X. CONSECUENCIAS JURÍDICAS X.1. Penalidad El artículo 184 CP

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EL NUEVO DELITO DE ACOSO SEXUAL
X. CONSECUENCIAS JURÍDICAS
X.1. Penalidad
El artículo 184 C.P. prevé distintas consecuencias jurídicas para cada una de las modalidades de acoso sexual
que tipifica.
En concreto, para las solicitudes genéricas de favores
sexuales que provoquen la situación objetiva y gravemente
intimidatoria, hostil o humillante legalmente exigida (art.
184.1.°) establece una pena alternativa de seis a doce arrestos de fin de semana o multa de tres a seis meses. En los
casos de que el delito se realice con prevalimiento de superioridad o con el anuncio expreso o tácito de causar a la
víctima un mal relacionado con sus legítimas expectativas
(art. 184.2.°), se agrava la pena de doce a veinticuatro
arrestos de fin de semana o de seis a doce meses de multa.
Esta misma sanción aparece prevista cuando el acoso básico recaiga sobre una víctima especialmente vulnerable por
razón de edad, enfermedad y situación (art. 184.3.°). Por
último, esta circunstancia de especial fragilidad del sujeto
pasivo, tratándose de alguna de las hipótesis agravadas del
párrafo segundo del artículo 184 C.P., determina una
nueva elevación punitiva, superando los arrestos de fin de
semana y llegando hasta prisión de seis meses a un año
(art. 184.3.°).
Llama la atención la escasa gravedad de las penas establecidas para el delito que analizamos, en comparación
con la pena establecida en el artículo 173 del Código penal
(prisión de seis meses a dos años), apreciándose un importante desajuste punitivo, no justificado, entre las infracciones comparadas.
De cualquier forma, y al margen de lo dicho, conviene
tener presente que la diferente penalidad asociada por el
artículo 184 C.P. a las diversas clases de acoso sexual no
constituye la única consecuencia jurídica del delito, sino
que, a tenor de lo dispuesto en el número segundo del artí87
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culo 192 C.P., «El Juez o Tribunal podrá imponer razonadamente, además, la pena de inhabilitación especial para el
ejercicio de los derechos de la patria potestad, tutela, curatela, guarda, empleo o cargo público o ejercicio de la profesión
u oficio, por tiempo de seis meses a seis años».
En consecuencia, la s a n c i o n e s establecidas en el artículo 184 C.P. pueden acompañarse, si así se a c u e r d a p o r el
juzgador, y s i e m p r e q u e se c u m p l a n las exigencias legales
del p r e c e p t o c o m e n t a d o 1 3 5 , p o r u n a p e n a d e inhabilitación
especial p a r a empleo, cargo p ú b l i c o o ejercicio de la profesión u oficio 1 3 6 . Privación q u e p a r e c e r a z o n a b l e si t e n e m o s
(135) Sobre este particular conviene tener presente que la exigencia de
que la conducta constitutiva de acoso sexual tenga lugar en el marco de
una relación laboral, docente o de prestación de servicios limitará de
forma considerable la posible realización de los presupuestos que condicionan la aplicación de la consecuencia prevista en el artículo 192 C.P. A
este respecto, señala con acierto SUÁREZ MIRA-RODRIGUEZ que las previsiones del citado precepto (art. 192) no se cumplirán con mucha frecuencia en el delito de acoso sexual, porque en el ámbito laboral la víctima no puede ser en general un menor de edad (salvo a partir de los
dieciséis años) y, aunque sí pueda ser un incapaz (piénsese en los programas de integración laboral de disminuidos psíquicos), de hecho no resulta fácil que los supuestos de acoso sexual se ajusten a las previsiones del
artículo 192 (El delito..., cit., p. 318).
