El continente oscuro del periodismo americano

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Por qué y Cómo: El continente oscuro del periodismo americano
James W. Carey
Los periodistas son escritores y narradores de historias. Para comenzar este ensayo se hará
referencia a una historia, que podríamos llamar “la búsqueda por el lead perfecto”. Fue escrita por
Edwin A. Lahey y trata acerca de un asesinato que ocurrió en 1924, el caso Leopold- Loeb. Leopold y
Loeb eran estudiantes de la Universidad de Chicago, cuando mataron a Bobby Franks, de 14 años.
Pretendían llevar a cabo el crimen perfecto, pero cometieron un error. Los anteojos de Leopold fueron
encontrados en la escena del crimen. Fueran arrestados y enjuiciados. Su condena fue la pena perpetua
por el asesinato, y 99 años por el rapto. A Leopold le otorgaron la libertad bajo fianza y se mudó a
Puerto Rico, donde realizó trabajos voluntarios en salud. Loeb fue asesinado en la cárcel de Stateville
en 1936, luego de realizar una insinuación homosexual hacia otro prisionero. Lahey comienza su
reporte con el siguiente lead:
“Richard Loeb, el bien conocido estudiante de Inglés, ayer finalizó una sentencia con una
insinuación”.
Lo que hace que este lead sea hermoso es la manera en que encapsula la mayoría de los
elementos de la redacción de noticias –las cinco w y la h- y el sorprendente uso de palabras –prosa
periodística unida a la poesía. También presenta una condición de todo buen periodismo: una
colaboración entre el escritor y su público.
Lahey asume conocimientos de su público: que éstos recordarían quién era Loeb, que estuvo
involucrado en un crimen en 1924, que era un buen estudiante de Inglés, etc.
Todo arte narrativo depende de una unidad dramática; unir el tópico, los personajes, la escena,
el método y el propósito. El aspecto distintivo del periodismo es que todos estos elementos deben ir en
el lead, en la primera frase, o en el primer párrafo.
La escena, dónde y cuándo está dado por el epígrafe, y en uso de la palabra ayer. El qué está
implícito, aunque sin desarrollar en “terminó una sentencia con una insinuación”. Sólo el cómo es
omitido (fue asesinado con una gillette). Lahey apenas insinúa un por qué. Apela al conocimiento de
los lectores acerca de lo que sucede en las cárceles.
La omisión del cómo y la insinuación del por qué es la practica estándar del periodismo
americano. Contestar el cómo requiere detallar la secuencia de actos, actores y eventos que conllevan a
una particular conclusión. Nos cuenta como una intención (el por qué) se convierte en una situación (el
qué) El por qué contesta la explicación. Da cuenta de los eventos, acciones y actores. Es una búsqueda
de los factores subyacentes a la superficie de la historia. Trata de hacer las cosas sensibles, coherentes,
explicables.
El cómo y el por qué son los aspectos más problemáticos del periodismo americano. Son lo que
más deseamos obtener de las historias noticiosas y es lo que menos obtenemos. Deseamos más que los
datos arreglados de manera placentera. Queremos saber qué debemos pensar de los hechos y qué
debemos hacer con respecto a ello. Necesitamos saber, pero también entender, asumir una actitud sobre
los hechos y personalidades que pasan delante de nosotros.
Si una noticia obtuviera cobertura por un tiempo más prolongado que el que reciben
actualmente, podríamos darle interpretación, explicación y descripción. Pero el departamento de
Marketing se opone a eso, busca que cada noticia aparezca como un nuevo capítulo en la historia
humana.
El periodismo debe ser examinado como un cuerpo no como un conjunto de historias aisladas.
El cuerpo incluye no sólo los últimos tratamientos de un evento en el diario –noticias duras, crónicas,
noticias candentes, análisis, interpretación y contexto- pero también otras formas del periodismo que
rodean y completan el diario: cobertura televisiva, documentales, etc.
