INTERPONE ACCION DE AMPARO

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Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Ministerio Público de la Defensa
Defensoría General Adjunta en lo
Contencioso Administrativo y Tributario
INTERPONEN ACCION DE AMPARO.
DEDUCEN PRETENSIÓN
INDIVIDUAL Y COLECTIVA. SOLICITAN URGENTE MEDIDA CAUTELAR
Señor Juez:
Mariela CÁCERES, DNI núm. 29.628.339, con domicilio en la
Manzana 19, Casa 28; Yésica SOSA, DNI núm. 33.306.194, con domicilio en la
Manzana
, Casa ; Cintia SANTILLÁN, DNI núm. 29.022.756; con domicilio
en la Manzana 14, Casa 97, todos de la Villa 21/24, Barracas, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires; por nuestros propios derechos, en los términos
que surgen del cap. I.2.2. del presente, y también ejerciendo la representación
legal de nuestros hijos menores de edad, como correlato de la obligación y el
derecho que nos incumbe de protegerlos y formarlos integralmente (arts. 264,
265, 267, 271, 274 y ccdtes. del Código Civil), Aldana, DNI 42.473.011, de 11
años (hija de Mariela); Sabrina, DNI
, de 6 años (hija de Yésica);
José Felipe, DNI 45.384.739, de 6 años y Agustín, DNI 42.721.421, de 8 años
(hijos de Cintia); constituyendo el domicilio a los efectos legales en la Av.
Diagonal Roque Sáenz Peña Nº 636, piso 2º, de la misma Ciudad Autónoma,
con el patrocinio letrado del señor Defensor ante los Juzgados de Primera
Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Dr. Ramiro SÁNCHEZ
CORREA, y de la Defensora General Adjunta, Dra. Graciela E. CHRISTE en
virtud de la afectación dispuesta en los términos del Artículo 36 inciso 3º de la
Ley 1903 (conf. Res. DG Nº
/11), patrocinio alternativo o conjunto que se
sustenta en los arts. 42, inc. 2º y 45 de la Ley Nº 1903, Orgánica del Ministerio
Público, nos presentamos y decimos:
I. OBJETO
Que venimos a deducir formal demanda de amparo contra el Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires, Ministerio de Educación y Ministerio de
Desarrollo Social, con domicilio en Uruguay 458, y Consejo de los Derechos de
Niñas, Niños y Adolescentes, organismo autárquico del mismo
Gobierno, con domicilio en Av. Roque Sáenz Peña 832, ambos de esta
Ciudad, en los términos del artículo 43 de la Constitución Nacional y 14 de la
Constitución de la CABA y la Ley 2145, por hallarse afectados, de manera
actual e inminente y con arbitrariedad e ilegitimidad manifiestas, derechos y
garantías de rango constitucional, en particular el derecho a la educación, al
trabajo, a la igualdad y a la dignidad del ser humano.
I.1.- En prieta síntesis, ya que el objeto de esta acción de amparo será
desbrozado con algún detalle en los subapartados que siguen, y extensamente
en los capítulos que componen esta demanda, la pretensión en autos se
resume en garantizar el real y verdadero acceso económico y material a la
educación primaria de los grupos familiares que residen en la Villa 21-24 de
esta Ciudad, toda vez que por falta de vacantes de ese nivel educativo ven
vulnerado dicho derecho constitucional. La decisión jurisdiccional de fondo que
se requiere, entonces, significa la condena al GCBA a suplir esa ilegítima
omisión y proveer vacantes adecuadas que satisfagan la demanda allí
existente, mediante la construcción e inauguración de establecimientos
educativos que provean la matrícula suficiente.
La falta de vacantes lleva como natural consecuencia que los niños,
niñas y adolescentes del barrio sean reasignados por el propio GCBA a otros
establecimientos, que pueden ser en el mismo u otro Distrito Escolar, o incluso
que deban trasladarse a escuelas de la Provincia de Buenos Aires. En todos
los casos, con la concurrencia a establecimientos ubicados a más de diez (10)
cuadras de sus domicilios, parámetro que los reglamentos de asignación de
vacantes escolares utilizan como dato relevante a los fines de otorgar prioridad
en la inscripción. Se suma a lo anterior que el traslado a la escuela corre por
cuenta y cargo de sus padres. La particular fisonomía socioeconómica de los
grupos accionantes impide costear ese traslado, por lo tanto, y hasta tanto no
se encuentre satisfecha en su totalidad la restitución completa del derecho
mediante la construcción de nuevos establecimientos, el demandado deberá,
cautelarmente, brindar el servicio de transporte público gratuito a cada uno de
los establecimientos alejados a donde los niños deben concurrir por falta de
vacantes en su lugar de origen.
Finalmente, a fin de solucionar la falencia que entorpece el disfrute pleno
del derecho a la educación, cuya garantía la Constitución y el derecho
internacional de los derechos humanos pone en cabeza del Estado local, el
GCBA deberá realizar un completo censo en el área geográfica involucrada, así
como las medidas conexas y coadyuvantes que resulten necesarias, no sólo
para cuantificar, modelar y proyectar la solución de fondo (que por esa vía será
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judicialmente controlada, en sus avances verificables), sino para establecer la
cantidad de niños que deben trasladarse a gran distancia para asistir a la
escuela sin ningún tipo de ayuda estatal.
I.2.- El objeto de esta acción, entonces, tiene por finalidad revertir el
incumplimiento por omisión que, a lo largo de los años, ha demostrado el
GCBA respecto de su obligación irrenunciable de garantizar un sistema
educativo primario que tienda al desarrollo integral de la persona, asegurando
no sólo la igualdad real de oportunidades sino las posibilidades concretas para
su acceso, pues se desentendió, en lo que a nuestros derechos respecta, de la
responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública estatal
que reúna tales condiciones (arts. 23 y 24 CCABA). En lo que a esta
presentación urgente se refiere, dicho incumplimiento se ha agudizado al punto
que, para el presente ciclo lectivo 2011, no ha satisfecho los estándares
mínimos exigibles, habida cuenta que en la Villa 21/24 que corresponde al
Distrito Escolar Nº 5 (DE5) no se encuentra garantizada la capacidad operativa
para absorber la demanda allí existente, dejándonos fuera del sistema
educativo primario pese a la manda constitucional 1.
Ello provoca, podrá advertirse, un menoscabo cierto, actual y de
reproducción sucesiva en el tiempo, a nuestros derechos consagrados
constitucionalmente y en diversos instrumentos internacionales, por cuya razón
el despacho favorable de las medidas que se solicitan deviene absolutamente
imprescindible, ello a fin de garantizar vacantes en el Nivel Primario de la
educación estatal, en el ámbito de influencia de nuestro hábitat, es decir, en
Escuelas públicas que queden a menos de diez (10) cuadras de distancia de
nuestros alojamientos, derecho que en su máxima exigibilidad es tutelado, no
solo por los Pactos internacionales y la Constitución federal y local, sino por la
normativa nacional de integral y obligatorio seguimiento en esta jurisdicción
(arts. 1º, 15, 2º párr. y 42, ley 26.061).
1
Se deja aclarado que, en lo que sigue, y por los fundamentos que se expondrán al abordar la
normativa internacional e infraconstitucional que tutela el derecho a la educación, se considera
como niños fuera del sistema público, gratuito y obligatorio de educación primaria a aquéllos
que deben concurrir –en contra de su voluntad o la de sus padres– a escuelas situadas a más
de diez (10) cuadras de su domicilio
3
La problemática recién referida no se agota en la solución
particularizada de los niños y padres firmantes de este escrito, ni
tampoco con medidas paliativas o de emergencia, como puede ser garantizar
el traslado gratuito de los niños y niñas hasta los establecimientos donde han
sido reubicados (en el ámbito de la Ciudad o fuera de ella) por falta de
vacantes. La violación masiva de derechos afecta a todos los niños y niñas en
la franja etaria del nivel Primario de la educación estatal, y sólo puede ser
remediada, mediante los recursos técnicos, humanos y operativos suficientes
para garantizar unas vacantes acorde con la demanda del barrio.
Y la garantía de vacantes suficientes, para cumplir con la manda
constitucional y satisfacer los estándares supranacionales, solo puede ser
llevada a cabo con la construcción de nuevos establecimientos, es decir, con la
incorporación de nuevas vacantes.
Solo de esa manera, el GCBA podrá hacer frente al incremento
poblacional que se ha desarrollado en la última década en el barrio, que ha
sido inversamente proporcional a las partidas presupuestarias asignadas y
ejecutadas por el Ministerio de Educación en los últimos tres (3) años 2, lo que
traduce una regresión incompatible con la sustancia del derecho a la educación
en juego.
Por lo tanto, deberá el demandado, de acuerdo a los planes que
presentará conforme el siguiente punto, proceder a construir, finalizar e
inaugurar en el plazo que se estime razonable (que no podrá exceder los dos
-2- ejercicios fiscales), dos (2) nuevos edificios escolares en el ámbito del DE 5
y en la zona de influencia de la Villa 21/24, de siete (7) secciones cada una y
con la modalidad de jornada completa. Ello, siempre que dichas obras
(reconocidas como indispensables por el propio GCBA, tal como se acreditará
con la prueba pertinente) otorguen vacantes suficientes para absorber la
demanda allí existente, por lo que deberá ser considerado como un piso
mínimo de exigibilidad en el marco de este amparo.
I.3.- En ese sentido, el diseño y ejecución de acciones que tiendan a
remediar la falta de vacantes en el Nivel Primario para el corriente ciclo lectivo,
2
Sin perjuicio de la prueba que se acompañará infra, punto 5.1.b.5, de donde surgiría el
aumento de 4 a 6 millones del presupuesto para el área de educación, lo cierto es que, sin
datos desagregados, se comprueba que las personas en peores condiciones socioeconómicas
son postergadas y perjudicadas en la distribución de los bienes y recursos educativos de la
Ciudad, con grandes niveles de subejecución, con imposibilidad de conocer el destino
geográfico de los fondos destinados a infraestructura escolar y el tipo de obras que se
realizarán, y donde lo único que aumentó a través de los años es el presupuesto destinado a
Educación Privada (véase “Proyecto de ley de Presupuesto 2010”, del Programa Igualdad
Educativa, elaborado por la ACIJ)
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y en especial, con progresividad para ciclos lectivos subsiguientes, exige del
GCBA la adopción prioritaria de las siguientes medidas, como mínimo, y sin
perjuicio de otras destinadas a remediar la grave afectación denunciada:
a)
b)
c)
d)
presentar en el plazo de diez (10) días un detalle de las obras
proyectadas, en curso de ejecución y/o a construirse, que
tiendan a restituir una oferta suficiente de Educación Primaria
en el Distrito Escolar Nº 5, particularmente en el ámbito de la
Villa 21/24, con la correspondiente dirección, nombre del
establecimiento, cantidad de aulas previstas, cantidad de niños
y niñas que podrá albergar el establecimiento, estado de la
obra y fecha de finalización;
realizar un censo completo sobre el área involucrada,
recabando el universo de familias con hijos menores de edad
en la franja etaria de educación primaria, especificando
claramente: i) si se encuentran escolarizados; ii) las razones en
caso de que ello no sea así; iii) establecimiento al que
concurren; iv) si el mismo se encuentra a más de diez (10)
cuadras de distancia de su vivienda; v) la forma en que
concurren o se trasladan al establecimiento; vi) si intentaron
inscribirse a otro establecimiento público y no obtuvieron
vacante o fueron asignados en lista de espera;
remitir, por conducto del área gubernamental pertinente, los
listados completos de los niños y niñas que se encuentren
registrados en lista de espera para el ciclo lectivo 2011, en lo
que respecta a la franja etaria discutida (primaria) y al área
involucrada (Distrito Escolar Nº 5, específicamente Villa 21/24);
presentar al Tribunal un proyecto que especifique
concretamente las medidas que adoptará para asegurar que
durante el ciclo lectivo 2012 y los subsiguientes todos los niños
en edad primaria puedan acceder a establecimientos de tal
carácter dentro del ámbito de la Villa 21/24. Con ese fin deberá,
además, efectuar un seguimiento continuo –debiendo dar
cuenta al Juzgado– de la situación de los niños que, según los
5
e)
informes que presentará de acuerdo a los puntos anteriores, se
encontraron en lista de espera en el presente ciclo lectivo (y los
que no se hallen registrados pero que, de acuerdo a los
censos, presenten idéntica problemática), debiendo informar la
solución que adoptará en cada uno de los casos, ello sin
perjuicio de los nuevos inscriptos;
como medida inmediata y paliativa de emergencia, y de resultar
necesaria con visos de permanencia, deberá instrumentar y
financiar la provisión del servicio de transporte escolar gratuito
para los niños y niñas del Distrito Escolar Nº 5, en todos los
ámbitos de la Villa 21/24, que se encuentren en el nivel
primario, a fin de que puedan acceder y gozar de su derecho a
la educación en condiciones de igualdad con relación a los
niños y niñas que si han sido inscriptos y no deben trasladarse
más de diez cuadras de sus viviendas para asistir a la escuela.
La modalidad de cumplimiento será objeto de mayor detalle en
el capítulo IV, donde se peticionan las medidas cautelares
atinentes a esta obligación;
En lo que respecta a esta cuestión, deberá condenarse al GCBA a que
adopte, sin más dilaciones, las políticas públicas que resulten conducentes a fin
de poner en funcionamiento los recursos humanos, técnicos y materiales
indispensables para dar cumplimiento estricto a la accesibilidad física, material
y económica en materia pública educacional y, de esa manera, coadyuvar al
colectivo de individuos y grupos familiares incluidos en la normativa aludida a
encauzar la búsqueda de estrategias superadoras de su situación de
precariedad educativa, y así garantizar un real y efectivo goce del derecho a la
educación, a la dignidad de la persona, a la salud, a la igualdad real de
oportunidades, a la proyección del propio plan de vida y al trabajo.
I.2. LA CONDUCTA ANTIJURÍDICA Y ARBITRARIA
I.2.1.- No hay dudas de que el Gobierno local debe financiar y garantizar
la educación pública, gratuita y accesible a todos los niños y familias que
residen en su ámbito. La falta de articulación de mecanismos adecuados que
dificultan o directamente impiden ese objetivo, sin importar la causal que se
invoque, se traduce lisa y llanamente en un incumplimiento a la manda
constitucional, incumplimiento que revierte en un derecho vulnerado y en una
potestad jurídica para reclamar jurisdiccionalmente la restitución en su goce
pleno.
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Conforme surge de la prueba que se acompaña y de la que se producirá
en su oportunidad, existen múltiples familias que –contra su voluntad– no
pueden acceder a la Educación Primaria, y otras que deben soportar gastos,
traslados o reubicaciones, todo ello por una sola y única conducta: el
incumplimiento deliberado por parte del órgano estatal de poner en ejecución
una de las “Políticas Especiales” que la Constitución de la Ciudad
expresamente le encarga de modo imperativo. Esa falta de acciones concretas
destinadas a satisfacer y poner en ejercicio el derecho en juego, es la que
provoca la omisión que, en términos constitucionales, es denominada como
arbitraria y manifiestamente ilegal, porque socava y resquebraja (lesiona,
restringe, altera y amenaza) los derechos y garantías que están consagrados
en la Constitución federal, en la local y en diversos instrumentos
internacionales de pareja jerarquía (conf. art. 14 CCABA).
El traslado, reubicación o asignación en listas de espera o excedentes,
al margen de la nula contención social que produce, genera también la omisión
en el sostén emocional, físico, recreativo y de sociabilización, afectando
considerablemente el crecimiento y desarrollo saludable de los niños, y elimina
el cuidado integral que necesariamente debe proveer a la atención de la salud,
la estimulación temprana y la asistencia indispensable. En definitiva, y por
añadidura, provoca específicamente graves restricciones a la salud de los
niños, entendida como un completo estado de bienestar, físico, mental y social,
por cuanto se desvanece el desarrollo psicosocial en toda su amplitud del niño
como sujeto de derecho.
La necesidad de los niños –ante la conducta ilegítima del GCBA de
omitir la provisión de vacantes para la totalidad de aquéllos que residen en la
Villa 21/24– de tener que trasladarse hasta un diverso establecimiento
educacional, en numerosos casos a muchos kilómetros de distancia, genera
complicaciones, trastornos y en algunos supuestos directamente
imposibilidades, que, confrontados con la garantía asegurativa constitucional,
se transforma en un patente desconocimiento de derechos. En efecto, en
muchos casos los niños y niñas deben transcurrir solos un gran recorrido por
los pasillos de la Villa, peligrosos en todos los sentidos para la capacidad del
7
niño, con calles de tierra con desniveles, aguas estancadas, charcos
con basura y olor nauseabundo, que dificulta en gran medida el traslado
de los niños y su acceso real y sustentable al sistema escolar. De esa manera,
se estropea la participación en forma plena y acorde a su edad en la vida
familiar, escolar y comunitaria.
Por otra parte, en diversas hipótesis los niños deben salir del barrio
acompañados por sus padres, demanda que insume un promedio de dos (2)
horas a la ida y (2) horas a la vuelta, lo cual, además de no aplacar los peligros
y afectaciones referidas anteriormente, suma un nuevo itinerario de vulneración
de derechos, que se traslada por derivación a los padres, y también dificulta e
impide el desarrollo completo de sus capacidades laborales, trastocando, como
se explicará, toda la economía y estructura familiar.
A todo ello se suma que sólo existe en la Villa 21/24 el servicio de
trasporte escolar tipo combi, y de carácter estrictamente privado. Como podrá
notar el señor Juez, las condiciones socio-económicas estructurales de los
grupos demandantes, y de la inmensa mayoría de las familias del barrio,
impiden en su correcto ejercicio este servicio, lo que se transforma, una vez
más, en la lisa y llana eliminación de la “opción”. Si a todo lo anterior se le
agrega que el servicio público de transporte de colectivos es, en los hechos,
raramente utilizable, la situación de los niños y niñas se encuentra en total
desprotección. La falta de utilización de este último medio no se debe, como
podrá comprenderse, a un prurito de los padres y niños, sino que en las horas
pico de entrada y salida del horario escolar, el transporte público sufre, en el
barrio, una demanda excedente, al punto que las líneas de colectivos no se
detienen en la mayoría de las paradas de la Villa por estar sobrecargadas.
La situación descripta dificulta, hasta el grado de impedir, el ofrecimiento
de las condiciones necesarias para un desarrollo integral de la infancia en
todas sus dimensiones, a la vez que elimina las oportunidades equitativas de
todos los niños y niñas para el aprendizaje de saberes significativos y la
consolidación del desarrollo armónico de todos ellos.
Su proyección sobre el condicionamiento que produce en la elección del
propio plan de vida, tan significativa en esa primera etapa de la vida, y la
vinculación con los restantes derechos vulnerados de los que iremos dando
cuenta, genera como automático resultado la necesidad de una inmediata
respuesta jurisdiccional que reponga el estado de cosas inconstitucional, y
arbitre los medios para una inmediata asignación de vacantes, o escolarización
previa facilitación del traslado, siempre a cargo del Estado local.
