1 Prescripción de las cuotas concordatarias. Por Claudio Alfredo CASADIO MARTÍNEZ I. Proemio. El estatuto falimentario (ley 24522 en adelante LCQ) omite regular es la referente a la prescripción (o eventualmente sobre la caducidad) de las cuotas concordatarias en los concursos preventivos, que sí es abordada en lo atinente a los dividendos en la quiebras (disponiéndose la caducidad de los mismos en el plazo de un año). En una primer aproximación tendríamos dos soluciones posibles: aplicar la ya citada disposición prevista para las quiebra, es decir la de los dividendos concursales (y que como infra analizaremos, rechazamos) o bien recurrir a las normas de los códigos de fondo para llenar tal laguna normativa. No obstante esta última respuesta nos abre nuevos interrogantes ante la diversidad de plazos existentes en de estos últimos. Acotemos que sobre la cuestión no existía una solución uniforme durante la vigencia de los Códigos de Comercio y Civil Velezanos y la misma se ha reeditado con la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación (en adelante CCyC), bajo cuyo prisma pretendemos abordarla. II. La prescripción. Acotemos en primer lugar que el CCyC no contiene una definición de la prescripción por cuanto los integrantes de la Comisión Redactora del Proyecto no lo estimaron conveniente por considerar que, ni las que la conceptualizan como un modo de extinción de obligaciones, ni las que ponen el acento en su efecto de privación del derecho a accionar para solicitar tutela jurisdiccional, resultan idóneas1. Por nuestra parte y tal como reiteradamente hemos expuesto entendemos la "prescripción" como la extinción de un derecho -entendido en sentido amplio- o mejor dicho de las acciones 1 GUISADO, Paola en Código Civil y Comercial Comentado - Infojus t. V pag. 265 2 derivadas del mismo, por su abandono por el titular durante el término fijado por la ley2, produciéndose como consecuencia de ello la liberación del deudor3, de allí que se hable de “prescripción liberatoria” definición esta que consignemos peca por dejar de lado este instituto como forma de adquirir derecho (la llamada “prescripción adquisitiva”). Mas allá de la cuestión semántica, tenemos que para que acontezca la prescripción, deben conjugarse dos elementos: el transcurso del tiempo y un acto voluntario del titular del derecho que se manifiesta en una conducta omisiva (inacción)4. La finalidad del instituto radica en proteger el orden y la seguridad jurídica, atento que si bien el ordenamiento legal tutela los derechos subjetivos, no por ello puede amparar la desidia ni la negligencia, por cuanto los derechos no pueden mantener vigencia indefinida en el tiempo si media un abandono prolongado, ya que ello sólo siembra incertidumbre, atento que existiría en estos casos una especie de presunción legal que ha ocurrido una renuncia o remisión de la deuda al no haber el acreedor accionado en cierto tiempo5. Al respecto el máximo Tribunal de la Nación ha entendido que estamos ante una institución de orden público que responde a la necesidad social de no mantener pendientes las relaciones jurídicas indefinidamente, poniendo fin a la indecisión de los derechos y consolidando las situaciones creadas por el transcurso del tiempo, disipando las incertidumbres6. III. Prescripción y caducidad. Debemos diferenciar el instituto antes analizado de la caducidad, atento que ambos guardan una sutil y en ocasiones difusa diferencia7. En la actualidad la actividad del interprete se ve simplificada ya que ambos se encuentran regulados en el CCyC, cuando el derogado CCiv. omitía regular la caducidad, si bien contenía normas dispersas sobre ella y ello arrojaba mas sombras sobre la cuestión. Hoy el art. 2566 CCyC dispone con claridad que “La caducidad extingue el derecho no 2 BORDA Guillermo, Tratado de Derecho Civil, Obligaciones T. II, pag. 8. 3 COMPAGNUCCI de Caso Rubén H., Manual de Obligaciones, Astrea, pag. 547. 4 SCBA 18-12-90 Villagrán Apablaza Aldo E. c. Perez Carlos A. Rep. LL 1992 – LII-1337. 5 SALERNO, Marcelo Urbano; Obligaciones: Régimen Jurídico, Editorial Universidad, pag. 361. 6 CSJN, 29/VIII/55, en J.A., 1955-IV-367. 