(136) Consideramos que también podrían aplicarse las consecuencias
previstas en el artículo 57 C.P., cuyo contenido es el siguiente: «Los Jueces
o Tribunales, en los delitos de homicidio, aborto, lesiones, contra la libertad, de torturas, contra la integridad moral, la libertad e indemnidad
sexuales, la intimidad, el derecho a la propia imagen y la inviolabilidad del
domicilio, el honor, el patrimonio y el orden socio-económico, atendiendo
a la gravedad de los hechos o al peligro que el delincuente represente,
podrán acordar en sus sentencias, dentro del período de tiempo que los
mismos señalen que, en ningún caso, excederá de cinco años, la imposición de una o varias de las siguientes prohibiciones:
a) La de aproximación a la víctima, o a aquellos de sus familiares u
otras personas que determina el Juez o Tribunal.
b) La de que se comunique con la víctima, o con aquellos de sus familiares o personas que determine el Juez o Tribunal.
c) La de volver al lugar en que se haya cometido el delito o de acudir a
aquel en que resida la víctima o su familia, si fueren distintos.
También podrán imponerse las prohibiciones establecidas en el presente artículo por un período de tiempo que no excederá de seis meses, por la
comisión de una infracción calificada como falta contra las personas de
los artículos 617 y 620 de este Código».
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en c u e n t a la utilización torcida que se ha h e c h o de los mism o s 137 .
Además, el artículo 192.1 prevé una agravación específica
para todos los delitos del Título VIII del Código penal y, por
ende, para el delito de acoso sexual.
De esta manera, «los ascendientes, tutores, curadores,
guardadores, maestros o cualquier otra persona encargada
de hecho o de derecho del m e n o r o incapaz, que intervengan
como autores o cómplices en la perpetración de los delitos
comprendidos en este Título, serán castigados con la pena
que les corresponda, en su mitad superior» 138 - Es decir, que
de acuerdo con la previsión contenida en el n ú m e r o primero
del artículo 192 C.P., n a d a impediría, por ejemplo, que al
maestro acosador se le impusiera la pena correspondiente al
acoso realizado en su mitad superior. Sin embargo, el propio
artículo 192.1 limita tal posibilidad al excluir la operatividad
de esta agravación especial «cuando la circunstancia en ella
contenida esté específicamente contemplada en el tipo penal
de que se trate», ya que esto precisamente es lo que sucede
en el acoso sexual a un alumno por parte del docente, pues
la condición de maestro es inherente al tipo en cuestión, sin
que pueda determinar, además, la cualificación establecida
en el art. 192.1 C.P.
(137) SUÁREZ-MIRA RODRÍGUEZ, C: El delito..., cit., p. 318. En este
mismo sentido se manifiestan MORALES PRATS y GARCÍA ALBERO
(Comentarios..., cit., p. 304). En su opinión, «la previsión con carácter facultativo de la interdicción de los referidos deberes tuitivos tiene pleno fundamento político-criminal en los supuestos en que el delito se ha verificado en
infracción o con abuso de los mismos. Igual sentido alberga la inhabilitación
especial para empleo o cargo público o bien p a r a el ejercicio de la profesión
u oficio, siempre que la comisión del delito estuviere directamente relacionada con el ejercicio de tales funciones o derechos» (Ob. y Loc. cit.).
(138) Sobre esta causa de agravación específica descrita en el n ú m e r o
primero del artículo 192 C.R señalan MORALES PRATS y GARCÍA ALBERO que su contenido resulta aplicable tanto p a r a los supuestos en que se
hubiera actuado como a u t o r o ¿orno cómplice por p a r t e de las p e r s o n a s
que ejercen funciones tuitivas sobre el m e n o r o el incapaz, debiendo aclararse que la m e n c i ó n típica a los autores, conforme a su estricto sentido
legal ex artículo 28 C.P., incluye t a m b i é n a los inductores y a los cooperadores necesarios (Ob. y Loc. cit.).
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Por último, el artículo 193 G.P.139 prevé de modo especial un pronunciamiento en la sentencia condenatoria
acerca de la responsabilidad civil.
Esta cláusula debe ser puesta en relación con el Título
V del Libro I del Código penal y, en particular, con los artículos 109140, 110141, 113 142 y 115 143 del citado texto, lo que
conduce a un pronunciamiento concreto sobre los perjuicios económicos (incapacidad laboral, etc.) y daños morales causados a la víctima como consecuencia de la perpetración del delito de acoso sexual.