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Cuando dicha omisión estatal (falta de vacantes), en violación de la
manda constitucional, descarga su potencial sobre la franja de los niños y niñas
que transcurren el nivel primario, la vulneración del derecho a la educación se
mantiene, pero se transforma la manera en que la afectación repercute en la
vida de los niños y sus padres. En tales casos, ya sea por directa aplicación de
la normativa nacional (arts. 16, 26, 126 inc. c, ley 26.206), por concientización
ciudadana, o por adquisición de pautas y tradiciones socio-culturales, la
realidad es que los padres, mayormente, intentan no desistir de la educación y
formación de sus hijos. En tales supuestos, y ante la falta de alternativas que
les provee el GCBA (omisión) deben realizar sus estudios en Escuelas
Primarias de otra órbita jurisdiccional, cruzando un límite interprovincial dos
veces por día. Se corroborará con la prueba pertinente, que en la Escuela Nº 2
del Distrito de Avellaneda, la mayoría absoluta de los estudiantes que
concurren al establecimiento son niños residentes de la Villa 21/24. En tales
casos, el deber estatal, además de tender en lo progresivo a absorber dicha
demanda, con las medidas colectivas que se requieren y se verificarán en el
curso de la ejecución de la sentencia, supone otorgar inmediatamente
transporte escolar gratuito, para que el derecho a la educación no se garantice,
en los términos del art. 24 de la CCABA, de manera diferencial a los niños de la
Ciudad, discriminación que no es válida si se tiene en cuenta que se sustenta,
sólo y únicamente, en condiciones o contextos socio-económicos de marcada
vulnerabilidad y crecientes déficits estructurales, caracterizados, asimismo, por
pobreza crónica.
La conducta estatal generadora de responsabilidad, de comisión por
omisión, y su correlato, la causa petendi que alberga esta acción, es única, de
proyecciones diferenciables según el contexto etario percutido, es cierto, pero
de solución jurídica homogénea: la condena al Poder Ejecutivo de la Ciudad
para que, por conducto de sus Ministerios competentes, cese en la conducta
omisiva ilegítima que genera los daños en los derechos fundamentales de
niños y padres: desasegurar y diferir su responsabilidad indelegable de
financiar y garantizar la educación pública, estatal, laica y gratuita para los
niños y niñas de la Villa 21/24. En contraposición, deberá generar las
condiciones, en términos de verdadera accesibilidad, para otorgar las vacantes
9
efectivas que el sistema veda, y mientras dure su desarrollo, garantizar
la Educación Primaria, si es con vacantes en otros establecimientos
públicos y gratuitos pero alejados de la zona de incidencia, financiando su
traslado, gratuito, y de conformidad con las particularidades que presenta la
Villa y las familias allí asentadas.
I.2.2.- Asimismo, y desde una óptica afín, cabe señalar que la falta de
vacantes para los niños y niñas que se encuentran en la edad en que la Ciudad
les garantiza la accesibilidad educacional, no sólo afecta los derechos
personalísimos de ellos, sino que tal conducta omisiva repercute
inescindiblemente y vulnera derechos de los grupos familiares, representados
en esta causa por los padres y madres afectados.
Resulta pertinente recordar, como lo ha hecho la Sala I del fuero, que en
la educación inicial –y la primaria como corolario–, además de resultar esencial
para el desarrollo de los niños por los efectos que tiene sobre la formación
primaria de la persona, existe un costado imposible de negar, y es el que
repercute sobre la vida laboral de la familia, toda vez que la escuela primaria
permite a los padres buscar empleo o, simplemente, trabajar, lo que
obviamente redunda en importantes y trascendentes consecuencias para la
situación económica de los menores y de la familia toda (conf. CCAyT, Sala I,
“ACIJ c/ GCBA s/ Amparo (Art. 14 CCABA)”, EXP 23.360/0, sent. del
19/3/2008).
Así, no hace falta negar su contenido o entender que la educación no es
un derecho concreto del niño, para trazar una mirada omnicomprensiva y
superadora que se haga cargo de todos los perfiles socio-jurídicos del asunto,
a los efectos de concluir y asumir que resulta necesario garantizar las
condiciones para que los padres y madres de esos niños y niñas puedan
ofrecer a sus hijos las máximas posibilidades de desarrollo, resultado que en
los hechos resulta inasequible si por falta de posibilidades laborales o
exigencias incompatibles con aquella tranquilidad o disponibilidad, las
oportunidades de ejercicio personal del derecho se tornan impracticables.
La dimensión de la afectación, entonces, trasciende el reservado ámbito
de los derechos del niño, para trastocar toda la economía familiar, junto con
una compleja gama de derechos y seguridades que el ordenamiento nos
confiere, desde el momento en que dificulta grandemente nuestras
posibilidades laborales, condicionando el ámbito propicio de la vida familiar e
incluso de la vida en relación, toda vez que sin acceso público y gratuito a la
educación primaria, debemos ocuparnos de actividades que la gran mayoría de
los niños realiza con ayuda y sostén estatal, destinando tiempo y cometidos de
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nuestras vidas para una función en la cual el Estado local nos ha garantizado
su actuación permanente y complementaria, que coadyuve asimismo a nuestra
reinserción social.
Es en esa directriz y no en otra que se encaminan los postulados
constitucionales, cuando obligan a la Ciudad al aseguramiento de políticas
sociales complementarias que posibiliten el efectivo ejercicio de aquellos
derechos (art. 23, 3er párr., CCABA), y es allí donde el convencional ha
demostrado que su mirada sobre la educación primaria no puede encorsetarse
a una problemática ni individual ni exclusivamente en cabeza de los niños, aún
cuando resultan sujetos preferentes y también sus principales –aunque no
excluyentes– destinatarios.
Más abajo desarrollaremos el contenido que los instrumentos
internacionales y el constituyente local ha destinado para la tutela preferente de
estos derechos, así como también su vinculación inexorable por el carácter
interdependiente de las necesidades anteriormente referidas y que en este
proceso se debaten, toda vez que no es más que una consecuencia de la
principal característica que ostentan los derechos humanos incumplidos con la
conducta gubernamental y que esta acción pretende restituir en su correcto
ejercicio y completo goce: interdependencia, indivisibilidad y universalidad 3.
Por las razones antedichas, es que la misma conducta ilegítima (omisión
de proveer vacantes del sistema primario en el radio de la Villa 21/24), no solo
afecta a los niños y niñas allí alcanzados, sino que inescindiblemente vulnera
derechos propios y personales, tanto de los padres y madres, en el carácter de
3
Principios de Limburg sobre la aplicación del PIDESC, parte I, ap. A.3; asimismo,
interpretación de los tribunales internacionales: voto concurrente conjunto de los jueces A.A.
CANÇADO TRINDADE y A. ABREU BURELLI en el Caso “Niños de la Calle” Villagrán Morales y otros vs.
Guatemala, sent. del 19/11/1999 (fondo), CorteIDH, Serie C, Nro. 63, ap. 4, 7 y 8 de ese voto, y
remisión al párr. 144 de la sentencia en cuanto al disfrute integrado de otros derechos;
indivisibilidad e interdependencia que el derecho a la educación sintetiza en forma
paradigmática, véase PINTO, Mónica, “Los derechos económicos, sociales y culturales y su
protección en el sistema universal y en el sistema interamericano”, en Revista del Instituto
Interamericano de Derechos Humanos (RevistaIIDH) Nº 40, Edición Especial sobre Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, Julio-Diciembre 2004, San José, C.R., ps. 25-86, en p. 72,
nota 115
11
reconocidos agentes naturales y primarios de la educación (art. 128, inc.
a), ley 26.206), como de los grupos familiares considerados en su honda
completitud4.
I.2.3.- En síntesis, el núcleo central del objeto o la pretensión de este
amparo, que cuestiona y tiende a revertir la conducta ilegítima y arbitraria de la
autoridad pública, tiene en miras reponer en su goce efectivo el derecho a la
educación vulnerado con la omisión del GCBA, en especial en lo que respecta
a los niños y niñas y sus familias residentes en la Villa 21/24, ubicada en el
barrio de Barracas del sur de esta Ciudad.
Dicha vulneración de derechos puede encararse desde un orden
ensanchado de afectaciones, de acuerdo a la óptica interrelacionada en que se
la mire: por un lado, el derecho inalienable de los niños a gozar de una
educación estatal pública adecuada (ap. I.2.1), garantía que se vincula con el
derecho al desarrollo de su autonomía personal, con la dignidad inherente a
todo ser humano, con el derecho a la salud lato sensu, y con el derecho a la
igualdad con respecto a otros niños en situaciones asimilables.
De otro lado, sin excluir el anterior, se verifica, a través de la misma
omisión estatal, la afectación de derechos pertenecientes a los padres y
madres actores, en tanto, por no tener vacantes sus hijos y resultar
“excedentes” del sistema educacional, deben ocupar tareas que insumen
considerable tiempo al cuidado y atención de los menores, o el
acompañamiento a escuelas en diversos puntos de la Ciudad (para lo cual
deben atravesar diferentes barrios e incluso comunas) o en otra Provincia, que
el resto de las familias no debe hacer, por cuanto tienen la educación pública,
4
Sin que por el momento sea necesario (aunque resulte sin duda de gran provecho para
analizar el incumplimiento de las Políticas Especiales) recurrir a la noción de metaderechos, tal
como la concibe Amartya Sen, lo cierto es que existe el derecho a la educación que, como tal,
puede ser invocado y reclamado por los padres y otras personas con responsabilidad en la
atención de los niños y niñas de la Ciudad (conf. JCAyT Nº 3, EXP 23.360, “ACIJ c/ GCBA s/
Amparo”, sent. del 13/8/2007, consid. IV); no puede obviarse, tampoco, ni la legitimación
proveniente de los arts. 5º y 18, inc. 2 de la Convención sobre los Derechos del Niño, 7º de la
ley 26.061, y 34, 41, inc. a) y 43 de la ley 114, ni la consideración de la Relatora Especial de las
Naciones Unidas sobre el Derecho a la Educación (1998/2004) de la Comisión de las Naciones
Unidas sobre Derechos Humanos (Consejo a partir de 2006), cuando al abordar los niños como
titulares privilegiados del derecho a la educación, manifiesta que “a pesar de que el derecho
internacional de los derechos humanos define la educación como un derecho humano, y por
ende incluye a los adultos como sus titulares, da prioridad a los niños y niñas a través de la
obligación gubernamental de asegurar la educación gratuita y obligatoria para todos y todas. El
derecho a la educación incluye a cuatro actores principales: (1) el gobierno obligado a asegurar
el derecho a la educación; (2) el niño o niña como el titular privilegiado del derecho a la
educación, con el deber de educarse porque la educación es obligatoria; (3) los padres, que
son los “primeros educadores”; y (4) los educadores profesionales, es decir, los maestros y
maestras, los profesores y profesoras” (véase TOMASEVSKI, Katarina, “Indicadores del Derecho a
la Educación”, en RevistaIIDH 40, cit., ps. 341-387, en p. 354)
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asistencia y contención de sus hijos garantizada. En consecuencia, dicha
situación les impide o buscar trabajo, o en algunos casos directamente laborar.
Esa secuela se traduce en un círculo vicioso, afectando nuevamente a los
derechos de sus hijos, al no estar en situación de proveerles las máximas
condiciones materiales y económicas para su desarrollo. En definitiva, la
omisión denunciada (ausencia de vacantes) afecta sin remedio a la
estructuración de todo el grupo familiar, a la vida en relación y a las
posibilidades de las familias excluidas de su reinserción social (ap. I.2.2.).
En tercer lugar, en el presente caso se afectan derechos de incidencia
colectiva, porque sin perjuicio de no recaer las pretensiones recién esbozadas
técnicamente sobre bienes colectivos, y que los derechos afectados son
susceptibles de apropiación individual, en rigor se refieren a la obtención de
bienes que en su forma o condición de ejercicio resultan homogéneos, toda vez
que la omisión de vacantes (causa generadora básica) no se refiere
únicamente a los firmantes de este escrito, sino que es sufrida por una
pluralidad de titulares en forma cualitativamente idéntica, todos ellos residentes
en la Villa 21/24. Por consecuencia, las medidas que deberán disponerse en
este juicio trascienden la solución estrictamente individual, permitiendo un
encuadre jurídico único y común de los hechos de cara a la pretensión jurídica
planteada. Así, las medidas que se requieren (algunas de las cuales fueron
apuntadas supra, ap. I.1.b y c) suponen la implementación por parte del
Gobierno demandado de un determinado programa de acción, progresivo y
verificable en su avance (no obstante los contenidos mínimos indisputables y
de cumplimiento inmediato), que deberá incluir obras de infraestructura,
diferentes plazos y algún margen discrecional, siempre que se verifique la
efectividad del derecho en cuestión.
I.3. EL ALCANCE COLECTIVO DE LA AFECTACIÓN
Es necesario destacar, desde ahora, que la ilegal omisión en la que
incurre el Gobierno de la Ciudad al incumplir el mandato constitucional,
plasmado en los arts. 23 y 24 de la CCABA, de financiar y asegurar el ingreso
13
efectivo y permanencia de los niños y niñas del barrio de Barracas de
esta Ciudad, dependiente del Distrito Escolar Nº 5, al sistema escolar
público primario, no sólo afecta ilegítimamente los derechos fundamentales a la
educación, a la dignidad, a la elección del propio plan de vida, al trabajo y a la
no discriminación de los aquí firmantes y sus hijos, sino que expande su
ilegalidad manifiesta a todo el colectivo de individuos y grupos familiares
contemplados en la zona geográfica determinada con precisión (Villa 21/24),
configurándose de esa manera una afectación del mismo carácter.
Ello así, en tanto el Gobierno de la Ciudad no ha puesto en práctica
acciones concretas respecto de ninguno de los beneficiarios del aseguramiento
constitucional, originándose, en consecuencia, un perjuicio actual que
trasciende con holgura nuestro interés propio, jurídicamente tutelado.
Por ello, los efectos de la sentencia a dictarse, en lo que a esta
pretensión se refiere, deberán expandirse a todo el grupo lesionado por la
omisión estatal, pues una tutela judicial que sea verdaderamente efectiva sólo
puede alcanzarse, frente a afectaciones masivas de derechos fundamentales,
mediante una condena a adoptar las medidas de alcance general que resulten
apropiadas para subsanar una situación contraria a las normas constitucionales
y que provoca, además, un grave déficit en el ejercicio real –y no "ilusorio"– del
derecho a la educación y sus derechos derivados.
Durante el proceso preconstituyente del año 1994 expresamente se
consideró y debatió la posibilidad de existencia de bienes estructuralmente
distintos a los típicamente subjetivos que, ya sean divisibles o indivisibles,
resultan homogeneizados por razones fácticas o jurídicas, a cuyo fin diversas
teorías intentaron explicarlos por la dimensión social que los identifica 5 o bien
por la unidad de la causa generadora del perjuicio 6.
Lo cierto es que los derechos de incidencia colectiva, más allá de la
nomenclatura constitucional, pueden darse en dos supuestos, esto es: a)
cuando los bienes jurídicos sean legal o fácticamente colectivos en puridad
(medio ambiente sano, patrimonio cultural e histórico, defensa de la
competencia, etc.); o b) cuando existe una homogeneidad en la situación
jurídica de los titulares frente a los sujetos pasivos que deben dar, hacer o
abstenerse de hacer algo a fin de que los derechos se satisfagan.
La propia Corte Suprema federal, en tanto máximo interprete
constitucional de la República, cuya hermenéutica irradia necesariamente las
5
JEANNERET, María; “La legitimación del afectado, del Defensor del Pueblo y de las
asociaciones”, LL 2003-B-1337
6
QUIROGA LAVIÉ, Humberto, El amparo colectivo, Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni, 1998, p. 132
14
Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Ministerio Público de la Defensa
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Administrativo y Tributario
decisiones de los órganos de todos los estados locales, ha establecido que “la
procedencia de este tipo de acciones requiere la verificación de una causa
fáctica común, una pretensión procesal enfocada en el aspecto colectivo de los
efectos de ese hecho y la constatación de que, en ausencia de un ejercicio
colectivo, habría una afectación grave del acceso a la justicia. El primer
elemento es la existencia de un hecho único o complejo que causa lesión a
una pluralidad relevante de derechos individuales. El segundo elemento
consiste en que la pretensión debe estar concentrada en los efectos comunes
y no en lo que cada individuo puede peticionar, como ocurre en los casos en
que hay derechos que dañan a dos o más personas y que pueden motivar
acciones de la primer categoría. De tal manera, la existencia de causa o
controversia, en estos supuestos, no se relaciona con el daño diferenciado que
cada sujeto sufra en su esfera, sino en los elementos homogéneos que tiene
esa pluralidad de sujetos al estar afectados por un mismo hecho. El tercer
elemento está dado por la constatación de una clara afectación del acceso a la
justicia, en uno de sus aspectos, vinculado a las denominadas acciones de
clase, cual es la existencia de un interés individual que, considerado
aisladamente, no justifica la promoción de una demanda. En efecto, se trata de
un grupo de personas para las cuales la defensa aislada de sus derechos no
es eficaz, debido a que la medida de la lesión, individualmente considerada, es
menos relevante que el costo de litigar por si mismo (Fallos: 322:3008,
considerando 14, disidencia del juez Petracchi)”7.
Claro está que la incidencia colectiva no elimina la existencia del
derecho individual subyacente, aun cuando la solución requerida para el caso,
precisa ser definida teniendo en cuenta los intereses de un colectivo de
personas. Por ello en estos casos, aún cuando no hay técnicamente un bien
colectivo, “ya que se afectan derechos individuales enteramente divisibles, sin
embargo hay un hecho, único y continuado, que provoca la lesión a todos ellos
y por lo tanto es identificable una causa fáctica homogénea. Este dato tiene
relevancia jurídica porque en tales casos la demostración de los presupuestos
de la pretensión es común a todos esos intereses, excepto en lo que concierne
al daño que individualmente se sufre. Hay una homogeneidad fáctica y
7
Fallos 329:4741, consid. 12º del voto del Dr. LORENZETTI
15
normativa que lleva al legislador a considerar la realización de un solo
juicio con efectos expansivos de la cosa juzgada que en él se dicte”8.
Esto se debe a la nueva dimensión de protección que adquirió trascendencia
constitucional y jurisprudencial respecto de determinados bienes jurídicos y de
determinadas formas de manifestación de esos bienes 9.
En la misma línea de ideas, cabe recordar que los repertorios de
jurisprudencia de los tribunales del fuero CAyT local contienen sobrados
ejemplos de decisiones que, desde temprana hora, han reconocido la
admisibilidad y procedencia de pretensiones de esta naturaleza, incluyendo
entre ellas casos que involucraban derechos sociales, como el de la educación,
garantizados constitucionalmente.
Así se ha dicho que “...indudablemente que nos encontramos frente a un
derecho de incidencia colectiva ya que se invoca una ilegitimidad que
produciría un daño en la educación de un grupo determinado de personas
diferenciadas del resto de la sociedad (conf. “Fundación Mujeres en Igualdad c/
GCBA s/ Amparo”, Cam. Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad,
Sala II; en igual sentido “Cañas de Davis, María Teresa c/ GCBA s/ Amparo,
Art. 14 CCBA”, Juzg. 1ª Inst. CAyT Nº 8, 11/05/07).