El periodismo, es de hecho, un currículo. Su primer curso son las noticias más recientes de la
prensa diaria. Allí obtenemos una descripción: la identificación de los actores y eventos, la escena y las
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herramientas disponibles a los protagonistas. El trabajo intermedio y avanzado –las descripciones finas
y las interpretaciones- esperan las columnas de análisis, los sumarios semanales y los comentarios.
Cada parte del currículo depende de la otra. Es una debilidad del periodismo americano el que el
currículo esté tan mal integrado que cada historia comienza como si fuera primicia y como si nadie
nunca hubiera tocado el tema anteriormente.
I
Muchos de estos problemas están ejemplificados por un episodio de la “gran historia” de los
últimos años, la historia de la economía americana. William Greider escribió The Atlantic, donde
transcribía 18 entrevistas hechas en off the record al director de la Oficina de Presupuesto, David
Stockman. El ensayo revela las crecientes dudas de Stockman acerca de la sabiduría de la política
económica de Reagan. A pesar de la imagen de conflicto, indecisión e incertidumbre acerca de la
política económica que el ensayo mostraba, el mismo Reagan aparecía en televisión y en los diario
con una imagen confiada, acerca del control fiscal; responsable, de presupuestos balanceados,
expansión de los mercados bursátiles, crecimiento estable, y una baja inflación; una seguridad
elocuente a pesar de las dudas de sus consejeros, como el propio Stockman.
El artículo de Greider parecía verdadero, particularmente contrastable con la certidumbre
exterior y la parte interior de la instauración de la política económica, dominada por el conflicto y la
inseguridad. Pero el artículo difícilmente explicaba las cosas. Demostraba la posición de Stockman en
cuanto a la política económica. El ensayo era primariamente una respuesta la pregunta del cómo, una
gruesa descripción del actual proceso de instaurar la política.
Lo que más llama la atención de la controversia generada por The Atlantic es que su
información esencial ya había sido reportada anteriormente por los diarios, atribuyéndolo a fuentes
confidenciales. Lo único que hizo Greider fue engrosar la narrativa y ponerle un nombre a la fuente. La
controversia se debió a que dentro del periodismo americano los nombres hacen noticia, y las
explicaciones de las noticias se remiten a los motivos de los actores en el drama político.
Es crítica común que los periodistas no escriben para el público sino para sus editores y sus
fuentes. Los periodistas se hacen tan adeptos a la lectura profunda de los mensajes vedados que pronto
olvidan que son ininteligibles para el lector común. The Atlantic rompió este código textual,
presentaba, sin adornos, un diálogo privado del gobierno. Al hacer público lo privado, el ensayo de
Greider disminuía el valor del conocimiento de aquellos que están insertos en la noticia y reveló las
reglas del juego para una audiencia mayor.
Lecciones:
1- el periodismo frecuentemente ofrece descripción y explicaciones, pero no se encuentran
transparentemente en la superficie del texto.
2- las descripciones y explicaciones más importantes del periodismo se pierden cuando son deslizadas
en fragmentos diarios, desconectados de un marco narrativo.
3- el lector puede descubrir esas descripciones y explicaciones sólo cuando las historias separadas están
integradas en un marco más coherente y cuando los episodios de las noticias tienen una estructura
narrativa que contiene elementos de drama.
4- el episodio de The Atlantic demostró la dependencia del periodismo americano a explicar eventos
atribuyendo motivos.
II
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Un aviso en la radio acerca del Wall Street Journal decía “la sección de noticias de su periódico
le dará el quién, qué, cuándo y dónde pero sólo Wall Street Journal le dará el por qué y el cómo”. El
Journal muestra historias que no deben ser escritas con un deadline (fecha límite) y pueden consumir
una abundante cantidad de espacio. Esto permite que haya un mayor uso de detalles y descripciones,
junto a una gran variedad de recursos literarios.