X.2. Circunstancias modificativas de la responsabilidad
criminal
La escasa vida judicial del acoso sexual no permite otra
cosa que un breve estudio teórico y no particularizado sobre
la relevancia de las circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal en el delito que analizamos.
(139) Artículo 193 C.P. «En las sentencias condenatorias p o r delitos
contra la libertad sexual, a d e m á s del p r o n u n c i a m i e n t o correspondiente a
la responsabilidad civil, se harán, en su caso, los que p r o c e d a n en orden a
la filiación y fijación de alimentos».
(140) Artículo 109 C.P.: «1. La ejecución de un hecho descrito p o r la
Ley c o m o delito o falta obliga a r e p a r a r en los términos previstos en las
Leyes, los daños y perjuicios p o r él causados.
2. El perjudicado p o d r á optar, en todo caso, p o r exigir la responsabilidad civil ante la Jurisdicción Civil».
(141) Artículo 110 C.P.: «La responsabilidad establecida en el artículo
anterior comprende:
1.° La restitución.
2.° La reparación del daño.
3.° La indemnización de perjuicios materiales y morales».
(142) Artículo 113 C.P.: «La indemnización de perjuicios materiales y
morales c o m p r e n d e r á no sólo los que se hubieren causado al agraviado,
sino t a m b i é n los que se hubieren irrogado a sus familiares o a terceros».
(143) Artículo 115 C.P.: «Los Jueces y Tribunales, al declarar la existencia
de responsabilidad civil, establecerán razonadamente, en sus resoluciones las
bases en que fundamenten la cuantía de los daños e indemnizaciones,
pudiendo fijarla en la propia resolución o en el m o m e n t o de su ejecución».
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Como sabemos, las causas legales de modificación de la
pena no son opciones normativas a la libre disposición de los
Tribunales, sino que, al menos en teoría, deben ser tomadas
en consideración para disminuir o aumentar la pena, adecuando la consecuencia jurídica del delito a la concreta realidad del hecho y del sujeto144. También los efectos derivados
de su estimación vienen determinados por la ley (artículo
66), quedando fuera del arbitrio judicial.
Distinta es la cuestión de la posible ineficacia de atenuantes y agravantes por concurrencia de alguno de los
supuestos establecidos en el artículo 67 del Código penal.
En efecto, con independencia de su obligatoria apreciación, si se cumplen sus presupuestos, aparece la posibilidad de que una concreta circunstancia devenga ineficaz
por aplicación de alguna de las disposiciones contenidas
en el precepto legal antedicho. Esto es, porque la Ley las
haya tenido en cuenta a describir o sancionar una infracción, o porque sean de tal manera inherentes al delito que
sin su concurrencia no podría cometerse.
En el delito de acoso sexual, la posible actuación de las
circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal está fuera de toda duda, sin que existan problemas
generales de incompatibilidad más allá de la disposición
general contenida en el artículo 67 del Código penal
La razón de semejante disposición hay que buscarla en
la vigencia del principio non bis in idem en la determinación legal y judicial de la pena 145 , cuya incidencia a este
nivel podría concretarse a través de la siguiente proposición: «queda excluida la posibilidad de valorar de modo
(144) QUINTERO OLIVARES, G.: M a n u a l de Derecho Penal. Parte
General, con la colaboración de F e r m í n Morales Prats y José Miguel Prats
Canut, Pamplona, 1999, p. 713.
(145) GARCÍA ALBERO, R.: N o n bis..., cit., p. 240; GONZÁLEZ CUSSAC, J. L.; Comentarios..., (coord. VIVES ANTÓN), cit., pp. 400 y 401;
BORJA JIMENEZ, E.: «El principio de inherencia del artículo 59 del Código Penal», A. D. P. C. P., 1992, p p . 165 y ss.
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plural, y siempre que las valoraciones se orienten en la
misma dirección, un mismo factor determinante del quod
y del quantum concreto de pena» 146 .
Por tanto, la aplicación del non bis in idem se traduciría en la prohibición de aplicar al delito de acoso sexual
aquellas agravantes o atenuantes genéricas que hayan sido
previstas como elementos integrantes del tipo.
