la Administración aparece como mediador extrajudicial entre los intereses y derechos de los ciudadanos (Jurados de Expropiación Forzosa, Juntas Arbitrales de Consumo, Registros de la Propiedad, etc.) B) LA INTERVENCIÓN ADMINISTRATIVA LOCAL EN LA ACTIVIDAD PRIVADA: B.1.- SUPUESTOS DE INTERVENCIÓN. El art. 1 del RSCCLL determina expresamente cuatro casos de intervención de los Ayuntamientos en la actividad de sus administrados, y un quinto que remite a otros casos en que se autorice legalmente: 1.° Función de policía, cuando existiere perturbación o peligro de perturbación grave de la tranquilidad, seguridad, salubridad o moralidad ciudadanas, con el fín de restablecerlas o conservarlas. 2.° En materia de subsistencias, además, para asegurar el abasto de los artículos de consumo de primera necesidad, la calidad de los ofrecidos en venta, la fidelidad en el despacho de los que se expendan a peso o medida, la normalidad de los precios y la libre competencia entre los suministradores y vendedores. 3.° En el orden del urbanismo, también para velar por el cumplimiento de los planes de ordenación aprobados. 4.° En los servicios de particulares destinados al público mediante la utilización especial o privativa de bienes de dominio público, para imponer la prestación de aquéllos debidamente y bajo tarifa. 5.° En los demás casos autorizados legalmente y por los motivos y para los fines previstos. B.2.- PRINCIPIOS Y LÍMITES. Los principios a que debe ajustarse la intervención de las Corporaciones Locales en la actividad de sus administrados, se encuentran establecidos en el art. 84.2 LRBRL: - Igualdad de trato.- El art. 2 RSCCLL habla de igualdad ante la ley, que no es más que una traslación de derecho fundamental previsto en el art. 14 C.E. - Congruencia.- Con los motivos y fines justificativos. En iguales términos se pronuncia el art. 6.1 RSCCLL. - Y respeto a la libertad individual.- Tal y como establece el art. 6.2 RSCCLL, al igual que vimos que también lo hace el art. 95.2 LRJ-PAC, de ser varios los medios de intervención admisibles, se elegirá el menos restrictivo de la libertad individual. B.3.- MEDIOS DE INTERVENCIÓN Se encuentran relacionados en el art. 84 LRBRL y en el mismo sentido art. 5 RSCCLL: a) Ordenanzas y Bandos.- El RSCCLL se refiere también a los Reglamentos, si bien siendo precisos y bajo la clásica distinción doctrinal entre Ordenanzas (carácter “ad extra”) y Reglamentos (carácter “ad intra”), éstos últimos no serían un medio válido de intervención en la actividad de los ciudadanos. b) Sometimiento a previa licencia y otros actos de control preventivo. c) Ordenes individuales, constitutivas de mandato para la ejecución de un acto o la prohibición del mismo. C) LAS LICENCIAS O AUTORIZACIONES ADMINISTRATIVAS: C.1.- INTRODUCCIÓN. Bajo el término genérico autorizaciones se comprenden una serie de actos administrativos a través de los cuales se permite a los administrados el ejercicio de un derecho preexistente, previa comprobación de su adecuación al ordenamiento jurídico vigente. Así son autorizaciones, los permisos, los visados, las habilitaciones, las censuras, las dispensas, las inscripciones, y, como no, las licencias administrativas, término dominante en el ámbito local y medio más utilizado por las Entidades Locales para ejercer la acción de policía, como expresión típica de la intervención de la Administración en la actividad privada. C.2.- CONCEPTO. Acto administrativo concreto y singular -de la clase declaración de voluntad-, por el que la Administración, una vez valoradas las circunstancias concurrentes en cada caso, permite a un particular el ejercicio de un derecho preexistente pero que puede llevar a cabo sin autorización del órgano competente. C.3.- NATURALEZA JURÍDICA O CARACTERÍSTICAS. - Es un acto administrativo, dado que emana de un órgano de la administración en el ejercicio de una potestad administrativa (la de policía). Tiene carácter reglado, frente al carácter más o menos discrecional (que no arbitrario) de otros actos administrativos. No crea derechos subjetivos, pues éstos preexisten si bien condicionados en cuanto a su eficacia, a la comprobación de su adecuación a la normativa vigente. C.4.- DISTINCIÓN DE FIGURAS AFINES. - Admisión.- Supone el ejercicio de un derecho acreditando los requisitos para ello, sin comprobación previa por la Administración, como ocurre en las licencias (ejs. admisión a unas pruebas selectivas, admisión para matricularse en una Universidad). - Concesión.- Crean derechos y facultades para el concesionario, lo que no ocurre en las licencias, donde los derechos o facultades preexisten. C.5.- CLASES. 1.- Por la materia: - De seguridad, moralidad o salubridad ciudadana. De abastecimiento de bienes de consumo. Urbanísticas. De prestación de servicios que conlleven la utilización especial o privativa de bienes de dominio público. Legales, si vienen expresamente previstas en las leyes. 2.- Por la duración: - Licencias de tracto instantáneo.- Que pierden vigencia una vez ejecutado lo autorizado en la licencia (ej. licencia de obras). - Licencias de tracto sucesivo (art. 186.3 LSC).- Que mantienen su vigencia mientras subsistan las condiciones que justificaron su otorgamiento (ej. las licencias de apertura y actividades “clasificadas”, hoy entendidas estas últimas, conforme a la Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado –LCAI-, como licencias de actividad sujetas a la técnica de control ambiental de comprobación ambiental). 3.- Por la transmisibilidad: - Transmisibles.- Las que tienen carácter objetivo, esto es, se conceden o deniegan por razón de la cosa (ejs. licencias de obras y de primera ocupación, licencias de actividad y de apertura). - Transmisibles o intransmisibles.- Las que tienen carácter subjetivo, esto es, se conceden o deniegan por razón de las cualidades de la persona -licencias personales- y las que se refieran al ejercicio de actividades sobre bienes de dominio público, dependiente la intransmisibilidad de dos circunstancias: 1ª.- Que normativamente se establezca su intransmisibilidad. 2ª.- O, en defecto de lo anterior, que se disponga al otorgarlas. - Licencias instransmisibles.- Aquellas cuyo número fuera limitado. C.6.- ACTIVIDADES SOMETIDAS A LICENCIA. El art. 21.1 RSCCLL establece que estarán sujetas a previa licencia: Las parcelaciones y reparcelaciones urbanas, movimientos de tierras, obras de nueva planta, modificación de estructura o aspecto exterior de las existentes, primera utilización de los edificios y modificación objetiva del uso de los mismos, demolición de construcciones y demás actos que señalaren los planes. A las anteriores, el art. 22.1 RSCCLL añade que estará sujeta a licencia: la apertura de establecimientos industriales y mercantiles. En el mismo sentido, si bien más detalladamente, en Cantabria, el art. 183.1 de la Ley 2/2001, de 25 de junio, de Ordenación Territorial y Régimen Urbanístico del Suelo de Cantabria –LSC-, determina como actos sujetos a licencia, todas ellas identificadas como urbanísticas: las parcelaciones urbanísticas y todos los actos de edificación y uso del suelo o el subsuelo tales como movimientos de tierra, obras de nueva planta, modificación de la estructura o aspecto exterior de las edificaciones existentes, modificación del uso de las mismas, demolición de construcciones, colocación de carteles de propaganda visibles desde la vía pública, cierre de vallados y fincas, colocación de construcciones prefabricadas e instalaciones móviles, y los demás que señalen los planes u otras normas legales o reglamentarias. Más adelante, los arts. 185 y 186 de la LSC, establece las finalidades de algunas de dichas licencias. Me limitaré a referirme a cuatro tipos de licencia: - Licencia de obra.- Tiene como finalidad verificar que las obras cumplen la normativa vigente. - Licencia de primera ocupación (art. 185 LSC).- Cuya finalidad es verificar el cumplimiento efectivo de las prescripciones contenidas en la licencia de obras y de los usos permitidos por el Plan. Se exigirá para la primera ocupación de los edificios de nueva construcción o que hayan sido objeto de ampliación o modificaciones sustanciales. Para su otorgamiento se requerirá certificación del facultativo director de las obras que acredite el cumplimiento de las condiciones de la correspondiente licencia urbanística. - Licencia de actividades clasificadas (art. 186.2 LSC).- Se exigirá para las actividades molestas, insalubres, nocivas o peligrosas, hoy entendido instalaciones y actividades que puedan ser causa de molestias, riesgos o daños para las personas, sus bienes o el ambiente y no estén sometidas a las técnicas de control ambiental de autorización ambiental integrada o de evaluación ambiental (art. 6 LCAI). - Licencias de apertura (art. 186.1 LSC).- Su finalidad es verificar si los locales e instalaciones industriales y mercantiles reúnen las debidas condiciones de tranquilidad, seguridad y salubridad, así como las que, en su caso, estuvieren previstas en el planeamiento urbanístico. Estas cuatro clases de licencia presentan un régimen relacional entre ellas, el cual se establece en el art. 187 LSC, que es el siguiente: 1º.- La licencia de primera ocupación presupone la licencia de obras y es independiente de la licencia de apertura o actividad. Lo que significa que la realización de obras presenta dos fases, la primera con la obtención de la licencia de obras, y la segunda, una vez ejecutadas éstas y verificadas por los técnicos municipales, la obtención de la licencia de primera ocupación, de manera que obtenida ésta, inevitablemente debe presuponer la licencia de obras. Además, para el caso de que fuese a realizarse una actividad mercantil o industrial, la preceptiva licencia de apertura o la de actividad y la propia de apertura o funcionamiento, serán independientes de la licencia de primera ocupación de un inmueble. 2º.- Cuando conforme al proyecto presentado la edificación de un inmueble se destine específicamente a actividades mercantiles o industriales y se precise licencia de obras, la licencia de apertura se exigirá con carácter previo o simultáneo a la citada licencia de obras. Ello no obstante, el Ayuntamiento puede otorgar la licencia de obras bajo condición resolutoria a resultas del expediente de la licencia de apertura. Dicho carácter previo de la licencia de apertura y la no vinculación con la licencia de obras ha sido criterio sostenido por la jurisprudencia. La concesión de una licencia de obras y posterior denegación de la licencia de apertura, cuando se hubieran solicitado conjuntamente, la obra sólo puede tener como utilización una actividad (ej. una Estación de Servicio), o en el proyecto de obras se exprese el destino específico del local, puede originar al Ayuntamiento la obligación de resarcir daños y perjuicios por el funcionamiento anormal de los servicios públicos, al incumplirse un precepto legal, en este sentido la constante jurisprudencia. Por tanto, en los casos adelantados la licencia de obra deberá ser concedida o denegada teniendo en cuenta la actividad que se pretende desarrollar. 3º.- En actividades clasificadas, la licencia se exigirá también con carácter previo o simultáneo a la licencia de obras. De ahí que presentadas al mismo tiempo solicitudes de licencia de obras y de apertura, los Ayuntamientos dejen en suspenso la tramitación y resolución de la licencia de obras, hasta la obtención de la licencia de actividad. Obsérvese también como para la actividades clasificadas no se establece la posibilidad del Ayuntamiento de otorgar la licencia de obras bajo condición resolutoria, por cuanto, como veremos, en este caso, también el procedimiento es bifásico y se integra por la necesidad de obtener precisamente la licencia de actividad y posteriormente la licencia de apertura o también llamada autorización de puesta en funcionamiento, previa a la cual es donde se entiende que podría operar esa posibilidad de otorgamiento bajo condición resolutoria. C.7.- PROCEDIMIENTO DE CONCESIÓN. En este punto me limitaré a señalar que el procedimiento administrativo a seguir para la concesión o denegación de una licencia varía en función del tipo de licencia que se solicite. Y así, aunque el RSCCLL preceptúe en su art. 9.1 que las solicitudes de licencias se resolverán con arreglo al procedimiento que esa misma norma contempla, a continuación indica que ello cuando no exista otro procedimiento especialmente ordenado por disposición de superior o igual jerarquía. De donde tenemos, por lo pronto, que en Cantabria la LSC –disposición de superior jerarquía al RSCCLL y de fecha posterior-, si bien más escuetamente, regula el procedimiento de concesión de licencias en el art. 190, aunque éste efectúa la misma prevención que el RSCCLL, es decir, salvo que exista otro procedimiento específico previsto en una Ley sectorial. En resumen, que para la resolución de las solicitudes de licencia habrá que estar: 1º.- Al procedimiento específico que prevea la correspondiente ley sectorial estatal o autonómica. 2º.- En defecto de procedimiento específico, al siguiente procedimiento general: - En Cantabria.- Art. 190 de la Ley 2/2001, de 25 de junio, de Ordenación Territorial y Régimen Urbanístico del Suelo de Cantabria –LSC- En el resto de CC.AA.- A la respectiva normativa autonómica o al RSCCLL. 3º.- Y todo ello aderezado, con carácter supletorio, por la LRJ-PAC, que regula el llamado procedimiento administrativo general o común. Todo lo anterior se traduce para los tipos de licencias más importantes en que: - Las licencias de obras y de primera ocupación, se resolverán de acuerdo con la respectiva normativa autonómica –en Cantabria, la mentada LSC- y, en su defecto, por lo dispuesto en el art. 9.1 RSCCLL. - Las licencias de actividad “clasificada” y posterior apertura o puesta en funcionamiento, se resolverán también conforme a la respectiva normativa autonómica –en Cantabria, la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado- y, en su defecto, por el Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, por el que se aprobó el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas –RAMINP-; Orden Ministerial de 15 de marzo de 1963, Instrucción para la aplicación del RAMINP; y R.D. 2816/1982, de 27 de agosto, Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, para esta clase de actividades. - Las licencias de apertura de actividad “inocua”, se resolverán en atención a la norma autonómica de superior jerarquía al RSCCLL –en Cantabria, la LSC y supletoriamente, entiendo que por desprenderse así de la propia LSC, la LRJ-PAC- y, en su defecto, el RSCCLL. Será el epígrafe D en el que se haga un estudio especial de las licencias de apertura de actividades “inocuas” y de las actividades hasta ahora llamadas “calificadas o clasificadas”, al cual me remito para el análisis del procedimiento establecido para uno y otro tipo de actividades. C.8.- EFECTOS. Se producen solamente entre las Corporación otorgante y el titular de la licencia, sin que se vean alteradas las situaciones jurídico privadas entre particulares, como tampoco las situaciones jurídico públicas entre el titular de la licencia y las demás Administraciones Públicas. De ahí que, por un lado, como establece el art. 188.2 LSC y en el mismo sentido el art. 12.1 RSCCLL, las licencias se otorgan dejando a salvo el derecho de propiedad y sin perjuicio de tercero. Ello no obstante –continúa indicando la norma autonómica-, las licencias deberán ser denegadas si el peticionario pretendiere llevar a cabo una ocupación ilegal del dominio público. Y, por otra parte, que las licencias no podrán ser invocadas, para excluir o disminuir la responsabilidad civil o penal en la que hubieren incurrido los beneficiarios en el ejercicio de sus actividades (art. 12.2 RSCCLL). C.9.- VIGENCIA. - En principio indefinida (art. 15.1 RSCCLL).- Las licencias relativas a las condiciones de una obra o instalación, cuya vigencia subsistirá mientras subsistan la propias condiciones de aquéllas. Sin perjuicio de lo anterior, las licencias de obras pueden estar sometidas a plazos, como también a condiciones, por lo que, su incumplimiento determina la caducidad –el art. 16.1 RSCCLL habla de “quedar sin efecto”- de dichas licencias (art. 188.5 LSC). - Indefinidas o temporales (art. 15.2 RSCCLL).- Las referentes a actividades personales, que podrán limitarse a plazo determinado. C.10.- TRANSMISIBILIDAD. Si bien más adelante dedicaremos un apartado específico al estudio de la posibilidad de cambiar la titularidad de actividades, llamada propiamente transmisibilidad, también transferencia, traspaso, etc., de momento anótese como regulan esta materia el art. 188.3 LSC como también el art. 13 RSCCLL: - Licencias transmisibles.- Las de obras, instalación o servicio, y en definitiva, todas las reguladas en la LSC. Se dispone la obligación para el nuevo constructor o empresario de comunicar tal circunstancia al Ayuntamiento sin lo cual quedarán ambos sujetos a todas las responsabilidades que se derivaren para el titular. - Licencias transmisible o no.- Las ya aludidas, en su caso, concernientes a las cualidades de un sujeto –personales- y las referentes al ejercicio de actividades sobre bienes de dominio público. Razón por la cual, para las licencias personales, el art. 14.1 RSCCLL contempla que las actividades autorizadas habrán de ser desarrolladas personalmente por los titulares de aquéllas y no mediante representación por un tercero, salvo disposición reglamentaria o acuerdo en contrario. Y, en todo caso, como concluye el apartado 2 del mismo precepto, cuando se permitiere la representación, el que la ejerciere deberá reunir las mismas cualidades. - Licencias instransmisibles.- Aquellas cuyo número fuera limitado. C.11.- REVOCACIÓN Y ANULACIÓN. - Revocación (art. 16.1 RSCCLL): Las licencias “deberán” ser revocadas cuando: 1.- Desaparecieran las circunstancias que motivaron su otorgamiento. 2.- Sobrevinieran otras circunstancias que, de haber existido a la sazón, habrían justificado la denegación. Asimismo, “podrán” ser también revocadas cuando se adoptaren nuevos criterios de apreciación. - Anulación (art. 16.2 RSCCLL).- Las licencias podrán ser anuladas cuando resultaren otorgadas erróneamente, para ello habrá de estarse a lo dispuesto en los arts. 112 y 113 de la LRJ-PAC. D) EN CONCRETO LAS LICENCIAS MUNICIPALES DE ACTIVIDAD Y DE APERTURA: D.1.- ACTIVIDADES E INSTALACIONES SUJETAS. Son actividades e instalaciones sujetas a licencia de de actividad y/o apertura, los establecimientos industriales y mercantiles, clasificándose por la doctrina y la legislación el régimen de sujeción, de forma dicotómica en dos grandes clases de licencia municipales: - Licencia de apertura de establecimientos destinados a actividades inocuas.Para actividades no incursas en uno de dichos grupos, clases, anexos o nomenclátores aludidos más arriba, “presumiblemente” por no producir los efectos descritos para las actividades clasificadas, e incursos en la relación de actividades inocuas que pueda tener aprobada el Ayuntamiento de turno que, dicho sea de paso, como veremos a continuación, puede plantear no pocos problemas más allá de su finalidad, que no es otra que garantizar una mayor seguridad jurídica al administrado. Éstas actividades se sujeta a licencia ordinaria, siendo los trámites procedimentales más simplificados, si bien las respectivas ordenanzas municipales pueden convertirlos también en trámites a priori injustificadamente complejos –ej. prever trámite de información pública-. - Licencia de actividades calificadas o clasificadas.- Prevista para las actividades incluidas en uno de los grupos, clases, anexos o nomenclátores, correspondiente a la normativa de aplicación, autonómica o estatal, así como “en ocasiones” –cuando tales grupos, clases, etc, no constituyen lista cerrada o númerus claussus, caso del RAMINP como ya indicaran diversas sentencias del TS –por todas la STS de 15/04/83-, sino lista abierta o númerus apertus-, otras actividades que (art. 1 del RAMINP): “… produzcan incomodidades, alteren las condiciones normales de salubridad e higiene del medio ambiente y ocasionen daños a las riquezas públicas o privadas o impliquen riesgos graves para las personas o bienes”. Por tanto, actividades que presentaran alguna de las siguientes cuatro características, entendiendo que la anterior es una redacción incorrecta, por cuanto la conjunción “y” subrayada debería ser una coma: o Producción de incomodidades o Alteración de las condiciones normales de salubridad e higiene del medio ambiente o Producción de daños a las riquezas públicas o privadas o O implicación de riesgos graves para las personas o bienes. Sistema de númerus apertus que preside no solo en el RAMINP sino en la mayor parte de la normativa autonómica, entre éstas, como veremos, en nuestra Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, cuando en su art. 8.3 establece que: Las instalaciones o actividades que puedan tener incidencia ambiental significativa – entendiendo el art. 6 que la tienen aquellas que puedan ser causa de molestias, riesgos o daños para las personas, sus bienes o el ambiente-, excepto las comprendidas en los anexos A y B de la presente Ley, se sujetarán a la comprobación ambiental a que se refiere el artículo 6. En particular, y a los efectos anteriores, se considera que las actividades e instalaciones enumeradas en el anexo C de esta Ley tienen incidencia significativa, sin que esta enumeración tenga carácter limitativo”. Lo cierto es que el sistema de númerus apertus siempre plantea dudas a las Corporaciones Locales, en cuanto a aquellas actividades que no se encuentran en Nomenclator, Catálogo o Anexo correspondiente, pero tampoco en la relación de actividades inocuas que pudiera tener aprobada cada Ayuntamiento en concordancia con lo dispuesto en el art. 8.2 de la Orden de 15 de marzo de 1963 –IAM-. Y teniendo como tienen dichas relaciones, en este caso sí, carácter cerrado y no meramente indicativo, lleva a que los Ayuntamientos exijan en esas actividades dudosas, la tramitación de una licencia de actividad clasificada, con las consiguientes dilaciones y gastos para el interesado. De ahí que, una actualización periódica de estas últimas relaciones de actividades inocuas puede ser la solución, máxime si se tiene en cuenta que, actividades que años atrás podían ser inocuas, en la actualidad no lo son, amén de la aparición de nuevos tipos de actividades que inciden significativamente en el medio ambiente. Pero no toda la normativa autonómica sigue un sistema de númerus apertus en cuanto a la sujeción de actividades; así por ejemplo, en la Ley 7/1994, de 18 de mayo, de Protección Ambiental de Andalucía o en el R.D. Legislativo 1/2000, de 18 de mayo, Texto Refundido de la Ley de evaluación de Impacto Ambiental y Auditorías Ambientales de Castilla y León, normas ambas que presentan Anexos cerrados, permite adaptar automáticamente el régimen jurídico aplicable a las nuevas actividades que van surgiendo. El régimen de este tipo de actividades se encuentra sujeto a un régimen de licencia especial que, procedimentalmente comprende trámites complejos y extensos en el tiempo, y ello a diferencia de los trámites más simples que en principio presiden el procedimiento de concesión de licencias de actividades inocuas. Más adelante se incidirá sobre el ámbito de aplicación del RAMINP y de la LCAI y se hará una comparativa entre el Nomenclator y el Anexo C respectivos. D.2.- ACTIVIDADES E INSTALACIONES NO SUJETAS. Como consecuencia del régimen de sujeción de las actividades a licencia descrito, la primera pregunta que surge es si todas las actividades están sujetas a uno u otro tipo de licencia o, por el contrario, existen actividades no sometidas a licencia. La cuestión se plantea en relación con las actividades profesionales: Abogado, Procurador, Arquitecto, Ingeniero, Médico, que presentan la misma característica, que es la relación directa profesional-cliente, en contra de la pública concurrencia de los clientes que define a las actividades comerciales e industriales obligadas de licencia. Así, la actividad profesional de Abogado, reiteradamente ha sido excluida del deber de obtener licencia de apertura siquiera inocua. La salvedad legislativa viene dada por la Ley 16/2006, de 17 de octubre, de régimen jurídico de las licencias integradas de actividad de las Islas Baleares, que sujeta a licencia de actividad inocua, los despachos profesionales, por tanto no solo de Abogados, sino también por ejemplo, de Procuradores y otros, siempre que sean colegiados y su superficie construida no excede de 250 m2. En cuanto a la actividad profesional de gestor administrativo, por no tener carácter comercial y, por tanto, no estar comprendida en el supuesto del art. 22.1 del RSCCLL, la STSJ de Murcia de 23 de mayo de 1998 sentenció no estar sometida a licencia de apertura. Por su parte, en la actividad profesional de Medicina, se distingue la mera consulta profesional, no precisada de licencia, de la consulta clínica, realizada en consultorio médico, que por los medios personales y materiales empleados se ven sujetas a licencia de apertura. Otro tanto cabe decir de la actividad profesional Docente, sobre la cual la STSJ de Andalucía de 20 de junio de 2000 se refiere a colación de la actividad de conservatorio de música, concluyendo la sentencia, que la noción de establecimientos industriales o mercantiles hace referencia a realidades bien distintas de la docente, en particular cuando la misma es una actividad de enseñanza oficial, sometida a sus propias normas de inspección y control. Sin perjuicio de que el Ayuntamiento pueda intervenir en el ámbito de sus competencias, en especial, en el aspecto urbanístico, pero descartándose cualquier tipo de intervención por peligro para la salubridad y la seguridad pública, al encontrarse descartados tales riesgos. A la misma conclusión cabría llegar analógicamente en relación con otras actividades docentes. Fuera de la actividad profesional, las dudas han versado sobre el sometimiento o no a licencia del uso de los locales para el ejercicio de actividades religiosas, y la respuesta ha sido negativa, por no entrar dentro del concepto de establecimiento comercial o industrial. Además debe tenerse en cuenta que el art. 16.1 de la Constitución Española garantiza la liberad ideológica, religiosa y de culto, sin más limitaciones que la necesaria para mantener el orden público (seguridad, salud y moralidad pública). Ello no quiere decir que el ejercicio de las actividades religiosas no estén sometidas a control alguno, más al contrario, si el ejercicio de la actividad produce molestias o riesgos para terceros, el Ayuntamiento respectivo podrá intervenir, aunque sin exigir licencia de apertura o actividad clasificada. También en relación con el sometimiento o no a licencia, en este caso de actividad, de una nave agrícola, reseñando la STSJ de Andalucía de fecha 4 de Mayo de 2000, que no habiendo prueba de que la actividad agrícola esté en el nomenclátor, no debe exigirse licencia de apertura, y no siendo preceptiva ésta, deberá otorgarse la licencia de obras solicitada si no existen motivos urbanísticos que lo impidan. Objeto de recurso fue sido igualmente la actividad de cocheras, determinándose por la STSJ de Castilla-La Mancha de 27 de Julio de 2001, que tratándose de plazas de garaje de carácter privado, y no encontrándose tampoco esta actividad en el Nomenclátor, no está sujeta a licencia de apertura. Un último apunte sobre esta actividad en nuestra Comunidad Autónoma –Cantabria-, lleva a afirmar que, de acuerdo con lo dispuesto en el Anexo C, apartado 30, de la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, están sometidos a licencia de actividad sujeta a comprobación ambiental, los garajes comunitarios, aparcamientos públicos y estaciones de autobuses que dispongan de alguna planta en sótano, lo que a sensu contrario, significa que no incluye aquellos garajes, aparcamientos y estaciones de autobuses en superficie, salvo que, dada la lista abierta que caracteriza citada ley, por el Ayuntamiento, en primer término, y el órgano de control ambiental, en última instancia, consideren que la actividad pueden ser causa de molestias, riesgos o daños para las personas, sus bienes o el medio ambiente. Por distinta razón se declaró por la STSJ de Castilla y León de fecha 14 de Abril de 2002, la innecesariedad de licencia de actividad para la instalación de un vertedero, y ésta no fuera otra que por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León se aprobó un Decreto por el que se aprobaba como Proyecto Regional la construcción del vertedero, señalándose que no estará sometida a los actos de control preventivo municipal a que se refiere el art. 84.1 LRBRL. Finalmente destacar el caso de las actividades desarrolladas por distintas empresas dentro de un recinto aeroportuario, por cuanto cierto es que el art. 149.1.20ª C.E. atribuye al Estado competencia exclusiva en materia de aeropuertos, pero no lo es menos, que ello no puede limitar la autonomía municipal. Por ello habrán de diferenciarse, como lo hace la STS de 29 de Mayo de 1997, dos supuestos: 1º.- Tanto las obras de ordenación del territorio, como puede ser la construcción de una pista aeroportuaria como las propias instalaciones y las actividades desarrolladas por AENA, Entidad que tienen encomendada la gestión de los aeropuertos civiles: salas de embarque y llegada, vestíbulo, salas de megafonía, dependencias administrativas, sala de equipos de informática, etc., tratándose como se trata de elementos esenciales de la infraestructura del aeropuerto, sin el cual el mismo no puede funcionar, están exentas de licencia municipal de obras y de uso o apertura, por exceder del ámbito competencial municipal y, por tanto, del control por parte de los Ayuntamientos, sin perjuicio, en todo caso, de la posible intervención de éstos imponiendo, en su caso, medidas correctoras. 2º.- Actividades auxiliares, complementarias, anejas, o negocios minoristas en el interior del aeropuerto, como son las compañías aéreas instaladas, los establecimientos hosteleros, de prensa, de productos alimenticios, de alquiler de vehículos, etc., sobre los que el Ayuntamiento puede y debe ejercer dicho control preventivo mediante la sujeción a licencia de apertura. Concluir este apartado indicando al lector que, la más reciente legislación autonómica, en un intento de solventar todas estas dudas, viene recogiendo de forma expresa, al igual que lo hace para las actividades sometidas a licencia, un catálogo de exclusiones de actividades no sujetas a licencia. En este sentido, la Ley de Espectáculos Públicos de Madrid, de Canarias y de Andalucía, establecen la no sujeción a licencia de las actividades privadas de carácter familiar, así como las que se realicen en el ejercicio de los derechos fundamentales en el ámbito laboral, religioso, político y docente, sin perjuicio de que, en todos estos casos, los locales deban reunir las condiciones de seguridad exigidas por ley. D.3.- PROCEDIMIENTO. La dicotomía de licencias municipales propia de la distinción de actividades inocuas y actividades calificadas, determina por lo pronto dos procedimientos diversos, aunque no obstante cabe hablar más bien de una multiplicidad de procedimientos administrativos, al haber salido a escena, junto a la normativa estatal, la normativa autonómica, cada una de éstas con sus propias peculiaridades y matices. D.3.1.- PROCEDIMIENTO PARA ACTIVIDADES INOCUAS. El art. 9 RSCCLL regula el que podríamos denominar procedimiento general para la resolución de licencias, a salvo de las Comunidades Autónomas que dispongan de disposiciones de igual o superior jerarquía reguladoras de la materia, cual es el caso de Cantabria, cuyo art. 190 de la mentada LSC establece las escuetas pautas procedimentales con arreglo a las cuales han de resolverse las licencias en dicha ley previstas, entre ellas las ahora tratadas licencias de apertura de actividades inocuas. A más, la LRJ-PAC, regulador del procedimiento administrativo común, también puede tener su incidencia procedimental en el ámbito de las licencias. Sin perjuicio de lo anterior, a continuación será analizado el procedimiento establecido en el precitado art. 9 del RSCCLL, efectuando, no obstante, los comentarios procedentes en cada momento sobre el procedimiento previsto en la LSC y sobre el procedimiento administrativo común detallado en la LRJ-PAC. Como sucede en todo procedimiento administrativo, del contenido normativo se deducen las siguientes fases procedimentales: 1.- Fase de iniciación. El procedimiento se inicia a instancia de parte, o como expresa el art. 68 LRJPAC, a solicitud de “persona interesada”. No obstante matizar que, como es sabido la presentación podrá efectuarse, no sólo por el interesado persona física o natural, sino también éste y, en todo caso, las personas jurídicas, a través de representante, si bien, en este supuesto, como preceptúa el art. 32.3 LRJ-PAC, acreditando la representación por cualquier medio válido en derecho que deje constancia fidedigna, o mediante declaración en comparecencia personal del interesado. Si bien, la falta o insuficiente acreditación de la representación no debe impedir, por supuesto, la presentación de la solicitud, ni que se tenga por realizado el acto de que se trate, aunque como expresa el apartado 4 del art. 32 LRJ-PAC, siempre que se aporte aquélla o se subsane el defecto dentro del plazo de diez días que deberá conceder al efecto el órgano administrativo, o de un plazo superior cuando las circunstancias del caso así lo requieran. Dicha solicitud podrá tratarse O NO del modelo o sistema normalizado de solicitud que pueda tener establecida la Entidad Local, de acuerdo con lo señalado en el art. 70.4 LRJ-PAC, si que la no presentación de la solicitud normalizada implique su no admisión a trámite, siempre que incorpore el contenido mínimo señalado en el art. 70.1 LRJ-PAC: a) Nombre y apellidos del interesado y, en su caso, de la persona que lo represente, así como la identificación del medio preferente o del lugar que se señale a efectos de notificaciones. b) Hechos, razones y petición en que se concrete, con toda claridad, la solicitud. c) Lugar y fecha. d) Firma del solicitante o acreditación de la autenticidad de su voluntad expresada por cualquier medio. e) Órgano, centro o unidad administrativa a la que se dirige. f) Los demás exigidos por la legislación específica aplicable. En el procedimiento ahora tratado no parecen concurrir tales datos adicionales. De manera que si el Ayuntamiento respectivo tuviera establecido un modelo normalizado de solicitud, por entender que se trata de un procedimiento que implica la resolución numerosa de esta clase de procedimiento, como señala el art. 70.4 LRJ-PAC, tendría un aspecto similar al siguiente: SOLICITUD DE LICENCIA DE APERTURA DATOS DEL TITULAR D/Dña…………………….…………………………………………….. con D.N.I.e nº …………………………letra……, con domicilio en ……………………………….., C/ ………………….……………………………………………….nº………..., piso………….. , letra………….., y lugar a efecto de notificaciones en (domicilio u otro) ……………………………………………, Teléfono/s: .……………. / ………………., E-Mail: ………..………………….., En nombre y representación de la Sociedad / Asociación (en su caso)……………………………………………………………….………………………… con C.I.F……………………………….., domiciliada en ………………………………., C/ .….……………………………..…………. nº……, piso…….…., y lugar a efecto de notificaciones (domicilio social u otro) ……………………………………………, Teléfono/s: .……………. / ………………., E-Mail: ………..………………….., EXPONGO: DATOS DE LA ACTIVIDAD Que la C/ _____________________________________, de este municipio y en calidad de (1) ______________________del ________________________ mismo, me propongo instalar bajo el siguiente comercial____________________________________________ (2) nombre (si existió anteriormente otro titular, indicar datos del mismo y de la actividad) ____________________________________________________________________________ Y siendo obligatoria Licencia Municipal para que pueda efectuarse la apertura del establecimiento o instalación indicada. SOLICITO: La concesión de la licencia necesaria para la apertura del establecimiento o instalación anteriormente indicada. En ______________________, a ______ de __________de 200______. Firma Fdo: ……………………………………. SR/A.ALCALDE/SA-PRESIDENTE/A DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE …………… (1) Arrendatario o propietario (2) Describir la clase de establecimiento, fabril, industrial, comercial o de cualquier otra índole, indicando a maquinaria que tal instalación implique en su caso. LICENCIA DE APERTURA Junto con la solicitud, se deberá presentar la siguiente DOCUMENTACION: 1.2.3.4.- 5.- 6.- 7.- 8.9.- INSTANCIA (según modelo oficial que antecede). PLANO DE SITUACION Y CROQUIS O PLANO DEL LOCAL FOTOCOPIA DEL CARNET DE MANIPULADOR DE ALIMENTOS. Sólo para actividades relacionadas con alimentos y bebidas. FOTOCOPIA DEL CONTRATO DE ARRENDAMIENTO, ESCRITURA DE PROPIEDAD O CUALQUIER OTRO DOCUMENTO QUE ACREDITE EL DERECHO DE USO DEL LOCAL. FOTOCOPIA DE LOS ESTATUTOS DE CONSTITUCION DE SOCIEDAD ASOCIACION, O ESCRITURA SIMPLE (para cuando se trate de sociedades o asociaciones) CERTIFICADO DE INSTALACIONES ELECTRICAS expedido por instalador autorizado en un plazo inferior a un año, a favor de la persona jurídica o física solicitante de la licencia, y visado por la Dirección General de Industria y Energía en Cantabria cuando la potencia máxima admisible sea igual o superior a 10 kW. MEDIDAS DE SEGURIDAD mediante autorización otorgada por la Delegación del Gobierno previo el informe de la Jefatura Superior de Policía de Cantabria, conforme establece el R.D. 2.364/94 (en el caso de Bancos, Cajas de Ahorro y demás entidades de crédito, joyerías, platerías, galerías de arte, tiendas de antigüedades, estaciones de servicio, unidades de suministro de combustible y carburantes, oficinas de farmacia, administraciones de Loterías, despachos de apuestas mutuas y establecimientos de juego. FOTOCOPIA DEL ALTA EN LA DECLARACIÓN CENSAL ANTE LA ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA (MODELO 036 Ò 037). JUSTIFICANTE DE PAGO DE LA TASA EN CONCEPTO DE LICENCIA DE APERTURA A LIQUIDAR POR EL SERVICIO DE INTERVENCIÓN MUNICIPAL. Junto a la solicitud de la licencia, tanto el art. 9.1.1º RSCCLL como también el art. 190 LSC, establece que deberá acompañarse proyecto técnico, en el caso del RSCCLL refiriéndose a la presentación de tantos ejemplares como organismos hubieren de informar la petición, mientras que la LSC concreta que deberán ser al menos tres los ejemplares a presentar del proyecto técnico redactado por profesional competente. De cualquier forma, debe ponerse en cuarentena la previsión anterior si se tiene en cuenta que nos encontramos, sí ante la apertura de instalaciones o actividades, pero inocuas, esto es, que no generan riesgos medio ambientales, por lo que parece excesiva la obligación de presentar proyecto técnico, que va contra la simplificación que debe presidir este tipo de procedimiento administrativo. Sin embargo, a nadie escapa, que la realidad nos ofrece casos para todos los gustos, con Ayuntamientos que exigen no solo proyecto técnico sino otra documentación, como es plano de situación y plano o croquis del local, certificado de instalación eléctrica, declaración censal, documento que acredite el derecho de uso del local (escritura de propiedad, contrato de arrendamiento, u otro), en su caso carnet/s de manipulador de alimentos, y en su caso también, certificado de medidas de seguridad, otros; y Entidades Locales que, como parece más razonable, no requieren dicho proyecto técnico o es sustituido por la memoria descriptiva de la actividad. Según expresa el art. 9.1 RSCCL en su apartado 1º, la solicitud se presentará en el Registro General de la Corporación (en el Ayuntamiento dice la LSC). A dicho lugar deben añadirse otras posibilidades, como las contempladas en el art. 38.4 de la LRJPAC, a saber: - - En los registros de cualquier órgano administrativo, que pertenezca a la Administración General del Estado, a la de cualquier Administración de las Comunidades Autónomas, o a la de alguna de las Entidades que integran la Administración Local si, en este último caso, se hubiese suscrito el oportuno Convenio. En las oficinas de Correos, en la forma que reglamentariamente se establezca. Así, el R.D. 1829/1999, de 3 de diciembre, derogado en parte por el R.D. 1298/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento por el que se regula la prestación de los servicios postales, en desarrollo de lo establecido en la Ley 24/1998, de 13 de julio de 1998, establece que: “las solicitudes, escritos y comunicaciones que los ciudadanos o entidades dirijan a los órganos de las Administraciones públicas, a través del operador al que se le ha encomendado la prestación del servicio postal universal, se presentarán en sobre abierto, con objeto de que en la cabecera de la primera hoja del documento que se quiera enviar, se hagan constar, con claridad, el nombre de la oficina y la fecha, el lugar, la hora y minuto de su admisión. Estas circunstancias deberán figurar en el resguardo justificativo de su admisión. El remitente también podrá exigir que se hagan constar las circunstancias del envío, previa comparación de su identidad con el original, en la primera página de la copia, fotocopia u otro tipo de reproducción del documento principal que se quiera enviar, que deberá aportarse como forma de recibo que acredite la presentación de aquél ante el órgano administrativo competente. Practicadas las diligencias indicadas, el propio remitente cerrará el sobre, y el empleado formalizará y entregará el resguardo de admisión, cuya matriz archivará en la oficina. Los envíos aceptados por el operador al que se encomienda la prestación del servicio postal universal, siguiendo las formalidades previstas en este artículo, se considerarán debidamente presentados, a los efectos previstos en el artículo 38 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, y en su normativa de desarrollo.” - En las representaciones diplomáticas u oficinas consulares de España en el extranjero. En cualquier otro que establezcan las disposiciones vigentes. En el momento de la presentación de la solicitud, si se produce en las oficinas de la Administración (no estrictamente en el registro del órgano competente), a nadie escapa que, de conformidad con lo dispuesto en el art. 70.3 LRJ-PAC, el interesado podrá exigir el correspondiente recibo que acredite la fecha de presentación, admitiéndose como tal una copia en la que figure la fecha de presentación anotada por la oficina. Ahora bien, en qué términos se tiene derecho a este recibo o copia acreditativa, se pronuncia el R.D 772/1999, de 7 de mayo, por el que se regula la presentación de solicitudes, escritos y comunicaciones ante la Administración General del Estado, la expedición de copias de documentos y devolución de originales y el régimen de las oficinas de registro, que en su art. 6.2 se expresa como sigue: “Cuando la solicitud, escrito o comunicación esté en soporte papel y la presentación se efectúe por el ciudadano o su representante acompañando una copia, el recibo consistirá en la mencionada copia en la que se hará constar el lugar de presentación, así como la fecha. En este supuesto, el órgano competente para expedir el recibo deberá verificar la exacta concordancia entre el contenido de la solicitud, escrito o comunicación original y el de su copia. Si el ciudadano o su representante no la aportase, el órgano competente podrá optar por realizar una copia de la solicitud, escrito o comunicación con iguales requisitos que los señalados en el párrafo anterior o por la expedición de un recibo en el que además conste el remitente, el órgano destinatario y un extracto del Sin perjuicio de lo dispuesto en este art. 6.2 visto, si la presentación de la solicitud tiene lugar en las oficinas de Correos y el interesado desea tener constancia de la fecha de presentación, será necesario que aporte fotocopia concordante con el original, tal y como describimos más arriba. contenido de la solicitud, escrito o comunicación”. En todo caso, recibida la solicitud en el Registro General del Ayuntamiento respectivo, entiendo aplicable lo dispuesto en el art. 42.4, segundo párrafo de la LRJPAC, en redacción dada por la Ley 4/99, de 13 de enero, según el cual: “En todo caso, las Administraciones Públicas informarán a los interesados del plazo máximo normativamente establecido para la resolución y notificación de los procedimientos, así como de los efectos que pueda producir el silencio administrativo, incluyendo dicha mención en la notificación o publicación del acuerdo de iniciación de oficio, o en comunicación que se les dirigirá al efecto dentro de los diez días siguientes a la recepción de la solicitud en el registro del órgano competente para su tramitación. En este último caso, la comunicación indicará además la fecha en que la solicitud ha sido recibida por el órgano competente”. Por lo que, dentro de dichos diez días siguientes a tal recepción, desde el Ayuntamiento deberá dirigirse al interesado la comunicación a que se refiere este precepto, y que podría tener la siguiente redacción: De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 42.4 de la Ley 30/92, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común –LRJ-PAC-, en su redacción dada por la Ley 4/99, de 13 de enero, por medio del presente le informo sobre el procedimiento que ha sido iniciado y en el que figura Ud. como interesado, respecto de los siguientes extremos: Interesado: ……………………………………………. Representante (en su caso): ……………………………………………. Asunto: Solicitud de licencia de apertura para instalar …………….., en ……………………….. Registro de Entrada: Nº ………… Órgano resolutorio: Alcaldía Clase de Procedimiento: Solicitud de licencia de apertura nº 129/08 Plazo para resolver y notificar: Efectos del silencio (*): Fecha: …………….. ………….. ……………… (estimatorio / desestimatorio) (*) En todo caso, el silencio estimatorio sólo será efectivo si en el ejercicio de la pretensión por parte del interesado no se vulnera una norma con rango de Ley o norma de Derecho Comunitario Europeo (art. 43.2 de la LRJ-PAC). En ningún caso se entenderán adquiridas por silencio licencias en contra de la legislación o del planeamiento urbanístico que adolezcan de vicios esenciales determinantes de su nulidad o que en sí mismas constituyan infracción urbanística manifiestamente grave (art. 192 de la Ley 2/2001, de 25 de junio, de Ordenación Territorial y Régimen Urbanístico del Suelo de Cantabria –LSC-). Los plazos para resolver y notificar a los que anteriormente se ha hecho referencia se suspenderán por las causas previstas en el artículo 42.5 de la LRJ-PAC. De los plazos de suspensión se informará a los interesados y se les indicarán las nuevas fechas de vencimiento de plazos. Si la pretensión se entendiera estimada por silencio administrativo podrá hacerla valer, tanto ante la Administración como ante cualquier persona física o jurídica, pública o privada, desde el momento del vencimiento del plazo en que se haya producido el referido silencio, y su existencia podrá acreditarse por cualquier medio de prueba admitido en derecho, incluido el certificado acreditativo del silencio producido que podrá solicitarse del Órgano competente para resolver y que lo emitirá en un plazo máximo de quince días. Si la pretensión se entendiera desestimada por silencio administrativo podrá interponer desde el momento del vencimiento del plazo en que se haya producido el referido silencio los siguientes recursos: a) POTESTATIVO DE REPOSICION.