Lo que no tiene nada de excepcional acerca del aviso en radio del Journal es su heroico e
ingenuo realismo. El aviso asume que las historias del Journal muestran una verdad transparente acerca
de una realidad objetiva. El ensayo en este libro manifiesta, al contrario, que las historias escritas por
periodistas muestran prácticas de “hacer realidad” propias del oficio antes que mostrar un mundo
objetivo. Toda escritura, incluso la científica, es una forma de narrar historias conseguida al imponer
coherencia al caótico flujo de eventos (PONCE-VARGAS LLOSA).
El periodismo es una ficción en el sentido de que todas las historias son ficciones (VARGAS
LLOSA). Son construidas por el periodista a través de convenciones, procedimientos, ethos y objetos
de su oficio. El lenguaje del periodismo no es transparente a la naturaleza o al mundo. Aún así, como
todas las ficciones, el periodismo es un trabajo creativo e imaginativo, una estrategia simbólica, una
forma de mostrar el mundo de una manera comprensiva, o si eso falla, asignarle a los eventos al destino
y la suerte.
Las noticias no son por lo tanto una visión transparente del mundo. Las noticias registran, por
una parte, las condiciones organizacionales bajo las cuales se desarrolla la labor, y por otra parte,
registra las formas literarias y recursos narrativos que los periodistas por lo general usan para manejar
el desbordante flujo de eventos.
Como dice Carlin Romano, los periodistas no le presentan al mundo una imagen espejo de la
realidad sino una narrativa coherente del mundo que sirve a intereses particulares. Pero eso debe ser
corregido, ya que como regla, los periódicos presentan una desconectada e incoherente narrativa, en sus
historias individuales y en su cobertura. Si el periodismo refleja algo, eso es la discontinuidad e
incoherencia..
El Wall Street Journal es el arquetipo de los periódicos americanos: un diario para la clase
comercial que posea un interés económico en las noticias del día. El periódico de los siglos XVIII y
XIX era un bien del productor para una clase comercial antes que un bien del consumidor para una
clase consumidores. Reflejaba las orientaciones económicas, políticas y culturales de esa clase. Había
noticias políticas, pero solo en tanto tuvieran alguna influencia para el desempeño del comercio. Mucho
de lo que hoy día consideramos noticias –robos, incendios, etc- iban insertos como avisos por los
cuales se pagaba, mientras que lo que hoy día se conoce como avisos pagados –la oferta de bienesaparecían en las columnas de noticias.
Las elites comerciantes y que intercambiaban productos junto a los panfletos y periódicos que
representaban sus intereses fueron centrales a la hora de fomentar el conflicto con UK cuando la
Corona amenazó sus intereses comerciales. Después de la Independencia, esta clase se vio fuertemente
dividida producto de temas como la banca nacional. La prensa partisana creó y utilizó un marco
ideológico desde el cual daban sentido a las noticias. Ya que la prensa estaba organizada y articulada en
los intereses económicos, las noticias tenían un significado, podían ser interpretadas y explicadas
gracias a esos intereses.
Otro factor crítico de la prensa partisana es el tiempo. El ciclo de los negocios es el ciclo del
día: la apertura y cierre del intercambio. Esta prensa no estaba tecnológicamente equipada para
reportear en un tiempo dado de un solo día, pero compartía con los hombres de negocios el
entendimiento de que el tiempo era al esencia del intercambio. Como resultado, la época natural del
periodismo se convirtió en el día.
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El periodismo es un libro diario que anota los eventos significativos del día. Cada día hay
noticias, cada día hay historias que contar porque hay negocios que hacer. En este sentido, los orígenes
del periodismo, el capitalismo y la contabilidad son indisolubles.
En 1830, una barata y popular prensa “penny press”fue creada en las ciudades más grandes. No
destruyó la prensa comercial. Ésta aún la podemos encontrar en periódicos como el Wall Street Journal.
Pero si desplazó la prensa comercial y partisana como el modelo del diario.