7 BITAR Juan Ignacio “Caducidad de los derechos” en Código Civil y Comercial de la Nación comentado, 3 ejercido”. Se ha indicado que la caducidad se distingue de la prescripción, en que la primera es un modo de extinción de ciertos derechos mientras la segunda extingue la acción (y el derecho subsiste como derecho natural), en ambos casos en razón de la omisión de su ejercicio durante el plazo prefijado por la ley o la voluntad de los particulares. Desde otro punto de vista se ha expresado8 que la caducidad, sea que emane de la ley, del juez o del negocio jurídico, no está sancionando o castigando la falta del ejercicio del derecho o la potestad jurídica por el transcurso del tiempo; sino más bien, la norma tiene la intención de índole protectora a los fines de salvaguardar las relaciones jurídicas de los particulares. Para concluir, y obviamente sin agotar el tema, podemos decir que la caducidad extingue el derecho, mientras que con la prescripción el mismo continúa subsistiendo como obligación natural; la prescripción puede ser renunciada (art. 2535 CCyC), pero no la caducidad (art. 2571 CCyC); la prescripción puede ser interrumpida (art. 2455 CCyC) o suspendida (art. 2539 CCyC), pero no la caducidad (art. 2567 CCyC); la prescripción no puede ser por regla decretada de oficio (art. 2552 CCyC) pero si la caducidad (art. 2572 CCyC) entre otros. Finalmente digamos que la prescripción es un instituto general que, en principio, afecta a todos los derechos; en cambio, la caducidad es un instituto especial que se vincula sólo a determinados derechos9, esta cuestión adquiere importancia por cuanto la LCQ en su art. 224 regula sobre la caducidad del dividendo falencial tal como infra analizaremos. IV. La caducidad del dividendo concursal. Como se indicó al final del parágrafo precedente el art. 224 LCQ estipula que “El derecho de los acreedores a percibir los importes que les correspondan en la distribución caduca al año contado desde la fecha de su aprobación. La caducidad se produce de pleno derecho, y es declarada de oficio, destinándose los importes no cobrados al patrimonio estatal, para el fomento de la educación común”, disposición esta que ha suscitado diferentes controversias respecto de su constitucionalidad, zanjadas por la Corte Federal en el recordado precedente “Carbometal” como Rivera – Medina (dir) La Ley, T. VI pag. 689 8 GUISADO Paola en el Código Civil y Comercial Comentado, Infojus t. V pag. 265 9 ALTERINI, Jorge (Dir. Gral.) Código Civil y Comercial Comentado, t. XI pag. 878 4 así sobre las potestades provinciales para regular sobre el “fomento de la educación común”. Empero esta norma resulta solo aplicable a las quiebras y estimamos que no puede extenderse su aplicación a las cuotas concordatarias en razón de que tal como expresáramos en el punto precedente, la caducidad es un instituto especial aplicable sólo cuando específicamente la norma así lo dispone. Es decir que si el legislador hubiera pretendido hacer extensiva la misma a los concurso así debería haberlos regulado específicamente. V. Los plazos de prescripción en el CCyC. Sentado lo antes expuesto debemos recurrir a la siguiente senda propuesta, es decir a los plazo previstos para la prescripción por el novel Código. Al respecto en el art. 2560 CCyC del mismo se establece un plazo genérico o residual de prescripción para todas la obligaciones que tengan previsto otro, de 5 años innovando de tal modo respecto de sus predecesores el CCiv. y del CCom. que lo fijaban en 10 años 4023 y 846 respectivamente, siguiéndose10 así la tendencia del derecho comparado de reducción de plazos, producto, entre otros aspecto, por el avance de las comunicaciones que coloca a los acreedores en una situación totalmente diferente a la que se encontraban en el siglo XIX o en el siglo pasado. A posteriori se regulan las excepciones fijándose así lapsos de prescripción mas breves para ciertas cuestiones en particular y en lo que aquí nos interesa, tenemos un plazo de prescripción de dos años (art. 2564 inc. c) para “el reclamo de todo lo que se devenga por años o plazos periódicos más cortos, excepto que se trate del reintegro de un capital