En la causa "Asesoría Tutelar Justicia Contencioso Administrativo y
Tributario de la CABA c/ GCBA s/ Amparo", la Sala I tuvo oportunidad de
expresar que el derecho a la educación, tutelado por igual en las constituciones
nacional y de la ciudad y en diversos tratados internacionales –como se verá
oportunamente– no reviste solamente el carácter de derecho subjetivo, sino
que, en determinadas circunstancias “...constituye un derecho de incidencia
colectiva, en los términos del artículo 43, segundo párrafo de la Constitución
Nacional y 14, segundo párrafo de la Constitución de la Ciudad” (en igual
sentido, Sala I, “A.E. y otros c/ GCBA s/ amparo”, sentencia del 9/11/2006). Y lo
propio se ha dicho del derecho al trabajo (conf. Sala I, causa “Asociación
Trabajadores del Estado (ATE) c/ GCBA s/ medida cautelar”, causa 28352/1,
19/03/2008; Sala II in re “Barila”, citada).
Relativo al derecho a la educación, y al alcance colectivo de las
decisiones que pueden dictarse en el marco de las causas donde se debate su
desconocimiento, cabe resaltar el emblemático caso “Monjes, Analía M. C/
UBA- Resol. 2314/95” (12/9/95, ED, t.165, p. 541), donde la Cámara Nacional
en lo Contencioso Administrativo Federal, Sala I, admitió la legitimación para
interponer un amparo, y posteriormente la Corte Suprema de Justicia de la
8
Fallos 329:4741, consid. 11º, voto del Dr. LORENZETTI
Asimismo, véase CSJN, in re “Halabi, Ernesto c/ P.E.N. - ley 25.873 dto. 1563/04 s/ amparoley 16.986”, Fallos 332:111, del 24/2/2009, consids. 6º, 11, 12, 14, esp. 21
9
16
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Administrativo y Tributario
Nación otorgó expresamente alcance colectivo en su sentencia (Fallos
319:3148, consid. 34 del voto mayoritario, 18 del concurrente, y proyección de
la solución de las disidencias).
I.4. LA LEGITIMACIÓN DE LOS PRESENTANTES
Según resulta de lo expuesto precedentemente, no puede dudarse
acerca de la legitimación que ostentamos para deducir esta pretensión
colectiva. La legitimación que aquí se invoca, encuentra sólido fundamento en
el segundo párrafo del artículo 14 de la Constitución de la Ciudad, en cuanto
habilita para interponer la acción de amparo a "cualquier habitante... cuando
la acción se ejerza contra alguna forma de discriminación, o en los casos
que se vean afectados derechos o intereses colectivos...".
Del texto transcripto se advierte que la Constitución local confiere
legitimación para la defensa colectiva de derechos constitucionales
fundamentales, frente a afectaciones ilegítimas como las que en este caso se
producen, a cualquier persona con la sola acreditación de su carácter de
habitante, ello, al margen del daño individual que le pueda causar la acción u
omisión denunciada. Es decir, prescindiendo de quién, judicialmente, alegue la
lesión.
El único recaudo que se ha exigido a tal fin "...es el título de habitante y
que se debatan derechos de incidencia colectiva o supuestos de
discriminación, que en este último caso, bien puede ser individual o sectorial..."
(conf. CCAyT, Sala II, causa "Barila, Santiago c/ GCBA s/ Amparo", sentencia
del 5 de febrero de 2007).
Y si como se ha visto, en la jurisdicción local el interés personal no sigue
a la legitimación para accionar en defensa de derechos colectivos, mayor razón
habrá para admitir el tratamiento de la pretensión cuando quien recurre a los
estrados judiciales resulta ser "directamente afectado" por la ilegal omisión en
la que incurre el Gobierno de la Ciudad.
17
Conforme se explicará más adelante, al encontrar la afectación
de nuestros derechos constitucionales origen en una misma y única
omisión ilegal, se produce una identidad indisoluble entre todos aquellos que
formamos parte del colectivo amparado por la normativa que el Gobierno
incumple. De esta manera, la aptitud para ser parte en este juicio es
indiscutible.
I.5. IDONEIDAD DE LA VÍA AMPARISTA
No puede caber ninguna duda, tampoco, que frente a actos u omisiones
ilegales perpetrados por la autoridad administrativa, que en forma actual y con
alcance colectivo lesionen derechos sociales constitucionalmente garantizados,
serán imprescindibles acciones y decisiones judiciales acordes a la naturaleza
de dichas afectaciones.
Y es en ese sentido que la presente acción de amparo, conforme lo
establecido por el artículo 14, apartados 1 y 2 de la Constitución local, se erige
como el medio idóneo a fin de alcanzar la tutela judicial efectiva de los
derechos fundamentales conculcados por la omisión gubernamental.
En la misma dirección, debe tenerse presente que el amparo, tanto en el
orden local como en el federal, ha adquirido sustancia supra-legislativa, razón
por la cual encuentra andamiaje en aquéllos supuestos en que los derechos
amenazados se hallen frente a situaciones extremas que no admitan la
remisión a los procedimientos ordinarios, porque, aún considerando las
medidas precautorias que pueden dictarse en su ámbito, tal curso de acción no
suministraría una tutela judicial verdaderamente efectiva de las garantías
constitucionales en juego. En tales hipótesis, la función jurisdiccional exige
desandar cualquier óbice formal, traspasando las formas rituales procesales en
pos de la sustancia de los derechos, efectuando una adecuada y armónica
ponderación de las cláusulas constitucionales (arts. 14 y 81.2 CCABA), para
evitar una tensión que conduzca a negar lo que el contenido de alguna de ellas
supone. Y en este aspecto, la evolución del daño en función del tiempo es un
dato inexorable que, sin lugar a dudas, justifica restringir el debate por la
premura que la restauración pronta de derechos exige (JCAyT Nº 12, “ACIJ c/
GCBA y otros s/ Amparo (Art. 14 CCABA)”, EXP 32.839/0, sent. del 25/3/2010).
Téngase en consideración, de otro lado, que el Tribunal Superior ha
declarado la inconstitucionalidad y consiguiente pérdida de vigencia, en los
términos que prevé el art. 113, inc. 2º, de la Constitución de la Ciudad del art.
4º de la Ley Nº 2145, de modo tal que no es de aplicación el plazo de
18
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caducidad allí establecido (causa "Gil Domínguez, Andrés c/ GCBA s/ acción
declarativa de inconstitucionalidad", expte. Nº 5296, sent. del 27 de diciembre
de 2008).
En el mismo sentido se ha dicho que “Toda vez que la acción de amparo
constituye una garantía otorgada a los particulares para tutelar de manera
rápida y eficaz sus derechos, su admisibilidad debe ser apreciada con criterio
amplio, más aún luego de su incorporación al art. 14 CCABA, que en su cuarto
párrafo establece que “el procedimiento está desprovisto de formalidades
procesales que afecten su operatividad...”, circunstancia que pone en evidencia
una clara intención del legislador constituyente de crear un remedio amplio,
expedito y rápido, privilegiando la procedencia de la acción sobre la base del
principio pro actione (conf. entre otros Sala I in re “Gerpe, Adriana Beatriz c/
G.C.B.A.-Secretaria de Educación s/ Amparo”, expte. nº 49/00).
I.6. COMPETENCIA DEL FUERO CAYT
La competencia del Tribunal se fundamenta en el artículo 7º de la Ley Nº
2145 y en los artículos 1º y 2º del CCAyT.
II. HECHOS Y ANTECEDENTES RELEVANTES
PARA LA RESOLUCIÓN DE LA CAUSA
II.1. LA VILLA 21-24 Y LA REALIDAD EDUCATIVA
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene dividido su territorio en 21
Distritos Escolares, que no coinciden necesariamente con las 15 Comunas que
tiene organizadas ni con los barrios tradicionales que se encuentran asentados
en su ámbito.
19
En el caso particular que nos ocupa, la Comuna Nº 4 abarca los
barrios de Nueva Pompeya, La Boca, Parque Patricios y Barracas.
Estos dos últimos barrios, por su parte, forman la mayor porción del Distrito
Escolar Nº 5 (DE 5), delimitado por la zona geográfica comprendida entre las
calles Av. Sáenz, Matheu, Av. Brasil, Isabel la Católica, Vieytes y el margen del
Riachuelo (se adjunta plano 1, Anexo I).
En el extremo oeste de Barracas, lindando con Pompeya al oeste y con
Parque Patricios al norte, se encuentra establecida la llamada Villa 21/24,
delimitada por las calles Luna e Iguazú (este-oeste) y por las vías del
Ferrocarril Belgrano al norte. En el sur, como se sabe, limita con las orillas del
Riachuelo. Si se excluye de su ámbito al barrio Zabaleta, la Villa estaría
delimitada en su sector norte por la Av. Iriarte (v. planos 5/6 y 9, Anexo I).
Asentada en unas tierras cuyo dominio fue transferido en el marco del
Decreto Nº 1001/90 (que autorizó la venta de inmuebles que se declararen
innecesarios, conforme la ley 23.697 declarativa del estado de emergencia del
Estado Nacional, particularmente su cap. XXVI, arts. 60/62), la Villa fue
expandiéndose progresivamente y sin pausa a través de los años.
Desde el primer establecimiento de 47 familias junto a las vías en el año
1989, instaladas en un terreno que originariamente ocupaba un aserradero
desalojado por la ex Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, lograron
establecerse definitivamente en el año 1990 y la zona comenzó a poblarse con
mayor intensidad a partir del año 1991. No obstante que en la actualidad los
datos estadísticos distan de ser exactos, se estima que en la Villa 21/24 viven
más de cuarenta y cinco mil doscientos ochenta y cinto (45.285) personas,
agrupadas en unos once mil trescientos veintiún (11.321) grupos familiares 10.
La densidad poblacional en esta zona relegada del sur de la Ciudad
supera la media, toda vez que va desde los veinticinco mil (25.000) a cincuenta
mil (50.000) habitantes por kilómetro cuadrado, llegando en sus puntos internos
10
Según el propio GCBA, es una proyección de datos realizada en el marco del Diagnóstico
Institucional, cuyo detalle estimativo poblacional no corresponde a datos censales, sino que
constituye una aproximación. A esos fines, se ha considerado la misma tasa de crecimiento
que en la Villa 20 (19% anual) sobre los datos poblacionales de 2002 (vid.
http://estatico.buenosaires.gov.ar/areas/jef_gabinete/riachuelo/documentos/villa_21_24_barrac
as.pdf. Sin perjuicio de que los datos de los Resultados provisionales del Censo Nacional de
Población, Hogares y Viviendas 2010 en la Ciudad de Buenos Aires arrojan una cifra
sensiblemente menor (aprox. treinta mil –30.000– personas), lo cierto es que, con más de 70
hectáreas, no deja de ser la Villa más grande y con mayor población de toda la Ciudad de
Buenos Aires, superando ampliamente a la 1-11-14, a la 31 y a la 31bis, a la 20, a la 15 y a la
Villa
3
Fátima
(vid.
http://estatico.buenosaires.gov.ar/areas/hacienda/sis_estadistico/resultados_provisionales_cen
so_2010.pdf, p. 5). No cabe soslayar, tampoco, que ese es el contexto general de la Ciudad, en
tanto la población de las villas porteñas creció en un 50% en 9 años, desde el año 2001 al 2010
20
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Ministerio Público de la Defensa
Defensoría General Adjunta en lo Contencioso
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a porcentajes de cincuenta mil (50.000) a cien mil (100.000) habitantes por km2
(ver plano 2, Anexo I, todos ellos disponibles, igualmente, en el sitio web del
GCBA, área del Ministerio de Educación, Dirección de Investigación y
Estadísticas).
Tampoco es azaroso que, en el contexto socio-económico que venimos
describiendo, el DE 5 tenga una de los máximos porcentajes de Hogares con
Necesidades Básicas Insatisfechas, que oscila del 10 % al 20 % (plano 3), ni
que el crecimiento de la matricula en educación inicial para el período 20012007 (niños que en este momento necesariamente deben estar transitando el
circuito primario) arroje una tasa del 1 al 15 % de aumento (plano 4, Anexo I) 11.
El crecimiento poblacional, sumado al constante y progresivo aumento
de la matrícula, hace que el GCBA deba atender dicha demanda con todos los
medios disponibles a fin de no tornar ilusoria la letra constitucional, evitando de
esa manera que la omisión cercene los derechos y garantías consagrados, al
vulnerar la igualdad de oportunidades y posibilidades de acceso al sistema
educativo primario, por la falta de aseguramiento y financiamiento (arts. 10, 23
y 24 CCABA).
La masividad de la población contrasta, por su parte, con los
establecimientos educativos destinados a la Educación Primaria dentro del
ámbito de la Villa, ya que según los pobladores, hoy día se encuentran
técnicamente accesibles solamente tres (3) Escuelas, la Nº 10, la Nº 11 y la
Nº 12 (v., asimismo, especialmente planos 5 y 7/8). Cualquier cálculo lógico
puede llegar a la conclusión, sin hurgar en complejas estadísticas, que la
cantidad de vacantes que pueden proveer las 3 Escuelas no alcanza, en lo más
11
De hecho, el Distrito que estamos analizando es uno de los de mayor crecimiento de
matrícula estatal, al punto que entre el año 2001 y 2008 ha tenido un crecimiento del 12,9 %,
que, en términos absolutos, implica una diferencia de 1.084 estudiantes más considerando
ambos extremos del período y un promedio de incorporación de 155 alumnos por año, pues el
ritmo de crecimiento de la matrícula en las escuelas estatales de este Distrito es, en promedio,
de 1,7 % por año, y cuyo motivo o factor de crecimiento es primordialmente de alumnos
cercanos –radio de 20 cuadras– (véase el trabajo “Nivel Primario Común. Análisis distrital de la
evolución de la matrícula. Período 2001 – 2008”, de octubre de 2009, esp. gráficos de ps. 4, 12,
19 y 22 in fine, disponible en el mismo sitio web, Mº Educación, Dirección de Investigaciones y
Estadísticas, Investigaciones 2009/2010)
21
mínimo, para satisfacer de matrícula a los más de cuarenta mil (40.000)
habitantes de la Villa12.
II.2 SITUACIÓN DE LOS NIÑOS Y PADRES ACTORES EN EL CONTEXTO
DEL BARRIO
Cabe referir, asimismo, que la situación del Barrio analizado no difiere, a
grandes rasgos, de lo que constituye la problemática general de las restantes
villas asentadas en este ejido urbano, salvo por los rasgos y características
propias que afectan a este barrio en particular, las cuales en muchos casos
fueron constatadas incluso judicialmente. De esa manera y frente a ese cuadro
es que debe ponderarse las posibilidades de acceso real, y su disponibilidad
respecto de estos grupos, encuadrados fácilmente como dentro de los más
vulnerables de hecho y de derecho en el ámbito de la CABA, de la misma
manera que la afección –absolutamente potenciada de cara a las
circunstancias que se esgrimirán– que ocasiona el traslado, solo o
acompañado, de los niños y niñas a Escuelas que quedan a varios kilómetros
de su hogar, cometido para el cual previamente deben transitar por toda la
Villa.
No es ocioso recordar que la Villa 21/24 no cuenta con servicios
sanitarios adecuados, en tanto sus casas no tienen ningún tipo de acceso a red
cloacal, sino que tienen un sistema de descarga a pozos ciegos que se
encuentran ubicados en el interior de las viviendas, de los centros y comedores
comunitarios, y en las mismas calles, con redes informales de cloacas y
pluviales cuya descarga se realiza hacia los pasillos y los espacios abiertos de
la villa. Se verifica la existencia de abundante basura y residuos de materiales
dentro del perímetro del barrio, que obviamente incide en la mayor presencia
de roedores e insectos que provocan y transmiten serias enfermedades.
12
La falta de desagregación de los datos y su relevamiento global, impide un cálculo exacto,
por lo que, en lo que al ámbito de la Villa 21/24 concierne, cabe manejarse con datos
aproximativos y la experiencia concreta y verificable de la gente que vive en su ámbito, además
del sentido común. No ayuda, en este aspecto, la Matrícula de 9.393 para el Sector Primario
Común Estatal, referente al DE 5 en su conjunto, ni las 49.010 plazas para toda la Zona Sur,
como así tampoco las hipotéticas 25 Unidades Educativas, relativas al Sector Primario Común
Estatal, que también se refieren a todo el DE 5, y por lo tanto no alcanzan a conmensurar la
problemática específica de unos de los Barrios de la Comuna 4 y del DE 5, como lo es la Villa
21/24, ni su concreta y prudente accesibilidad (véanse los cuadros del documento Excel
titulado “Informes temáticos de la Dirección de Investigaciones y Estadísticas del MEGC.
Matrícula, Unidades Educativas y Secciones (serie histórica)”, en especial las Hojas relativas a
MATR10 y UNED10, disponibles en el sitio web del GCBA, Ministerio de Educación, Dirección
de Investigaciones y Estadísticas, Novedades, Información Educativa al 2010
(http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/dirinv/indexpublicaciones.php?
menu_id=20929)
22
Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
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Administrativo y Tributario
Los niños, niñas y adolescentes allí ubicados son víctimas permanentes
de la violencia institucional ya que el acceso a los derechos humanos básicos
como la salud, la educación, la vivienda, entre otros, les es seriamente
impedido. Asimismo, la inexistencia de trabajos de infraestructura por parte del
Estado da como resultado la carencia de hábitat sano para sus habitantes,
pues se encuentran privados de gozar de un ambiente sano y adecuado, con
una clara amenaza a su salud13.
La población del asentamiento vive en condiciones de extrema
precariedad y hacinamiento, en un hábitat degradado, sin servicios elementales
y en condiciones que no se condicen con la dignidad de la persona. Los
servicios fundamentales se hallan colapsados, con humo, polución, derrame de
aguas servidas en calles y aceras, montañas de residuos acumulados y un
incremento considerable de la inseguridad.
De otra parte, cabe señalar que en el ámbito de la Villa 21/24 existe, en
sus pasillos, una total falta de higiene, aguas estancadas, basura acumulada, y
condiciones infrahumanas de vivienda. Del mismo modo, entran volquetes con
motivo de la actividad cascotera, se levanta polvo y se producen afecciones
respiratorias. Esto no es ocasional, sino que sucede todos los días y todo el
día, además, a la noche también queman basura, cobre, etc. 14.
Las manzanas del barrio carecen de veredas, las calles no tienen
servicio eléctrico, el servicio de recolección de basura no ingresa a la Villa dado
que sólo hace el perímetro del barrio. Eso genera una gran acumulación de
basura en todo el asentamiento con el riesgo que ello implica para la salud y la
vida de la población que allí reside y los barrios linderos 15.
El perímetro de la Villa presenta algún atisbo de regularidad, con calles
en mal estado pero aunque sea demarcadas. Como es de notorio
conocimiento, los pasillos internos son intransitables, a pesar de lo cual los
menores diariamente deben realizar su recorrido. Sin embargo, tampoco es del
13
JCAyT 2, EXP 12.975/6, sent. del 4/9/2007
JCAyT 2, EXP 12.975/6, sent. del 28/12/2006
15
JCAyT 2, EXP 12.975/6, sent. del 4/9/2007
14
23
todo prudente recorrer el exterior de la Villa, en cuyas esquinas
perimetrales suelen asentarse diariamente innumerable cantidad de
residuos e incluso de autos en mal estado, o abandonados o provenientes del
delito, los cuales son incinerados con asombrosa regularidad.