Primero, la penny press era un bien para el consumidor para una sociedad de consumo, reflejaba
toda la sociedad y la política, no sólo el mundo del comercio y la política comercial. Estaban repletas
de los raro, lo exótico y lo trivial. Pero por sobre todo, se enfocaban en los individuos, grupos y clases
anónimas que habitaban la ciudad.
Segundo, la penny press desplazó el contexto ideológico explícito que existía en la prensa
partisana y que permitía presentar, interpretar y explicar las noticias. Buscaba representar un foro
abierto en el que se pudiera representar un interés público antes que partisano.
Tercero, la penny press impuso el ciclo y hábito de comercio sobre la vida de la sociedad en
general.
El telégrafo permitió que se concretara todo lo que la penny press había echado a andar.
Permitía que los diarios operaran a tiempo real por primera vez. También modifico la naturaleza del
lenguaje escrito. Los servicios telegráficos debían usar un lenguaje neutral para que todos los
periódicos lo pudieran usar. Demandaban algo más cercano a un lenguaje científico. El lenguaje debía
ser estándar para que lo pudieran entender desde Rancagua a San Carlos.
De manera similar, el telégrafo cambió al corresponsal que daba cuenta de un evento con todos
los detalles y lo analizaba sustancialmente, por aquel que solo suplía los datos elementales. Como el
telégrafo hacía que las palabras fueran caras, un lenguaje breve y conciso se convirtió en la norma.
Además, la historia se divorció de quien la contaba. El telégrafo hizo que la prosa fuera limpia y sin
adornos y condujo así a un periodismo sin el lujo del detalle y análisis.
El periodismo penny y telegráfico separó las noticias de un contexto ideológico que pudiera
explicar y dar significado a los eventos. Substituyó el principio de un interés de clase por un vago
interés público que se convertiría en el criterio para seleccionar, interpretar y explicar las noticias. Se
forzó al periodista que explicara no sólo algo, sino todo. Como resultado, no podía explicar nada. La
penny press elevó la objetividad y la factibilidad como los principios más enaltecidos y así abandonó la
explicación.
III
Las condiciones de la práctica del periodismo y las formas literarias que los periodistas
heredaron, limitaban el grado en el que el periodismo diario puede responder al cómo y al por qué.
La explicación en el periodismo tiene límites aún mayores. La explicación requiere que el
periodista no sólo cuente un evento sino que le dé forma. Este dar forma se puede dar de cuatro
maneras: determinar motivos, establecer causas, predecir consecuencias y estimar significado. Pero
son todos elementos muy abstractos, no se ven o se encuentran. La explicación por lo tanto atenta
contra el ingenuo realismo del periodismo con su insistencia por los hechos objetivos. Las causas,
consecuencias y motivos no son hechos. Para que se dé un periodismo explicativo, éste debe salir de la
cabeza del periodista y no de los hechos de la realidad. Los periodistas carecen de un marco de teoría o
ideología desde el cual puedan deducir la evidencia o inferir explicaciones.
La primera ley del periodismo es preocuparse sólo de los hechos. Pero los hechos del caso son
siempre construcciones culturales elaboradas y arbitrarias, a través de las cuales quién, qué, cuándo y
dónde no sólo se identifican sino que deben ser juzgadas, no sólo descritas sino también evaluadas.
Las definiciones básicas de noticias excluyen a las explicaciones. Las noticias se preocupan de
lo inusual, lo no rutinario, lo inesperado. Por lo tanto, son los eventos que no tienen explicaciones los
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que más nos interesan. La noticia es cuando un hombre muerda al perro (la rareza, comparar con Eliana
Rozas). Se busca lo bizarro de una situación, lo inexplicable, esto explicaría que de los tantos
asesinatos que se cometen, sólo se publiquen algunos.
Pero cuando algo amenaza nuestras vidas, nuestra posición o nuestro trabajo (políticas y
economía) si requerimos una explicación. Dejamos de lado lo raro y lo inexplicable, y el cómo y el por
qué, a pesar de las limitaciones del periodismo, deben ser respondidas.