- Ante el mismo Órgano al que correspondiera dictar el acto impugnado en el plazo de tres meses contados a partir del día siguiente a aquel en el que se produzca el acto presunto mediante silencio administrativo. b) CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO.- Ante el Juzgado de lo ContenciosoAdministrativo de Cantabria o Sala correspondiente del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, según proceda, conforme a lo dispuesto en los artículos 8 y 10 de la Ley 29/1998, de 13 de julio, de la Jurisdicción ContenciosoAdministrativa, en el plazo de seis meses contados a partir del día siguiente a aquél en el que se produzca el acto presunto por silencio administrativo. c) Si fuera interpuesto Recurso Potestativo de Reposición, no se podrá interponer Recurso Contencioso-Administrativo hasta que se haya resuelto expresamente o se haya producido la desestimación presunta del Recurso de Reposición interpuesto. d) Cualquier otro que estime procedente (Art. 58.2 de la Ley 30/1.992). En ……………, a …… de …….. de ….. EL/LA SECRETARIO/A GENERAL, Fdo: …………………………………. D. ………………………… (solicitante de la licencia o representante en su caso) C/ ………………………… Además, si la solicitud no reúne los requisitos exigidos o resultan deficiencias subsanables-, tal y como prescriben, por un lado el art. 9.1.4º RSCCLL, y por otro lado el art. 71.1 y 2 LRJ-PAC, se requerirá al interesado (o representante) para que subsane la falta o acompañe los documentos preceptivos, concediéndole a tal efecto un plazo de: - Diez días (o hasta 15 días), según el art. 71 LRJ-PAC. Directamente quince días para el art. 9.1.4º RSCCLL, lo que aparenta ser más razonable en principio por más favorable para el solicitante. En el propio requerimiento se indicará al solicitante que, si en el plazo concedido para la subsanación de la falta o para el acompañamiento de los documentos preceptivos, no lo hiciera, se le tendrá por desistido de su petición, previa resolución que deberá ser dictada en los términos previstos en el art. 42 LRJ-PAC. Aunque sobre este último aspecto, el art. 190 LSC solo prevé el desistimiento de la solicitud cuando se trate de deficiencias que afecten a elementos esenciales, no en otro caso, en que deberán proseguirse las actuaciones. El Decreto u oficio que se dirija al interesado habrá de tener la siguiente apariencia: Exp: ……………………… Tramitándose expediente de licencia de apertura nº …………, a solicitud de …………………………….., para la instalación de …………………………, a emplazar en ………………………... Se ha observado que junto a la solicitud presentada con fecha ………………….., registro de entrada nº ……………, no se aporta la siguiente documentación preceptiva: 1.- ………………………………………………………………………………… De conformidad con lo dispuesto en los arts. 192.3 de la Ley 2/2001, de 25 de junio, de Ordenación Territorial y Régimen Urbanístico del Suelo de Cantabria –LSC-; 71.1 y 2 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común –LRJ-PAC; y 9.1.4ª y 5ª del Decreto de 17 de junio de 1955, por el que se aprobó el Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales –RSCCLL-, se le requiere para que en el plazo de QUINCE DÍAS (15) acompañe dichos documentos, mediante su presentación en el Registro General del Ayuntamiento de ………………., sito en ……………., o a través de los demás medios previstos en el art. 38.4 de la LRJ-PAC, con indicación de que, si así no lo hiciera, se le tendrá por desistido de su petición, previa resolución que será dictada en los términos previstos en el artículo 42 LRJ-PAC. El plazo máximo legal para resolver y notificar el procedimiento comunicado a Ud. queda suspendido por el tiempo que medie entre el día de la recepción de la notificación de este requerimiento y su efectivo cumplimiento, o en su defecto, el transcurso del plazo concedido. El presente es un acto administrativo de trámite, que no decide directa o indirectamente el fondo del asunto, ni imposibilita la continuación del procedimiento, ni produce indefensión o perjuicio irreparable a derechos e intereses legítimos, por lo que, de conformidad con lo dispuesto en el art. 107.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, contra el mismo no cabe interponer recurso alguno; no obstante podrá oponerse al mismo mediante la presentación por los interesados de las alegaciones que estimen pertinentes, al objeto de su consideración en la resolución que ponga fin al procedimiento. Es cuanto tengo el honor de comunicar a Ud., para su conocimiento y efectos oportunos. En ……………….., a ……. de ……….. de ………. EL/LA ALCALDE/SA-PRESIDENTE/A, Fdo: …………………………………... D. ………………………… (solicitante de la licencia o representante en su caso) C/ ………………………… En la práctica administrativa, algunos Ayuntamientos, con la finalidad de agilizar el procedimiento y no suspender la tramitación del expediente administrativo en tanto en cuanto se subsanan faltas o se acompañan documentos preceptivos, se continúa la tramitación del mismo hasta su finalización mediante la resolución por la que se conceda la licencia, en la que se incorpora un apartado en el que se requiere al solicitante la aportación de los documentos preceptivos no aportados junto con la solicitud, concediendo a tal efecto los indicados 15 días. 2.- Fase de instrucción. - Informes. El apartado 2º del art. 9.1 RSCCLL establece un plazo de cinco días siguientes a la fecha del Registro para remitir los duplicados a cada uno de los aludidos organismos que hubieren de informar. El Decreto u oficio mediante el que se ordene la solicitud de informes, podría tener el siguiente aspecto: Recibida solicitud de licencia de apertura con fecha ………………., registro de entrada nº ……………, presentada por ………………….., para la instalación de …………………., a emplazar en ………………………., se solicita la emisión de informe que determine si la instalación que se pretende, cumple con las condiciones de emplazamiento y policía urbana establecidas en este Municipio y si puede estimarse comprendida en el ámbito de aplicación de la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado. A tales efectos se adjunta copia del expediente que se tramita con el nº ………….., debiendo ser emitido el informe y remitirse al Servicio de ………………….., en el plazo máximo de ………………….. En ………………, a ……….. de ……….. de ………. EL/LA ALCALDE/SA-PRESIDENTE/A, Fdo: ……………………………… SERVICIO DE ……………………………………………. Aunque la cuestión parece reducirse a un informe técnico que se pronuncie sobre la actividad pretendida desde el punto de vista del emplazamiento de la misma según el planeamiento urbanístico y del cumplimiento de las condiciones exigidas por las normas urbanísticas del Ayuntamiento respectivo, según el establecimiento que se trate, todo dependerá de lo que se establezca en las correspondientes Ordenanzas Municipales. A modo de ejemplo, Torrelavega establece en el Artículo 4.2.17 de sus Normas Urbanísticas, las condiciones generales para los locales de uso comercial, sin perjuicio de las condiciones de carácter específico que les correspondan, pudiendo destacarse entre éstas: “1ª.- La zona destinada al público en el local tendrá una superficie útil mínima de 4 m2 y no podrá servir de paso ni tener comunicación directa con ninguna vivienda. 2ª.- En el caso de que en el edificio exista uso de viviendas, deberán disponer éstas de accesos, escaleras y ascensores independientes. 3ª.- Los locales comerciales y sus almacenes no podrán comunicarse con las viviendas, caja de escalera ni portal si no es a través de una habitación o paso intermedio, con puerta de salida resistente a 90 minutos de fuego. 4ª.- La altura de los bajos comerciales será la que corresponda por condiciones de edificación. La altura libre mínima para sótano y semisótano será de 3,00 m., salvo para los edificios existentes antes de la aprobación definitiva de estas normas que será de 2,60 m. 5ª.- Que los locales comerciales dispondrán de los siguientes servicios de carácter pública, ubicándose en contacto directo con la zona comercial: Hasta 150 m2…………………….. 1 retrete y 1 lavabo. De 150 m2 a 300 m2……………… 2 retretes y 2 lavabos. Por cada 200 m2 o fracción se aumentará 1 retrete. A partir de 150 m2 se instalarán con absoluta independencia para señoras y caballeros. En cualquier caso, estos servicios no podrán comunicar directamente con el resto de los locales y, por consiguiente, deberán instalarse con un vestíbulo o zona de aislamiento. 6ª.- La luz ventilación de los locales comerciales podrá ser natural o artificial. En el primer caso, los huecos de luz y ventilación deberán tener una superficie total no inferior a un octavo de la tenga la planta del local. Se exceptúan los locales exclusivamente destinados a almacenes, trasteros y pasillos. En el segundo, se exigirá la presentación de los proyectos detallados de las instalaciones de iluminación y acondicionamiento de aire, que deberán ser aprobados por el Ayuntamiento, quedando estas instalaciones sometidas a revisión antes de la apertura del local y en cualquier momento. En el supuesto de que no fuesen satisfactorias o no funcionaran correctamente en tanto no se adopten las medidas correctoras oportunas, el Ayuntamiento podrá cerrar total o parcialmente el local. 7ª.- Dispondrán de salida de urgencia, accesos especiales para extinción, aparatos, instalaciones y útiles que, de acuerdo con la naturaleza y características de la actividad, estime necesarios el Ayuntamiento. 8ª.- Las estructuras de la edificación serán resistentes al fuego y los materiales deberán ser incombustibles y de características tales que no permitan llegar al exterior ruidos o vibraciones, cuyos niveles se determinan en las Normas Básicas de la Edificación NBE-CPI-81 y sus Anejos, NBE-CA-81 y NBE-CT-79, así como en las que sean de aplicación en materia de reglamentación ambiental, que se recogen en los usos industriales. 9ª.- Con iguales condiciones se exigirán las instalaciones necesarias para garantizar al vecindario y viandantes, la supresión de molestias, olores, humos, vibraciones, etc. 10ª.- Los bajos comerciales que se establezcan en sótano o semisótano podrán ser independientes del local en planta baja al que se unirán mediante escaleras y otros huecos. La proyección vertical de la planta sótano o semi – sótano se superpondrá con la proyección vertical de la planta baja a la que se vinculen al menos en el 50% de la superficie de la planta de más superficie.” El o los informes tendrán en este caso, carácter preceptivo aunque no vinculante. Recuérdese que los informes pueden tener el siguiente carácter: - En cuanto a su solicitud: o Preceptivos.- Son los exigidos por la norma o que se juzguen absolutamente necesarios para la decisión final. o O facultativos o discrecionales.- Que son los que pueden solicitarse o no, a juicio del instructor y del órgano competente para resolver. - En cuanto a su emisión: o Vinculantes.- Si el órgano competente para resolver debe hacer en el sentido expresado en el informe, lo que por sí supone la traslación de la potestad resolutoria del órgano que la tiene atribuida legalmente al órgano informante. o O no vinculantes.- Si dicho órgano resolutorio no se encuentra obligado por el informe en cuanto al sentido de la resolución, y por tanto el informe sirve meramente de ilustración o instrucción al órgano que deba resolver. Prescribiendo el art. 83.1 LRJ-PAC como regla general, que: “Salvo disposición expresa en contrario (lo cual sucede en el procedimiento que nos ocupa), los informes serán facultativos y no vinculantes”. La redacción que podría dársele a dichos informes sería la siguiente: INFORME DEL SERVICIO TECNICO Examinada la solicitud de licencia formulada por ………………………, para la instalación de …………………., a emplazar en ………………………., por el suscrito ………………. (Arquitecto, Arquitecto Técnico, etc.), se han comprobado las condiciones técnicas de la instalación, así como su emplazamiento urbano. Entiende quien suscribe, que ………. (SI / NO) se cumplen los requisitos exigibles y que la expresada actividad (SI / NO) se halla afectada la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado. Por lo cual, el firmante opina que la Alcaldía ………….. (puede / no puede) conceder la licencia solicitada, mediante el cumplimiento de los siguientes requisitos: ……………………………………………………………………………………………. En ………………, a ……….. de ……….. de ………. EL …………………………… (ARQUITECTO, ARQUITECTO TECNICO, ETC), Fdo: ……………………………….. SERVICIO DE …………………………… El o los informes que se soliciten deberán remitirse a la Corporación, según dispone el art. 9.3º RSCCLL, diez días antes, al menos, de que transcurra el plazo máximo de resolución y notificación, uno o dos meses, según el tipo de actividad, a contar de la fecha en que la solicitud hubiere ingresado en el Registro General. En la actualidad, teniendo en cuenta el art. 48 LRJ-PAC, el cómputo de plazos, ya sea en días, meses o años, se contará a partir no de la fecha –día- en que la solicitud tuvo entrada en el registro, sino a partir del día siguiente. Lo anterior supone que, según la actividad que se trate, el o los órganos que deban emitir su informe dispondrán para ello, en el peor de los casos, de un plazo mínimo de uno o dos meses menos 15 días, y como máximo de un mes o dos menos 10 días. El plazo para remitirse a la Corporación los informes podría entenderse corregido por el art. 83.2 LRJ-PAC, que establece al respecto que los informes serán evacuados (emitidos) en el plazo de diez días. El informe emitido fuera de plazo podrá no ser tenido en cuenta al adoptar la correspondiente resolución. Por lo demás, obsérvese que la expresión utilizada por el RSCCLL es la de “remitirse” en tanto que la LRJ-PAC utiliza el término evacuarse como equivalente a emitirse, pero que sin embargo, no tendría porqué significar su remisión al órgano instructor dentro del plazo señalado. En cualquier caso, transcurridos los plazos para la emisión de dichos informes sin que los mismos se hubieran remitido –RSCCLL-, emitido –LRJ-PAC- por los órganos informantes, se entenderán informadas favorablemente las solicitudes por silencio administrativo –acto presunto-, entendiéndose con ello que podrán proseguirse las actuaciones como expresamente se recoge en precitado art. 83.3 LRJ-PAC, excepto en los supuestos de informes preceptivos que sean determinantes para la resolución del procedimiento, en cuyo caso se podrá interrumpir el plazo de los trámites sucesivos. - Información pública y trámite de audiencia. No son trámites exigidos ni por el RSCCLL ni por la normativa autonómica, con excepción del Decreto 165/1999, de 9 de marzo, por el que se regulan las actividades exentas de la obtención de la licencia de actividad en el País Vasco, que prevé un trámite de notificación personal a los vecinos inmediatos al lugar de emplazamiento de la actividad pretendida, por un plazo de 10 días para que aquéllos puedan formular alegaciones. 3.- Fase de finalización o terminación. El procedimiento podrá finalizar de forma normal o anormal: - Normal (art. 87 LRJ-PAC).- Mediante la resolución motivada con sucinta referencia de hecho y fundamentos de derecho, por afectar a los derechos del solicitante, sirviendo también a la motivación, la aceptación de informes o dictámenes, cuando se incorporen al texto de la resolución, todo ello conforme dispone el art. 89.5 LRJ-PAC: o Competencia: Municipios de régimen común (art. 189 LSC, art. 21 LRBRL).- Alcalde, que podrá delegar en la Junta de Gobierno Local donde ésta existe, en otro caso, en los Tenientes de Alcalde. Municipios de gran población (art. 127.1 e) LRBRL).- Junta de Gobierno Local, también sin perjuicio de posible delegación en los Tenientes de Alcalde o en los demás miembros de la Junta de Gobierno Local, en su caso (art. 127.2 LRBRL) Y lo anterior sin perjuicio de que, de acuerdo con lo dispuesto en el art. 9.3 RSCCLL, los documentos en que se formalicen las licencias y sus posibles transmisiones (las notificaciones) serán expedidos por el Secretario de la Corporación. o Plazo: RSCCLL (art. 9.1.5º): Instalaciones industriales menores y apertura de pequeños establecimientos.- un mes. Mataderos, mercados particulares y, en general, grandes establecimientos.- dos meses. Tal y como aparece expresado lleva a una labor interpretativa de lo que deba entenderse por instalación industrial menor y de pequeño o gran establecimiento, aunque sea comprensible que los primeros –instalación menor o pequeño establecimiento-, son actividades inocuas. Pero, entre otras razones, es por lo que, parece más ajustado al principio de seguridad jurídica, acudir al plazo de resolución regulado por la LSC. LSC (art. 191 LSC).- tres meses. En cualquier caso, a los plazos anteriores habrá que añadir, si fuera el caso, el plazo (10 días y hasta 15 días) suspendido (en palabras del RSCCLL, e interrumpido en las de la LSC) concedido al solicitante para subsanar faltas o acompañar documentos preceptivos o Contenido.- La Resolución tendrá la siguiente redacción (municipios de régimen común): Exp: ………………………… RESOLUCIÓN ……………….. Examinada la solicitud de licencia de apertura que con nº de expediente …………., se ha instruido a instancia de ………………………, para la instalación de ……………….., a emplazar en ……………………….. Visto lo dispuesto en el artículo 190 de la Ley 2/2001, de 25 de junio, de Ordenación Territorial y Régimen Urbanístico del Suelo de Cantabria –LSC-, que establece las pautas procedimentales con arreglo a las cuales se resolverán las licencias. Visto el informe favorable emitido por el Servicio de Urbanismo, respecto del emplazamiento y de las condiciones técnicas de la actividad pretendida. Verificado igualmente el cumplimiento de los requisitos establecidos al efecto. En virtud de las facultades que me están conferidas por la legislación vigente, en concreto por los arts. 189 de la LSC y 21.1 s) de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local –LRBRL-, RESUELVO: 1.- ………… (conceder o denegar) la licencia de apertura solicitada para la instalación de …………………., en …………………….., figurando como titular …………………………………... 2.- Se han liquidado las tasas por apertura de establecimientos, las cuales fueron abonadas por el titular de la licencia con el carácter de depósito previo, todo ello conforme establece la Ordenanza Reguladora de la Tasa por Apertura de Establecimientos. 3.- La presente licencia se concede, salvo derecho de propiedad y sin perjuicio de terceros, y para que surta plenos efectos deberán cumplirse, además, las condiciones siguientes: - ……………………………. (los que se determinen en los informes técnicos y jurídicos). 4.- Todo ello, sin perjuicio de las autorizaciones y controles que puedan corresponder a otros Organismos de la Administración, tanto para la puesta en funcionamiento de la actividad, como para su posterior desarrollo. Esta Resolución pone fin a la vía administrativa, según se establece en el art. 52.2 de la LRBRL, por lo que, con arreglo a la legislación vigente, contra el mismo puede Ud. interponer los siguientes RECURSOS: 1.- DE REPOSICIÓN.- Con carácter potestativo, según lo señalado en la Ley 30/92, de 26 de Noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común –LRJ-PAC-, a interponer en el plazo de un mes contado a partir del día siguiente a la notificación de esta Resolución y ante el mismo órgano que hubiere dictado el acto impugnado. 2.- CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO.- Ante el Juzgado de ContenciosoAdministrativo, con sede en Santander, en el plazo de dos meses contados desde el día siguiente a la notificación de esta Resolución o de la resolución expresa del recurso Potestativo de Reposición. Si la resolución del recurso de reposición no fuese notificada en el plazo de un mes a contar desde la presentación del mismo, el recurso contencioso-administrativo podrá interponerse en el plazo de seis meses contados desde el día siguiente a aquel en que se produzco la finalización del plazo de un mes establecido para la notificación de la resolución del recurso de reposición. Si fuese interpuesto recurso Potestativo de Reposición no se podrá interponer Recurso Contencioso-Administrativo, hasta tanto se haya resuelto expresamente aquel o se haya producido la desestimación presunta del recurso de reposición interpuesto por el transcurso de un mes desde su presentación sin haberse efectuado notificación de la resolución expresa del mismo. 3.- Cualquier otro que estime procedente (Art. 58.2 LRJ-PAC). Lo mandó y firmó, el/la Sr/a. Alcalde/sa-Presidente/a, por ante mí, el/la Secretario/a General, en ………………., a ………….. de ………….. de …………. P.A.M. EL/LA SECRETARIO/A GENERAL, EL/LA ALCALDE/SA-PRESIDENTE/A, Fdo: ……………………………….. - Fdo: ……………………………. Anormal (art. 87.1 LRJ-PAC): o Desistimiento: Voluntario para el solicitante (arts. 90 y 91 LRJ-PAC).- Por cualquier medio que permita su constancia, con aceptación de por la Administración y conclusión del procedimiento y archivo del expediente, previa resolución en los términos establecidos en el art. 42 LRJ-PAC. Consecuencia de la no subsanación de deficiencias o aportación de documentos preceptivos requeridos en el plazo concedido al efecto, y con idénticos efectos que el desistimiento voluntario. o Renuncia (art. 90 y 91 LRJ-PAC).- En los términos vistos para el desistimiento. o Caducidad (art. 92 LRJ-PAC).- Por la paralización del procedimiento por causa imputable al solicitante, previa advertencia por la Administración de que, transcurridos tres meses, se producirá la caducidad. Consumido este plazo sin que el particular requerido realice las actividades necesarias para reanudar la tramitación, la Administración acordará el archivo de las actuaciones, previa resolución también los términos del art. 42 LRJ-PAC, y con notificación al interesado y procedencia de los recursos pertinentes. No podrá acordarse la caducidad por la simple inactividad del interesado en la cumplimentación de trámites, siempre que no sean indispensables para dictar resolución. Dicha inactividad no tendrá otro efecto que la pérdida de su derecho al referido trámite. o Imposibilidad material de continuarlo por causas sobrevenidas.Como puede ser el fallecimiento del solicitante de la licencia. o Silencio administrativo (art. 9..1.7º RSCCLL, art. 192 LSC, y art. art. 43 LRJ-PAC).- Si bien en todas las formas de finalización del procedimiento vistas hasta ahora nos encontramos ante actos expresos, la terminación por silencio administrativo constituye un acto presunto que tiene lugar por el transcurso del plazo máximo para resolver y notificar sin que se hubiera realizado, cuyos efectos según el art. 9.1.7º c) RSCCLL, son estimatorios, o lo que es lo mismo, se entenderá otorgada por silencio administrativo. En los mismos términos se pronuncia el art. 192 LSC, añadiendo, no obstante, que en ningún caso se entenderán adquiridas por silencio licencias en contra de la legislación o del planeamiento urbanístico que adolezcan de vicios esenciales determinantes de su nulidad o que en sí mismas constituyan infracción urbanística manifiestamente grave. De donde se puede concluir que el silencio estimatorio puede ser un tanto engañoso. Quiero plantear finalmente una problemática que presenta la concesión de licencias de apertura cuando el interesado pretende acometer una obra en el local para el que se solicita la licencia de apertura y, en concreto, si la preceptiva licencia de obras debe concederse previamente a la licencia de apertura o al contrario. El art. 187.2 LSC (en el mismo sentido el art. 22.3 RSCCLL) dispone al hablar de las relaciones entre los diferentes tipos de licencias: “2. Cuando conforme al proyecto presentado la edificación de un inmueble se destine específicamente a actividades mercantiles o industriales y se precise licencia de obras, la licencia de apertura se exigirá con carácter previo o simultáneo a la citada licencia de obras. Ello no obstante, el Ayuntamiento puede otorgar la licencia de obras bajo condición resolutoria a resultas del expediente de la licencia de apertura”. La finalidad de la norma no es otra que impedir que el solicitante de una licencia de obras se vea perjudicado por la realización de unas obras en un local que posteriormente no va a poder utilizar para la actividad pretendida y lo cual advirtió expresamente al Ayuntamiento (STS 3/04/90). En este caso, al solicitante se le originarían unos daños y perjuicios económicos de los que se pudiera derivarse la responsabilidad patrimonial de la propia Administración Municipal, como dice la STS de 18/06/90, por funcionamiento anormal de la Administración. Cuestión distinta es que el proyecto de obra presentado no contenga destino específico. Bien, la respuesta que ofrecen los arts. 187.2 LSC y 22.3 RSCCLL parece clara prima facie, y es que la obtención de la licencia de obras se encuentra condicionada por la obtención de la licencia de apertura, se insiste, cuando el inmueble se destine específicamente a actividades mercantiles o industriales, que no en otro caso, ya que, como destaca numerosa jurisprudencia (véase SSTS de 22/09/93 y de 04/10/93), la aplicación del art. 22.3 RSCCLL (o el art. 187.2 LSC) exige el cumplimiento de dos requisitos: 1º.- Que el proyecto presentado concrete las características del establecimiento y actividad específica de destino. 2º.- Que tales datos proporcione al Ayuntamiento los elementos de juicio necesarios para adoptar la decisión. Por lo que, faltando uno de tales requisitos, se romperá el nexo de interdependencia entre dichas licencias. Aunque dicho lo cual, ciertamente que las interpretaciones jurisprudenciales han sido diversas: - Desde la interpretación que acabamos de anotar -condicionamiento de la licencia de obras por la licencia de apertura– (entre otras muchas, STS de 28/10/1989), al punto de considerar concedida implícitamente la licencia de apertura cuando se concedió la licencia de obras para un local de características bien definidas en el proyecto y actividad especificada en el mismo y no constaba la concesión expresa de aquella, de forma simultánea o conjuntamente a la propia licencia de obras (STS 3/4/1990), matizando a este respecto la STS de 20/01/89, que esta solución solo será viable cuando la competencia para el otorgamiento de ambas corresponda con exclusividad al municipio. - Hasta la declaración del carácter autónomo de una y otra licencia, aún cuando ambas deban ser otorgadas por el municipio, por serlo en aplicación de competencias distintas, atribuidas por ordenamientos diferentes: el urbanístico y el medioambiental. Y, por tanto, no siendo siempre posible su control conjunto y su otorgamiento simultáneo (STS 17/05/1994). - Pasando por una solución ecléctica, como es que en el condicionamiento recíproco entre licencias y la discusión sobre cuál debe condicionar más, no existe una respuesta general desconectada de las circunstancias concurrentes en cada obra y en el conocimiento que tenga el órgano competente del destino específico (por todas, las SSTS de 16 de noviembre y de 15 de diciembre de 1988). La LSC establece una posibilidad más de concesión autónoma de ambas licencias, cual es que el interesado renuncie a toda indemnización por daños y perjuicios, lo que permitirá a la Administración Municipal conceder, bajo condición resolutoria, la licencia de obras con carácter previo a la licencia de apertura. D.3.2.- PROCEDIMIENTO PARA ACTIVIDADES CLASIFICADAS. También para las actividades clasificadas podemos hablar de un procedimiento administrativo común, el clásico regulado en el RAMINP y en la Orden de 15 de marzo de 1963, por la que se aprueba una instrucción que dicta normas complementarias para la aplicación del Reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas – IAM-, y tantos procedimientos administrativos específicos como Comunidades Autónomas lo tengan establecido. En este sentido, en la Comunidad Autónoma de Cantabria, la LSC, desde el año 2001, regula las pautas procedimentales bajo las cuales deben resolverse las licencias en ella reguladas, entre éstas las de apertura y las de actividad clasificada, no obstante aplicable: “Salvo que exista otro procedimiento específico previsto en una Ley sectorial” y, aunque como titula el RAMINP, Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, tiene carácter reglamentario, el año del que data, entre otras razones, hace considerarle como una norma con rango de ley. En definitiva que siendo el procedimiento específico previsto en el RAMINP el propio para la resolución de las licencias de actividad clasificada, se venía aplicando sin ningún tipo de controversia doctrinal. A partir de la aprobación y vigencia de la Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado –LCAI-, ésta y su desarrollo reglamentario (inexistente a día de la fecha más que en forma de borrador) son las normas de aplicación en nuestra Comunidad Autónoma, con la anotación que a continuación se hará en lo relativo al ámbito procedimental. Aquí estudiaremos el procedimiento administrativo común, es decir, el establecido en el precitado RAMINP, sin perjuicio de hacer una especial mención a la Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, cuya Disposición Adicional Tercera declara que: “en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de Cantabria dejará de ser de aplicación directa el Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas.”, lo que a efectos procedimentales significaría la aplicación del procedimiento específicamente previsto en el art. 32 de citada LCAI, que no obstante, sólo viene a determinar los trámites y actuaciones propias de la comprobación ambiental (a) proyecto básico de la actividad a desarrollar y de sus instalaciones firmado por técnico competente y visado por colegio oficial; b) un trámite de información pública; c) un trámite de consulta para evacuar informes voluntarios o preceptivos; d) un trámite de audiencia al interesado; y e) la comprobación ambiental), denominación que viene a sustituir a la expresión “molesta, insalubre, nociva y peligrosa”, que definen las licencias de actividad sujetas al RAMINP. Remitiéndose dicho precepto al correspondiente desarrollo reglamentario, del que tan solo se conoce hasta la fecha (noviembre de 2008), un borrador, por tanto no estando vigente Reglamento de desarrollo y aplicación alguno, y ello a pesar de que la Disposición Adicional Primera, apartado 2 de la propia LCAI efectúa mandato al Consejo de Gobierno de Cantabria para que dentro de los tres meses siguientes a la publicación de la ley, dicte el Reglamento para su desarrollo y aplicación, siendo que la publicación se produjo en el Boletín Oficial de Cantabria nº 243, de fecha 21 de diciembre de 2006, se encuentra ampliamente superado el plazo de tres meses aludido. Es por lo que, teniendo en cuenta que el RAMINP en Cantabria no es de aplicación directa, pero que, a sensu contrario, nada impide su aplicación supletoria, pues de otra manera nos encontraríamos sin procedimiento aplicable a las licencias de actividad sujetas a comprobación ambiental, siguen tramitándose éstas de acuerdo con las previsiones contenidas en los arts. 29 a 37 del RAMINP y su desarrollo a través de la IAM. Tampoco obviaremos a lo largo de esta exposición el contenido procedimental que se incorpora en el borrador reglamentario, ya que, a buen seguro no se aparte significativamente de lo que será el texto definitivo que salga a la luz. En cualquier caso, debe concluirse que las “actividades”, término amplio y omnicomprensivo que emplea el RAMINP y que incluye establecimientos, industrias e instalaciones (ej. actividad bancaria inocua, pero la instalación de aire acondicionado puede estar sujeta –STS 22/09/90-), deben someterse a este procedimiento, en todo caso en cuanto se encuentren incluidas en su Noménclator, en Cantabria no obstante las “instalaciones o actividades” (mayor concreción) recogidas en el Anexo C de la precitada LCAI. El ámbito de aplicación en uno y otro caso (RAMINP y LCAI), abarca dichas actividades cualquiera que sea su naturaleza, titularidad o forma de desarrollo, por tanto, ya sean públicas o privadas, incluida la misma Administración Municipal aunque el expediente no finalice con la obtención de licencia –que sólo afecta a los administrados, únicos sujetos sometidos a la acción de intervención de la Administración actuante, sino de aprobación del proyecto –STS de 27 de octubre de 1980, sobre la ampliación de un Matadero Municipal-. En cuanto a procedimiento hablemos, debemos comenzar por hacer notar que el ahora tratado podemos separarle hasta en tres etapas diferenciadas que en realidad se corresponden con otros tantos procedimientos administrativos diferenciables; veamos: 1ª ETAPA Como se ha hecho con ocasión del estudio del procedimiento administrativo aplicable a las licencias de apertura de actividades inocuas, estructuraremos el procedimiento por fases, no sin antes recordar que este es un procedimiento complejo, donde intervienen por un lado la Administración Municipal y, por otro lado, la Administración Autonómica respectiva. Las fases procedimentales se concretan en las siguientes: 1.- Iniciación. Con carácter previo a la iniciación del procedimiento, el art. 4.2ª IAM ofrece al particular, en evitación de gastos inútiles, la posibilidad de solicitar una consulta ante la Alcaldía, sobre las dudas que respecto al emplazamiento, requisitos o límites que precise el ejercicio de determinada actividad, según las características concretas por ellos señaladas. La consulta será evacuada dentro del plazo máximo de quince días. Repárese en que la consulta puede dar lugar a un conflicto de competencias, habida cuenta de la intervención de la Comisión de Calificación que, como veremos, es vinculante para el caso de ser desestimatoria o imponer medidas correctoras, de manera que puede darse el caso de que el Alcalde evacue la consulta en un sentido favorable a la concesión de la licencia y la calificación de la Comisión sea desfavorable, debiendo el Ayuntamiento por ende denegar la licencia. La problemática planteada no ofrece duda para la doctrina, que se manifiesta en el sentido de que la respuesta a la consulta que se plantee ante el Alcalde no le obliga resolver el expediente en el mismo sentido. Y esta es la solución que las Ordenanzas Municipales suelen establecer en relación con la evacuación de consultas. A modo de ejemplo, la normativa local en Torrelavega señala que: “la respuesta afirmativa a una consulta solicitada por un interesado acerca de la posibilidad de instalar una de las actividades sujetas a régimen de distancias no genera automáticamente un derecho irreversible a la obtención de las licencias correspondientes o instalación de la actividad, teniendo exclusivamente un carácter informativo y no vinculante para el Ayuntamiento”. Realizada tal consulta previa o sin ella, conforme establece el art. 29 RAMINP, el procedimiento se iniciará a solicitud del interesado, presentada por triplicado ante la Administración Municipal o a través de los demás medios previstos en el art. 38.4 LRJPAC, y dirigida al Alcalde correspondiente. Por tanto, sabido es que, con carácter general, los procedimientos pueden iniciarse de oficio o a solicitud de persona interesada (véase art. 68 LRJ-PAC), no obstante nos encontramos aquí ante un prototípico procedimiento que solo se iniciará a solicitud de parte, como del otro lado un procedimiento sancionador solo se iniciará de oficio, en cualquier caso, sin perjuicio de que aquél pueda devenir de un previo requerimiento de legalización por parte de la Administración. Los datos que deberá contener la solicitud son los señalados en el art. 70.1 LRJPAC: Nombre y apellidos del interesado y, en su caso, de la persona que lo represente, así como la identificación del medio preferente o del lugar que se señale a efectos de notificaciones; hechos, razones y petición en que se concrete, con toda claridad, la solicitud; lugar y fecha; firma del solicitante o acreditación de la autenticidad de su voluntad expresada por cualquier medio; y órgano, centro o unidad administrativa a la que se dirige –la Alcaldía-Presidencia-. Igualmente en algunos de los modelos normalizados de solicitud que tienen establecidos determinados Ayuntamientos, han de indicarse por el interesado, además, los datos correspondientes a los vecinos inmediatos al lugar de emplazamiento pretendido para la actividad, y ello con objeto de dar cumplimiento a lo dispuesto en el art. 30.2 a) RAMINP, y poder hacer la Administración notificación personal a los mismos respecto a la solicitud de licencia presentada. No obstante, considero que, en última instancia ésta es una responsabilidad que debe recaer en el Ayuntamiento respectivo, que es quien además tendrá mayores posibilidades de conocer los datos referentes a tales vecinos inmediatos. Sea como fuere, el modelo de solicitud podría asemejarse al que se plasma seguidamente: SOLICITUD DE LICENCIA DE ACTIVIDAD O INSTALACIÓN SUJETA A LA TÉCNICA DE CONTROL AMBIENTAL DE COMPROBACIÓN AMBIENTAL D/Dña…………………….…………………………………………….. con D.N.I.e nº ……………letra……, con domicilio en ……………………………….., C/ ………………….…………………………………………… nº…….., piso……….., letra………….., y lugar a efecto de notificaciones en (domicilio u otro) ……………………………………………, Teléfono/s: .……………. / ………………., E-Mail: ………..………………….., En nombre y representación de la empresa (en su caso)…………………………… con C.I.F…………………………………..….., Sociedad domiciliada en ………………………………., C/ .….……………………. nº……, piso…….…., y lugar a efecto de notificaciones (domicilio social u otro) ……………………………………………, Teléfono/s: .……………. / ………………., E-Mail: ………..………………….., EXPONGO: Pretendo (o la Sociedad que represento pretende, en su caso) establecer en este término municipal, C/ ………………….………., nº…………, un……………..…….dedicado a ……………. actividad que, a tenor de lo establecido en el Art. 8.3 de la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, puede estar sujeta a Comprobación Ambiental (o actividad que figura en el Anexo C de la Ley 17/2006). En vista de ello, y siendo de competencia de los señores/as Alcaldes/as, la concesión de licencia para el ejercicio de las actividades reguladas citada Ley, de conformidad con lo dispuesto en el art. 32.4, SOLICITO: Licencia municipal de actividad, acompañando a esta solicitud, los siguientes documentos: a) Tres ejemplares del proyecto básico de la actividad o instalación, firmado por técnico competente y visado por el correspondiente Colegio Oficial. Los proyectos deberán describir extensamente y con detalle las características de la actividad, posible repercusión sobre la sanidad ambiental y sistemas correctores que habrán de utilizarse, con expresión de su grado de eficacia y garantía de seguridad. b) (En su caso) Escritura de poder que acredita la representación que ostento, autorizada con fecha ……………………………….. por el notario del Ilustre Colegio de ………………con residencia en …………………….. D. ……………………………… Se hace constar, a los fines previstos en el art. 32.4 de la Ley 17/2006, en relación con el art. 30 del Decreto 2414/1961, de 30 de Noviembre, Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, que son vecinos inmediatos al lugar de emplazamiento que se propone para la actividad o instalación, los siguientes: Don. …………………………………………………. ……… con domicilio ……………………………...………………nº……………piso……………letra……..…. en Don. …………………………………………………. ……… con domicilio ……………………………...………………nº……………piso……………letra……..…. en Don. …………………………………………………. ……… con domicilio ……………………………...………………nº……………piso……………letra……..…. en Don. …………………………………………………. ……… con domicilio ……………………………...………………nº……………piso……………letra……..