Vínculo intersubjetivo: alternativa de cambio en las profesiones de

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Vínculo intersubjetivo: alternativa de cambio
en las profesiones de la salud humana
Intersubjective relation: change alternative for the human health professions
Maria del Consuelo Chapela M 1
Jefa del Área de Salud y Sociedad. Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco. México. Correo electrónico: [email protected]
1
Recibido: 15 de septiembre de 2008. Aprobado: 11 de diciembre de 2008
Chapela MC. Vínculo intersubjetivo: alternativa de cambio en las profesiones de la salud humana. Rev Fac Nac Salud Pública 2009;
27(1): 76-80
Resumen
Objetivos: 1. Ejemplificar la relación que se establece
entre cambios en las inscripciones corporales de usuarios
de los servicios profesionales de la salud y los vínculos
intersubjetivos que establecen con los profesionistas de
la salud. 2. Identificar en esa relación los componentes de
subordinación y/o autonomía. Metodología: el presente
estudio es un aspecto de un estudio cualitativo crítico de caso
en donde se implementó una intervención de promoción de la
salud. Resultados: en los ejemplos se muestra el cambio en
las características de subordinación de algunos participantes
en la intervención y en sus inscripciones corporales como
producto de los procesos de la recuperación de capital, y por
tanto de autonomía, durante la intervención de promoción de
la salud. Conclusiones: en las características particulares del
vínculo intersubjetivo que indefectiblemente emerge en las
profesiones de la salud, sus problemas y sus prácticas, hay una
posibilidad tanto de someter al ser humano, como de buscar su
autonomía. La mirada cualitativa crítica no solamente puede
ayudar en el entendimiento de los determinantes sociales de
las enfermedades, sino a buscar nuevos estatutos de la salud y
a transformar las prácticas que limitan la capacidad ética y de
producción de espacio de las personas.
----------Palabras clave: profesiones de la salud, intersubjetividad, promoción de la salud, crítica.
Abstract
Objectives: 1. To exemplify the relationships between changes
in the body inscriptions of people exposed to professional
health services and the inter-subjective hyphens occurring in
those relationships. 2. To identify in those relationships some
components of subordination and autonomy. Methodology:
here I present one aspect of a critical qualitative case study
of a health promotion intervention. Results: the examples
provided show changes in the body inscriptions as a product
of capital recuperation processes that took part during the
intervention. Conclusions: in the particular characteristics
of the inter-subjective hyphen unavoidable in the health
profession practice, there are subordination and autonomy
possibilities. A critical qualitative inquiry perspective can not
just improve the understanding of the social determinants of
health and subjects’ body inscriptions, but also may help to
search for new health concepts and to transform practices
which are undermining the capacity of subject to produce
their spaces and develop their ethic capacity.
-----------Key words: health professions, inter-subjectivity,
health promotion, critical
Los propósitos de este trabajo son argumentar, en primer
lugar, que las prácticas profesionales en el campo de la
salud suceden a través de vínculos de orden objetivo y
subjetivo, y son vehículos potenciales de subordinación
o autonomía. En segundo lugar, que la mirada cualitativa
crítica de los problemas de la salud no solamente puede
ayudar en el entendimiento de los determinantes socia-
les de las enfermedades, sino a buscar nuevos estatutos
de la salud y a transformar las prácticas que limitan la
capacidad ética de las personas, lo que significa devolver la humanidad, en el sentido de devolver o favorecer
la reapropiación de las particularidades de su “ser”, a
los humanos, a sus objetos, prácticas, e intenciones, es
decir, como sustentan Milton Santos y David Harvey, a
Vínculo intersubjetivo: alternativa de cambio...
sus espacios. La argumentación se hace en dos tiempos.
Primero se presenta la argumentación teórica y enseguida algunos resultados de un trabajo empírico diseñado
desde planteamientos cualitativos críticos. Finalmente
se concluye que en las características particulares del
vínculo intersubjetivo que indefectiblemente emerge en
las profesiones de la salud, sus problemas y sus prácticas, hay una posibilidad tanto de someter al ser humano, como de buscar su autonomía.
