DERECHO DE FAMILIA 241 inexperiencia de los menores de veinticinco años para hacerlos consentir en actos perjudiciales. Daba contra los culpables una acción pública, accesible para todos que infamaba al condenado y lo incapacitaba para figurar en la orden de los decuriones. Al menor engañado le daba un medio civil para pedir la nulidad de su obligación, acción de recurso y más tarde, la exceptio legis pretoriae que sin duda se creó bajo el sistema formulario a menos que aún bajo el sistema de procedimiento de las acciones de la ley, se admitiera la existencia de excepciones, además esta Ley permitía también que se le nombrara al menor un curador especial para un negocio determinado; para los terceros era una seguridad de hecho que se había admitido, quizá por una jurisprudencia posterior a causa de la Ley pretoriana más bien que por el texto de esta ley. La Ley pretoriana era insuficiente, imponía una pena, permitía anular el acto arrebatado con fraude al menor, pero éste debía probar que había sido engañado, en la mayor parte de los actos en que había consentido, pero tratando con un hombre de buena fe, se conservaban. Entonces el pretor pensó en establecer un medio más enérgico y eficaz que la judicium de la Ley pretoriana; fue la in integrum restitutio, la rescisión de todo acto que lesionara al menor con prescindencia absoluta de toda idea de dolo o de fraude. Por la ley pretoria se castigaba el fraudem por el pretor y se reparaba la lesión; pero el crédito del menor se afectaba profundamente. El menor era capaz y tenía protección suficiente; la curatela no tenía más objeto que favorecer su crédito y él vería si usaba ese medio para acrecentarlo. Sin embargo, había tres casos en los cuales el tercero que estaba en relación con el menor podía exigir el nombramiento de un curador y era cuando se trataba de: • • • la rendición de cuentas de la tutela; un pago hecho por un deudor del menor; comparecer en juicio. Estos tres actos tenían un carácter común: eran obligatorios para el tercero que los celebraba y que por tal razón tenía derecho para exigir la garantía de la curatela. c) Curatela de los pupilos. Excepcionalmente se podía dar curador a un pupilo en los casos siguientes: • Cuando el tutor tenía pendiente la excusa o había hecho valer una puramente temporal.