en cuotas”; es decir que para este supuesto de “pagos periódicos” se reduce el plazo “genérico” como hacían los antiguos códigos Comercial y Civil, ya que para estos supuestos lo fijaban de cuatro y cinco años (art. 847 y 4027 respectivamente). Esta prescripción bienal actualmente regulada, hace referencia a todas aquellas prestaciones que deban pagarse por períodos de años o plazos periódicos más cortos –con lo cual si el plazo de estas obligaciones periódicas es mayor de un año quedan fuera los alcances de esta norma-, con exclusión de aquellas obligaciones que tengan por objeto la devolución de un capital 10 FRANCHINI, María Florencia, “Plazos de prescripción”n Código Civil y Comercial de la Nación comentado, Rivera – Medina (dir) La ley, T. VI pag. 662 en cuotas, previsión ésta que se ha dicho 11 5 tiende a intentar evitar, la ruina del deudor por la acumulación de prestaciones fluyentes, supuesto que no acontece en el caso del reintegro de una suma, que se divide para posibilitar el pago por parte del deudor. No obstante se ha criticado12 que esta excepción no llega a entenderse, por cuanto conceptualmente no constituye una obligación periódica sino que se trata de una obligación cuyo pago ha sido fraccionado en el tiempo a través de la modalidad del plazo en consecuencia en lo pertinente a la prescripción. VI. El acuerdo homologado y su efecto novatorio. Volviendo al estatuto falimentario, debemos tener presente que, mas allá que resulte una obviedad, las cuotas concordatarias nacen con la homologación del acuerdo, siendo uno de los efectos de la tal homologación la “novación” de las deudas verificadas (conforme art. 55 LCQ); teniendo presente que “la novación es la extinción de una obligación por la creación de otra nueva, destinada a reemplazarla” conforme reza el art. 933 CCiv. Novar significa cambiar o transformar y por ello es posible afirmar que con la misma se produce el cambio de una obligación que concluye su vida para que surja una nueva13, es decir que se produce una sustitución de una obligación por otra siendo la primera causa y antecedente válido para la segunda, ya que ambas se condicionan recíprocamente14. Existen dos clase de novaciones: una objetiva cuando se cambia el objeto o la causa de la obligación primitiva y algunas alteraciones importantes en el vinculo obligatorio o de tipo subjetivo cuando se produce un cambio en la persona del deudor o del acreedor originarios15. Con la homologación del concordato estamos ante una novación objetiva, donde varía el objeto de la obligación, pero no los sujetos, y como consecuencia de ello, una eventual declaración de quiebra no retrotrae la situación, sino que ella permanece respecto de los créditos verificados en los términos del acuerdo. Esta novación es en principio irreversible salvo algunos supuestos de nulidad y difiere de 11 GUISADO Paola en el Código Civil y Comercial Comentado, Infojus t. V pag. 265, quien expone que esta es la opinión de López Herrera. 12 ALTERINI, Jorge (Dir. Gral.) Código Civil y Comercial Comentado, t. XI pag. 866 13 ALTERINI Jorge (Dir.Gral), Código Civil y Comercial Comenado, T. IV, pag. 572 14 MORENO Valeria, Novación, en Código Civil y Comercial Comentado, Rivera – Medina (Dir) T. III pag. 360. 15 MORENO Valeria, Novación, en Código Civil y Comercial Comentado, Rivera – Medina (Dir) T. III 6 la regulada por el CCiv. en que no hay animus novandi ya que es de carácter legal y opera de pleno derecho al homologarse el acuerdo y no alcanza al fiador ni codeudoers solidarios. En doctrina no existe unanimidad sobre las bondades de esta previsión. Así un sector de la doctrina16 ha puesto de resalto la equidad de la misma para los acreedores posconcursales que concurren a la quiebra con los concursales con los que concurren a la eventual quiebra, no se verán incrementado el pasivo. En las antípodas se ha postulado17 que misma debe ser derogada por ser injusta y violatoria del derecho de propiedad de los acreedores disidentes, revisionista o tardíos que se ven perjudicados si el acuerdo es homologado con el solo fin de dilatar la declaración de quiebra, desinteresándose a los acreedores que prestan