Particularmente desde el siglo xix y hasta nuestros
días, las profesiones cuya práctica y objeto de estudio
es el ser humano −como la medicina, la enfermería, la
psicología, o actualmente la nutrición, profesiones dominadas por lo que Menéndez denomina “El Modelo
Médico Hegemónico”−,1 han construido y difundido,
especialmente en el mundo llamado “occidental”, una
idea de humano que facilita la comprensión y control
científico del cuerpo humano,2 mas no la comprensión y
el cambio del ser humano mismo. Con el apogeo de las
ciencias naturales y el método científico, las cuestiones
del ser quedaron relegadas a mera “metafísica”. El estudio del ser se vio más amenazado en el siglo xix cuando
las ciencias naturales ofrecieron el entendimiento de
todo lo real y objetivo a través de búsquedas y explicaciones cartesianas. El desarrollo de la fenomenología a
partir de Brentano, la Escuela del Sentido Común Escocesa, y la filosofía Husserliana, abren la posibilidad a
Heidegger3 de regresar a las preguntas del ser, del “ser
ahí” o Dasein, y, a partir de ahí, a proposiciones críticas
del ser de transformación y comunicación mencionadas
por Merleau-Ponty de “ser-encarnado”4 y al abanico de
propuestas posteriores, entre ellas las existencialistas
francesas de la segunda parte del siglo xx.
Actualmente podemos identificar al menos dos tendencias de pensamiento sobre la persona. La primera
dominada desde las ciencias naturales en donde no se
interroga al ser, sino a la materialidad del ser. La segunda, en continuo desarrollo, cambio y contradicción que
interroga al ser reconociendo su condición bidimensional: un ser trascendente, ético, inseparable, de carne y
conciencia, de biología y sentido.
A pesar de la influencia que el cuestionamiento del
ser ha tenido en distintos campos de la filosofía, la sociología, la antropología, la lingüística, el psicoanálisis,
y otras profesiones, el desarrollo de las profesiones de
la salud lleva la marca positiva, racional, objetiva del
siglo xix hasta el momento actual, promoviendo, más
que la idea de un ser humano, ideas cosificadas de una
especie en la naturaleza con características particulares
como son la racionalidad y el lenguaje. Más aún, las
profesiones de la salud se caracterizan por ocuparse ampliamente de la dimensión material del ser humano en
una sola de sus expresiones: la enfermedad. Antonovsky,5 Gadamer6 y otros autores cuestionan esta manera
en que las profesiones de la salud se vuelven en realidad
profesiones de la enfermedad. Al evitar la exploración
de la salud a partir de una concepción bidimiensional
del ser humano, las profesiones de la salud pierden
grandes posibilidades de desarrollo.
Sin embargo, estas profesiones no aparecen aisladas
en el mundo de la vida. Así, por un lado, la proposición
que se viene haciendo en Latinoamérica desde la década de 1980 por ejemplo en los trabajos de Laurell,7 de
que las enfermedades están determinadas socialmente,
finalmente ha tenido que trascender a los organismos
internacionales.8 Esto representa un avance en la posibilidad de incorporación del pensamiento crítico en las
profesiones de la salud. Por otro lado, los avances en el
entendimiento del ser, o al menos de las propuestas de
que el ser humano es un ser actuante en el mundo y que
sus actos están imbuidos de contenidos subjetivos, ha
conducido al avance del mercado de la salud, de la producción de mercancías y propaganda (no nada más publicidad), confundiendo, como argumenta Kickbusch,9
entre medicamentos, fármacos y alimentos y que, para
ganar clientes consumidores, conquista los contenidos
subjetivos de las personas logrando que consuman la
mercancía puesta en el mercado.
Es así que el cuerpo físico del ser humano, en tanto
materialidad para la práctica objetiva del consumo, se
convierte en territorio codiciado desde el poder de dominación del mercado haciendo efectiva la propuesta
de Foucault:10 el cuerpo es el sitio objetivo del poder,
es en el cuerpo y en el entorno material en donde se
escribe, se graba, se inscribe la historia de la relación
entre el poder de dominación y el ser humano bidimensional. Como afirma Chapela,11 un cuerpo-territorio, en
mayor o menor medida ganado, es territorio en donde
el capital, el espacio y la construcción del espacio están,
en la medida correspondiente, controlados y puestos a
disposición del poder hegemónico.