Son comunes los basurales en la vía pública, el vertido de efluentes
domiciliaros a la cuenca del Riachuelo, aceras y pavimentos deteriorados,
inaccesibilidad debido a la disposición de distintas viviendas precarias, vertido
de líquidos cloacales a la vía pública. También se comprueba que las calles se
encuentran anegadas, con conexiones eléctricas irregulares e inseguras,
cloacas que desbordan, cúmulo de basura en pasillos y esquinas y zanjas
abiertas con aguas servidas16.
La situación descripta, asimismo, fue corroborada por la Alzada del
fuero, en tanto juzgó, de acuerdo a la realidad precedentemente verificada, que
dicho contexto de marginalidad y la exclusión social, implica condiciones de
pobreza estructural, que si se suma a la dinámica del uso de la pasta base de
cocaína en la mayoría de las esquinas del barrio, produce un cuadro de
situación que contradice las obligaciones dimanantes de los Pactos que tienen
jerarquía constitucional de acuerdo al art. 75, inc. 22 de la CN 17.
No cabe dudas que el desamparo que ha sufrido el barrio, sumado a la
falta de interés y desinversión infraestructural del GCBA, catapulta a sus
habitantes a vivir en un gueto destinado a la sobrevivencia más que al
desarrollo pleno y apto de sus propias capacidades humanas. La condición de
extrema marginación en que viven los vecinos no es, pues, discutible, y su
proyección sobre el acceso al derecho humano a la educación pública estatal y
gratuita, como se verá, no es fútil.
Las circunstancias relatadas distan de ser las ideales para el completo
desarrollo psico-social de los niños, e incluso, para todos los pobladores del
barrio, tal como se juzgó en las diversas actuaciones judiciales que, hasta la
actualidad, se encuentran en trámite. Pero lo cierto es que la realidad
comprometida en la presente demanda, esto es, la verdadera accesibilidad al
sistema educacional primario público, no se confunde ni se resume en aquél
triste escenario, sino que lamentablemente se nutre de él, y se incrementa y
desarrolla exponencialmente, tomando sus contornos y retroalimentado las
dificultades inherentes a este grupo desaventajado de la sociedad. Porque si
de accesibilidad se trata, con sus cuatro contenidos que desarrollaremos más
abajo, justamente lo que debe evaluarse es la dificultad a su ingreso, y
particularmente los peligros y obstáculos que el sistema contextualizado
16
17
JCAyT 2, EXP 12.975/6, sent. del 4/9/2007
CCAyT, Sala I, EXP 12.975/8, sent. del 26/5/2009
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presenta para darle adecuada cobertura o acogimiento, a los fines de brindar
una correcta satisfacción del derecho reclamado por el colectivo accionante.
Y dicha facilitación, componente intrínseco y básico del aseguramiento
constitucional (arts. 23 y 24 CCABA), no puede ni siquiera constituirse frente a
un estado de cosas que restringe, aminora y entorpece el goce efectivo del
derecho, frente a calles nauseabundas, indignas e intransitables, en un barrio
donde el transporte público de colectivos no satisface la demanda en horarios
pico, colectivos de línea que no entran al barrio, transporte escolar únicamente
rentado o lucrativo, población con pobreza crónica y creciente necesidades
básicas insatisfechas, y niños que deben concurrir a sus Escuelas (por
reubicación del GCBA frente a su previa actitud omisiva de asegurarles
vacantes en el radio de su hogar) a kilómetros de distancia de su vivienda.
II.3. EL EXPRESO RECONOCIMIENTO GUBERNAMENTAL DEL DÉFICIT
DE ACCESIBILIDAD EDUCACIONAL
II.3.1.- Es del caso hacer notar, porque otorga mayor peso aún a las
carencias denunciadas, que la falta de aseguramiento de una educación
completamente accesible para los vecinos más postergados de la Ciudad ha
sido reconocida por las autoridades gubernamentales con competencia
específica en la materia. Los múltiples informes recabados extrajudicialmente
en orden a las facultades conferidas a los magistrados del Ministerio Público de
la Defensa por el art. 20 de la Ley 1.903 (LOMP) dan cuenta de la situación
reseñada, los cuales, sin importar el destinatario o el organismo interviniente,
pueden resumirse en una única y contundente respuesta: El DE 5 no puede
garantizar la matricula a todos los niños y niñas en edad escolar primaria,
y por lo tanto es imprescindible construir, cuanto menos, dos nuevos
establecimientos educacionales en el ámbito de la Villa 21/24.
Así lo acredita la prueba documental agregada como Anexo II del
presente, y los oficios dirigidos a la Dirección de Educación Primaria del
Ministerio de Educación del GCBA (Liliana Caracciolo) del 3/12/2010 ingresado
25
bajo el Nº 1497861/DGAR/10, donde se requirió información acerca de:
a) la cantidad y ubicación de los establecimientos educativos estatales
dependientes del Ministerio de Educación local comprendidos en el Distrito
Escolar Nº 5, puntualmente, aquellos que se encuentren emplazados en el
ámbito de la Villa 21/24; así como también, el número de vacantes que, para el
nivel de educación primaria, se encuentran efectivamente previstas para el
próximo ciclo lectivo 2011 en aquéllos establecimientos. Del mismo modo se
requirió que informe sobre: b) el número de alumnos “excedentes” que, en el
ámbito de la Villa 21/24, fueron incorporados a la lista de espera por falta de
vacantes para la inscripción al ciclo lectivo de los años 2009 y 2010; como
también, c) el número de inscripciones de alumnos que, en razón de la falta de
vacantes en los establecimientos educativos existentes en el ámbito de la Villa
21/24, fueron reasignados a establecimientos educativos ubicados fuera de
dicho ámbito, sea en el mismo Distrito Escolar o en uno distinto, en el ciclo
lectivo de los años 2009 y 2010.
La respuesta fue, en algunos casos, falsa, en otros casos demasiado
ambigua y abarcativa, en otros lamentablemente cierta, y finalmente existe un
reconocimiento oficial del déficit de acceso educacional. Además, puntos de
especial relevancia (ej. a, 2ª parte, y c) jamás fueron contestados.
En el Informe Nº 1488663-DGEGE-D.E.5º-2010, del registro Nº
1337378-DGAR/2010, de fecha 3 de diciembre de 2010 –al cual luego se
remiten todas las áreas gubernamentales, como se verá–, el Supervisor de
Educación Primaria del DE 5 (Gustavo Eduardo Senn), la autoridad con
máxima versación del GCBA en lo que a la problemática geográfica se refiere
por la especial descentralización educativa que tiene el sistema distrital, refiere
que existirían 10 escuelas en el ámbito mencionado (punto 1.1.). Con ello se
pretende dar respuesta a la primer parte del primero de los tres puntos
solicitados en la requisitoria (supra, a), claro que con una respuesta
sumamente laxa y, por ello, inexacta, que no se adecua certeramente a la
realidad del Barrio.
En efecto, menciona como establecimientos teóricamente disponibles un
listado que consigna a las Escuelas Nº 8, 9, 10, 11, 12, 16, 20, 24, 25 y 27. Y
en este aspecto no puede perderse de vista dos circunstancias, igualmente
trascendentes. En primer término, cotejadas minuciosamente todas esas
Escuelas, no se las puede agrupar con un igual grado de disponibilidad, por
cuanto presentan modalidades y caracteres diferenciadores, y la mayoría ni
siquiera se encuentra dentro de la premisa por la cual se requería información,
esto es, la cercanía a la Villa. Ello no porque un establecimiento que quede a
doce cuadras de la vivienda de un niño sea absolutamente inaccesible, sino
26
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porque también cabe considerar que a doce cuadras también viven otros niños,
con prioridades y antelación en las preferencias de selección y asignación de
matrícula (véase art. 23, inc. 2 y 28, diversos incisos, del “Reglamento del
Sistema Educativo de Gestión Pública dependiente del Ministerio de Educación
del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, Res. 4.776-MEGC/06,
BOCABA Nº 2624, del 12/2/07, el Reglamento). Por lo tanto, no se trata
simplemente de agrupar geográficamente por cuadras los establecimientos,
porque la accesibilidad comporta un concepto mucho más abarcador.
En segundo lugar, de nada sirve una información parcial o incompleta,
porque así como vimos más arriba que no puede mensurarse adecuadamente
la matrícula disponible para el nivel primario por la generalidad y el análisis
macro de los índices estadísticos publicados por el GCBA, tampoco puede
concatenarse adecuadamente el conflicto ventilado en autos si no se discrimina
de las Escuelas cercanas a la Villa, aquéllas realmente accesibles de cara a las
concretas vivencias experimentadas y realidades comprobadas por el colectivo
actor, junto con los datos referentes a las vacantes efectivamente previstas
para el presente ciclo, los alumnos que resultaron “excedentes” en años
anteriores, y los que fueron reasignados para otros establecimientos o incluso
otros Distritos (art. 28, inc. 6, Reglamento). Pero esta última información
(puntos a, 2ª parte y c) nunca fue provista por la demandada, lo que traduce
una falta de transparencia, la imposibilidad de conocer con exactitud la
demanda insatisfecha, la ausencia de toda información con relación a las
vacantes necesarias para absorber la demanda excedente, la renuencia a
comunicar las reubicaciones o traslados en lugares alejados de la Ciudad o
incluso en otros Distritos, el contenido de las listas de espera, todo lo cual
genera la imposibilidad de conocer con certeza la intención o el esfuerzo que
realiza el GCBA para resolver este complejo problema, como la sustracción del
debate público de toda posible discusión sobre el asunto, con mengua de
arraigados principios que se vinculan con la publicidad de los actos oficiales y
el sistema republicano y participativo de gobierno enfáticamente consagrado
por la Constitución local (art. 1 CCABA).
27
Sin perjuicio de no poder conformar un análisis de conjunto sin
estos últimos datos, cabe resaltar las siguientes circunstancias con
relación a los establecimientos indicados por la oficiada:
1) la Escuela Nº 8 es una escuela primaria de jornada simple, situada en
las calles Amancio Alcorta y Brandsen, que queda a veintiún (21)
cuadras de la Escuela Nº 12 (Av. Iriarte y Montesquieu), que se va a
tomar como el núcleo central del Barrio a los efectos de realizar una
mirada equidistante y unificada;
2) la Escuela Nº 9 constituye un establecimiento de jornada simple,
ubicada en Luzuriaga y Santo Domingo, a doce (12) cuadras de
distancia. Del mismo modo, queda a cuatro (4) cuadras de distancia de
la Villa 26, que atrae gran parte de la demanda;
3) la Escuela Nº 10 es de jornada completa, con servicio de comedor
escolar en entre turno, y queda dentro de la Villa, en su extremo noreste,
en las calles Iguazú e Iriarte, lindando con la Villa Zabaleta, de donde
absorbe gran cantidad de niños y niñas;
4) la Escuela Nº 11 ofrece jornada simple, y está ubicada en Lafayette y
Luján, a siete (7) cuadras de distancia, también en las cercanías de la
Villa 26;
5) la Escuela Nº 12, de jornada simple, queda a media cuadra hacia el sur
de la intersección entre las calles Iriarte y Montesquieu, donde también
funciona un jardín de infantes, y por tanto se vive un puro ambiente
escolar por la cantidad de padres, madres y niños que la frecuentan;
6) La Escuela Nº 16 es de jornada completa, y queda ubicada en Amancio
Alcorta y Servet, a once (11) cuadras del punto central;
7) La Escuela Nº 20 es un establecimiento de modalidad educativa común
que ofrece jornada completa, y se encuentra en Río Cuarto y San
Antonio, a doce (12) cuadras de distancia;
8) La Escuela Nº 24, de jornada simple, se ubica en Lynch y Diógenes
Taborda, a dieciséis (16) cuadras de trayecto;
9) La Escuela Nº 25, provee jornada completa, y se encuentra ubicada en
el club Huracán, en Amancio Alcorta y Colonia. Se halla situada a once
(11) cuadras de distancia;
10) La Escuela Nº 26 es de jornada completa, se encuentra situada en
Manuel García y Chutro, detrás del Hospital Muñiz, a catorce (14)
cuadras de distancia.
Como podrá comprender el señor Juez con la breve referencia
geográfica precedentemente descripta, la gran mayoría de las Escuelas
apuntadas no se encuentran técnicamente dentro del ámbito de la Villa 21/24,
por lo menos, dentro de un ámbito que garantice el desarrollo integral del niño
28
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atendiendo especialmente a su derecho de acceder a un establecimiento
educativo cercano a su residencia (art. 15, ley 26.061), porque si bien el
término cercanía remite a un concepto jurídico indeterminado 18 o de abundante
flexibilidad, lo cierto es que dentro de la jurisdicción educativa de la Ciudad de
Buenos Aires la distancia de más de diez (10) cuadras ya puede considerarse
fuera de la noción de proximidad y abre el camino a la lejanía, por lo menos a
los efectos de las prioridades establecidas reglamentariamente (art. 23, inc. 2,
Reglamento) que suponen una asunción por parte del legislador de un
contenido objetivo para descargar la subjetividad insita en una palabra de
naturaleza abierta o con grandes proporciones de incertidumbre e
indeterminación19.
La información precedente se ve corroborada, del mismo modo, por la
respuesta al oficio dirigido a la Subsecretaría de Inclusión Escolar y
Coordinación Pedagógica del Ministerio de Educación (Ana María Ravaglia),
del 4/11/2010, ingresado por registro nº 1336267/2010, cuyo informe Nº
1.341.342/DGPLED/2010 da cuenta de la existencia de los establecimientos
educativos Nº 10, 11, 12 y 16 en la zona de influencia inmediata de la Villa
21/24. Las Escuelas Nº 7, 9 y 6, también resaltadas en negrita en dicho listado,
corresponde excluirlas por tratarse de educación inicial (45 días a 5 años) en
los dos primeros casos, y educación media en el último.
Del análisis del conjunto de los informes reseñados con anterioridad,
surge claro que se ve confirmada la afirmación de los habitantes del barrio
reclamante, en cuanto a la existencia y concreta disponibilidad (más allá de la
18
GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo, “La lucha contra las inmunidades del poder en el derecho
administrativo (poderes discrecionales, poderes de gobierno, poderes normativos)”, Madrid,
1962, Revista de Administración Pública (RAP), nº 38, ps. 159-205, esp. 171-176; NIETO,
Alejandro, “Reducción jurisdiccional en materia disciplinaria”, Madrid, 1964, Revista de
Administración Pública (RAP), nº 44, ps. 147-162, esp. 153-156; una óptica diversa –si no se
admite la calificación de indirectamente determinados– en GONZÁLEZ, Manuel Martín, “El grado
de determinación legal de los conceptos jurídicos”, Madrid, 1967, Revista de Administración
Pública (RAP), nº 54, ps. 197-292, passim, FORSTHOFF, Ernst, Tratado de derecho administrativo,
Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1958, ps. 123-136; etc.
19
CARRIÓ, Genaro R., Notas sobre derecho y lenguaje, 5ª ed., Buenos Aires, Abeledo-Perrot,
2006, ps. 27-36, 55-56; COPI, Irving M., Introducción a la lógica, Buenos Aires, Eudeba, 4ª
reimp., 2009, ps. 156-160
29
ausencia de vacantes para la mayoría absoluta de los vecinos) de sólo
tres (3) escuelas en el ámbito geográfico discutido. Sin perjuicio de la
potencial oferta que provea la Escuela común primaria estatal Nº 16 (supra, ap.
6), al oeste de la Villa, lo cierto es que para la realidad social de los vecinos las
ofertas disponibles se resumen a esos tres (3), o cuanto mucho cuatro (4)
establecimientos educacionales, lo que, contrastado con la cantidad de
pobladores que resulta de las estadísticas relatadas más arriba, claramente se
transforma en un déficit de accesibilidad educacional que no comulga con las
pautas de obligatorio seguimiento para el GCBA impuestas por el
aseguramiento del derecho a la educación primaria dimanante de los Pactos
internacionales y, particularizadamente, de los arts. 23 y 24 de la CCABA.
II.3.2.- Otro dato que corrobora el incumplimiento del derecho ventilado
en autos, por insuficiencia y en consecuencia por omisión estatal, y que
tampoco podrá ser soslayado por el señor juez, es lo expresamente
consignado sobre el número de vacantes que se abrirán para el Área en
cuestión respecto del ciclo lectivo 2011. Si bien surgen informaciones
contradictorias, en principio el número estimativo de vacantes, reconocido el
propio Supervisor de Educación Primaria del DE 5, se cuantifica en trescientos
ochenta y dos (382), de conformidad con el informe mencionado, punto 1.3
(idéntico punto del informe anexo a los Oficios Nos 2132/10, fo. 6; 460/10, fo. 4;
461/10, fo. 3; 537/10, fos. 5 a 7; 539/10, fo. 3). Nuevamente, no son necesarios
complejos logaritmos para descifrar que, frente a la población de la Villa, dicho
número de vacantes (condicionado sin lugar a dudas por la insuficiente
infraestructura educativa, lato sensu, es decir, edificios, establecimientos y
unidades educativas20), no alcanza mínimamente para satisfacer la demanda
de educación primaria estatal, y por lo tanto, reenvía a los niños y niñas,
obligadamente, a otros establecimientos alejados de dicho radio urbano, ya sea
en otros distritos u otras provincias, porque la educación privada no es
accesible de acuerdo a la compleja y sistémica situación socio-económica de
las familias accionantes.
Cuarenta y cinco mil habitantes, tres escuelas y trescientos ochenta
vacantes trasluce una pendiente decreciente que no resiste ninguna operación
aritmética seria que respete una notación con valor numérico posicional. Y
trasladado al ámbito de los derechos sociales, enrostra una clara y contundente
vulneración de derechos principalísimos del colectivo representado por los
actores, padres y niños, que puede ser revertida sin mayores hesitaciones a
una conducta insatisfactoria, y por ello ilegítima, de la autoridad gubernamental
20
Véase el trabajo “Panorama Educativo 2009-2010”, glosario en p. 35, disponible en el sitio
web del GCBA, Ministerio de Educación, Investigaciones y Estadísticas, Novedades,
http://estatico.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/dirinv/pdf/panorama10.pdf
30
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en su deber de asegurar y financiar la educación pública estatal, laica y gratuita
en todos los niveles, con particular atingencia al nivel primario y a la Villa 21/24.
Pese a lo expresamente consignado en esos 5 oficios, en una nueva
intervención la autoridad gubernamental se rectifica, y contesta que esa
Supervisión posee información global respecto del Ciclo Lectivo 2010, y que “la
misma da cuenta que el número de alumnos excedentes incorporados a la lista
de espera ascendía a 340” (Oficio DGA 538/10, Informe Nº 032-DGEGE-DE-5º2011, del 28/3/2011). Si bien esto resulta un poco más creíble en el contexto
del Barrio (340-380 es una cantidad algo más verosímil en su vinculación con
los alumnos “excedentes” en lista de espera –requisitoria, supra, pto. b– que
con las vacantes previstas para el ciclo –supra, pto. a, segunda parte–, que
resultaría escandaloso), no deja de ser insuficiente a los fines de evaluar el
cumplimiento del Estado local en lo que respecta a su deber de política
educativa, por cuanto a los efectos de computabilizar las vacantes
efectivamente previstas, sigue deslizando generalidades que no permiten
evaluar las verdaderas necesidades de la Villa 21/24.