De esta manera, y por citar algún ejemplo concreto,
podemos concluir que, en relación a las causas de agravación del artículo 22 C.P., sería inaplicable la circunstancia
de ejecutar el hecho con abuso de superioridad, ya que la
misma ha sido tomada en consideración por el legislador
al describir la figura descrita en el artículo 184.2 C.P.
X.3. Relevancia jurídica del perdón del ofendido
El artículo 191.2 C.P. establece que en los delitos de
agresiones, acoso o abusos sexuales el perdón del ofendido
o del representante legal no extingue la acción penal ni la
responsabilidad de esa clase.
Esta previsión confirma el sentido de la reforma operada en 1989 en el anterior Código penal, que privó de toda
eficacia al perdón del ofendido en algunos de los tipos contra la libertad sexual. Mediante ella se pretendía poner fin
a eventuales chantajes y presiones que podían y solían
inferirse a las víctimas de aquellos delitos, evitando al
mismo tiempo, que se truncara la persecución de delitos
especialmente graves, como el de violación 147 .
(146) GARCIA ALBERO, R.: Ob. cit., p. 239.
(147) ORTS BERENGUER, E.: Comentarios....,coordinados p o r VIVES
ANTON, cit., p. 975. MORALES PRATS, F. y GARCÍA ALBERO, R.:
Comentarios..., cit., p. 303. Sobre este particular, señala SUÁREZ MIRARODRIGUEZ que «el único motivo de que exista esta concreta previsión
en el artículo 191.2 es la simple tradición legislativa, pues, c o m o es sabi-
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El atino político-criminal de tal medida no resulta cuestionable, aunque, a juicio de algún autor, resulta insatisfactorio que no se haya previsto alguna suerte de virtualidad al
perdón en circunstancias especiales. Así, por ejemplo, en
atención a la posibilidad no infrecuente de que la víctima,
tras denunciar, reconsidere su decisión y concluya que no
desea seguir adelante, por no sentirse con fuerzas para
soportar un proceso, a lo largo del cual habrá de revivir los
hechos, recordarlos, someterse a interrogatorios, etcétera 148 .
X.5. Prescripción
Del artículo 131 y 132.1 del Código Penal se desprende
que el delito de acoso sexual, como delito menos grave que
es, prescribirá a los tres años desde la fecha en que se haya
cometido la infracción punible.
No obstante, el precepto indicado señala 149 que en la tentativa de homicidio, y en los delitos de aborto no consentido,
lesiones, contra la libertad, de torturas y contra la integridad
moral, la libertad e indemnidad sexuales, la intimidad, el
derecho a la propia imagen y la inviolabilidad del domicilio,
cuando la víctima fuera menor de edad, el plazo de prescripción se computará desde el día en que ésta haya alcanzado la
mayoría de edad, y si falleciere antes de alcanzarla, a partir
de la fecha del fallecimiento150.
do, el p e r d ó n sólo tiene eficacia como causa de extinción de la responsabilidad criminal c u a n d o la Ley así lo prevea (artículo 130.4 C.P.), y si la Ley
n a d a dice, no tiene sentido plantearse siquiera la cuestión. Por tanto,
suprimido el 191.2, las cosas seguirían igual que están a h o r a » («El delito..., cit., p. 322).
(148) ORTS BEREXGUER, E.: Ob. y Loc. cit. También SERRANO
GÓMEZ es proclive a otorgar cierta relevancia al perdón «pues estamos ante
un bien eminentemente personal, donde es discutible que el Derecho penal
deba llegar hasta sus últimas consecuencias» (Derecho Penal..., cit., p. 210).
(149) El tenor actual del artículo 132 C.P. procede de la Ley Orgánica
14/1999, de 9 de junio, de modificación del Código Penal en m a t e r i a de
protección de las víctimas de malos tratos y de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal, que alteró la redacción atribuida al precepto p o r la Ley Orgánica 11/99, de 30 de abril.
(150) A este r e s p e c t o , h e m o s de t e n e r p r e s e n t e q u e c u a n d o se t r a t a
d e m e n o r e s d e edad, e n m u c h a s ocasiones, n o existirá u n i n m e d i a t o
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