…. en En …………………….., a………….de……………...de 200……….. (Firma). Fdo: ……………………………………. SR/A. ALCALDE/SA-PRESIDENTE/A DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE …………. A la solicitud o instancia se acompañará -también por triplicado, art. 4.1ª IAM-: Proyecto técnico y Memoria descriptiva en que se detallen las características de la actividad, su posible repercusión sobre la sanidad ambiental y los sistemas correctores que se propongan utilizar, con expresión de su grado de eficacia y garantía de seguridad. Aún cuando se alude a dos documentos: proyecto técnico y memoria descriptiva, en la práctica éstos se aglutinan en un único documento con diferenciación de ambas partes exigidas por la norma. Es más, ni el art. 32.4 a) de la LCAI ni el borrador de reglamento de desarrollo se refieren a la memoria y tan solo hablan de la presentación de proyecto básico. En cualquier caso, como se pronuncia PIÑAR DÍAZ, M. y PÉREZ MARTOS, éste es un documento esencial pues va a ser el que posibilite emitir informe de comprobación ambiental favorable o desfavorable. Así es que, en él deberán incluirse: - Según el art. 4.1ª de la IAM, cuando se trate de actividades de gran envergadura industrial o importancia para la economía del país –concepto jurídico indeterminado-, un croquis en la escala de 1:200 (cinco milímetros por metro), en el que se detalle la situación de los locales que comprenda el establecimiento o industria, y otro en la escala de 1:1.000, con la situación de la actividad proyectada y la de los edificios, o, en su caso, la de las explotaciones agrícolas, forestales, pecuarias o piscícolas circundantes a ella a un radio de hasta 1.000 metros. La Memoria describirá, además, con la debida extensión y detalle, las restantes características de la actividad, su posible repercusión sobre la sanidad ambiental y sistemas correctores que habrán de utilizarse con expresión de su grado de eficacia y garantía de seguridad. - El borrador de Reglamento de desarrollo de la LCAI prevé el siguiente contenido mínimo para el proyecto básico: o Situación ambiental del lugar donde se pretenda ubicar la actividad e impacto previsible. o Descripción de la instalación y de los procesos productivos. o Recursos naturales, materias primas, agua y energía que se emplearán o generarán en la instalación. o Documentación suficiente para identificar las sustancias e instalaciones destinadas al almacenamiento de productos químicos. o Origen, tipo y cantidad de las emisiones contaminantes que se generarán al aire, agua o el suelo, comparando los niveles previstos de emisión con los establecidos por la legislación de aplicación. o Origen, tipo y cantidad de los residuos que se generarán con indicación del sistema de gestión previsto. o Sistemas que se emplearán para prevenir o reducir la contaminación en cuanto a las emisiones y vertidos contaminantes y al control del ruido con la correspondiente justificación de su eficacia. La no presentación del número de ejemplares exigidos o las deficiencias en la solicitud, supondrá un “defecto formal” subsanable en el plazo de 10 días que el Ayuntamiento deberá conceder al solicitante de acuerdo con lo dispuesto en el art. 71.1 LRJ-PAC, ya que no se trata de un requisito indispensable para alcanzar su fin, y por tanto, tal defecto no puede dar lugar a indefensión. Ahora bien, estamos ante documentos de necesaria aportación, por lo que la no subsanación tras el o los requerimientos municipales, determinará la denegación de la licencia, sin que queda oponer derechos adquiridos, como ya se encargara de recordarnos la STS de 14/07/89 a colación de una actividad que venía desarrollándose de forma clandestina durante varios años, y ante los requerimientos municipales para su legalización, mediante la aportación de solicitud de licencia con acompañamiento del proyecto de la actividad por triplicado, la recurrente hizo caso omiso, razón por la cual, la Administración Municipal procedió, previo expediente al efecto, a la clausura de la actividad. A más, no solo se trata de presentar la solicitud, proyecto y memoria en el número exigido, esto es, por triplicado ejemplar, sino que su contenido debe ser completo, pues en otro caso, las consecuencias jurídicas serían las mismas antes anunciadas. Pero, al margen de cuestiones técnicas, desde el punto de vista jurídico, la mayor problemática se viene planteando en relación con lo que haya de entenderse por “técnico competente” capacitados para redactar y firmar el proyecto en cuanto a su especialidad (Industrial, Agrónomo, Arquitecto, etc), y es que, ni el RAM, ni la LCAI, ni siquiera el borrador de Reglamento de desarrollo de ésta, atribuyen una competencia expresa a determinados técnicos, por lo que, en principio, cualquier técnico podría redactar y firmar un proyecto con independencia de la actividad que se trate. No obstante, esta afirmación no puede ser tan tajante, más al contrario el límite debe venir impuesto por la cualificación profesional del técnico en relación con la actividad que se pretenda implantar, de manera que si por ejemplo estamos ante una actividad agropecuaria, no podrá suscribir un proyecto técnico o básico, un Ingeniero o Ingeniero Técnico Industrial, pues no se trata de una industria o instalación mecánica, química o eléctrica, que son aquellas para las que los Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales tienen capacidad (SSTS de 4/10/82 o de 9/07/88). Y siguiendo con la mismas problemática, la norma tampoco distingue cuando el técnico cualificado profesionalmente debe ser de grado superior o de grado medio (Perito o Ingeniero, Técnico o Superior), por lo que, como expresa la STS ya de 18/02/78, el Ayuntamiento es incompetente para decidir si el redactor del proyecto debe ser por ejemplo un Ingeniero (grado superior) o un Ingeniero Técnico (grado medio), pues de ello se derivaría un elevado grado de inseguridad jurídica para quienes pretendieran solicitar una licencia municipal. Por tanto, en opinión de la Redacción del Consultor de los Ayuntamientos, en comentarios al “Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas”, publicaciones ABELLA, es suficiente que el Ayuntamiento exija que el proyecto esté visado por el Colegio oficial correspondiente, puesto que la resolución de las discrepancias intercolegiales sobre la interpretación de la legalidad vigente en relación a la idoneidad profesional del técnico es materia ajena a su competencia. Ciertamente que la jurisprudencia hasta el momento ha sido un tanto contradictoria, desde manifestarse en el sentido ahora anotado, hasta declarar la nulidad de la licencia concedida por apreciar defecto de falta de competencia específica del autor del proyecto. No obstante, esta es una postura que no debería prosperar ya que si alguna función cumple el visado colegial, es acreditar la idoneidad de quien lo suscribe, y es que, como pregunta la propia redacción de El Consultor de los Ayuntamientos, ¿qué medios tienen la mayoría de los Ayuntamientos para negar dicha idoneidad?, ¿en qué situación queda el interesado?, y ¿quién le indemnizará: el Ayuntamiento, el autor del proyecto, el Colegio que lo visó…? Respecto a lo lugares en que el interesado podrá presentar la solicitud y documentación adjunta me remito a los relacionados en el art. 38.4 LRJ-PAC ya estudiados más arriba en el procedimiento de concesión de licencias de apertura de actividades inocuas. Únicamente añadir aquí, que el art. 4.3ª IAM incide en que: “El solicitante de la licencia podrá pedir que se le entregue un recibo acreditativo del día y hora de presentación, número de entrada y sucinta referencia del asunto. Tal recibo hará prueba respecto a la fecha en que los documentos ingresaron en el Registro municipal y a efectos de la concesión o denegación de aquélla por el silencio administrativo”, lo que concuerda perfectamente con lo hoy regulado en el mismo sentido por el art. 70 LRJ-PAC para el procedimiento administrativo común y visto más arriba, salvedad hecha que, como establece éste y ya se dijera, deberá admitirse como tal recibo acreditativo, una copia en la que figure la fecha de presentación anotada por la oficina. Resulta de interés observar que en dicho recibo acreditativo (o copia de la solicitud) deberá plasmarse por el receptor de la solicitud, no solo el día en que se presenta la misma, sino también la hora, lo que a la postre, como veremos más adelante, puede tener su trascendencia a la hora de dictar la resolución por la que se conceda o deniegue la licencia de actividad o instalación (ej. piénsese en la regulación normativa por parte del respectivo Ayuntamiento, de un régimen de distancias entre establecimientos). Véase también a este respecto, el desarrollo del art. 70 LRJ-PAC que se efectúa en el citado R.D. 772/1999, de 7 de mayo, por el que se regula la presentación de solicitudes, escritos y comunicaciones ante la Administración General del Estado, la expedición de copias de documentos y devolución de originales y el régimen de las oficinas de registro. Recibida la solicitud y documentación complementaria, de acuerdo con el art. 42.4 LRJ-PAC, desde el Ayuntamiento deberá remitirse al solicitante, dentro de los diez días siguientes a la recepción de la solicitud en el registro, comunicación informando al interesado del plazo máximo normativamente establecido para la resolución y notificación de los procedimientos, así como de los efectos que pueda producir el silencio administrativo, además la fecha en que la solicitud ha sido recibida. A estos efectos me remito más atrás al modelo de documento administrativo expresado con ocasión del estudio del procedimiento para la concesión de las licencias de apertura de actividades inocuas. Salvada la cuestión anterior, el art. 30 RAMINP y el 4.4ª IAM, también plantean que la Alcaldía, en los cinco días siguientes a la entrada de la solicitud en el Registro, tendrá dos posibles alternativas a las que aludiremos más adelante, no obstante antes, debe apreciarse por haberse así suscitado, si dicho plazo de 5 días de computarse en días hábiles o naturales, y cuya solución no admite otra respuesta que el cómputo deberá entenderse en días hábiles, y ello por aplicación de la regla contenida en el art. 48.1 LRJ-PAC, según la cual: “Siempre que por Ley o normativa comunitaria europea no se exprese otra cosa, cuando los plazos se señalen por días, se entiende que éstos son hábiles, excluyéndose del cómputo los domingos y los declarados festivos. Cuando los plazos se señalen por días naturales, se hará constar esta circunstancia en las correspondientes notificaciones”. La doble alternativa que dispone el Alcalde a partir de la recepción de la solicitud de licencia es: 1.- Denegación expresa y motivada (por ser un acto administrativo que limita derechos subjetivos o intereses legítimos –art. 54 LRJ-PAC) de la licencia por razones de competencia municipal basadas en: - Los planes de ordenación urbana El incumplimiento de ordenanzas municipales O en la existencia de una actividad municipalizada con monopolio que pueda resultar incompatible con la que se pretenda instalar. Aunque en principio las tres razones se encuentran enlazadas por la conjunción “y”, pudiendo concluirse a primera vista que deben concurrir todas ellas para que el Alcalde deniegue ab initio la licencia solicitada, lo cierto es que no tiene lógica alguna, por lo que debe ser entendiendo como un defecto de redacción y, consecuentemente, admitir una sola de dichas razones para proceder a la denegación inicial de la licencia (también en las fases posteriores de tramitación de la misma). De concurrir varias de dichas razones acumulativamente, el Ayuntamiento denegará la solicitud en base a todas ellas, no siendo admisible denegar la licencia teniendo en cuenta uno solo de los motivos concurrentes, reservando otro para una posterior denegación en el caso de que no prospere el primer motivo argumentado, porque, aunque el precepto analizado no se pronuncia ni en un sentido (necesidad de basamento simultáneo de motivos) ni en otro sentido (exigencia de base motivacional sucesiva), entender el precepto en este último término supondría un elevado grado de inseguridad jurídica para el solicitante y en algunos supuestos la quiebra del valor de la cosa juzgada; en este sentido la STS 23/02/1988, en relación con la venta de frutas y hortalizas al por menor y al por mayor, para la cual el interesado obtuvo licencia municipal, instándose más tarde licencia para legalización de una cámara frigorífica, que le fue denegada en vía administrativa en base a la existencia de una actividad municipalizada con monopolio e incompatible con la pretendida legalización, pero que posteriormente fue concedida en vía judicial, resultando que en ejecución de sentencia, el Ayuntamiento interesado inició nuevo expediente en relación con repetida cámara frigorífica, denegando de nuevo la legalización, esta vez en base a razones de tipo urbanístico, entendiendo que la cámara no era compatible con el uso determinado por el planeamiento urbanístico. Y no concurriendo alguno/s, de los tres supuestos anteriores, no cabe denegar la licencia “en esta fase del procedimiento”. Ahora bien, la cuestión es que la Alcaldía, para adoptar dicha resolución ab initio denegando la licencia solicitada, ha de basarse en informe/s técnico/s que la norma contradictoriamente no exige preceptivamente, pero que la práctica administrativa ha dictado, por lo que, con carácter previo a la resolución inicial que proceda, parece necesario solicitar los informes técnicos municipales precisos que se pronuncien sobre dichos extremos, informe/s que podríamos denominar urbanístico/s, dando lugar a dos documentos administrativos, cuales serían un Decreto de la Alcaldía ordenando se emita informe sobre los extremos indicados, y el oficio de remisión de copia del expediente a los Servicios que hubieren de informar sobre los dichos extremos: DECRETO: Recibida solicitud de licencia con fecha ………………….., registro de entrada nº …………………, presentada por ……………………………, para la instalación de ………………………….., a emplazar en …………………., recábese informe de los técnicos municipales para determinar si la instalación que se pretende cumple o no con los planes de ordenación urbana (compatibilidad urbanística en palabras del borrador de Reglamento de la LCAI), con las Ordenanzas Municipales, y si existe o no una actividad municipalizada con monopolio que pueda resultar incompatible con la que se pretenda instalar. Lo mandó y firmó, el/la Sr/a. Alcalde/sa Presidente/a, por ante mí, el/la Secretario/a General, en ………………., a …………… de ………………. de ………………. EL/LA ALCALDE/SA PRESIDENTE/A, Fdo: ……………………………………. P.A.M. EL/LA SECRETARIO/A GENERAL, Fdo: ……………………………………. ___________________________ Cumpliendo con lo ordenado por la Alcaldía-Presidencia de este Ayuntamiento en Decreto de fecha …………………….., dictado en el expediente que se instruye con el nº …………., a instancia de …………………………, para la instalación de ………………………….., a emplazar en ……………………, le adjunto copia del expediente al objeto de que, en el plazo máximo de …………………., se emita informe en relación con……………………, remitiéndose el mismo, dentro de dicho plazo, al Servicio de ……………………….. Lo que le traslado para su conocimiento y efectos oportunos. En……………………., a ………… de …………… de ……………. EL/LA SECRETARIO/A GENERAL (o Jefe/a de Servicio), Fdo: ………………………………... SERVICIO/S DE ………………………………………………………………………... La competencia en la emisión del informe, al menos en cuanto a la compatibilidad entre la actividad pretendida y el planeamiento urbanístico, corresponde a los Arquitectos o Arquitectos Técnicos Municipales, lo que por sí ya plantea problemas para muchos Ayuntamientos, derivados de la ausencia de este tipo de técnicos municipales. No obstante, el problema no debe ir más allá, en cuanto a que el Ayuntamiento parece poder solicitar de la respectiva Diputación Provincial o Comunidad Autónoma Uniprovincial la asistencia técnica que precise, en especial cuando de instalaciones o industrias de gran envergadura o complejidad se trate, ya que, en definitiva, es ésta una de las competencias propias atribuidas por el art. 36.1 b) LRBRL a las Diputaciones. Inclusive podría solicitarse la asistencia de la propia Comisión Calificadora o de profesionales del sector privado, a modo de ilustración a la Corporación. Amén de que, en ese tipo de instalaciones o industrias de envergadura o complejas, ya se habrán pronunciado previamente por razón de su competencia, otros organismos estatales o autonómicos. Y sin perjuicio de lo anterior, desde el Consultor de los Ayuntamientos y de los Juzgados en la obra “Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas”, Publicaciones ABELLA, se considera que el trámite también se cumpliría en defecto de técnico, con el informe del Secretario (especialista de lo general), con la debida advertencia de la limitación de conocimiento, correspondiendo a la Corporación mostrar su parecer en el informe al que seguidamente nos referiremos. El informe, por tanto, deberá pronunciarse sobre los extremos solicitados: INFORME DEL SERVICIO TECNICO Examinada la solicitud de licencia de actividad presentada con fecha ……………………, registro de entrada nº ……………………., por ………………………………….., para la instalación de ………………………….., a emplazar en ……………………………………., por el suscrito Arquitecto Técnico, se han comprobado …………… (ej. el cumplimiento de los planes de ordenación urbana – compatibilidad urbanística-), entendiendo que …………… (es / no es compatible con el mismo). Lo que le traslado para su conocimiento y efectos oportunos. En……………………., a ………… de …………… de ……………. EL ………………………… (ARQUITECTO, ARQUITECTO TECNICO, ETC.) Fdo: ……………………………….. SERVICIO DE …………………………………………………………………………... (*) Si de los informes que se emitan deriva alguna causa para no conceder ya en esta fase inicial la licencia solicitada, por la Alcaldía-Presidencia se dictará resolución motivada (en el o los informes correspondientes), denegando la misma y poniendo fin al procedimiento. El borrador de Reglamento de desarrollo de la LCAI, a la hora de abordar esta primera cuestión que suscita el procedimiento, regula bajo la rúbrica de “Certificación de Compatibilidad Urbanística” que: “Una vez recibida la solicitud de licencia los servicios técnicos municipales emitirán un informe sobre compatibilidad urbanística del proyecto. Si el informe considera incompatible la actividad con el planeamiento urbanístico, se dictará resolución motivada poniendo fin al procedimiento y archivará las actuaciones”. Al menos a mí, el texto descrito me plantea una duda, cual es si los Ayuntamientos ya sólo van a poder denegar ab initio la licencia solicitada por razones de competencia municipal basadas en incompatibilidad urbanística, o lo que parece lo mismo, basadas en los planes de ordenación urbana (primera de las razones referidas en el art. 30.1 RAMINP), por tanto, imposibilitando tal denegación por las otras dos razones de competencia basadas en el incumplimiento de ordenanzas municipales (por ej. distancias mínimas entre establecimientos) o en la existencia de una actividad municipalizada con monopolio que pueda resultar incompatible con la que se pretenda instalar (razones segunda y tercera respectivamente referidas en el art. 30.1 RAMINP). Creo que la respuesta no puede ser otra que negativa o lo que es lo mismo, seguir pensando en que el Ayuntamiento respectivo podrá denegar la licencia ab initio por dichas otras razones de competencia municipal. Sea como fuere, una de dichas causas de competencia municipal establecidas para la denegación ab initio la licencia solicitada es la incompatibilidad de la actividad pretendida con las normas urbanísticas o con las ordenanzas municipales, y dentro de estas incompatibilidades toma especial protagonismo el “emplazamiento” y las “distancias” entre actividades clasificadas, primer requisito que el administrado debe plantearse a la hora de solicitar la licencia y también la primera comprobación que la Administración Municipal debe efectuar antes de continuar la tramitación del expediente. Respecto al emplazamiento, el RAMINP regula la materia en una cuádruple dirección; por un lado, una cláusula general de emplazamiento, y por otro lado, cláusulas de emplazamiento en virtud de la calificación de la actividad como molesta, insalubre, nociva y peligrosa, a saber (art. 3 RAMINP): - Actividades molestas.- Caracterizadas por la incomodidad (de cierta entidad –STS 5/10/1963-) “a las personas”, consecuencia de ruidos o vibraciones o la eliminación de humos, gases, olores, nieblas, polvos en suspensión u otras sustancias, aunque no produzcan un daño real. - Actividades insalubres.- Las perjudiciales para la “salud humana” por el desprendimiento o evacuación de productos. - Actividades nocivas.- Por daños a la riqueza agrícola, forestal, pecuaria o piscícola (“a las cosas”), motivados, al igual que las actividades insalubres, por el desprendimiento o evacuación de productos. - Actividades peligrosas.- La fabricación, manipulación, expendición o almacenamiento de ciertos productos, susceptibles de producir explosiones, combustiones, radiaciones u otros análogos, que originen riesgos graves para las “personas o los bienes”. Y establece para emplazamientos de cada una de estas actividades, las siguientes reglas o criterios: 1ª.- Emplazamiento general de actividades clasificadas (art. 4 RAMINP).- Se establece el siguiente orden de prelación: - Directa remisión a lo que dispongan las Ordenanzas municipales y Planes de urbanización del respectivo Ayuntamiento que para su determinación atenderá a: o Las circunstancias especiales de la actividad. o La proximidad al vecindario. o Los informes técnicos. o Las medidas correctoras aplicables. - Y para el caso de que no existiesen tales normas, será (aunque del literal del art. 11.2 IAM parece deducirse el simple sugerimiento, no así de lo dispuesto en el art. 4 RAMINP) la Comisión Provincial de Servicios Técnicos la que señale el lugar adecuado donde haya de emplazarse, teniendo en cuenta lo que aconsejen las circunstancias especiales de la actividad de que se trate, la necesidad de su proximidad al vecindario, los informes técnicos y la aplicación de medidas correctoras. 2ª.- Emplazamiento de actividades fabriles insalubres y nocivas (arts. 4 y 15 RAMINP y art. 11 IAM).- Se emplazarán como sigue: - De acuerdo con lo que dispongan las Ordenanzas municipales y Planes de urbanización del respectivo Ayuntamiento. - Sólo en casos excepcionales podrá autorizarse, previo informe favorable de la Comisión provincial de Servicios Técnicos, un emplazamiento distinto del impuesto por las Ordenanzas municipales y Planes de Urbanización. - En todo caso, sólo como regla general, y aunque existan Planes de Ordenación Urbana aprobados que dispongan otra cosa, a una distancia de 2.000 metros, como mínimo, a contar del núcleo más próximo de población agrupada. 3ª.- Emplazamiento de actividades molestas (arts. 4 y 11 RAMINP y art. 11 IAM).- El emplazamiento de éstas se acomodará a la regla 1ª fijada con carácter general para las actividades clasificadas, matizándose que habrá de tenerse en cuenta para la concesión de las licencias, y en todo caso para su funcionamiento, que las chimeneas, vehículos y demás actividades que puedan producir humos, polvo o ruidos, deberán dotarse inexcusablemente de los elementos correctores necesarios para evitar molestias al vecindario. 4ª.- Emplazamiento de actividades fabriles peligrosas (arts. 4 y 20 RAMINP).Se ajustará a lo señalado en la regla 2ª, teniéndose en cuenta que la autorización en casos muy especiales por la Comisión Provincial de Servicios Técnicos, de un emplazamiento distinto al impuesto por las Ordenanzas municipales y Planes de urbanización, deberá condicionarse a que se adopten las medidas de máxima seguridad que se requieran en cada caso. En relación con el asunto ahora tratado, el denominador común si hablamos de la regulación en las normas medioambientales autonómicas es el abandono de los tradicionales conceptos de molestos, insalubre, nocivo y peligroso, sustituidos por definiciones más generalistas; véase la LCAI, que en sus arts. 6, 8 y 31.1, al hablar de la comprobación ambiental, sujeta a esta técnica de control ambiental, cualesquiera instalaciones o actividades que puedan tener incidencia ambiental significativa, entendiendo por tal, la que pueda ser causa de molestias, riesgos o daños para las personas, sus bienes o el ambiente y no estén sometidas a alguno de los otros controles previstos. Y declarando el art. 32.1 LCAI la finalidad de esta técnica de control ambiental, cual es la de prevenir o reducir en origen la producción de residuos y la emisión de sustancias contaminantes al aire, al agua o al suelo, así como la generación de molestias o de riesgos que produzcan las correspondientes actividades e instalaciones y que sean susceptibles de afectar a las personas, bienes o al medio ambiente. En definitiva, se sigue la línea del RAMINP pero sin referirse a los términos tradicionales y a la definición de cada uno de éstos. Dentro del marco del emplazamiento de actividades, ya sean éstas inocuas o clasificadas, habitualmente también es traído a debate, la posibilidad de conceder licencia de apertura en edificio declarado fuera de ordenación, que son los existentes con anterioridad a la aprobación definitiva del planeamiento urbanístico de un municipio, que resultaren disconformes con el mismo, y respecto de los cuales el art. 88.3 LSC dispone que: “Salvo que el propio planeamiento disponga otra cosa, en los edificios que se declaren fuera de ordenación no podrán realizarse obras de consolidación, aumento de volumen, modernización e incremento de su valor de expropiación, aunque sí las pequeñas reparaciones que exigieren la higiene, el ornato y la seguridad física del inmueble. En dichos edificios podrán asimismo realizarse otro tipo de obras cuando, a requerimiento de los propietarios, el Ayuntamiento levante acta previa en la que se recoja el estado, situación y valoración del edificio, a efectos de expropiación, y ésta sea aceptada expresamente por aquéllos”. De manera que, como puede observarse, el precepto habla de obras y no de usos, que es el tema ahora traído, por lo que en consonancia, la jurisprudencia viene defendiendo la procedencia en el otorgamiento de licencias de apertura en dichos de edificios e instalaciones fuera de ordenación, eso sí, siempre que no se realicen las obras a que alude la norma, aspecto que, por otra parte, puede resultar de lo más contradictorio con la finalidad de instalar una actividad, y ello por la necesidad de llevar a cabo obras para desarrollar la misma, en especial si de actividades clasificadas hablamos. Pero bien, la solución viene dada también jurisprudencialmente, al señalarse que, de efectuarse tales obras, una eventual eliminación de la actividad no daría al titular ningún derecho a indemnización (STS de 15 de septiembre de 1997). Por lo demás, indicar que la normativa autonómica carece de un tratamiento específico sobre emplazamientos de actividades, lo que deja en manos de las normas urbanísticas y de las ordenanzas municipales todo el peso a la hora de fijar dichos emplazamientos. En cuanto a las distancias entre actividades, otro tanto cabe decir, en cuanto a la ausencia de norma alguna en la legislación de las Comunidades Autónomas, debiendo remitirnos por tanto a las respectivas normas urbanísticas y ordenanzas locales, cuyas regulaciones suelen adoptar una doble disyuntiva: - Regular la distancia mínima entre actividades computada en “metros lineales”, que en principio no planteará mayores problemas si la regulación se concreta suficientemente. - O regular dicha distancia remitiéndose a un concepto jurídico indeterminado que es el de la “distancia adecuada”, con objeto de permitir el establecimiento de la actividad en atención a las circunstancias concretas del caso, pero que supone un cierto grado de inseguridad jurídica. A modo de ejemplo, destacar como muchas Ordenanzas Municipales establecen el régimen de distancias entre actividades hosteleras; así, la Ordenanza Municipal de Protección del Medio Ambiente contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones del Ayuntamiento de Torrelavega, en su Anexo II realiza una exhaustiva regulación que se fundamenta en el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, y además, en lo dispuesto en la Ley de Cantabria 5/1997, de 6 de octubre, de Prevención, Asistencia e Incorporación Social en materia de Drogodependencias, en evitación de molestias derivadas del ejercicio de las mismas, del incremento apreciable de molestias para el vecindario y para la correcta función y seguridad en las vías públicas, así como evitar molestias derivadas de la excesiva proximidad o concentración en el espacio de este tipo de usos, atenuando de esta forma los efectos aditivos que suponen un deterioro apreciable de la calidad de vida y del medio ambiente. Además, se añade que el cumplimiento de la normativa relativa a distancias mínimas será exigible sin perjuicio de lo establecido por el planeamiento municipal y normativa urbanística sobre el emplazamiento y localización de usos y actividades. En concreto, se sujetan al cumplimiento de distancias mínimas los lugares, recintos, instalaciones, actividades o establecimientos destinados a espectáculos y recreos públicos según la clasificación que la propia Ordenanza Municipal efectúa en tres Grupos: A, B y C, que incluyen respectivamente los tipos de establecimientos que señalaré a continuación, no sin antes advertir y reconocer que quizá la estructuración en Grupos efectuada por el Ayuntamiento de Torrelavega y no bajo otra denominación, o mejor, asimilación, no es la más afortunada, ya que suele originar al administrado cierta confusión con otra clasificación también en Grupos que realiza el Decreto de Cantabria 72/1997, de 7 de julio, por el que se establece el régimen general de horarios de establecimientos y espectáculos públicos y actividades recreativas, y que no coincide, más todo lo contrario, con la clasificación ahora tratada y que únicamente se corresponde con el Ayuntamiento de Torrelavega a efectos de cumplimiento del régimen de distancias mínimas entre establecimientos. Los Grupos de clasificación de establecimientos incorporados en la Ordenanza Municipal del Ayuntamiento de Torrelavega a efectos del cumplimiento del régimen distancias mínimas, son los siguientes: - Grupo A.- Establecimientos que no pueden disponer de música amplificada, ni espacios o áreas diáfanas para el baile. Pertenecen a este Grupo: Bares; Cafés y Cafeterías; Tabernas y Bodegas; Snak-bar; Cervecerías; Degustación de café, o similares; Restaurantes, asadores, mesones, casas de comidas, autoservicios (Self-service), bocaterías; Chocolaterías, churrerías, heladerías; Sociedades culturales recreativas gastronómicas; Salones recreativos; Salones de juego; Otros establecimientos, locales o instalaciones asimilables a los mencionados. - Grupo B.- Establecimientos que pueden disponer de música amplificada pero no de espacios o áreas diáfanas para el baile. Se establece como listado de referencia: Bares especiales; Pubs; Disco-bares; Karaokes; Wiskerias; Bares americanos; Clubs; Otros establecimientos, locales o instalaciones asimilables a los mencionados. - Grupo C.- Establecimientos que pueden disponer de música amplificada y/o espacios o áreas diáfanas destinadas para el baile. Abarca igualmente a los locales que pueden ofrecer conciertos o música en vivo. Listado de referencia: Discotecas; Boites; Salas de fiesta de juventud; Salas de baile y fiestas con o sin espectáculos; Cafés-cantantes; Cafés-conciertos; Cafés-teatro; Tablao flamenco; Música en vivo; Salas de conciertos; Salas de bingo; Boleras; Otros establecimientos, locales o instalaciones asimilables a los mencionados. Por si alguna duda quedara en relación con las anteriores listas de referencia, que como es observable incluye en cada una de las categorías o Grupos, una cláusula abierta a otros establecimientos, locales o instalaciones asimilables, la misma Ordenanza indica que el nombre o la denominación del establecimiento, actividad o local no determina la inclusión en cada uno de los grupos, pudiendo los servicios técnicos municipales, previo criterio razonado y atendiendo a las características definidas del establecimiento considerar su adscripción, a los efectos de esta normativa, en el correspondiente Grupo. Pues bien, a partir de la clasificación que antecede, el Ayuntamiento de Torrelavega, dispone el siguiente régimen de distancias mínimas entre dichas actividades o establecimientos, eso sí de nueva implantación y en relación con las ya existentes: a) Entre actividades comprendidas en el Grupo A: 25 metros. b) Entre actividades comprendidas en el Grupo A y actividades comprendidas en el Grupo B (y a la inversa): 25 metros. c) Entre actividades comprendidas en el Grupo A y actividades comprendidas en el Grupo C (y a la inversa): 50 metros. d) Entre actividades comprendidas en el Grupo B: 50 metros. e) Entre actividades comprendidas en el grupo B y actividades comprendidas en el Grupo C (y a la inversa): 75 metros. f) Entre actividades comprendidas en el Grupo C: 300 metros. También prevé la Ordenanza Municipal, que una actividad pueda estar encuadrada en dos o más de los Grupos citados, en cuyo caso se aplicará el régimen de distancias más restrictivo. La siguiente cuestión que la Ordenanza Municipal del Ayuntamiento de Torrelavega no ha dejado al albur interpretativo, es la determinación de los criterios bajo los cuales han de medirse las distancias mínimas, aspecto nada desdeñable si pensamos que en no pocas ocasiones, según los puntos de medición que se tomen ello puede determinar que unos centímetros posibiliten o no instalar el establecimiento pretendido. Los criterios fijados por la Ordenanza Municipal del Ayuntamiento de Torrelavega, son los siguientes: 1º.- La medición se efectuará como regla general por el “vial” o “camino vial” (esto es, calles, calzadas, plazas y caminos, o terrenos o zonas, todos ellos de dominio público por las que transiten los peatones) más corto. 2º.- Para determinar la distancia se considerará, en cada caso la línea teórica de menor longitud que transcurra por fachadas, alineaciones y espacios de uso público, o uso privado en su caso, cuyo principio es el límite en fachada del local que ocupe la actividad ya autorizada en el lado más próximo a la que se solicita, y cuyo final resulta el límite en fachada del local de la actividad que se pretende instalar en su lado más próximo al ya ubicado. 3º.- En el supuesto de retranqueo de la fachada del local a instalar respecto de la línea de fachada de la edificación o línea en que se delimita el espacio público del privado, independientemente de la existencia o no de cerramiento, el inicio o final de la medición se establecerá en la intersección resultante de la perpendicular trazada en el límite en fachada del local o establecimiento, con la línea de fachada de la edificación o línea en que se delimita el espacio público del privado, independientemente de la existencia o no de cerramiento delimitador. 4º- La medición resultará de aplicación respecto de cualquier fachada del establecimiento, independientemente de que disponga o no de entradas o salidas. En todo caso, además de lo establecido en el apartado 4.1., no podrán existir distancias inferiores a 15 metros entre cualquier otro paramento vertical distinto de las fachadas de las actividades o establecimientos de nueva implantación respecto de los paramentos verticales de las ya existentes en el mismo edificio o inmueble, que se medirá mediante la línea teórica de menor longitud que una los paramentos verticales anteriormente mencionados atravesando cualquier espacio o edificación, sean públicos o privados. 5º.- Para la clasificación de los establecimientos y locales respecto de los que se mida la distancia se estará a la realidad jurídica resultante de la licencia en vigor o de la calificación municipal en procedimientos municipales en trámite. 6º.- La medición de distancias en las áreas destinadas al sector terciario como uso principal, en las que se permitan actividades hosteleras se efectuará: a) Respecto a los locales ubicados en los centros comerciales o edificios de uso exclusivamente comercial que dispongan de planeamiento aprobado no será de aplicación el régimen de distancias. b) Respecto a los locales situados en el exterior de los centros comerciales, la medición se efectuará respecto a todos los accesos al centro comercial, o a establecimientos individuales en su caso. 7º.- De existir discrepancias en un expediente en relación con la medición de distancias, el mismo se trasladará junto con la documentación e informes técnicos obrantes en el mismo a la Comisión Informativa de Medio Ambiente, cuyo dictamen se elevara a la Junta de Gobierno Local, que adoptará la resolución correspondiente. La Ordenanza Municipal también establece otros supuestos distintos a las actividades y establecimientos de nueva implantación, que originan no pocas controversias: - Ampliación de actividades.- La Ordenanza permite efectuar ampliaciones en las actividades, ahora bien siempre que se den los siguientes requisitos: a) Las actividades, junto con su ampliación, no superarán las distancias establecidas según los diferentes Grupos. Por sí, ya este solo requisito plantea el primer problema, y es que los establecimientos instalados con anterioridad a la entrada en vigor de la Ordenanza que no cumplen el régimen de distancias mínimo, no van a poder ampliar la actividad al quedar sujeta la ampliación al régimen de distancias visto. Tanto es así, que la propia Ordenanza Municipal percatándose de ello lo advierte en el sentido de que las actividades sujetas al régimen de distancias que dispongan de licencia municipal anterior a la entrada en vigor del Anexo, y que no cumplan con los criterios de distancias fijados, podrán realizar modificaciones o reformas siempre que éstas no supongan incremento de superficie respecto del local primitivo y no excedan de la mera higiene, ornato o conservación, o en su caso como aplicación de medida correctora requerida para el ejercicio de la actividad, atendiendo a lo dispuesto en la Disposición Transitoria Segunda de la propia Ordenanza Municipal. Otros requisitos establecidos en la Ordenanza son: - b) Que entre la actividad primitiva y la ampliación de la misma exista siempre una comunicación o continuidad permanente, formando un único establecimiento. c) Que la ampliación no modifique la clasificación del Grupo de actividad establecida o, en el supuesto de que implique dicho cambio de clasificación, cumpla las distancias fijadas para su nuevo Grupo. Cambio de actividad.- Se producirá respecto a otra actividad del mismo grupo (ej. de bar a restaurante) o grupos inferiores (ej. de pub a bar), previa obtención de autorización municipal. El cambio a una actividad enclavada en algún grupo superior (ej. de bar a pub), solo será posible si cumple las distancias exigidas para dicho Grupo. Del otro lado, también está prevista la división o segregación de establecimientos y locales sujetos a la limitación de distancias requiriéndose una nueva licencia de actividad y el cumplimiento de la normativa de distancias. Las actividades no podrán subdividirse en otras actividades, ni segregarse en secciones o dependencias que puedan estar incluidas en el régimen de distancias. Contempla la Ordenanza Municipal la posibilidad de que se solicite licencia para ejercer una actividad sujeta al régimen de distancias, que por aplicación de dicho régimen sea incompatible con otra/s solicitud/es de licencia presentadas con anterioridad y en tramitación, en cuyo caso se suspenderá la tramitación de la/s última/s, continuándose con la tramitación de la solicitud presentada en primer lugar (número de registro de entrada), y en el supuesto de concederse ésta, se adoptará acuerdo denegatorio de la/s solicitud/es presentada/s posteriormente. En caso contrario, es decir, si se deniega la solicitud presentada en primer lugar, se alzará la suspensión de la segunda solicitud, continuando su tramitación, y así sucesivamente. Debe tenerse en cuenta a este respecto que, caso de plantearse por un interesado una consulta en los términos señalados en el art. 4.2ª IAM, ésta no prevalecerá sobre una solicitud de licencia, aunque ésta fuera posterior a aquélla. Por último, se contempla la caducidad y pérdida de eficacia de las licencias, incluida la retirada definitiva de una licencia como consecuencia de un expediente sancionador, supuestos en que declarada formalmente la situación, para ejercer de nuevo la actividad en el establecimiento o local afectado se requerirá tramitar un nuevo procedimiento de licencia en el que se considere el cumplimiento de las distancias mínimas a la fecha de la nueva solicitud. Como conclusión, el Anexo II de la Ordenanza refleja de la forma gráfica siguiente, algunos de los ejemplos de medición de distancias que se pueden producir de forma más frecuente. - Ejemplos correspondientes al apartado 5.4. del Anexo II). Ejemplo nº-1. Ejemplo nº-2. Ejemplo nº-3. Ejemplo nº-4. Ejemplo nº-5. Ejemplo nº-6. Ejemplo nº-7. Ejemplo nº-8. Ejemplo nº-9. Ejemplo nº-10. Ejemplo nº-11. Ejemplo nº-12. - Ejemplos correspondientes al apartado 5.5. del Anexo II). Las fachadas señaladas con disponen de entradas o salidas. Ejemplo nº-13. Ejemplo nº-14. Ejemplo nº-15. Ejemplo nº-16. Ejemplo nº-17. Ejemplo nº-18. > 15 metros. > 15 metros. No obstante todo lo anotado en cuanto al cumplimiento de distancias entre actividades o establecimientos, el particular tendrá la posibilidad de consulta aludida más arriba. 2.- O, en otro caso, el expediente será admitido a trámite, a través del correspondiente Decreto dictado por el propio/a Alcalde/sa, y entrándose con ello en la segunda fase del expediente: DECRETO: Vista solicitud de licencia de actividad presentada con fecha ………………….., registro de entrada nº …………………, por ……………………………, para la instalación de ………………………….., a emplazar en ………………………. Recabados mediante Decreto de la Alcaldía-Presidencia de fecha ……………………, informes de los técnicos municipales para determinar si la instalación que se pretende, cumple o no con los planes de ordenación urbana, con las Ordenanzas Municipales, y si existe o no una actividad municipalizada con monopolio que pueda resultar incompatible con la que se pretenda instalar. Emitidos informes favorables sobre los extremos anteriores. En uso de las facultades que me confiere la legislación vigente, en concreto el art. 30 del Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, por el que se aprobó el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, en relación con la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, dispongo: 1º.- Admitir a trámite la solicitud de licencia de actividad presentada con fecha ………………….., registro de entrada nº …………………, por ……………………………, para la instalación de ………………………….., a emplazar en …………………………………………… 2º.- Ordenar informar el expediente, abriendo a tal efecto, trámite de información pública por término de diez días, para que quienes se consideren afectados de algún modo por la actividad que se pretende establecer, puedan hacer las observaciones pertinentes, así como realizar notificación personal a los vecinos inmediatos al lugar del emplazamiento propuesto. 3º.- Unidas las reclamaciones u observaciones que se presenten al expediente, someter el mismo a informe del Jefe Local de Sanidad y de los técnicos municipales competentes. 4º.- A la vista de los antecedentes, y con la incorporación al expediente del informe de la Corporación Municipal, remitir completo el mismo, a la Comisión Regional de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, al objeto de que el mismo sea calificado. Lo mandó y firmó, el/la Sr/a. Alcalde/sa Presidente/a, por ante mí, el/la Secretario/a General, en ………………., a …………… de ………………. de ………………. EL/LA ALCALDE/SA PRESIDENTE/A, Fdo: ……………………………………. P.A.M. EL/LA SECRETARIO/A GENERAL, Fdo: ……………………………………. 2.- Instrucción. El expediente será informado en el plazo de treinta días, que deberán entenderse hábiles, pese a que el art. 4.4ª IAM se refiera a días naturales, por la precedencia jerárquica del RAMINP y la aplicación supletoria de la LRJ-PAC, en este punto, en su art. 48.1. La información del expediente se efectuará con arreglo a los siguientes trámites: a) Apertura de información pública.- Por plazo de 10 días (el borrador de Reglamento de la LCAI eleva el plazo hasta los 20 días), y con un doble carácter no excluyente: - General.