En efecto, se sigue tomando en consideración, para alcanzar el número
de vacantes que informa (9.000), a todo el Distrito Escolar Nº 5 (que además
de incluir a la Villa 21-24, abarca otros sectores diferentes de Barracas e
inclusive otros Barrios de la misma Comuna), a un número de establecimientos
(24) que no es el real en los términos que fue desarrollado anteriormente, es
decir, verdaderamente accesible contemplando especialmente el derecho a un
establecimiento educativo cercano a la residencia. En conclusión, los datos
aportados, como ocurre usualmente tanto en el ámbito internacional (véanse
informes, opiniones, foros, conferencias y marcos de acción analizados y
citados ut infra, en el cap. III, sus subapartados y notas al pie) como también en
la esfera local, adolecen de una falta de información desagregada que no solo
impide transparentar la información pública relevante, sino que tampoco
permite cotejar y evaluar el verdadero cumplimiento del Gobierno de los
mandatos impuestos por los Pactos de jerarquía constitucional, las
constituciones y las leyes dictadas en su consecuencia. Mientras el GCBA
afirma que provee nueve mil (9.000) vacantes, de manera global y sin
31
desfragmentar (información genérica o de base total, cuyos efectos
perniciosos para evaluar la educación como un derecho, a más de lo
que se dirá en lo sucesivo con relación a los indicadores del derecho a la
educación, ya ha sido expuesta anteriormente, v. cap. II.1 in fine, y nota 12), los
chicos del Barrio siguen con obstáculos para aprender, debiendo caminar
infinitas cuadras para escolarizarse, pagar transporte privado retrayendo otras
necesidades básicas de comida o salud, o lanzarse a la suerte en transporte de
colectivos, con las serias y complejas afectaciones, no ya para la
escolarización, sino para la concreta permanencia y asistencia anual en el
ámbito educativo que tal curso de acción supone.
En definitiva, y cualquiera sea la óptica en que se considere los
contradictorios informes de la autoridad administrativa, ni 382 vacantes son
suficientes para más de 45.000 habitantes, ni 9.000 vacantes para todo el
Distrito (y todos los Barrios allí incluidos) responde satisfactoriamente las
necesidades básicas educativas de los concretos niños ubicados en la Villa
21/2421.
II.3.3.- En razón de lo que surge de los puntos anteriores (escasas
escuelas y escasas vacantes), el Supervisor informante no deja lugar a dudas
en cuanto a que, en la actualidad, las Políticas Especiales que el título segundo
de la CCABA encarga a esa administración, y en particular en su capítulo
tercero, no satisfacen el fin para el cual fueron establecidas, y en
consecuencia, los derechos, declaraciones y garantías reconocidos se
encuentran en peligro actual y continuado, por cuanto la sustancia del derecho
en juego se halla gravemente restringida o lesionada en su operatividad
concreta.
Así, y dada las carencias acreditadas, entiende la autoridad con
competencia específica que “en vistas a lo descripto, esta Supervisión sugiere
respetuosamente que se contemple, con la urgencia que impone la necesidad,
la factibilidad de construcción de dos nuevos edificios escolares en el ámbito
del D.E. Nº 5 de siete secciones cada una y con la modalidad de jornada
completa” (punto 1.4 del Informe en cita).
21
Por ello, como veremos seguidamente, es imprescindible seguir la advertencia de considerar
a la educación como un derecho y no cómo cálculos aritméticos, por cuanto éstos siempre
esconden algo. De manera contraria podemos continuar hasta el límite de la parodia, diciendo
que la Ciudad de Buenos Aires otorga 143.263 vacantes para el nivel primario común de
gestión estatal, lo cual, no por ser rigurosamente cierto (v. “Informes temáticos de la Dirección
de Investigaciones y Estadísticas del MEGC. Matrícula, Unidades Educativas y Secciones
(serie histórica)”, cit.) deja de resultar intrascendente para contrarrestar la vulneración de los
derechos de los niños del Barrio Villa 21/24, mucho más reducidos que esa cifra, sin dudas,
pero que no tienen garantizada ni la asequibilidad de establecimientos (por falta de ellos en su
ámbito) ni la gratuidad de la educación (por los costos directos, indirectos y derivados de la
misma)
32
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Este es otro reconocimiento que parte de la compleja realidad relatada
en puntos anteriores, una respuesta lamentablemente cierta, como se expuso
más arriba (II.3.1.), y a revertirla en su grado máximo tiende esta acción de
amparo, sin perjuicio de perseguir en forma paralela y previa las medidas
concretas y urgentes que tiendan a apaciguarla, como puede ser el sistema
libre y público de traslado escolar a escuelas lejanas, a las cuales, valga
reiterarlo, son obligados a concurrir los menores por falta de vacantes.
II.3.4.- Es del caso hacer notar, finalmente, y como también fue
anticipado, que los incumplimientos constitucionales referidos en puntos
inmediatos precedentes, no se tratan de un desliz ni de una respuesta
impremeditada de parte de un órgano jerárquico inferior de los cuadros de la
Administración, que no representa la voluntad del gobierno autónomo. Muy por
el contrario, los datos y hechos relevantes constituyen el propio reconocimiento
y la posición del Ministerio de Educación local, y todos los organismos con
competencia en la materia debatida, como lo demuestran los Oficios Nº
2132/10 (4/11/2010), 459/10 (4/11/2010), 460/10 (4/11/2010), 461/10
(4/11/2010), 537/10 (3/12/2010), 538/10 (3/12/2010) y 539/10 (3/12/2010).
Ellos han sido dirigidos, respectivamente, al Ministro de Educación, Lic.
Esteban Bullrich; a la Subsecretaria de Inclusión Escolar y Coordinación
Pedagógica de dicho Ministerio, Ana María Ravaglia; al Director General de
Educación de Gestión Estatal del referido Ministerio, Roberto Angrisani; a la
Directora de Educación Primaria de tal Ministerio, Liliana Caracciolo; reiterando
y ampliando a la Subsecretaria de Inclusión Escolar y Coordinación
Pedagógica de dicho Ministerio, Prof. Ana María Ravaglia; reiterando y
ampliando al Director General de Educación de Gestión Estatal de tal
Ministerio, Roberto Angrisani; reiterando y ampliando a la Directora de
Educación Primaria de ese Ministerio, Liliana Caracciolo.
Cabe mencionar que todos esos oficios, y las respuestas pertinentes
luego de diversos pases internos, se remiten y hacen parte integrante de la
contestación al Informe de la Dirección General de Educación de Gestión
Estatal, en el área específica del Supervisor de Educación Primaria del DE 5,
33
analizado en el previo ap. II.3.1. Lo único que se modifica, desde la
máxima autoridad (Ministro) hasta el último de los órganos, es la
numeración del encabezado (Nº 1.488.370, 1.488.582, 1.488.663,
sucesivamente).
Con lo cual, no cabe más que concluir que todas las órbitas
competenciales encargadas de resguardar, facilitar y financiar la educación
pública primaria del GCBA reconocen expresamente que: 1) las Escuelas
disponibles para las más de cuarenta y cinco mil (45.000) personas habitantes
en la Villa 21/24, no son más de tres o cuatro –particularmente, y como es
reconocido por los vecinos, las Escuelas Nº 10, 11 y 12– (punto II.3.1); 2) que
para el presente ciclo lectivo han ofertado para dicha capacidad poblacional la
cantidad ínfima de trescientos ochenta y dos (382) vacantes, o en su caso han
evadido el tema contestando la capacidad de todo el DE5, dejando huérfana de
respuesta la problemática concreta de la Villa 21/24, conducta insatisfactoria e
ilegítima que no consulta ni en su faz mínima las Políticas Especiales para los
sectores desprotegidos del sur de la Ciudad, y violenta arteramente los
derechos del colectivo conformado por padres y niños en edad escolar de la
Villa 21/24 (punto II.3.2); 3) que el propio Supervisor del Distrito, imbuido en el
tema, entiende que una satisfacción mínima del derecho reclamado en autos
impone, cuanto menos, la construcción de dos nuevas Escuelas, de siete
secciones cada una, y con la modalidad de jornada completa (punto II.3.3); y 4)
que dichas circunstancias son reconocidas por la totalidad de los organismos
con responsabilidad ejecutiva en la dirección de la educación pública local
(punto II.3.4).
El reconocimiento del déficit, pues, es expreso, y sumado a la situación
particular de los niños y niñas en el contexto específico del barrio Villa 21/24, y
la realidad educativa allí abarcada, no hace más que terminar de perfilar la
conducta omisiva antijurídica y arbitraria cuestionada en autos, que impone sin
dubitaciones las acciones positivas que se requieren en su virtud.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA ACCIÓN.
ASPECTOS COMUNES A AMBAS PRETENSIONES
En tanto las pretensiones que se incluyen en esta demanda encuentran
puntos de coincidencia en un fondo común que las sustenta jurídicamente
desde la cúspide de nuestro ordenamiento, por razones de mejor orden
expositivo y a fin de no incurrir en repeticiones innecesarias, se expondrán a
continuación los aspectos básicos y generales en que ambas confluyen, para
luego, en capítulos sucesivos brindar los fundamentos que las avalan.
34
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III.1 EL BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD AFECTADO. FUENTES
NACIONALES
E
INTERNACIONALES
DE
LOS
DERECHOS
INVOLUCRADOS EN LA CAUSA
III.1.1.- El derecho a la educación, o el derecho de aprender mentado en
el artículo 14 de la Constitución Nacional y en los artículos 23 y 24 de la
Constitución de la CABA, no pertenece solamente al orden de las relaciones
privadas, sino también al orden de las relaciones públicas (intereses comunes
de la sociedad), siguiendo las ideas de José Manuel de Estrada (“Curso de
Derecho Constitucional”, t.I, p. 275 y sgtes.), que resultan confirmadas, en lo
que a este aspecto se refiere, por la más reciente interpretación del concepto
de educación basado en los derechos, en el entendimiento que constituye tanto
un derecho humano cuanto un bien público, porque su valor aumenta cuando
es compartida y no es posible evitar que se difunda 22. La educación, en este
sentido, tiene naturaleza de bien común y la enseñanza escolar, condición de
servicio público23.
La educación, desde luego, implica bastante más que concurrir a un aula
para presenciar determinadas clases allí impartidas. Es por ello que desde los
orígenes del constitucionalismo nacional se la ha caratulado, sin distinción de
géneros ni de niveles, como un axioma político y un principio fundamental en
cuya existencia se basa la libertad. De allí que proyecta un doble nivel de
valoración social al transformarse tanto en un derecho de los hombres como en
una alta misión de los Estados. Se ha considerado, sobre esa base, que no
22
Comisión de Derechos Humanos, 56º período de sesiones, Informe provisional de la Relatora
Especial sobre el derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2000/6, párrs. 40 y 66; en similar
sentido se ha dicho que “Definir a la educación como un bien público, como un servicio público
gratuito, es un desafío clave para los derechos humanos”: TOMASEVSKI, “Indicadores…”, op. cit.,
RevistaIIDH 40, p. 365
23
Comisión de Derechos Humanos, 57º período de sesiones, Informe anual de la Relatora
Especial sobre el derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2001/52, párr. 5; Comisión de
Derechos Humanos, 58º período de sesiones, Informe anual de la Relatora Especial sobre el
derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2002/60, párrs. 20, 31; Comisión de Derechos
Humanos, 59º período de sesiones, Informe de la Relatora Especial sobre el derecho a la
educación, U.N. Doc. E/CN.4/2003/9, párr. 20
35
solamente es un derecho el enseñar, sino que también es un derecho
exigir esa enseñanza por parte de la sociedad y del Estado. Los tres
artículos de la Constitución histórica que la mencionaban (14, 20 y 25) no sólo
mostraban una gran diferencia con la Constitución estadounidense, en cuyo
texto nada se estableció sobre la instrucción pública, sino que resaltaban la alta
valía que el poder constituyente le otorgó a este pluri-derecho, con tanta fuerza
que la elevó en su art. 5º nada menos que al rango de una expresa condición a
fin de proteger a las Provincias en su capacidad política 24.
Los derechos de aprender y enseñar, bien se ha dicho que constituyen
dos derechos correlativos aunque diferentes, aunque siempre cabe considerar
los problemas de la enseñanza teniendo en cuenta que el derecho de aprender
es el fin, y el derecho de enseñar es el medio que le está subordinado.
Asignando prelación, como es de rigor, al primero, cabe conceptuar su
naturaleza en los elementos que lo singularizan como la consagración del
derecho que tiene el niño de recibir el necesario alimento espiritual, en
correlato con el derecho a la personalidad en su pleno desarrollo por medio de
la educación, la adquisición de todos los conocimientos científicos que
corresponden a la particular época en que se vive, así como el desarrollo de las
aptitudes vocacionales para lograr de cada individuo el máximo de rendimiento
posible en beneficio de la sociedad25.
No puede desconocerse, tampoco, que además de la interdependencia
con otros derechos humanos trascendentales, la educación tiene una
importancia superlativa en la elección, formulación y ejercicio del propio plan de
vida. En lo que a la educación primaria respecta, se engarza como una
necesaria precondición de los niños para el desarrollo de las capacidades de
elegir una concepción de la buena vida y para emplear las libertades políticas
de una ciudadanía democrática, pues la dimensión de la autonomía personal
se encuentra asociada con la elección de planes de vida y tiene prioridad, en
cuanto a la distribución de recursos, sobre la materialización de tales planes de
vida. Por ello en la asignación de recursos escasos debe darse prioridad a la
enseñanza elemental sobre la superior, ya que está dirigida a la formación más
que al ejercicio de la autonomía personal, en una sociedad comprometida con
el valor de la autonomía ecuánimemente distribuida 26.
Corresponde resaltar que no fue recién con la creación y afianzamiento
del derecho internacional de los derechos humanos (aunque su formulación le
24
GONZÁLEZ, Joaquín V., Manual de la Constitución argentina, 7ª ed., Buenos Aires, Ángel
Estrada, s/f, § 162 a 168, ps. 160/164
25
SÁNCHEZ VIAMONTE, Carlos, Manual de derecho constitucional, Buenos Aires, Kapelusz, 1958,
ps. 156/157
26
NINO, Carlos S., Fundamentos de derecho constitucional, 3ª reimp., Buenos Aires, Astrea,
2005, ps. 293, 296/297
36
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dio una entidad al día de hoy inexpugnable) que se perfiló la idea de que el
Estado puede obligar a aprender justamente porque tiene el deber de
suministrar la enseñanza. Largo tiempo antes ya existía en el ámbito nacional
el germen del concepto que prescribe que si todo derecho existe
correlativamente a una obligación o deber, el niño sólo tiene el derecho de
aprender porque el Estado tiene la obligación o el deber de enseñarle 27, por lo
que la enseñanza, a la par de derecho individual, es insustituiblemente una
función propia, esencial e indelegable del Estado.
III.1.2.- El derecho a la educación, en sus facetas de enseñar y sobre
todo de aprender, encuentra un amplio acervo normativo que lo protege, tutela,
y que propende a su cumplimiento, si es necesario mediante salvaguardas que
garanticen su efectivo disfrute.
En el ámbito local, el segundo párrafo del art. 23 CCABA prescribe que
“[La Ciudad] asegura la igualdad de oportunidades y posibilidades para el
acceso… [al] sistema educativo”, en tanto que su tercer párrafo obliga al
desarrollo de “políticas sociales complementarias que posibiliten el efectivo
ejercicio de aquéllos derechos”.
Por su parte, el art. 24 de la misma Carta establece que “La Ciudad
asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación
pública estatal, laica y gratuita en todos los niveles y modalidades”, a la par que
“organiza un sistema de educación… [que] asegure la participación de la
comunidad” (2º párr.) y especialmente “fomenta la vinculación de la educación
con el sistema productivo, capacitando para la inserción y reinserción laboral…”
(5º párr.).
Asimismo, nuestra Constitución Nacional consagra el derecho de todos
los habitantes de “enseñar y aprender” en su art. 14, disposición que se ve
fortalecida o explicitada en sus contornos a través de la igualdad que proclama
el art. 16, en tanto si todos los ciudadanos son iguales ante la ley, no puede
concebirse que el goce de un derecho establecido constitucionalmente sea
27
SÁNCHEZ VIAMONTE, Carlos, op. cit., p. 157; cfr., respecto del sujeto pasivo, BIDART CAMPOS,
Germán J., Manual de la Constitución reformada, T. II, Buenos Aires, Ediar, 2000, ps. 40, 44
37
ejercido de manera diferencial por categorías de personas que
supongan una discriminación prohibida. Ya señalamos las disposiciones
históricas que se refieren a este derecho (arts. 20 y 25) y la estimación que
surge del propio art. 5, cuando menciona explícitamente a la educación
primaria, complementadas a su vez por la preferente tutela constitucional del
ámbito de autonomía personal que establece el art. 19 CN, en cuyo vértice se
ubica sin dudas la posibilidad de ejercicio concreto de la educación elemental.
El texto viviente de la Constitución, luego de la reforma operada en el
año 1994, aporta un punto férreo para la defensa y confirmación de este
derecho, cuando introduce como obligación del Congreso nacional el proveer lo
conducente a la prosperidad del país, al adelanto y al bienestar de todas las
provincias, y al progreso de la ilustración, dictando planes de instrucción
general y universitaria (art. 75, inc. 18, CN), a la vez que le encarga la sanción
de “leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad
nacional respetando las particularidades provinciales y locales; que aseguren
la responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la familia y la
sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igualdad de
oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los
principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal” (art. 75, inc.
19, CN).
Otra disposición que no puede pasar inadvertida por su vinculación con
el ejercicio concreto de los derechos, y en particular con la educación, es el
inciso 23 del mismo art. 75, en cuanto cuando proclama la necesidad de
“medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y
de trato, y el pleno goce y ejercicios de los derechos reconocidos por esta
Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos
humanos”.
Por su parte, el art. 75, inc. 22 de la Constitución eleva al rango superior
a las leyes y le otorga jerarquía constitucional, “en las condiciones de su
vigencia”, es decir, conforme su interpretación por los tribunales internacionales
y los órganos de protección de los pactos, a diez instrumentos internacionales,
de los cuales seis tratan expresa y explícitamente el derecho a la educación y
su protección y defensa, dos lo hacen solamente desde la faz de libertad de
elección de los padres en la educación de los hijos, y los restantes dos no lo
regulan por relacionarse con otras temáticas (genocidio y tortura). Estas
convenciones no sólo son complementarias de los derechos y garantías
reconocidos en la parte dogmática de la Constitución, sino que también deben
entenderse y leerse armónicamente con las diversas recomendaciones e
informes emitidos por los órganos específicos creados por los tratados de
38
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derechos humanos, en especial los informes interpretativos de las Naciones
Unidas, de la cual nuestro país forma parte hace casi sesenta años.
III.1.3.- Como parte de ese acervo internacional, la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (DADyDH 28) establece
como derecho esencial del hombre y atributo de la persona humana el derecho
a la educación. Por su art. XII dispone que “toda persona tiene derecho a la
educación” destinado a lograr un “mejoramiento del nivel de vida”. No
desatiende que “el derecho de educación comprende el de igualdad de
oportunidades en todos los casos” y que “toda persona tiene derecho a recibir
gratuitamente la educación primaria, al menos”. Paralelamente, establece que
toda persona tiene el deber de adquirir a lo menos la instrucción primaria, así
como toda persona (incluidos los padres de los niños desaventajados) tiene el
deber de trabajar, para su beneficio y el de la comunidad (arts. XXXI y XXXVII).