IV
Comenzaremos por la siguiente proposición: cuando materias de fundamental importancia
hacen noticia, no pueden ser tratadas como misterios y ser dejadas sin explicación. Se le debe dar un
sentido.
La importancia de la economía y la política para la vida de cada individuo garantiza que la
gente vendrá con explicaciones –ideológicas-, aun cuando la prensa y los políticos decidan mantener
silencio.
El orden de las formas de explicación es lógico, no cronológico. El orden de la explicación es el
siguiente: si puede encontrar un motivo, dígalo, si no puede encontrarlo, busque una causa, si no puede
encontrar ni un motivo ni una causa, busque por consecuencias, si no puede encontrar nada de esto, lea
las hojitas del té.
Para esclarecer estas complicadas materias se utilizará el reporte mensual del Departamento de
Comercio, que mostraba que la posición americana en la economía internacional se estaba
deteriorando. El reporte de marzo, en cambio, mostraba que había una notable mejoría. Luego, se
estableció que en el balance comercial con Japón, EEUU estaba muy débil. La pregunta que debieron
enfrentar los periodistas es la siguiente: por qué había un balance negativo en cuanto a la balanza de
pagos con Japón y otros países.
La primera explicación ofrecida fue de motivos. Los japoneses, en su despiadado interés de
dominar los mercados internacionales, jugaban con reglas de juego inaceptables.
Luego, pasaron a explicar las causas. Eran los japoneses los que demostraban que el déficit de
comercio se debía por el sobre valorado dólar, la pobre calidad de los bienes americanos, las barreras
comerciales de Japón (causa cultural),, etc.
Escribir acerca de las causas requiere de expertos. Éstos superan ampliamente el conocimiento
que sobre la causa tiene el periodista, ya que los expertos se especializan en temas que el periodista no
domina totalmente. En cambio, para escribir acerca de los motivos los periodistas pueden basarse en
su propio conocimiento, o en fuentes fiables.
Las causas de un hecho están íntimamente ligadas a sus consecuencias. Por lo tanto, cada
historia que exprese causas está también expresando de manera indirecta, sus consecuencias. Las
causas se enfatizan más que las consecuencias ya que éstas se encuentran en el futuro, y son por lo
tanto, más una materia de profecía que de conocimiento.
Si todo lo demás falla, debemos buscar el sentido o significado de un hecho. ¿Qué es lo que la
crisis económica dice de nosotros mismos?
V
Se ha dicho que el por qué es la pregunta que casi siempre se deja sin respuesta, o es respondida
con una insinuación. He sugerido que los periodistas americanos siempre comienzan por la pregunta
del quién. Y es que el nombre hace noticia (prominencia).
Ya que las noticias se refieren a los dichos y hechos de los individuos, el por qué usualmente se
responde al identificar los motivos de esos individuos. Se nos dice por qué alguien ha hecho algo. En
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este sentido la cultura americana es individualista: asumen que los individuos son autores de sus
propios actos, que los individuos hacen lo que hacen intencionalmente y que dicen lo que dicen porque
tienen propósitos en sus mentes.
Las explicaciones de los motivos son demasiado fáciles. Encontrar una causa requiere tiempo,
esfuerzo y conocimiento substancial, mientras que los motivos los encontramos con una llamada por
teléfono.
El motivo hace inteligible pero no es la causa (ejemplo, un acusado de asesinato tiene motivos
pero eso no implica que él haya efectuado el crimen, todos podemos tener motivos para matar a alguien
pero no por eso lo hacemos). Los individuos actúan. Los individuos hacen historia. Los individuos
tienen propósitos e intenciones. Por lo tanto, para responder a la pregunta del por qué en el periodismo
americano, el periodista debe descubrir un motivo o atribuir uno al actor.
La explicación de la conducta por motivos racionales es un arquetipo del periodismo así como
también lo es de nuestra cultura. Pero esas explicaciones son por lo general muy arbitrarias. Los
periodistas tienden a preguntar quién fue responsable por un acto antes de ver cuál fue la causa. No es
que los periodistas substituyan quién por por qué, sino que substituyen una clase de por qué –causapor otra –motivo.