- Aunque ni el RAMINP ni la IAM determinan el o los modos de llevar a cabo este trámite, la práctica administrativa ha venido consolidando la publicación de Edicto en el Tablón de Anuncios del Ayuntamiento y lugares de costumbre del municipio, y en el Boletín Oficial de la Provincia o Comunidad Autónoma si ésta es uniprovincial este último modo, si se quiere, además por aplicación supletoria del art. 86 de la LRJ-PAC-, para que quienes se consideren afectados de algún modo por la actividad que se pretende establecer, puedan hacer las observaciones pertinentes. No obstante, es opinión de la redacción de El Consultor de los Ayuntamientos, en comentarios a la obra del RAMINP referenciada más arriba, que la publicación en el BOP o BOCCAA no es absolutamente necesario, argumentándose que cuando el legislador ha querido que el trámite se cumpla mediante anuncio en periódicos oficiales lo ha establecido expresamente (ej. PGOU, Ordenanzas, Presupuestos, etc.). Sin perjuicio de lo cual, la práctica administrativa recomienda en garantía de los derechos de los administrados, que la publicación tenga lugar tanto en el Tablón como en el BOP. En este punto, el borrador de Reglamento de la LCAI concreta el trámite, precisamente mediante la publicación del acuerdo en el BOC y en Tablón de Edictos del municipio, lo que ahora sí deja a un lado cualquier duda que planteara el RAMINP. Además, al igual que hacen la mayor parte del resto de normas autonómicas, se adapta a la realidad actual, salvando de este trámite los datos y documentos que por su carácter estén amparados por el régimen de confidencialidad y así lo advierta el solicitante. Sin perjuicio de los modos preceptivos de realización del trámite, nada impide, es más, resulta recomendable, en especial en municipios de cierta importancia o por razón de la trascendencia de la actividad pretendida, su cumplimiento mediante la inserción de anuncio en un medio de comunicación social, sistema que dadas las limitaciones de acceso –cierto es que cada vez menos, a partir de los constantes avances en las tecnologías de la información- a los Boletines Oficiales o Tablones de Edictos, pueden resultar más accesible a los posibles interesados. Con objeto de abaratar los gastos que para el erario público pudiera suponer la inserción de tales anuncios por ejemplo en uno más de los diarios de mayor difusión, los Ayuntamientos suelen insertar un solo anuncio que incluye varios expedientes, indicando para cada uno de estos: - El número de expediente. - Identificación del solicitante (nombre y apellidos o denominación social). - Actividad pretendida. - Y emplazamiento. - Amén de la indicación del plazo de 10 días que disponen quienes se consideren afectados por la actividad, para presentar observaciones dirigidas al Alcalde, así como los lugares, días y horas de presentación. Práctica administrativa que igualmente será válida para el Anuncio que se publique en correspondiente Boletín o Diario Oficial, en este caso, por idénticas razones, esto es, economía de recursos económicos y, si se quiere, como medida de protección del medio ambiente, que es de lo que se trata, y de optimización de recursos naturales en forma de soporte papel. Frecuentemente se ha planteado si la inserción de edictos en el BOP es gratuita o no para los Ayuntamientos. La respuesta la encontramos en la propia regulación de los Boletines Oficiales, que en el caso del Boletín Oficial de Cantabria se contiene en el Decreto 100/1999, de 13 de septiembre, cuyo Capítulo III, arts. 11 a 14 establecen las clases de inserciones: gratuitas, de pago previo y de pago diferido, correspondiendo las primeras, las inserciones gratuitas a: “… todos los documentos oficiales de publicación obligatoria, expedidos por la autoridad competente en cumplimiento de precepto legal que así lo establezca, y no se trate de documentos que se publiquen en beneficio o provecho de una persona física o jurídica, siempre que no exista posibilidad normativa de repercutir los gastos ocasiones por su publicación”. La cuestión es distinguir anuncios oficiales (ej. Anuncio de exposición de la aprobación inicial de una Ordenanza) de otros que responden al beneficio privado (ej. licitaciones en materia de contratación, planes parciales o proyectos de urbanización, instalación de actividades clasificadas, etc.), supuestos en que la Administración del Boletín gira la liquidación de tasas al particular interesado, sin perjuicio de lo cual se podría arbitrar una solución alternativa, cual sería que la liquidación de tasas se efectuará al Ayuntamiento, para su posterior repercusión por este a los particulares interesados. Con ello se alcanzaría la señalada finalidad de abaratamiento, en este caso para los interesados, de la exposición del precepto Anuncio en el Boletín Oficial correspondiente. El art. 13 del Decreto regulador del propio BOC señala como inserciones no gratuitas de pago previo: “e) Concesiones, licencias, autorizaciones, permisos y demás actos otorgados a entidades jurídicas o a particulares, en virtud de expedientes instruidos en cualquier organismo público o a instancia de parte, o que siendo de trámite oficial y reglamentario, se publiquen en interés o beneficio de persona física o jurídica”, precepto que llevaría al giro de tasas a la entidad o particular a favor de quien se expida una licencia u autorización y no le pueda ser practica la correspondiente notificación en el lugar o medio señalados al efecto, en cuyo caso por virtud de lo dispuesto en los arts. 59.5 y 61 LRJ-PAC, se procederá a practicar la notificación por medio de anuncios en el Boletín Oficial correspondiente y en el Tablón de Edictos del Ayuntamiento del último domicilio conocido del interesado. Pero sin embargo, no produce el giro de tasa alguna por parte del BOC, la notificación realizada por medio de anuncio en dicho Diario Oficial, en un procedimiento administrativo de transmisión de licencia, al transmitente o anterior titular, y ello por cuanto es entendible que no se publican en interés o beneficio de persona física o jurídica, como indica el precepto. Se redacta a continuación un modelo de Edicto junto al un oficio de remisión: Adjunto se remite a ese Gobierno de Cantabria, Boletín Oficial de Cantabria, Edicto anunciando la exposición al público del expediente de licencia de actividad que se tramita con el nº …………………, para la instalación de …………………., en ……………………………….., rogándole se sirva ordenar su inserción en el Boletín Oficial de Cantabria a los efectos previstos en las disposiciones legales vigentes. Los datos del particular o empresa solicitante a efectos de notificaciones, según constan en la solicitud de licencia, son los siguientes: Titular: ……………………………….. C.I.F. (en su caso): ……………………………….. Representante/s (en su caso): ……………………………….. D.N.I.e: ……………………………….. Nº Teléfono: ……………………………….. Dirección: Interesado: ………………….............................................. Representante (en su caso): ………………………………. En ……………………….., a ………… de …………. de ……….. EL/LA ALCALDESA-PRESIDENTE/A, Fdo: ……………………………………. GOBIERNO DE CANTABRIA.- BOLETIN OFICIAL DE CANTABRIA C/ Peña Herbosa, 29. 39003-SANTANDER TABLÓN DE EDICTOS DEL AYUNTAMIENTO DE ……………………… _______________________________________ AYUNTAMIENTO DE …………………………. EDICTO Por parte de ………………………………, se ha solicitado licencia de actividad, la cual se tramita como expediente nº …………….., para la instalación de …………………., en ……………………… Lo que se hace público para general conocimiento y al objeto de que quiénes se consideren afectados de algún modo por la actividad que se pretende establecer, puedan hacer las observaciones pertinentes dentro del plazo de los diez días siguientes a la publicación de este Edicto en el B.O.C. y Tablón de Edictos del Ayuntamiento, de conformidad con lo dispuesto en la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado y, supletoriamente, por el Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, por el que se aprobó el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, y disposiciones complementarias, y/o art. 36 del R.D. 2816/1982, de 27 de Agosto, por el que se aprobó el Reglamento de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (el texto en cursiva sólo se incluirá para espectáculos públicos y actividades recreativas). El expediente se halla de manifiesto y puede consultarse, durante las horas de oficina, de 9:00 a 14:00 horas, en el Departamento de ………………………… del Ayuntamiento de ………………….., sito en ……………………………. En ……………………….., a ………… de …………. de ……….. EL/LA ALCALDESA-PRESIDENTE/A, Fdo: ……………………………………. BOLETIN OFICIAL DE CANTABRIA TABLÓN DE EDICTOS DEL AYUNTAMIENTO DE ………………………………... - Individual o singular.- A los vecinos inmediatos al lugar del emplazamiento propuesto para la actividad, en presunción de que son éstos los más afectados por la actividad que se pretende instalar. A mayor abundamiento, como ya dijera la STS de 16 de junio de 1978, el RAMINP no utiliza el término vecino en el sentido propio de vecindad recogido en el art. 15 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local -LRBRL y en el art.55 del R.D. 1690/1986, de 11 de julio, por el que se aprueba el reglamento de población y demarcación de las Entidades Locales, en cuanto que son vecinos los inscritos en el Padrón municipal, adquiriéndose tal condición desde el mismo momento de su inscripción, sino en el sentido de vecindad física o proximidad, por lo que, deberán ser notificados: 1º.- Los vecinos propietarios, arrendatarios, etc., que físicamente que residan habitualmente en viviendas inmediatas o próximas al lugar de emplazamiento 2º.- Los propietarios de dichas viviendas. 3º.- Los propietarios y/o arrendatarios de locales y fincas próximas al emplazamiento pretendido para la nueva actividad. A estos efectos, la Administración actuante deberá concretar de forma ponderada dicho concepto jurídico indeterminado (proximidad). Tal actuación se efectuará por el Ayuntamiento mediante notificación personal, lo cual no significa que intentada la misma sin éxito en la forma prevenida en los arts. 58 y 59 LRJ-PAC, se proceda a su práctica de acuerdo con lo dispuesto en el propio art. 59 LRJ-PAC en su apartado 5 y en el art. 61 del mismo texto legal, mediante Anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia o CC.AA. uniprovincial y en el Tablón de Edictos del Ayuntamiento del municipio del último domicilio del afectado. Hay que advertir que, el momento procedimental en que se sitúa el presente trámite, no es óbice a la tesis de que la oposición a la actividad por parte de quienes se consideren afectados podrá tener lugar durante el plazo concedido a tal efecto, como también en cualquier otro momento anterior a la concesión de la licencia, incluso después de su otorgamiento, en este caso, cuando el retraso se deba a la ausencia de conocimiento de la tramitación del procedimiento, o por haberse convertido en posibles afectados con posterioridad, u otras circunstancias análogas. El basamento de esta tesis se encuentra en la propia finalidad del trámite, cual es evitar en lo posible las molestias, riesgos y daños a quienes puedan resultar afectados por la actividad pretendida, por tanto con carácter previo a su funcionamiento, pero también una vez instalada la actividad, esto es, durante su funcionamiento. Ahora bien, debe entenderse que, en este último caso, la oposición aludida, en principio y a menos que se incurra en uno de los supuestos previstos legalmente, no determinará la revocabilidad de la licencia, sino que el titular de la actividad estará obligado a establecer los sistemas correctores que le sean impuestos en orden a corregir deficiencias y a minimizar esas molestias, riesgos o daños. En cualquier caso, la redacción de dicha notificación se realizará según el siguiente formato: Por …………………………, se ha solicitado licencia de actividad que se tramita como expediente nº …………………., para la instalación de ……………………., a emplazar en ……………………………….. Y siendo usted uno de los vecinos inmediatos al lugar del emplazamiento, se lo notifico por si estima pertinente formular reparos u oposiciones sobre la instalación referida. Las reclamaciones, en su caso, deberán formularse por escrito, ante esta Alcaldía, en el plazo de los DIEZ DIAS siguientes a la recepción de este escrito, todo ello de conformidad con lo dispuesto en el art. 30 del Decreto 2414/1963, de 30 de noviembre, por el que se aprobó el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, en relación con la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado. Lo que comunico a Ud. para su constancia y a los efectos oportunos. En ……………………….., a ………… de …………. de ……….. EL/LA ALCALDESA-PRESIDENTE/A, Fdo: ……………………………………. D/Dª……………………….. (destinatario/s: vecino/s inmediato/s) Llama la atención en relación con este trámite, que el borrador de Reglamento de la LCAI no lo contempla, lo que quizá obedezca a contribuir a la agilización del procedimiento, que no parece ésta la razón, primero por cuanto como se ha adelantado, el trámite de información pública general se amplía a 20 días y, segundo, porque además la eliminación de dicho trámite lo sería en perjuicio de las necesarias garantías que deben ofrecerse a los posibles afectados por una actividad o instalación, en este caso los vecinos inmediatos al lugar de emplazamiento. Obsérvese que, aunque la falta de la realización de este trámite en ocasiones no lleva a la nulidad o retroacción del expediente, cuando en este caso los vecinos hayan tenido conocimiento por el medio que fuera de la actividad que se pretendía instalar y no se hubieran opuesto a la misma, con lo que no existiría indefensión, hay que insistir en la esencialidad del trámite ahora tratado y de la rigurosa interpretación que el Tribunal Constitucional realiza a favor del art. 24 de la Constitución Española. Por lo que, pensando en otro motivo de tal omisión, puede deberse a que se entienda que con el trámite de información pública general quedan garantizados suficientemente los derechos de los afectados, lo cual tampoco parece muy razonable. Así es que, solo me queda concluir que estamos ante un olvido, y si es así, merecería su rectificación en el texto definitivo. Sea como fuere, el problema aquí viene dado por la interpretación que se dé al término “vecino inmediato”, que parece referirse a una presencia cercana a la actividad. Tres últimas consideraciones a las que no se hace referencia en la diversa normativa analizada son: 1ª.- Las alegaciones que se efectúen no tienen carácter vinculante, por lo que, la oposición vecinal no puede ser tomada como único razonamiento para denegar una licencia, sino solo en base a circunstancias objetivas relacionadas las molestias, riesgos o daños a las personas, bienes o medio ambiente, que no sean susceptibles de ser corregidas a través de los medios técnicos adecuados. En este sentido es necesario comentar la habitual práctica vecinal de presentar alegaciones en este trámite que nada tienen que ver con los aspectos mencionados sino, si acaso, con las molestias, riesgos o daños ocasionados/bles por las respectivas obras –véase STS 13-11-1989-, cuando no, con aspectos de orden civil sustanciables en la correspondiente vía judicial. 2ª.- El resultado de este trámite habrá de acreditarse en el expediente, mediante certificación expedida por el Secretario de la Corporación, en la que se refleje si se han presentado o no reclamaciones u observaciones y, en su caso, expresión de los alegantes. Reseñar también el hecho de que, en la actualidad, ciertamente y sin perjuicio del trámite de información pública aludido, por virtud de lo dispuesto en el art. 79.1 LRJ-PAC, las alegaciones y aportación de documentos u otros elementos de juicio, podrán ser aducidos por los interesados en cualquier momento del procedimiento anterior al trámite de audiencia, debiendo ser tenidos en cuenta por el órgano competente al redactar la correspondiente propuesta de resolución. Es obligado para finalizar con el análisis de este trámite, referirse a la regulación que contiene el art. 36 del R.D. 2816/1982, de 27 de agosto, Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas –REP-, para estas concretas actividades, y que prevé la siguiente doble situación: 1.- No modificación del uso autorizado con anterioridad para el local.No será necesario llevar a cabo el citado trámite de información pública ni general ni individual o singular. 2.- Modificación del uso autorizado con anterioridad para el local.- El expediente deberá someterse a información pública “general”, sin expresar el medio para efectuar dicho trámite, si bien la práctica administrativa a dictado que tenga lugar mediante publicación de edicto en el BOP o CCAA uniprovincial, y también información pública “individual o singular”, dando audiencia a los usuarios del edificio b) Sometimiento del expediente y reclamaciones u observaciones a informe del Jefe Local de Sanidad y de los técnicos municipales competentes, según la naturaleza de cada actividad.- Se trata del requerimiento simultáneo de dos tipos de informes que habrán de ser evacuados por éstos, por separado, en el plazo de los 10 días siguientes también naturales: - Uno, el de los técnicos municipales competentes.- Entre éstos, los siguientes: o Informe/s que podríamos nombrar como “informes sobre instalaciones”, en el/los que habrá/n de valorarse cuestiones como el volumen y categoría de la actividad, la potencia instalada, el nivel sonoro, los aspectos que puedan incidir en el medio ambiente atmosférico, el tratamiento y eliminación de residuos, etc., con valoración de los sistemas correctores propuestos en el proyecto y, en su caso, el señalamiento de medidas correctoras que se estimen necesarias. La competencia para la emisión de este/os informes recaerá en técnicos cualificados en atención a la materia, lo que también puede originar el mismo problema anunciado para la emisión del informe urbanístico, que es la carencia en el Ayuntamiento que se trate, de los técnicos necesarios. Sirva también en este caso, la solución señalada entonces. El informe/s técnico/s podría tener el siguiente aspecto: INFORME TÉCNICO DEL SERVICIO ……………………… El/la técnico que suscribe, cumpliendo lo ordenado por Decreto de la AlcaldíaPresidencia de fecha …………………., acerca de la petición formulada por ………………….., sobre (1) ……………………………. de ……………………….., cuya actividad (2) ………………….. emplazada en ……………………………………. Visto el Proyecto, Memoria y demás documentos y actuaciones del expediente y verificando el oportuno reconocimiento sobre el terreno, tiene el honor de informar: 1º.- Por su naturaleza y características y en armonía con las prescripciones de la Ley de Cantabria 17/2006, de Control Ambiental Integrado, la actividad que nos ocupa puede entenderse sujeta a dicha Ley por cuanto ………………………………………… 2º.- En la misma zona o en sus proximidades ……………… existen otras actividades análogas que puedan producir efectos aditivos. 3º.- Las medidas correctoras descritas en la Memoria que se acompaña al Proyecto (3) …………………………………..………………………………………….. 4º.- El emplazamiento ……………………………. está de acuerdo con las Ordenanzas municipales y Planes Locales de urbanización. 5º.- El ejercicio de la actividad, objeto del expediente, quedará condicionada, en general, a las prescripciones de la Ley de Cantabria 17/2006 de Control Ambienta Integrado. 6º.- La licencia se entenderá otorgada salvo el derecho de propiedad y sin perjuicio del de tercero (4) ……………………………..………………………………… Por todo ello, a juicio del / de la ………………………… informante, procede la concesión de la licencia solicitada. No obstante la superioridad acordará lo más conveniente. En …………………, ………… de ……………….. de …………. EL/LA …………………………………………, Fdo: ……………………………. (1) (2) (3) (4) "legalización por carecer de licencia municipal, de la actividad..." Y si es nueva "licencia para establecer la actividad de ..." "está" o "será" Se indicará si ofrecen suficientes garantías o modificaciones que el informante crea conveniente. En este espacio, se razonará la procedencia o improcedencia de la autorización, en el caso de que el proyecto no se sujetase a lo previsto en las Ordenanzas Municipales. o E informe/s jurídico/s, que emitirá bien el Secretario de la Corporación o el Jefe del Servicio, Sección o Negociado que corresponda la tramitación del expediente administrativo. Rescatemos el art. 172 del R.D. 2568/1986, de 28 de noviembre, de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales –ROF-, que se pronuncia en este sentido, añadiendo que en el informe deberán exponerse los antecedentes y disposiciones legales o reglamentarias en que funde su criterio, y que la redacción se sujetará a las disposiciones especiales que les sean aplicables, ciñéndose a las cuestiones señaladas en el decreto o acuerdo que los haya motivado. A dicho precepto habría de añadirse lo dispuesto en el art. 175 ROF, referido a los informes para resolver los expedientes, los cuales deberán redactarse en forma de propuesta de resolución conteniendo los extremos siguientes: Enumeración clara y sucinta de los hechos. Disposiciones legales aplicables y alegación razonada de la doctrina, y Pronunciamientos que haya de contener la parte dispositiva. Dichos extremos se plasmarán como sigue: INFORME JURÍDICO DEL …………………………. Vista solicitud de licencia de actividad presentada con fecha ………………….., registro de entrada nº …………………, por ……………………………, para la instalación de ………………………….., a emplazar en ………………………. Teniendo en cuenta que la actividad que se pretende desarrollar aparece incluida en el Anexo C apartado ………………. de la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado –LCAI-, el procedimiento para la concesión de la licencia solicitada deberá cumplir con los trámites establecidos en el art. 32.4 de la LCAI, que en ausencia de desarrollo reglamentario, se regirán supletoriamente por lo dispuesto en los arts. 29 a 34 del Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, por el que se aprobó el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas – RAMINP-, siendo órgano competente para conceder o denegar la licencia, ………………………, la cual habrá de ser motivada y pronunciarse sobre su concesión o denegación, así como, en su caso, las condiciones a que se sujeta la misma, con expresión de los recursos procedentes, órganos ante los cuales interponerlos y plazos. Someto este informe a cualquier otro mejor fundado en derecho y al superior criterio de ………………………… En …………………, ………… de ……………….. de …………. EL/LA …………………………………………, Fdo: ……………………………. - Otro, el del Jefe Local de Sanidad.- Hoy entendida la referencia hecha a los órganos de la específica institución orgánica de los Servicios de Salud, y en concreto en Cantabria, a la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales del Gobierno de Cantabria. La solicitud de informe se efectuará por escrito: En virtud de lo establecido por la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales.Dirección General de Salud Pública, sobre los procedimientos a seguir en relación, entre otros, con los informes técnicos sanitarios de las actividades sujetas a la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, y Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, Reglamento de Actividades, Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas –R.A.M.I.N.P.Se solicita informe sanitario sobre el siguiente proyecto: EXPEDIENTE: …………………………………………………………………... OBJETO: ………………………………………………………………………… TITULAR: ……………………………………………………………………….. Adjunto se remite Proyecto Técnico de la actividad y Memoria descriptiva. Igualmente se informa que referido expediente se sometió a información pública durante plazo de diez días, mediante publicación en el Boletín Oficial de Cantabria (nº …………, de fecha ………………) y notificación individualizada a los vecinos colindantes, indicándoles que ……….. (SÍ/NO) se han presentado alegaciones. Lo que se le comunica para su conocimiento y a los efectos oportunos. En …………………, …… de ………….. de …….. EL/LA ALCALDE/SA-PRESIDENTE/A, Fdo: ……………………………. DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD PÚBLICA DE LA CONSEJERÍA DE SANIDAD Y SERVICIOS SOCIALES DEL GOBIERNO DE CANTABRIA. C/ Federico Vial, nº13. 39009 - Santander. El informe sanitario verificará la incidencia de la actividad en la salud pública, pudiendo ser emitido, en función de la actividad pretendida, por médico, farmacéutico o veterinario. De esta manera, las cuestiones a las que se refiere este informe se encuentran en función de la clase de actividad que se trate, pudiendo hacerse especial referencia en las actividades de hostelería, al cumplimiento de la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco, indicando que, dependiendo de la superficie tendrá señalizado si se permite o no se permite fumar, o tendrán habilitada una zona para fumar debidamente señalizada, y que, si se permitiera fumar, deberá garantizarse la calidad de aire interior. Así como en esas mismas actividades y aquellas otras relacionadas con productos alimenticios, al cumplimiento, en su caso, del R.D. 3484/2000, de 29 de diciembre, por el que se establecen las normas de higiene para la elaboración, distribución y comercio de comidas preparadas, y el Reglamento (CE) 852/2004, de 29 de abril, del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a la higiene de los productos alimenticios: o Instalaciones adecuadas par la limpieza de las manos, del equipo y utensilios de trabajo en la zona de manipulación, dotadas de agua fría y caliente. o Instalaciones o medios adecuados para el mantenimiento y el control de las condiciones adecuadas de temperatura (refrigeración o congelación), si fuera necesario, de materias primas y productos elaborados. También cabe destacar la mención que en los informes sanitarios relativos a las actividades talleres mecánicos, se hace respecto al cumplimiento de la normativa sobre recogida de residuos sólidos urbanos, por empresa autorizada y su eliminación En el mismo sentido para la actividad de carnicería, en cuanto al tratamiento de los residuos: cumplimiento de las características de los recipientes y las exigencias de evacuación de los residuos generados (desechos y/o desperdicios cárnicos), que no pueden ser arrojados a un contenedor de residuos sólidos urbanos, sino siéndoles de aplicación el Reglamento (CE) nº 1774/2002, por el que se establecen las normas sanitarias aplicables a los subproductos animales no destinados a consumo humano. Por último, resaltar la incidencia que en esos mismos informes sanitarios hacen al cumplimiento de las medidas de protección contra incendios. Todos los informes a los que nos hemos venido refiriendo, teniendo el carácter de preceptivos y no vinculantes, a diferencia, como veremos, del informe que haya de emitir la comisión calificadora de la actividad, que tendrá carácter vinculante cuando sea desfavorable o imponga medidas correctoras. Me remito más arriba (informes en el procedimiento de concesión de licencias de actividad inocua), a modo de recordatorio, sobre el carácter que pueden tener los informes, Como ya se ha adelantado, el borrador de Reglamento de desarrollo de la LCAI denomina a este trámite “Consultas e Informes”, entre los cuales se refiere al que deben emitir: - Los servicios técnicos municipales sobre los elementos de la actividad o instalación, con indicación de la protección ambiental que según su criterio deberían adoptarse para el otorgamiento de la licencia municipal teniendo en cuenta lo previsto en las ordenanzas municipales. - Las Administraciones que correspondan según la naturaleza de la actividad o instalación proyectada, para que manifiesten lo que estimen oportuno en el orden de sus respectivas competencias. Llama la atención la técnica utilizada “Las Administraciones que correspondan”, a diferencia de lo regulado en el RAMINP que expresa y únicamente se refiere al Jefe Local de Sanidad. Sin duda se trata de una previsión que intenta abarcar e incluir en el expediente todos los informes que desde el punto de vista competencial puedan corresponder a distintos organismos, más allá del informe sanitario. Además, se establece el plazo en el que los informes de esos órganos o entidades distintos de los municipales deben emitirse, siendo éste de 20 días hábiles, salvo previsión legal específica, y quedando suspendido el cómputo del plazo para resolver y notificar la resolución por el tiempo que medie entre la petición y la recepción del informe. En cuanto a esta última previsión, la pregunta que surge a colación, es si tanto la petición del informe como su recepción por el Ayuntamiento, debe ser comunicada a los interesados, tal y como establece el art. 42.5 c) LJR-PAC. La respuesta parece que no puede ser otra que afirmativa en aras del principio de seguridad jurídica, pues de otro modo el interesado estaría en cuanto al transcurso del plazo máximo de resolución y notificación, a los efectos de producirse el silencio administrativo, al albur de los informes preceptivos que desde la Administración instructora del expediente se pidieran a órganos o entidades distintos de los municipales. Finalmente, el borrador de norma autonómica dispone que: “las actuaciones proseguirán aún cuando no se hayan emitido en plazo los informes solicitados. No obstante, los informes emitidos fuera de plazo se incorporarán al expediente cualquiera que sea el estado de su tramitación y deberán ser tenidos en cuenta antes de dictar la resolución”. Se altera en algún matiz el régimen jurídico común previsto en el art. 82.4 LRJ-PAC para los informes emitidos fuera de plazo, ya que, por un lado, en el borrador de Reglamento autonómico de desarrollo se establece terminantemente que “las actuaciones proseguirán”, en tanto que el art. 82.4 LRJ-PAC prevé que “se podrán proseguir las actuaciones”, y por otro lado, el citado borrador se pronuncia en el sentido positivo e imperativo de que los informes emitidos fuera de plazo “deberán ser tenidos en cuenta”, mientras la LRJ-PAC, lo hace con un carácter negativo y potestativo de que “el informe e emitido fuera de plazo podrá no ser tenido en cuenta al adoptar la correspondiente resolución”. c) Incorporación al expediente del informe de la Corporación Municipal.- Este informe, entre otros extremos, debe acreditar: 1º.- Si el emplazamiento propuesto y demás circunstancias están de acuerdo con las Ordenanzas Municipales y con lo dispuesto en el RAMINP. En todo caso, se hará constar el parecer del Ayuntamiento sobre la procedencia o no de la concesión de la licencia. 2º.- Si en la misma zona, o en sus proximidades, existen ya (no si las va a haber) otras actividades análogas que puedan producir efectos aditivos, hubiera sido más apropiado utilizar la expresión acumulativo, pues de la suma de los efectos de todas las actividades próximas es de donde pueden resultar consecuencias molestas, riesgos o daños que no se producirían si no existiese esa acumulación, pero que no obstante, dicha acumulación no habrá de determinar por sí la denegación de la licencia si es posible la corrección mediante los sistemas técnicos que procedan. La duda en este trámite se ha centrado en vislumbrar quién es el órgano municipal competente para emitir dicho informe, pues como vemos más arriba, el RAMINP se refiere genéricamente a la Corporación Municipal sin atribuir la competencia a órgano concreto. Algunos autores se pronuncian a favor del Alcalde, en base a la cláusula residual contenida en el art. 21.1 s) LRBRL y 41.28 ROF, según los cuales, al Alcalde le corresponden como atribuciones: “Las demás que expresamente le atribuyan la leyes y aquellas que la legislación del Estado o de las Comunidades Autónomas asignen al municipio y no atribuyan a otros órganos municipales”. Por su parte, en opinión de El Consultor de los Ayuntamientos y de los Juzgados, en la obra más arriba referenciada, el órgano competente para su emisión sería el Ayuntamiento (el Pleno), argumentando que el RAMINP señala que lo emitirá la Corporación y que, aunque podría resolver la cuestión confiriendo tal facultad al Alcalde como cabeza de la Corporación, tal delegación estaría en contra del espíritu del RAMINP que cuando, en otros casos (la concesión de licencia, por ejemplo) atribuye alguna facultad lo hace de forma expresa. No obstante, concluye el propio Consultor que razones de economía procesal, celeridad y eficacia aconsejan que no sea el Pleno el encargado de emitir el informe, al menos en supuestos de escasa trascendencia, y pueda defenderse que sea el Alcalde quien emita el informe, previo dictamen de la Comisión Informativa correspondiente, quedando así garantizado el parecer o voluntad de la Corporación que, por otra parte, no tiene porqué coincidir con la voluntad de su Alcalde. En cuanto al plazo para emitir dicho informe, el mismo resultará de los plazos previstos para los restantes trámites; así, a partir de la reforma del RAMINP por Decreto 3493/1964, de 5 de noviembre, se amplió el plazo al señalar 30 días para informar el expediente (comprensivo de todos los trámites vistos), cuando en origen dicho plazo era de un mes (que es inferior a citados 30 días). No obstante, no se establece plazo concreto para la emisión del informe de la Corporación, el cual debe deducirse del propio contexto del art. 30 del RAMINP, que se expresa con el siguiente tenor: “A la vista de los antecedentes…”, esto es, la Corporación esperará a conocer el resultado de los restantes y anteriores trámites, de manera que si se dispone de un plazo de 30 días para practicar toda la información del expediente, siendo los 10 primeros días para el trámite de información pública y notificación personal a los vecinos inmediatos, los 10 días siguientes para que informen el Jefe Local de Sanidad y los técnicos municipales, el resto del plazo, esto es, los otros 10 días será el plazo que disponga el Ayuntamiento para emitir su informe. La IAM, en su art. 4.4ª introdujo un párrafo contradictorio con lo acabado de comentar, al indicar que: “Resuelta la tramitación del expediente, el Alcalde decretará, acto seguido, la simultánea apertura de la información pública y el pase de la petición y documentos anejos a ella a informe de la Corporación municipal, que lo emitirá en el plazo de veinte días naturales”. Como se ha acreditado, este último plazo no se compatibiliza con los trámites a efectuar y los plazos que para ello se dispone. En resumen, debe prevalecer la regulación contenida en el art. 30.2 RAMINP, en los términos expresados. En la práctica administrativa, muchos Ayuntamientos traducen el informe referido en un Decreto, como sería el siguiente: EXMO. AYUNTAMIENTO DE ………………………….. DECRETO: En virtud de las facultades que me están conferidas por la legislación vigente, vengo en ordenar lo siguiente: Examinado el expediente que se tramita por este Ayuntamiento con el nº ………….., a instancia de ………………………………, para la instalación de ………………………, en ………………………………. Acreditando que en el período de su información pública a que se sometió el expediente, …………. (NO / SÍ) se han presentado reclamaciones al mismo. Vistos los informes emitidos por la Dirección General de Salud Pública, el …………………… (Técnico/s Municipal/es). Se acuerda informar …………………. (favorablemente / desfavorablemente) el expediente en cuanto a su emplazamiento, propuesta y demás circunstancias, de acuerdo con las Ordenanzas Municipales y con lo dispuesto en la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, y Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, Reglamento sobre actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas –RAMINP- y demás normativa complementaria. En cuanto a la misma zona de referencia, ………. (NO / SI) existen otras actividades análogas que puedan producir efectos aditivos. Lo mandó y firmó, el/la Sr/a. Alcalde/sa-Presidente/a, por ante mí, el/la Secretario/a General, en Torrelavega, a …………….. de …………… de …………... EL/LA ALCALDE/SA-PRESIDENTE/A, Fdo: ………………………………. P.A.M. EL/LA SECRETARIO/A GENERAL, Fdo: …………………………………. El borrador de Reglamento de desarrollo de la LCAI no prevé el trámite anterior, sino que, una vez finalizado el período de información pública y unidas al expediente las alegaciones presentadas así como la contestación municipal a las mismas, establece directamente el trámite de consultas e informes. d) Remisión del expediente a la Secretaría de la Comisión Provincial de Servicios Técnicos (hoy entendido servicios correspondientes de la Comunidad Autónoma, en Cantabria, en la actualidad, Comisión Regional de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas –CRAMINP-, previendo el borrador de Reglamento la denominación de “Comisión para la comprobación ambiental”) (arts. 31-33 RAMINP).- Este trámite se cumplimentará con el envío en el plazo de 5 días (entendidos hábiles) de copia completa del expediente, por tanto, con inclusión del resultado de la información pública e informes de la Corporación, de los técnicos municipales y del Jefe local de Sanidad. El oficio que acompañe a al expediente tendrá la siguiente redacción: Habiéndose iniciado a instancia de …………………………………, expediente de actividad, que se instruye por este Ayuntamiento con el …………………, para la instalación de ……………………………….., en ……………………………….., y finalizados los trámites que corresponden a este Ayuntamiento, conforme a lo dispuesto en el art. 37.3 de la Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, y art. 31 del Decreto 2.414/61, de 30 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas. Visto lo dispuesto en el Decreto 99/1996, de 26 de septiembre, por el que se regula el ejercicio de las competencias transferidas en materia de trabajo e industria, en concreto lo dispuesto en su artículo 2, por el que se atribuye a esa Dirección Regional la competencia en materia de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas. Adjunto se remite copia del expediente anteriormente indicado, para su sometimiento a esa C.R.A.M.I.N.P. En……………………., a …………. de …………… de ……. EL/LA ALCALDE/SA-PRESIDENTE/A, Fdo: ………………………………….. COMISIÓN REGIONAL DE ACTIVIDADES MOLESTAS, INSALUBRES, NOCIVAS Y PELIGROSAS.- Gabinete Técnico de Seguridad e Higiene. SECRETARÍA DE LA C.R.A.M.I.N.P. Avda. del Faro, 33 39012 – SANTANDER Seguidamente, por la Administración Autonómica se efectuarán dos actuaciones por el orden siguiente: 1ª.- El/la Secretario/a de la Comisión comprobará que el expediente se encuentra completo, en otro caso se requerirá al Ayuntamiento la subsanación. A este respecto el borrador de norma reglamentaria de la Comunidad Autónoma de Cantabria establece un plazo máximo de 10 días para que el/la Secretario/a pueda verificar el expediente. 2ª.- La Comisión procederá a calificar la actividad, en palabras del art. 4.4ª IAM, en los 45 días (hábiles) siguientes a la recepción del expediente. No obstante, el art. 33.2 RAMINP prevé un plazo de un mes y quince días, lo que no se corresponde con los 45 días indicados, sino que aquél sería un plazo superior, como se ha tenido ocasión de razonar más atrás al respecto de otros plazos. Y como entonces, debemos decantarnos por la prevalencia del plazo dispuesto en el RAMINP, esto es, un mes y quince días, lo que a la postre es un plazo inferior al fijado por la IAM. El trámite de calificación, por lo demás, es esencial donde los haya, tanto es así que su omisión, aunque el RAMINP no lo dice expresamente, se desprende del propio art. 63 de la LRJ-PAC y la jurisprudencia lo ha dicho reiteradamente, dará lugar a la nulidad relativa o anulabilidad, esto es, de todo lo actuado posteriormente. Es por lo que, en homólogo del RAMINP en Cantabria, la LCAI, sí que lo señala expresamente en su art. 35: “Serán nulas de pleno Derecho las autorizaciones de apertura o funcionamiento que se otorguen sin la debida comprobación ambiental –equivalente a la conocida calificación-”. Para tal calificación, se procederá como sigue: dentro del mes siguiente a la recepción del expediente, emitirán su informe los servicios provinciales a los que se pida y la Ponencia dictaminará el proyecto técnico o básico, Ponencia en la cual estarán representados los Organismos que tengan relación más directa con la actividad que se trate, en todo caso la Jefatura de Sanidad y Delegación de Trabajo provinciales. Después, en los 15 días siguientes, la Comisión calificará de forma motivada la actividad, en el sentido de examinar la garantía y eficacia de los sistemas correctores propuestos, que la Comisión podrá aceptar o rechazar. En este último caso dará audiencia al interesado por plazo de diez días. Omitirse el trámite de audiencia por la Comisión en el supuesto de que se prevea por ésta la denegación supondría vulnerar no ya un derecho fundamental (art. 24.1 C.E.), que también, sino un principio de derecho natural, como es “nemo condemnatus nisi auditus”. Este trámite no queda cumplimentado con la toma de declaración al interesado, sino que será necesario ponerle de manifiesto el expediente para que lo pueda examinar y presentar las alegaciones y documentos que convenga a su derecho. Obsérvese que el plazo de audiencia será de 10 días (hábiles) y repárese en que la más reciente LRJ-PAC al regular este trámite en su art. 84.2, establece un plazo que no podrá ser inferior a 10 días ni superior a 15, lo que se ha querido plantear como una contradicción; desde esta parte no se ve tal, y es que, por un lado, la norma especifica de aplicación es la contenida en el RAMINP, y por otro lado, tampoco se contradice con el plazo común, que podrá extenderse desde los días 10 días hasta los 15, según el criterio ponderado de la Administración, concordando, por tanto, el plazo previsto en el art. 33.2 del RAMINP con el inferior marcado por la LRJ-PAC. La discrepancia también puede surgir, como afirma el art. 4.5ª de la Instrucción complementaria al RAMINP, entre el parecer de la Comisión sobre la autorización o denegación de la licencia y el de la Corporación municipal, en cuyo caso, la audiencia se dará al Alcalde respectivo para que en un plazo de diez días hábiles exponga ante aquélla las razones que crean asistirle, mediante escrito que deberá ser examinado por ella Comisión, a fin de mantener o no su anterior informe. Según criterio de El Consultor de los Ayuntamientos y de los Juzgados, la referencia al Alcalde se hace como Presidente de la Corporación, entendiendo que deberá ser el órgano que evacuó el informe corporativo quien formule las alegaciones que crea oportunas en defensa de la posición del Ayuntamiento en la discrepancia o, por el contrario, rectificar su informe inicial a la vista del criterio de la Comisión. Aunque lo cierto es que también, esta alusión al Alcalde, podría entenderse como el argumento para concluir que más atrás cuando discutíamos sobre cual debe ser el órgano municipal competente para emitir el informe (Alcalde o Pleno), se refería implícitamente al Alcalde. Finalmente, el propio precepto plantea la posibilidad de que la garantía y eficacia de los sistemas propuestos por el solicitante fueran rechazados inicialmente por la Comisión, y al mismo tiempo que se plantee discrepancia entre ésta y la Corporación municipal, en cuyo caso, la audiencia al interesado y al Alcalde respectivo será simultáneo. Transcurrido, en su caso, el plazo concedido al interesado y/o al Ayuntamiento, como trámite de audiencia en caso de discrepancia, la Comisión adoptará el acuerdo definitivo que proceda dentro de los quince días siguientes, devolviendo el expediente al Ayuntamiento para que otorgue o deniegue la licencia solicitada, en el bien entendido que la decisión municipal corresponde al Alcalde. La referencia a la adopción de acuerdo definitivo es imprecisa, ya que, por definición, un acto administrativo es definitivo cuando pone fin al procedimiento administrativo, pudiendo interponerse contra el mismo los recursos que procedan, lo que en el tipo de procedimiento administrativo que tratamos no sucede y de admitirlo significaría que el Alcalde del Ayuntamiento respectivo se encuentra vinculado por el sentido del acuerdo adoptado por la Comisión, cuestión que solo será así cuando dicho sentido del acuerdo sea denegatorio de la licencia o implique la imposición de medidas correctoras, pero no así cuando el acuerdo de la Comisión sea favorable a la concesión de la licencia. Por tanto, solo se puede interpretar que la referencia al acuerdo definitivo que adopte la Comisión, será porque ya con anterioridad ha podido dictar un acuerdo inicial discrepante de la postura del interesado y/o del Ayuntamiento, motivo por cual se hubiera dado a éste/os trámite de audiencia. La última cuestión que suscita el precepto es precisamente al hablar de acuerdo, por cuanto tal expresión es utilizada normalmente para designar un acto administrativo decisorio y vinculante jurídicamente, a más, generalmente emanado de un órgano colegiado, y ésta última característica es la única de la que goza el acto administrativo dictado por la Comisión Calificador, pues la naturaleza consultiva y asesora de dicho órgano nos tendría que llevar a hablar de informe o dictamen y no tanto de acuerdo, al menos cuando el acto administrativo sea favorable a la concesión de la licencia, pues en otro caso (acto administrativo desfavorable o que imponga medidas correctoras, sí podría sostenerse, según la definición dada (acto administrativo obligatorio o vinculante), la naturaleza de acuerdo respecto del acto administrativo dictado por la Comisión, –STS de 11 de febrero de 1990-. En los mismos términos se pronuncia el borrador de Reglamento de la LCAI, con las salvedades siguientes: 1ª.- Se apunta que la remisión del expediente a la Comisión: “implica la conformidad inicial del Ayuntamiento con el proyecto”, lo que determina que instruido un expediente de actividad por un Ayuntamiento, si el informe/s de la Corporación fuera/n desfavorables a la instalación pretendida, por ejemplo desde el punto de vista urbanístico del emplazamiento de la actividad o de la adopción de medidas correctoras, etc., no debe remitirse el proyecto a la Comisión. 2ª.