La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH 29) dispone que
toda persona tiene los derechos y libertades allí proclamados “sin distinción
alguna”, en particular, ni de “posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición”, pues “todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho
a igual protección de la ley” (arts. 2º y 7º). Además, “toda persona tiene
derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo
concerniente a la instrucción elemental y fundamental”. La instrucción
elemental, además de ser obligatoria, tiene por objeto “el pleno desarrollo de la
personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos
y a las libertades fundamentales” (art. 26, incs. 1 y 2). El derecho así
garantizado se vincula también con la garantía de que se establezca un orden
social en el que los derechos y libertades proclamados en la mencionada
Declaración se hagan plenamente efectivos (art. 28).
28
Aprobada en la Novena Conferencia Internacional Americana, Bogotá, Colombia, 1948
Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 217 A (III), de
10 de diciembre de 1948, en París
29
39
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP 30)
aclara que los Estados tienen impuesta la obligación de promover
el respeto universal y efectivo de los derechos y libertades humanos, en cuya
virtud “todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de […]
origen nacional o social, posición económica o nacimiento, a las medidas de
protección que su condición de menor requiere, tanto por parte de su familia
como de la sociedad y del Estado”, recordando que todas las personas son
iguales ante la ley y “tienen el derecho sin discriminación a igual protección de
la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a
todas las personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación
por motivos […] origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición social” (arts. 24, inc. 1, 26 y 28).
De su lado, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (PIDESC31) recalca que cada uno de los Estados Partes se
compromete a adoptar medidas hasta el máximo de los recursos de que
disponga para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos allí
reconocidos, a la par que se obligan a garantizar el ejercicio de los derechos
sin distinción en razón del origen social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición social (art. 2, incs. 1 y 2). En el mismo sentido,
reconocen que “se deben adoptar medidas especiales de protección y
asistencia a favor de todos los niños y adolescentes, sin discriminación” (art.
10, inc. 3).
Contiene este instrumento jurídico una de las pautas más generosas y
abarcadoras del derecho universal de los derechos humanos en lo que a la
educación se refiere, por cuanto establece mediante su art. 13 que “los
Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a
la educación”, cuyo norte esta orientado hacia el “pleno desarrollo de la
personalidad humana” y su “dignidad”, para que puedan “participar
efectivamente en una sociedad libre” (inc. 1). Con el objeto de lograr
plenamente el ejercicio del derecho reconocido, prescribe la gratuidad del
derecho en los siguientes términos: “la enseñanza primaria debe ser obligatoria
y asequible a todos gratuitamente”, mientras que la secundaria debe ser
generalizada y hacerse accesible a todos (inc. 2, ap. a y b).
El Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
30
Adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución 2200
(XXI), de 16 de diciembre de 1966, entrada en vigor el 23 de marzo de 1976
31
Adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución 2200A
(XXI), de 16 de diciembre de 1966 y entrada en vigor el 3 de enero de 1976
40
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(Protocolo de San Salvador”32), haciendose cargo de la estrecha relación que
existe entre la vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales y la
de los derechos civiles y políticos, por cuanto las diferentes categorías de
derechos constituyen un todo indisoluble que encuentra su base en el
reconocimiento de la dignidad de la persona humana, ratifica la necesidad de
existencia de condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos
económicos, sociales y culturales. En este aspecto los Estados se
comprometen a adoptar las medidas, legislativas o de otro carácter, hasta el
máximo de los recursos disponibles para la plena efectividad de los derechos
(arts. 1 y 2) y se comprometen a garantizar su ejercicio “sin discriminación
alguna” fundada en el “origen […] social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición social” (art. 3).
Particularmente garantiza que “toda persona tiene derecho a la
educación” que deberá orientarse hacia el “pleno desarrollo de la personalidad
humana y del sentido de su dignidad” (art. 13, incs. 1 y 2) y reconoce, con el
objeto de lograr el “pleno ejercicio del derecho a la educación”, que “la
enseñanza primara debe ser obligatoria y asequible a todos gratuitamente” (inc.
3, ap. a), gratuidad que es corroborada por las medidas de protección
establecidas para sus principales destinatarios, al establecer que “todo niño
sea cual fuere su filiación tiene derecho a las medidas de protección que su
condición de menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y del
Estado”, y “tiene derecho a la educación gratuita y obligatoria, al menos en su
fase elemental, y a continuar su formación en niveles más elevados del
sistema educativo” (art. 16).
Pautas similares de protección contienen la Convención Internacional
sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial
(CETFDR33) en su art. 5, inciso e), ap. v), y la Convención Internacional sobre
la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer
32
Adoptado en San Salvador, El Salvador, el 17 de noviembre de 1988 en el decimoctavo
período ordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA, entrada en vigor el 16 de
noviembre de 1999
33
Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 2106 A (XX), de
21 de diciembre de 1965, entrada en vigor el 4 de enero de 1969
41
(CETFDM34) en su art. 10, y la más moderna Convención sobre los
Derechos del Niño (CDN35) que, además de rechazar toda
discriminación por razones de posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición, enfatiza que la familia, como grupo fundamental de la sociedad y
medio natural para el crecimiento y bienestar de todos sus miembros, y en
particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias,
porque en todos los países del mundo hay niños que viven en condiciones
excepcionalmente difíciles y esos niños necesitan especial consideración.
Dispone este último instrumento que los “Estados Partes reconocen el
derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer
progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho,
deberán en particular: a) implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita
para todos […] e) adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las
escuelas y reducir las tasas de deserción escolar” (art. 28).
La Convención relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la
Esfera de la Enseñanza36 prevé la enseñanza primaria gratuita y obligatoria, el
desarrollo y aplicación de una política nacional encaminada a promover la
igualdad de posibilidades y de trato, y la proscripción de la discriminación en el
acceso a la educación o en la calidad de ésta.
III.1.4.- En el plano infraconstitucional, la ley de protección integral de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes Nº 26.061 garantiza el ejercicio y
disfrute pleno, efectivo y permanente de los derechos reconocidos en el
ordenamiento jurídico nacional y en los tratados internacionales, propendiendo
a la máxima satisfacción, integral y simultánea de aquéllos derechos y
garantías (arts. 1 y 3). En la formulación y ejecución de políticas públicas y su
prestación, es prioritaria la asignación privilegiada de los recursos públicos que
garanticen el interés superior del niño y toda acción u omisión que se oponga a
este principio constituye un acto contrario a sus derechos fundamentales (art.
5). En tal sentido, establece la presencia en la atención, formulación y
ejecuciones de dichas políticas públicas, la asignación privilegiada y la
intangibilidad de los recursos públicos que las garanticen y la preferencia de
atención en los servicios esenciales (incs. 3, 4 y 5 de dicho artículo).
Reconoce el derecho a la educación pública y gratuita, en todos los
servicios estatales, niveles y regímenes especiales, y establece que los niños
34
Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 34/180, de 18
de diciembre de 1979, entrada en vigor el 3 de septiembre de 1981
35
Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 44/25, de 20 de
noviembre de 1989, entrada en vigor el 2 de septiembre de 1990
36
Adoptada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO) en 14/12/1960, ratificada por nuestro país el 30/10/1963
42
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tienen “derecho al acceso y permanencia en un establecimiento educativo
cercano a su residencia” (arts. 15 y 16), derechos, claro está, que deben ser
aplicados sin distinción alguna por razones de posición económica, origen
social o cualquier otra condición del niño o de sus padres o representantes
legales (art. 28).
Por su parte, la ley de educación nacional Nº 26.206 postula a la
educación como un bien público y un derecho personal y social, garantizados
por el Estado, en condiciones de igualdad, gratuidad y equidad en su ejercicio,
que impulsa la definición del propio proyecto de vida (arts. 2, 4 y 8). La política
educativa allí implementada debe “asegurar una educación de calidad con
igualdad de oportunidades y posibilidades, sin desequilibrios ni inequidades
sociales”, además de “garantizar la inclusión educativa a través de políticas
universales y de estrategias pedagógicas de asignación de recursos que
otorguen prioridad a los sectores más desfavorecidos de la sociedad” (art. 11,
incs. a y e). La obligatoriedad de la educación primaria debe ser asegurada
mediante alternativas que se ajusten a los requerimientos locales, con acciones
“que permitan alcanzar resultados de calidad equivalente en todo el país y en
todas las situaciones sociales” (art. 16).
Bien que para la educación inicial, no pasó desapercibida a las
preocupaciones del legislador la necesidad de “atender las desigualdades
educativas de origen social y familiar para favorecer una integración plena de
todos/as los niños/as en el sistema educativo”, a fin de “asegurar el acceso y la
permanencia con igualdad de oportunidades, atendiendo especialmente a los
sectores menos favorecidos de la población” (arts. 20, inc. h y 21, inc. c) ya que
la participación plena y acorde a su edad en la vida familiar, escolar y
comunitaria supone “ofrecer las condiciones necesarias para un desarrollo
integral de la infancia en todas sus dimensiones” y “brindar oportunidades
equitativas a todos/as los/as niños/as para el aprendizaje de saberes
significativos” (art. 27, incs. a, b y c).
A los ojos de esta ley, la promoción de la igualdad educativa implica fijar
y desarrollar “políticas de promoción […] destinadas a enfrentar situaciones de
43
injusticia, marginación, estigmatización y otras formas de discriminación,
derivadas de factores socioeconómicos, culturales, geográficos, étnicos,
de género o de cualquier otra índole, que afecten el ejercicio pleno del derecho
a la educación”, con obligación estatal de asignar recursos presupuestarios con
el objeto de garantizar la igualdad de oportunidades y resultados educativos en
los sectores más desfavorecidos de la sociedad o en situación socioeconómica
desfavorable (arts. 79 y 80).
El derecho del niño de aprender con independencia de su origen social o
radicación geográfica, sin discriminación no sólo en el acceso sino en toda la
trayectoria educativa, se cohesiona con el derecho de recibir “apoyo
económico, social, cultural y pedagógico necesario para garantizar la igualdad
de oportunidades y posibilidades que le permitan completar la educación
obligatoria” (arts. 84, 122, inc. c, 126, inc. f).
Las responsabilidades de esta ley federal, desde luego, son compartidas
en forma concurrente y concertada con el GCBA, que debe cumplirla y hacerla
cumplir, adecuando la legislación y particularmente disponiendo las medidas
necesarias para su correcto desarrollo, según las particularidades sociales,
económicas y culturales que surjan de su jurisdicción (arts. 113 y 121).
En el ámbito local, la ley 114 consagra el deber de la Ciudad de
asegurar, con absoluta prioridad, la efectivización del derecho a la educación,
adoptando medidas legislativas, administrativas y de otra índole, especialmente
de acción positiva, para dar efectividad a los derechos reconocidos, todo ello a
los efectos de garantizar la igualdad real de oportunidades y de trato y el pleno
goce y ejercicio de los derechos humanos vigentes. En esa dirección, tiene no
solo la facultad, sino el deber de remover todo tipo de obstáculos de cualquier
orden que, limitando la igualdad, impidan o entorpezcan el pleno desarrollo de
los niños (arts. 5 a 7).
Las medidas concretas que tiendan a otorgarles a los niños, niñas y
adolescentes oportunidades para el despliegue de sus actividades y el
desarrollo de sus propias potencialidades, no pueden ser restringidas por la
condición social o económica de sus destinatarios (arts. 19 y 20).
Entre sus garantías mínimas, esta ley obliga al GCBA a garantizar la
gratuidad de la educación de los niños, niñas y adolescentes mediante el “a)
acceso gratuito a los establecimientos educativos en todos los niveles; b)
garantizando la prestación del servicio en todos los barrios de la Ciudad; c)
igualdad de condiciones de acceso, permanencia y egreso del sistema
educativo, instrumentando las medidas necesarias para su retención en el
mismo” (art. 29).
44
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III.2 INDIVISIBILIDAD E INTERCONEXIÓN DEL DERECHO A LA
EDUCACIÓN. OBSTÁCULOS FINANCIEROS CONDICIONANTES DEL
DERECHO EN HUMANO EN JUEGO. LA REGLA DE LAS 4-A
Uno de los mayores problemas que entraña en la actualidad el derecho
a la educación no es su declaración formal de gratuidad, prevista en el arsenal
de normas nacionales e internacionales anteriormente mencionadas, sino cómo
se conjuga dicha proclamación en los hechos, a partir del reconocimiento cada
vez mayor de los obstáculos financieros que dificultan la plena realización de la
enseñanza primaria37.
Es sabido que, a dichos efectos, los datos estadísticos generales
aportan algunos índices necesarios pero no resuelven el problema enfocado
desde una óptica basada en los derechos humanos. Si se diferencia la
supervisión de la educación de la supervisión del derecho a la educación,
podrá caerse en la cuenta que las estadísticas de escolarización sólo reflejan la
matrícula al comienzo del año escolar y no la efectiva y sostenida asistencia a
la escuela, escondiendo lo que realmente se necesita saber, dado que las
estadísticas operan con promedios, mientras que la normativa de derechos
humanos postula el derecho igual a la educación para todos y todas. Además,
dichos promedios oficiales no comprenden la contribución que deben hacer los
padres a la educación de sus hijos, y esos costos son considerables, aún
cuando la matrícula en la enseñanza primaria sea gratuita 38.
37
Comisión de Derechos Humanos, 55º período de sesiones, Informe preliminar de la Relatora
Especial sobre el derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/1999/49, párr. 8
38
TOMASEVSKI, “Indicadores…”, op. cit., RevistaIIDH 40, p. 341; Comisión de Derechos Humanos,
55º período de sesiones, Informe preliminar de la Relatora Especial sobre el derecho a la
educación, U.N. Doc. E/CN.4/1999/49, párrs. 29, 40; Comisión de Derechos Humanos, 56º
período de sesiones, Informe provisional de la Relatora Especial sobre el derecho a la
educación, U.N. Doc. E/CN.4/2000/6, resumen ejecutivo, 3º parág., párrs. 11, 73; Comisión de
Derechos Humanos, 58º período de sesiones, Informe anual de la Relatora Especial sobre el
derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2002/60, párr. 10
45
Para que los derechos humanos sean tales necesariamente debe
existir una correlativa obligación gubernamental, o varias, que dimanen
de los pactos que los reconocen. Esas obligaciones son de diversa gama, pero
principalmente comprenden las obligaciones de actuar y reaccionar, de tener
determinado comportamiento u obtener cierto resultado. A fin de exponer y
clarificar esa compleja urdimbre jurídica obligacional, se ha propuesto y ha
conseguido adherencia internacional, tanto doctrinaria como convencional y
jurisprudencialmente, un esquema simplificado que enfoca tales deberes
estaduales en cuatro características fundamentales que deben tener las
escuelas primarias, y que los Estados deben respetar y preservar para
garantizar la plena realización del derecho a la educación.
Un paso importante para esclarecer las obligaciones estatales en
materia de educación fue la elucidación y el consenso universal alcanzado en
relación con el carácter que ostenta el reconocimiento del derecho humano a la
educación en las clasificaciones, artificiales muchas veces, y en especial en lo
que a este derecho se refiere, de derecho civil y político o derecho económico
social y cultural. Más allá de que se lo ha clasificado de esas distintas maneras,
en rigor es todos esos derechos al mismo tiempo, los abarca a todos, se sitúa
en el centro de realización plena y eficaz de los demás derechos y constituye el
“epítome de la indivisibilidad y la interdependencia de todos los derechos
humanos”39, por su carácter indivisible, interrelacionado e interdependiente.
Es que la educación es un derecho humano intrínseco, un fin en sí
mismo, con componentes civiles y políticos, además de sociales y culturales, a
la vez que constituye un medio indispensable para realizar otros derechos
humanos, que, al relacionarse tan estrechamente con la autonomía personal,
como quedó dicho más arriba, supera y pasa por encima aquélla división por
ser el principal medio o puente verdadero que permite a los adultos y menores
que viven en barrios marginados económica y socialmente salir de la pobreza y
participar plenamente en sus comunidades. Es un multiplicador que aumenta el
disfrute y una llave que abre el paso a todos los derechos y libertades
individuales cuando el derecho a la educación está efectivamente garantizado,
su enfoque analítico integral permite incorporar todas las facetas derivadas de
la interconexión de los derechos humanos, evitando disvaliosos análisis
fragmentados que supongan aquélla inválida dicotomía para este derecho y su
garantía asegurativa40.
39
Observación General Nº 11 (1999) del Comité de Vigilancia del ejercicio de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, E/C.12/1999/4, párr. 2; Comisión de Derechos Humanos,
57º período de sesiones, Informe anual de la Relatora Especial sobre el derecho a la
educación, U.N. Doc. E/CN.4/2001/52, párr. 6
40
Observación General Nº 13 (1999), E/C.12/1999/10, párr. 1; Comisión de Derechos
Humanos, 56 período de sesiones, Informe provisional de la Relatora Especial sobre el
derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2000/6, párr. 35; Comisión de Derechos Humanos,
46
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Es a partir de tal comprensión que pudo enfocarse la verdadera
naturaleza del derecho en cuestión y, sobre todo, revelar las reales y
verificables obligaciones que tienen los Estados para garantizar su
cumplimiento, teniendo en cuenta el hecho irrefutable de la simetría en la ley: a
los derechos humanos le corresponden obligaciones estatales. Aquéllas cuatro
características fundamentales, entonces, se agruparon en la regla de las 4A 41:
la educación debe llenar los cánones para ser Asequible o disponible,
Accesible, Aceptable y Adaptable.
La primera categoría supone dos obligaciones estatales, como derecho
civil y político, el derecho a la educación demanda la admisión gubernamental
en establecimientos educativos que respeten la libertad de y en la educación.
Como derecho económico y social, implica que los gobiernos deben asegurar
que haya educación gratuita y obligatoria para todos los niños y niñas en edad
escolar. Esto implica que debe haber instituciones educativas en cantidad
suficiente en el ámbito de cada Estado para que todos los niños en edad
escolar, en todos los barrios, puedan recibir el derecho. Aquella gratuidad,
como se verá, significa bastante más que no rentada o sin matrícula.
La Accesibilidad, asegurando la educación gratuita, obligatoria e
inclusiva, supone efectivizar dicho contenido y eliminar todas las exclusiones o
impedimentos, de cualquier índole que sean, que turben o dificulten su real
ejercicio. Abarca tres dimensiones, en cuanto a la no discriminación por
motivos prohibidos (incluidos los económicos y de origen social), la
accesibilidad material (teniendo en cuenta especialmente su localización
geográfica de acceso razonable) y la accesibilidad económica (que garantice
57 período de sesiones, Informe anual de la Relatora Especial sobre el derecho a la educación,
U.N. Doc. E/CN.4/2001/52, resumen ejecutivo, parág. 2, párrs. 6, 11, 52 y 65; Comisión de
Derechos Humanos, 58 período de sesiones, Informe anual de la Relatora Especial sobre el
derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2002/60, resumen, in fine, párrs. 22, 58; Comisión
de Derechos Humanos, 59 período de sesiones, Informe de la Relatora Especial sobre el
derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2003/9, resumen, parág. 2, párrs. 15, 29; Comisión
de Derechos Humanos, 60 período de sesiones, Informe de la Relatora Especial sobre el
derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2004/45, párr. 29
41
Por sus siglas en inglés: Availability (Disponibilidad), Accesibility (Accesibilidad), Acceptability
(Aceptabilidad), Adaptability (Adaptabilidad)
47
su alcance para todos). Claramente, este contenido es uno de los
mayores desafíos que encuentra la regla de las 4A en el mundo actual.