conformidad en forma extraconcursal, proponiendo en definitiva limitar este efecto a los acreedores que prestaron conformidad, pasando entonces de una novación legal a una convencional. En síntesis, mas allá de estas cuestiones valorativas, en el actual marco legal la homologación del acuerdo produce el nacimiento de una nuevas obligaciones en reemplazo de las verificadas respecto del concursado. VII. Prescripción de la cuota concordataria. Sentado el plexo normativo vigente debemos brindar ahora una solución al interrogante planteado. Al respecto consignemos que antes de la sanción del CCyC las posturas se dividían en aplicar los siguientes plazos: a. 10 años basados en el art. 846 Com o el art. 4037 CCiv. b. 5 años aplicando de los vencimientos de cuotas menores al año conforme el art. 4027 CCiv. c. 4 años conforme el 847 in CCom. Traspolando aquellas soluciones al régimen actual, se ha simplificado la cuestión por cuanto las opciones han quedado reducidas a dos: cinco años o dos años, plazos éstos previstos por los ya citados arts. 2560 y 2564 respectivamente. pag. 360. 16 17 GEBHARDT Marcelo, Astrea, T. I pag. 279 GRAZIABILE Dario, Ley de concurso comentada, 2da edicipon pag. 145 7 Entendemos que la solución que se proponga debe abarcar todas las posibles obligaciones que deriven del acuerdo, entonces si consideramos que en la mayoría de los casos de acuerdos preventivos se pactan esperas (generalmente acompañadas de quitas), para este supuesto particular podría dudarse si resulta aplicable la prescripción bienal referente al vencimiento de cuotas periódicas conforme art. 2564; no obstante consideremos que ni aún en este caso corresponde aplicar esta norma ya que la misma expresamente excluye “que se trate del reintegro de un capital en cuotas” y estimamos que este es el caso de la nueva deuda “novada” que se abona en cuotas. Mas allá de ello, estimamos que las dudas se disipan cuando analizamos el caso de otro tipo de obligaciones que pueden pactarse en el acuerdo y que no son de espera, resultando claro que no puede aplicarse este plazo breve de dos años, por lo que concluimos que el plazo de cinco años previsto por el art. 2560 CCyC es en definitiva el que corresponde rige para las cuotas concordatarias18. VIII. Declaración. Sentado que en nuestra opinión estamos frente a una prescripción y que le resulta aplicable el plazo de cinco años del CCyC resta analizar la forma en que puede ser declarada. El CCyC contiene dos disposiciones que consideramos trascendentes a nuestros fines: el art. 2551 que prevé que “La prescripción puede ser articulada por vía de acción o de excepción” y el art. 2552 que añade que “El juez no puede declarar de oficio la prescripción”. Recordemos que el Código Civil de Velez Sarfield solo admitía la prescripción como “excepción”, si bien la doctrina y jurisprudencia comenzaron a admitirla también como acción, discutiéndose empero si el deudor debía demostrar en estos casos un interés legitimo o si ello no era imprescindible19. Al respecto podemos citar que la jurisprudencia había entendido que mas allá de estar la prescripción sólo prevista como excepción también podía admitírsela por vía de acción, cada vez 18 En igual sentido DI LELLA Nicolas, Prescripción de la acción para reclamar el pago del acuerdo concursal homologado y lo normado por el CCyC de la Nación, pag. 286, t. 3 19 COLOMBRES Fernando, Disposiciones procesales relativas a la prescripción, Código Civil y Comercial de la Nación Comentado, Rivera – Medina (Dir) T. VI pag. 641 8 que sea necesario remover un obstáculo al ejercicio de un derecho, es decir siempre que la inercia del acreedor trabe la actividad del deudor y le ocasione perjuicios20. a. Excepción de prescripción. Volviendo al aspecto concursal, tenemos entonces que si el acreedor pretende cobrar una cuota concordataria (sea intimando al deudor o solicitando la quiebra por su incumplimiento) habiendo transcurrido el plazo de cinco años desde su vencimiento, el concursado podrá oponer la defensa de prescripción, la cual no podrá ser decretada de oficio por el juez. ¿Podrá el controlador del acuerdo interponerlo –sea el síndico o el comité