- El art. 37 LCAI establece el órgano autonómico encargado de emitir el informe de comprobación ambiental, que será la Comisión para la comprobación ambiental, cuya composición y adscripción se determinará reglamentariamente, no obstante, señalando que la Presidencia de la Comisión la ostentará el órgano de la Consejería con competencia en materia de medio ambiente que reglamentariamente se determine. El borrador Reglamento de la LCAI adscribe la Comisión para la comprobación ambiental a la Consejería de Medio Ambiente, y concreta dicha composición: a) Presidente: El Consejero con competencias en materia de medio ambiente o persona en quien delegue. b) Secretario: Un funcionario de la Dirección General de Medio Ambiente (aún cuando no indica que éste actuará con voz pero sin voto, como sí se dice más abajo para el Letrado que actúe como Asesor, debe comprenderse que así será, como por otra parte ocurre con quien actúa como Secretario en cualquier órgano colegiado, salvo que además sea miembro del mismo –véase a este respecto el art. 25.3 a) LRJ-PAC-. c) Vocales Permanentes: - - Director General con competencias en materia de Industria o persona en quien delegue. Director General con competencias en materia de Salud Pública o persona en quien delegue. Director General con competencias en materia de Ganadería o persona en quien delegue. Director General con competencias en materia de Ordenación del Territorio (llama la atención que no se establezca “o persona en quien delegue”, lo que quizá obedezca a una omisión involuntaria). Director General con competencias en materia de Urbanismo o persona en quien delegue. Director General con competencias en materia de Turismo o persona en quien delegue. Cuatro representantes designados por la Federación de Municipios de Cantabria en representación de los municipios cántabros, dos de los cuales serán elegidos de entre los municipios con una población de derecho superior a 50.000 habitantes. Además, podrán formar parte de la Comisión, previa solicitud del Ayuntamiento, incorporándose a ella en el momento oportuno que corresponda conforme al orden del día de cada reunión, un representante designado por el municipio competente para aprobar el proyecto, instalación o actividad que deba ser objeto de la comprobación ambiental (aunque no se dice, se entiende que éstos, a diferencia de los anteriores, son los Vocales no Permanentes). Actuará como asesor, con voz pero sin voto, un Letrado designado por la Dirección General del Servicio Jurídico. También prevé el borrador, la posibilidad de designación por parte de la Comisión, a propuesta del Presidente, de las Ponencias técnicas que se consideren oportunas, formadas por técnicos cualificados nombrados al efecto, para preparar las reuniones y deliberaciones de aquélla, y que, además, cuando el Presidente de la Comisión lo considere, podrán asistir con voz, pero sin voto, a las reuniones de la Comisión. 3ª.- En cuanto al trámite de audiencia al interesado aludido más arriba, el borrador no hace distinción según que la Comisión haya aceptado o haya rechazado la garantía y eficacia de los sistemas correctores propuestos, sino que se pronuncia en el sentido de que valorado inicialmente el proyecto: “se dará traslado al interesado para que en el plazo máximo de diez días realice las observaciones que considere procedentes”, lo que obligaría a la Comisión a realizar dicho trámite con independencia de que la valoración del proyecto hubiera aceptado o rechazado la garantía y eficacia de las medidas correctoras a que debe someterse la actividad o instalación. Así planteado, se estaría introduciendo una actuación más al procedimiento, quizá innecesaria, demorando con ella aún más la resolución correspondiente, que ya de por sí se extiende suficientemente en el tiempo. Entiendo que, por lo tanto, este trámite de audiencia habrá de efectuarse en los términos que actualmente se establecen en el RAMINP, en definitiva, dar audiencia al interesado sólo si la Comisión ha rechazado esas medidas correctoras propuestas, y lo entiendo así máxime si tenemos en cuenta cómo se regula este trámite en el art. 84.4 de la ley de procedimiento administrativo común, que prevé la posibilidad de: “prescindir del trámite de audiencia cuando no figuren en el procedimiento ni sean tenidos en cuenta en la resolución otros hechos ni otras alegaciones y pruebas que las aducidas por el interesado”, de donde tenemos que si el procedimiento se ha instruido en estos términos, ninguna razón de ser alcanzo a pensar que tendría este trámite o actuación. 4ª.- El plazo que dispone el órgano ambiental competente para emitir “y notificar” al Ayuntamiento el informe de comprobación ambiental, es de un mes desde la entrada en el registro de dicho órgano ambiental, transcurrido el cual sin la emisión de informe, se podrán proseguir las actuaciones, debiendo el Ayuntamiento determinar las condiciones de prevención y protección ambiental a las que deban sujetarse las actividades o instalaciones, así como las fianzas y seguros que puedan proceder. Lo que no sé si contradice un tanto aquello de que: “No podrán otorgarse las autorizaciones y licencias que fueren necesarias para la ejecución de los proyectos o la instalación o el funcionamiento de las actividades que requieran una comprobación ambiental en tanto no se haya completado ésta”, por cuanto, como es de ver, por virtud de silencio administrativo a la hora de emitir el informe de comprobación ambiental, el Ayuntamiento podrá llegar a conceder una licencia sin haberse completado la comprobación ambiental, salvo que se quiera entender que, en este caso, el Ayuntamiento actúa por sustitución completando la comprobación ambiental mediante la determinación de las condiciones de prevención y protección ambiental y las fianzas y seguros. Continúa el borrador de Reglamento que: “No obstante, si el informe se emitiera fuera de plazo pero antes de dictarse resolución, el órgano municipal tendrá en cuenta las determinaciones de aquél”. Las previsiones aludidas en los dos párrafos anteriores concuerdan con los efectos fijados por el art. 84.4 LRJ-PAC en cuanto a la no emisión en plazo de informes o dictámenes, salvo en el matiz que este último precepto señala que: “el informe emitido fuera de plazo podrá no ser tenido en cuenta al adoptar la correspondiente resolución”, en tanto que el borrador de Reglamento ahora tratado declara taxativamente que, en ese caso, las determinaciones del informe de comprobación ambiental deberán ser tenidas en cuenta, lo que por otra parte parece más lógico dado que no se ha dictado resolución definitiva. 5ª.- El borrador de Reglamento de la LCAI determina el contenido del informe de comprobación ambiental, que se concretará así: “a) Reunirá e integrará en un único condicionado todas las prescripciones resultantes de las consultas e informes que evacuen los organismos que deban ser oídos de acuerdo con la legislación sectorial. b) Incluirá la descripción de las instalaciones y procesos productivos autorizados, indicando las características de las medidas técnicas de prevención de la contaminación cuya implantación resulta indispensable para el otorgamiento de la licencia de actividad. c) Detallará, en su caso, los valores límite de emisión y las medidas preventivas, de control o de garantía que sean procedentes respecto de los ruidos, vibraciones, radiaciones, calor, olores, gases, residuos y vertidos de aguas residuales al sistema de saneamiento urbano municipal u otros agentes molestos, peligrosos o contaminantes, incluida la prevención de incendios y la protección de la salud, que pueda producir la actividad o instalación. La determinación de los valores límite de emisión tendrá en cuenta las mejores técnicas disponibles. d) Detallará, en su caso, los riesgos que deban ser cubiertos mediante la suscripción de seguros y fianzas adecuados y la cobertura mínima de éstos.” Este contenido del informe de comprobación ambiental supone un nivel de detalle muy superior al que hasta ahora recogen los informes de comprobación ambiental emitidos por la Comisión, que se limitan a indicar su favorabilidad o no a la concesión de la licencia de actividad. Hay que detenerse, por novedoso (el RAMINP no lo establece), en el último de los apartados (el d), que por virtud del art. 32.3 párrafo segundo de la LCAI, “posibilita” a la Comisión calificadora (Comisión para la comprobación ambiental), exigir entre las condiciones, la constitución de fianzas y seguros adecuados para cubrir posibles daños que pueda producir la actividad o instalación y la cobertura mínima de los mismos. Esta es uno de los condicionantes que han venido incorporando las legislaciones autonómicas, si bien con distinta intensidad, que va desde exigir un seguro de responsabilidad civil con carácter obligatorio, como lo hace la normativa Catalana o Vasca, hasta configurarlo con carácter potestativo, como en los casos de Navarra, Murcia o, como hemos apuntado, Cantabria. El principal problema que plantean estos seguros y fianzas es su control permanente, ya que de otra forma, la operatividad de los mismos será nula desde el momento en que alguien suscriba un seguro o fianza exigido para iniciar la actividad y al vencimiento del mismo no sea renovado. 6ª.- Ni la LCAI ni el borrador de Reglamento plantean la posibilidad de discrepancia entre la Comisión y el Ayuntamiento, en cuanto a la concesión o denegación de la licencia, como sí lo hace el RAMINP, aunque entiendo que se trata de una norma cuya finalidad es loable, dado que posibilita un acuerdo entre ambas Administraciones que de otra manera un eventual informe de comprobación ambiental desfavorable por parte de la Comisión, por virtud de la ley, vincula al Ayuntamiento en cuanto a la denegación de la licencia y consecuentemente supone una imposición por parte de la Administración Autonómica hacia la Administración Local, por la voluntad unilateral de aquélla, lo cual no parece muy razonable. En la práctica el informe que viene emitiendo la CRAMINP es del siguiente tenor: “VISTO: El expediente cuyos datos figuran en el encabezamiento. RESULTANDO: Que presentada solicitud por el interesado, ante la Corporación municipal, ésta acuerda instruir el expediente reglamentario uniendo al mismo el resultado de la información pública, así como los informes obligatorios de los Técnicos Municipales y acuerdos del Pleno Municipal. RESULTANDO: Que, la Ponencia Técnica ha emitido el informe que literalmente se transcribe a continuación: En la reunión celebrada por esta Ponencia Técnica con fecha 03/09/08 se estudió, entre otros, el expediente arriba indicado, emitiéndose el siguiente acuerdo: 1º.- Se trata de una actividad incluida en el Anexo C de la Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado. 2º.- Los informes del Ayuntamiento y sus Técnicos son favorables. ….. (Se han / No se han) presentado alegaciones dentro del plazo reglamentario. 3º.- En la memoria y planos se señalan las medidas correctoras. Que se prevén establecer y que se consideran de suficiente eficacia y garantía respecto de los motivos de calificación. Por todo ello, estimamos que puede autorizarse la instalación de esta actividad, si bien, no podrá comenzar a ejercerse sin que antes se gire la oportuna visita por parte de los servicios del Ayuntamiento, en que se compruebe que se ha realizado según el proyecto, y que las medidas correctoras son de suficiente eficacia. VISTO: La Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre de Control Ambiental Integrado. VISTO: El Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, de 30 de Noviembre de 1.961, en cuanto resulte de aplicación, de conformidad con lo dispuesto en la disposición adicional tercera de la Ley de Cantabria 17/2006. CONSIDERANDO: Que según el informe del Servicio Jurídico del Gobierno de Cantabria de fecha 15/05/07, el órgano competente para emitir la comprobación ambiental será la Comisión Regional de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas hasta que se proceda al desarrollo reglamentario de la Ley 17/2006. CONSIDERANDO: Que el expediente ha sido instruido de conformidad con lo dispuesto en los artículos 29, 30 y 31 del Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas. Esta COMISIÓN ACUERDA por unanimidad emitir informe de comprobación ambiental favorable, a efectos de concesión de Licencia Municipal, que, quedará condicionada al establecimiento, previa comprobación de su funcionamiento, de las medidas correctoras y de seguridad que figuran en el Proyecto”. A modo de reflexión final sobre este trámite ajeno a la Administración Municipal es que debiera haberse reconsiderado por la norma autonómica cántabra y, como no, por las restantes homólogas normativas autonómicas, por el carácter dilatorio que tiene en la resolución de esta clase de procedimientos y porque propicia el funcionamiento de actividades amparadas en licencias provisionales cuando no en la simple tolerancia municipal. No se trataría tanto de suprimir de este trámite como de configurarlo en calidad de relaciones interadministrativas de cooperación para los Municipios que carezcan de medios personales y técnicos, en lugar de su articulación como plasmación de la tutela efectiva, primero del Estado y después de las CC.AA. sobre las Entidades Locales, que es como quedó regulado en el RAMINP, y cuya estela ha sido seguida, ¡como no!, por las CC.AA. La opinión manifestada no es exclusiva de quien suscribe, sino de la doctrina mayoritaria y hasta de la propia Institución del Defensor del Pueblo en sus Memorias anuales al señalar que: “Este procedimiento de doble instancia es una reminiscencia de la legislación preconstitucional, en la que existe una tutela efectiva sobre las Administraciones Locales, habiéndose operado exclusivamente un relevo de los Gobiernos Civiles por las Comunidades Autónomas a nivel competencial. Pero este procedimiento provoca enormes retrasos en la concesión de las licencias y, de otra parte, un distanciamiento de la Administración Pública que decide en realidad sobre la instalación. Estos retrasos en el procedimiento de concesión son tan importantes que es práctica habitual la concesión de autorizaciones provisionales de los Ayuntamientos tras la solicitud, quedando pendiente la definitiva del largo procedimiento que se inicia en ese momento con la Comunidad Autónoma”. 3.- Finalización. Calificada la actividad o instalación por la Comisión (en términos de la LCAI: emitido “informe de comprobación ambiental”), ésta devuelve el expediente al Ayuntamiento para que en el plazo de quince días otorgue o deniegue la licencia solicitada, en consonancia con el acuerdo definitivo de la citada Comisión (art. 33.2 RAMINP), sin que, en ningún caso, pueda el Ayuntamiento conceder licencias provisionales mientras la actividad no esté calificada. Las referencias al Ayuntamiento deben serlo al Alcalde que es quien tiene atribuida la competencia para conceder o denegar las licencias municipales. Aún cuando ya nos hemos pronunciado en algún pasaje sobre el tema, merece ahora volver a hablar del carácter vinculante o no para el Ayuntamiento, que deba dársele al acuerdo definitivo de la Comisión, en cuanto a la concesión o denegación de la licencia municipal. Pues bien, de lo dispuesto en el art. 33.3 RAMINP, recuérdese: la Comisión devuelve el expediente al Ayuntamiento para que en el plazo de quince días “otorgue o deniegue la licencia solicitada, en consonancia con el acuerdo definitivo de la citada Comisión”, se deduce el carácter vinculante para el Ayuntamiento, lo que significaría que si la Comisión califica favorablemente la actividad o instalación, el Ayuntamiento debería conceder la licencia, en tanto que si la calificación realizada por la Comisión fuera desfavorable, el Ayuntamiento estaría obligado a denegar la licencia. Discutido suficientemente por la doctrina la interpretación que debía darse a este precepto, esta primera interpretación anota, hoy día no es suficientemente defendible pues supone un atentado contra la competencia y autonomía municipal. Se ha vertido una segunda interpretación, cual es que la denegación municipal de la licencia caso de informe favorable de la Comisión, sólo sería posible por una de las razones de competencia municipal apuntadas por el art. 30 RAMINP, que ab initio permiten al Ayuntamiento para denegar la licencia municipal, entendiendo que tales motivos no se limitan exclusivamente a la fase inicial del procedimiento. Esta postura ha sido la mantenida por alguna sentencia del Tribunal Supremo. Finalmente, la tercera posibilidad interpretativa es aquella por la que el Alcalde podría denegar la licencia en el caso tratado, tanto por las razones de competencia municipal señaladas en el art. 30 RAMINP como por otras propias del RAMINP, precisamente en el entendimiento de que los motivos de competencia municipal aludidos en el repetido art. 30 RAMINP no se limitan a la fase inicial del procedimiento administrativo. Esta es la interpretación mayoritaria de doctrina y jurisprudencia, así como el espíritu que preside la nueva regulación de régimen local, más favorable a la autonomía local. La conclusión es que la calificación dada por la Comisión no será vinculante para los Ayuntamientos cuando sea favorable a la actividad o instalación y, por el contrario, el acto administrativo en cuestión será vinculante cuando aún siendo favorable al otorgamiento de la licencia establezca la adopción de medidas correctoras, y por supuesto, cuando la calificación de la Comisión sea desfavorable, así como cuando, interpuesto recurso administrativo contra la denegación de una licencia por virtud de dicha calificación desfavorable, la se ratifique. La vinculación del acto administrativo emanado de la Comisión hace que en materia de informes se pase en el supuesto que nos ocupa, de la naturaleza consultiva de los mismos a su naturaleza de control, viniendo a predeterminar los sucesivos actos administrativos, en especial la resolución del Alcalde, lo que a su vez plantea una irregularidad insostenible, cual es que, la predeterminación de que hablamos, puede hacer que el interesado decida recurrir, habiéndolo contra la acto administrativo recurrible, que no es otro que la resolución del Alcalde “predeterminada”, porque como ha quedado expuesto, el acuerdo, informe o dictamen de la Comisión no es un acto administrativo definitivo sino de trámite, y supuesto que prosperase el recurso, podría obligar a indemnizar al recurrente, correspondiendo pagar ésta al Ayuntamiento y no al órgano autonómico que vinculó aquella decisión, lo que ciertamente no parece tener mucha lógica. Al mismo entendimiento en materia de vinculación del informe de comprobación ambiental ha llegado el borrador del Reglamento de la LCAI, al indicar que el informe de comprobación ambiental que emita la Comisión: “tendrá carácter vinculante en lo que respecta a la denegación de la licencia solicitada o a la imposición de condiciones o medidas correctoras sobre la actividad o instalación proyectadas”. Ahora bien, merece la pena subrayar que ha señalado alguna STS, en este caso la de 16/01/1986, la vinculación a la Autoridad Municipal solo es posible cuando se refiera a materias que son propias de su especialidad técnica y que esas Comisiones carecen de toda competencia urbanística, pues la ley atribuye en exclusiva esta última a los Ayuntamientos, por lo que las mencionadas Comisiones no tienen competencia alguna para juzgar temas urbanísticos ni por ende pueden basar sus informes o acuerdos en tales circunstancias, cual sería el caso de informar desfavorablemente una licencia por contravenir su emplazamiento el planeamiento urbanístico del municipio que se trate. Otro problema es la vinculación que para el Ayuntamiento pueden tener otras autorizaciones que deban obtenerse por el interesado de otras Administraciones en función de la actividad pretendida, ya que aunque generalmente se incorpora en las resoluciones o acuerdos por los que se concede la licencia municipal una cláusula que establece que la licencia se otorga “sin perjuicio de las autorizaciones y controles que puedan corresponder a otros Organismos de la Administración, tanto para la puesta en funcionamiento de la actividad como para su posterior desarrollo”, lo cierto es que, por un lado, el propio art. 3.2 IAM, al señalar que las autorizaciones estatales, cuando sean necesarias, serán requisito previo para la concesión de las licencias municipales de instalación, apertura y funcionamiento de actividades, como por otro lado, también alguna normativa reguladora de esas otras autorizaciones, atan de pies y manos a los Ayuntamientos, al exigirse éstas con carácter previo; póngase como ejemplo en Cantabria, la autorización autonómica exigible (licencia comercial específica) por la Ley 8/2006, de 27 de junio, de Estructuras Comerciales de Cantabria, para los grandes establecimientos comerciales o establecimientos de descuentos duro (denominados así en base a un volumen de ventas superior a 500.000.000 € en el ejercicio económico anterior y el cumplimiento de al menos dos parámetros adicionales entre los tres siguientes: a) Que su superficie útil de exposición y venta sea mayor de quinientos metros cuadrados; b) Que las referencias con «marca blanca» propia o del distribuidor supongan más del setenta por ciento del conjunto de las comercializadas en el establecimiento; c) Que el número de referencias en la oferta total del establecimiento sea inferior a mil), cuyo art. 14.2 establece que: “No podrá concederse ninguna licencia municipal en tanto no haya sido concedida la licencia comercial específica. Las resoluciones denegatorias de la solicitud de licencia comercial específica tendrán carácter vinculante para los Ayuntamientos”. Otros ejemplos, de los muy variados que existen, son los correspondientes a la autorización previa que deben obtener los establecimientos hoteleros, las farmacias, los centros de enseñanza, o los bancos, joyerías y otros. En todo caso, la Autoridad Municipal estará vinculada por la previa autorización estatal o autonómica, en cuanto ésta sea desestimatoria, no así para el supuesto de que sea estimatoria, ya que ello no es obstáculo para los Alcaldes puedan denegar la licencia municipal, esto es aquellas autorizaciones prevalecen pero unas autorizaciones y otras no se condicionan o vinculan recíprocamente –STS 22/12/1989-. Salvada la cuestión anterior, el párrafo final del art. 33.2 RAMINP dirige un claro mandato a los Ayuntamientos, cual es la prohibición de conceder licencias provisionales mientras la actividad no esté calificada, lo cual es interpretado por ANTONIO CANO MURCIA, quien equipara aquí licencia provisional con licencia de instalación (o actividad). Señala dicho autor que esta doble denominación obedece a una imprecisión terminológica contenida en el propio RAMINP. Y, efectivamente, de la observancia de las distintas leyes autonómicas, en Cantabria la LCAI, en ésta el art. 33 se refiere a la ejecución del proyecto, instalación o actividad, indicando que: “No podrán otorgarse las autorizaciones y licencias que fueren necesarias para la ejecución de los proyectos o la instalación o el funcionamiento de las actividades que requieran una comprobación ambiental en tanto no se haya completado ésta”, es decir, no se habla de licencias provisionales, sino de “autorizaciones y licencias que fueren necesarias” (ej. licencia de actividad o instalación; licencia de obras; licencia de apertura o autorización de puesta en funcionamiento), con lo que parece subsanada la imprecisión terminológica contenida en el RAMINP y anotada por CANO MURCIA. De cualquier forma, el significado de este precepto es claro, y es que, sólo a partir de la calificación de la actividad o la emisión del informe de comprobación ambiental por la Comisión (y no antes), el Ayuntamiento puede conceder las correspondientes licencias municipales. Por su parte, el art. 33.3 RAMINP dispone que transcurridos citados quince días desde que la Comisión haya adoptado el acuerdo procedente sin que el Ayuntamiento lo haya ejecutado, podrá la parte interesada recurrir en alzada ante el Ministerio de la Gobernación, que, previa audiencia de los Ministerios de Industria, de Agricultura, de la Vivienda o, en su caso, del correspondiente por razón de la materia resolverá lo procedente con carácter ejecutivo para el Ayuntamiento. La decisión municipal deberá ser notifica al solicitante de la licencia, pero además a todos los que hubieran comparecido en el expediente ya que habrán adquirido la condición de interesados en el mismo. Por todos éstos (solicitante y comparecientes), podrá recurrirse potestativamente en reposición, que se dirigirá al Alcalde, o, alternativa o sucesivamente, en vía contencioso-administrativa. Si el recurso se plantea contra la denegación de la licencia dictada en consonancia con el informe desfavorable emitido por la Comisión o contra las medidas correctoras impuestas, también en consonancia con el informe de la Comisión (por tanto, no en cualesquiera otros casos), deberá darse traslado del mismo a ésta, que podrá ratificarse, lo que obligará al Alcalde a desestimar el recurso, o rectificará su anterior informe, en cuyo caso se entiende que el Alcalde resolverá conforme a su propio criterio. Contra la resolución del recurso de reposición, como ya se ha adelantado, sólo procede interponer recurso contencioso-administrativo en la forma y plazos prevenidos en la Ley 29/1998, de 13 de julio, de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa. Por tanto, ni que decir tiene que el párrafo contenido en el art. 33.3 RAMINP referente a la posibilidad por la parte interesada de recurrir en alzada ante el Ministerio (hoy se entendería la Consejería competente de la Comunidad Autónoma), en el supuesto de que hubieran transcurrido 15 días sin que el Ayuntamiento hubiera ejecutado el acuerdo o informe adoptado por la Comisión, se encuentra derogado implícitamente por el nuevo régimen de recursos de los actos y acuerdos de las Corporaciones Locales contenido en los arts. 63 y siguientes de la LRBRL, así que, en la misma idea, como ha tenido ocasión de declarar el TS en numerosas ocasiones –por todas, la STS de 3/10/1986-, tampoco es posible dejar sin efecto una resolución municipal, en nuestro caso, del Alcalde, en virtud de la interposición de un hipotético recurso de alzada. Finalmente, destacar que el art. 33 RAMINP en su apartado 4, establece como plazo ficticio máximo de resolución y notificación de este tipo de procedimiento, cuatro meses desde la fecha de la solicitud (ficticio porque en realidad son seis meses como tendremos ocasión de argumentar). Si en ese plazo no hubiese recaído resolución, ni se hubiese notificado la misma al interesado, emerge la figura del silencio administrativo, mal inevitable que tiene sus consecuencias jurídicas, en unos casos estimatorias de lo solicitado, en otras, las más, contradictoriamente con el espíritu y finalidad de la norma, al menos en la última modificación operada en la regulación de esta institución jurídica en la LRJ-PAC (arts. 42 a 44, a/i), lo que es peor, desestimatorias de lo pedido, desde luego, de todo punto rechazable por cuanto penaliza al solicitante y no a quien tiene la obligación de resolver y notificar, que no es otroaque la Administración. La figura jurídica ahora analizada, presenta dos posiciones encontradas, las cuales obedecen a su vez a dos principios romanos, como son “qui tacet non utique fatetus” (el que calle no dice nada), que viene a favorecer el silencio administrativo desestimatorio, y “qui tacet consentire videtur” (el que calla parece consentir), que propugna el silencio administrativo favorable al interesado. Pero sobre estas dos posturas, ha surgido en la moderna doctrina, una tercera orientación, que también responde a un principio romano clásico, cual es el de “qui tacet, quum siluit et debuit et potuit, consentire videtur” (el que calla, cuando puede y debe hablar, parece consentir). Como se ha señalado, la evolución de esta figura jurídica en nuestro derecho positivo ha transcurrido desde el principio general del silencio administrativo desfavorable hasta el principio general contrario (silencio administrativo positivo), eso sí, con el engaño de la excepción expresa y por remisión, que hace de este principio general del silencio administrativo positivo, precisamente no la regla general sino la excepción (véase el art. 43.2 LRJ-PAC y por remisión de éste, a modo de ejemplo, el Anexo II de la Ley de Cantabria 6/2002, de 10 de diciembre, de Régimen Jurídico del Gobierno y de la Administración de la Comunidad Autónoma de Cantabria). Sea como fuere, veamos ahora como se configura esta institución en el RAMINP, y es que lo hace de forma, llamémosle peculiar; por lo pronto, son requisitos sucesivos exigibles en el RAMINP para que opere el silencio administrativo, los siguientes: 1º.- Que transcurran cuatro meses desde la fecha de la solicitud de la licencia sin que haya recaído resolución o ésta no se haya notificado al interesado. El cómputo del plazo desde la fecha de la solicitud de la licencia no es correcto, pues de todos es sabido que el plazo comenzará a computar desde la fecha de entrada de la solicitud en el registro del órgano competente, y es que la fecha de la solicitud puede ser muy anterior a la de su presentación, sin que este hecho tenga trascendencia jurídica alguna. Además, encontramos aquí la reciente modificación regulatoria del silencio administrativo en la LRJ-PAC operada por la Ley 4/1999, de 21 de abril, a partir de la cual, la Administración tiene la obligación de resolver, y ya no solo eso (como sucedía con anterioridad a citada Ley 4/1999), sino también notificar o intentarlo, en el plazo máximo establecido al efecto. Superado este requisito, es en los siguientes donde reside la gran particularidad diferenciadora de la regulación del silencio administrativo en el RAMINP respecto de la contenida en la LRJ-PAC y restante normativa administrativa, a saber: 2º.- Que el interesado denuncia la mora simultáneamente ante el Ayuntamiento y la Comisión, que podrá hacerlo en cualquier tiempo, en todo caso una vez transcurridos citados 4 meses, pues en otro caso estaremos ante una actuación extemporánea por anticipada. Igualmente, incidir en que tal denuncia de mora habrá de hacerse ante Ayuntamiento y Comisión, ya que en otro caso no se tendrá por cumplido esta condición. Esto es, la falta de denuncia simultánea o su extemporaneidad anticipada supondrá, en base al criterio restrictivo de interpretación mantenido por el TS, la ineficacia de los efectos de un eventual silencio administrativo positivo. 3º.- Que transcurran otros dos meses desde la denuncia. Solo entonces, se producirá la llamada resolución tácita o jurídicamente más correcto, resolución presunta. Aunque, el Consultor de los Ayuntamientos, marca aún dos requisitos más deducidos de la doctrina jurisprudencial: 4º.- Que se hubiera presentado toda la documentación preceptiva y completa, ya que la no presentación de ésta o su presentación incompleta o defectuosa no puede originar la normal apertura del expediente. A la postre es como si la solicitud no hubiera sido admitida a trámite. 5º.- Que en el expediente administrativo se hubieran cumplido todos los trámites previstos en los arts. 29 y ss del RAMINP. Aunque, como igualmente reconoce el Consultor, este requisito, llevado a sus últimas consecuencias, podría desvirtuar la eficacia del silencio administrativo. Por ello, deberá concluirse que el requisito no es tanto que se hubieran cumplidos todos los trámites como que el procedimiento no se encontrara paralizado por causas imputables al solicitante o sin ser imputables a éste, el plazo se encontrara interrumpido legalmente, en cuyo caso, no hubiera transcurrido el plazo exigido para la producción del acto presunto. En definitiva, el silencio administrativo que, como se dijo, podrá tener efectos estimatorios o desestimatorios: - Tendrá efectos estimatorios para el interesado, cuando la Comisión no hubiere notificado su acuerdo desfavorable al Ayuntamiento y se hallase éste pendiente de ejecución por el mismo. La razón de ser de esta puntualización es la pretensión del legislador de impedir que aquellas actividades que hubieran sido informadas desfavorablemente por la Comisión, lleguen a obtener licencia por silencio administrativo positivo, ya que ello sería tanto como alcanzar por esta vía algo que está prohibido por ley. - Y tendrá efectos desestimatorios, precisamente cuando la Comisión hubiere notificado su acuerdo desfavorable al Ayuntamiento y se hallase éste pendiente de ejecución por el mismo. En todo caso, no debemos olvidar que los efectos jurídicos del silencio administrativo en un procedimiento de concesión de licencia para actividad de características determinadas, tendrá también consecuencias jurídicas en cuanto a la licencia de obras solicitada (véase STS 8/05/1989). Por tanto, el plazo máximo para resolver y notificar el Ayuntamiento, será al menos de 6 meses, tantos como plazo mínimo se requiere para la producción de silencio administrativo estimatorio, y ello cuando el interesado denuncia la mora de forma inmediata al transcurso de los cuatro meses iniciales; por tanto, ese plazo máximo para resolver y notificar no será el ficticio de 4 meses señalado en el art. 33.3 del RAMINP dado que durante los dos meses siguientes a la denuncia de la mora, y también en el intervalo de tiempo transcurrido entre el cumplimiento de los citados cuatro meses y la fecha en que se denuncie la mora, el Ayuntamiento podrá llegar a resolver de forma expresa y notificar ésta. La cuestión es que bajo la normativa generalizada vigente en materia procedimental, se asocian las ideas de plazo máximo de resolución y notificación a silencio administrativo y sus efectos, cuando el RAMINP conceptúa de forma diferenciada el plazo máximo para resolver y notificar el procedimiento, de la figura del silencio administrativo. A pesar de todo lo apuntado, hoy algún sector doctrinal pone en entredicho esta regulación de la figura del silencio administrativo contenida en el RAMINP, favoreciendo la regulación general normada en los arts. 42 a 44 LRJ-PAC. En contraste con todo lo dicho, ¿qué es lo que ocurre con la LCAI y borrador de Reglamento?, ¿cómo regulan el plazo máximo para resolver y notificar? Comencemos por una alusión a la regulación general del plazo máximo de resolución y notificación de los procedimientos, que se dispone en el art. 42.2 LRJ-PAC en los siguientes términos: “El plazo máximo en el que debe notificarse la resolución expresa será el fijado por la norma reguladora del correspondiente procedimiento. Este plazo no podrá exceder de seis meses salvo que una norma con rango de Ley establezca uno mayor o así venga previsto en la normativa comunitaria europea”, y apartado 3: “Cuando las normas reguladoras de los procedimientos no fijen el plazo máximo, éste será de tres meses”. Pues bien, ni la LCAI ni el borrador de Reglamento -normas reguladoras del correspondiente procedimiento como refiere el art. 42.2 LRJ-PAC–, establecen plazo alguno, por lo que cabría plantearse si, como señala el apartado 3 del art. 42 LRJ-PAC, éste sería de tres meses. Y lo cierto es que parece difícil, por la sencilla razón de que, si sumamos igualmente plazos intermedios establecidos a lo largo del procedimiento, no concordaría con el indicado plazo de tres meses. Por lo que, la alternativa más acertada será aplicar las previsiones de la LSC. A este respecto, recordemos que el art. 190 LSC regula el procedimiento de concesión de licencias, salvo que exista otro específico previsto en una Ley sectorial, cual es el caso –la LCAI y borrador de Reglamento-, pero que no prevé plazo máximo de resolución y notificación. Y así, en conexión con el precitado art. 190 LSC, el art. 191 LSC señala en cuanto a plazos lo siguiente: “1. Las licencias de obras menores habrán de otorgarse en el plazo de un mes desde su solicitud, y las restantes en el de tres meses. 2. En los supuestos en que se requiera informe preceptivo de otras Administraciones Públicas, el plazo para la resolución será de cuatro meses, salvo que en la normativa sectorial se establezca otro mayor”. De manera que, requiriéndose en el procedimiento ahora tratado, informe preceptivo de otras Administraciones –informe de la Comisión, como órgano dependiente de la CC.AA. respectiva; en su caso, informe de Sanidad; etc-, el plazo de resolución y notificación sería de cuatro meses. La Resolución o acuerdo municipal y correspondiente notificación al interesado parece que al menos deberá contener los siguientes pronunciamientos: Exp: ……………………………. RESOLUCIÓN Nº ………………… Visto expediente nº ………….. instruido a instancia de ……………………………….. para la instalación de …………………………….., en la ……………………………………… de esta ciudad. Vista la documentación obrante en el expediente, y en especial los informes emitidos por el Servicio de …………………… y Servicio de ……………………... Considerando que la Ponencia Técnica de la Comisión Regional de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, en reunión celebrada con fecha …………, acordó: “1º.- Se trata de una actividad incluida en el Anexo C de la Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado. 2º.- Los informes del Ayuntamiento y sus Técnicos son favorables. Se han presentado alegaciones dentro del plazo reglamentario. 3º.- En la memoria y planos se señalan las medidas correctoras que se prevén establecer y que se consideran de suficiente eficacia y garantía respecto a los motivos de calificación. Por todo ello, estimamos que puede autorizarse la instalación de la actividad, si bien, no podrá comenzar a ejercerse sin que antes se gire la oportuna visita por parte e los servicios del Ayuntamiento, en que se compruebe que se ha realizado según el proyecto, y que las medidas correctoras son de suficiente eficacia.” Y que, la Comisión Regional de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, en sesión celebrada con fecha ……………………., acordó por unanimidad emitir informe de comprobación ambiental favorable a efectos de concesión de Licencia Municipal que, quedará condicionada al establecimiento, previa comprobación de su funcionamiento, de las medidas correctoras y de seguridad que figuran en el Proyecto (contenido este que obecede al mandato a los Alcaldes que realiza el art. 5º IAM en orden a incluir dichas referencias en sus resoluciones concediendo o denegando la licencia). Visto lo dispuesto en los arts. 10; 31 a 37 y concordantes de la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado; Anexo C de la misma; así como en el RAMINP y en la Instrucción de 15 de marzo de 1.963, en cuanto no se opongan a la Ley 172006, de 11 de diciembre; y demás aplicables. Esta Alcaldía-Presidencia, en uso de las facultades que me confiere la legislación vigente, RESUELVE: 1º.- Conceder la licencia de actividad solicitada, con las siguientes condiciones: a) No podrá comenzar a ejercerse la actividad autorizada sin que antes se gire la oportuna visita por parte de los Servicios del Ayuntamiento, en el que se compruebe que se ha realizado según el proyecto y anexo presentado y que las medidas correctoras son de suficiente eficacia, sin perjuicio de la autorización que proceda obtener de otros Organismos. b) Esta licencia se entenderá otorgada salvo el derecho de propiedad y sin perjuicio de tercero. c) Las autoridades competentes podrán ejercer en la forma prevenida, cuantas facultades y funciones señalan los arts. 38 y siguientes de la Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, y en general, cualquier disposición legal aplicable. d) …………………………………… (Otras condiciones en función del tipo de actividad) 2º.- Para solicitar la puesta en funcionamiento de la actividad, deberá aportarse al expediente, certificación técnica emitida por el Técnico idóneo, visada por el correspondiente Colegio Profesional, mediante la que se acredite la debida ejecución del sistema de insonorización o aislamiento acústico, conjuntamente con el resto de instalaciones que se tengan realizadas, el cumplimiento de las condiciones de seguridad recogidas por la normativa de aplicación al caso, así como copia de los boletines o certificados de instalaciones emitidos por instaladores autorizados y visados por la Dirección General de Industria, y de los certificados de inspección que resulten precisos. 3º.- A efectos del correspondiente registro, el expediente de actividad tramitado, así como el expediente de puesta en funcionamiento que se tramite, figurará con el nº ………………… 4º.- Notifíquese en forma esta resolución al interesado y, si los hubiere, a los alegantes, y remítase copia al Servicio de …………………… y a la Comisión Regional de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, a ésta última, dentro del término de tres días, en cumplimiento y a los efectos previstos en el artículo 6º de la Instrucción aprobada por Orden de 15 de marzo de 1.963. Esta resolución pone fin a la vía administrativa, según se establece en el art. 52.2 de la Ley 7/85 de 2 de abril, por lo que, con arreglo a la legislación vigente contra el mismo puede Ud. interponer los siguientes RECURSOS: 1.- DE REPOSICIÓN.- Con carácter potestativo, según lo señalado en la Ley 4/1.999, de 13 de enero, ante el mismo órgano que hubiere dictado el acto impugnado en el plazo de un mes contado a partir del día siguiente a la notificación de esta Resolución. (art.116 y 117 de la Ley 4/99) 2.- CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO.- Ante el Juzgado de Contencioso Administrativo, con sede en Santander, en el plazo de dos meses contados desde el día siguiente a la notificación de esta Resolución o de la Resolución expresa del Recurso Potestativo de Reposición. Si se interpusiera recurso Potestativo de Reposición y no se notificara resolución expresa en el plazo de un mes, deberá entenderse desestimado, pudiendo interponerse Recurso Contencioso-Administrativo en el plazo de seis meses, que se contará a partir del día siguiente a aquel en que se produzca el acto presunto. (Arts.8 y 46 de la Ley 29/98 de 13 de julio Reguladora de la Jurisdicción Contenciosa Administrativa). Si fuera interpuesto recurso Potestativo de Reposición no se podrá interponer Recurso Contencioso-Administrativo hasta que se haya resuelto expresamente o se haya producido la desestimación presunta del Recurso de Reposición interpuesto. 3.- Cualquier otro que estime procedente. (Art.58.2. Ley 4/1999). Lo mandó y firmó, el/la Sr/a. Alcalde/sa Presidente/a, por ante mí, el/la Secretario/a General, en ………………., a …………… de ………………. de ………………. EL/LA ALCALDE/SA PRESIDENTE/A, P.A.M. EL/LA SECRETARIO/A GENERAL, Fdo: ……………………………………. Fdo: ……………………………………. 2ª ETAPA A partir de la notificación de la resolución de otorgamiento de la licencia de actividad o instalación al interesado, comienza una segunda etapa que vendrá determinada por la ejecución de todo lo proyectado y aceptado. Para ello, el interesado habrá solicitado junto con la licencia de actividad o instalación (comprobación ambiental) o, una vez concedida ésta (opción esta última que puede deberse a razones de competencia por parte de los técnicos redactores de los respectivos proyectos), la preceptiva licencia de obras que, otorgada, permitirá al solicitante comenzar las obras e instalaciones previstas en el proyecto. Por tanto, la licencia de obras no podrá ser concedida de forma autónoma e independiente de la licencia de actividad o instalación, sino que ésta en todo caso condicionará la licencia de obras. Se vuelve a plantear aquí la problemática de cuál es la licencia que condiciona a la otra, la de actividad o instalación a la de obras o al revés. La secuencia apuntada más arriba, no solo se trata de pura lógica, sino de la propia exigencia normativa recogida en los precitados arts. 187.2 y 3 LSC; 22.3 RSCCLL; y, especialmente en el art. 33 LCAI: “No podrán otorgarse las autorizaciones y licencias que fueren necesarias para la ejecución de los proyectos o la instalación o el funcionamiento de las actividades que requieran una comprobación ambiental en tanto no se haya completado ésta”. Este carácter general secuencial de concesión de licencias presenta un tratamiento legal diferenciado en el caso de los espectáculos públicos y las actividades recreativas, y es que su regulación estatal, aplicable en tanto en cuanto no exista normativa autonómica (¿ocurre así en Cantabria?), se encuentra establecido en el R.D. 2816/1982, de 27 agosto, por el que se aprobó el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, cuyo art. 36, establece un procedimiento contradictorio que invierte el momento de concesión de las licencias de obras y de apertura. Así, se señala que deberá tramitarse primero la licencia de construcción o reforma y posteriormente la licencia de apertura. Por tanto, aquí el condicionamiento se produce estrictamente en relación con la licencia de apertura, como hace el art. 22.3 RSCCLL y no con la licencia de actividad o instalación, que por sí también vendría condicionada por el art. 187 de nuestra normativa autonómica de la LSC. En cualquier caso, por CANO MURCIA se viene a razonar respecto a este procedimiento, lo siguiente: 1º.- Que ese el procedimiento que se establece en los arts. 36 y 40 del Reglamento. Sobre lo cual nada cabe objetar. 2º.