La Aceptabilidad engloba un conjunto de criterios de calidad de la
educción, como por ejemplo, los relativos a la seguridad y la salud en la
escuela, las cualidades profesionales de los maestros, prioridad en la lengua
de instrucción, eliminación de castigos corporales, etc., que respeten las reglas
mínimas de enseñanza que el Estado apruebe.
La Adaptabilidad requiere que las escuelas se adapten a los niños,
según el principio del interés superior de la CDN, que supone invertir la
tradición de forzar a los niños a adaptarse a cualquiera de las condiciones que
la escuela hubiese previsto para ellos, con flexibilidad necesaria para adaptarse
a las necesidades de cada sector de la sociedad42.
A fin de cumplir con los recaudos contenidos en estas reglas, los
obstáculos financieros que dificultan el acceso a la enseñanza primaria
adquieren principalísima envergadura, pues constituyen dificultades que
entorpecen el derecho a la educación. La enseñanza gratuita se fundamenta
porque los niños no pueden sufragarla ellos mismos, y por ello, si bien los
padres cargan con muchos costos directos e indirectos, y por ello el Estado no
es el único inversor, las normas internacionales de derechos humanos lo
obligan a ser el inversor de última instancia.
De su parte, el Estado debe proveer escuelas para todos, porque si el
número de alumnos al cual puede darse instrucción en las escuelas primarias
es inferior al número de niños en edad de enseñanza primaria, las
disposiciones legales sobre educación obligatoria no se llevarán a la práctica y
el acceso a la educación seguirá siendo una necesidad y no un derecho.
Cuando se dispone de pocas escuelas, o según los barrios no existe completa
disponibilidad en todos ellos, además de vulnerarse la primer A (asequibilidad)
se torna evidente que las oportunidades de todos los niños no se hallan en
condiciones de igualdad, transformándose en una manifiesta violación del
derecho a la educación43.
La siguiente obligación estatal, como se verá en el próximo apartado, se
refiere a garantizar el acceso a las escuelas públicas disponibles teniendo en
principal consideración las normas por las que se prohíbe toda discriminación,
42
TOMASEVSKI, “Indicadores…”, op. cit., RevistaIIDH 40, ps. 348-354; asimismo, Observación
General Nº 13, párr. 6; Observaciones (N os 11 y 13) a las cuales, como se sabe, contribuyó
fundamentalmente la autora citada (v. Comisión de Derechos Humanos, Informe provisional de
la Relatora Especial sobre derecho a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2000/6, párr. 6)
43
Comisión de Derechos Humanos, Informe preliminar de la Relatora Especial sobre derecho a
la educación, U.N. Doc. E/CN.4/1999/49, párrs. 51, 52, 55
48
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que no puede dejar de dejar de considerar que el decisivo elemento que aporta
la perspectiva de derechos humanos en este campo es la diferencia entre los
menos favorecidos y los excluidos44.
En definitiva, “[H]acer obligatoria la educación para todos los niños y
niñas de un determinado rango de edad –de facto, no solo de jure– exige la
disponibilidad de suficientes escuelas, la eliminación de los obstáculos al
acceso a ellas, la percepción de los padres (y de los niños) de la utilidad de la
educación”45.
III.3 EFECTIVIDAD DE LAS GARANTÍAS CONSAGRADAS. EXCLUSIÓN DE
LA EDUCACIÓN POR MOTIVOS ECONÓMICOS: CUANDO LA EDUCACIÓN
PÚBLICA NO ES GRATUITA
Cabe, en principio, tener presente que “las agudas disparidades de las
políticas de gastos que tengan como resultado que la calidad de la educación
sea distinta para las personas que residen en diferentes lugares pueden
constituir una discriminación con arreglo al Pacto”46. Se sustenta tal premisa en
que la educación ha transmutado del concepto económico de accesible, a
secas, a gratuita, con la carga de derechos que tal comprensión implica, para
convertirse, de cara a los compromisos internacionales, en universal. Esto
significa dos consecuencias fundamentales. Primero, que la gratuidad es algo
más que la ausencia de tasas oficiales o matrículas escolares, y atiende a los
costos que la escolarización puede generar para los padres. Y segundo, que la
discriminación prohibida en materia educacional, en la actualidad, trasciende
con creces los motivos tasados de los Pactos (aún cuando allí se consignan
expresamente condiciones sociales, geográficas o económicas) y debe
interpretarse globalmente, tomando todos los datos que hacen a determinado
sector de la sociedad incluido en los términos de la marginación escolar.
44
Ibíd., párrs. 57 y 58
TOMASEVSKI, “Indicadores…”, op. cit., RevistaIIDH 40, p. 362
46
Observación General Nº 13, párr. 35
45
49
La gratuidad, en tal concepción, además de asegurar la
disponibilidad de enseñanza primaria gratuita para el niño, los padres o
los tutores, tiene en cuenta no sólo los costos directos sino los gastos
indirectos que entorpecen la realización, más allá de las distintas
denominaciones que pudieran tener, por ejemplo, tasas de usuario, gastos de
matrícula o cotización para el mantenimiento docente, porque lo fundamental,
aparte del nombre que se les asigne, es que tienen por consecuencia eludir la
obligación explícita de derechos humanos de que la educación primaria debe
ser gratuita. Son gastos derivados de la escolarización como los libros de texto,
las comidas, el transporte o el uniforme47.
Además de las tasas académicas, derechos o cotizaciones en sus
diferentes formas, en el costo directo de la educación influyen los libros de
texto cuando no están subvencionados, los suministros y el equipo (materiales
escolares), el transporte, las comidas y el uniforme, por ello el concepto de
enseñanza gratuita tiene un alcance mucho más amplio que las tasas
académicas y los obstáculos económicos al acceso a la enseñanza primaria se
traducen en que los niños pobres no tienen accesibilidad, lo que constituye un
retroceso inadmisible en la realización de este derecho 48. Dificultades que
también repercuten cuando falta la electricidad en muchas escuelas pobres, se
suspenden las clases porque a los maestros no les han pagado, o se produce
“la inasistencia de los niños a la escuela porque tienen que recorrer un largo
camino para llegar hasta ella y tienen demasiada hambre para desplazarse”49.
En tales casos, pese a la redacción de las leyes nacionales en cuanto a
la obligatoriedad y la gratuidad, dichas pautas no pueden ser aplicadas en los
hechos, por cuanto los padres no se pueden permitir el costo de la educación
(derechos de matrícula, uniformes, libros, transporte o comidas escolares). Por
ello, a los efectos de la educación obligatoria, se deben eliminar todos los
obstáculos que dificultan el acceso a la enseñanza para todos los niños en
edad escolar, de carácter jurídico y administrativo, pero también el costo de
oportunidad directo e indirecto de la educación, transporte, etc., que impiden su
correcto disfrute50.
47
Comisión de Derechos Humanos, Informe preliminar de la Relatora Especial sobre derecho a
la educación, U.N. Doc. E/CN.4/1999/49, párrs. 32, 40
48
Comisión de Derechos Humanos, Informe provisional de la Relatora Especial sobre derecho
a la educación, U.N. Doc. E/CN.4/2000/6, párrs. 49, 54
49
Comisión de Derechos Humanos, Informe anual de la Relatora Especial sobre derecho a la
educación, U.N. Doc. E/CN.4/2001/52, párr. 58
50
Comisión de Derechos Humanos, Informe anual de la Relatora Especial sobre derecho a la
educación, U.N. Doc. E/CN.4/2002/60, párr. 12, cuadro de Traducción del sistema de las 4-A a
indicadores basados en los derechos en p. 15, párr. 60
50
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No es admisible, en efecto, que se delegue la responsabilidad de
financiar la educación en la familia, con costos directos, indirectos o derivados,
porque además de estar prohibido por el art. 24 de la CCABA, de esa manera
se amplía la disparidad entre ricos y pobres, imponiéndose, por el contrario,
que el gobierno deba dar prioridad a los fondos destinados a la educación para
que, a través de diversos medios (técnicos, jurídicos y prestacionales) se
propenda a la igualación de las personas desaventajadas, en particular, para
aquéllos niños que, en razón de la distancia que deben recorrer hasta la
escuela –por falta de establecimientos asequibles en su lugar de domicilio– ven
afectados su proceso de aprendizaje. Debe tenerse presente que son muchos
los obstáculos específicos al aprendizaje de los niños, entre los que figuran el
hambre, la mala salud, o el cansancio debido a que el niño trabajó demasiado o
ha caminado mucho tiempo para llegar a la escuela 51.
Esto ha generado, a través de los años, el consenso cada vez mayor en
todo el mundo sobre la necesidad de que la educación, lato sensu, no suponga
costo alguno para sus destinatarios y se financie con fondos públicos,
específicamente en la enseñanza primaria, porque la enseñanza gratuita y
obligatoria no puede ser gozada para los que carecen de recursos, cuya
realización se reduce al acceso a la educación de los que pueden pagar. Los
gastos derivados pueden llegar a ser prohibitivamente altos e impedir que los
niños se matriculen o, incluso, que terminen sus estudios, afectando la tasa de
asistencia52.
Son múltiples y se renuevan los obstáculos a superar por la eliminación
de la exclusión en el ámbito escolar, variando en cada país, y dentro de ellos
en cada jurisdicción, barrio y sector marginado, pero ciertamente todos ellos se
ven exacerbados por la pobreza, por lo que la valla más importante, en los
tiempos actuales, es identificar y remover toda barrera –como los obstáculos
financieros– que impida a niñas y niños comenzar la escuela, asistir, aprender
51
Comisión de Derechos Humanos, Informe de la Relatora Especial sobre derecho a la
educación, U.N. Doc. E/CN.4/2003/9, párrs. 23, 27, 44
52
Comisión de Derechos Humanos, Informe de la Relatora Especial sobre derecho a la
educación, U.N. Doc. E/CN.4/2004/45, párrs. 9, 12, 19 y 26
51
y completar al menos el mínimo nivel educativo que ha sido definido por
ley como obligatorio53.
No en otra dirección se encaminan, además de los informes y
recomendaciones del los Órganos subsidiarios de la Asamblea General de la
ONU, basados en la Carta (Comité Derechos Humanos), y las Observaciones
de los Órganos de expertos que supervisan los principales tratados
internacionales de derechos humanos, cuyos miembros desempeñan sus
funciones a título personal, del Consejo Económico y Social (Comité DESC),
las fundamentales y más recientes Conferencias y Foros internacionales que
produjeron, asimismo, declaraciones y marcos de acción en la materia
específica que se debate.
La Declaración Mundial sobre Educación para Todos (EPT), denominada
“La satisfacción de las Necesidades Básicas de Aprendizaje”, resultado de la
Conferencia reunida en Jomtien, Tailandia, del 5 al 9 de marzo de 1990, o
Declaración de Jomtien, ha entendido que para universalizar el acceso y
promover la equidad en la educación, se deben tomar medidas coherentes
para reducir las desigualdades, mediante una tarea activa para modificar “las
desigualdades educacionales y suprimir las discriminaciones en el acceso a las
oportunidades de aprendizaje de los grupos desamparados: los pobres, los
niños de la calle y los niños que trabajan” (art. III, ap. 1 y 4). Como el principal
sistema para ofrecer educación básica fuera de la familia es la enseñanza
escolar primaria, la educación primaria debe ser universal y tener en cuenta las
necesidades y posibilidades de cada sector de la comunidad (art. V, 2º
elemento).
El Marco de Acción que surgió de esa reunión, Marco de Acción de
Jomtien, expresamente consigna que deben redoblarse los esfuerzos para que
la educación básica se enfoque hacia la satisfacción de las necesidades de
grupos sociales específicos o categorías de población, debiendo establecerse
categorías prioritarias para la satisfacción de las necesidades de esos sujetos
(párr. 6). Considera que, para asegurar la permanencia en actividades de
educación básica, deberían otorgarse incentivos (que pueden ser físicos,
materiales o económicos) a través de medidas especiales elaboradas teniendo
en cuenta cada particularidad con el fin de expandir las oportunidades de
aprendizaje de los grupos desaventajados (párrs. 22, 45, inc. d), porque los
sujetos del aprendizaje necesitan ser incentivados y motivados, no
desalentados. Deben ser estimulados, eliminando los obstáculos creados por
omisión, remediándola mediante el uso de incentivos y por medio de
programas adaptados al contexto local (párr. 31).
53
TOMASEVSKI, “Indicadores…”, op. cit., RevistaIIDH 40, ps. 367, 368, 370
52
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El siguiente encuentro mundial, reunido en Dakar, Senegal, del 26 al 28
de abril de 2000, denominado comúnmente como Jomtien+10, originó el Marco
de Acción de Dakar, “Educación para Todos: cumplir nuestros compromisos
comunes”. Allí se consideró expresamente la situación de los niños que se
encuentran en situaciones difíciles, para lograr que tengan acceso a una
enseñanza primaria gratuita y obligatoria de buena calidad, y que la terminen
(párr. 7, ii), y además se afirmó que ningún país que se comprometa
seriamente con la educación para todos se verá frustrado por falta de recursos
en su empeño por lograr esa meta (párr. 10, in fine), estableciendo que la
comunidad mundial debe rendir cuentas de los compromisos contraídos en
Dakar (párr 19).
Los Informes de Seguimiento de la EPT en el marco de la UNESCO que
se vienen realizando todos los años con el concierto de todos los países del
mundo no permiten concluir de manera diversa en cuanto a los factores que
empeoran, dificultan y hasta impiden el disfrute real y concreto del derecho a la
educación. Se entiende, en efecto, que para eliminar las desigualdades hay
que hacer especial hincapié en la demanda, especialmente en lo que atañe a
las familias más pobres de los países de bajos ingresos, concibiendo el
establecimiento de programas de incentivos eficaces destinados a las niñas y
en general, a los niños de las familias más necesitadas, por cuanto la
inexistencia de la EPT infringe los derechos humanos de las personas
excluidas e impide mejorar sus capacidades como ellas quisieran. Es difícil
afirmar, en consecuencia, que se esté produciendo desarrollo en aquéllos
casos que aumenta el número absoluto de personas excluidas 54.
Los obstáculos para el logro de la EPT resultan, en mayor medida, de la
disparidad basada en la riqueza y se relacionan directamente con las
relaciones de poder que perpetúan la inequidad social. Debe procederse, en
consecuencia, a la eliminación de barreras a la educación relacionadas con la
pobreza, mediante intervenciones que apunten a eliminar la desigualdad social
y reducir la vulnerabilidad que, a no dudarse, tiene importantes beneficios para
54
Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo, 2002: “Educación para Todos: ¿Va el mundo
por buen camino?“, resumen, cap. 4, p. 21, cap. 6, perspectivas y oportunidades, p. 25
53
la educación. Objetivo que, por lo demás, los gobiernos se
comprometieron a su rápida eliminación en el Marco de Dakar 55.
Particular importancia se asigna a los niños de familias pobres, desde
el momento que el nivel de ingresos de los padres tiene una fuerte incidencia
en las perspectivas de no estar escolarizado (que abarca a los que han
desertado de la escuela temporal o definitivamente, los que sin haber ido nunca
podrían ingresar tardíamente en ella y los que nunca podrán poner los pies en
una escuela en su vida). Los niños de las familias más pobres tienen tres veces
más probabilidades de no estar escolarizados que los niños de las familias más
ricas, convirtiendo al fenómeno de la pobreza en un obstáculo formidable para
la EPT. Cuando se vive con escasos dólares por día, por ejemplo, cualquier
pérdida económica, por mínima que sea, puede acarrear consecuencias
catastróficas para la nutrición, la salud y la escolarización, debiendo recordarse
que la OCDE define la pobreza como el hecho de vivir en un hogar con un
ingreso disponible ajustado al tamaño del hogar que es inferior a la mitad del
ingreso medio del conjunto de la población. En muchos casos los padres deben
gastar una elevada proporción de sus ingresos para mandar a sus hijos a la
escuela, ya sea en uniformes, libros de texto, o transporte, compitiendo esos
gastos (derechos de escolaridad extraoficiales) con otras necesidades básicas,
como la atención médica y sanitaria y la alimentación.
En razón de ello, a menudo las familias pobres se declaran incapaces de
pagar por la educación de sus hijos, incluso en países donde supuestamente la
enseñanza primaria es gratuita, puesto que las tasas oficiales sólo constituyen
una fracción del costo de la educación. Sumado a ello, la distancia entre el
hogar y la escuela sigue representando un obstáculo importante debido a los
problemas de seguridad que entrañan los largos trayectos a la escuela,
contribuyendo a la marginación educativa, que es la consecuencia de una
penuria que combina múltiples dimensiones. Las políticas públicas deben velar
para que los niños no se vean desaventajados por la distancia o inaccesibilidad
de las aulas, o por el obstáculo que pueda representar el costo de la
educación56.
Es en ese contexto que no puede considerarse fácticamente asequible,
ni verdaderamente gratuita la escolarización y el derecho a la educación de los
niños y niñas de la Villa 21/24, de conformidad con los antecedentes relatados.
Los datos demuestran que los chicos son expulsados de la escuela a medida
que los gastos para concurrir empiezan a aumentar. Estos gastos son variados,
55
Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo, 2009: “Superar la desigualdad. Por qué es
importante la gobernanza”, p. 197
56
Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo, 2010: “Llegar a los marginados“, ps. 65, 185186, 210-212, véase, asimismo, ps. 214-216, 306-307, 328-330
54
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y generalmente son encubiertos bajo una generalizada falta de voluntad para
determinar el costo de la educación, costos que varían entre y dentro de cada
uno de los países. El costo de la educación, en definitiva, no puede ser
transferido a la familia que es muy pobre para soportarlo 57.