El cuerpo-territorio puede ser conquistado, invadido,
enajenado, por acción de la inculcación de conocimiento
y valor, seleccionados desde las agencias del poder dominante, siendo una de estas agencias, históricamente poderosa, las profesiones de la salud. Desde las profesiones
de la salud, se toca el miedo, el dolor, el sufrimiento, la
desesperanza, al par que el cuerpo físico de las personas
se abre, se expone como cuerpo-territorio. Y este “tocar”, en la mayoría de los casos es un tocar unidireccional
en donde la mano, el instrumento, el aparato, la receta,
el interrogatorio, el medicamento, el consejo, el carnet,
cuando fluyen unidireccionalmente desde el profesional
de la salud hacia la persona, son vehículo de significados
seleccionados de acuerdo con intereses de poder, y por
tanto constructores de las disposiciones necesarias para
la invasión, toma del territorio y subordinación no solamente a las necesidades de las profesiones de la salud,
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sino a todas las agencias hegemónicas. Sin embargo, los
contenidos en estos vínculos objetivo-subjetivos pueden fluir de forma bidireccional, como posibilidad de
desarrollo de autonomía, cuando los distintos agentes
involucrados en el vínculo, primero, cobran conciencia
de que lo que, aludiendo a Bourdieu,12 está en juego, es
capital en sus distintas formas y, segundo, que el objetivo del vínculo sea crítico.
Mirar en la bidimensionalidad humana, implica hacerlo cuantitativamente en tanto materialidad, y, cualitativamente, en tanto subjetividad pero no como actos
aislados, sino como un mismo acto de estudio. La mirada cualitativa solo es posible desde las materialidades
de la subjetividad y puede dar cuenta de las relaciones
intrínsecas entre la materialidad y la subjetividad del ser
humano, y por tanto mira el tejido sutil en el que una
dimensión se convierte en la otra, con el potencial de
lograr coherencia entre las caracterizaciones cartesianas
del cuerpo físico y el ser humano cuya materialidad es
su cuerpo físico. Este mirar cualitativamente, como se
mencionó en párrafos anteriores, puede tener intenciones
de subordinación u otras intenciones.
La mirada cualitativa crítica13 desde las profesiones de la salud puede ayudar a la construcción, reconstrucción y expansión de los espacios humanos, desde
el cuerpo-espacio hasta el espacio universal imaginado, participando en el descubrimiento de los fenómenos detrás de la apariencia, de las normalizaciones, en
la diversificación de las verdades y los nombres del
mundo-vivido, del “ser ahí”, multiplicación necesaria
para lograr el cambio hacia la autonomía del cuerpoterritorio.
A partir de planteamientos como éstos, se diseñó
una intervención pedagógica cuya finalidad fue lograr
el desarrollo ético y la autonomía sobre el cuerpo-territorio de los participantes y con ella la posibilidad de
cambio en las inscripciones en sus cuerpos.
¿A quien se sirve con este trabajo?
Para poder emitir un juicio con respecto a esta pregunta, y de acuerdo con las argumentaciones anteriores,
se construyó otra pregunta: ¿en qué medida los participantes mejoraron sus condiciones de cuerpo-territorio
soberano?
