Jorge Olivera Castillo

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PRISIONEROS DE COLOR
LA REVISTA ISLAS LE DEDICARÁ EN CADA PUBLICACIÓN UNA PÁGINA A LOS AFROCUBANOS CUMPLIENDO
CONDENAS DE PRISIÓN EN EL SISTEMA PENITENCIARIO CUBANO.
En muchos países se arresta a las personas por tratar de ejercer sus derechos a la libertad de expresión, asociación,
asamblea o movimiento. A algunos se les encarcela porque ellos o sus familias están envueltos en actividades políticas o
religiosas. Algunos son arrestados por su conexión con partidos políticos o movimientos nacionales que se oponen al sistema de gobierno. La actividad en un sindicato laboral o participación en huelgas o demostraciones son causas comunes
de encarcelamiento. A menudo, se les encarcela porque objetaron a su gobierno o trataron de hacer públicas violaciones
de los derechos humanos en sus países. A algunos se les lleva a la cárcel con el pretexto de que cometieron un delito,
pero es en realidad porque criticaron al gobierno. Las personas que son encarceladas, detenidas o de alguna otra forma
restringidas físicamente por sus creencias políticas, religiosas u otras convicciones conscientes o por su origen étnico,
sexo, color o idioma y que no han usado o abogado por la violencia, se consideran prisioneros de consciencia.
Jorge Olivera Castillo
Juan del Pilar Goberna
Activista defensor de los Derechos Humanos
La Habana, Cuba
J
orge Olivera Castillo, uno de los reos de
la Causa de los 75 (2003) nació el 8 de
septiembre del 1961 en el Centro Histórico (Habana Vieja) de La Habana, donde
vive actualmente. Su familia, con tres hermanos menores, tenía como único sostén a la
madre madre y abuelos maternos, a quienes
recuerda con admiración y orgullo.
Cursó la enseñanza primaria en diferentes escuelas locales, se graduó de secundaria
básica en el plantel «Formadores del Futuro»
e ingresó como becario en el Instituto Tecnológico «Eduardo García Delgado». Dejó los
estudios de Electrónica para trasladarse al
Instituto «Osvaldo Herrera», de cual egresó
(1980) como Técnico Medio en Telecomunicaciones. Fue reclutado para el Servicio
Militar General y recibió curso preparatorio
para formarse como Mecánico de Armamen78 ISLAS
tos de Tanques. Participó (marzo 1981-marzo
1983) en la guerra de Angola, en las regiones
selváticas de Matala y Jamba, pertenecientes a
la provincia de Huila, junto a la frontera con
Namibia. Regresó a Cuba con recuerdos que no
hubiera querido vivir.
La misión en Angola propició que se incorporara a un breve curso de capacitación
para edición de televisión y al concluir empezó
sus labores (1983-93) en los canales 6 y 2 de la
Televisión Cubana. Este desempeño técnicoprofesional le inoculó el sentimiento cuestionador hacia el régimen totalitario, en proceso
de reflexión sobre contradicciones entre la información que se daba y la realidad sociopolítica y económica. No concebía ser parte de un
medio de comunicación masiva con prácticas
de doble moral y desinformación. Por su intrínseca formación cívica rechazó con hastío y
Jorge Olivera Castillo
vergüenza su función de editor comprometido
con el oficialismo. Decidió salir ilegalmente del
país en balsa de construcción rústica, pero fue
interceptado en alta mar por las Tropas Guardafronteras. Lo sancionaron con multa de $300
pesos y pudo reincorporarse a su centro de trabajo, en puesto de trabajo de inferior categoría
y salario, porque había mantenido excelente
conducta laboral, no tenía antecedentes penales y había cumplido misión internacionalista,
pero meses después dejó el trabajo. No sólo se
sentía humillado, sino que abrigaba el temor de
que fabricaran otros delitos en su contra.
Se vincula entonces al sindicalismo independiente en la Confederación de Trabajadores
Democráticos de Cuba (CTDC), dirigida por
el finado Juan Marino Martínez Guillén. Luego se enrola como corresponsal de la Agencia
de Prensa Independiente Habana Press, bajo
la dirección de Rafael Solano Morales. Por
su labor destacada aquí es nombrado director
(1999). El 18 de marzo del 2003 fue detenido y
encarcelado en medio de la ola represiva contra
opositores pacíficos y periodistas independien-
tes que pasó a la historia como Primavera
Negra de Cuba.
Lo enjuiciaron el 5 de abril del 2003, en
la Sala de los Delitos Contra la Seguridad del
Estado del Tribunal Provincial Popular de
Ciudad de La Habana (Causa No.14/2003).
Al amparo de la Ley 88 de Protección de la
Independencia Nacional y la Economía de
Cuba, conocida entre cubanos por Ley Mordaza, el fiscal solicitó 15 años de privación de
libertad y al enfrentarlo con firmeza en juicio
agregaron 3 años más.
Amnistía Internacional declaró Prisionero de Conciencia a Olivera Castillo, quien
pasó por las prisiones Combinado Provincial
de Guantánamo y Agüica, a más de 900 km
y 100 km, respectivamente, de su lugar de
residencia. Estuvo 9 meses en celda de aislamiento, por negarse a convivir con los presos
comunes, y su salud se quebrantó por tener,
además, que ingerir agua contaminada y alimentos putrefactos y convivir con insectos
y roedores, sin atención médica adecuada ni
medicamentos. Así sobrevivió 20 meses y 18
días, hasta que fue liberado por «Licencia
Extra Penal» (diciembre 6, 2004), que es el
expediente típico del Ministerio del Interior
para salir de presos enfermos.
A pesar de haber sufrido los maltratos
del régimen penitenciario cubano, y de las
reiteradas advertencias de revocarle la sentencia, Olivera Castillo persevera en el ejercicio de la libre expresión y fundó, en mayo
de 2007, el Club de Escritores Independientes de Cuba, que se encamina con visión de
futuro a la transformación democrática. Al
ser citado por las autoridades migratorias
(octubre 12, 2010) para autorizarle la salida legal del país, Olivera Castillo respondió:
«Muchas gracias, pero solo acepto salir con
la condición y garantías de regresar».
ISLAS 79
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