de los acreedores y trabajadores-? Como primera aproximación estimamos que si se efectúa ante el pedido de quiebra, pueden hacerlo ya que en definitiva la falencia puede llegar a perjudicar a los restantes acreedores que verán así reducidas sus posibilidades de cobro, asimismo debe tomarse en consideración de que la petición que formule un acreedor debe corrérsele vista a los controladores, entonces nos preguntamos, reforzando nuestra postura, ¿si no pueden interponer defensas, para que darles vista? b. Como petición concreta. Acotemos que si bien se ha entendido que la declaración de prescripción “por vía de acción” será procedente a través de las llamadas acciones meramente declarativa dentro del marco de un proceso de naturaleza jurisdiccional21, estimamos que en el concurso podrá el deudor peticionarla como paso previo o concomitantemente con la petición de que se dicte la resolución que tenga por cumplido el acuerdo (art. 59 in fine LCQ). Somos de la opinión que en estos casos el juez deberá sustanciar la cuestión con el acreedor y el controladores del acuerdo, que a todos los fines mantendrá su domicilio constituido donde lo hizo al incoar la petición verificatoria tempestiva conforme art. 32 y conc. LCQ. Luego el magistrado podrá (rectius deberá) proceder a su declaración como paso previo a tener por cumplido el concurso. 20 CNCom. A 20-12-09, MJJ54367. 9 Con referencia los acreedores labores se nos suscita la duda si resultará de aplicación la doctrina sentada por la CSJN in re “Clínica Marini”22 referente a que “a fin de analizar el medio que debe utilizarse para notificar el proyecto de distribución de fondos en una quiebra, no debe tomarse desde la misma perspectiva a un trabajador que a un acreedor financiero o comercial, pues, aunque los dos integren la misma masa pasiva, debe tenerse en cuenta el origen del crédito y la disparidad de recursos con que cuentan unos y otros para seguir el proceso falencial” ya que “la orientación de la reforma de la ley 24522 mediante la sanción de la ley 26684 se dirige a asegurar que los trabajadores de la empresa insolvente conozcan el trámite que les permitirá preservar su fuente de trabajo o percibir, aunque sea parcialmente, sus créditos alimentarios, corrigiendo una marginación que muchas veces tiene su origen en la distancia temporal entre el inicio del proceso y su culminación”. En principio, estimamos que los fundamentos vertidos por el Alto Tribunal en tal precedente resultan de aplicación extensiva a los casos de prescripción por lo que los titulares de acreencias laborales deberían ser notificados en sus domicilios reales en caso que resulte infructuoso hacerlo en el constituido. ¿Podrá el controlador del acuerdo efectuar esta petición? Estimamos que en este supuesto, a diferencia del anterior, no se encuentra legitimado para hacerlo ya que aquí no se trata de evitar la quiebra, como en el caso anterior, sino “atacar”, si se nos permite la expresión a otro acreedor. IX. Síntesis conclusiva. Como hemos indicado a las cuotas concordatarias no les resulta de aplicación el plazo de caducidad del art. 224 LCQ por lo cual debemos recurrir al CCyC para determinar cuando prescriben. De las alternativas que este novel cuerpo nos brinda, somos de la opinión que resulta aplicable el plazo de 5 años ya que el restante (bienal para cuotas periódicas) no solo cae en el paraguas de la excepción prevista por el CCyC, sino que resulta inaplicable cuando no se trata de un acuerdo que prevea vencimientos periódicos. 21 22 ALTERINI Jorge (Dir.Gral), Código Civil y Comercial Comenado, T. IV, pag. 849 CSJN, 1-8-13, “Clinica Marini SA s/ Quiebra” 10 Esta defensa podrá articularse ante el requerimiento de pago (en este caso también por el controlador) o bien solicitar el deudor expresamente su declaración (único legitimado) como paso previo a la declaración de cumplimiento del acuerdo. En caso de haber acreedores laborales los mismos deberán ser notificados en sus domicilios reales y en el supuesto que no pudiera sustanciarse el pedido en sus domicilios constituidos. En síntesis, ésta es nuestra postura sobre la cuestión, empero el debate permanece abierto.