A partir del estudio de hegemonía en Gramsci,14 de
la reproducción y la distinción en Bourdieu,15 de los
conceptos de noema y noesis en Husserl,16 del concepto
del ser-encarnado de Merleau-Ponti,17 de los intereses
humanos en el conocimiento en Habermas,18 de la pedagogía de la liberación de Freire19 de los conceptos de
poder de Foucault,20 entre otros y de una taxonomía del
conocimiento desarrollada de forma auxiliar por Chapela,21 se buscó que la intervención llevada a cabo durante
treinta meses en una comunidad rural, lograra: primero, cambios en la subordinación de los participantes a
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Universidad de Antioquia
través del reconocimiento de los aspectos subordinados
de su situación en su mundo-vivido, la conciencia del
hábitus, la construcción de campos de opinión, el desarrollo de intereses emancipatorios en conocer y el desarrollo y ejercicio de “la voz”; segundo, cambios en la
“diferencia” visibles a través de la conciencia de la mismedad y la otredad, una práctica de salud comunitaria
peculiar de los participantes, desarrollo de redes de intercambio de capital, construcción de valores y significados propios; tercero, cambios en el sometimiento del
conocimiento visibles a través de: desarrollo de noesis,
valor y validez del conocimiento otorgada por los participantes, conciencia e identificación de conocimiento
falso e institucionalizado y su relación con el mercado,
conciencia de los participantes sobre su capacidad de
conocer, desarrollo y utilización del sentido común, del
conocimiento popular y experto para resolver problemas de su realidad; y, finalmente, cuarto, cambios en las
inscripciones en el cuerpo.
Para este fin se desarrolló un modelo pedagógico
denominado de “auto-cultivo”, inspirado en los grupos
de estudio gramscianos, en la pedagogía dialógica freireana y en la educación popular Latinoamericana-, que
se caracteriza por que los facilitadores del proceso tienen como función principal “acercar” los elementos necesarios para el crecimiento de todos los participantes,
y todos los participantes tienen como función principal
identificar, analizar, estudiar, decidir y actuar en relación con los problemas de su realidad.
En términos de cambio en la subordinación, valgan
estos ejemplos:
Ante la imposibilidad de formarse como médico
alópata, Mundo (varón 35 años) desarrolló a lo largo
del tiempo su propio conocimiento de curación, a sus
pacientes les prescribía medicina alopática que le llevaban representantes de laboratorios. Tras unos meses de
participar en la intervención comentó:
“Ahora les doy a mis pacientes casi puros remedios y se curan igual… los pacientes ahorran
dinero… les he estado vendiendo sus medicinas
[a los laboratorios farmacéuticos] sin saber que
no siempre se necesitan… confié en su publicidad… pero no creo que los doctores [alópatas]
lo vayan a reconocer nunca… no… significa dinero para ellos… y ¿sabes? A mis pacientes les
gustan [los remedios]”.
Durante varios años, Teo (varón, 29 años) había trabajado como promotor de la salud para una dependencia
pública. Como producto de la intervención pedagógica
descubrió que:
“Ellos [la institución] nos engañan, me engañaron, perdemos tanto tiempo en esos… cursos
para promotores de salud. Dejo a mi familia y
mis cosechas desatendidas, necesito trabajar
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muy duro para cubrir con las responsabilidades
que me da la institución y no mejoro mi vida,
tampoco las enfermedades de mi gente… ni siquiera tenemos suficiente material para hacer las
pocas cosas que nos piden que hagamos”.
En términos de cambios en la diferencia:
Los participantes se nombraron “cuidadores” y definieron qué eran los cuidadores. En su definición se
reconocen como:
“Nosotros trabajamos en donde no todos quieren trabajar… nuestro modo es diferente del de
otras personas que se dedican a la enfermedad…
somos parte de una comunidad… cuando atendemos a alguien, no nos podemos poner en la
posición de médicos. [Lo que somos] está en
nuestro propio modo y el tipo de conocimiento
que tenemos”.
“[Un cuidador] es una base importante en nuestra
comunidad… cuando nadie sabe, nosotros tenemos que investigar para lograr el punto de partida… uno es la clave para que los demás piensen
sus soluciones… algunos nos hacen caso, otros
no, no confían en nosotros… tenemos una manera similar de ver o dar respuestas… no tenemos
título… eso hace que nos interese menos el dinero… disfrutamos aprender”.
En cuanto a cambios en la subordinación de su conocimiento:
“…de hecho creo que en realidad aprendemos
muy poco en la escuela, solamente lo que es necesario para sacar calificaciones… pero, ¿qué
tiene que ver eso aquí en esta comunidad? ¿Con
nuestras cosechas? ¿Con nuestra vida aquí?”