- Que los fines que persigue el art. 22.3 RSCCLL (y el art. 187.2 LSC) quedan garantizados, ya que de la documentación presentada, el Ayuntamiento tiene información suficiente como para saber si la obra se puede autorizar o no en función de la actividad a desarrollar en el edificio que se pretende construir, reformar o adaptar. Cierto es, pero también se tiene esa información suficiente respecto a otras actividades que no sean espectáculos públicos o actividades recreativas. 3º.- Porque puede resultar de dudosa aplicación el art. 22.3 RSCCLL (en Cantabria, art. 187.2 LSC). Efectivamente, la concesión de este tipo de licencias tiene su procedimiento específicamente regulado en el señalado Reglamento de Espectáculos, que sería de aplicación preferente como señala el art. 190 de la LSC. 4º.- Porque para conceder la licencia de apertura es necesario que se presente junto con la solicitud las certificaciones técnicas que acrediten la debida ejecución de los proyectos respectivos. Nada nuevo en cuanto este requisito es exigible junto con la solicitud de licencia de apertura, en todas las licencias de actividad o instalación una vez ejecutado el proyecto, para su puesta en marcha. Por lo demás, el procedimiento de concesión de las licencias de obras habrá de seguir sus propios cauces, los cuales no son objeto de estudio en estos momentos. 3ª ETAPA Describe el art. 34 RAMINP que: “Obtenida la licencia de instalación de una actividad calificada como molesta, insalubre, nociva o peligrosa, no podrá comenzar a ejercerse sin que antes se gire la oportuna visita de comprobación por el funcionario técnico competente, no sólo por la actividad de que se trate, sino también por la naturaleza del daño que pueda causarse. En el caso de que no dispusiere el Ayuntamiento de tal funcionario, podrá solicitarlo del correspondiente Organismo provincial.” En los mismos términos se expresa el art. 34.1 LCAI al referirse al Acta de conformidad ambiental: “Ninguna actividad o instalación objeto de licencia podrá comenzar a funcionar en tanto no se haya comprobado por los servicios ambientales la efectividad de las medidas correctoras exigidas con arreglo a lo establecido en el capítulo I del título V de esta Ley y en la forma que reglamentariamente se determine.” Precitado Título V, Capítulo I de la LCAI, establece en su art. 39 las Actuaciones de control inicial: “1. La puesta en marcha de las instalaciones y el inicio de la actividad se sujetarán a las verificaciones siguientes: a) Adecuación a la autorización o licencia otorgadas, mediante certificación expedida por el técnico director de la ejecución del proyecto, con carácter previo al inicio de la actividad. b) Comprobación por los servicios administrativos de la efectividad de las medidas correctoras exigidas, realizada en la forma en que reglamentariamente se determine y acreditada mediante acta levantada al efecto. 2. La presentación de las certificaciones a que se refiere el apartado anterior conlleva la inscripción de oficio en los oportunos registros ambientales y habilita para el ejercicio de la actividad.” La 3ª etapa en el procedimiento de obtención de la licencia o autorización que finalmente nos permita ejercer una determinada actividad, comenzará mediante la presentación por el interesado, de una solicitud para que los técnicos comprueben la suficiencia de las medidas correctoras adoptadas, una vez finalizadas las obras e instalaciones. Como se ha señalado en la normativa anterior, a la solicitud deberán acompañarse las certificaciones correspondientes. Pero junto a esta documentación, algunos Ayuntamientos vienen exigiendo otra documentación complementaria, como es la exigida para la concesión de licencias de apertura de actividades inocuas, la cual ha sido detallada más arriba. Presentada toda la documentación preceptiva, procederá por los técnicos realizar la oportuna comprobación a la actividad. Comprobación e inspección son dos términos complementarios, pero que se sitúan en estadios diferentes; la inspección puede realizarse en cualquier momento posterior a la puesta en marcha, durante el funcionamiento de la actividad, de oficio o como consecuencia de una denuncia de un particular, pudiendo derivar en la imposición de medidas correctoras que, de no ser atendidas, a su vez, puede dar lugar a la incoación de expediente sancionador. De todo ello nos ocuparemos en el Epígrafe E, al abordar la especial referencia a la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado, al cual me remito. Por su parte, la comprobación, que es de lo que ahora se trata, tendrá lugar con carácter previo a la apertura, también llamada puesta en marcha o puesta en funcionamiento, normalmente a solicitud del interesado, y sin la cual la actividad no podrá comenzar, ya se hubiera obtenido la licencia de actividad de forma expresa o por silencio administrativo positivo. La visita de comprobación que habrán de realizar los técnicos municipales o, como señala el art. 34 RAMINP, si no se dispone de ellos, podrá solicitarse del correspondiente organismo provincial o de la CC.AA. uniprovincial, deberán girarse en el plazo de dos meses, como máximo, contados a partir de la notificación a los interesados de la concesión de la licencia, si es expresa o del momento en que deban considerarse otorgadas por silencio administrativo (art. 13 IAM). No fue afortunada la IAM a la hora de señalar un plazo a partir de la concesión de la licencia y menos de dos meses, pues en la mayor parte de los casos, será materialmente imposible que esté finalizada la instalación en ese plazo, por lo que los correcto será efectuar la misma cuando se comunique por el interesado la terminación de las obras e instalaciones, que para el supuesto de obtención de la licencia de actividad por silencio, el art. 13.2 IAM establece un plazo de 15 días a los interesados, contados a partir del día en que se entiendan concedidas tácitamente, para que soliciten la práctica de la inspección. En la comprobación se podrá determinar la suficiencia de las medidas correctoras adoptadas o la necesidad de subsanar deficiencias, en cuyo caso, su incumplimiento imposibilitaría el inicio de la actividad. La primera cuestión que se viene planteando en relación con la regulación de esta materia en la LCAI es ¿quiénes son los servicios ambientales o administrativos competentes para efectuar la visita de comprobación?, ¿los autonómicos o los locales? El borrador de Reglamento de desarrollo aclara esta cuestión refiriéndose a los técnicos municipales. Dentro de esta comprobación por los servicios administrativos de la efectividad de las medidas correctoras exigidas, hay que hacer mención especial a la comprobación de la contaminación acústica (términos utilizados mayoritariamente por la normativa autonómica), que nos lleva a hablar de ruidos y vibraciones, conceptos distintos pero que llegan a confundirse por ser los primeros (ruidos) consecuencia de los segundos (vibraciones). Bien, la cuestión es que el técnico municipal que compruebe la efectividad de las medidas correctoras acústicas deberá proceder a efectuar la correspondiente medición de ruidos que garantice el obligatorio aislamiento acústico, máxime en relación con determinadas actividades (ej. discotecas, pubs, talleres diversos, etc). El propio borrador de Reglamento añade que el acta de conformidad ambiental deberá ser visada por el Alcalde y expedirse en el plazo de treinta días, contados a partir de la solicitud de comprobación del interesado, remitiéndose copia de la misma a la Consejería de Medio Ambiente para su inclusión en el Registro ambiental. Habilitar un plazo para la expedición del Acta de conformidad ambiental, como lo hace el borrador de Reglamento de la LCAI, parece una medida correcta y necesaria por dos razones fundamentales: 1ª.- Porque hasta ahora no se establecía y en la mayoría de los casos, tras la solicitud de comprobación presentada por el interesado ésta, por la razón que sea (insuficiencia de medios personales, prestar escasa importancia a la puesta en funcionamiento, etc) no tiene lugar hasta pasado bastante tiempo, lo que lleva a una frecuente realidad, cual es que el solicitante inicia, digamos de forma anómala, la actividad, eso sí, si puede, por cuanto las empresas suministradoras tendrán la obligación de cesar los suministros una vez transcurrido el plazo máximo establecido en la licencia urbanística para ejecutar las obras (art. 184.1 LSC). 2ª.- Y más importante para el solicitante, el ejercicio de la actividad en estas condiciones le puede supondrá unos gastos por tales suministro (energía eléctrica y agua fundamentalmente, llamados “de obra”), como es sabido, con unas tarifas mucho más elevadas que las tarifas normales. Y esto es así debido a que, por un lado el art. 184.2 LSC, y por otro lado, el art. 34.2 LCAI obliga a las empresas suministradoras de energía eléctrica, agua, gas, telefonía y otros servicios similares, a exigir el acta de conformidad ambiental de la instalación o actividad para la contratación definitiva de los referidos servicios. Es más, si nos atenemos a lo dispuesto en el art. 184.2 LSC, para la contratación definitiva de tales suministros será necesario presentar ante las respectivas empresas suministradoras, la correspondiente licencia (dice la LSC de apertura o actividad clasificada) y matiza el borrador de Reglamento de la LCAI, ésta junto con el acta de conformidad ambiental. Otras normas autonómicas ciertamente que hacen posible autorizaciones provisionales para enganchar la energía eléctrica, el abastecimiento de agua, si bien ello es a los efectos de comprobar el funcionamiento de las instalaciones de las actividades. En definitiva habría que pensar si hasta ahora y al menos hasta ver si finalmente queda fijado un plazo para la emisión del acta de conformidad ambiental, si se demora excesivamente, el interesado no puede pedir la responsabilidad patrimonial de la Administración por el mal funcionamiento de los servicios públicos. La cuestión, en ocasiones se venía solventando acudiendo a la socorrida figura de la “licencia provisional”, en especial si de espectáculos públicos y actividades recreativas hablamos, por cuanto el R.D. 2816/1982, de 27 de agosto –REP- así lo permite, que no el RAMINP para otras actividades clasificadas, pues el art. 33.2 prohíbe el otorgamiento de licencia hasta tanto se no se haya calificado la actividad; en este sentido también la LCAI. La finalidad de la licencia provisional no es otra que la de autorizar al interesado ejercer la actividad aún no estando totalmente finalizadas las obras, siempre que se compruebe por los técnicos la adopción de las medidas correctoras impuestas y su eficacia y seguridad para las personas. El abuso de este tipo de autorización transitoria se ha entendido como un mal menor respecto a la alternativa de tolerar la apertura de una actividad sin licencia. Sus características se desprenden de lo dispuesto en el art. 44 REP y con sustancial identidad la homóloga normativa autonómica que regula la materia, entre la que no encontramos a la legislación de Cantabria, entre otras razones por no tener una norma que específicamente regule los espectáculos públicos y las actividades recreativas: 1ª.- Está prevista para el supuesto de que el solicitante deba subsanar o modificar alguna/s de las características o elementos estructurales, o de instalaciones o servicio, del local o recinto de que se trate. 2ª.- Se concederá de oficio o, lo que parece más lógico, a solicitud del interesado. 2ª.- Su duración es de 6 meses, prorrogables por una sola vez, y previa justificación, por otros 6 (salvo en el País Vasco), transcurridos los cuales la licencia provisional quedará sin efecto. La Ley de la Rioja establece un plazo improrrogable de 3 meses. 3ª.- Deberá presentarse por el interesado, certificado suscrito por técnico competente y visado en que se garantice el desarrollo de la actividad. La doctrina suele aludir a dos requisitos más: - - Que el horario de apertura y cierre se restrinja, al objeto de que, por un lado, el interesado efectúe las subsanaciones o modificaciones requeridas en el menor tiempo posible, ya que, en definitiva, de lo que se trata es de obtener la licencia definitiva. Que se exija un seguro de responsabilidad civil que cubra posibles daños a terceros. La normativa autonómica cántabra, en concreto el futurible borrador de Reglamento intenta salir al paso de la problemática más arriba planteada, no tanto mediante la licencia provisional para las actividades de espectáculos y recreativas, sino para todos tipo de actividades e instalaciones, mediante el establecimiento de un plazo para la emisión del acta de conformidad ambiental, los efectos jurídicos de la no expedición o visado en plazo, cual es que el interesado podrá iniciar la actividad después de comunicar la circunstancia al Ayuntamiento. De manera que, de ello se desprende, que el interesado podrá llegar a contratar definitivamente los suministros antedichos, presentando ante tales empresas suministradoras cualquier prueba admisible en derecho que acredite esta situación que podríamos llamar de silencio administrativo. En cualquier caso, una situación de normalidad supondrá que ejecutadas las obras e instalaciones detalladas en el proyecto que incorporen las medidas correctoras impuestas, se efectuará la visita de comprobación e inspección al local por parte de los técnicos municipales, para su verificación, en todo caso una vez haya finalizado las obras. Al efectuar la visita de comprobación se levantará el mencionado acta en el que se propondrá al órgano competente la concesión de la licencia de apertura (también llamada licencia definitiva o autorización de puesta en funcionamiento o de puesta en marcha) o, como establece el art. 36 RAMINP, se comunicará al interesado la necesidad de subsanar las deficiencias observadas, a cuyo efecto de concederá un plazo que no podrá exceder de seis meses ni ser inferior a uno, salvo casos especiales. En este caso, el art. 37 RAMINP, prevé la realización de una segunda visita de inspección que puede desencadenar dos posibles situaciones: 1ª.- Que no hubieran sido corregidas las deficiencias, en cuyo caso, si el Alcalde así lo estima, concederá un segundo e improrrogable plazo no superior a seis meses para la subsanación. 2ª.- Que se hubieran corregido las deficiencias, en cuyo caso el Alcalde concederá la licencia o autorización de funcionamiento o puesta en marcha (definitiva), con la cual habrá finalizado el largo y complejo procedimiento de concesión de este tipo de licencias. Hemos venido viendo a lo largo de toda la exposición procedimental como es el Acalde el órgano con competencia propia desde el inicio del expediente, mediante la admisión a trámite de la solicitud de licencia o su denegación por razones de competencia municipal, pasando por su impulsión, y hasta la finalización del procedimiento. Sin perjuicio de lo cual, nos encontramos ante una atribución delegable (art. 21.3 LRBRL), lo que suele producirse a favor de la Junta de Gobierno Local. Debemos reparar, no obstante, en que, nos encontramos ante un procedimiento que hemos llamado complejo, donde intervienen diversas Administraciones, me refiero a la Administración Autonómica y a la Administración Local, y ello sin perjuicio de otras autorizaciones que por razón de la actividad deban ser obtenidas por el solicitante (ej. autorización estatal en el caso de farmacias, salas de bingo, minas, etc.). Por tanto, estamos ante competencias compartidas, en que la atribución sustantiva para la concesión de la licencia de apertura corresponde al Ayuntamiento (Alcalde o por delegación otro órgano municipal), pero sin olvidar que la Administración Autonómica también tiene una atribución sustantiva determinante, que es calificar la actividad e imponer medidas correctoras, llegando a vincular la resolución o acuerdo del Ayuntamiento si aquella calificación fuera negativa. Es interesante siquiera aludir brevemente al contenido de la Resolución o Acuerdo que conceda la puesta en funcionamiento de la actividad, en especial su condicionado, que podrá ser en el siguiente sentido: Exp: ………………………. RESOLUCIÓN Nº ………………….. Dada cuenta de expediente tramitado con el nº …………, para la concesión de licencia de actividad, para la instalación de …………………., en …………………………, instruido a instancia de ……………………………... Vistos los informes favorables emitidos por los servicios técnicos municipales, así como el Informe de Comprobación Ambiental favorable emitido por la Comisión Regional de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas. Por …………………………….. (Resolución o Acuerdo), de fecha ………………………, adoptada/o por ………………………………., se concedió licencia de actividad, a favor de …………………………., quedando pendiente la autorización de la efectiva puesta en funcionamiento, de su solicitud por el interesado, e Inspección Final por los servicios técnicos municipales. Solicitada por el interesado con fecha ………………….., la efectiva puesta en funcionamiento de la actividad, se somete a los servicios técnicos municipales de este Ayuntamiento para Inspección Final y emisión de los correspondientes informes. Vistos los informes de Inspección Final emitidos por los Servicios de ……………………………, así como la documentación que obra en el expediente. En virtud de las facultades que me están conferidas por la legislación vigente, vengo en RESOLVER: 1º.- Autorizar a ………………………………., la efectiva puesta en funcionamiento de la actividad anteriormente indicada a partir de la fecha de la notificación de la presente resolución. 2º.- Las condiciones a las que se encuentra sujeta la autorización de puesta en funcionamiento, serán las establecidas por …………………….. (Resolución o Acuerdo) de ……………………………., de fecha ……………………….., por la que se concedió la licencia de actividad, así como las que se derivan de los informes de inspección final, de los que se derivan las siguientes (a modo de ejemplo se citan las siguientes, si bien pueden variar en función de la actividad): - La instalación eléctrica de la actividad y la de alumbrado de emergencia (alumbrado de seguridad: de evacuación y ambiente o antipánico) se mantendrán en todo momento conforme a lo establecido y determinado por el Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión e Instrucciones Complementarias al mismo. - Los extintores contra incendios deberán mantenerse en todo momento en perfectas condiciones de funcionamiento, de acuerdo con lo establecido y determinado en el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios. - Durante el desarrollo de la actividad, no podrán producirse niveles de emisión sonora en el interior del local, que originen en los colindantes y medio exterior niveles de inmisión sonora superiores a los establecidos por ……………….. (normativa sobre ruido: ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido, R.D. ………………………., de desarrollo, y, en su caso, Ordenanza Municipal). - Deberá atenderse el adecuado mantenimiento de los equipos de frío y sus posibles efectos sonoros en el medio exterior y colindantes. - Las instalaciones de gas natural se mantendrán en todo momento conforme a lo establecido y determinado por el Reglamento Técnico de Distribución y Utilización de Combustibles Gaseosos y sus ITC. - El equipamiento técnico y auxiliar de la actividad deberá ajustarse a las condiciones establecidas en el proyecto presentado para la tramitación de la técnica de control ambiental de Comprobación Ambiental y mantenerse en adecuadas condiciones de funcionamiento. - El titular de la instalación o actividad será responsable de que la misma, en todo momento, cumpla con las prescripciones técnicas reglamentarias que le sean de aplicación, así como del mantenimiento de las instalaciones en adecuadas condiciones de funcionamiento y seguridad, responsabilizándose de llevar a cabo los reconocimientos periódicos reglamentarios y la obtención de los correspondientes boletines de reconocimiento o dictámenes favorables que resulten precisos. - Todo ello sin perjuicio de las autorizaciones y controles que puedan corresponder a otros Organismos de la Administración, tanto para la puesta en funcionamiento de la actividad como para su posterior desarrollo. 3º.- Notifíquese en forma la presente Resolución al interesado y, en su caso, a los alegantes; y dése cuenta a los Servicios de ………………………; y a la Comisión Regional de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (Gabinete Técnico de Seguridad e Higiene), a ésta última, en cumplimiento de la Orden de 15 de marzo de 1.963, modificada por la de 25 de Octubre de Octubre de 1.965, dentro de los tres días siguientes a esta resolución. Esta Resolución pone fin a la vía administrativa, según se establece en el art. 52.2 de la Ley 7/85 de 2 de abril. Por lo que, con arreglo a la legislación vigente contra el mismo puede Ud. interponer los siguientes RECURSOS: 1.- DE REPOSICIÓN.- Con carácter potestativo, según lo señalado en la Ley 30/92, de 26 de Noviembre, a interponer en el plazo de un mes contado a partir del día siguiente a la notificación de esta Resolución y ante el mismo órgano que hubiere dictado el acto impugnado. 2.- CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO.- Ante el Juzgado de ContenciosoAdministrativo, con sede en Santander, en el plazo de dos meses contados desde el día siguiente a la notificación de esta Resolución o de la resolución expresa del recurso Potestativo de Reposición. Si la resolución del recurso de reposición no fuese notificada en el plazo de un mes a contar desde el día siguiente a la presentación del mismo, el recurso contencioso-administrativo podrá interponerse en el plazo de seis meses contados desde el día siguiente a aquel en que se produjo la finalización del plazo de un mes establecido para la notificación de la resolución del recurso de reposición. Si fuese interpuesto recurso Potestativo de Reposición no se podrá interponer Recurso Contencioso-Administrativo, hasta tanto se haya resuelto expresamente aquel o se haya producido la desestimación presunta del recurso de reposición interpuesto por el transcurso de un mes desde su presentación sin haberse efectuado notificación de la resolución expresa del mismo. 3.- Cualquier otro que estime procedente (Art.58.2. Ley 4/1999). Lo mandó y firmó, el/la Sr/a. Alcalde/sa-Presidente/a, por ante mí, el Secretario/a, en ………………………., a …………. de …………….. de …….. EL/LA ALCALDESA-PRESIDENTE/A, P.AM.. EL/LA SECRETARIO/A, Fdo: ………………………………. Fdo: ……………………... Como es de ver, en la Resolución trascrita, se incide en incorporar condicionantes relativos a la prevención de la contaminación acústica, materia permanente regulada por las Ordenanzas Municipales, muchas de las cuales han quedado derogadas tácitamente por la regulación contenida en el Reglamento de desarrollo de la Ley del Ruido. Esos condicionados habrán de sumarse a la propia insonorización proyecto por el promotor y aprobada por la Administración, la suma de los cual debe garantizar la tranquilidad de los ciudadanos, aunque no siempre así cuando de discotecas, pubs, etc. hablamos. A más, muchas de las veces, las quejas vecinales en relación con estos establecimientos no son tanto los ruidos procedentes de la propia actividad, sino los escándalos públicos a la entrada y salida de dichos lugares, esto es, en la vía pública, problema que los expedientes administrativos de concesión de licencias no pueden contemplar, y que la única medida posible es la vigilancia y el control policial en dichas zonas. Para finalizar este apartado, simplemente significar que las distintas normativas autonómicas, con mayores o menores matices siguen los pasos marcados por el RAMINP. Como hemos ido viendo, así es en el caso de la normativa autonómica cántabra, de la que se puede añadir, además de todo lo ya apuntado, la pretendida implantación (aparece en el borrador del Reglamento de desarrollo de la LCAI), de un procedimiento simplificado, para las actividades contempladas en el Anexo C2, que se considera que pueden ser causa de molestias, riesgos o daños para las personas, sus bienes o el ambiente, pero en menor medida que las actividades sujetas al procedimiento ordinario o general. Serían actividades o instalaciones que se consideran están a caballo entre las tradicionalmente denominadas licencias inocuas y las licencias clasificadas. El procedimiento previsto iniciará mediante la correspondiente solicitud del interesado, a la que acompañará proyecto básico de la actividad a desarrollar y de sus instalaciones, firmado por técnico competente y visado por su correspondiente colegio oficial. Recepcionada la solicitud por la Administración Municipal y cumplidos los trámites previstos para la comprobación ambiental, se remitirá el expediente completo a la Comisión para la comprobación ambiental, quien podrá emitir informe. Si en el plazo de 15 días no se hubiera pronunciado se considerará que no es preceptivo el informe y que las condiciones a imponer, en su caso, en la licencia son de competencia municipal. Si entendemos por simplificación la reducción de trámites y plazos, de la observancia del procedimiento expuesto cabe concluir que la única simplificación que presenta tiene lugar ante la Comisión para la comprobación ambiental, ya que hasta entonces, habrán de cumplirse todos los trámites normales establecidos, estos es: - El interesado deberá presentar junto a la solicitud, proyecto básico de la actividad. El Ayuntamiento deberá emitir Certificación de Compatibilidad Urbanística. Deberá cumplirse el trámite de información pública. El Ayuntamiento también habrá de informar el proyecto y las alegaciones. Etc. Y solo, una vez remitido el expediente a la Comisión para la comprobación ambiental se puede plantear una variante respecto al procedimiento ordinario, cual sería que la Comisión no emitiera informe, en cuyo caso se entendería que no es obligatorio el informe de comprobación ambiental. Lo cierto es que también habrá que entender que, además de la posibilidad de que la Comisión no se pronuncie en el plazo previsto, produciéndose la consecuencia jurídica aludida por silencio administrativo, que efectivamente se pronuncie en dicho plazo, indicando que no es necesario dicho informe de comprobación ambiental, por tanto dejando la fijación de condiciones y medidas correctoras a la decisión municipal. En cualquier caso, la simplificación viene dada por el plazo que la Comisión para la comprobación ambiental tiene para pronunciarse o no, que es de 15 días, y ello frente al plazo establecido en el procedimiento ordinario, que es de es de un mes. Por tanto, no es que la simplificación sea muy importe que digamos. D.4.- TRANSMISIÓN DE LICENCIAS. La transmisión, cambio de titularidad o traspaso de las licencias de actividades tanto inocuas como clasificadas, es posible por ser reconocido para las primeras (actividades inocuas), en el art. 13.1 del RSCCLL, al decir lo siguiente: “Las licencias relativas a las condiciones de una obra, instalación o servicio serán transmisibles, pero el antiguo y nuevo constructor o empresario deberán comunicarlo por escrito a la Corporación, sin lo cual quedarán ambos sujetos a todas las responsabilidades que se derivaren para el titular”, así como en nuestra normativa autonómica, art. 188.3 de la LSC, que se pronuncia en iguales términos: “Las licencias a que se refiere esta Ley – entre ellas las licencias de apertura, entendidas como las de actividades inocuas- serán transmisibles, pero el nuevo constructor o empresario deberá comunicar tal circunstancia al Ayuntamiento”, y para las segundas (actividades clasificadas), en la Disposición Transitoria Tercera del RAMINP “Reforma, ampliación o traspaso”: “No se podrán conceder licencias para la ampliación o reforma ni se autorizará el traspaso de industrias o actividades que no reúnan las condiciones establecidas en este Reglamento, a no ser que las medidas correctoras que se adopten eliminen con la debida garantía las causas determinantes de su calificación como actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas”, lo que a sensu contrario significa que se admitirá la transmisión de la licencia en cualquier otro caso; en el art. 50.3 REP para los espectáculos públicos y las actividades recreativas: “Todas las Empresas comunicarán a la autoridad gubernativa y a la Autoridad municipal correspondiente, antes de dar comienzo al desarrollo de sus actividades, en materia de espectáculos y recreos públicos, su nombre o denominación y domicilio, y los de sus directivos, gerentes o administradores, con los que dichas autoridades habrán de entenderse directamente; presentando copias autorizadas de sus documentos constitutivos o nombramientos y relación de los locales o recintos de que dispongan para la organización de espectáculos o actividades recreativas; quedando obligadas a manifestar oportunamente los cambios de nombres y domicilios cuando se produzcan, así como las modificaciones de los locales, recintos o establecimientos”, y en la normativa autonómica Cantabria, en el propio art. 188.3 de la LSC ya literalizado, y en el art. 10.3 de la LCAI: “Los cambios de titularidad de las actividades sujetas a control ambiental serán comunicados en el plazo de tres meses a la Administración que hubiere efectuado dicho control”. Por tanto, admitida la transmisión de licencias de actividades tanto inocuas como clasificadas, no obstante se establece la obligación de comunicar al Ayuntamiento la nueva situación al objeto de que éste, en su caso, pueda girar visita de inspección al establecimiento a fin de verificar las medidas de seguridad e higiene. Es esto último una cuestión trascendental, como veremos, para la doctrina jurisprudencial a la hora de exaccionar una tasa por ello. La doctrina jurisprudencial se ha pronunciado sobre los siguientes aspectos afectantes a la transmisión de licencias, que son resumidos por ANTONIO CANO MURCIA, a los que, quien suscribe, añade algún otro: 1.- La transmisión sólo será posible si la licencia existe, por tanto, a sensu contrario, no será posible una transmisión cuando la licencia hubiera sido resuelta, revocada o anulada. 2.- La transmisión sólo será factible para el ejercicio de la misma actividad y en el mismo emplazamiento, por tanto, no podrá suponer un cambio de actividad o de ubicación de local, por próximo que se encuentre este último. 3.- Es posible la transmisión a favor de dos personas o entidades con tal de que no se produzca ni un cambio ni una ampliación de la actividad. 4.- El Ayuntamiento debe tener constancia de la efectividad de la transmisión, para lo cual podrá utilizar un doble mecanismo: - Bilateral, a través de la prestación de conformidad mediante su firma por parte del anterior titular de la licencia, también llamado transmitente y del nuevo titular de la licencia o también llamado transmisor o adquirente. Esta es la técnica utilizada por alguna normativa autonómica; así la Ley 11/2005, de 28 de diciembre, reguladora de los espectáculos públicos, actividades recreativas y establecimientos públicos de la Comunidad Autónoma de Aragón o el Decreto 179/195, de 13 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Obras, Actividades y Servicios de las Entidades Locales de Cataluña. En otros casos se exige la comunicación de la transmisión no a transmisor y transmitente sino solo al nuevo titular de la licencia, caso de la Ley de la Comunidad Valenciana 2/2006, de 5 de mayo de prevención de la contaminación y calidad ambiental. Finalmente, otras leyes autonómicas, como la Ley de Castilla y León 11/2003, de 8 de abril, de Prevención Ambiental, o la propia la Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado (art. 10.3), son más inconcretas ya que solo se pronuncian en relación con la obligación de comunicación pero no imponen ésta concretamente ni a ambas partes ni al nuevo titular de la licencia. Y lo cierto es que ninguna norma autonómica obliga al anterior titular de la licencia a efectuar dicha comunicación, aunque por la lectura de las responsabilidades en que puede incurrir si no es comunicada la transmisión, resulta que, si dicho anterior titular cesa en el ejercicio de la actividad, al menos algún tipo de información o comunicación puede (y por su bien, debería) realizar a la Administración si no quiere sufrir las consecuencias de las responsabilidades y obligaciones derivadas del ejercicio de la misma, que la mayoría de normas autonómicas coinciden en establecerla en dicho caso, de forma solidaria. Reseñar también que alguna normativa autonómica fija un plazo variable para efectuar la comunicación, por ejemplo, desde 20 días desde la efectividad de la transmisión, caso de la Ley 2/2002, de 19 de junio, de Protección el Medio Ambiente, pasando por un mes desde que se hubiera formalizado el cambio de titularidad en el caso de la Ley de Aragón o la Ley Valenciana, hasta los tres meses que establece la Ley de la Rioja 4/2000, de 25 de octubre, de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, o nuestra LCAI. Por último, destacar que existen normas, la mayor parte, que solo exigen realizar la comunicación al Ayuntamiento, entendiéndose que será éste quien lo notifique a la respectiva Consejería (salvo en Murcia, donde no se entiende así sino que, siguiendo el mandato contenido en el art. 6 de la Orden de 15 de marzo de 1963 –IAM-: “Todas las resoluciones de los Alcaldes concediendo licencias de instalación, apertura o funcionamiento de actividades no incluidas en las relaciones expresadas en el párrafo segundo del artículo 8.º -y sí incluidas en el RAMINP e IAM- de esta instrucción deberán ser comunicadas a los Gobernadores Civiles –entendido órgano correspondiente de la CC.AA.- en los tres días siguientes a su adopción…” el último inciso de este art. 6 IAM, referido a la suspensión de resoluciones y acuerdos locales por el Gobernador Civil, fue declarado nulo por la STS de 16/10/1964, cuestión que en la actualidad tiene su regulación en el art. 65 LRBRL- su ley autonómica 1/1995, de 8 de marzo, de Protección del Medio Ambiente, impone dicha obligación al Ayuntamiento). En alguna otra norma autonómica –las menos- también se impone al interesado efectuar tal comunicación al órgano competente de la Comunidad Autónoma, como ocurre con la Ley de La Rioja. El acto jurídico bilateral de comunicación a la Administración podría tener el siguiente formato: Comunicación de transmisión de licencia D.____________________________________________________________, mayor de edad, con D.N.I. nº________________________________, domicilio en la C/ _____________________nº______________________ Piso __________ del municipio de ___________________C.P.________, con nº de teléfono ___________________ y E-Mail ______________________________________________ en nombre y representación de ___________________________________________________ según acredito mediante ___________________________________________________________________________ D.____________________________________________________________, mayor de edad, con D.N.I. nº________________________________, domicilio en la C/ _____________________nº______________________ Piso __________ del municipio de ___________________C.P.________, con nº de teléfono ___________________ y E-Mail ______________________________________________ en nombre y representación de ___________________________________________________ según acredito mediante ___________________________________________________________________________ Por medio del presente, COMUNICAN AL AYUNTAMIENTO DE …………..: 1.Que el primero era titular del establecimiento denominado_________________________ sito en la C/ nº_____ de este municipio, destinado a la actividad de para lo que obtuvo licencia de apertura nº de fecha Asimismo, tramitó y obtuvo licencia de actividad nº de fecha (sólo en caso de actividades ____________________________________________________ _______________________________________:____________________, ______________ ___________ ____________________________. _______________________________________:____________________ sometidas a la Ley 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado). 2.- Que ha transmitido al segundo, el cual ha aceptado tal transmisión, la licencia que se menciona en el apartado 1 anterior, y con efectos a la siguiente fecha: ____________________. 3.- Que el nuevo titular de la licencia ejercerá, a partir de la fecha de transmisión, la misma actividad para la que en su día se concedió la licencia del apartado 1 anterior, bajo la denominación ________________________________, con sujeción a las mismas condiciones y requisitos que los fijados en la concesión de la licencia originaria que se ha indicado en el mencionado apartado 1 de este escrito. Es decir, sin que existan modificaciones objetivas en cuanto a tal actividad. 4.- Que, en caso de existir responsabilidades derivadas de la actividad, frente al Ayuntamiento de _______________________, asumen las mismas, conforme al siguiente criterio: a) Las que se hubieran generado por actos, hechos o causas anteriores a la fecha del acuerdo de transmisión de la licencia, será de cuenta del primero (anterior titular o transmitente), D.______________________________________________ b) Las que se hubieran generado por actos, hechos o causas producidos desde el momento el acuerdo de transmisión hasta la fecha de comunicación del tal transmisión al Ayuntamiento al Ayuntamiento de ______________________ (fecha de entrada en el Registro de tal entidad), serán de cuenta de ambos (anterior y nuevo titular) D. y D._______________________________________________________ ___________________________________________________________________________________________________________ c) Las que se generen por actos, hechos o causas producidas desde el momento de entrada del presente escrito en el Registro del Ayuntamiento de __________________________ y en el futuro, serán de cuenta del nuevo titular de la licencia D. __________________________________________________________________________________ 5.- Que, a los efectos de que se tenga por transmitida la licencia de su anterior titular a favor del nuevo, y con el fin de que se tengan por acreditados los requisitos subjetivos del nuevo titular, se acompaña al presente escrito la siguiente documentación: a) Copia en la Declaración Censal (modelo 036), donde figure el local afecto a la actividad. b) Carnet de Manipulador de Alimentos (sólo para actividades relacionadas con la manipulación de alimentos ó bebidas). c) Copia del contrato de arrendamiento o de la escritura de compra-venta del inmueble, o titulo en que se concretan los derechos de uso del mismo. d) Plano de situación y croquis o plano del local. e) Medidas de seguridad mediante la autorización otorgada por la Delegación del Gobierno previo el informe de la Jefatura Superior de Policía de Cantabria, conforme establece el R.D. 2.364/94 (en el caso de Bancos, Cajas de Ahorro y demás entidades de crédito, joyerías, platerías, galerías de arte, tienda de antigüedades, estaciones de servicio, unidades de suministro de combustible y carburantes, oficinas de farmacia, administraciones de lotería, despachos de apuestas, mutuas y establecimientos de juego), para aquellas actividades que no dispusieran de las mismas, en la licencia originaria. f) Copia de la escritura de constitución de Sociedad, estatutos, escritura simple (si el nuevo titular fuere una sociedad civil o mercantil). g) Certificado Final de Obra o Instalación firmado por el técnico competente y visado por el correspondiente Colegio (sólo si se precisara la realización de obra mayor). h) Copia del Boletín de Instalaciones Eléctricas expedido por instalador autorizado (visado por la Dirección General de Industria y Energía en Cantabria a partir de 10 KW); expedido en un plazo inferior a un año. i) Copia del carnet de identidad del transmisor y del transmitente de la licencia. j) Justificante del pago de las tasas por transmisión: 6.- Que a los efectos de constatar que la actividad no ha variado objetivamente por causa de la transmisión, ni por cualquier otra, con respecto a las propias condiciones en que se concedió la licencia, me someto a las inspecciones que correspondan por parte del Ayuntamiento de _________________________, reseñadas. en que se verificaran las circunstancias 7.- Que, caso de existir nuevas condiciones o necesidad de adoptar nuevas medidas correctoras no previstas en la licencia inicial me comprometo a llevarlas a efecto en los plazos que, conforme a Derecho, me conceda el Ayuntamiento de _____________________________. 8.- Que, si de las circunstancias actuales, no fuere posible adecuar la actividad, local o instalación, a la normativa reguladora de los mismos, mediante medidas correctoras, la presente comunicación de la transmisión, se entiende que no produce efectos y, por lo tanto, no se generará derecho a indemnización alguna si, por imperativo de la normativa aplicable, no quedara otra solución que la clausura de la actividad por no resultar posible la legalización de la misma. Y para que conste, y surta los efectos oportunos ante el Ayuntamiento de ……………………………, se hace la presente declaración, firmada por ambas partes, SOLICITANDO se admita la misma, en los términos en que se encuentra redactada. En _______________________, a______ de____________ de 200____. Transmisor (nuevo titular), Fdo. _______________________________ Transmitente (anterior titular), Fdo. ____________________________ SR/A. ALCALDE/SA DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE ………………………….SERVICIO DE …………………………………………………………………………………... - Y/O por cualquier otro medio válido en derecho, tanto “inter vivos” como “mortis causa”, como podría ser la propiedad del inmueble o su posesión, documentos que, en todo caso, como hemos visto en el formulario que antecede, servirán de gran apoyo y complemento al acto bilateral a través del cual se acredite la transmisión 5.- Por tanto, la transmisión no está sujeta a autorización administrativa sino a mera comunicación al Ayuntamiento para la toma de razón por éste en su registro municipal de actividades, salvo que se hubieran efectuado modificaciones sustanciales en la actividad. A este respecto alguna normativa autonómica, como la Ley 16/2006, de 17 de octubre, de régimen jurídico de las licencias integradas de actividad de las Illes Balears, exige que la comunicación incorpore una declaración jurada del transmisor donde se deje constancia de que no se han efectuado tales modificaciones sustanciales en la actividad. 6.- El Ayuntamiento debe reconocer la transmisión sin perjuicio de que pueda ejercer sobre la actividad las facultades que le atribuye la legislación vigente, eso sí, sin que el mero cambio de titularidad sirve a la Administración para imponer al nuevo titular de la licencia medidas correctoras que de otra manera no hubiera requerido. 7.- La simple obligación de comunicación de la transmisión y reconocimiento de ésta por la Administración determina que la intervención administrativa sea mínima, por lo que, como se establece en la STSJ de Andalucía de 21 de marzo de 1997, en los cambios de titularidad, con carácter general, no cabrá exigir el pago de tasa alguna, pues no se produce actividad administrativa “relevante”, sino mero cambio en los registros municipales y, a lo sumo, comprobación rutinaria de continuación de la actividad por el nuevo titular de la licencia, entendiéndose por actividad administrativa relevante precisamente la comprobación municipal del cambio en las condiciones de ejercicio de la actividad, por el paso del tiempo, por la modificación en el desarrollo de la actividad o en el local, etc., lo que, en definitiva, dará lugar como señala SÁNCHEZ NÚÑEZ en la obra “Licencia de apertura y su problemática”, a expedir una nueva licencia y exacción de la tasa correspondiente. 8.- Por lo demás, la ausencia de tal comunicación impide que el anterior titular de la licencia quede desvinculado jurídicamente de sus responsabilidades ante la Administración, y en este sentido se pronuncia, como hemos visto, la diversa normativa autonómica, que mayoritariamente configuran esa responsabilidad como solidaria, aunque en ocasiones la desvinculación vendrá dada por la realidad de las cosas, como es el caso de la extinción de la persona jurídica anterior titular de la licencia, o el paradero desconocido de la persona física anterior titular de la licencia. 9.