IV. MEDIDA CAUTELAR
IV.1. En virtud de todo lo expuesto, solicitamos en forma provisional y
como medida cautelar hasta tanto recaiga sentencia definitiva y firme en el
proceso, que se ordene al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Ministerio
de Desarrollo Social y de Educación, que:
a) por conducto de las áreas ministeriales competentes, y con la labor
coadyuvante que la ley 114 en su Título IV le impone al co-demandado
Consejo de la Niñez local, realizar un inmediato y completo censo que abarque:
a.1. sobre el área involucrada, el universo de familias con hijos menores de
edad en la franja etaria de educación primaria, especificando claramente: i) si
se encuentran escolarizados; ii) las razones en caso de que ello no sea así; iii)
establecimiento al que concurren; iv) si el mismo se encuentra a más de diez
(10) cuadras de distancia de su vivienda; v) la forma en que concurren o se
trasladan al establecimiento; vi) si intentaron inscribirse a otro establecimiento
público y no obtuvieron vacante o fueron asignados en lista de espera;
a.2. remitir, por conducto del área gubernamental pertinente, los listados
completos de los niños y niñas que se encuentren registrados en lista de
espera para el ciclo lectivo 2011 y en su caso subsiguientes, en lo que respecta
a la franja etaria discutida (primaria) y al área involucrada (Distrito Escolar Nº 5,
específicamente Villa 21/24);
57
TOMASEVSKI, Katarina, “The State of the Right to Education Worldwide. Free or Fee: 2006
Global Report”, informe completo en www.katarinatomasevsky.com, ps. 246-248, y el cuadro de
26 gastos extraoficiales que condicionan el derecho a la educación gratuita, traducción propia
55
a.3. presentar al Tribunal un proyecto que especifique concretamente
las medidas que adoptará para asegurar que durante el ciclo lectivo
2012 y los subsiguientes todos los niños en edad primaria puedan acceder a
establecimientos de tal carácter dentro del ámbito de la Villa 21/24. Con ese fin
deberá, además, efectuar un seguimiento continuo –debiendo dar cuenta al
Juzgado– de la situación de los niños que, según los informes que presentará
de acuerdo a los puntos anteriores, se encontraron en lista de espera en el
presente ciclo lectivo (y los que no se hallen registrados pero que, de acuerdo a
los censos, presenten idéntica problemática), debiendo informar la solución que
adoptará en cada uno de los casos, ello sin perjuicio de los nuevos inscriptos;
b) Asimismo, también a título perentorio y cautelar, deberá facilitar el
traslado de los niños que actualmente deben concurrir a establecimientos
alejados a su domicilio, a contrapelo de la garantía de gratuidad en su completo
contenido analizado en el curso de esta demanda 58. A tales fines deberá:
b.1. como medida inmediata y paliativa de emergencia, instrumentar y financiar
la provisión del servicio de transporte escolar gratuito para los niños y niñas del
Distrito Escolar Nº 5, en todos los ámbitos de la Villa 21/24, que se encuentren
en el nivel primario, a fin de que puedan acceder y gozar de su derecho a la
educación en condiciones de igualdad con relación a los niños y niñas que sí
han sido inscriptos y no deben trasladarse más de diez cuadras de sus
viviendas para asistir a la escuela;
b.2. a los fines indicados en el punto anterior, deberá en el plazo de diez (10)
días informar la cantidad de niños y niñas que habitan en la Villa 21/24 que
concurren al nivel primario en establecimientos lejanos a su domicilio,
discriminando aquéllos que efectivamente reciben el servicio de transporte.
b.3. hasta tanto no se haya realizado el censo completo e integral requerido en
puntos anteriores (a.1. y b.2), deberá el GCBA, por conducto de los organismos
competentes, poner a disponibilidad un mínimo de dos (2) servicios diarios de
ida y dos (2) de vuelta de micros escolares, para que salgan desde el punto
neurálgico escolar de hecho de la Villa, esto es, la Escuela Nº 12, en la esquina
de Av. Iriarte y Montesquieu. A tal fin deberá dar adecuada y completa
publicidad de la oferta, a través de todos los medios a su alcance, debiendo dar
cuenta de su implementación al Juzgado.
58
Véase, en otro ámbito geográfico pero resguardando idéntico derecho, sentencia firme del
JCAyT Nº 12, “ACIJ c/ GCBA y otros s/ Amparo (Art. 14 CCABA)”, EXP 32.839/0, del 25/3/2010
y sus referencias
56
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c) Las medidas cautelares precedentemente solicitadas y que se
dispongan, deberán ser mantenidas hasta el completo restablecimiento del
derecho a la educación primaria de los niños de la Villa 21/24, esto es, hasta la
finalización e inauguración de los establecimientos educativos que absorban la
demanda allí existente.
IV.2. El artículo 177 del CCAyT determina que "Las medidas cautelares
son todas aquellas que tienen por objeto garantizar los efectos del proceso,
incluso aquellas de contenido positivo..., aunque lo peticionado coincida con el
objeto sustancial de la acción promovida. Quien tuviere fundado motivo para
temer que durante el tiempo anterior al reconocimiento judicial de su derecho,
éste pudiera sufrir un perjuicio inminente o irreparable puede solicitar las
medidas urgentes que, según las circunstancias, fueren más aptas para
asegurar provisionalmente el cumplimiento de la sentencia, aún cuando no
estén expresamente reguladas en este Código".
Con relación a las medidas cautelares innovativas la Corte Suprema de
Justicia de la Nación ha expresado que "tales medidas están orientadas a
evitar la producción de perjuicios que se podrían producir en caso de
inactividad del magistrado, tornándose de muy dificultosa o imposible
reparación en la oportunidad del pronunciamiento de la sentencia definitiva. El
anticipo de jurisdicción en el examen de las medidas cautelares innovativas no
importa una decisión definitiva sobre la pretensión concreta del actor. Lleva
insita una evaluación del peligro de permanencia en la situación actual a fin de
habilitar una resolución que concilie —según el grado de verosimilitud- los
probados intereses de aquél y el derecho constitucional de defensa del
demandado" (C.S.J.N., Camacho Acosta, Máximo c/ Grafi Graf S.R.L. y otros",
7/8/97, L.L. del 13/10/97).
Por ello, la procedencia de las medidas cautelares se condiciona a la
existencia de la verosimilitud del derecho invocado (fumus bonis iuris) y el
peligro en la demora (periculum in mora) en que la tutela jurídica de la
sentencia definitiva pueda llegar a resultar inútil por el transcurso del tiempo,
configurándose un daño irreparable al actor cuyo derecho es finalmente
reconocido.
57
La medidas cautelares integran el derecho a la tutela efectiva,
máxime cuando el concederla, aun cuando en algunos aspectos
coincida con el objeto con el de la litis, resulta el único medio para evitar que
los tiempos del trámite judicial hagan perder virtualidad o eficacia al
pronunciamiento ulterior que reconociera el derecho.
Así la protección judicial efectiva se erige en una de las piedras basales
del sistema de protección de derechos, ya que de no existir una adecuada
protección judicial de los derechos consagrados en los textos internacionales
de derechos humanos, en la Constitución y en el ámbito interno del Estado, su
vigencia se torna ilusoria (arg. conf. Luis Carranza Torres, "Derecho a la salud
y medidas cautelares", ED 20/2/04).
La verosimilitud del derecho ha quedado plasmada a través de lo
expuesto a lo largo de toda esta demanda, donde se acreditó con un grado de
apariencia más que admisible sobre la ilegitimidad de la conducta omisiva del
Estado local en lo que atañe al derecho a la educación de los niños del Barrio.
En tal sentido, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, teniendo en
cuenta la naturaleza de las medidas cautelares, señaló que no exigen a los
magistrados el examen de certeza sobre la existencia del derecho pretendido,
sino sólo su verosimilitud, y que el juicio de verdad en esta materia se
encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es otra cosa
que atender a aquello que no exceda del marco de lo hipotético, dentro del
cual, asimismo, agota su virtualidad (Fallos 306:2060, entre otros).
Respecto del requisito de peligro en la demora, la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, ha expresado que es necesario "una apreciación atenta
de la realidad comprometida, con el objeto de establecer cabalmente si las
secuelas que lleguen a producir los hechos que se pretenden evitar pueden
restar eficacia al reconocimiento del derecho en juego, operado por una
posterior sentencia" (in re "Milano Daniel c/ Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social," 11/7/96).
Como ha manifestado la jurisprudencia del fuero en numerosos
antecedentes, "la prudencia aconseja tener en cuenta la urgencia que
preanuncia el peligro en la demora y nada resulta más estéril que una medida
cautelar decretada tardíamente" (Juzgado CAyT Nº 6 en "Gianini, María Luisa y
otros c/ GCBA y otros s/ Amparo (Art. 14 CCABA)", expte. 20.816/0).
El peligro en la demora surge prístino de la situación de emergencia
social que padecemos que impide que podamos costear por nuestros propios
medios el traslado de nuestros hijos a la escuela, sin condicionar gravemente y
en proporciones considerables para nuestro exiguo presupuesto, nuestro
bienestar básico. Lo dicho, sumado a la ausencia de escuelas asequibles en el
barrio, torna imperiosa el dictado de la medida, pues el perjuicio se va
agravando día a día, con el riesgo cierto para la situación de deserción escolar
que el contexto descripto supone.
58
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El resto de los requisitos contenidos en el artículo 15 de la Ley 2145 son
la contracautela, que se explicita más abajo, y la no frustración del interés
público. Con respecto a este último, no requiere mayor prueba y debate que lo
aquí solicitado no afecta ni pone en riesgo el interés público, sino más bien
tiende a tutelarlo y promoverlo.
Es más, el interés público en el caso se verifica en la medida que cada
persona además de tener un acceso a una defensa eficaz se cumple
otorgándole los elementos básicos para cubrir sus necesidades vitales que se
ven insatisfechas por la omisión estatal.
Ante la urgencia del caso, dejamos desde ya prestada la caución
juratoria que se nos pudiera requerir.
V. ACOMPAÑAN Y OFRECEN PRUEBA
Se acompañan y ofrecen los siguientes medios de prueba:
V.1. DOCUMENTAL: se acompaña la siguiente:
a) Anexo I: Mapas y planos orientadores de la realidad fáctica educativa de la
Villa 21/24, ubicada en el Barrio de Barracas de esta Ciudad:
1. Plano de Distritos Escolares, Comunas y Barrios, según modificaciones
territoriales, catastrales y toponímicas de las calles delimitantes;
2. Plano de Densidad de Población por radio censal y villas de emergencia y
núcleos habitacionales transitorios;
3. Plano de Porcentaje de hogares con necesidades básicas insatisfechas por
Distrito Escolar;
4. Plano de Crecimiento de la matrícula de educación inicial período 20012007;
5. Mapa del Distrito Escolar 5 con Establecimientos de Nivel Inicial, Primario y
Medio Común, Sector Estatal;
6. ídem, en lo que respecta a la Villa 21/24;
7. Mapa de Oferta Nivel Primario Sector Estatal;
59
8. ídem, en lo que respecta a la Villa 21/24
9. Plano de Villas, Núcleos Habitacionales Transitorios y Nuevos
Asentamientos.
b) Anexo II: Informes de diversas autoridades educativas que dan cuenta del
déficit de accesibilidad educacional en lo que respecta al Barrio en cuestión:
1. Oficio DG Nº 2132/10 (4/11/10) dirigido al Ministro de Educación, y su
contestación por Informe Nº 1488370-DGEGE-DE5-2010
2. Oficio DGA Nº 459/10 (4/11/10) dirigido a la Subsecretaria de Inclusión
Escolar y Coordinación Pedagógica, y su contestación por Informe Nº
1.341.342-DGPLED-2010
3. Oficio DGA Nº 460/10 (4/11/10) dirigido al Director de Educación de Gestión
Estatal, y su contestación por Informe Nº 1488582-DGEGE-DE5-2010
4. Oficio DGA Nº 461/10 (4/11/10) dirigido a la Directora de Educación
Primaria, y su contestación por Informe Nº 1488663-DGEGE-DE5-2010
5. Oficio DGA Nº 536/10 (3/12/10) dirigido al Subsecretario de Gestión
Económico Financiera y Administración de Recursos, y su contestación por
Informe ref. Nº C.Re. 1.497.798-DGAR-2010
6. Oficio DGA Nº 537/10 (3/12/10) dirigido a la Subsecretaria de Inclusión
Escolar y Coordinación Pedagógica, y su contestación por Informes N os
1488370-DGEGE-DE5-2010, 1488582-DGEGE-DE5-2010, 1488663-DGEGEDE5-2010
7. Oficio DGA Nº 538/10 (3/12/10) dirigido al Director de Educación de Gestión
Estatal, y su contestación por Informe Nº 32-DGEGE-DE5-2011
8. Oficio DGA Nº 539/10 (3/12/10) dirigido a la Directora de Educación
Primaria, y su contestación por Informe Nº 1488663-DGEGE-DE5-2010
9. Informe “Proyecto de ley de Presupuesto 2010. Un análisis sobre el grado de
avance en la promoción del derecho a la educación y a la igualdad”, del
Programa Igualdad Educativa de la A.C.I.J.
c) Anexo III: Documentos de Identidad y Partidas de Nacimiento
1. DNI de Mariela Cáceres
2. DNI y partida de nacimiento de su hija, Aldana Cáceres
3. DNI de Cintia Santillán
4. DNI y partidas de nacimiento de sus hijos, Juan Felipe Santillán y Agustín
Leguizamón
5. DNI de Yésica Sosa
6. DNI y partida de nacimiento de su hija, Sabrina Cáceres
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Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Ministerio Público de la Defensa
Defensoría General Adjunta en lo Contencioso
Administrativo y Tributario
V.2. DOCUMENTAL EN PODER DE LA DEMANDADA: solicitamos la
remisión de la siguiente:
a. Por conducto del Ministerio competente, remita los listados desagregados
(donde deberá constar nombre, apellido, Nº de documento, domicilio actual y
domicilio del establecimiento educativo al cual concurre en la actualidad) de los
alumnos excedentes que se encuentren en “lista de espera” del Distrito Escolar
Nº 5, en particular y especialmente, aquéllos que se encuentren residiendo en
la denominada Villa 21/24.
b. Por conducto del Ministerio competente, remita los listados desagregados
(donde deberá constar nombre, apellido, Nº de documento, domicilio actual y
domicilio del establecimiento educativo al cual concurre en la actualidad) de los
alumnos excedentes que hayan sido reasignados por el Mº de Educación a
otros establecimientos, ya sea en otro Barrio o en otro Distrito Escolar.
V.3. INFORMATIVA:
a. Se libre oficio a la Escuela de Avellaneda Nº 2, “República Argentina”, sita en
la calle México Nº 862 de esa localidad de la Provincia de Buenos Aires, a fin
de que informe y acredite la cantidad total de alumnos matriculados en dicho
establecimiento, y discrimine que porcentaje del total son niños y niñas
residentes en la Villa 21/24 de la Ciudad de Buenos Aires. Asimismo, informe
sobre las mayores y más constantes problemáticas que observa
particularmente en lo concerniente a dicho alumnado diferenciado.
VI. SE DÉ INTERVENCIÓN AL MINISTERIO PÚBLICO TUTELAR
Atento la urgencia y perentoriedad del caso, solicito que una vez dictada
la medida cautelar requerida en el cap. IV, se corra vista al señor Asesor
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Tutelar que corresponda, para que, de estimarlo pertinente, tome la
intervención que le pudiera corresponder, en protección promiscua de
los derechos de las personas menores de edad, de cara a los altos fines que
tutela en forma legítima y esencial.
VII. RESERVAS
Para el supuesto de no hacerse lugar a esta acción hacemos reserva de
las cuestiones constitucionales y federales involucradas en la causa, a fin de
ocurrir ante el Tribunal Superior de la Ciudad y la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, por las vías recursivas pertinentes, en tanto se encuentran en juego
derechos constitucionales de la más alta valía en materia de educación,
igualdad, a la elección y desarrollo del propio plan de vida, a la autonomía
personal, a la dignidad de todo ser humano, al trabajo, así como también a la
tutela judicial efectiva.
Igualmente, formulamos la reserva de acudir oportunamente a la
jurisdicción supranacional (arts. 44 y ss. de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos), en virtud de la índole de los principios y derechos
fundamentales involucrados.
VIII. AUTORIZACIONES
Autorizamos a los doctores Pablo C. Mántaras (DNI 23.698.384), Nancy
E. Echeverría (DNI Nº 12.544.724), Laura I. Dané (DNI 12.317.118), Patricio
Estévez Gallego (DNI Nº 18.821.875), Tomás Arceo (DNI Nº 28.077.605), Lilia
Goday (DNI Nº 10.827.966), Nicolás Krom (DNI 27.183.851), Josefina Pazos
(DNI 26.117.287), Sebastián Gordon (DNI N° 23.048.504), Mariana Ayhesa
Iturralde (DNI Nº 26.427.016), Raúl Alejandro Varela (DNI Nº 20.838.273),
María Fernanda Petrone (DNI Nº 22.885.560), Rosario Gómez Riera (DNI Nº
27.939.435), Samanta Biscardi (DNI Nº 26.542.514), Natalia Silvana De Carolis
(DNI N° 30.600.339), María Eugenia Vallés (DNI N° 29.038.183), Oliver Rusell
Tomas (DNI Nº 30.156.486) y Gabriela Victoria Morel (DNI Nº 33.004.901) así
como también a Diego Spadafora (DNI Nº 24.167.299), Paula Beatriz
Rodríguez (DNI Nº 32.342.909), Juan Carlos Juárez Gagliardi (DNI Nº
27.771.205), Melisa Murúa (DNI N° 31.926.046), Mariángeles Ahumada Aguirre
(DNI N° 32.546.572), Fernando Javier Bracchi (DNI Nº 12.498.822) y Nicolás
Buitrago (DNI N° 33.263.928), a consultar el expediente, dejar y retirar escritos,
notificarse, retirar y diligenciar mandamientos, oficios y realizar cualquier clase
de trámites en relación con este expediente.
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Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Ministerio Público de la Defensa
Defensoría General Adjunta en lo Contencioso
Administrativo y Tributario
Solicitamos, también, que se faculte a los doctores Pablo C. Mántaras,
Nancy E. Echeverría, Laura I. Dané, Patricio Estévez Gallego, Tomás Arceo,
Lilia Goday, Nicolás Krom, Josefina Pazos, Sebastián Gordon, Mariana Ayhesa
Iturralde, Raúl Alejandro Varela, María Fernanda Petrone, Rosario Gómez
Riera, Samanta Biscardi, Natalia Silvana De Carolis, María Eugenia Vallés,
Oliver Rusell Tomas y Gabriela Victoria Morel para que dejen constancia en el
libro de asistencia cuando el expediente no se encuentre en Secretaría, de
conformidad con lo previsto en el artículo 117 del CCAyT.
IX. PETITORIO
Por todo lo expuesto, solicitamos:
1. Se nos tenga por presentados, por parte y por constituido el
domicilio legal.
2. Se tenga por presentada la demanda de amparo, por
acompañada la prueba documental y por ofrecida la restante.
3. Se decrete la medida cautelar requerida en el capítulo IV, en
los términos allí peticionados (IV.1.a, b y c), teniéndose por prestada la caución
juratoria (conf. ap. IV.2), dándose la correspondiente intervención al Ministerio
Público Tutelar una vez decretada (cap. VI).
5. Oportunamente, se haga lugar a la acción de amparo en los
términos del cap. I) y, en consecuencia, ordene al Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires que satisfaga la demanda educativa de los niños de la Villa
21/24, mediante la construcción de los establecimientos que resulten
suficientes para absorber la población allí existente y garantizar así el derecho
constitucional de todos esos niños de recibir educación cercana a sus hogares.
6. Igualmente, se haga lugar a nuestra pretensión de alcance
colectivo y, en su mérito, se ordene al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
a adoptar, en el plazo que se le fije al efecto, las políticas públicas que estime
necesarias a fin de poner en funcionamiento los recursos humanos, técnicos y
materiales indispensables para dar cumplimiento estricto a lo requerido en el
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punto anterior y así garantizar un real y efectivo goce del derecho a la
educación.
7. Se mantenga la cautelar dispuesta, brindando transporte
público a todos los niños y niñas del ámbito geográfico señalado, a los efectos
de su disfrute igualitario del derecho con relación a otros niños en igualdad de
situaciones, y consagrar la verdadera gratuidad y obligatoriedad de la
educación pública, ello hasta tanto no se encuentre efectiva y verificablemente
cumplido lo señalado en los puntos anteriores.
8. Se tenga presente la reserva de los casos constitucional y
federal así como las autorizaciones conferidas.
Proveer de conformidad
SERÁ JUSTICIA
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