(Luz, mujer 35 años).
Los jóvenes médicos participantes como facilitadores en la intervención se refieren al conocimiento logrado durante su formación médica:
“…son los mismos textos que estudiamos durante
nuestra formación médica pero, cuando los leemos
aquí para los cuidadores, no solamente encontramos
nuevos conceptos sino también qué equivocadamente los habíamos entendido, y qué inadecuados
e incompletos son para explicar los problemas de
salud” (Manuela y Pablo, 24 años).
Cambio en las inscripciones en el cuerpo
El marido de Olga (mujer, 33 años), ejercía violencia física contra ella y sus dos hijos. Como producto
de la intervención, investigó sobre recursos legales para
lograr que dejara de golpearla y lo demandó.
“La trabajadora social vino y habló con él…
ahora ya sabe que me apoyan los abogados…
me dijeron que si decido divorciarme, me van
a ayudar… ahora es mi propia decisión… No
es solamente amor, son los niños, soy yo… esto
[los golpes] no está bien… puedo ver por mí y
mis hijos aunque lo extrañe”.
Olga no se divorció, pero el marido dejó de pegarle
a ella y a los niños.
Elvira logró enfrentar a los médicos internos en su
hospital regional en beneficio de la atención de su padre:
Elvira preguntó al médico el diagnóstico de su padre.
Médico: “tiene una insuficiencia valvular”
Elvira: ¿Cuál es la válvula afectada?
“El doctor estaba confundido y contestó de forma
autoritaria y grosera: “No tengo que darte más explicaciones. Además, tú no podrías entender. No
es mi obligación contestar. Ya he sido bastante
amable contigo al informarte”. Y se fue. A partir
de entonces, Elvira ejerció funciones de abogacía
a favor de la atención de su padre” (Testimonio
de Elvira).
Este ejemplo, además de mostrar el inicio de la bidireccionalidad necesaria como defensa a la invasión
cuerpo-territorio, muestra la forma en la que se ejerce
el poder médico aún desde etapas iniciales en su carrera profesional, buscando, con conciencia o sin ella,
la limitación del capital, el espacio y la producción del
espacio de las personas que buscan sus servicios.
En las características particulares del vínculo intersubjetivo que indefectiblemente emerge en las profesiones de la salud, sus problemas y sus prácticas, hay
una posibilidad tanto de someter al ser humano, como
de buscar su autonomía, para las profesiones que se
ocupan de la bidimensionalidad humana. Las prácticas
profesionales en el campo de la salud son una oportunidad de construcción de vínculos intersubjetivos, de
capitalización y descapitalización para profesionistas
e informantes y por lo tanto una posibilidad de cambio.
La mirada cualitativa crítica sobre los problemas de
la salud no solamente puede ayudar en el mejor entendimiento de los determinantes sociales de las enfermedades y las inscripciones en los cuerpos, sino a buscar
nuevos estatutos de la salud y a transformar las prácticas que limitan la capacidad ética de las personas, lo
que significa devolver la humanidad, en el sentido de
devolver o favorecer la reapropiación de las particularidades de su “ser”, a los humanos, a sus objetos, prácticas, e intenciones, es decir, a sus espacios y desde luego
la autonomía de los cuerpo-territorios.
Referencias
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9 Kickbush I. Twenty-first century health promotion: the public
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15 Bourdieu P. Distinction. A social critique of the judgement of taste. Oxon: Routledge & Kegan Paul; 1986.
16 Robberechts L. El pensamiento de Husserl. México: Fondo de
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17 Merleau-Ponti M. Op. Cit.
18 Habermas, J. Knowledge and human interests. UK: Polity Press; 1987.
19 Freire P. Pedagogía del oprimido. Montevideo: Tierra Nueva; 1970.
20 Foucault M. Discipline and punish. The birth of prison. Op. Cit.
21 Chapela MC. The construction of critical knowledge for the development of human health. Londres: Universidad de Londres; 2003.
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