- No obstante lo anterior, tal ausencia de comunicación de la transmisión a la Administración, no puede producir la caducidad de las licencias, tal y como nos recuerda la STSJ de Castilla y León, de 26 de abril de 2004, sino que, en su caso, tal omisión podrá determinar la incoación de un expediente sancionador si con ello se incumple una obligación tipificada como infracción por la normativa aplicable. El reconocimiento administrativo de la efectividad de la transmisión puede plasmarse por parte del Ayuntamiento, en un acto administrativo que se asemejaría al siguiente: Exp:…………………. RESOLUCIÓN Nº ………………… Dada cuenta del escrito presentado con fecha …………………………, por ……………………………. y por …………………………., en el que comunican a este Ayuntamiento que se ha procedido a la transmisión, por parte del / de la primero/a a favor del / de la segundo/a, de la licencia de apertura nº ………………, concedida por Resolución de la Alcaldía-Presidencia nº …………………, para la actividad de ………………………, sito en ………………………………. Visto el informe emitido por ………………………………, sobre cambio de titularidad de establecimientos o actividades comerciales y mercantiles, así como requisitos para su transmisión. Visto lo dispuesto en el art. 188.3 de la Ley 2/2001, de 25 de junio, de Ordenación Territorial y Régimen Urbanístico del Suelo de Cantabria, y en el mismo sentido, el art. 13.1 del Decreto de 17 de junio de 1.955, Reglamento de Servicios de las Corporaciones Locales, así como en la Ley de Cantabria 17/2006, de 11 de diciembre, de Control Ambiental Integrado y, en lo que no se oponga a ésta, en la Disposición Transitoria Tercera del Decreto 2.414/61, de 30 de noviembre, Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas. Visto que el interesado aporta junto a la solicitud la documentación preceptiva. En virtud de las facultades que me están conferidas por la legislación vigente, vengo en RESOLVER: 1º.- Entender transmitida a favor de …………………………., la licencia de apertura nº ………….., concedida por Resolución de la Alcaldía-Presidencia nº ……………………………, a …………………………, para la actividad de …………………………, sito en ……………………………, y que pasará con efectos al día …………………… como licencia de apertura nº ……………. 2º.- A partir de la fecha indicada se entenderá como único titular de la licencia ………………………….., por lo que el régimen de responsabilidades que pudieran existir por el desarrollo de la actividad frente a este Ayuntamiento, se entenderán conforme a lo señalado en el escrito de comunicación de transmisión de la licencia, presentado ante este Ayuntamiento con fecha de registro de entrada …………………….. 3º.- La transmisión de la licencia no implicará modificación objetiva en cuanto a la actividad y a los requisitos o condiciones establecidos para la misma, si bien dicha transmisión se entiende efectiva siempre que se reúnan las condiciones exigidas por las normas legales y reglamentarias actualmente vigentes o siempre que, no reuniéndolas, se adopten las medidas correctoras que posibiliten su adecuación. 4º.- Por los Servicios Técnicos Municipales se procederá a comprobar las condiciones del establecimiento y actividad, con el fin de constatar lo dispuesto en el punto anterior. 5º.- A efectos del funcionamiento de la actividad en las mismas condiciones objetivas que las fijadas en la licencia de apertura originaria, se cita como tales condiciones, las siguientes: 6º.- Todo ello sin perjuicio de las autorizaciones y controles que puedan corresponder a otros Organismos de la Administración, tanto para la puesta en funcionamiento de la actividad como para su posterior desarrollo. 7º.- Notifíquese en forma, la presente Resolución a los interesados, y dése cuenta a los Servicios de ………………………………., y a la Comisión Regional de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, a ésta última en cumplimiento de lo dispuesto en el art. 6 de la Orden de 10 de marzo de 1963. Esta Resolución pone fin a la vía administrativa, según se establece en el art. 52.2 de la Ley 7/85 de 2 de abril. Por lo que, con arreglo a la legislación vigente contra el mismo puede Ud. interponer los siguientes RECURSOS: 1.- DE REPOSICIÓN.- Con carácter potestativo, según lo señalado en la Ley 30/92, de 26 de Noviembre, a interponer en el plazo de un mes contado a partir del día siguiente a la notificación de esta Resolución y ante el mismo órgano que hubiere dictado el acto impugnado. 2.- CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO.- Ante el Juzgado de ContenciosoAdministrativo, con sede en Santander, en el plazo de dos meses contados desde el día siguiente a la notificación de esta Resolución o de la resolución expresa del recurso Potestativo de Reposición. Si la resolución del recurso de reposición no fuese notificada en el plazo de un mes a contar desde la presentación del mismo, el recurso contencioso-administrativo podrá interponerse en el plazo de seis meses contados desde el día siguiente a aquel en que se produzco la finalización del plazo de un mes establecido para la notificación de la resolución del recurso de reposición. Si fuese interpuesto recurso Potestativo de Reposición no se podrá interponer Recurso Contencioso-Administrativo, hasta tanto se haya resuelto expresamente aquel o se haya producido la desestimación presunta del recurso de reposición interpuesto por el transcurso de un mes desde su presentación sin haberse efectuado notificación de la resolución expresa del mismo. 3.- Cualquier otro que estime procedente. (Art.58.2. Ley 4/1999). Lo mandó y firmó, el/la Sr/a. Alcalde/sa Presidente/a, por ante mí, el Secretario/a General, en ………………………., a ……….. de ……………….. de ………. EL/LA ALCALDE/SA PRESIDENTE/A, Fdo: ………………………………….. P.A.M. EL/LA SECRETARIO/A GENERAL, Fdo: …………………………………….. D.5.- EXTINCIÓN DE LA LICENCIA. Hasta estos momentos hemos venido analizando todo el proceso hasta la obtención de una licencia de actividad o instalación y apertura o puesta en funcionamiento y por tanto la producción de efectos jurídicos. Corresponde ahora estudiar el lado opuesto de la moneda, la pérdida de eficacia o efectos jurídicos de la licencia concedida, que aún tratándose el tipo de licencia de apertura, de un acto administrativo de tracto sucesivo o continuo, por el que se establece una relación jurídica permanente entre el titular de la licencia y la Administración, y aún no siendo frecuente los casos en que tiene lugar, no por ello queda invalidada toda posibilidad de extinción o pérdida de eficacia de la licencia, ya que no estamos –como se recoge en la STS de 4/2/1986- ante derechos consolidados irreversibles, por lo que, la Administración en ejercicio de la acción de policía que tiene atribuida y a favor del interés público, puede extinguir las licencias en los supuestos legalmente previstos. Cuestión distinta será si la extinción de la licencia debe ser compensada económicamente o no, cuestión a la que también aludiremos, así como el procedimiento que ha se seguirse por la Administración para extinguir las licencia, aspecto al que también nos referiremos a continuación. Así, el art. 16 RSCCLL regula los supuestos de extinción de las licencias, cuales son: resolución (ineficacia en palabras de dicho precepto), revocación, y anulación, a los que habría que añadir un cuarto supuesto de extinción, como es la caducidad. Veamos todos ellos: - RESOLUCIÓN (ineficacia). Establece el apartado 1 del art. 16 RSCCLL que: “Las licencias quedarán sin efecto si se incumplieren las condiciones a que estuvieren subordinadas”. En los mismos términos se pronuncia el art. 46.1 R.D. 2816/1982, de 27 de agosto, por el que se aprobó el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas –REP-. Por tanto, aquí se encuentra el primero de los conceptos de posible extinción de una licencia de apertura, denominada por la doctrina “revocación-sanción”, es el incumplimiento de las condiciones fijadas (expresamente) en el acto de concesión (ej. funcionamiento de la actividad epígrafe “bar de categoría especial” –pub- con puertas y ventanas cerradas; o de la actividad epígrafe “otros cafés y bares” –bar, cafetería, etc-, sin música; o como resolvió la STS de 1/12/1980, que confirmó la anulación de la licencia de autoescuela por funcionar por tiempo superior a un mes con un solo profesor exigiéndose por la normativa un mínimo de dos profesores), y no solo éstas, sino también, por el incumplimiento de las condiciones llamadas “condiciones iuris” (condiciones de derecho), que son aquellas que aún no expresadas en el acto administrativo de otorgamiento de la licencia, vienen recogidas en el ordenamiento jurídico de aplicación y que se entienden contenidas implícitamente en aquél a modo de contenido natural de la licencia (ej. normativa sanitaria: en este sentido, no es infrecuente en los últimos tiempos ver como se producen en algunos establecimientos incautaciones de productos caducados; normativa de protección de los menores; etc.). No nos encontramos ante una medida sancionadora sino ante la simple aplicación del ordenamiento jurídico, y es que, debe concluirse, como la hace el TS, entre otras en la STS de 17/07/2000, que no todo acto administrativo desfavorable constituye una sanción, y eso es lo que sucede en las licencias sometidas a condiciones, que su incumplimiento faculta a los Ayuntamientos para revocar la autorización. El TS se ha manifestado en diversas ocasiones sobre la extinción de las licencias por incumplimiento de condiciones, cuando se ejerce una actividad no amparada por la autorización otorgada –ej. alquiler de motocicletas y ciclomotores STS 25/11/1991; venta de bebidas alcohólicas y otros productos STSJ Andalucía 4/12/2000; actividad de prostitución en café-teatro STSJ País Vasco 20/05/2003; etc.- REVOCACIÓN (declaración de lesividad). Continúa el art. 16.1 RSCCLL que procederá la aplicación de esta figura jurídica, “cuando desaparecieran las circunstancias que motivaron su otorgamiento o sobrevinieran otras que, de haber existido a la sazón, habrían justificado la denegación”, y podrán serlo “cuando se adoptaren nuevos criterios de apreciación”. El art. 46.2 REP contempla con causa revocatoria la variación sustancial de las características, condiciones, servicios e instalaciones del local, de forma que se pongan en peligro la higiene y seguridad pública o de las personas que accedan a o presten sus servicios en el mismo. En cualquier caso, no nos referimos aquí a la figura revocatoria en el sentido regulado en el art. 105.1 LRJ-PAC, que la prevé para actos administrativo desfavorables o de gravamen, que no es el caso: “Artículo 105. Revocación de actos y rectificación de errores. 1. Las Administraciones Públicas podrán revocar en cualquier momento sus actos de gravamen o desfavorables, siempre que tal revocación no constituya dispensa o exención no permitida por las leyes, o sea contraria al principio de igualdad, al interés público o al ordenamiento jurídico.” Sea como fuere, como es de ver, son varias las circunstancias revocatorias que prevé el precepto, a saber: 1.- Revocación obligatoria o preceptiva.- Contempla dos supuestos: 1.1.- Desaparición de las circunstancias que motivaron el otorgamiento de la licencia. 1.2.- Aparición de otras circunstancias nuevas que, de haber existido en el momento del otorgamiento de la licencia, hubieran determinado su denegación (ej. revocación de licencia por haber sido edificada parte de la superficie de un solar hasta entonces dedicado a almacén, pasando a ser peligrosa la actividad -STS 2/4/1986-). 2.- Revocación voluntaria o potestativa.- Por la adopción por parte de la Administración, de nuevos criterios de apreciación (ej. retirada de una licencia de terraza a un bar y concesión de otra idéntica a otro bar por estar situada la terraza frente a la línea de fachada de este último –STS de 30/10/1984-). Debe tenerse en cuenta que la privación de efectos jurídicos de una licencia basada en esta causa supondrá para la Administración el resarcimiento de los daños y perjuicios que con ello pudiera ocasionar al titular de la licencia revocada (art. 16.3 RSCCLL), cuestión que deberá ser acordada al tiempo que se declara la revocación, en otro caso la revocación será improcedente e ilegal –entre otras muchas, la STS 19/09/83-. No será la materia indemnizatoria una cuestión baladí para el Ayuntamiento que pretenda revocar una licencia; así, la cuantía de la indemnización estará en función de los efectos jurídicos de la revocación: - Si la revocación supone la imposibilidad de seguir ejerciendo la actividad, de forma que suponga su extinción, implicará una indemnización a determinar que compense el sacrificio patrimonial que lleva consigo tal extinción. - Si, por el contrario, la pérdida de la licencia no supone la imposibilidad de continuar la industria en otro emplazamiento, la compensación incluirá los llamados “gastos de traslado”, que la STS de 19/06/1991 concretó en: · El precio de adquisición en traspaso del nuevo local o la diferencia de renta entre el antiguo y el nuevo local, o incluso en ambos conceptos. · La indemnización al personal por el tiempo de inactividad. · La pérdida de clientela. · La pérdida de beneficios. · Los gastos de traslado. · Y los gastos de la nueva apertura. Sin duda que, la suma de la cuantía indemnizatoria, en la mayor parte de las ocasiones, hará que el Ayuntamiento se piense muy mucho la oportunidad de revocar licencias. No quiero dejar de referirse a la siguiente advertencia realizada por la STS de 5/07/1993, en cuanto al momento en que strictu sensu cabe hablar y emprender un procedimiento revocatorio de una licencia, que “solo podrá llevase a cabo cuando la licencia hubiera adquirido firmeza”, por tanto, no podremos hablar de revocación, y lo que quizás sea más importante tanto para el Ayuntamiento como para el interesado, no podremos hablar de efectos indemnizatorios, cuando la licencia concedida se deje sin efecto por virtud de la estimación de un recurso de reposición planteado contra el acto administrativo que resolvió su otorgamiento, es decir, antes de haber ganado firmeza. En cuanto al procedimiento a seguir para revocar licencia, será el prevenido en el art. 103 LRJ-PAC, con la declaración de lesividad de la licencia, y ello por constituir la licencia un acto administrativo favorable para el interesado: “Artículo 103. Declaración de lesividad de actos anulables. 1. Las Administraciones públicas podrán declarar lesivos para el interés público los actos favorables para los interesados que sean anulables conforme a lo dispuesto en el artículo 63 de esta Ley, a fin de proceder a su ulterior impugnación ante el orden jurisdiccional contenciosoadministrativo. 2. La declaración de lesividad no podrá adoptarse una vez transcurridos cuatro años desde que se dictó el acto administrativo y exigirá la previa audiencia de cuantos aparezcan como interesados en el mismo, en los términos establecidos por el artículo 84 de esta Ley. 3. Transcurrido el plazo de tres meses desde la iniciación del procedimiento sin que se hubiera declarado la lesividad se producirá la caducidad del mismo. 4. Si el acto proviniera de la Administración General del Estado o de las Comunidades Autónomas, la declaración de lesividad se adoptará por el órgano de cada Administración competente en la materia. 5. Si el acto proviniera de las entidades que integran la Administración Local, la declaración de lesividad se adoptará por el Pleno de la Corporación o, en defecto de éste, por el órgano colegiado superior de la entidad. (Artículo redactado según Ley 4/1999, de 13 de enero)”. - ANULACIÓN. Finalmente, el apartado 2 del art. 16 RSCCLL se refiere a posibilidad de anular las licencias siendo restituidas las cosas al ser y estado primitivo cuando resultaren otorgadas erróneamente. Por tanto, es el error de derecho en la concesión de la licencia el que habilita a la Administración a iniciar un procedimiento de revisión de oficio para anular la licencia concedida. Quiero incidir en que el error habrá de de ser de derecho (“error iuris”)¸ y no error de hecho (“error facti”), incluidos los errores materiales o aritméticos, ya que todos estos pueden ser rectificados por la Administración en cualquier momento, de oficio o a instancia de los interesados (art. 105.2 LRJ-PAC): “Artículo 105. Revocación de actos y rectificación de errores. 1………………………………………………………………………………………………………………… 2. Las Administraciones Públicas podrán, asimismo, rectificar en cualquier momento, de oficio o a instancia de los interesados, los errores materiales, de hecho o aritméticos existentes en sus actos. (Artículo redactado según Ley 4/99, de 13 de enero)”. Por su parte, la anulación de un acto administrativo (en nuestro caso, la licencia de apertura), en base a un error de derecho en el mismo, deberá encauzarse a través del procedimiento previsto en el art. 102 LRJ-PAC, para el caso de que dicho error de derecho fuera determinante de un acto administrativo nulo e pleno derecho, o a través del precitado art. 103 LRJ-PAC, para cuando el error de derecho contenido en la licencia, sea constitutivo de un acto administrativo anulable. Visto el contenido de dicho art. 103 LRJ-PAC, los términos en que se pronuncia el antecedente art. 102 LRJ-PAC son los siguientes: “Artículo 102. Revisión de disposiciones y actos nulos. 1. Las Administraciones Públicas, en cualquier momento, por iniciativa propia o a solicitud de interesado, y previo dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma, si lo hubiere, declararán de oficio la nulidad de los actos administrativos que hayan puesto fin a la vía administrativa o que no hayan sido recurridos en plazo, en los supuestos previstos en el artículo 62.1. 2. Asimismo, en cualquier momento, las Administraciones públicas de oficio, y previo dictamen favorable del Consejo de Estado u órgano consultivo equivalente de la Comunidad Autónoma si lo hubiere, podrán declarar la nulidad de las disposiciones administrativas en los supuestos previstos en el artículo 62.2. 3. El órgano competente para la revisión de oficio podrá acordar motivadamente la inadmisión a trámite de las solicitudes formuladas por los interesados, sin necesidad de recabar dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo de la Comunidad Autónoma, cuando las mismas no se basen en alguna de las causas de nulidad del artículo 62 o carezcan manifiestamente de fundamento, así como en el supuesto de que se hubieran desestimado en cuanto al fondo otras solicitudes sustancialmente iguales. 4. Las Administraciones Públicas al declarar la nulidad de una disposición o acto, podrán establecer, en la misma resolución, las indemnizaciones que proceda reconocer a los interesados, si se dan las circunstancias previstas en los artículos 139.2 y 141.1 de esta Ley; sin perjuicio de que, tratándose de una disposición, subsistan los actos firmes dictados en aplicación de la misma. 5. Cuando el procedimiento se hubiera iniciado de oficio, el transcurso del plazo de tres meses desde su inicio sin dictarse resolución producirá la caducidad del mismo. Si el procedimiento se hubiera iniciado a solicitud de interesado, se podrá entender la misma desestimada por silencio administrativo. (Artículo redactado según Ley 4/1999, de 13 de enero)” En este mismo sentido se pronuncia la jurisprudencia; así la STS de 15/10/1988 indicaba que la anulación de la licencia de distribución y venta de vídeo-películas por error en su concesión, no imputable al administrado, se halla sujeta a la previa declaración de lesividad; o la STS de 18/09/1987, sobre la concesión de dos licencia para la instalación de quioscos de prensa dentro de la misma calle a una distancia inferior a la establecida por la normativa reguladora de la actividad, error de derecho que solo será subsanable mediante los procedimientos revisorios establecidos en los preceptos citados más arriba. Al igual que la revocación basada en la adopción de nuevos criterios de apreciación por la Administración, la anulación por error de derecho también comportará el resarcimiento de los daños y perjuicios que se causaren (art. 16.3 RSCCLL), en los términos cuantitativos que hemos estudiado con ocasión de la revocación de licencias basada en motivos de oportunidad. Me remito igualmente allí en cuanto al momento en que debe entenderse que estamos ante un procedimiento revisorio de anulación de la licencia y que hace nacer la consecuencia indemnizatoria. - CADUCIDAD. Instrumento jurídico más propio del ámbito urbanístico no por ello inaplicable a las licencias de actividad y apertura cuando transcurrido un determinado plazo (el que señale cada norma) la actividad para la que se concedió la licencia de apertura no hubiera comenzado a ejercerse o, desarrollándose la misma, se paralizara su ejercicio. En este sentido, la STS de 17/12/1981, en relación con una fábrica de pan que estuvo inactiva durante seis años, iniciándose de nuevo la actividad, habiéndose sustituido además la maquinaria de producción por una más moderna. Se trata de un supuesto previsto en la normativa estatal en el art. 47.2 del REP, si bien según alguna sentencia judicial, como por ejemplo, la STSJ Cataluña de 14/10/1997, no regula la caducidad de la licencia de actividad propiamente dicha, sino un supuesto de “ineficacia de apertura o de puesta en funcionamiento”, que obliga al propietario del local o el empresario a solicitud su reconocimiento previo, antes del inicio o la reanudación de sus actividades, no así a obtener una nueva licencia siguiendo todo el complejo procedimiento administrativo analizado más atrás. Efectivamente, veamos los términos en que se pronuncia dicho art. 47.2 REP: “En los supuestos de inactividad a que se refiere el apartado anterior, se entenderá que la licencia de apertura y funcionamiento queda sin efecto a los seis meses contados desde el otorgamiento o desde el comienzo de la inactividad, debiendo el propietario del local o el empresario solicitar su reconocimiento previo, antes del inicio o la reanudación de sus actividades”. La normativa autonómica también comienza a acoger esta figura de forma expresa, caso por ejemplo de la Ley de Prevención Ambiental de Castilla y León, que fija el plazo de inactividad en dos años. La Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas del País Vasco y la de la Comunidad Valenciana (ésta con alguna matización), siguiendo ambas a su homóloga estatal, prevé un plazo de seis meses de inactividad en el local como determinante de la suspensión de la vigencia de la licencia. Otras normas autonómicas se limitan a regular de forma más genérica la cuestión, aludiendo a la anulación y revocación de licencias. Finalmente, también algunas Ordenanzas Municipales regulan esta figura jurídica para producir la extinción de la licencia municipal. La jurisprudencia se muestra restrictiva en la aplicación “automática” de la caducidad de las licencias, por lo que no bastará con la simple inactividad, sino que habrá de incoarse el correspondiente expediente administrativo en el que se dé audiencia al interesado y además se realice una ponderada valoración de los hechos, circunstancias concurrentes en cada caso y forma en que los acontecimiento sucedan, especialmente cuando éstos sean indicativos de una inequívoca voluntad de no abandonar el proyecto por parte del titular de la licencia (STSJ País Vasco de 30/12/2002), siendo al Alcalde a quien corresponde declarar la caducidad, pues aunque no se disponga normativamente de forma expresa, es a éste a quien compete ordenar la retirada temporal o definitiva de licencias conforme establecen, por un lado el art. 38 RAMINP, por otro el art. 41 del ROF, y en fin, por otro lado, los arts. 15 y 16 del RSCCLL. (STS 12/02/2002). D.6.- ACTIVIDADES SIN LICENCIA. De todo lo hablado hasta estos momentos, una primera conclusión ha debido quedar clara, cual es que cualquier actividad sujeta a licencia municipal, ya sea ésta de apertura o clasificada, debe obtener la misma para poder funcionar, pues en otro caso estaremos ante lo que la jurisprudencia denomina actividad “clandestina”, situación frecuente al dictado del RAMINP y que obligó a incorporar en su texto una Disposición Transitoria, la Primera, que se refería expresamente a este tipo de actividades y se imponía la obligación de legalizarse en el plazo de dos meses, mediante la presentación de la correspondiente solicitud de licencia ante el Ayuntamiento correspondiente. Otras cosa es que, citada disposición transitoria primera del RAMINP haya conseguido el objetivo perseguido, que no era otro que regularizar todas las actividades carentes de licencia municipal, ya que la realidad dicta otra cosa, y es que quizá por la complejidad de los procedimientos administrativos a los que se ven sometidos los interesados, esta situación, aunque en menor medida, continúa en nuestros días. Tanto es así que alguna normativa autonómica relativamente reciente refieren algún precepto a la regulación de esta realidad, caso de la Ley 11/2003, de 8 de abril, de Prevención Ambiental de Castilla y León o de la Ley Foral de Navarra 4/2005, de 22 de marzo, de Intervención para la Protección Ambiental, sin perjuicio de que todas las normativas contemplen dentro de su régimen sancionador, como una infracción, el funcionamiento sin autorización o licencia. La jurisprudencia también ha tenido ocasión de manifestarse sobre las actividades que funcionan sin licencia, y siguiendo de nuevo a ANTONIO CANO MURCIA, resumimos ésta: 1º.- La clausura de una actividad sin licencia no es una sanción –STS 17/07/1989-. 2º.- Salvo peligro o riesgo, es necesario conceder trámite de audiencia al interesado con carácter previo a decretar la clausura de una actividad –STS 28/11/1988-. 3º.- El procedimiento para la legalización de actividades es el mismo previsto para la iniciación de una actividad, por tanto, no pueden ser eludidos ninguno de sus trámites. 4º.- La carencia de licencia municipal no puede ser suplida: - Ni por el transcurso del tiempo. - Ni por la tolerancia municipal. - Ni por el pago de tasas e impuestos municipales. - Ni siquiera por disponer de otras autorizaciones administrativas. Sobre este último apartado, entre otras muchas, STS de 13 de febrero de 1989. E) ESPECIAL REFERENCIA A LA LEY DE CANTABRIA 17/2006, DE 11 DE DICIEMBRE DE CONTROL AMBIENTAL INTEGRADO –LCAI-: E.1.- ANTECEDENTES. Como expresa el propio Preámbulo de la LCAI, ésta es la respuesta a la constante preocupación, en especial durante los últimos años, de la ciudadanía, y por ende, también política, por la protección del medio ambiente. En este último ámbito, el político, el impulso definitivo ha venido de la mano de la Unión Europea Una acción ambiental que halla su fundamento en numerosos textos normativos de carácter interno, pero que acabó por adquirir decidido protagonismo a partir del impulso derivado de las políticas comunitarias, ya que, aunque los textos originarios de los Tratados fundacionales de las Comunidades Europeas no contenían previsiones específicas sobre el medio ambiente, no obstante lo cual, la Comunidad empezó a gestar una política ambiental que adquiere autonomía, primero con el Acta Única, de 1986, y definitivamente en las reformas llevadas a cabo en el Tratado de Maastricht, de 1992, del que trae causa el Título XIX de la Tercera Parte del Tratado de Roma (actuales artículos 174 a 176), que plasman y definen títulos competenciales específicos. La política ambiental debe inspirarse en una serie de principios ambientales, entre éstos, el principio de prevención, siendo preferible la acción y el control anticipados que la reparación. Y es aquí donde surgen diversas técnicas ambientales previas, como son la autorización ambiental integrada, la evaluación ambiental o la comprobación ambiental. Es precisamente en base a dichos títulos competenciales específicos a favor de la Unión Europea, por los que ésta ha venido aprobando numerosas Directivas, entre las que pueden ser destacadas por lo que afecta a la LCAI, las siguientes: - Directiva 85/337, de 27 de junio de 1985, sobre evaluación de las repercusiones de determinados proyectos públicos y privados sobre el medio ambiente, modificada por la Directiva 97/11, de 3 de marzo de 1997 y por la Directiva 2003/35, de 26 de mayo de 2003. Aquélla fue traspuesta al ordenamiento interno por R.D. Legislativo 1302/1986, de 28 de junio, y las modificaciones en dicha directiva, lo fueron respectivamente por R.D. – Ley 9/2000, de 6 de octubre, y Ley 6/2001, de 8 de mayo. - Directiva 96/61, del Consejo, de 24 de septiembre de 1996, relativa a la prevención y control integrado de la contaminación, traspuesta por la Ley 16/2002, de 1 de julio, de Prevención y Control Integrados de la Contaminación. - Finalmente, la Directiva 2001/42, de 27 de junio de 2001, relativa a la evaluación de los efectos de ciertos planes y programas en el medio ambiente, ha sido traspuesta recientemente por el Estado, dictando la Ley 9/2006, de 28 de abril, sobre evaluación de los efectos de determinados planes y programas sobre el medio ambiente, aunque sin embargo algunas Comunidades Autónomas habían dictado normas autonómicas, en uso de una conocida jurisprudencia constitucional, incorporando a su ámbito territorial el contenido de dicha Directiva. - O la Directiva 2001/42, del Parlamento y del Consejo, de 27 de junio de 2001, relativa a la evaluación de los efectos de ciertos planes y programas en el medio ambiente. Recuérdese que, a nivel interno, en nuestro ordenamiento jurídico, el art. 45.1 C.E. establece como principio rector de la política social y económica, el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo. Por su parte, el apartado 2 encomienda a los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva. La referencia constitucional a los poderes públicos debe incluir no solo al Estado, sino también a las Comunidades Autónomas y a las Entidades Locales. Ahora bien, es al Estado al que corresponde el dictado de la legislación básica sobre protección del medio ambiente (art. 149.1.23ª C.E.), relegando a las CC.AA. la promulgación de la normativa de desarrollo. Es ésta la línea de actuación llevada a cabo por la Comunidad Autónoma de Cantabria en base a la asunción a través del art. 25.7 del Estatuto de Autonomía, de las competencias para el desarrollo legislativo y ejecución de la protección del medio ambiente y de los ecosistemas, que nuestra autonomía tradujo inicialmente en el Decreto 50/1991, de 29 de abril, de Evaluación de Impacto Ambiental para Cantabria; modificado por Decreto 77/1996, de 8 de agosto y por Decreto 38/1999, de 12 de abril, para cambiar parcialmente el anexo de proyectos e instalaciones sujetos a evaluación ambiental y que la STSJ de Cantabria de 4/04/2002, anuló en lo relativo a la sujeción a evaluación ambiental en particular de los planes de urbanismo, por incidir en el derecho de propiedad y, consecuentemente, estar reservado a una norma con rango de ley. Posteriormente se citó la ley de Cantabria 2/2001, de 25 de junio, de Ordenación Territorial y Régimen Urbanístico del Suelo, que si bien no sometió expresamente a evaluación ambiental los planes territoriales y urbanísticos, sí que lo dejaba entrever de forma implícita. Es la Ley de Cantabria 5/2002, de 24 de julio, de Medidas Cautelares Urbanísticas en el Ámbito del Litoral, la que de forma expresa se encargó de someter a evaluación ambiental, los instrumentos de planificación territorial y urbanística, ahora sí, mediante cobertura con rango de ley. Con ello se dio cumplimiento a la Directiva 2001/42, de 27 de junio, Como continúa diciendo el propio Preámbulo de la LCAI, ésta era, en síntesis, la situación de la Comunidad Autónoma en 2006, caracterizada por la escasa normativa autonómica y, por tanto, siendo de aplicación directa la legislación estatal constituida por la mencionada Ley 16/2002, de 1 de julio, y como no, por el antiquísimo Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas –RAMINP-, razones todas ellas que avalaron la aprobación de la Ley 17/2006, de 16 de diciembre, de Control Ambiental Integrado –LCAI-, cuyo objeto anunciado en el propio Preámbulo y expresado concretamente en su art. 1, es establecer un sistema de control ambiental integrado en relación con los planes, programas, proyectos, instalaciones y actividades susceptibles de incidir en la salud y seguridad de las personas y sobre el ambiente. La LCAI, sin perjuicio del régimen transitorio que veremos a continuación, ha venido a derogar en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Cantabria: 1º.- Como ocurre con cualquier otra norma, cuantas disposiciones de igual o inferior rango se opongan a lo dispuesto en ella. 2º.- Y en particular el mencionado Decreto 50/1991, de 29 de abril, de Evaluación del Impacto Ambiental para Cantabria y el art. 2 y D.T. 1ª y 2ª de la también mentada Ley 5/2002, de 24 de julio, de Medidas Cautelares Urbanísticas en el Ámbito del Litoral, de Sometimiento de los Instrumentos de Planificación Territorial y Urbanística a Evaluación Ambiental y de Régimen Urbanístico de los Cementerios, amén del Decreto de Cantabria 127/2005, de 14 de octubre, que designa el órgano competente para otorgar la autorización ambiental integrada y crea la Comisión de Prevención y Control Integrados de la Contaminación. 3º.- Además, la Disposición Adicional Tercera declara inaplicación directa en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de Cantabria, del Decreto 2414/1961, de 30 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas –RAMINP-. Lo cual no significa, como así sucede y ha sido suficientemente informado desde el punto de visto jurídico, que se aplique el RAMINP de forma supletoria en tanto en cuanto no se cumple con el mandato impuesto al Consejo de Gobierno de Cantabria por la propia LCAI a través de su Disposición Final Primera, apartado 2, en cuanto al dictado del Reglamento de desarrollo y aplicación de la ley en el plazo de los tres meses siguientes a la publicación que, como es de ver, se encuentra suficientemente superado, sin que hasta la fecha haya visto la luz el mismo, sino tan solo un borrador, el analizado a lo largo de esta obra pero, como es comprensible, sin ningún valor jurídico. E.2.- VIGENCIA Y RÉGIMEN TRANSITORIO. La LCAI entró en vigor, de acuerdo con su Disposición Final Segunda, el día siguiente al de su publicación en el BOC, que tuvo lugar en el nº 243, de fecha 21 de diciembre de 2006. Por tanto, citada ley es de aplicación desde el 22/12/2006, sin perjuicio de lo cual, habrá que estar, por un lado, a lo dispuesto en la Disposición Adicional Tercera, en cuanto a la inevitable aplicación supletoria del RAMINP en materia de procedimiento, y por otro lado, al siguiente régimen transitorio previsto en la propia LCAI: Disposición Transitoria primera. Actividades e instalaciones preexistentes. 1. A las instalaciones o actividades que estén en funcionamiento a la fecha de entrada en vigor de la presente Ley y que carezcan de la autorización ambiental integrada exigible con arreglo a la misma, les será de aplicación lo previsto en la disposición transitoria primera de la Ley 16/2002, de 1 de julio, de Prevención y Control Integrado de la Contaminación. 2. Sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado anterior, las instalaciones o actividades que en la fecha de entrada en vigor de la presente Ley estuvieran en funcionamiento sin haberse efectuado la evaluación de impacto ambiental exigible con arreglo a la legislación vigente en su momento, deberán presentar un estudio de impacto ambiental dentro de los seis meses siguientes a la fecha mencionada. A las instalaciones o actividades citadas en el párrafo anterior, que hubieren presentado su estudio de impacto ambiental en el plazo establecido anteriormente, se las emitirá la correspondiente declaración de impacto ambiental en el plazo previsto para la tramitación de la misma establecido en el articulado de la presente Ley. Si no se hubiera emitido en plazo la declaración, las instalaciones o actividades podrán seguir en funcionamiento hasta que dicho acto se emita y notifique al interesado. 3. En el plazo de los cuatro años siguientes a la entrada en vigor de la presente Ley los servicios ambientales comprobarán que todas las instalaciones o actividades que carezcan del acta de conformidad ambiental y para las que las Administraciones locales hayan expedido licencia de apertura o funcionamiento, disponen de las condiciones necesarias para garantizar la protección de las personas, sus bienes y el ambiente y satisfacen los valores límites de emisión y las medidas preventivas, de control o de garantía, que sean procedentes conforme a lo previsto en el artículo 32 de esta Ley. Una vez comprobada la efectividad de estas medidas, se expedirá la correspondiente acta de conformidad ambiental. Transcurridos cuatro años desde la entrada en vigor de la presente Ley no podrán seguir en funcionamiento las instalaciones o actividades anteriormente citadas que no hayan obtenido el acta de conformidad ambiental. Disposición Transitoria segunda. Procedimientos en tramitación. Los procedimientos para la evaluación de impacto ambiental o para la obtención de la autorización ambiental integrada o de las licencias para la realización de actividades o el establecimiento y funcionamiento de actividades contempladas en esta Ley que se hubieren iniciado con anterioridad a su entrada en vigor, se tramitarán y resolverán conforme a lo previsto en la normativa vigente a la fecha de su iniciación. Disposición transitoria tercera. Planeamiento territorial y urbanístico en tramitación. Los instrumentos de planeamiento territorial y urbanístico que se hallen en tramitación a la entrada en vigor de la presente Ley y ya se hubieren aprobado inicialmente deberán contar con la correspondiente evaluación de impacto ambiental. Si no se hubiera presentado el informe de impacto ambiental que se encontraba regulado en la legislación anterior, se elaborará un estudio de sostenibilidad que se someterá a la consideración de la autoridad ambiental para que exprese su parecer antes de la aprobación provisional del plan por el órgano competente. Disposición Transitoria cuarta. Irretroactividad. Las infracciones y sanciones se regirán en cuanto a su procedimiento y a los plazos de prescripción por la legislación aplicable en el momento en que se cometió la infracción, sin perjuicio de la retroactividad de la disposición más favorable para la persona infractora. E.3.- CONCEPTOS BÁSICOS. Como sucede en los últimos tiempos, la LCAI no es aneja a la práctica normativa de establecer las definiciones correspondientes a los principales conceptos técnicos y / o jurídicos específicos, según la materia que se trate, tendencia que, por lo demás, es de agradecer pensando en el ciudadano neofito en estas lides, que en algún momento tiene que acercarse a la respectiva legislación. En el caso de la LCAI, tales definiciones se encuentran contenidas en el art. 2, siendo las siguientes: a) Actividad.- Explotación de una industria o servicio, establecimiento, instalación o, en general, cualquier actuación susceptible de afectar de forma significativa al medio ambiente. b) Autoridad competente sustantiva.- Aquella que, conforme la legislación aplicable al proyecto de que se trate, ha de conceder la autorización para su realización. c) Contaminación.- La introducción directa o indirecta, mediante la actividad humana, de sustancias, vibraciones, calor o ruido en la atmósfera, el agua o el suelo, que puedan tener efectos perjudiciales para la salud humana o la calidad del medio ambiente, o que puedan causar daños a los bienes materiales o deteriorar o perjudicar el disfrute y otras utilizaciones legítimas del medio ambiente. d) Emisión.- La expulsión a la atmósfera, al agua o al suelo de sustancias, vibraciones, calor o ruido procedentes de forma directa o indirecta de fuentes puntuales o difusas de la instalación. e) Estudio de impacto ambiental.- Es el documento técnico que debe presentar el titular del proyecto, y sobre la base del que se produce la declaración de impacto ambiental. Este estudio deberá identificar, describir y valorar de manera apropiada, y en función de las particularidades de cada caso concreto, los efectos notables previsibles que la realización del proyecto produciría sobre los distintos aspectos ambientales (efectos directos e indirectos; simples, acumulativos o sinérgicos; a corto, a medio o a largo plazo; positivos o negativos, permanentes o temporales, reversibles o irreversibles, recuperables o irrecuperables, periódicos o de aparición irregular, o continuos o discontinuos). f) Informe de sostenibilidad.- Informe elaborado por el promotor en el que se identifican, describen y evalúan los probables efectos significativos sobre el medio ambiente que puedan derivarse de la aplicación del plan o programa, así como sus alternativas razonables. g) Instalación.- Cualquier unidad técnica fija donde se desarrolle una o más de las actividades enumeradas en la presente Ley, así como cualesquiera otras actividades directamente relacionadas con aquellas que guarden relación de índole técnica con las actividades llevadas a cabo en dicho lugar y puedan tener repercusiones sobre las emisiones y la contaminación. h) Mejores técnicas disponibles.- La fase más eficaz y avanzada de desarrollo de las actividades y de sus modalidades de explotación, que demuestren la capacidad práctica de determinadas técnicas para constituir, en principio, la base de los valores límite de emisión destinados a evitar o, cuando ello no sea posible, reducir en general las emisiones y el impacto en el conjunto del medio ambiente y de la salud de las personas: 1º Técnicas.- A estos efectos, se entenderá por técnicas la tecnología utilizada, junto con la forma en que la instalación esté diseñada, construida, mantenida, explotada o paralizada. 2º Disponibles.- Las técnicas desarrolladas a una escala que permita su aplicación en el contexto del correspondiente sector industrial, en condiciones económicas y técnicamente viables, tomando en consideración los costes y los beneficios, tanto si las técnicas se utilizan o producen en España, como si no, siempre que el titular pueda tener acceso a ellas en condiciones razonables. 3º Mejores.- Las técnicas más eficaces para alcanzar un alto nivel general de protección del medio ambiente en su conjunto y de la salud de las personas. i) Memoria ambiental.- Es el pronunciamiento del órgano ambiental competente en el que se analiza el informe de sostenibilidad y el proceso de evaluación seguido al objeto de integrar los aspectos ambientales en la propuesta de plan o programa previendo los impactos significativos de su aplicación. j) Modificación no sustancial.- Cualquier modificación de las características o del funcionamiento, o de la extensión de la instalación, que, sin tener la consideración de sustancial, pueda tener consecuencias en la seguridad, la salud de las personas o el medio ambiente. k) Modificación sustancial.- Cualquier modificación realizada en una instalación que, en opinión del órgano competente para otorgar la autorización ambiental integrada y de acuerdo con los criterios establecidos en la presente Ley, pueda tener repercusiones perjudiciales o importantes en la seguridad, la salud de las personas o el medio ambiente. l) Proyecto.- Todo documento técnico que define o condiciona de modo necesario, particularmente en lo que se refiere a la localización, la realización de construcciones o de otras instalaciones y obras, así como otras intervenciones en el medio natural o en el paisaje, incluidas las destinadas a la explotación de los recursos naturales renovables y no renovables, y todo ello en el ámbito de las actividades recogidas en los anexos de la presente Ley. m) Sustancia.- Los elementos químicos y sus compuestos, con la excepción de las sustancias radioactivas reguladas en la Ley 25/1964, de 29 de abril , sobre Energía Nuclear, y de los organismos modificados genéticamente regulados en la Ley 9/2003, de 25 de abril, por la que se establece el régimen jurídico de la utilización confinada, liberación voluntaria y comercialización de organismos modificados genéticamente, a fin de prevenir los riesgos para la salud humana y el medio ambiente, y en sus correspondientes normas de desarrollo o normativa que las sustituya. n) Titular de la instalación.- Cualquier persona física o jurídica que explote o posea la instalación. ñ) Titular del proyecto o promotor.- Se considera como tal tanto a la persona física o jurídica que solicita una autorización relativa a un proyecto privado, como a la autoridad pública que toma la iniciativa respecto a la puesta en marcha de un proyecto. o) Valores límite de emisión.