Ciertamente, las personas actúan de acuerdo a su interés personal. Pero ése no es el único
motivo que los conduce, el interés personal es contenido por motivos más honorables. El problema real
es que los motivos que los periodistas describen y reportan son los motivos que nosotros vivimos.
El periodismo consiste en desenmascarar los motivos reales bajo las apariencias. El poder, el
dinero y el control se convierten en los objetos primarios de las acciones de las personas ya que
asumimos que todos se conducen por un interés egoísta. Esta explicación compulsiva excluye la
posibilidad de que alguien pueda ser motivado por el bien común o el interés público.
Cuando hablamos de motivos irracionales, nos movemos en el dominio de las causas. Los
motivos irracionales mueven a las personas como fuerzas irresistibles sobre las cuales no se tiene
control. Para tratarlas, los periodistas deben buscar a expertos. Desafortunadamente, los expertos no
siempre están de acuerdo, y al final es el periodista quien debe resolver a quién creerle.
Si lo irracional es el primer dominio de las explicaciones causales, la estadística es el segundo.
Por ejemplo, el abuso infantil ha aumentado y los sociólogos nos hablan de la desintegración de la
familia.
El lado reverso a las historias de causas son las historias de consecuencias. Están muy ligadas
ya que las historias de causas por lo general tienen consecuencias. La decisión de enfatizar las
consecuencias por sobre las causas es una decisión de enfatizar el futuro por sobre el pasado. Las
consecuencias son predicciones acerca de lo que ocurrirá antes que hacer un recuento acerca de lo que
ha pasado. Ya que debe haber predicciones y profecías, las historias de consecuencia también deben
recurrir a expertos.
La última forma de explicación que tiene el periodismo es el significado. Presenciamos eventos
que no siempre son el resultado de actos humanos intencionales ni el de causas históricas. Son, sin
embargo, signos que deben ser leídos, partes de algo mayor. Cualquier evento puede ser leído por su
significado.
IV
Se ha sostenido en este ensayo que el periodismo es un currículo y no una mera serie de flashes
noticiosos. Cualquier cosa puede ser encontrada en el periodismo americano, pero se encuentra
desconectado e incoherente. Se requiere de un lector astuto y constante para conectar lo desconectado,
para encontrar sentido y significado en el mar de eventos.
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El periodismo americano está embebido en la cultura americana. Sus fallas y triunfos son
características de la cultura como un todo. Las formas de narrar que ha adoptado don aquellas
apreciadas en la literatura. Las explicaciones que ofrece son las mismas ofrecidas por las doctrinas
intelectuales. Así como los periodistas se mueven en explicaciones por motivos, causas, consecuencias
y significado, son como un espejo de los escolares que se mueven en un margen de explicaciones
utilitaristas, causales, funcionales y hermenéuticas.
El periodismo se ha vengado de la filosofía, ya que se concentra en lo nuevo, lo efímero. La
filosofía trata de lo eterno, lo inmutable, lo significativo. La venganza consiste en imponer el ciclo de
las noticias a la filosofía y a todas las artes literarias.
Podemos encontrar reporteo de lo durable y persistente, es la parte del periodismo que ofrece
genuina descripción y explicación y detalles narrativos, pero no es la parte del periodismo que por lo
general honramos. En un momento perdido de nuestra historia el periodismo comenzó a identificarse
por las noticias más recientes, los flashes noticiosos. Cuando eso sucedió, nuestra comprensión del
periodismo como una práctica democrática social se vio disminuida. Los periodistas comenzaron a
verse a sí mismos como si estuvieran en el negocio de las noticias, donde sus grandes logros estaban
definidos por ser los primeros antes que los mejores, descubriendo lo desconocido antes que
clarificando e interpretando lo conocido. Debemos restaurar el sentido del tiempo al periodismo.
Debemos comenzar por leer de manera más sabia.
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