- La masa o la energía expresada en relación con determinados parámetros específicos, la concentración o el nivel de una emisión, cuyo valor no debe superarse dentro de uno o varios períodos determinados. Los valores límite de emisión de las sustancias se aplicarán generalmente en el punto en que las emisiones salgan de la instalación y en su determinación no se tendrá en cuenta una posible dilución. En lo que se refiere a los vertidos indirectos al agua, y sin perjuicio de la normativa relativa a la contaminación causada por determinadas sustancias peligrosas vertidas en el medio acuático, podrá tenerse en cuenta el efecto de una estación de depuración en el momento de determinar los valores límite de emisión de la instalación, siempre y cuando se alcance un nivel equivalente de protección del medio ambiente en su conjunto y ello no conduzca a cargas contaminantes más elevadas en el entorno. E.4.- TÉCNICAS DE CONTROL AMBIENTAL. Como expresa el Preámbulo y posteriormente desarrolla el contenido de la Ley, las técnicas de control ambiental que se contemplan son tres: la autorización ambiental integrada, la evaluación ambiental y la comprobación ambiental; las dos primeras técnicas, fruto de la imposición normativa estatal básica, en tanto que la tercera técnica (comprobación ambiental), introducida a modo de cláusula de cierre, por lo que a ella se sujetarán aquellas actividades que no hubieran quedado absorbidas por las dos técnicas anteriores y puedan eventualmente afectar, siquiera sea de manera indirecta, al medio ambiente, viniendo a sustituir en Cantabria al RAMINP. Como señala el art. 3 del texto legal, la sujeción por parte de las actividades, instalaciones, planes, programas y proyectos incluidos en el ámbito de aplicación de la LCAI, a una de las tres técnicas de control ambiental descritas, se efectuará de acuerdo con su grado de incidencia sobre el medio ambiente, la seguridad y la salud. Las tres técnicas de control ambiental junto con el llamado registro de actividades ambientales, forman el sistema de control ambiental integrado en Cantabria. Registro ambiental, que como prescribe el art. 11 LCAI se llevará en la Consejería competente en materia de medio ambiente, y recogerá cuantas actuaciones de intervención, comprobación, inspección y fiscalización se hayan llevado a cabo por la Administración de la Comunidad Autónoma y los Ayuntamientos en aplicación de la propia ley, a cuyos efectos, los Ayuntamientos comunicarán, en los términos dispuestos reglamentariamente, los actos de control ambiental que hayan realizado en el ejercicio de sus competencias. Veamos siquiera brevemente las dos primeras técnicas control ambiental integrado, teniendo en cuenta que la tercera de ellas ha sido ya tratada a lo largo de las páginas precedentes: 1.- Autorización ambiental integrada. Se trata de un procedimiento unificado, desde la perspectiva ambiental, para la explotación de las instalaciones y actividades a que se refiere el anexo A de la LCAI. Se regula, en particular, y sin perjuicio de su necesario desarrollo reglamentario, el procedimiento de la autorización ambiental, la vigencia y revisión de la autorización y las obligaciones del titular de la instalación de que se trate. La autorización ambiental integrada consiste –en palabras del art. 4 LCAI- en una resolución por la que, a los solos efectos de la protección del ambiente y de la salud de las personas y bajo los requisitos y condiciones en la misma establecidos, se permite la explotación de la totalidad o parte de una instalación, e incluirá, cuando fuere necesaria, la evaluación y declaración de impacto ambiental. El contenido regulador de esta técnica de control ambiental se comprende en el Título II de la ley, arts. 16 a 23 a/i, de la forma siguiente: “Artículo 16. Objeto. 1. El establecimiento y funcionamiento de las instalaciones y actividades del anexo A de la presente Ley requerirá la previa obtención de una autorización ambiental integrada que determine las condiciones a las que deban someterse de conformidad con lo dispuesto en la legislación ambiental y de prevención y control integrado de la contaminación. 2. Quedarán sujetas asimismo a autorización ambiental integrada las modificaciones sustanciales que se proyecten introducir en las instalaciones o actividades a que se refiere el apartado anterior. 3. Tendrán carácter sustancial las modificaciones que supongan una mayor incidencia de la instalación o de su actividad sobre la seguridad, la salud de las personas y el medio ambiente considerando los siguientes aspectos: a) El tamaño y producción de la instalación. b) Los recursos naturales utilizados por la misma. c) Su consumo de agua y energía. d) El volumen, peso y tipología de los residuos generados. e) La calidad y capacidad regenerativa de los recursos naturales de las áreas geográficas que puedan verse afectadas. f) El grado de contaminación producido. g) El riesgo de accidente. h) La incorporación o aumento en el uso de sustancias peligrosas. 4. En todo caso, cualquier modificación de las características de una instalación o actividad sujeta a autorización ambiental integrada que no revista carácter sustancial, según lo dispuesto en el apartado anterior, deberá ser puesta en conocimiento de la Administración de la Comunidad Autónoma. Si la Administración entendiera que la modificación tiene carácter sustancial comunicará al titular, en el plazo máximo de un mes, la necesidad de obtener la preceptiva autorización ambiental integrada. La falta de notificación en plazo de la resolución autorizará al interesado a llevar a cabo las modificaciones pretendidas. Artículo 17. Contenido. 1. La autorización ambiental integrada incluirá en su tramitación cuantos informes o decisiones se requieran por exigirlo la legislación de control de los riesgos derivados de accidentes graves con presencia de sustancias peligrosas, la legislación de aguas o cualquier otra legislación especial o sectorial de prevención y control de la contaminación, de protección ambiental, de protección de la salud, de protección civil o de protección del patrimonio cultural. Asimismo, incorporará la declaración de impacto ambiental, caso de que también fuera necesaria la evaluación de éste. 2. La autorización ambiental integrada incluirá las determinaciones pertinentes en relación con los extremos siguientes: a) Prevención de la contaminación, en particular mediante la aplicación de las mejores técnicas disponibles. b) Evitación de la producción de residuos y, en su caso, gestión de su reciclado, reutilización, valorización o eliminación a fin de evitar o reducir su repercusión en el ambiente, de acuerdo con lo previsto en la normativa aplicable. c) Utilización eficiente de la energía, el agua, las materias primas y demás recursos. d) Adopción de las medidas necesarias para prevenir los accidentes o limitar sus consecuencias sobre la salud de las personas y el medio ambiente, de conformidad a la normativa que sea de aplicación. e) Restauración del espacio afectado una vez producida la cesación de la explotación, en particular mediante la adopción de las medidas necesarias para evitar los riesgos de contaminación. 3. La autorización ambiental integrada podrá incluir moratorias o dispensas temporales respecto de los valores límite de emisión, en los términos de la legislación estatal básica. 4. La autorización ambiental integrada incorporará la exigencia de requisitos adicionales de no garantizarse la consecución de los objetivos de calidad ambiental mediante el empleo de las mejores técnicas disponibles. Artículo 18. Procedimiento. El procedimiento para el otorgamiento de la autorización ambiental integrada se determinará reglamentariamente y se sujetará a las siguientes reglas: a) Cuando sea necesario evaluar el impacto ambiental del proyecto, actividad o instalación objeto de la autorización ambiental, el órgano ambiental, a petición del interesado señalará, en el plazo máximo de un mes, cuáles deban ser las directrices básicas para la elaboración del correspondiente estudio de impacto ambiental por parte del titular. El procedimiento de tramitación de la evaluación de impacto ambiental se incluirá en el procedimiento de la autorización ambiental integrada, cuando la competencia corresponda a la Comunidad Autónoma de Cantabria. b) De conformidad con lo dispuesto en la legislación estatal básica, la solicitud irá acompañada de los documentos siguientes: 1º Proyecto básico de la actividad a desarrollar y de sus instalaciones firmado por técnico competente y visado por el colegio oficial, reflejando los aspectos que reglamentariamente se determinen. 2º Certificación municipal que acredite la compatibilidad del proyecto con el planeamiento urbanístico o, en defecto de ella por inactividad de la Administración, copia de la solicitud presentada para obtenerla. 3º La documentación exigida por la legislación ambiental sectorial. 4º Declaración de datos que, a criterio del solicitante, deban tener carácter reservado según la ley. 5º Resumen específico del proyecto que facilite su comprensión y divulgación en el trámite de información pública. 6º Cualquier otra documentación exigible con arreglo a la legislación vigente. c) La solicitud de autorización ambiental integrada, junto con el estudio de impacto ambiental, en su caso, será sometida a información pública por un plazo mínimo de treinta días, anunciándose la apertura del trámite en el «Boletín Oficial de Cantabria», así como en un diario de amplia difusión en la Comunidad Autónoma. d) Concluido el trámite de información pública se evacuarán los informes y consultas de cuantos organismos deban ser oídos de acuerdo con la legislación sectorial. e) El órgano ambiental competente realizará una valoración ambiental del proyecto en su conjunto teniendo en cuenta la documentación aportada, el resultado de la información pública y todos los informes emitidos. Dicha valoración considerará los aspectos propios de la evaluación de impacto ambiental cuando la instalación o actividad deba ser objeto de ella. f) Los resultados de la valoración ambiental se reflejarán en la propuesta de resolución, que se notificará al interesado para que formule alegaciones en el plazo de quince días. g) Cuando en el trámite de audiencia se hubieran realizado alegaciones, se dará traslado de las mismas a los órganos competentes para emitir informes vinculantes a fin de que en el plazo máximo de quince días manifiesten lo que estimen conveniente en los aspectos referidos a materias de su competencia, lo que igualmente tendrá carácter vinculante. h) La resolución que otorgue la autorización ambiental integrada incorporará las determinaciones o condiciones propuestas en los informes vinculantes y las que se juzguen convenientes a la vista de los demás informes y de las alegaciones obrantes en el expediente. Asimismo, incorporará la declaración de impacto ambiental cuando la naturaleza de la instalación o actividad objeto de la solicitud así lo requiera. i) El órgano ambiental competente dictará y notificará la resolución en el plazo máximo de diez meses a contar desde la fecha de presentación de la solicitud. Si vencido este plazo no se hubiera notificado la resolución, la solicitud podrá considerarse desestimada por silencio administrativo. j) La resolución que otorgue o modifique la autorización ambiental integrada será publicada en el «Boletín Oficial de Cantabria». Artículo 19. Ejecución del proyecto, instalación o actividad. No podrán otorgarse las autorizaciones y licencias que sean necesarias para la ejecución de los proyectos o la instalación o funcionamiento de las actividades que requieran una autorización ambiental integrada en tanto no se haya publicado oficialmente la resolución que la otorgue. Artículo 20. Acta de conformidad ambiental. 1. Ninguna actividad o instalación autorizada podrá comenzar a funcionar en tanto no se haya comprobado por los servicios ambientales la efectividad de las medidas correctoras exigidas con arreglo a lo establecido en el capítulo I del título V de esta Ley y en la forma que reglamentariamente se determine. 2. Las empresas suministradoras de energía eléctrica, agua, gas, telefonía y otros servicios similares exigirán el acta de conformidad ambiental de la instalación o actividad para la contratación definitiva de los referidos servicios. Artículo 21. Renovación. 1. La autorización ambiental integrada, con todas sus condiciones, se otorgará por un plazo máximo de ocho años, transcurrido el cual deberá ser renovada y, en su caso, actualizada por períodos sucesivos. 2. La renovación debe ser solicitada con una antelación mínima de diez meses sobre la fecha de vencimiento del plazo para el que se otorgó la autorización y se tramitará por el procedimiento simplificado que reglamentariamente se determine. 3. Si vencido el término de vigencia de la autorización ambiental integrada, el órgano ambiental competente no hubiera dictado resolución expresa sobre la renovación, se entenderá ésta otorgada en las condiciones originarias. Artículo 22. Modificación de oficio. 1. La autorización ambiental integrada podrá ser modificada de oficio cuando: a) La contaminación producida por la instalación aconseje modificar los valores límite de emisión impuestos o la adopción de otros nuevos. b) La aplicación de las mejores técnicas disponibles permita reducir significativamente las emisiones sin costes excesivos. c) La seguridad de funcionamiento del proceso o la actividad hagan necesario emplear otras técnicas. d) El organismo de cuenca estime que, conforme lo establecido en la legislación de aguas, existen circunstancias que justifiquen la revisión o modificación en lo referente a los vertidos al dominio público hidráulico de cuencas intercomunitarias. e) Lo exija la legislación vigente de aplicación a la instalación. 2. Antes de proceder a la modificación de la autorización ambiental integrada, el órgano ambiental competente notificará al titular de la autorización las modificaciones que se proponga introducir en ella y a los distintos órganos que, en su caso, hayan concedido autorizaciones o licencias para la puesta en marcha de la actividad objeto de la misma con el fin de que valoren la necesidad de modificar también las referidas autorizaciones o licencias. Artículo 23. Obligaciones del titular de la instalación. Los titulares de las instalaciones incluidas en el anexo A de la presente Ley deberán: a) Disponer de la autorización ambiental integrada y cumplir las condiciones establecidas en la misma. b) Cumplir las obligaciones de control y suministro de información previstas en la legislación sectorial o resultantes de la propia autorización ambiental integrada. c) Comunicar al órgano ambiental competente cualquier modificación, sustancial o no, que se proponga realizar en la instalación. d) Comunicar al órgano ambiental competente la transmisión de su titularidad. e) Informar inmediatamente al órgano ambiental competente de cualquier incidente o accidente que pueda afectar al ambiente. f) Prestar la asistencia y colaboración necesarias a quienes realicen las actuaciones de vigilancia, inspección y control. g) Informar de manera particular a los trabajadores a su servicio, y a sus representantes legales, una vez concedido el instrumento de intervención ambiental correspondiente, de todos los condicionantes y circunstancias incluidos en el mismo, o que posteriormente se incorporaran a su contenido, que puedan afectar a su salud o su seguridad, sin perjuicio del cumplimiento del resto de obligaciones establecidas en la normativa en materia de prevención de riesgos laborales y seguridad laboral. h) Cumplir cualesquiera otras obligaciones legalmente establecidas.” 2.- Evaluación ambiental. Esta técnica de control ambiental es entendida como el conjunto de estudios e informes necesarios para formular una declaración de impacto ambiental en la que se fijen y determinen las condiciones de protección requeridas para la aprobación de los proyectos y actividades contemplados en el anexo B de la LCAI. Se sigue aquí de cerca el criterio anterior, aunque incidiendo en el procedimiento que pretende ser sencillo y clarificador. La declaración de impacto ambiental ha de venir precedida de un estudio de tal naturaleza elaborado por técnicos cualificados a cuyo efecto la Ley prevé la creación de un registro público. Dentro de este título la Ley incorpora previsiones en relación con la evaluación de planes y programas, de acuerdo con la Directiva 2001/42, de 27 de junio, cuyas determinaciones han sido incorporadas a la legislación estatal básica mediante la Ley 9/2006, de 28 de abril. La evaluación de este tipo de planes tiene un carácter menos rígido que el de otros proyectos. Se trata más bien de un informe de sostenibilidad que puede, sin embargo, condicionar la aprobación del plan en los términos de la legislación territorial y urbanística. De ahí que la singularidad más destacable que esta Ley ha considerado oportuno incorporar, sea la de llevar a cabo dicho informe de sostenibilidad de los instrumentos de planeamiento territorial y urbanístico tan pronto como sean conocidas las previsiones y directrices que pretenda incorporar el plan, esto es, con anterioridad a la aprobación inicial del correspondiente instrumento. Una previsión que pretende impedir que se consoliden, con un coste adicional, previsiones insostenibles desde el punto de vista ambiental y que, de esa manera, da respuesta apropiada a la peculiaridad del planeamiento, cuya incidencia en el ambiente ha de valorarse desde parámetros y presupuestos diferentes a los que debe inspirar la de otro tipo de proyectos y actividades. Su regulación está prevista en la LCAI en el Título III, que comprende dos Capítulos, arts. 24 a 30, también ambos inclusive, tal y como se detalla a continuación: “Artículo 24. Objeto. 1. La evaluación ambiental tiene por objeto reunir los estudios e informes técnicos precisos para identificar y evaluar todos los efectos ambientales que puedan seguirse de la ejecución de un determinado plan, programa, proyecto, instalación o actividad con el fin de que, antes de proceder a su aprobación, pueda ser conocido el alcance de dichos efectos y establecerse, en su caso, la necesidad de imponer determinadas condiciones o medidas para su corrección o compensación. 2. Se someterán a evaluación ambiental los planes, programas y proyectos de obras, instalaciones y actividades relacionados en el anexo B de la presente Ley. CAPÍTULO De la evaluación ambiental de planes y programas I Artículo 25. Procedimiento de evaluación. 1. Los planes y programas que determinen las estrategias, directrices y propuestas que contempla una Administración Pública para satisfacer necesidades sociales no ejecutables directamente, sino mediante el desarrollo de un conjunto de proyectos, y cuyo efecto ambiental deba ser evaluado de conformidad con el anexo B1 de esta Ley y la legislación estatal y comunitaria, se someterán al procedimiento previsto en este capítulo. 2. La evaluación ambiental de los planes y programas que la requieran se llevará a cabo mediante pieza separada del procedimiento previsto para su elaboración y aprobación y antes de que esta última tenga lugar. 3. Reglamentariamente se determinarán los trámites y actuaciones de dicha pieza procedimental que, tramitada bajo la responsabilidad del órgano ambiental y de acuerdo con lo previsto en la legislación estatal básica, en todo caso incorporará: a) Un informe de sostenibilidad ambiental presentado por el promotor, con la amplitud, nivel de detalle y grado de especificación que determine el órgano ambiental en función, a su vez, del contenido y nivel de detalle del plan o programa a evaluar. A estos efectos, el promotor solicitará del órgano ambiental un pronunciamiento sobre los aspectos anteriores. El informe será elaborado y firmado por profesionales con acreditada capacidad y solvencia técnica y visado por colegio oficial. b) Un trámite de consultas e información pública sobre una versión preliminar del plan o programa que incluya el informe de sostenibilidad ambiental. c) Una memoria ambiental, elaborada por el órgano ambiental dentro de los seis meses siguientes a la conclusión del trámite de consultas e información pública, en la que se analizará el proceso de evaluación, el informe de sostenibilidad ambiental y su calidad y se evaluará el resultado de las consultas realizadas y cómo se han tomado en consideración, y se analizará la previsión de los impactos significativos de la aplicación del plan o programa. Esta memoria establecerá las determinaciones finales que deban incorporarse a la propuesta de plan o programa, debiendo ser tenidas en cuenta antes de su aprobación definitiva. La memoria se publicará en el «Boletín Oficial de Cantabria». Si la memoria no se formula en el plazo anteriormente señalado, tanto el promotor del plan como el órgano competente para su aprobación o autorización podrán requerir al órgano ambiental al efecto de que lo haga en un nuevo plazo de dos meses. d) La propuesta de plan o programa que elabore su promotor teniendo en cuenta el informe de sostenibilidad ambiental, las alegaciones formuladas en las consultas y la memoria ambiental. La recepción por el órgano ambiental de esta propuesta pondrá fin a la pieza separada de evaluación del plan o programa, sin perjuicio de lo dispuesto en el siguiente apartado. 4. Una vez aprobado el correspondiente plan o programa, el órgano promotor pondrá a disposición del órgano ambiental, de las Administraciones Públicas afectadas, de los Estados miembros de la Unión Europea que hayan sido consultados y del público en general la siguiente documentación: a) El plan o programa aprobado. b) Una declaración que resuma los siguientes aspectos: 1º De qué manera se han integrado en el plan o programa los aspectos ambientales. 2º Cómo se han tomado en consideración el informe de sostenibilidad ambiental, los resultados de las consultas, incluyendo en su caso las consultas transfronterizas, la memoria ambiental, así como, cuando proceda, las discrepancias que hayan podido surgir en el proceso. 3º Las razones de la elección del plan o programa aprobados en relación con las alternativas consideradas. c) Las medidas adoptadas para el seguimiento de los efectos en el medio ambiente de la aplicación del plan o programa. d) Un resumen no técnico sobre la documentación contenida en los párrafos b) y c). Artículo 26. Especialidad de los planes generales de ordenación urbana. Los avances del planeamiento urbanístico general serán sometidos al procedimiento de evaluación previsto en el artículo anterior con las particularidades siguientes: a) El informe de sostenibilidad ambiental se elaborará con anterioridad a la aprobación inicial del plan sobre la base de los presupuestos y orientaciones conocidos de éste. Dicho informe se someterá a la consideración de la autoridad ambiental de la Administración autonómica a efectos de que en el plazo de dos meses formule cuantas observaciones y sugerencias considere pertinentes desde la perspectiva de sus competencias. El citado informe, junto con las observaciones y sugerencias formuladas, se incorporará a la documentación del plan que se someta a la exposición pública previa contemplada en la legislación urbanística de Cantabria. b) Con los resultados que arrojen los trámites previstos en el apartado anterior se elaborará el informe de sostenibilidad ambiental definitivo haciendo constar las observaciones y sugerencias aceptadas y los motivos por los que se rechazan las que no lo sean. Dicho informe definitivo se incorporará al plan antes de su aprobación inicial. c) El trámite de consultas se desarrollará conjuntamente con el de información pública previsto en la legislación urbanística. d) Concluido el trámite de consultas e información pública, el órgano ambiental elaborará la memoria ambiental del plan evaluado y la enviará al órgano competente para su aprobación provisional que, antes de proceder a la misma, tendrá en cuenta el informe de sostenibilidad ambiental, las alegaciones formuladas en las consultas y la memoria ambiental. CAPÍTULO De la evaluación de impacto ambiental de proyectos, actividades o instalaciones II Artículo 27. Procedimiento de evaluación. 1. Los proyectos, actividades o instalaciones cuyo impacto ambiental deba ser evaluado de conformidad con el anexo B2 de esta Ley se someterán al procedimiento previsto en este capítulo. 2. Reglamentariamente se determinarán los trámites y actuaciones de dicho procedimiento que, en todo caso, incorporará: a) Documento justificativo de apertura del expediente de autorización del proyecto, actividad o instalación en el órgano con competencia sustantiva. b) Un estudio de impacto ambiental. c) Un trámite de información pública. d) Una declaración de impacto ambiental. Artículo 28. Estudio de impacto ambiental. 1. Los proyectos, actividades o instalaciones cuyo impacto ambiental deba ser evaluado incluirán el correspondiente estudio de impacto ambiental. 2. El estudio será redactado por profesionales o equipos de profesionales con acreditada capacidad y solvencia técnica ambiental y contendrá como mínimo las siguientes determinaciones o datos: a) La descripción general del proyecto y sus previsibles exigencias en relación con la utilización del suelo y de otros recursos naturales. b) La estimación de los tipos y cantidades de residuos vertidos y emisiones de materia o energía resultantes. c) La exposición de las principales alternativas estudiadas y una justificación de las principales razones de la solución adoptada, teniendo en cuenta los efectos ambientales. d) La evaluación de los efectos previsibles directos e indirectos del proyecto sobre la población, la flora, la fauna, el suelo, el aire, el agua, los factores climáticos, el paisaje y los bienes materiales, incluido el patrimonio histórico-artístico y el arqueológico, así como el detalle de la interacción entre todos estos factores. e) La relación pormenorizada y el análisis de las medidas previstas para reducir, eliminar o compensar los efectos ambientales y sobre la salud significativos. f) El programa de vigilancia ambiental a desarrollar durante la ejecución del proyecto y con posterioridad. g) Un resumen del estudio y conclusiones en términos fácilmente comprensibles. h) Informe detallado de las dificultades informativas o técnicas encontradas en la elaboración del mismo, caso de que hubieran existido. i) Cualesquiera otras exigidas por la legislación comunitaria, la legislación estatal básica o la legislación autonómica sectorial. 3. El promotor de la actividad evaluada y los redactores del estudio de impacto ambiental responderán ante la Administración del contenido y de la fiabilidad del mismo en los términos previstos en la disposición adicional primera de esta Ley. Artículo 29. Información pública. 1. El estudio de impacto ambiental será sometido, dentro del procedimiento aplicable para la autorización o realización del proyecto, actividad o instalación que corresponda y conjuntamente con éste, al trámite de información pública y demás informes que en aquél se establezcan. 2. Si en el procedimiento sustantivo no estuviera prevista la información pública, el órgano ambiental competente procederá directamente a someter el estudio de impacto ambiental al trámite de información pública durante un período mínimo de un mes y no superior a dos meses. Quedarán excluidos del trámite de información pública los datos y la documentación cuya confidencialidad deba preservarse de conformidad con la legislación vigente. Artículo 30. Declaración de impacto ambiental. 1. La evaluación concluirá con la adopción por el órgano ambiental competente de una declaración de impacto ambiental sobre la conveniencia o no de realizar el proyecto, la actividad o la instalación evaluados y, en su caso, sobre las condiciones a que debe someterse su ejecución o desarrollo para evitar, reducir y compensar los efectos ambientalmente indeseables. 2. La declaración de impacto ambiental se remitirá al órgano competente para aprobar o autorizar el proyecto, la instalación o la actividad evaluados. Si este último no estuviera conforme con el contenido de la declaración de impacto podrá plantear su discrepancia al órgano ambiental. Si el órgano ambiental la estimare, procederá a modificar la declaración de impacto ambiental. Si mantuviere su criterio, elevará el expediente al Consejo de Gobierno para la resolución de la discrepancia. 3. La declaración de impacto ambiental se publicará en el «Boletín Oficial de Cantabria» y se incorporará a la autorización, aprobación, licencia o concesión del proyecto, instalación o actividad. 4. La declaración de impacto ambiental señalará el plazo para el inicio de la ejecución de los proyectos, instalaciones o actividades. Transcurrido el mismo sin haberse iniciado la ejecución por causas imputables a su promotor, la declaración perderá toda su eficacia. No obstante, si existieran causas debidamente justificadas, el órgano autorizante podrá prorrogar el referido plazo antes de su expiración. 5. Las condiciones generales o específicas establecidas en la declaración de impacto ambiental deberán adaptarse a las innovaciones aportadas por el progreso científico o técnico que incidan sobre la actividad evaluada, siempre que sean técnica y económicamente viables. 6. La declaración de impacto ambiental se adoptará y notificará dentro de los seis meses siguientes a la fecha de la recepción en el órgano ambiental del expediente completo remitido por el órgano competente para aprobar o autorizar el proyecto, la actividad o la instalación. 7. En ningún caso se entenderán adquiridas por silencio administrativo licencias o autorizaciones que contravengan lo dispuesto en la legislación ambiental y en los oportunos mecanismos de control ambiental cuando adolezcan de vicios esenciales determinantes de su nulidad o constituyan infracción ambiental grave. 3.- Comprobación ambiental. Es la tercera de las técnicas de control ambiental en Cantabria, y no es más que una traslación del RAMINP, en cuanto a la llamada calificación de las actividades como molestas, insalubres, nocivas y peligrosas, en que hemos centrado el tema. La idea motriz que plasma el Preámbulo de la LCAI respecto a esta técnica de control ambiental, es que los Ayuntamientos incorporen a la licencia de apertura, exigida a toda actividad o instalación que no deba someterse al ámbito de aplicación de la autorización ambiental integrada o la evaluación de impacto ambiental, una comprobación que valore la incidencia en el ambiente de las actividades que se pretenden autorizar. En principio, será objeto de comprobación toda actividad que potencialmente afecte al medio ambiente. No obstante, y con finalidad aclaratoria, la Ley enumera en un anexo C la lista de aquellas actividades sujetas a licencia que, en todo caso, serán objeto de comprobación. La Ley permite que las ordenanzas municipales establezcan normas adicionales de protección y autoriza igualmente a la Comunidad Autónoma a aprobar una ordenanza general de protección ambiental que será de aplicación subsidiaria en todos los municipios que carezcan de una ordenanza específica. Por lo demás, su regulación se contiene en el Título IV de la ley, arts. 31 a 37 a/i. Técnica de control ambiental que por hablada suficientemente en las líneas anteriores, me limito a remitir a todo lo expuesto más atrás. E.5.- CONTROL, INSPECCIÓN Y RÉGIMEN SANCIONADOR: E.5.1.- INTRODUCCIÓN. La LCAI dedica el Título V, arts. 38 a 48 a/i, al control y disciplina ambientales, donde se incluyen tres Capítulos, cuales son: o CAPÍTULO I: Régimen de control (arts. 38 a 40) o CAPÍTULO II: Régimen de inspección (arts. 41 y 42) o CAPÍTULO III: Régimen sancionador (arts. 43 a 48) El régimen de control y disciplina ambientales contenido en dichos preceptos pivota sobre un principio básico anunciado más arriba, el de la invalidez de cualesquiera autorizaciones o licencias expedidas sin que previamente se haya efectuado la preceptiva autorización ambiental integrada, evaluación de impacto ambiental o comprobación ambiental. Tal es el criterio general que articula el régimen de protección de la legalidad ambiental, que, junto con la indispensable tipificación de infracciones y sanciones, completa el cuadro de las medidas diseñadas para dotar de la mayor eficacia el entramado protector previsto en la Ley. La LCAI opta por técnicas de control e inspección y un régimen sancionador en que no atribuye en exclusiva a los órganos de la Comunidad Autónoma el ejercicio de la potestad sancionadora, sino que, en aras del principio de descentralización y máxima participación de las entidades locales, se permite, de un lado, que en el marco de los criterios de antijuridicidad establecidos en la propia norma, las ordenanzas municipales puedan tipificar nuevas infracciones de acuerdo con sus competencias sustantivas en la materia; y, de otro, que los Ayuntamientos tengan competencia para sancionar las infracciones leves, si bien de manera indistinta con la Comunidad Autónoma y con sujeción, en todo caso, a los indispensables mecanismos de coordinación. E.5.2.- CONTROL. Ocupa en estos momentos el estudio del primero de dichos Capítulos, correspondiente strictu sensu al control, que presenta las siguientes reglas: “Artículo 38. Prevención y control integrados. 1. La autorización ambiental integrada y cualesquiera otras autorizaciones o licencias que incorporen una evaluación o comprobación ambiental deben fijar el conjunto de controles a que se sujeta la actividad de que se trate, a fin de garantizar su permanente y constante adecuación a las prescripciones legales y a las determinaciones establecidas en los referidos instrumentos administrativos. 2. A los efectos del apartado anterior, la Administración competente podrá imponer las correcciones necesarias en el desenvolvimiento de la actividad de que se trate. Estas correcciones podrán ir acompañadas de la orden de suspensión temporal de la actividad y de la imposición de multas coercitivas de hasta seis mil (6.000) euros. 3. Las autorizaciones ambientales integradas y las licencias que incorporen la oportuna comprobación ambiental podrán ser dejadas sin efecto, con las consecuencias indemnizatorias a que eventualmente pudiera haber lugar, cuando circunstancias sobrevenidas, de carácter normativo o fáctico, impidan o hagan inconveniente la continuación de la actividad de que se trate. Artículo 39. Actuaciones de control inicial. 1. La puesta en marcha de las instalaciones y el inicio de la actividad se sujetarán a las verificaciones siguientes: a) Adecuación a la autorización o licencia otorgadas, mediante certificación expedida por el técnico director de la ejecución del proyecto, con carácter previo al inicio de la actividad. b) Comprobación por los servicios administrativos de la efectividad de las medidas correctoras exigidas, realizada en la forma en que reglamentariamente se determine y acreditada mediante acta levantada al efecto. 2. La presentación de las certificaciones a que se refiere el apartado anterior conlleva la inscripción de oficio en los oportunos registros ambientales y habilita para el ejercicio de la actividad. Artículo 40. Actuaciones de control periódico. Las actividades sujetas a autorización ambiental integrada y a la licencia a cuyo contenido se haya incorporado la oportuna comprobación ambiental serán objeto de controles periódicos, en los términos dispuestos reglamentariamente. Los controles y su pertinente acreditación se llevarán a cabo por entidades colaboradoras de la Administración o técnicos competentes, en la forma que reglamentariamente se determine.” E.5.3.- INSPECCIÓN. Veamos ahora los dos preceptos que rigen la acción inspectora: “Artículo 41. Acción inspectora. 1. La Administración de la Comunidad Autónoma y los Ayuntamientos, en el ámbito de sus respectivas competencias, podrán realizar las actuaciones inspectoras que tengan por convenientes a fin de garantizar el cumplimiento de las prescripciones legales y de las determinaciones incluidas en los instrumentos de control a que se refiere esta Ley. 2. Los titulares de las actividades afectadas colaborarán con las Administraciones competentes, prestándoles la asistencia que requieran, en particular por lo que se refiere a la toma de muestras y recogida de la información pertinente. 3. Las actas levantadas por el personal que tenga la condición de autoridad tendrán valor probatorio, sin perjuicio de las pruebas que en defensa de sus derechos e intereses puedan presentar los titulares de las actividades sujetas a inspección. 4. La Comunidad Autónoma establecerá los mecanismos de coordinación de las actividades inspectoras que se desarrollen de conformidad con esta Ley. Artículo 42. Publicidad. 1. Las actas de inspección serán públicas en los términos de la legislación sobre información en materia de medio ambiente. 2. La Administración de la Comunidad Autónoma difundirá periódicamente los resultados de las inspecciones llevadas a cabo por las Administraciones competentes.” E.5.4.- RÉGIMEN SANCIONADOR. Se instituye como sigue: Artículo 43. Infracciones y sanciones. 1. Constituyen infracciones administrativas las acciones y omisiones que contravengan los deberes y prohibiciones impuestos en esta Ley, de conformidad con la tipificación establecida en el artículo 44. 2. Las infracciones se clasifican en muy graves, graves y leves. 3. Las sanciones por la comisión de las infracciones administrativas son las previstas en el artículo 45. Artículo 44. Tipificación de las infracciones. 1. Son infracciones muy graves: a) El ejercicio de la actividad o el inicio de la ejecución de un proyecto sin disponer de la pertinente autorización ambiental integrada, declaración de impacto ambiental o en contravención sustancial de los términos de las mismas, siempre que se haya producido un daño o deterioro grave para el medio ambiente o se haya puesto en peligro grave la seguridad o salud de las personas. b) La omisión de las revisiones y de los controles periódicos y el incumplimiento del condicionado establecido en las autorizaciones ambientales integradas y declaraciones de impacto ambiental, siempre que se haya producido un daño o deterioro grave para el medio ambiente o se haya puesto en peligro grave la seguridad o salud de las personas. c) La ocultación o alteración de los datos e informaciones que sean relevantes para el otorgamiento de la autorización ambiental integrada o para la realización de la declaración de impacto ambiental, así como de los concernientes a las oportunas revisiones y controles periódicos. d) El falseamiento de las certificaciones técnicas expedidas de conformidad con lo dispuesto en el artículo 39. e) El impedimento, retraso u obstaculización de la actividad inspectora de la Administración cuando ocasione la destrucción de los medios de prueba necesarios para efectuarla. f) La reincidencia en la comisión de dos o más faltas graves en el período de un año. g) No informar inmediatamente al órgano competente de la Comunidad Autónoma de cualquier incidente o accidente que afecte de forma significativa al medio ambiente. 2. Son infracciones graves: a) El ejercicio de la actividad sin disponer de la licencia que incorpore la pertinente comprobación ambiental o en contravención sustancial de los términos de la misma. b) Incumplir las condiciones establecidas en la autorización ambiental integrada, en la declaración de impacto ambiental o en la comprobación ambiental, sin que se haya producido un daño o deterioro grave para el medio ambiente o sin que se haya puesto en peligro grave la seguridad o salud de las personas. c) La omisión de las revisiones y de los controles periódicos atinentes a las licencias que incorporen la oportuna comprobación ambiental. d) La ocultación o alteración de datos e informaciones que sean relevantes para el otorgamiento de la licencia sujeta a comprobación ambiental, así como de los concernientes a las oportunas revisiones y controles periódicos. e) La transmisión de la autorización ambiental integrada o de la autorización o licencia que incorpore la oportuna declaración de impacto ambiental o comprobación ambiental, sin previa comunicación a la Administración o con ocultación o alteración de los términos sustanciales en que aquélla pretenda efectuarse. f) El impedimento, retraso u obstaculización de la actividad inspectora de la Administración cuando no constituya infracción muy grave. g) La omisión o práctica incorrecta de las comunicaciones exigidas por la autorización ambiental integrada o la autorización o licencia, que incorpore la pertinente declaración de impacto ambiental o comprobación ambiental. h) La contratación definitiva y la provisión del suministro de energía eléctrica, aguas, gas, telefonía u otros servicios similares sin exigir el acta de conformidad ambiental de la instalación o actividad para la que se hayan contratado estos servicios con carácter definitivo. i) La reincidencia en la comisión de dos o más faltas leves en el período de un año. 3. Son infracciones leves las contravenciones de los deberes y prohibiciones impuestos en esta Ley que no sean constitutivas de infracción grave o muy grave. Artículo 45. Sanciones. 1. Las sanciones por la comisión de las infracciones tipificadas en esta Ley son: a) Multas. b) Suspensión temporal o definitiva de la actividad. c) Inhabilitación temporal o definitiva para el ejercicio de las actividades comprendidas en esta Ley. 2. La suspensión temporal y la inhabilitación temporal podrán prolongarse durante un período máximo de cinco años. 3. Las infracciones muy graves podrán sancionarse con multa hasta tres millones (3.000.000) de euros, así como con la suspensión, temporal o definitiva, de la actividad, y la inhabilitación, temporal o definitiva, para el ejercicio de las actividades comprendidas en esta Ley. 4. Las infracciones graves se sancionarán con multa hasta trescientos mil (300.000) euros, así como con la suspensión temporal de la actividad y la inhabilitación temporal para el ejercicio de las actividades comprendidas en esta Ley. 5. Las infracciones leves se sancionarán con multa de hasta treinta mil (30.000) euros. Artículo 46. Ordenanzas municipales. 1. De conformidad con lo previsto en la legislación de Régimen Local, las ordenanzas municipales podrán, en el ámbito de las competencias municipales en materia de medio ambiente, tipificar infracciones y sanciones conforme a los criterios establecidos en este artículo. 2. Las infracciones se tipificarán en atención al incumplimiento de los deberes establecidos en esta Ley y en sus normas de desarrollo en relación con las actividades sujetas a comprobación ambiental. 3. Las sanciones consistirán en multas y no podrán alcanzar una cuantía superior a la prevista en esta Ley para las infracciones leves. Artículo 47. Medidas cautelares. Durante la tramitación de un procedimiento sancionador se podrán adoptar las medidas cautelares oportunas, incluida la suspensión del ejercicio de la actividad de que se trate, a fin de prevenir o aminorar los riesgos para la seguridad y la salud de las personas y la integridad del medio ambiente. Artículo 48. Potestad sancionadora y órganos competentes. 1. El ejercicio de la potestad sancionadora se llevará a cabo de acuerdo con los principios y criterios sustantivos y procedimentales contenidos en la legislación estatal del procedimiento administrativo común y su normativa de desarrollo. En particular, la fijación de las oportunas sanciones se atendrá a criterios de proporcionalidad, tal y como ésta aparece contemplada en la normativa estatal. 2. La competencia para imponer sanciones por las infracciones muy graves previstas en esta Ley corresponde, en exclusiva, al Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de Cantabria. Corresponde al Consejero competente en materia de medio ambiente imponer sanciones por la comisión de infracciones graves. 3. La competencia para imponer sanciones por infracciones leves corresponde indistintamente a los Ayuntamientos y al Director General responsable en materia de medio ambiente de la Administración autonómica. Para su debida coordinación, cuando cualesquiera de ellos incoe un procedimiento sancionador, lo comunicará de inmediato al otro a los efectos de que este último no adopte medida alguna que interfiera, perturbe o menoscabe la integridad del procedimiento iniciado, cuya tramitación se desarrollará de conformidad con lo prescrito en el apartado 1. 4. La Administración de la Comunidad Autónoma podrá delegar en los municipios el ejercicio de la competencia sancionadora que a ella le corresponda, excepto las sanciones que correspondan a infracciones muy graves. E.7.- DECRETO DE DESARROLLO DE LA LEY 17/1006. Me remito a todo lo indicado a lo largo de la obra.